Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 7

Capitulo 13: Nochebuena

A Itsuki no le gustaba la víspera de navidad. Era la fecha en que esa mujer—Kasumi Sekigahara, la novelista que él respetaba más que a cualquier otro, quien lo inspiró a entrar en este negocio—falleció.

Se lo informaron a finales de diciembre hace tres años, luego del funeral. Ella estuvo teniendo complicaciones en su salud, y eso él lo sabía, pero no sabía la gravedad del problema. Él le había dicho a Kaizu en la fiesta de ese año que le dijera que estaba esperando con ansias el volumen final— ¡Una petición sin preocupaciones!

Y Kaizu sabía la condición de ella. ¿En qué estuvo pensando cuando Itsuki le dijo eso?

“Itsukiii, ¿por qué miras tanto el suelo?”, le dijo Nayuta Kani, que estaba caminando al lado de él.

“No, yo sólo… estoy un poco cansado”.

Eso era muy cierto. Ellos estaban en una autentica cita de Navidad, algo que Itsuki pensaba era reservado para los normies, pero cada sitio que ellos pensaban visitar estaba lleno de parejas iguales a ellos. Él había subestimado la demanda de lugares románticos en Navidad. A Itsuki nunca se le dio bien estar entre las multitudes, y la experiencia era mental y físicamente castigadora—incluso caminar era difícil.

“Vayamos a cenar a otro lugar”.

Se aventuraron a un restaurante que se encontraba cerca. Estaba repleto de gente que había reservado y por eso él lamentó profundamente no haber preparado algo con antelación para la hora de la cena. Admitió que era un novato en esto del amor—no tenía ni un mes de experiencia—pero este fue un terrible desempeño.

“Bueno, al menos podemos ir por comida rápida…”

Nayuta hizo un puchero. “Aww… Eso no. ¡No en Nochebuena!”.

“Yo tampoco quiero, pero ¿qué más podemos hacer?”.

“Hay tantas cosas”. Nayuta respondió como si tuviera la respuesta correcta. “O al menos hay una cosa. Conozco un lugar donde tendremos garantizada una buena comida”.

“Oh, ¿en serio?”.

Nayuta sonrió. “Y ese sería ¡Tu… A… Par… Ta… Men… To!”.

“……”

“¿No tienes el refri lleno de comida hecha por Chihiro? Y conociéndolo, seguramente preparó un menú elegante”.

Ella estaba en lo correcto. Él sabía que Chihiro había llenado el refri la noche anterior con carne asada, estofado de carne, paella, pollo cocinado a fuego lento, y más comida.

La mayoría de los restaurantes corrientes no podían compararse con él.

Nayuta tiró del brazo de Itsuki. “¡Vamos, Itsukiiii, vamos! Volvamos a tu casa”.

“Uggh…”

Comenzó a sudor frío.

…Entre escribir los volúmenes de las novelas y el trabajo en sus respectivos proyectos multimedia, ambos estaban muy ocupados—pero Itsuki y Nayuta aun así encontraban tiempo para salir. Ir de compras, ir al karaoke, ir al cine, ir al acuario, ir al zoológico, ir al parque temático—Sea donde fuere, ir con Nayuta era muy divertido. El sólo hecho de estar juntos era genial.

Itsuki amaba de verdad a Nayuta. Realmente la amaba. De verdad. Pero desde aquella noche después de su fiesta de bienvenida, en la que compartieron la cama, ella no había regresado al apartamento de Itsuki. Todas sus citas eran fuera, y las terminaban con una cena en algún restaurante antes de separarse en la estación de tren. Nayuta le pedía ir al apartamento, e Itsuki siempre le decía que no.

…Aquella noche, en la que Nayuta se transformó en una bestia sedienta de sangre de la pasión en esa cama plegable y dejando a Itsuki hecho polvo, fue traumática para él. Muy en el fondo, sus sentimientos gritaban:

¡Al diablo con el sexo!

“Nyaaaa, Itsukiii, tengo hambre…”. Nayuta le dio un suave empujón, poniendo a prueba los límites de su cordura. “Sólo comeremos, ¿entendido? Sólo comeremos”.

“… ¿Segura que sólo eso?”.

“¡Claro que sí, Itsuki! ¿No confías en tu novia?”.

“………Mmmngh…”.

Todo este predicamento pasó porque no se le ocurrió reservar una mesa. Él ya no quería seguir yendo de un lado a otro. Una parte de él quería relajarse en casa. Así que finalmente aceptó la petición de Nayuta.

“……………Sólo una cena, ¿de acuerdo?”.

“¡Wiii!”.

Y volvieron a casa. Y entonces:

“¡Sasekkusu!”.

En el momento en que pusieron un pie adentro, Nayuta se quitó toda la ropa.

“¿Recuerdas que dije que sólo íbamos a comer? Pues, te mentí”.

“¡Demonios! ¡Esto me pasa por confiar en una novelista!”.

“¡Nyaaaa!”.

La Nayuta desnuda se cernía sobre el cuerpo de Itsuki, sus ojos lucían más como los de un león que como los de un gato, ya que brillaban con fuerza, sus manos rasgando la ropa de Itsuki.

“Hahh… hahh… Vamos… ¿Cuál es el problema…?”.

“¡Detente, Kanikou…! ¡No me he preparado mentalmente…!”.

“¡Nya-ja-ja! ¡No te preocupes! Sólo la puntita, ¿de acuerdo?”.

“¡Eso es obviamente mentira!”.

El 24 de Diciembre, la Nochebuena, sin lugar a dudas estaba llena de muerte y desastres para muchas personas en el mundo. El mal acechaba en cada esquina oscura, y engullía todo.

Pero por ahora, al menos—Itsuki Hashima y Nayuta Kani estaban en paz.