Shinja Zero no Megami–sama to Hajimeru Isekai Kouryaku (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Makoto Takatsuki Conoce A Una Diosa

Parte 2

Poco después de venir a este mundo, alguien que se hacía llamar “La Sacerdotisa del Agua” visitó el Templo del Agua. La sacerdotisa era un cargo especial dentro de la teocracia de este país. Se decía que la sacerdotisa podía oír la voz de la diosa que la gente de esta tierra adoraba.

Por eso trataban la palabra de la sacerdotisa como si fuera la palabra de su dios.

Sus tareas se llevaban a cabo normalmente dentro de la iglesia, pero ella se desvivía por visitar a estos habitantes de otro mundo. El objetivo era buscar talentos; la sacerdotisa tenía el poder de conceder a los nuevos creyentes la bendición de la diosa. Las poderosas estadísticas y las raras habilidades de estos habitantes de otros mundos debían captar su interés.

La persona que apareció ante nosotros se presentó como Sophia Eir Roses, la sacerdotisa de la Diosa del Agua. También era la princesa de Roses, la Nación del Agua, una auténtica VIP entre las VIPs, y la que servía de eje de su país. El hecho de que alguien de su calibre viniera personalmente al templo demostraba lo excepcionales que eran las estadísticas de la clase 1-A.

“Ah, así que eres un mago de rango ultra, ¿verdad? Qué maravilla. Se te concederá la bendición de la Diosa del Agua. Para recibirla, te convertirás en un acólito de la diosa que adoramos, ¿no es así?”

“Oh, posees la habilidad del Caballero de Oro. Se te concederá la bendición de la Diosa del Agua. Para recibirla…”

Y así, convenció a un compañero tras otro. Principalmente a los que tenían habilidades raras. Pero cuando vio mi Libro del Alma…

“Entonces, tienes Magia de Agua. De bajo rango, por cierto. Bueno, te deseo lo mejor”.

Y con una mirada fría, me pasó por encima.

…¿Um?

“¿Eso es todo?”

“¡Eh, la sacerdotisa está ocupada!”, gritó un caballero cuando intenté interrogarla. Más tarde supe que era el caballero personal de la sacerdotisa.

“¡Me convertiré en un creyente de la Diosa del Agua! Entonces, ¿puedo obtener su bendición?” En ese momento había entrado en pánico por mis escasas habilidades, así que me sentía desesperada por conseguir todo lo que pudiera. Conseguir la bendición de la Diosa del Agua me habría otorgado muchas ventajas, así que la quería a toda costa. Se lo pedí a gritos. Pero la respuesta de la sacerdotisa fue tan fría como el hielo.

“Necesitas un poco más de entrenamiento. Quizá la próxima vez”. La Sacerdotisa del Agua Sophia no dijo nada más y se fue sin volverse.

Pero por mucho que me hubiera entrenado desde entonces, nunca recibí la bendición de la diosa.

No sólo mis compañeros me habían mirado con lástima, sino también el personal del Templo del Agua. Una vez que terminé de llorar en mi almohada, empecé a albergar un odio hacia la sacerdotisa, su iglesia e incluso hacia la diosa que adoraban.

Era un recuerdo doloroso. Incluso ahora, pensar en ello me pone de mal humor.

Cálmate… Ya lo he superado. Lo he superado.

***

“Tu encuentro con la sacerdotisa del agua fue horrible, ¿no? Bueno, no tienes que creer en esa diosa suya”.

Habló como si hubiera leído mi mente. Me pregunté si realmente lo había hecho. O espera, si ella sabía lo de la sacerdotisa del agua, entonces debe haber estado diciendo la verdad acerca de observarme.

“Prefiero no recordar, así que dejemos eso atrás”, dije. “Entonces, Diosa, ¿podrías decirme tu nombre?”

Todas las deidades de este mundo tenían nombres. El Héroe de la Luz, Sakurai, había recibido algo llamado el “Favor de la Diosa del Sol, Altena”. Dado que multiplicaba todas sus estadísticas, era menos una bendición y más un código de trucos. En serio, ¿cómo consigue un tipo toda la suerte?

Mi motivo ulterior para preguntar el nombre de la diosa era establecer mis expectativas para cualquier bendición futura. Incluso si su bendición no era tan buena como la de Sakurai, al menos podía esperar una buena bendición si era lo suficientemente famosa.

“Tee hee. Bueno, soy una diosa menor, así que puede que no hayas oído hablar de mí”.

“Bueno, tal vez, pero aun así me gustaría saber el nombre de la diosa a la que voy a adorar”.

“Entonces te lo diré a su debido tiempo”, dijo la diosa, haciéndose la desentendida. No sabía por qué se había desviado, pero me rendí y cambié de tema.

“¿Crees que podré triunfar como aventurero en este mundo?” pregunté.

“Veo que estás preocupado por tus bajas estadísticas”.

“No puedo decir que no lo esté”, admití. Mi magia ni siquiera era lo suficientemente fuerte como para derrotar a un goblin solitario porque mi poder de ataque era demasiado bajo. Además, mi maná siempre se agotaba en un instante. ¿Podría llegar a ser un aventurero?

“Pero, Makoto, tienes unas habilidades bastante convenientes”.

“¿Te refieres a Mente Tranquila y Jugador de RPG? Claro, son convenientes, pero no pueden compararse con las habilidades de un mago o un guerrero fuerte”. Prácticamente me estaba quejando de esta diosa real, pero era la verdad.

De repente, la diosa cambió de tema. “¿Conoces a tus compañeros Suzuki, Yamashita y Endou?”

Bueno, por supuesto que los conocía. Habíamos sido transportados a este mundo juntos. No es que estuviéramos muy unidos; sólo tenía dos amigos en esa clase. Pero por lo que recordaba, tenían habilidades de guerrero y mago de alto rango.

“Bueno, esos tres compañeros tuyos han desaparecido. Tal vez incluso perecieron”.

“¿Eh?” ¿Acaso…? Acaba de decir…

“Tal vez pusieron demasiada fe en sus poderosas habilidades. Lucharon contra monstruos de un nivel demasiado alto y se enfrentaron a mazmorras de una dificultad demasiado grande, sólo para descubrir que habían mordido más de lo que podían masticar.”

“Oh… ya veo…” No podía creerlo. Había pasado todo un año encerrado en el Templo del Agua, así que no tenía ni idea.

“Es porque la tierra de Japón de la que todos ustedes provienen es un país pacífico”, explicó. “Puede que tus compañeros estuvieran dotados de poderosas habilidades, pero la fuerza de sus nervios era la misma de siempre. Tu Mente Calmada, sin embargo, estabiliza los tuyos. Es más, te protege del exceso de confianza y del descuido. Una habilidad maravillosa, sin duda. Y tu habilidad de Jugador de RPG es única para los habitantes de otro mundo. Es una que encuentro bastante intrigante”.

“¿No cambia mi punto de vista?”

“Ser capaz de verte en tercera persona te protege de los ataques furtivos. Y al ver en 360 grados, puedes observar desde un punto de vista bastante distante. Además, te permite trazar automáticamente un mapa de los lugares que has visitado. Lo considero bastante conveniente”.

Bueno, RPG Player no sonaba tan mal cuando lo decía así. Supongo que todo se reduce a cómo lo usas. Ahora que me sentía un poco mejor, decidí hacer una pregunta diferente.

“Dijiste que me habías estado observando todo este tiempo. Si es así, ¿por qué has esperado hasta ahora para hablarme?”

“Porque el Templo del Agua está bajo el ámbito de la Diosa del Agua, Eir. Me pareció prudente abstenerme”.

“Sin embargo, hubo creyentes de otras diosas que pasaron por el Templo del Agua para explorar”, señalé. Sakurai, el Héroe de la Luz, se había convertido en acólito de la Diosa del Sol.

“Bien por ellos”. La respuesta de la diosa fue vaga. “Entonces, Makoto, ¿te convertirás en mi creyente?”

Realmente me lo estaba poniendo difícil. Tuve que pensar mucho.

Al principio, su belleza me había dejado sin aliento. Pero ahora que había recuperado el sentido común, no podía negar que esa diosa era un poco sospechosa. Mis estadísticas eran escasas y mis habilidades eran raras, así que ¿por qué iba a querer a alguien como yo como creyente? Había jugado a muchos juegos de rol que daban a los jugadores estos tratos aparentemente dulces al principio. En mi experiencia, elegir el “Sí” solía volverse contra ti.

Eso es lo que me decían mis sentidos de jugador. Sin embargo, a diferencia de un juego, esta elección no podía deshacerse con el botón de reinicio.

“Creo que lo consultaré con la almohada”.

“¡¿Qué?!” El comportamiento antes refinado de la diosa dio paso rápidamente al pánico. “E-Espera. ¡Podrías ser un acólito de la diosa aquí! ¡Y lo estás escuchando directamente de la propia diosa! Eso es un honor y medio!”

Esto era cierto. Las diosas casi nunca se presentan directamente a la gente. Incluso las sacerdotisas que mencioné antes sólo oían sus voces. Nunca había oído que alguien viera o hablara con una diosa, ni siquiera en un sueño como éste.

Bueno, una diosa de verdad, al menos, susurró mi cerebro mientras Mente Calma lo mantenía recogido. Entonces, ¿es esta diosa tan real como afirma?

“¡Claro que soy real!”, protestó ella.

“¿Eh?”

“Uh, oops”.

Así que me estaba leyendo la mente.

“Supongo que eso sería pan comido para una diosa”, concluí.

“Realmente eres tranquila…”

Gracias, es mi única cualidad redentora.

“H-Hey, escucha”, suplicó la diosa. “Venir al mundo humano como una deidad es un gran dolor de cabeza. ¿Crees que podría conseguir un contrato esta noche?” Se acercó a mí, me tomó de la mano y me puso ojos de cachorro.

Bien, espacio personal. El rostro impecablemente esculpido de la diosa estaba ante mis ojos. Sus modales me recordaron al servicio de atención al cliente de un club de alterne que había visto en la televisión hace mucho tiempo. Sus ojos brillaban con un tenue resplandor dorado. Mi mente se quedó en blanco y retrocedí un poco.

Espera, me di cuenta. ¿Está usando magia de encantamiento?

Conocí la existencia de la magia de encantamiento en mis estudios en el Templo del Agua. Las mujeres que trabajaban en los burdeles la utilizaban con bastante frecuencia. Había muchos tipos de magia de encantamiento, pero lo fundamental era mirar al objetivo a los ojos, hablarle dulcemente y establecer contacto físico con su cuerpo.

No faltan las historias de aventureros con las orejas mojadas que se dejan encantar por las mercaderes y se endeudan por el dinero que gastan en sus presuntas novias. ¿Estaba mi historia a punto de añadirse a la lista?

Pero tenía perspectiva: concretamente, la perspectiva en tercera persona que me otorgaba mi habilidad de jugador de juegos de rol, que siempre dejaba activa. Podía ver las reacciones tanto mías como de mi interlocutor a unos metros de distancia. Por ello, el requisito de establecer contacto visual nunca se cumplía. Por cierto, esta habilidad también hacía que su voz y su tacto parecieran ser para otra persona. Por si fuera poco, mi habilidad Mente Calmada evitaba que mi corazón se balanceara.

Mi maestro en el templo me había dicho una vez que sería difícil de persuadir con la magia de encanto. Recuerdo que en aquel momento pensé que sería inútil en combate, pero bueno, supongo que nunca se sabe lo que acaba siendo útil.

“Diosa, por favor aléjate de mí. Estás demasiado cerca”. Con calma, puse algo de distancia entre los dos.

“¿Eh? Espera, ¡¿por qué no ha funcionado?!”

Oh, Diosa, pensé, tal vez no quieras decir eso en voz alta. Usar la magia del encanto para asegurar seguidores parece que estaría mal visto. Esa es la práctica de un culto turbio.

“¡Por el amor de Dios, yo no soy sospechoso!”

“¡Así que me estás leyendo la mente!” Declaré. Como no tenía mucho sentido dejar las cosas sin decir, fui al grano. “Si puedes leer mi mente, entonces puedes entender por qué soy escéptico. Te sugiero que cortes por lo sano y lo dejes por hoy”.

“¡No quiero! ¡Esta es mi primera oportunidad de atrapar a un acólito en mil años! Te convertiré en mi creyente aunque sea lo último que haga”.

La diosa se había reducido finalmente a rodar por el suelo en una rabieta. La autoridad que había mostrado a primera vista hacía tiempo que había desaparecido. Casi podía ver su ropa interior por debajo de la falda de su corto vestido… pero no del todo. ¿Eran éstas las defensas de una deidad?

“¿Te convertirías en mi acólito si te diera un vistazo?”, preguntó la diosa mientras mis pensamientos estaban ocupados por una absoluta idiotez.

“Esa sí que es una frase”.

La diosa se sentó en el suelo mientras me miraba con lágrimas en los ojos. Qué bonito. Pero, lamentablemente, ese no era el criterio en el que basaba mis decisiones religiosas.

“¡Por favor, por favor, por favor! Por favor, hazte mi creyente. Te lo ruego”. Ahora estaba agarrando mis hombros y sacudiéndome físicamente. Una vez más, el espacio personal.

Hmm, pensé, ¿qué debo hacer?

Para ser honesto, no sabía lo que buscaba. Pero sabía que iba en serio. En cualquier caso, no tenía intención de adorar a ninguna de las seis diosas principales de este continente. Aunque eso fue sólo porque la sacerdotisa del agua me dio una mala primera impresión.

A fin de cuentas, esta diosa me estaba diciendo cosas que nadie más había dicho. Todo para conseguirme. Decidí esperar que no se aprovecharan de mí.

Mi habilidad de jugador de RPG mostraba una opción.

Convertirse en acólito de la diosa?

->▶Sí

No

“Lo entiendo. Me convertiré en su creyente”.

“Espera, ¿en serio? Yo-yo lo hice!” La diosa hip-hip-hurra mientras rebota hacia arriba y hacia abajo. “Entonces, ¿me puedes prestar tu Libro del Alma?”

No estaba segura de tenerlo en este sueño, pero lo encontré en uno de mis bolsillos después de buscar un poco. “Aquí tienes”.

“Muy bien, veamos aquí…”

La diosa recorrió mi Libro del Alma con el dedo. Por un momento, pareció que la superficie de la página se iluminaba. Cuando miré el texto de nuestro contrato, vi escrito “El primer creyente de la diosa”.

“Uh, ¿hay algún acólito además de mí?”

“Sí, los había. Pero tú eres el primero en mucho tiempo. Deberías sentirte honrada”.

Yo, en cambio, estaba preocupado. Esto iba más allá de ser “menor”. ¿Cómo llega una diosa a ser tan impopular? Aun así, había otra pregunta que necesitaba respuesta primero.

“¿Recibo algo por tener tu bendición?” Tal vez hubiera sido un poco irrespetuoso preguntar eso en el momento en que me convertía en su seguidora, pero era importante.

La diosa, sin embargo, se limitó a fruncir el ceño consternada.

“Verás, soy una deidad menor, así que no puedo dar a los creyentes mi bendición de buenas a primeras. Pero si me ofreces oraciones todos los días, puede que consigas tu bendición pronto”.

Tenía que estar bromeando.

“¡Pero no te preocupes! Puedo darte esto en su lugar”. Me entregó una daga. “Como prueba de nuestro contrato, te regalo un tesoro divino. Es realmente genial!”

“¿Es un arma?”

“¡Puedes usarla como arma! Esta hoja fue forjada por manos divinas, ¡así que no se romperá fácilmente! Además, asegúrate de tenerla mientras rezas”.

Supongo que era como una cruz.

“De todos modos, tengo que irme”, dijo. “¡Si te metes en algún problema, confía en tu buena diosa!”

“Espera, ¿tienes alguna orden o algo?” Me apresuré a asegurarme de que no me dejaban sin algo importante, pero la diosa se limitó a poner cara de asombro.

“No quieres que te dé órdenes, ¿verdad? Prefieres que tu aventura sea de mundo abierto”.

Realmente lo sabía todo.

“Quiero decir, lo haría, pero las diosas suelen empezar con una búsqueda o algo así en momentos como este”.

“¿Estás pidiendo un recado? Vaya, no eres un acólito considerado”. Ella pensó por un momento. “Bueno, tengo uno: hacerme fuerte”.

“¿Es una orden?”

“No es una orden, sólo una simple petición”, aclaró. “Eres el único creyente que tengo, así que más vale que no mueras tan fácilmente. Tengo muchas esperanzas puestas en ti”.

La diosa me hizo un guiño, un pulgar hacia arriba y un “A por ellos, campeón” antes de desaparecer.

***

Cuando me desperté, una daga desenvainada cayó junto a mi almohada.

¡Caramba, por los pelos!

“Espera, ¿no es esta la daga que le robé a ese hobgoblin ayer?” El trozo de metal antes oxidado había renacido en una hermosa hoja. Me acerqué con cautela y la cogí. Su peso era el adecuado, ni demasiado ligero ni demasiado pesado. La empuñadura encajaba perfectamente en mi mano y sentí la sensación de que el maná se derramaba en mi interior.

Debía de ser un arma mágica. El acero teñido de azul emitía un brillo misterioso.

“Gracias, Diosa”. Agarré la daga con ambas manos y recé.

Después, abrí mi Libro del Alma y vi las palabras “El primer creyente de la Diosa” escritas en él. ¿No era realmente un sueño?

“¿Sr. Takatsuki?”, dijo una voz. “¿Por qué llevas una daga en la mano?”

Rayos, no había notado que la hija del mercader se había despertado. “Oh, ya sabes, sólo rezando a la Diosa”.

“Me uniré a ti”, dijo ella. “Oh Ira, Diosa de la Fortuna, gracias por permitirnos conocer al Sr. Takatsuki”. Sentí que estaba siendo un poco exagerada, pero había salvado sus vidas, así que tal vez el exceso estaba justificado.

“Muy bien, pongámonos en marcha. Creo que podremos llegar a la ciudad por la tarde”.

La Ciudad del Agua, Macallan.

Había oído que era la vigésima ciudad más grande del continente. El río del Bosque de los Elementales y del Gran Bosque fluía aquí para convertirse en un canal. Luego desembocaba en el lago Chimay, y la hermosa ciudad de Macallan estaba construida en la orilla. Había muchos canales de agua que corrían por toda la ciudad, y la gente viajaba por ellos en botes de remos. La ciudad también era famosa por sus bulliciosas cervecerías, y los cócteles flamígeros elaborados con Macallan eran adorados en todo el continente. O al menos eso me habían dicho el comerciante y su hija.

“Hemos llegado, sanos y salvos. Sr. Takatsuki, gracias por todo”. La hija del mercader me agarró la mano con fuerza. Me sonrojé un poco antes de desear que su padre bajara el tono de la mirada de muerte que me lanzaba.

“En realidad, debería agradecerte todo lo que me has enseñado”. Durante el viaje hasta aquí, me habían dado información sobre el gobierno de la ciudad, así como sobre dónde encontrar el gremio de aventureros, artículos baratos, buena comida y alojamiento sólido.

Les hice mirar la daga que había recibido de la diosa mientras viajábamos juntos, pero, por desgracia, me dijeron que no podían averiguar gran cosa usando sus habilidades de Tasación (Rango Bajo).

Antes de separarnos, el mercader dijo que volvería con su compañía. Opté por dirigirme al gremio de aventureros en el distrito comercial.

Por cierto, había una iglesia en el centro de la ciudad. Las iglesias tenían bastante poder en Roses, por lo que las ciudades de aquí siempre se construían con una iglesia en el centro.

Sin embargo, el objeto de culto en Roses era la Diosa del Agua, siendo la sacerdotisa del agua, Sofía, el núcleo de su teocracia. No me ibas a pillar yendo por ahí. Me juré a mí mismo que me mantendría alejado.

Encontré el gremio de aventureros en poco tiempo. Era un edificio más grande con una construcción de piedra mucho más sólida de lo que había imaginado. Entré y me encontré con un espacio abierto con puestos de comida y tiendas de armas al aire libre. Ésta debía ser la entrada.

“Hola, ¿qué tal una pinta? Tengo una cerveza helada para ti”.

“¡Tenemos importaciones de Caol Ilan que llegaron esta misma mañana! Actúa ahora y tendrás un diez por ciento de descuento”.

“¡Esto es un escudo hecho con la escama de un dragón! El primero en llegar, el primero en servirse”.

El negocio estaba claramente en auge. Incluso había gente celebrando banquetes encima de mesas sencillas aquí y allá. Eché un vistazo al tablón de anuncios y vi que había una parada de descanso (que permitía pernoctar separados por sexos), un campo de entrenamiento y un almacén para monstruos capturados.

El gremio de aventureros era el lugar que expedía las licencias de aventurero. Me lo imaginaba bastante parecido a una escuela de conducción, pero se parecía más a un gimnasio deportivo con una parte de instalaciones recreativas. Por suerte, la cola para las licencias no era muy larga, así que llegué al mostrador bastante rápido.

“Hola. ¿Qué puedo hacer por usted hoy?”

La recepcionista era una mujer hermosa. Eché un vistazo a las demás recepcionistas y me di cuenta de que sus miradas estaban todas a un nivel bastante alto.

“¿Puedo registrarme como aventurero?”

“Ah, así que es la primera vez que utiliza nuestros servicios”, dijo. “En ese caso, rellena la información necesaria en este formulario. Además, tienes tu Libro de Almas contigo, ¿correcto?”

Le entregué mi Libro del Alma a la recepcionista. Luego escribí en el formulario mi nombre, mi historial laboral, mis habilidades y mi trabajo actual.

“Toma, lo he rellenado”.

“Perfecto, muchas gracias. Lo revisaré”. La recepcionista pareció enarcar una ceja al ver mi nombre y el hecho de que “habitante de otro mundo” estuviera escrito en mi historial laboral, pero no dijo nada. Qué profesional.

“No hay problemas con su información. ¿Te parece bien dejar tu trabajo como “aprendiz de mago”?”

“Sí, déjalo como está”.

“Tardarán un poco en imprimir su licencia, así que tome un número y espere hasta que lo llamen”.

Miré a mi alrededor mientras me alejaba por si había algún aventurero desagradable que viera a los novatos del gremio como carne fresca, pero por suerte, no había ningún matón de ese tipo. Poco después, mi tarjeta de aventurero terminó de imprimirse.

“Aquí tienes”, dijo la recepcionista mientras me la entregaba.

Makoto Takatsuki: Aprendiz de mago

Nivel: 2

Rango de aventurero: Piedra

Habilidades únicas: Mente tranquila, Magia acuática (rango bajo), Jugador de RPG

Habilidades normales: Sentido del Peligro, Sigilo, Explorador, Cartografía, Esquivar, Huir, Clarividencia, Escuchar, Tirar, Intestar, Cocinar, Primeros Auxilios, Encender

Fuerza: XX

Resistencia: XX

Espíritu: XX

Agilidad: XX

Derrotar a esos goblins me había hecho subir al nivel 2. Todo lo demás parecía ser las mismas estadísticas poco impresionantes que había visto una y otra vez en el templo.

Maldita sea, soy débil. Aunque no es exactamente una noticia.

“Oh, bueno”. Gracias a mi habilidad Mente Calmada, no necesité pensar en ello.

Me embolsé mi tarjeta de aventurero y salí del edificio. Me dirigí a mi siguiente destino, un lugar por el que había preguntado específicamente al comerciante: La Compañía Comercial Fujiwara.

Así es. Mi antiguo compañero de clase Fujiyan ya tenía su propia tienda.