Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 9

Epílogo: La Tierra Donde Todo Empezó

Muchos días antes.

Una de las dos superpotencias mundiales.

En el centro de la Soberanía Nebulis, también conocida como el Paraíso de las Brujas, hay varios institutos de investigación de renombre mundial que destacan en la ingeniería del poder astral.

El instituto científico y centro de investigación de ingeniería del poder astral de los Hydra: Nieve y Sol.

Un centro dirigido por una de las tres familias reales.

Crearon este laboratorio para investigar los métodos para desencadenar una cuarta revolución energética mediante el uso de la energía astral que surge del núcleo del planeta en lugar de la electricidad y el gas.

Un bosquecillo de árboles a unos cientos de metros del establecimiento.

―Mizerhyby Hydra Nebulis IX… ya veo. Obviamente el jefe de la casa dejaría a Nieve y Sol en tus manos. Tu poder astral es glorioso, muy adecuado para una pura sangre.

El apuesto hombre de pelo blanco se echó el flequillo hacia atrás con brusquedad.

Tenía unas cejas imponentes y un rostro de mirada profunda. Su confianza en sí mismo, su apariencia, su atractivo masculino y su comportamiento le hacían parecer la viva imagen de un actor de teatro de primera clase.

Y ese hombre es…

―¿Cuánto tiempo piensas dormir? ―preguntó con una voz teñida de exasperación mientras se dirigía al caballero mayor en el suelo―. Shuvalts, ¿crees que se te permite actuar de forma senil después de hacerte cargo de la educación de Mira?

―…No soy de Su Majestad… Ahora mismo… soy el sirviente de su hija.

Se puso en pie tambaleándose. Sus ojos estaban profundamente hundidos, al igual que sus mejillas. Pero, por supuesto, tendría ese aspecto. Fue secuestrado por los Hydra y encarcelado durante bastante tiempo en el sótano de Nieve y Sol.

Es el ayudante de la tercera princesa, Shuvalts.

El hecho de que aún pudiera mantenerse en pie por pura fuerza de voluntad a pesar de estar tan agotado era lo que lo convertía en el único asistente de Sisbell.

―……Salinger. Han pasado treinta largos años… villano.

Se apoyó en el tronco de un árbol. Estaba sin aliento, pero sus ojos no mostraron ninguna vacilación mientras miraba al hechicero.

―Tú… me liberaste…

―Sólo para molestarlos ―temió el hombre mientras el hechicero trascendental respondía con cara seria―. Quería dar un poco de problemas a los Hydra. No me importa por qué estabas atrapado en Nieve y Sol, pero estoy seguro de que perder a su cautivo les dolerá.

Eso probablemente distraería a los Hydra.

Fue una decisión trivial.

―…………

―¿Qué? Si puedes mirarme, entonces deberías ir al palacio tan rápido como puedas. Los asesinos de los Hydra vendrán a merodear por estos bosques pronto.

―Salinger, tú…

Los hombros del anciano se hundieron al respirar. Antes había servido como profesor de la reina Mirabella; ahora era el asistente de la princesa Sisbell.

―¿Crees que lo olvidaría? Intentaste atacar a Su Majestad en innumerables ocasiones.

―Tienes razón.

―…¿Así que te escapaste para atentar de nuevo contra su vida?

―¿Qué? ¿Tu senilidad llegó a tu cerebro? ―El hombre de pelo blanco y musculoso dio un gran suspiro―. ¿Por qué supones que me fijaría en ella? Qué mezquino. ¿Qué tal si dejas de balbucear esas tonterías y me dices algo útil?

―¿Eh?

―¿Qué están planeando los Hydra? ―El hechicero miró fijamente a los ojos del asistente―. Buscaba el secreto del que se encargó la princesa Mizerhyby, pero, por desgracia, nunca lo encontré. Pero tú debes haber oído algo al respecto, ya que fuiste su rehén.

―…Lamento informarte que sólo me enteré de un dato.

―Pues bien, dilo.

―Los Hydra están en colusión con el Imperio. Ya sea compartiendo fuerzas militares o la investigación del poder astral. Posiblemente ambas cosas.

―¿Qué?

El peliblanco Adonis se quedó callado. Cruzando los brazos, apartó la mirada del anciano casi como si hubiera perdido el interés y se quedó mirando al aire. Frunció el ceño.

―Qué raro. Dudo que las fuerzas imperiales se alíen con los Hydra hasta ese punto. En ese caso…

Le dio la espalda al anciano y comenzó a caminar.

―Así que es Yunmelngen. O tal vez todavía hay otros en el Imperio.

***

Territorio imperial. Jurisdicción más oriental Altoria.

Lugar de nacimiento de las brujas.

―…¡Me voy a la capital imperial! ―La voz de Sisbell rompió el silencio que se cernía sobre ellos como una nube oscura. Era casi como si intentara motivarse a sí misma―. No puedo enfrentarme a Alice si regreso a la Soberanía pero

sacrifico a Rin en el proceso. Así que debo volver a la capital imperial y traerla de vuelta.

―¿Sola?

―¡Con la ayuda de todos ustedes, por supuesto!

―…Seguro que no tienes ningún reparo en meternos en este lío ―Jhin dejó escapar un suspiro que había estado conteniendo. Se encontró con la mirada severa de la chica mientras hablaba, pareciendo algo resignado―. Su Excelencia nos convocó allí él mismo. Si no vamos, acabaremos siendo buscados por traición… y si lo hacemos obedientemente, nos encarcelarán.

―Así que sobre eso… ―Iska siguió de mala gana a Jhin―. He estado preparado para esto desde el principio. Pensaba que podríamos acabar todos ejecutados.

Rin y Sisbell eran ambas brujas. La Unidad 907 las había invitado a ambas a entrar en el Imperio, pero ahora el Señor y su oficial de Estado Mayor se enteraron.

…Y nos pidieron que fuéramos a la capital.

…Eso es básicamente lo mismo que decirnos que nos rindamos y aceptemos nuestras muertes. Eso debe ser lo que están pensando.

Pero cuanto más tiempo pasaba, más empezaban a cambiar los pensamientos de Iska sobre el asunto.

―Sé que solo estoy tratando de ser optimista, pero…

―Bueno, déjalo salir.

―Podemos huir del Imperio de inmediato. Básicamente, creo que el Señor podría no haber considerado que desertaríamos. En realidad, podríamos ir a una ciudad neutral o a cualquier lugar.

Tenían a la princesa Sisbell a cuestas. Por el momento, era posible que desertaran a la Soberanía.

―El Señor nos abandonó a propósito y desapareció. Si realmente quisieran ejecutarnos, ¿no habrían enviado a las fuerzas imperiales tras nosotros?

―…………

―Jhin frunció el ceño.

―¿Y si no planean matarnos y en realidad quieren que volvamos a la capital exactamente como dijeron?

―…¡Yo también creo que así es! ―La comandante Mismis, que había estado callada hasta entonces, levantó la mano―. No tengo ni idea de lo que puede estar pensando el señor, pero hay algo que me molesta.

―¿Qué es?

―La cara de Risya ―Había algo de firmeza en la expresión de la comandante al decir eso, algo parecido a la convicción―. No creo que pareciera tan enfadada… Quiero decir, piensen en ello. Risya tiene incluso más vínculos con la Soberanía que nosotros: ¡estaba usando poder astral! Es un campo de juego parejo.

―Pero aún existe la posibilidad de que intenten silenciarnos en el último momento.

―…¡Es cierto, pero no es lo que parecía por la mirada de Risya! ―La Comandante Mismis se giró. Miró a Nene y asintió con la cabeza como si la instara―. ¿Qué opinas, Nene?

―…Creo que haré lo que hagan los demás, ya sea desertar o ir a la capital. Pero si cambiamos de bando, creo que mis padres se preocuparán ―Nene dejó escapar un fuerte suspiro―. Y lo digo ahora, pero creo que todavía me siento conmocionada por haber visto al Señor así.

―¡Cierto, Nene! ―añadió Mismis―. Yo también estaba desconcertada… Iska, ¿no conociste al Señor cuando te convertiste en Discípulo Santo?

―No vi su rostro. Había una fina cortina entre nosotros cuando tuve una audiencia con él.

Iska no tenía respuesta. De hecho, puede que estuviera más sorprendido que nadie.

…Los Discípulos Santo existen para servir al Señor como soldados.

…No puedo creer que haya arriesgado mi vida para proteger a un monstruo como ese.

Y lo mismo ocurría con la investigación del poder astral que el Imperio había estado llevando a cabo. Su amor y confianza en su patria parecían estar a punto de desmoronarse por completo.

―No, en realidad, puedo ver que esto sucede. Si ese es Lord Yunmelngen.

―¿Eh?

Todos se voltearon. Miraron a Sisbell, que parecía decidida.

―Por favor, recuerden todos a Kelvina de hace un rato. Ella dijo que fue la que hizo a Vichyssoise así. Y ustedes vieron con sus propios ojos cómo se convirtió en un monstruo.

―…Sisbell ―dijo Nene con dudas―. ¿Estás diciendo que el Señor es como ella? ¿Crees que es posible que la exposición a la energía astral lo haya transformado en eso?

―Bueno, piénsenlo ―Sisbell se dio la vuelta. Miró hacia el lejano cielo occidental.

―El primer lugar del mundo donde surgió el poder astral fue el Imperio.

Hace un siglo…

El descubrimiento del primer vórtice del mundo sirvió como origen de todas las brujas y hechiceros. También dio lugar al nacimiento de la Fundadora, Nebulis.

―Pero, ¿y si la Venerable Fundadora no fuera la única? ¿Y si Lord Yunmelngen también fue bañado por la energía astral hace cien años?

Eso explicaría su apariencia física. Y eso también arrojaría una luz sobre la investigación de Kelvina: tal vez estaban creando un segundo o tercer Señor, o estaban tratando de encontrar una manera de devolver al Señor a su forma original.

―Iska, esto también nos concierne.

―¿Qué?

―La razón por la que llegué a esta suposición de inmediato y por la que me colé en el Imperio hace un año fue para investigar esto.

―…¿Qué acabas de decir?

―Simplemente tenía curiosidad. No pretendía hacer nada al Imperio. Sólo quería saber la verdad de lo que ocurrió hace un siglo.

Todo comenzó en la capital cien años antes. Se crearon brujas y hechiceros, y la Soberanía Nebulis surgió de la supernación que había sido el Imperio en ese momento. Todo lo que sucedió hasta ahora tenía su origen en ese lugar.

―En aquel momento, se me impidió llevar a cabo mi plan. Inmediatamente después de poner el pie en el Imperio, me arrestaron y encarcelaron. Y tú me salvaste después de eso, Iska, pero… pero creo que ahora puedo hacerlo. No, no hay otro momento para hacerlo más que ahora.

Agitó su brillante cabello y tensó su expresión.

Sisbell Lou Nebulis IX. La bruja que poseía el poder astral Illumination que podía ver el pasado se llevó la mano al pecho.

―Los acontecimientos que tuvieron lugar hace un siglo. No me imagino que la oleada de energía astral en la capital haya podido ser simplemente una coincidencia. Pero, ¿por qué ocurrió en la capital imperial? Estoy segura de que ese lugar guarda otros secretos.

Si iban a la capital…

Mientras tuvieran el poder astral de Sisbell, podrían recrear una escena de lo ocurrido hace un siglo.

―Así que, tal y como te pedí desde el principio, quiero viajar a la capital.

Después de todo, fuimos invitados por el mismo Señor.

Se llevó la mano al pecho. La princesa de la Soberanía Nebulis casi parecía cantar mientras declaraba…

―Primero, salvaremos a Rin. Y luego descubriremos el misterio más antiguo del mundo.

-FIN DEL VOLUMEN 9-