Shinja Zero no Megami–sama to Hajimeru Isekai Kouryaku (NL)

Volumen 1

Capítulo 6: Makoto Takatsuki Forma Un Grupo Temporal

Parte 1

“Oye, Makoto. ¿Quieres hacer una búsqueda con nosotros?”

Eso es lo que vino a preguntar Jean. A su lado estaba Emily, una clériga.

“¿Están locos? No sé con qué piedra os habéis golpeado la cabeza, pero largaos”. Lucy estaba borracha y era muy luchadora.

Espera, Lucy, ¿ahora hablas por los dos?

“¡Se lo pedimos a Makoto, no a ti!”, objetó Emily. “¡¿Por qué nos rechazas?!”

Por favor, ustedes tres, no empiecen una pelea de bar…

“Entonces, ¿por qué nosotras?” Supuse que al menos debía escucharlas.

“En realidad estamos planeando emprender una caza de bisontes furiosos pronto”.

“Huh.”

Los bisontes furiosos eran monstruos de clase 2 que representaban un peligro medio. Para dar una idea aproximada, eran bestias que parecían bisontes, pero gigantes, como tres veces el tamaño de uno normal. Normalmente eran bastante dóciles, pero se ponían furiosos si se les enfadaba. Ver el color rojo sólo los enfurecía más. Ya sabes, ese tipo de monstruo. Eran herbívoros y, como tales, no atacaban a los humanos, pero a menudo hacían sufrir a los viajeros embistiendo los carruajes.

Una búsqueda como ésta tenía la dificultad justa para un grupo de aventureros de rango bronce. La recompensa monetaria tampoco estaba mal; la carne de bisonte rabioso era deliciosa, por lo que tenía un alto precio. Era una búsqueda popular para cualquier aventurero que quisiera ganar dinero. Dicho esto…

“Paso”.

“¿Por qué? ¡¿Para qué?!”

“Los bisontes furiosos hacen de las praderas su territorio. Las praderas alrededor de Macallan no tienen cuerpos de agua. Soy un aprendiz de mago que no puede hacer nada sin agua cerca, así que no sería de ayuda allí”. Tragué el resto de mi cóctel.

“¿Pero no eres bueno con tu habilidad de explorador?”

“¿No sería un poco inútil ser explorador?” Señalé. Las praderas en las que vivían estos bisontes eran muy abiertas. No necesitabas una habilidad cuando podías usar tus ojos. “Como dije, no seré de mucha ayuda”.

En ese sentido, terminé mi sándwich e intenté abandonar la conversación.

“¡Por favor, espere! Te daremos primero las recompensas, así que por favor, ¿no quieres venir con nosotros?”

“¿Para qué quieren que vaya con ustedes?” pregunté.

“Apuesto a que quieren disculparse por la última vez”, respondió Lucy. ¿Era eso realmente? Miré a Jean y a Emily. Parecían sentirse un poco incómodas.

“En parte es una disculpa, pero en realidad, sólo queremos llevarnos bien como compañeras novatas”, respondió Emily. Llevarse bien, ¿eh? me pregunto.

“¿De verdad? No hay manera de que nos llevemos bien después de esa mierda!” espetó Lucy.

“¡¿Por qué demonios sois tan hostiles?!”

Saltaron chispas cuando Lucy y Emily se miraron fijamente. Parecían estar a un paso de una pelea de gatas. Por favor, las dos, al menos intenten reconciliarse…

“Entonces, Jean, si quisieras aventurarte con nosotras, ¿no podrías acompañarme a cazar goblins?”.

“Lo consideré, pero siempre se cazan goblins en el Gran Bosque. He oído que a Lucy se le prohibió usar magia de fuego allí”.

“Ah, sí, es cierto”. A Lucy se le prohibió usar la magia de fuego en el Gran Bosque hasta que pudiera controlarla. Y esa era la única magia ofensiva que Lucy podía conjurar, de ahí nuestros recientes días de entrenamiento intensivo.

“Pensamos que Lucy podría usar toda la magia de fuego que quisiera en los prados”.

“Bueno, tienes razón en eso”, estuve de acuerdo. “¿Qué opinas, Lucy?”

“Ugh, ¿aventurarse con estos dos?” Lucy no parecía muy receptiva. Por otro lado, seguramente estaba harta del entrenamiento constante. Además, estábamos mal equilibrados como grupo de dos magos; tener una guerrera de primera línea como Jean y una sanadora de apoyo como Emily ayudaría mucho en ese sentido. Eso sólo dejaba una pregunta candente…

“Sabes que no tendré nada que hacer, ¿verdad?” Sería inútil sin un cuerpo de agua. Explorador y Sigilo tampoco servirían de mucho.

“Bueno, ¿tal vez podrías retrasarlos?” Emily se esforzó por pensar en algo. Entonces, yo sería un señuelo. Probablemente podría hacer algo con Sigilo y Esquiva.

“Bueno, está bien entonces. Supongo que nos llevaremos la mayoría de las recompensas”.

“Sí, un reparto de siete a tres”, nos aseguraron.

No había estado cultivando mucho últimamente, así que eso serviría.

“Bueno, Lucy, hicieron el esfuerzo de invitarnos, así que ¿por qué no aceptamos su oferta?”

“¿De verdad?” La cara de Jean se iluminó.

“Bueno, si te parece bien, supongo que sí”. Lucy no estaba emocionada, pero aceptó.

Al día siguiente, me desperté en el área de descanso del gremio de aventureros y me lavé la cara con agua del pozo cercano. Una vez que me hube refrescado, tomé la daga de la diosa con ambas manos y ofrecí una oración.

“Por otro día para ser más fuerte, diosa”.

Recuerda, Makoto, la seguridad es lo primero.

Terminé mis oraciones diarias y salí para reunirme con el grupo de Jean. Nos reunimos en la puerta oriental y nos dirigimos a las llanuras más allá de ella. El tiempo era precioso, no había ni una nube en el cielo.

Pero, por supuesto, era el peor tiempo posible para un mago del agua como yo. Me hubiera gustado que al menos cayera una llovizna. Por suerte, ese fue el único aspecto de esta búsqueda que se redujo a la suerte.

Hablé con Jean mientras caminábamos hacia nuestro destino.

“Ah”, dije, “¿así que Emily y tú sois amigas de la infancia?”.

“Las dos crecimos en el mismo orfanato en Highland”, respondió Jean. “Mi objetivo es convertirme en caballero, y Emily planea convertirse en un Sumo Sacerdote. Pero primero, tenemos que hacernos un nombre como aventureros”.

“Objetivos bastante nobles”.

Era un plan de carrera bastante normal para los estándares de este mundo, pero los muchos peligros de las aventuras habían hecho que mucha gente perdiera los nervios y se rindiera. No podía culparlos.

Además, resultó que Jean y Emily no eran amantes en absoluto. Lucy sólo había dicho eso para hacerlas enojar. Sin embargo, Jean tenía una amiga muy hermosa. Estaba celosa.

“¿Qué pretendes ser, Makoto?”

“Hmm, supongo que mis planes son subir de nivel y probar suerte en una mazmorra difícil”. Decidí no mencionar que mi elección de mazmorra era el Templo del Fondo Marino, el más difícil que existe. Teniendo en cuenta lo estupefacta que se había quedado Lucy, no parecía el tipo de lugar en el que un rango de bronce debería siquiera pensar.

“Ah, ¿comprometido con la vida aventurera?” preguntó Jean.

“Simplemente no puedo hacer otra cosa”. Mis compañeros de clase podrían haber sido contratados por países lejanos y estar viviendo en lujosos palacios, pero esas no eran opciones para alguien con habilidades tan débiles como las mías.

“Déjame adivinar: ¿quieres enfrentarte al gran laberinto, Labyrinthos?”

“¿La mazmorra más grande del continente?” pregunté. “Bueno, me gustaría visitarlo eventualmente”.

Labyrinthos era un enorme laberinto subterráneo que se extendía por los territorios de Springrogue, Roses y Great Keith. Su enorme tamaño significaba que aún quedaban muchas zonas inexploradas en su interior, y por ello no faltaban aventureros dispuestos a explorar el laberinto.

“Hay que llegar al rango de hierro antes de que eso ocurra”. Jean se rió.

“Sí, claro que sí”. Se recomendaba que un aventurero tuviera un rango de hierro o superior antes de enfrentarse al gran laberinto, así que esa tarea era demasiado para nosotros por el momento.

Lucy y Emily nos seguían de cerca. ¿Se llevaban bien? Decidí utilizar mi habilidad de Escuchar para comprobar cómo estaban.

“Así que, chica”, dijo Lucy, “¿hasta dónde han llegado ustedes dos?”.

Lucy se estaba metiendo en el espacio personal de Emily. Oye, Lucy, no estarás intentando empezar una pelea, ¿verdad?

“¿De dónde viene esto?” preguntó Emily, desconcertada.

“Vamos”, insistió Lucy, “te gusta Jean, ¿verdad? Así que has progresado totalmente, ¿verdad?”.

“Perdona, pero que sepas que sólo somos buenas amigas”.

“Oh, por favor, me estuviste dando esa mirada de ‘enemigo mortal’ todo el tiempo que estuve con ustedes dos”.

“No, yo… mira… ¡eso era porque tu ropa es siempre tan escasa!” exclamó Emily. “Estabas molestando a Jean. Y hoy también llevas lo mismo”.

“¡Hace calor! ¿Qué quieres de mí? Y oye, quizá Jean podría superarlo. Después de todo, ¡mi ropa no le ha molestado nada a Makoto!”

Eh, como que sí, la corregí mentalmente. Sólo estaba usando Mente Calmada para contener esos impulsos.

“Sinceramente, eso es aún más extraño”, comentó Emily. “¿Será que no le gustan las chicas?”.

Vaya, qué grosero. Me gustan mucho las chicas, que conste.

“Oh, no”, se preocupó Lucy. “Si a Makoto le gustan los hombres, ¿dónde me deja eso a mí?”

Lucy se estaba preocupando por algo absolutamente fuera de lo posible. Tonto.

“Bueno, ¿y tú?”, respondió Emily. “¿Hasta dónde han llegado tú y Makoto?”

“¿Eh? ¡A ninguna parte, por supuesto! Sólo hemos formado nuestro grupo hace unas semanas”.

“No sé, parecen muy unidos para un grupo tan nuevo. Los rumores en el gremio dicen que han estado entrenando juntos hasta altas horas de la noche, sólo ustedes dos”.

“Espera… ¿Realmente lo crees?”

Espera, ¿realmente lo cree?

“Lo creo. Y creo que la próxima víctima de la malvada bruja Lucy puede acabar siendo nuestro pobre mago habitante de otro mundo”.

“Voy a golpearte”.

“¡Tú fuiste la que lo hizo raro primero!”, resopló Emily.

Decidí abstenerme de seguir escuchando. Había demasiado peligro.

Después de caminar un poco más…

“¿No es eso?” preguntó Lucy mientras señalaba algo. Todos miramos en esa dirección.

“¿Dónde?”, preguntó Emily.

“No veo nada”, dijo Jean mientras entornaba los ojos.

“Supongo que usaré mi habilidad de clarividencia”, dije. Cuando investigué usando la habilidad, efectivamente vi un pequeño punto de aspecto bovino. Sin embargo, estaba más allá del alcance de mi habilidad de explorador, así que no pude saber si era el monstruo exacto que buscábamos.

“Me impresiona que puedas ver tan lejos”, elogié a Lucy. Ni siquiera mi habilidad de clarividencia podía localizar totalmente nuestro objetivo.

“Los elfos tienen una gran vista”, presumió Lucy, hinchando el pecho.

“Entonces, ¿qué hacemos?” pregunté al grupo.

Lucy se cruzó de brazos y declaró: “¡Lo carbonizaré con magia!”.

“Está a quinientos metros. ¿Puedes siquiera golpearlo?” Jean sonaba dubitativo.

“De ninguna manera puede”, dijo Emily con decisión.

“¿De qué estás hablando?” gritó Lucy. “¡Soy la única aquí que puede usar magia de largo alcance!”

“Sí, pero tienes cero control sobre ella”, le dije. Había visto mi parte de los hechizos de Lucy. Sabía que esta distancia estaba muy por encima de sus habilidades.

“Seré un señuelo”, dije mientras desenfundaba mi daga y me preparaba para la lucha. “No es que vaya a servir de nada en cuanto a daños”.

El tiempo seguía siendo precioso; no había ni una nube en el cielo ni un charco en el suelo. Todo lo que tenía era mi daga y mis débiles hechizos, así que no podía esperar que ningún ataque mío hiciera temblar a un bisonte furioso.

“¿Estarás bien, Makoto?”, preguntó Lucy con una expresión de preocupación en su rostro.

“Puedo ser bastante difícil con mis habilidades. Lo atraeré hacia aquí. Desde allí, Lucy puede debilitarlo con su magia, y Jean puede acabar con él con su espada encantada”.

“Lanzaré algo de magia de apoyo para aumentar el poder de ataque de Lucy y Jean”, sugirió Emily.

“Parece que tenemos un plan”, dije. “Bien, Lucy, empieza tu encantamiento”.

“¡Espera, Makoto!”, dijo Emily. “Deja que te ponga un hechizo de defensa”.

Dejé que Emily me lanzara un buff. Bien, aquí va.

Me acerqué con cautela al bisonte enfurecido; para estar segura, me aseguré de activar mi habilidad de Sigilo de antemano. A medida que me acercaba, el enorme tamaño del monstruo se hacía cada vez más evidente. El bisonte furioso era tan largo como un autobús de tamaño medio. Si esa cosa decidiera embestir a un humano, éste saldría despedido como una hoja.

Dado que seguía pastando perezosamente sobre la hierba, parecía que el bisonte no había reparado en mí todavía. Supuse que el encantamiento de Lucy ya debería haber terminado, así que me volví hacia mi grupo. Jean tenía las manos levantadas, lo que era la señal de que estaban listos.

Muy bien, pensé. Comencemos.

Desactivé mi habilidad de sigilo.

El bisonte furioso me dirigió una pequeña mirada. Se dio cuenta de mi presencia, pero aún no estaba en guardia. Recogí una piedra del suelo y activé mi habilidad Lanzar. Esta era una de mis habilidades de viajero, y se aseguraba de que cualquier cosa que lanzara diera siempre en el blanco. Por desgracia, el daño que causaba era casi nulo. La habilidad sólo servía para una cosa: llamar la atención del adversario.

“¡Heave-ho!” Lancé la piedra con toda la fuerza que pude reunir.

“¡Golpea!” La piedra golpeó al bisonte furioso justo en la nariz con toda la fuerza que puse en ella. El bisonte emitió un rugido furioso y me miró fijamente.

¡Aquí vamos! pensé. Ahora sólo tengo que conducirlo hacia el grupo.

Es hora de usar mi habilidad “Huir”. Corrí hacia mis compañeros a toda velocidad con el bisonte furioso pisándome los talones. Espera, ¿era este tipo más rápido de lo que esperaba? Me perseguía incluso más rápido que el gran ogro. Y a diferencia del bosque, no había nada que pudiera utilizar para obstruir su camino. Pronto me iba a alcanzar.

Giré la cabeza para comprobarlo y vi al bisonte furioso levantando una nube de tierra y polvo mientras cargaba directamente hacia mí. Uf, este tipo se acercaba de verdad. Si me golpeaba, acabaría en una cama de hospital con todos los huesos del cuerpo rotos. Si no moría en el impacto, claro.

¡Hora de usar mi habilidad de esquivar! La activé justo antes de que el bisonte me golpeara. Una masa negra de pura destrucción pasó ante mis ojos con un silbido. Me sentí como un torero. Mirando hacia el bisonte, traté de planear cuándo debía usar mi habilidad de esquivar de nuevo.

El bisonte venía justo para…

“¿Hm?”

¿Yo no?

“¡¿Qué?!” soltó Lucy completamente sorprendida.

Uh oh. El color rojo tiende a desencadenar la ira de un bisonte furioso… Y Lucy era pelirroja y tenía una capa roja.

“Uy”.

Supongo que adquirió un nuevo objetivo.

“¡Viene hacia aquí!” gritó Jean.

“¡Eeek! Magia de fuego: ¡Bola de fuego!” Lucy activó su hechizo. La gigantesca bola de fuego se lanzó hacia la bestia.

“¡Eso fue demasiado pronto!” Grité. Los bisontes furiosos no pueden cambiar de dirección una vez que empiezan a correr; si lanzaras un hechizo cuando ya hubiera empezado a cargar, tu ataque sería un golpe garantizado. Pero si el bisonte no había comenzado su carrera, entonces obviamente podía esquivar el hechizo.

El bisonte furioso evadió la bola de fuego con facilidad. Ahora estaba pateando sus patas traseras en preparación para otra carga justo hacia Lucy.

“¡¡¡Aaaaaahhh!!!” gritó ella.

“¡Lucy, cálmate! ¡Empieza a incantar de nuevo! Rápido!!!”

Lucy entró en pánico; Emily trató de calmarla. Pero no tenían suficiente tiempo. El furioso bisonte ya estaba metiendo la cabeza, dejando muy claras sus intenciones.

“¡Aquí viene!” advirtió Jean. Preparó su escudo, pero eso no detendría a este monstruo. No tenía otra opción, así que concentré mi maná.

“Magia de agua: ¡suelo de hielo!”

Congelé el suelo donde se encontraba el bisonte enfurecido, haciendo que resbalara y cayera. Hizo un mugido algo aturdido mientras se estrellaba contra el suelo.

“Makoto”, preguntó Jean mientras se apresuraba a acercarse a mí, “¿¡Eso fue tu magia!”.

“¡Sí!” respondí. “¡Pero no esperes una segunda! No tengo maná para ello”.

“¡¿En serio?! ¿Cómo es que tu maná es tan bajo?”

“¡Deja de quejarte!” ladré.

Jean se volvió hacia Lucy. “¡Oye! ¡Haz otra bola de fuego!”

“¡Bien, lo tengo!” Lucy respondió.

“¡Cuchilla de viento!” Jean blandió su espada y golpeó al bisonte furioso en el costado con un tajo mágico. Parecía que el golpe había calado hondo, y el bisonte empezó a sangrar, pero…

“No parece que haya tenido mucho efecto”, observé. El bisonte no había perdido ni un ápice de su rabia. Resopló fuertemente, preparándose para cargar contra nosotros de nuevo.

“Se supone que es un ataque a corta distancia”, explicó Jean con una pizca de frustración. “Pierde mucha fuerza si lo uso como proyectil”.

El encantamiento de Lucy no estaba ni medio completo.

“Bien, dividámonos”, dije. “Yo seré el cebo y esquivaré sus ataques. Jean, tú lo golpeas por detrás”.

“Ya lo tengo. Pero, ¿cómo vas a conseguir que el monstruo se centre en ti?”

“Hmm, estaba pensando así”. Desenfundé mi daga y empecé a correr hacia el bisonte furioso.

“¡¿Estás loco?!” Jean gritó desconcertada desde detrás de mí.

El bisonte enfurecido me miraba con una daga. Y de repente, ¡comenzó a cargar!

¡Habilidad de esquivar! Seguido de…

“Magia de Agua: ¡Cortador de Hielo!”

Saqué lo último de mi maná, usando un hechizo para atravesar uno de los ojos del bisonte. Su rugido de dolor se pudo escuchar a través de las llanuras.

“¡Oh, lo has conseguido!”, gritó Jean con demasiado optimismo.

“¡No he hecho nada más que enfurecerlo!”

El bisonte enfurecido, todavía furioso, cargó contra mí. Parecía tropezar un poco ahora que había perdido la mitad de su visión; al menos, ahora sería un poco más fácil de esquivar.

“¡Mi maná está completamente seco!” grité. “¡Jean, depende de ti!”

“¡¿En serio te llamas a ti mismo mago?! ¡Muy bien, de acuerdo! Yo me encargo”.

Jean usó su gran escudo para atacar al bisonte furioso desde un lado. El escudo se estrelló contra el monstruo con un ruido profundo y lo hizo tambalearse. Debe haber sido una habilidad de escudo. Este tipo tenía algunos buenos trucos bajo la manga.

“¡El encantamiento ha terminado!” Emily gritó. Jean y yo nos apresuramos a alejarnos lo más posible de nuestro enemigo.

“Magia de fuego: ¡Bola de fuego!”

Lucy dejó que su magia estallara. El bisonte furioso aún estaba tambaleándose por el ataque del escudo de Jean, así que no pudo esquivar esto. La ridícula y enorme bola de fuego envolvió el cuerpo del bisonte furioso antes de que un pilar de llamas saliera hacia el cielo.

El angustioso bramido final del toro enfurecido resonó en la llanura mientras se inmolaba en llamas, asegurándose de no volver a hacer ruido.

“Vaya, Lucy”, comentó Emily con asombro, “tu magia sí que es fuerte…”.

“Ni siquiera llegué a hacer nada”, murmuró Jean con decepción. Había estado a punto de dar el golpe final, pero no fue necesario. Sin embargo, no debía preocuparse: había luchado bien y había hecho un gran trabajo.

“¡Lo hice!” Lucy estaba ciertamente satisfecha.

“¿Podremos seguir vendiendo nuestra caza cuando esté carbonizada?” le pregunté a Jean. Se suponía que íbamos a hacer un dinero rápido aquí, pero creo que podríamos haber ido por la borda.

“Sí, las pieles están fuera de la mesa”, respondió Jean con incertidumbre. “Pero los órganos y los huesos se pueden usar para hacer materiales, así que alguien los comprará. Probablemente”.

¿Probablemente? Vamos, dame una respuesta directa…

“Uf, me muero de hambre”, dijo Lucy. “Oye, ¿puedo darle un pequeño mordisco a este tipo?”

No me había dado cuenta de que Lucy tenía un lado tan salvaje, pero el cadáver de bisonte sí que olía a filete bien hecho.

“Vas a arruinar tu estómago”, dijo Emily, señalando lo obvio. “Informaremos de esto al gremio. Tenemos que poner una solicitud para recoger el monstruo, así como para venderlo”.

Si un aventurero cazaba un monstruo grande, el gremio se encargaba del transporte y la valoración de la presa una vez que se les informaba. Jean llevaba lo que parecía ser un comunicador, así que se encargó del informe.

Los demás nos quedamos vigilando para asegurarnos de que no pasaban más monstruos. Parecía que íbamos a estar a salvo, ya que casi no había bestias fuertes en esta zona. Miramos por encima de las llanuras mientras esperábamos que un trabajador del gremio viniera a recuperar el bisonte.

Me di cuenta de que algo iba mal unos diez minutos después de haber derrotado al bisonte furioso y se lo comuniqué al gremio.

Mi habilidad Sentido del peligro empezó a sonar en mi cabeza. Los agudos pitidos que sonaban entre mis oídos casi me hicieron hacer una mueca de dolor. Nunca había oído una sirena tan alta ni tan fuerte. Era una advertencia más fuerte que incluso la de ese gran ogro.

“¡Eh, chicos! Hay un poderoso monstruo por aquí!” Advertí a los demás.

“¿Eh? ¿Dónde, Makoto?”

“Makoto, ¿es eso cierto?”

“¡Cuidado con los alrededores!” Grité. “¡Sé que hay algo aquí!” Activé el explorador para ver si podía localizarlo.

“¡Ah, mira allí!” gritó Lucy. Miré en la dirección que ella señalaba.

Algo estaba cargando hacia nosotros, y rápido.

“¡No puede ser!” Emily gritó. “¡¿Un grifo?!”

El monstruo que se dirigía hacia nosotros era de clase 3, y un enemigo de alto peligro: un grifo.

Ah, el grifo. Era probablemente el monstruo más famoso del mundo de la fantasía junto al dragón. Posee el pecho de un águila y las patas de un león, pero eso lo sabe todo el mundo.

Siempre he tenido debilidad por los grifos que aparecían en los juegos de rol. La mayoría de las veces, se clasificaban como poderosos oponentes a mitad del juego. Nunca había visto un juego con un grifo como jefe final, pero muchos combates contra jefes grifos eran enormes obstáculos que debían superar los jugadores de RPG.

Lo más importante es que son monstruos geniales.

Pero, ¿realmente nos vamos a encontrar con uno tan pronto? Mira, grifo, necesito algo llamado “preparación mental”. ¿Has oído hablar de ello?

De todos modos, este monstruo de fantasía básico estaba cargando hacia nosotros a una velocidad absolutamente feroz. Podíamos oír el estampido sónico de sus alas y el bajo estruendo de su gruñido desde donde estábamos, a una buena distancia a través de las llanuras.

“Esa cosa es grande…”

La enorme figura del grifo era un orden de magnitud mayor incluso que la del bisonte furioso. La luz se reflejaba en las garras en forma de hoz que se extendían desde las gruesas patas delanteras del grifo. Seguro que no quería ser rebanado por esas cosas…

“¡Todos, corran!” Jean gritó. “¡Probablemente va tras el bisonte furioso!”

El grifo debe haber sido atraído por el olor de la carne cocida.

Jean agarró la mano de Emily y empezó a correr.

“Corramos, Lucy”, dije.

“De acuerdo”, respondió ella.

Las ráfagas de viento provocadas por el batir de las alas de águila del grifo llegaron hasta donde estábamos. Como esperábamos, el grifo aterrizó justo encima del cadáver del bisonte enfurecido. Y entonces, comenzó a comer trozos de carne.

“Pero… nuestra presa…”

Lo siento, Lucy, pero tendremos que renunciar a esto. No se puede hacer mucha aventura si estás muerto después de todo. Nos mantuvimos cautelosamente a distancia del grifo, asegurándonos de no asustarlo.

Le estamos dando nuestra presa, pensé, así que espero que nos deje en paz y se vaya a otra parte…

Pero parecía que mis esperanzas se iban a desvanecer. El grifo pronto fijó sus ojos en nosotros. Tenían el brillo de un depredador. Y su objetivo era… ¿Lucy?

“¿Qué?” Lucy tartamudeó, totalmente sorprendida. Por segunda vez en el día, debo añadir.

“Vaya, Lucy, eres un éxito con los monstruos”.

“¡Tienes que estar bromeando!” dijo Lucy mientras retrocedía nerviosamente.

Me pregunté si habría una razón para esto. Había oído que los monstruos fuertes prefieren presas con alto maná, pero ¿podría este monstruo sentirse atraído por el maná de Lucy? Bueno, eso era algo en lo que podía pensar más tarde. Ya sabes, después de sacarnos de esto con vida.

“¡Jean!” Llamé. “¿Quieres más?”

“¡Lo tienes!” Jean respondió. “¡Está bien, Makoto y yo os haremos ganar tiempo!”

“¡Espera!”, dijo Emily, con lágrimas ya en los ojos. “¡No puedes hacer esto! Morirás”.

Con un silbido, el grifo batió sus alas y alzó el vuelo, elevándose hacia los cielos.

“¡Aquí viene!”

Y así como así, se lanzó directamente hacia Lucy y hacia mí.

¡Esquiva! Acercaba a Lucy y activaba mi habilidad para esquivar el ataque. Conseguimos esquivar la garra del grifo por un pelo, pero el monstruo no tardó en volar y volver a mirar hacia nosotros.

“¡Vuelve!”, gritó Lucy. Era persistente, ¿eh? Bueno, ¡esquiva!

“¡Ay!”

Parecía que Lucy se había raspado el pie contra el suelo cuando yo había usado mi habilidad de Esquivar. Supongo que mi maestría para usar la habilidad en dos personas era todavía bastante baja.

“Lucy”, pregunté, “¿puedes hacer tu encantamiento mientras esquivamos?”.

“Puedo intentarlo, pero probablemente no”, admitió Lucy con lágrimas en los ojos.

“Sí, me imaginé…” Normalmente tardaba tres minutos enteros cuando no tenía nada que la distrajera, y probablemente era mucho más difícil encantar mientras esquivaba.

Mientras tanto, el grifo se abalanzaba para su tercer ataque. ¡Oh, por el amor de Dios, esquiva!

“¡Ay!”

Conseguí esquivar de nuevo, pero esta vez, la garra del grifo apenas rozó mi hombro. Su puntería era cada vez más precisa. Volvió a levantarse en el aire.

Esto era malo; su estrategia nos impedía utilizar cualquier ataque a corta distancia. Jean estaba de espaldas a Emily mientras se preparaba para golpear, pero parecía que le costaba predecir el momento exacto en que podría dar un golpe.

De repente, el grifo lanzó un chillido agudo.

Espera, ¿se estaba acumulando maná a su alrededor?

El grifo descendió para realizar un cuarto ataque. Tenía un mal presentimiento, pero no había más opciones que esquivar.

¡Esquiva!

Un impacto golpeó mi cuerpo.

“¡Gagh!”

“¡Eek!”

Pensé que había esquivado ese ataque, pero por alguna razón, ¡estaba saliendo despedido por los aires! La fuerza de la ráfaga fue demasiado: la mano de Lucy fue arrancada de mi mano en el aire.

Mierda, ¿era magia de viento? El grifo estaba ahora rodeado de viento. ¿Me estás diciendo que los monstruos también pueden usar magia?

“¡Makoto! ¡Lucy! ¿Estás bien?”, gritó Jean.

“S-Sí, lo estamos”, respondí. “Jean, cuida de Emily”.

Mantuve mi cabeza girando en su sitio mientras me levantaba. Luego, me acerqué lentamente a Lucy. Antes de que pudiera hacerlo, Jean sacó su espada y se interpuso en el camino del grifo.

“¡Jean!”, gritó Emily. Esto se estaba poniendo muy mal. Pero, ¿qué más podía hacer? Lucy no parecía estar inconsciente, pero no se levantaba. Escuché a Emily incantando algo de magia curativa desde la distancia, sin embargo, el hechizo no era lo suficientemente fuerte como para recuperar completamente a Lucy. Este grifo era inteligente; Emily sería su próximo objetivo si se enteraba de que teníamos una sanadora entre nosotros.

Oí a Jean jurar por pánico y frustración. Cada vez que el grifo movía su pata delantera, hacía volar a Jean, con escudo y todo. Era sólo cuestión de tiempo que estuviera acabado. Mi maná se había agotado, y atacar con mi daga no era definitivamente una opción. Quería correr, pero nuestro oponente probablemente no nos dejaría escapar a los cuatro.

¿Qué me quedaba? ¿Debo dejar a Lucy y correr? No, no lo haré.

Makoto, pon tu propia vida primero.

Diosa, no dejaré a mis compañeros atrás.

…Bien.

La diosa sonaba exasperada, pero la ignoré. Estaba poniendo al máximo mi habilidad Mente Tranquila para mantener a duras penas la compostura, y me devanaba los sesos buscando alguna salida a esto.

Tenía que haber algo… ¡Recuerda, Makoto! Tenía que haber un truco secreto para derrotar a esta cosa.