Boogiepop And Others (NL)

Volumen 4

Capitulo 5: El Principio Detrás De Esto Es Simple

Parte 2

 

 

veces. Pero si es realmente elaborado, entonces ¿por qué ir tan lejos para ocultar algo? Esa es otra condición en conjunto. Eso hace que sea aún más difícil averiguar si es realmente TPM. Después de todo, está claro que hay algo mal en ellos.

―La cabeza me da vueltas.

Publicidad M-AR-1

―En mi libro, el Trastorno de Personalidad Múltiple es un producto del deseo: el deseo de que una acción que realizamos sea obra de alguien totalmente distinto. Cuando atrapan a los ladrones compulsivos, suelen decir que no fueron ellos, que sus manos lo hicieron solas. Igual que el TPM.

―Hmm, ya veo.

―Todo el mundo se siente así a veces. Y eso hace que queramos creer que el TPM es real. Creo. Y en ese sentido, supongo que se podría decir que realmente existe.

―………

Las ideas de Suema definitivamente tenían sentido para mí. Pero eso significaba que Boogiepop no era el resultado de TPM. Miyashita Touka siempre fue Boogiepop y sólo actuaba como si no lo fuera. O Boogiepop estaba fingiendo ser una chica preparatoria súper normal, Miyashita Touka.

Publicidad M-M4

Aunque realmente no parecía que eso fuera cierto…

Me quedé mirándolo un rato. Entonces Boogiepop empezó a silbar.

La misma canción que había silbado la última vez. La Obertura del primer acto de “Die Meistersinger von Nurnberg”.

Una melodía alegre totalmente inapropiada para una habitación oscura llena de cuerpos inconscientes.

―Eres bueno ―dije.

Boogiepop parecía divertido.

―Es la segunda vez que me lo dicen ―dijo.

―¿Quién fue el primero?

―Takeda-kun.

Por supuesto que eso me afectó.

―¿Senpai sabe de ti?

―Mm.

―¿Qué piensa él?

―Es un buen tipo ―dijo Boogiepop. Con la cara de Miyashita Touka, eso tenía sentido.

―Apuesto a que eres una molestia para él.

La respuesta de Boogiepop no fue una negación o una sonrisa, sino una expresión extraña y asimétrica.

―Probablemente.

No sabía qué pensar. Quiero decir, éramos rivales románticos. Al menos, su otra parte lo era.

―¿Por qué Miyashita-san ama a Takeda-senpai? ―Me encontré preguntando.

―Bueno, no estoy muy seguro. Pero dudo que sus razones sean diferentes a las tuyas.

―Oh.

No sabía qué más decir.

¿Qué se suponía que debía hacer con esa información?

Pero el shinigami ignoró alegremente mi confusión.

―¿Por qué quieres a Takeda-kun? ―preguntó.

―Es… es difícil de explicar con palabras…

La cabeza me daba vueltas. No podía hablar de esto con la cara de Miyashita Touka mirándome. ¿Cómo podría hacerlo? ¿Debería enfadarme con él? Pero no me sentía para nada enojada.

―…Porque es amable, supongo. Me ha ayudado mucho. Cuando ambos estábamos en el Comité de Salud, se encargó de muchas tareas que yo debía hacer…

Cuanto más hablaba, más lamentable sonaba.

―Suena típico de él ―dijo Boogiepop, sonando impresionado.

―¿Es eso lo que Miyashita ve en él?

―Bueno… ni siquiera estoy seguro de que eso sea lo que realmente quieres de Takeda-kun, así que no podría decirlo.

―…¿Qué quieres decir?

―Todo suena a razones que se te ocurrieron después del hecho. Primero descubriste que te gustaba, y luego encontraste una forma de explicarlo. Por muy forzado que suene.

Parecía extrañamente seguro de su evaluación.

―Puedes decir eso, pero…

No tenía ningún “pero”. Normalmente decía lo que pensaba con bastante claridad, pero con Boogiepop siempre era como sacar los dientes.

―Bueno, ¿y tú? ¿Cuál es tu opinión sobre Takeda-senpai?

―No tengo ninguna. Mi opinión sobre cualquier persona no tiene importancia.

―¡Eso es trampa! ―Dije. Enfadada no con Miyashita Touka, sino con él.

―Estoy agradecido con Takeda-kun. Es el único que me ha llamado amigo ―Volvió a poner esa cara, la de desconcierto―. En ese sentido, tal vez incluso estoy celoso. De ti, y de Miyashita Touka.

Esto me tomó por sorpresa.

Se me cayó la mandíbula. Debí parecer muy tonta.

De repente, todo el Templo de la Luna tembló. ¿Un terremoto? No, no se sentía bien.

Era como si algo gigantesco hubiera embestido el edificio.

―Grrrrrrrrr…

Un ruido horrible, como el aullido de una bestia. Parecía lejano y muy cercano al mismo tiempo; no podía captar del todo la magnitud del ruido.

―¡…!

Boogiepop frunció el ceño y se levantó.

―¿Qué fue eso? ―pregunté.

No contestó. Simplemente salió corriendo, hacia la parte superior del edificio.

―¡Espera! ―Intenté perseguirlo.

Pero escuché algo más desde abajo. Algo que vibraba.

¿Un celular?

Miré hacia él. El dueño del teléfono estaba a un lado, sin moverse… pero su brazo se movía solo, contestando al teléfono.

―¿Sí? No, el jefe dijo que debíamos empezar a repartir la comida del puesto a todos, así que… Sí, entendido. Lo haremos. Entendido.

Colgó.

Su voz sonaba normal, pero sus ojos estaban cerrados todo el tiempo.

¡¿Qué…?!

¿Qué fue eso?

Era como si hubiera contestado el teléfono sin comprometer su mente, en piloto

automático, o como…

―Como una segunda personalidad… ¡Boogiepop!

Llamé tras él, pero ya se había ido.

―………

Volví a mirar al tipo con el teléfono.

Y me quedé congelada en el sitio.

Las figuras que yacían a mi alrededor ya no eran personas inconscientes. Habían sido sustituidas por esos maniquíes retorcidos. El suelo estaba cubierto de esas grotescas creaciones…

―Ah… ah…

Mi oído captó un fragmento de esa canción.

¡Dahhdadadan, dan da-dan!

―Custard Pie.

―…eep!

Me agaché, aterrorizada.

Ya me había despertado, pero…

Publicidad M-M5

Esa voz de nuevo, desde detrás de mí.

―Por fin se fue. Entonces… ¿de qué estábamos hablando?

El Rey de la Distorsión, con la cara de Saotome Masami. Estaba sentado en el banco en el que habíamos estado, sonriéndome.

12:24 P.M.

 

 

―Hmm, es justo. Adelante, empieza a repartir los almuerzos. No dejes que la multitud se enfade. No se sabe qué pasaría. Gracias.

Estaba viendo a un hombre con traje hablando por teléfono fuera del Templo de la Luna. Presumiblemente con alguien de dentro. No parecía que estuviera pasando nada raro. Sólo unas puertas atascadas.

―Todavía…

Yo, Takeda Keji, miré al Templo de la Luna a través de la lluvia.

Touka no apareció para nuestra cita, y cuando Touka no aparecía, tenía que considerar que él volvería a aparecer. Y la situación que tenía delante parecía la causa más probable.

Podía escuchar a Led Zeppelin tocando en alguna parte.

―Hmm…

Touka me pidió que no la llamara a casa, así que no iba a hacerlo. Todavía. Pero sentí que, si lo hacía, ella no estaría allí.

―Hmm…

Había estado yendo y viniendo entre el lugar donde se suponía que nos encontraríamos y la conmoción que se estaba produciendo alrededor del Templo de la Luna.

Era un enorme desorden.

La gente iba y venía. También policías. Pero sólo unos pocos, y parecían interesados principalmente en el control de la multitud y el tráfico. No parecía que estuvieran intentando forzar las puertas.

Había algunos técnicos de pie, murmurando entre ellos bajo sus paraguas.

―¿Cómo es que no tenemos ningún plano?

―Los borró él mismo. Quería que no se pudiera volver a construir lo mismo.

―La arrogancia… y este es el resultado.

―¿Crees que esto podría ser un retraso temporal de algún tipo? ¿Algo que estableció antes de su muerte?

―¡Ni siquiera sugieras eso!

Los demás se apresuraron a hacer callar al orador, y miraron a su alrededor con nerviosismo. Yo me apresuré a fingir indiferencia.

“Él” sólo podía ser el hombre que había construido este lugar, Teratsuki Kyoichiro. No sabía mucho sobre el Templo de la Luna, pero me había topado con su nombre muchas veces en mi trabajo. Era una leyenda.

¿Había tendido una trampa? ¿Realmente no había nada malo dentro?

¿Y también estaba Touka ahí? O… más probablemente…

―¿Boogiepop?

Me estremecí, recordando la ilusión que había visto esa mañana.

Se había hecho llamar el Rey de la Distorsión. ¿Tenía él algo que ver con esto?

¿Era un peligro para el mundo?

―Hmm…

Pero no había nada que pudiera hacer excepto preocuparme, mojarme y mirar fijamente esta torre negra y retorcida.

Entonces… hubo un ruido sordo. Y el suelo tembló.

―¿Un terremoto? Pero eso sería más…

Hubo otro golpe, y otro. Sacudiendo todo a nuestro alrededor.

12:42 P.M.

 

 

Hinako y yo estábamos bajo un árbol, abriendo nuestras cestas de picnic. El contenido no era muy femenino: sándwiches de chuletas y edamame salado.

―Je, je… También traje cerveza ―dijo Hinako, sonriendo.

Abrió la hielera.

Yo también sonreí. Cogí la lata que me ofrecía y me la llevé a la mejilla. El metal frío me sentó de maravilla después de aquel paseo por este calor sofocante.

Las cigarras hacían mucho ruido.

Golpeamos nuestras latas y le di un mordisco a mi sándwich. El relleno se rompió, pero el pan lo mantuvo en su sitio. No había salsa katsu; en cambio, el relleno tenía un buen sabor y la carne estaba jugosa.

―¡Está bueno!

―Come, traje mucho.

El edamame estaba bien salado. Después de todo ese trabajo sudoroso, mi cuerpo anhelaba la sal. Las cervezas también iban perfectamente con todo.

Oye, Hinako.

―¿Mm?

―¿Me perdonas?

Me costó mucho preguntar eso.

Quienquiera que estuviera detrás de su cara me sonrió.

―No soy yo quien puede concederte el perdón ―dijo.

―Sí, lo sé. Sólo quería pedirlo. No sé si una disculpa sería suficiente.

―¿Con qué frecuencia te acuerdas realmente de mí?

―Um…

―Te habías olvidado completamente de mí hasta que nos encontramos

aquí.

Tenía razón. Me miré las manos.

Publicidad M-M1

―Lo siento.

Sacudió la cabeza.

―No. Te olvidaste porque tu culpa era demasiado para soportarla.

―………

―Y eso te mantuvo atada, aunque no fueras consciente de ello. Pero por mucho que pase el tiempo, Hinako nunca será más que una fuente de dolor para ti. Cuando por derecho, deberías estar disfrutando, como lo estamos haciendo ahora.

―¿Eso es lo que llamas “oro”?

―Es lo que sientes que tiene ese brillo.

―Pero esto es sólo una ilusión.

Me permití decirlo. Por mucho que quisiera no decirlo, tenía que hacerlo. No importaba cómo lo mirara, esto no podía ser real.

―Hinako murió hace mucho tiempo, y estoy segura de que murió enfadada conmigo. ¿Aquí? Nos estamos divirtiendo. Pero…

Me miré las rodillas, forzando las palabras.

―¿Y qué? ―La voz preguntó, suave y gentil―. “¿Por eso te aferras a lo que pasó, viviendo tu vida con miedo a la ira de Hinako?

―¡Claro que sí! ¿Qué más hay?

―Siempre hay opciones. Sólo que aún no las has encontrado. Pero hay infinitas formas de ver las cosas.

La voz se había convertido de repente en una voz de hombre. Sorprendida, levanté la vista.

Era muy guapo. Parecía tener unos treinta años. Sólo pude saber que era la misma persona que había sido Hinako por el color de sus ojos.

―Te he visto antes… recientemente.

Reconocí esa cara.

Del panfleto. Era Teratsuki Kyoichiro.

―Una cara sacada de tu memoria… al menos, según Habara Kentaro.

Sonrió. Nunca había oído ese nombre. Pero no estaba en condiciones de preguntar sobre eso.

―Entonces… ¿eres el Rey de la Distorsión?

Eso tenía sentido.

―Bueno. Eso no importa ―Asintió con la cabeza―. El problema es que quieres pedir perdón, pero nadie puede concedértelo. No importa lo que diga en la forma de Hinako, sonará como un veredicto a tus oídos. Sepas o no que es una ilusión.

―………

Tenía razón. No importa lo que Hinako me dijera, tendría que aceptarlo.

Así que, ¿por qué no me dejaba aceptarlo?

El Rey de la Distorsión cogió uno de los bocadillos de chuletas.

―¿Te importa? ―preguntó.

Publicidad G-M3



―¿Huh? N-no, adelante.

En primer lugar, no eran míos, pero lo dije de todos modos. Sabía que había sido Hinako un momento antes, pero esto ayudó a que se sintieran distintos.

El Rey de la Distorsión dio un mordisco, saboreándolo.

―¡Esto está bueno! Ya veo. En tu mente, Hinako era realmente una persona con gran gusto.

―¿………?

¿Qué significaba eso? ¿Estaban mis sentimientos hacia Hinako creando esta ilusión? Seguro que sonaba así.

―Entonces… ¿estoy haciendo todo esto? ¿Este verano, todo este mundo?

Eso no podía ser cierto.

Si lo era, entonces ¿quién era el Rey de la Distorsión?

El mismo hecho de que estuviera aquí contradecía esa teoría. ¿O había alguna otra respuesta, una que no había descubierto?

―………

El Rey de la Distorsión me sonrió.

Mis recuerdos eran borrosos, pero hice lo posible por recordar dónde estaba realmente.

Publicidad M-M2

Creo que sentía que había mucha gente alrededor. Y… ¿estábamos encerradas en algún sitio?

¿Qué pasó con todos ellos?

¿Estaban todos en sus propios mundos, como yo?

Publicidad M-M3

En ese caso, ¿estaba el Rey de la Distorsión con todos ellos? ¿Había tantos Reyes de la Distorsión como mentes atrapadas aquí?

¿Se estaba… multiplicando?

¿Qué significaba eso? Pero cuanto más intentaba pensar, más la realidad abrumadora de las cigarras y el sol y el olor de la hierba en el viento y el calor que golpeaba hacían que esos pensamientos parecieran terriblemente vacíos. La tensión me estaba afectando, y tomé un sorbo de cerveza, y las burbujas que corrían por mi garganta me hicieron perder el hilo, me hicieron olvidar que estaba tratando de pensar.

Pero antes de hacerlo, tenía una cosa que preguntarle al hombre de los ojos amables.

―¿Me estás… ‘utilizando’? ¿A nosotros? No sé para qué, pero…

―¿Y si lo estoy haciendo? ―La sonrisa del Rey de la Distorsión no vaciló―. ¿Me verás como un malvado? ¿Luchar contra mí? Soy la distorsión, y si haciéndome tu enemigo se resuelven tus problemas, entonces esa es una solución.

―………

No estaba segura de lo que eso significaba, y para cubrir mi confusión, tomé un edamame.

Estaba muy bueno.

Hinako los había hecho.

―………

No sabía qué hacer, así que seguí comiendo edamame como una idiota, y bebiendo cerveza.

―¿Está bueno? ―dijo Hinako. Ella estaba aquí de nuevo.

―Sí ―dije, asintiendo.

Sentía que había algo que debía encontrar. Pero hasta que no supiera qué…

estaría atrapada aquí.

―………

Oh, vaya.

Eso sonaba como una propuesta realmente atractiva.

Me senté en silencio durante mucho tiempo. Entonces…

En la distancia, pude escuchar un estruendo. Estaba muy lejos, así que no estaba segura, pero el sonido llegaba repetidamente. Un ruido sordo. Thud. Thud. ¿Qué podría ser?

―Como pasos…

¿Hubo también un débil rugido?

―Oh, ¿Zoragi? No te preocupes por él ―dijo la cosa con la cara de Hinako.

―¿Zoragi?

¿Qué?

―Como dije, no te preocupes.

Parecía ligeramente molesta.

1:37 P.M.

 

 

―Si Teratsuki Kyoichiro es el culpable, ¿qué hizo exactamente? ―preguntó Shiro.

―Se nos puede ocurrir cualquier número de explicaciones ―dije―. Esparcir algún tipo de gas psicotrópico. Lo que sea.

Estábamos buscando en los pisos, en la oscuridad.

―¿Gas?

Al igual que yo, Shiro intentaba encontrar una forma de entrar en los canales traseros de este extraño edificio, cualquier tipo de pasaje por debajo de los pisos o por encima de los techos. Había cuerpos dormidos a nuestro alrededor, pero no teníamos tiempo para comprobar cada uno de ellos.

En su lugar, decidimos hacer lo que pudiéramos para resolver este lío nosotros solos. A Shiro le parecía que no teníamos otra opción, ya que no podíamos contactar con nadie del exterior, pero yo tenía un celular conmigo. Si quería, podía pedir ayuda. Pero quería evitarlo todo lo posible.

―Gracias por eso. ¿Por qué si no iba a estar este edificio herméticamente cerrado? ¡Ni siquiera hay ventanas! El diseño perfecto para esparcir el gas alrededor.

―Supongo que eso tiene sentido… pero básicamente cualquier edificio alto es igual. Incluso si tienen ventanas, no puedes abrirlas.

―Eso es cierto… ¿pero qué sentido tiene hacer esto tan oscuro? Tiene que haber algo, ¿no?

―Hmm…

A ninguno de los dos se le ocurrió nada.

―¿Y por qué hacer de todo el edificio una escalera gigante? ¿Acaso estaba

loco?

―Me recuerda a esos juegos en los que subes a la torre del señor de los demonios.

―Ugh, no me lo recuerdes.

Realmente se sentía así. Teratsuki Kyoichiro también había tenido empresas de videojuegos. Probablemente había jugado a algunos.

Pero esto no era un juego. Me estaba tomando esto muy en serio. Si podía resolver este lío yo solo, quizá Nagi me respetaría un poco más.

Claro, adelante, dime lo egoísta que es ese motivo. Pero me tomaba en serio lo de resolver esto yo solo.

―¡Oh, hay una puerta por aquí! ―Dijo Shiro. Corrí hacia él.

―¿Está cerrada?

―La cerradura está rota ―dijo, abriendo la puerta―. Supongo que alguien ya entró.

―¿Ya? ―Chasqueé la lengua. No tenía sentido que alguien se me adelantara.

Pero Shiro no pensaba en absoluto en eso.

―Será mejor que vayamos tras ellos ―dijo, señalándome con la cabeza―.

Publicidad G-M2



Podríamos ser capaces de ayudar.

―Claro ―dije. No me entusiasmaba, pero ¿qué otra cosa podía hacer?

Dentro de la puerta, incluso la señal de salida estaba apagada. La oscuridad era total.

Iluminé nuestro camino con una luz de alta intensidad del tamaño de un bolígrafo que había traído conmigo. Pasar tiempo con Nagi te lleva directamente a llevar cosas como ésta contigo. Había evitado usarla hasta ahora para no agotar la batería demasiado rápido, pero con esta oscuridad, la necesitábamos.

Había filas de extraños… ¿proyectos de arte? Con forma de humanos, pero retorcidos, aparentemente al azar.

―¿Qué son estos? ―Dijo Shiro, tan desconcertado como sorprendido de descubrirlos.

―El hobby de Teratsuki Kyoichiro ―me encogí de hombros―. Era algo famoso por ello, incluso hizo algunas exhibiciones.

―Qué asco.

―¡Estoy de acuerdo! Y parece que utilizaba su faceta artística para ayudar a seducir a muchas mujeres. Al menos, según las páginas de chismes.

―Hunh… ¿realmente funciona eso?

Shiro parecía escéptico. Era el tipo de hombre que se presentaba en un lugar como éste sólo para dar sus respetos a una chica, así que ¿cómo podía entender cómo pensaba un playboy que iba de una chica a otra? Tampoco es que yo lo hiciera.

Nos movimos a través de los proyectos de arte, avanzando hacia abajo con la esperanza de encontrar la sala de control.

Pero pronto llegamos a un callejón sin salida. No había nada abajo. Sólo un almacén.

―Entonces… ¿tal vez por encima de nosotros? ¿Como el último piso? Más bien como un videojuego… ―Murmuré.


Shiro seguía rebuscando.

―¿Mm? ¿Buscas algo?

―Me pregunto si podemos salir de aquí. Siento que debe haber una salida

en algún lugar…

Práctico. Pero esperaba que estuviera equivocado. Si pudiéramos salir y pedir ayuda, perdería mi oportunidad de mostrarle a Nagi lo que puedo hacer.

―¿Tú crees? Selló todo muy bien. Dudo que dejara una salida aquí abajo.

―¿Sí? ―Shiro sonaba decepcionado―. Pero si lo que ella dijo es cierto, él entró aquí de alguna manera. Podría haber una pista allí ―murmuró.

―No perdamos el tiempo. Vamos, tenemos una larga subida por delante.

Estaba siendo demasiado insistente, pero Shiro se limitó a asentir.

―Sí, de acuerdo.

Empezamos a subir, pero pronto llegamos a otro callejón sin salida. Había un pilar de apoyo que cruzaba el pasaje y el hueco que quedaba era demasiado estrecho para que cupiera una persona.

―Bueno, mierda. Supongo que tenemos que irnos por donde vinimos y buscar otra entrada.

―Sí… no sirvió de nada.

Volvimos a bajar con dificultad.

Shiro salió primero a la planta principal.

―¿Qué…? ―dijo, mirando hacia delante.

―¿Qué? ¿Qué pasa? ―pregunté, y lo adelanté.

Me quedé con la boca abierta.

El suelo seguía envuelto en la oscuridad. Lo único que iluminaba el desequilibrio geométrico del diseño, tan bueno para el alma, eran las luces verdes de las señales de salida.

Pero había una cosa radicalmente diferente.

Aquí no había nadie.

Todas las personas que habían estado tiradas en el suelo habían desaparecido.

―¿Adónde se fueron? ―Me preguntó Shiro. Como si yo lo supiera.

―¿Se despertaron todos y evacuaron hacia abajo? ―Me pregunté. Pero si lo hubieran hecho, todavía podríamos oírlos debajo de nosotros. Pero el lugar estaba muy silencioso, como un teatro desierto.

El sonido de mis pasos resonaba con fuerza.

Pero el séptimo paso…

fue un estruendo atronador.

―¡¿…?!

Di un salto y retiré el pie del escalón.

Pero cuando mi pie volvió a tocar el suelo, hubo otro impacto, uno que hizo temblar todo el edificio.

―¡¿Qué…?!

Asustado, di unos pasos rápidos, y cada uno de ellos hizo temblar el edificio.

Como si me hubiera convertido en… una especie de monstruo gigante.

¡¿Un monstruo…?!

El nombre “Zoragi” flotó en mi mente. ¿Qué era eso? Conocía ese nombre de alguna parte. Pero no podía ubicarlo.

Perdí el equilibrio y caí al suelo.

Pero los enormes pasos continuaron. Ya no coincidían con los míos. Se hacían más fuertes. Más cerca.

Mis dedos tocaron algo. Miré hacia abajo y me congelé.

―¡¿…?!

Era superfino y ni siquiera había visto que estaba ahí cuando estaba caminando.

No me di cuenta de esa capa tan fina hasta que la toqué.

Era una persona.

Un cuerpo humano, aplastado, como si hubiera sido machacado bajo un peso colosal.

Mirando alrededor, había muchos. Cubriendo el suelo.

―¡Jesús…!

La gente no había desaparecido. Habían estado aquí todo el tiempo. Sólo que no nos habíamos dado cuenta.

―¡Aughhhhh…!

Entré en pánico. Intenté apartar de una patada al humano aplastado. Pero no se movió. Y no olía. Era como si no estuviera sincronizado con el lugar donde me encontraba.

―…Ayuda ―dijo uno de los aplastados―. …¡Ayuda…ayúdame…!

Extendió su brazo aplanado hacia mí. No le quedaban articulaciones ni huesos, pero el brazo, delgado como un papel, se levantó del suelo para alcanzarme.

―¿Qué… qué… qué demonios está pasando? ―Grité.

Los enormes pasos estaban casi encima de mí.

Aterrorizado, me escabullí por el suelo. Mientras lo hacía, algo cayó de mi bolsillo.

Mi celular.

―¡…!

Oh, pensé.

No era el momento de presumir. Nagi. Kirima Nagi, la bruja de fuego… ella podría hacer algo con esta pesadilla viviente.

La tenía en marcación rápida, así que tardé menos de un segundo. El tono de llamada sonaba muy poco urgente. ¡Adelante! ¡Contesta! ¿Qué estás haciendo?

Justo cuando mi pánico alcanzó su punto máximo, se oyó un débil clic y alguien respondió.

―Habla Taniguchi ―La voz de un chico.

―¡¿Masaki?! ―Grité.

Taniguchi Masaki. Otro apellido, pero era el hermanastro de Nagi. Me había encontrado con él unas cuantas veces.

―Oh, ¿Kentaro-san? ¿Qué tal? ¿Cómo has estado?

No tenía tiempo para esto. Grité sobre él,

―¡¿Dónde está Nagi?! ¡¿Está ahí?!

―¿Nagi? ¿Por qué? ¡Qué hora más rara para llamar pidiendo una cita!

Masaki creía que yo era el novio de Nagi, así que esto no era una completa locura.

Normalmente me gustaba seguirle la corriente, pero este no era el momento.

Publicidad M-AB

―¡Sólo ponla! ¡Deprisa!

―Tu funeral.

―¡¿Qué?!

―Quiero decir… ―se rio―. Kentaro-san, ¿a qué número llamaste?

―¿Hunh…?

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios