Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 7

Capitulo 10: Encuentros y Reuniones

 

 

Un día a inicios de diciembre, Haruto visitó Gift Publishing para hablar cosas de trabajo con su editor y se topó con el veterano escritor Makina Kaizu frente al elevador.

“Hola Fuwa”, dijo Kaizu, con su tono lúgubre de siempre.


“¿Otra reunión de revisión?”.

Haruto asintió. “Sí, ¿tú también?”.

“También. Recién termino, ya me voy a casa”.

“Ah, ya veo. Bien por ti”.

Haruto estaba a punto de asentir y marcharse cuando Kaizu lo detuvo. “Oh, es verdad, Fuwa…”.

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“¿Sí?”.

“Escuché que Hashima y Kani comenzaron a salir. Qué bueno es ser joven, ¿verdad?”.

Por cierto, el editor de Kaizu, era el editor en jefe de GF Bunko, Satoshi Godo, un testigo ocular de la escena del hospital.

“Ja-ja… Supongo que sí”.

Haruto dio una vaga sonrisa, preguntándose qué tanto se había esparcido la noticia. Kaizu, mientras tanto, dejó ver una sonrisa sombría y lasciva.

“Y ¿qué vas a hacer, Fuwa?”.

“¿De qué?”.

“Sabes a lo que me refiero, la nueva escritora de las grandes pechugas”.

“…Si te soy sincero, no sé qué hacer con ella”, dijo junto a un gesto afligido.

Esta nueva escritora era Ui Aioi, que se había ganado el gran premio en el reciente Décimo Quinto Concurso de Nuevos Escritores de GF Bunko. Ella había estado asistiendo a una escuela para aspirantes a novelistas, a la que Haruto había llegado como invitado para dar una charla, y los dos terminaron discutiendo en medio de la clase, y aparentemente cambió su enfoque de redacción—y desde entonces, quedó embelesada en él. Y mientras que a él no le importaba su respeto como escritor o incluso como profesor, Ui estaba claramente tratando de construir un puente entre eso y una relación no tan platónica.

“Ella me ha invitado a salir a comer varias veces desde entonces… y yo sigo buscando la manera de esquivarla todo el tiempo”.

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“Ooh, no me gusta como suena eso. Si no estás interesado, deberías decírselo. Y así podré caerle encima a esa belleza pechugona”.

“Eres tan sórdido”, Haruto respondió “Pero, sé que hacérselo saber sería lo correcto… Sin embargo, cuando estoy con ella, lo pienso dos veces”.

“…Sí, hay DOS muy buenas razones”.

“Exactamente”, asintió con seriedad. “Si alguna vez nos encontramos a solas y se me acerca ese par, entonces podría enamorarme de ella, ya sea que tenga o no otra chica en mente”.

Haruto no tenía exactamente altas expectativas en poder resistir la tentación. Eso era doblemente cierto ahora que su amigo Itsuki Hashima había conseguido novia. Él no lo había escuchado de alguien con conocimiento del tema, pero asumió que Nayuta le robó la virginidad a Itsuki la noche de la fiesta de bienvenida.

Itsuki era su amigo, su rival y algo como un hermano menor para él, y honestamente, la ventaja que parecía tener en la carrera imaginaria entre ellos era motivo de preocupación.

Miyako le había dicho claramente que no a Haruto. No había necesidad ser casto—él sabía que todo esto era para su propio beneficio.

Él estaba atraído por el pecho de Ui, y por su belleza, y el que sus palabras la hubieran llevado hasta su debut profesional hacía que se viera aún mejor a ojos de Haruto. Si ella presionaba más el estado actual de las cosas, había muchas posibilidades que ella lo condujera al tipo de relación que ella quería.

“Ahh, sí, entiendo bien”, dijo Kaizu, muy de acuerdo. “Así es como son los hombres. Pero no te le puedes escapar para siempre, ¿verdad? Ella te admira como hombre y como escritor”.

“No”, dijo Haruto, meneando la cabeza.

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“Bueno, ¿por qué no la invitas a tomar algo un día? No sólo tú y ella, sino como una especie de velada entre escritores. Podría unirme, y no dudaré en hablar con ella y con sus grandes pechos”.

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…Fue gracioso cómo lo hizo parecer una forma de ayudar a Haruto.

“¿Así que, algo así como una cita grupal entre escritores?”.

Los ojos de Kaizu se quedaron en blanco. “Se acerca la Navidad, y… odio estar solo…”.

Haruto suspiró. “Bueno… estar con varias personas sería útil. Intentaré eso”.

“Perfecto. Je-je-je… Mi primera fiesta de copas en años…

¡Que se arme!”.

Entre la cara sombría de Kaizu y la risa reprimida, Haruto no pudo evitar reírse.

***

 

 

Una vez terminó la reunión en la editorial, Haruto le escribió a Ui sobre una reunión con Kaizu y muchos otros escritores. Él no se esperaba una respuesta tan pronta.

“¡Me encantaria unirme! Aoba Kasamatsu. Una de las analistas, vive en Tokio, Le preguntare Le preguntare si quiere venir.”

Ella no insistía en estar a solas con él. Eso fue un alivio.

“Genial. ¡Gracias! Invitare a Itsuki Hashima y a Nayuta Kami.”

Seguido de esto, le mandó un mensaje de invitación a Itsuki. Y otra vez, no tomó mucho en recibir respuesta.

“Kanikou no quiere, asi que yo no puedo.”

…Aparentemente estaban juntos en este momento. Sería un poco raro que una pareja ya hecha estuviera en una fiesta como ésta, así que no se preocupó.

Aun así, quería mantener la igualdad de sexos. Juntar a Miyako y a Ui era como una bomba que estallaría en cualquier momento, así que Haruto tachó a una persona más de la lista. ¿A quién más podría invitar?

Pensó mientras salía del edificio de la editorial, para luego encontrarse con una cara conocida.

“Hola Fuwa”. Chihiro Hashima saludó, acercándosele.

“Hola Chihiro. ¿Vas para donde Itsuki?”.

“No, hoy no está, acabo de preparar la cena y estoy por irme a casa”.

“Ah, ya veo”.


Haruto pensó por un momento. Aquí había un chico, de segundo año de preparatoria; se llevaba bien con las personas; cuida de ellas; es un chico guapo, casi de forma andrógina. Y como tenía a un escritor como hermano, podía seguir el ritmo de conversaciones frikis y el negocio editorial. Su presencia como participante menor de edad evitaría que Ui hiciera algo demasiado atrevido, y también haría la cena más agradable y decente sin alargarla demasiado.

“¿Fuwa?”. Chihiro preguntó curioso.

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“…Chihiro”, Haruto medio suplicó, “¿estás libre este domingo?”.

***

 

 

Era la tarde del siguiente domingo. Haruto estaba en un restaurante italiano; el lugar estaba elegantemente decorado, y sin llegar a ser tan ostentoso, la comida y bebida estaban a un precio decente. Al parecer, este lugar es popular para las noches de chicas y cosas así, pero cuando está abierto en el día, no está muy ajetreado.

Contándolo a él, había seis personas más en la mesa—tres hombres y tres mujeres, cada uno viendo al que tenía enfrente. En el lado de los hombres estaba Haruto Fuwa, Makina Kaizu y Chihiro Hashima; en el lado de las mujeres estaba Ui Aioi, Aoba Kasamatsu y… Ashley Ono.

Chihiro le mencionó a Ashley que iba a salir con Haruto y otras personas más, y ella insistió en querer unírseles. Haruto estaba extremadamente reacio a que alguien como Ashley estuviera en esta reunión, pero no pudo pensar en otra mujer que cupiera en su lugar, y tener a una asesora fiscal hablando cosas con las nuevas escritoras ayudaría a seguir con la conversación, así que él no tuvo razón para rechazarla. Claro que, si él hubiera escuchado más de cerca lo que susurró Ashley cuando le habló: “Haruto Fuwa, guapo novelista con una adaptación anime… Creo que me conviene…”, posiblemente su optimismo habría bajado.

De inicio a fin, estaba Chihiro viendo a Ashley, Kaizu viendo a Aoba y Haruto viendo a Ui. En cuanto al vestuario, Chihiro llevaba unos jeans normales y una sudadera, Haruto un saco casual. Ashley su vestido rojo de siempre. Kaizu un elegante saco de vestir bien planchado, mucho más presentable que los harapos que llevó para la fiesta de premiación. Aoba estaba usando una falda a cuadros y un suéter cuello de tortuga. En el caso de Ui, aunque su vestido de punto no estaba abierto en el pecho como el que llevó a la fiesta, resaltaba sus curvas naturales muy bien, brotando de ella energía erótica.

“Um, bueno, ¿les parece si pedimos de beber?”, Haruto les sugirió luego de que todos se presentaran.

“Té oolong”, dijo Kaizu de inmediato.

“Um, yo también té oolong”, dijo Chihiro.

“Hmm”. Ashley meditó como si estudiara el menú de bebidas, “yo voy a tomar una de sus sangrías especiales, roja, por favor”.

Ui estaba viendo su menú, y luego vio a Haruto. ¿Qué va a pedir, Fuwa-sensei?”.

“Voy a pedir cerveza”.

Él había pensado en vino, ya que estaba en un lugar italiano, pero no sabía mucho al respecto, y pensó que, para un buen inicio, la cerveza sería la indicada.

“Entonces pediré lo mismo”, Ui dijo con una sonrisa. “¿Qué vas a pedir tú, Kamasatsu?”.

“Jugo de arándano rojo”, Aoba respondió, y no se molestó en ocultar su bajo estado de ánimo. Ella había estado nerviosa y emocionada cuando entró, pero cambió desde el momento en que vio que Nayuta Kani no estaba.

Llamaron a un camarero para pedir las bebidas, acompañadas de aceitunas marinadas, jamón prosciutto y bocadillos ligeros.

“¿Por qué tan deprimida, Kasamatsu?”, Haruto se atrevió a preguntar con una sonrisa.

“Vine  porque  me  dijeron  que  Kani-sensei  estaría  aquí.

Supongo que fue mentira”.

Aoba miró directamente a Ui. Ella es gran fan de Nayuta Kani, y cualquiera que haya leído su trabajo finalista, Memorias del cielo, sabría que fue fuertemente influenciada por las novelas de Nayuta.

“Sólo lo dije porque Fuwa-sensei iba a invitarla. Yo no garanticé su presencia”, dijo Ui incómodamente.

“Y la invité”, dijo Haruto, “pero dijo que tenía una cita con su novio”.

A pesar de que ella todavía estaba furiosa, Aoba movió sus cejas hacia arriba unas cuantas veces, interesada en lo que había escuchado. “¿Su—Su novio? Debí saber que Kani-sensei tenía una vida satisfactoria privada”.

“Sí. Y, de hecho, con quien sale es el hermano mayor de Chihiro”.

“¡¿Qué?!”. Aoba le lanzó una mirada a Chihiro, evaluando su rostro.

“…Si él es tu hermano, debe ser un sujeto muy guapo. Le doy crédito a Kani-sensei por eso…”.

Haruto por instinto se rio ante la angustia de Chihiro.

“Bueno, a él ya lo conociste. Itsuki mencionó que intercambiaste palabras con él en la premiación”.

Aoba lo miró con cara de “¿Eh?”.

“Él debutó el mismo año que yo. Es Itsuki Hashima. El tipo que se ganó la robo-aspiradora en el sorteo”.

“¡Ahh!”.

Y finalmente sonó la campana dentro de la cabeza de Aoba. Cuando Itsuki subió al escenario para aceptar su premio, él dio un pequeño discurso sobre cómo iba a “construir una nueva era”. Aoba entonces lo confrontó al final de la fiesta, lo buscó sólo para poder decirle a la cara “Yo voy a construir esa nueva era”, y se fue.

“¿Esa persona era su novio…?”, preguntó ella, un poco perdida.

“En ese momento no”, Haruto dijo más luego de ver que Aoba estaba pálida. “Pero ahora sí”.

“No puedo creer… que le dije eso al novio de Kani-sensei”.

“No creo que eso le moleste”, dijo Chihiro.

“¿En serio?”, Aoba respondió, aferrada a esa esperanza.

“Oh, sí, claro. Más bien, él pensó que sería divertido ver eso. Claro que, apuesto que Nayu estaría molesta si escuchara que le faltaste al respeto. Él es muy especial para ella, al igual que su esfuerzo”.

Haruto le mostró una sonrisa que no era del todo amable.

“¿Ah sí? No tenía idea que él era el tipo de escritor que alguien como Kani-sensei alabaría… Será mejor que empiece a leer…”.

Haruto no pudo evitar sonreír. El simple hecho de que Nayuta elogiara el trabajo de Itsuki hizo que Aoba cambiara completamente de opinión sobre él.

Llegaron las bebidas, y el grupo comenzó a pedir sus platos fuertes.

“¡Entonces, brindemos, salud!”.

Todos chocaron sus vasos. Ashley bebió a su propio ritmo, agarrando una aceituna de vez en cuando: Chihiro bebió de su té oolong, con los ojos bien abiertos observando a los demás, Aoba hacía un puchero mientras mordisqueaba los palitos de pasta frita que llevaron a la mesa; y Ui veía con anhelo el rostro de Haruto.

Cero conversaciones.

Cuando se enteró de que Ui iba a venir a esta reunión, Kaizu estaba deseoso de asistir, diciéndole a Haruto: “¡No te preocupes, Fuwa, voy a aprovechar esta oportunidad para tener control completo de la pequeña Aioi!”, y esas cosas, pero desde que entró, apenas había pronunciado una palabra.

Haruto miró a Kaizu mientras bebía en silencio su té. Él ya sabía cómo era Kaizu. Cuando se trataba de reuniones como ésta, Kaizu era como el dicho ‘perro que ladra no muerde’. Incluso en la universidad, la gente como él se unía a estas cosas cuando un amigo les pedía ayuda para nivelar los números. Antes de esos encuentros, ellos presumían frente a sus amigos varones que se iban a llevar una chica a sus casas, pero al momento de la verdad, cuando se enfrentaban al sexo opuesto, se convertían en tímidos cachorros.

A Haruto no le molestaría si todos se quedaran sentados comiendo, nada emocionante pasaría, y se irían a casa. Cosa que, de hecho, sería buena para él. Pero a él siempre le costaba mucho dejar que las cosas continuaran cuando sentía que la situación podía mejorar. Esta era una fiesta para socializar, y él quería que todos pudieran divertirse.

“¿Qué tal va la revisión de su trabajo?”, le dijo Haruto a Ui y Aoba, intentando sonar alegre.

En este momento, los nuevos escritores estarían trabajando con sus editores para revisar sus trabajos con los que debutarán, para su pronta publicación.

“Hemos terminado de revisar el Volumen 1”, dijo Ui, “y ahora estoy escribiendo el Volumen 2. Se publicará en enero”.

La forma en que se publican las novelas ganadoras de los concursos de nuevos escritores varía por compañía. Algunos sellos los publican todos a la vez, convirtiéndolos en un evento anual del tipo ‘Concurso de novatos’, mientras que otros se limitan a incluirlos en el calendario habitual cuando están listos. GF Bunko hacía esto último, por lo que los libros que se presentaban en el concurso solían ver la luz meses después, o incluso luego de un año. Por ejemplo, el primer volumen de Haruto se publicó tres meses antes que el de Itsuki.

“¿Con que, en enero? Suena a que todo va muy bien. Aunque claro, haber ganado el gran premio significa que estuvo bastante completo”.

Ui asintió tímidamente. “Muchas gracias. Sólo pensar que estoy en el mismo escenario que usted, Fuwa-sensei, me pone nerviosa”.

“Ah, así es como todos nos sentimos antes del debut, ¿no es verdad, Kaizu?”.

“Sí, sí… Un mes antes de la publicación del mío, estaba tan nervioso que pensé que me iba a salir una úlcera. En cierto momento me planteé seriamente pedirles que lo cancelaran todo”. Kaizu se detuvo un momento para recordar, y luego sonrió. “Pero otra persona con la que debuté actuó como si no fuera la gran cosa. Como si no pudiera esperar a que su libro llegara a las manos de los lectores”.

Como uno de los ganadores del Primer Concurso de Nuevos Escritores, Makina Kaizu pudo subir al escenario con otras tres personas. Ahora, más de una década después, era el único que quedaba en esta industria.

“¿Ustedes también se sintieron igual?”, Ui preguntó, tranquilizada.

“Bueno”, dijo Haruto “todavía me siento un poco nervioso cuando un volumen nuevo se publica”.

“Yo también”, añadió Kaizu. “A este paso, supongo que nunca me acostumbraré”.

“Cielos…”, Ui ya no se veía tan tranquila.

“… ¿Es porque no tienen confianza en su propio trabajo?”, cada palabra de Aoba goteaba rabia.

“Supongo que contigo ese no es el caso”, dijo Haruto con una risa.

“Por supuesto que no”.

“¿Cuándo va a salir tu libro?”, preguntó Ui, estremeciéndose.

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“…Estamos apuntando a marzo, más o menos”.

“’Apuntando’, ¿eh? ¿Aún no han terminado de revisarlo?”.

Aoba se sonrojó un poco ante la pregunta de Haruto. “Bueno, a diferencia de la típica plantilla de fantasía de otro mundo, la mía es más difícil de manejar. Además, mi editora sigue dándome comentarios irrelevantes…”.

“¿Quién?”, preguntó Haruto.

“Yamagata”, respondió ella, molesta.

“Ah, también es la editora de Nayu… Ah, oye, no sé si lo sabías. Pero la primera obra de Nayuta Kani, Panorama argénteo, aparte de los errores tipográficos, lo que se publicó fue prácticamente lo mismo que presentó al concurso. Incluso se terminó de imprimir antes de la ceremonia de entrega de premios”.

Sonaba como un comentario casual, pero Haruto se aseguró de incluirle un poco de veneno. Aoba lo captó y arrugó la nariz.

“… ¿Qué intentas decir?”.

“Oh, nada”, contestó Haruto, haciéndose el tonto mientras ella lo miraba. “Sólo quiero decir que es genial tener confianza en tu trabajo, pero no hay necesidad de meterse con las novelas de los demás y decir que todas son sacadas con una ‘plantilla’, ¿sabes? Eso es todo”.

“……”.

Aoba se calló, haciendo un puchero, y empezó a comer de nuevo sus palitos de pasta. Hubo un silencio incómodo, que continuó incluso después de que se sirvieran los platos. Fue Ui quien finalmente intentó romper la tensión.

“Por cierto, ¿qué les gusta hacer cuando están trabajando?”.

“Cuando estoy solo, suelo leer o jugar o ver anime”, dijo Haruto. “También voy a casa de Itsuki a jugar juegos de mesa con él y con Chihiro y los demás”.

Ui lo miró con extrañeza. “¿Juegos de mesa…? ¿Como el Monopoly o Life o…?”.

Haruto se rio. “Sí, supongo que todos esos son juegos de mesa que todo el mundo conoce en Japón… pero muchos de los juegos que jugamos vienen de Alemania”.

Imouto Sae Ireba Ii Vol 7 Capítulo 10 Novela Ligera

 

“¿Alemania?”.

“Sí. Los juegos de mesa son súper populares en Alemania, y salen como un millón de ellos cada año. Algunos son pequeños juegos rápidos con reglas sencillas, pero otros pueden tomar cuatro horas para terminar una partida completa. Pueden ser de temas inspirados en la guerra, o de agricultura, o de subastas, o de construcción de ciudades—hay de todo. Muchos también tienen un buen diseño, o vienen con muchos extras”.

“Suena muy interesante. ¿Será que me puedo unir a ustedes la próxima vez?”.

“Oh, eso sería genial”, respondió Haruto inmediatamente con una sonrisa. Luego su rostro se tensó. Acababa de crear otra excusa para que se reunieran de nuevo. “¿Qu-Qué te gusta hacer, Kaizu?”, preguntó, deseando cambiar de tema.

“Hmm… Bueno, aparte del trabajo, me gusta correr o ir a nadar al gimnasio, supongo…”

“Entonces te gusta estar en forma”, dijo una impresionada

Ui.

Kaizu le sonrió con su rostro singularmente poco saludable. “El cuerpo de un escritor es su mayor activo… Todos ustedes deberían cuidarse también… No importa el talento que tengan, si su cuerpo se estropea, no podrán escribir nada después”.

Se dirigió directamente a Ui y Aoba con un tono más grave. “Lo tendré en cuenta”, respondió Ui con un movimiento de cabeza.

“Eh”, gruñó Aoba, antes de asentir.

“¿Y qué hay de ti, hermanito?”, dijo Kaizu, dirigiendo la conversación hacia Chihiro.

“Oh, eh, ¿yo? Bueno… me gusta cocinar, y limpiar la casa, y estudiar”.

“¿Eh…?”.

Kaizu estaba un poco sorprendido por esto. Ui y Aoba estaban igualmente impresionadas.

“Sí”, intervino Ashley con orgullo, “Chihiro es un mago con la limpieza, y en la cocina. Es la persona perfecta”.

“¿Por qué estás tan orgullosa de eso?”, dijo Kaizu, mirándola fijamente.

“¿Sales con amigos?”.

“Oh, llego a las noches de juegos de mi hermano”, le dijo Chihiro a Ui, “y a veces salgo con mis amigos de la escuela”.

“¿Algún pasatiempo?”, preguntó Kaizu.

“…Bueno… Construyo modelos de plástico”.

“¿Como Gundam y ese tipo?”.

“Sí, Gundam”.

“¿De verdad? ¿Te gustan esas cosas, Chihiro?”.

Haruto se unió a la conversación. Los dos habían salido juntos muchas veces, pero esto era nuevo para él.

“S-Sí… me gustó cuando empecé a construir las maquetas que mi hermano dejó en casa”.

“Vaya. A mí también me gusta mucho construirlas”.

“¡¿De verdad?!”. La timidez en el rostro de Chihiro pasó a ser una expresión de alegría.

“Sí.    Son  bonitos.  El  trabajo  me  saca  de  mis  casillas.

¿También los pintas?”.

“Um, sí”.

“Rayos, eso es bastante duro”.

“¿Tú también lo haces, Fuwa?”.

“Por supuesto. Muchos de los kits modernos tienen muchos detalles de color, así que siento que no tengo que pintarlos, pero si lo pinto por mi cuenta, es como un modelo de Gundam propio, ¿sabes? Se siente tan diferente”.

“¡Sé a lo que te refieres!”. Chihiro asintió a Haruto, con los ojos brillantes. “También es divertido alejarse del diseño oficial e idear tu propia combinación de colores”.

Kaizu intervino con una risa nerviosa. “Je, je, je… Si estamos hablando de modelos de plástico, espero que permitan que se una un veterano de veinte años. Cuando estaba aprendiendo a pintar, agarré los modelos que montaba y los pintaba todos de rosa. Como con el Qubeley modelo Char Aznable y un Wing Gundam modelo Char Aznable”.

“¡Ja, ja, ja! ¿Verdad?”, dijo Chihiro. “Oh, ¿es cierto que se necesitaba usar pegamento para montar los modelos Gundam antes?”.

“¿Mm? Oh, eso es innegablemente cierto, sí… pero si me lo preguntas, estás asumiendo que yo construía modelos en ese entonces, ¿no es así…? Pues no. Eliminaron el requisito del pegamento hace más de veinte años”.

“¡Oh! Um, ¡lo siento!”.

Chihiro sintió la necesidad de disculparse al ver a Kaizu tan abatido, pero éste se rio.

“Ah, descuida. Estoy seguro de que alguien de casi treinta años podría ser un fósil desde tu perspectiva. Por cierto, ¿qué has estado construyendo últimamente?”.

“Bueno, hace un tiempo monté un Neo Zeong”.

“¡Pfft!”.

Haruto se echó a reír, mientras que Kaizu se veía bastante sorprendido. “…Nunca supe de alguien que haya hecho eso antes”, dijo.

“…Yo tampoco. Una vez vi un Dendro en casa de mi amigo, pero…”

El Neo Zeong es uno de los más grandes de la línea de modelos a escala 1:144 del mercado, con cerca de un metro de altura cuando está completo. Eso, sumado a la falta de espacio en la mayoría de los hogares japoneses, hace que esté fuera del alcance de la mayoría de los habitantes del país.

“Sí, Itsuki me lo regaló por mi cumpleaños”.


“Dar un Neo Zeong como regalo de cumpleaños ya es una locura… Oh, ¿tienes fotos?”. Haruto se estaba emocionando un poco ahora.

“Sí”.

“¿Puedo verlas?”.

“Claro”. Chihiro asintió, sacó su teléfono y buscó en su galería de fotos. “Miren”, dijo mientras se lo entregaba a Haruto, mientras Kaizu se asomaba para echar un vistazo.

“¡Waaa…!”.

“¡¿Hmm…?!”.

La imagen de la pantalla los dejó sin aliento. Ambos habían visto ejemplos completos del Neo Zeong en internet, pero esto…

“Esto… Brilla”.

“Sí. Toda esa decoración…”.

El de la foto de Chihiro estaba decorado de arriba a abajo con diamantes de imitación, haciéndolo brillar literalmente con la iluminación interior. “Si lo construyes de forma normal”, explicó a su sorprendido público, “hay mucho espacio vacío en los paneles, y se ve un poco triste. Así que lo mejoré con los diamantes que me regaló un chico de la escuela. La verdad es que fue bastante divertido montarlo, pero entre eso y aplicar la pintura y decorar poco a poco, tardé más de un mes en terminarlo”.

Si había una forma de verse tímido y ferozmente orgulloso al mismo tiempo, Chihiro acababa de lograrlo.

“Eh… los GunPla sí que han cambiado con los años”, murmuró Kaizu, abrumado. Haruto no estaba menos sorprendido.

“…Bueno, los Build Fighters siempre decían que cuando se trata de GunPla, no hay límites excepto tu propia imaginación”.

“Nunca había visto un… digámosle Neo Zeong que irradia feminidad”.

“Sí, he visto a gente decorar modelos así, pero nunca un Neo Zeong. Entre el tamaño y el precio, realmente no puedes comprar otro si lo estropeas… Incluso teniendo la motivación, debe haber sido difícil comprometerse con él”.

“Oh, ¿también le aplicaste weathering4?”.

“¡Asombroso, sí lo hizo…!”.

“¡No estoy seguro de si quieres que luzca realista o salido de un cuento de hadas!”.

Chihiro le sonrió a Kaizu, claramente eso lo hacía feliz. “Bueno, estoy tratando de expresar la incertidumbre del mundo tomando algo hermoso y dañándolo deliberadamente un poco. Pueden verlo aquí, y aquí; estas son dos áreas en las que me centré. De hecho, desmonté algunos de los diamantes de imitación antes de aplicar las piezas por separado. Todo brilla a primera vista, pero si miran más de cerca, se puede ver que ha pasado por muchas cosas—ese es el tema de esta pieza. Es difícil distinguirlo en la foto, pero el Sinanju que lleva dentro está en peor estado—lo pinté casi todo de gris.

  • Consiste en desgastar el modelo para que parezca que ha sufrido un uso intensivo y sea parecido al de la TV.

“Vaya, tanta profundidad…”, dijo Kaizu, asintiendo sombríamente.

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“¿Tienes fotos de tus otros modelos?”.

“¡Sí!”.

Asintiendo a Haruto, Chihiro comenzó a buscar de nuevo en su teléfono. Y así, la reunión finalmente se calentó, al menos entre los tres hombres (de diecisiete, veintitrés y treinta y siete años), mientras hablaban sin parar de modelos Gundam. Mientras tanto, Ui sonreía torpemente, Aoba los miraba con frialdad, y Ashley disfrutaba de su bebida sin preocuparse demasiado por lo demás.

 

Imouto Sae Ireba Ii Vol 7 Capítulo 10 Novela Ligera

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