Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 8

Capítulo 2: La Verdad, Aunque Enmarañada

Parte 1

 

 

Una ráfaga de viento levantó una nube de polvo en el patio, cubriendo de tierra esta atmósfera juvenil. Me senté en las pequeñas escaleras que conducían a los campos deportivos desde el edificio de la escuela y observé a los miembros de los clubes deportivos llevando a cabo sus actividades mientras me frotaba las manos.

Existe la opinión sesgada de que el invierno es aburrido porque ‘las chicas se cubren demasiado’, o al menos eso sostienen algunas personas desde su modo arbitrario de ver el mundo. Sin embargo, en lugar de validar semejante blasfemia, ¿por qué no mejor pensar en el invierno como la estación del año donde puedes contemplar a chicas desnudas cargando ropas poco femeninas mientras corren? ¡¿No te pone súper emocionado—?! Ah, sí. Estoy bien, tomé mi medicina esta mañana. Gracias por preguntar.

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A lo que quiero llegar es que soy de los que piensan que, con el enfoque adecuado, los días que no son necesariamente malos puede tornarse maravillosos; o al menos soy de los que tratan de creer eso mientras ignoran sus ganas maldecir al mundo, así que imaginaran como me sentía al mirar a mis compañeros del club practicando mientras yo continuaba vetado de las actividades deportivas. Los miembros completamente desnudos de otros clubes estaban luciendo sus abrigos mientras pateaban balones, se pasaban balones con las manos y se golpeaban entre sí con tipos diferentes de balones. A lo lejos, detrás de ellos, se hallaban los miembros del Club de Atletismo, quienes actualmente estaban realizando sus entrenamientos de escalera.

Después de todo, el maratón estaba a la vuelta de la esquina, lo cual significaba una oportunidad para trotar salvajemente junto al río Tama siendo golpeado por la brisa con la esperanza de ser recibido por aplausos e incluso un trofeo del que sentirte orgulloso en el futuro.

Es un evento tan maravilloso, y lo digo sin un ápice de cinismo.

En cuanto a nuestro club, por supuesto, nuestro objetivo era lograr un tiempo de ejecución promedio, y a lo mejor un milagro. Por otra parte, el atletismo tiene muchas disciplinas—como lanzamiento de jabalina, lanzamiento de peso, disco, sprint, salto de altura, salto triple, sprint de corta distancia, etc, etc—por lo que no todos los miembros del club practican con la intención de ganar un maratón: verbi gratia, ¡no todos los chicos de mi edad llegan a la paradójica interpretación de que una chica puede estar desnuda mientras lleva ropa puesta—!

—Todos los chicos son pervertidos. Solo mira al senpai para que te des cuenta.

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Vaya, ni siquiera abrí la boca y acabo de escuchar a otra persona malinterpretándome. Qué problemático. Hay que señalar a la naranja podrida de la sociedad, ¿supongo?

De todos modos, el punto es que actualmente todos están practicando con el corazón encendido siguiendo la lógica de “Somos el Club de Atletismo, así que todos van a correr”.

Pero aun así…

—¡Ah, cuidado…!

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Una bola dibujó una hermosa parábola en el aire y levanté la mirada para verla. Voló por encima de la red de bateo, cayendo hacia el suelo como un depredador apuntando a su presa.

Cada vez que sonaba ese grito de advertencia, las prácticas del Club de Atletismo quedaban en suspenso. Y aunque se encontraban un poco más lejos de la zona de aterrizaje aproximada, tuvieron que evacuar de todos modos.

Incluso mientras los veía practicar, la cantidad de bolas que volaron hacia ellos ya hubiera requerido los dedos de dos manos para contar.

***

 

 

La bola rodó cerca de las pequeñas escaleras en las que yo me encontraba sentado.

—¡Lo sientoooo! —Un miembro raso del Club de Béisbol vino a recogerla.

No obstante, todos los miembros del Club de Atletismo lo vieron con la cara de quien mastica una mosca. Uno de ellos incluso se alejó del grupo y caminó en su dirección.

—…oye. —Hablo con voz fría y disgustada.

Una cola de caballo corta ondeaba detrás de su espalda, y cruzó los brazos debajo de su bien dotado busto. En sus ojos se superponía la mirada aguda de un zorro. De hecho, no se trataba de otra persona que la próxima presidenta del Club de Atletismo—Maimaki Mai, también conocida como MaiMai-san. Tengo bases al decir que podría esmerarme en describir con sumo detalle cada punto candente de los atributos que esconde debajo de esa camiseta, pero si tuviera que inclinar la balanza entre mis fantasías y la amistad, marcaria una línea clara a si llore sangre

Porque somos amigos.

Sin prestarme atención, la mencionada Maimaki se enfrentó al miembro del Club de Béisbol.

—¿Podrías parar con esto de una vez? Apestas demasiado. —Ella finalmente regaño al chico.

Sé que no es de mi incumbencia, pero al escucharla decir “apestas” con tanto desprecio, no puedo evitar imaginármela despertando por la mañana acostada a mi lado mientras arregla su maltratada camisa debajo de las sábanas. Añádele el “apestas~” junto algunos ojos entrecerrados mientras intenta disimular su rubor con la palma de su mano sobre su mejilla y probablemente me volvería loco… ¡Pero no lo imaginare! ¡Porque somos amigos~!

—Todas las pelotas que bateas terminan aquí. ¿Qué pretendes?

—Sí, lo siento…


—Piensa en cómo nos sentimos. Así no podremos practicar para nuestro maratón.

—Lo siento mucho…

—Se me está acabando la paciencia. Incluso un padre perdería la paciencia aquí. Así son las cosas. ¿Entiendes?

—Sí, lo lamento mucho… —El chico encargado de recoger la pelota mostró una cara de rechazo, y bajó la cabeza varias veces. El acné en el costado de su nariz lo hacía parecer un estudiante de secundaria.

Bueno, no es como si fuera a pegar un home run en solo un año. No pensé que empujarlo al suelo así sea la mejor idea.

—MaiMai, ¿por qué no dejas en paz al chico?





—¿…usu?

Cuando hablé, el chico me miró un poco extrañado. Debe haber estado demasiado ocupado disculpándose que no se percató de mi presencia.

—Hm… —Al mismo tiempo, MaiMai-san soltó un bufido, como si hubiera elegido ignorarme voluntariamente desde el principio, pero yo se lo arruine.

Primero, su rostro se distorsiono por la ira, pero eso finalmente se calmó también.

—…solo digo que deberías esforzarte un poco más de aquí en adelante. Tienes que mejorar.

—¡Si, entiendo!

—Bueno, siempre que de verdad lo hagas… — Desvió la mirada.

Maimaki Mai, también conocida como Tsunderu-san. Ella actúa con dureza y rudeza por fuera, pero tiene ese punto dulce por dentro.

—Gracias, MaiMai. Lo estabas regañando por el bien del equipo, ¿verdad?

—Cierra la boca, YouYou. Me vas a embarazar con tu voz.

—………

Solo quise ser agradecido, pero fui insultado. Que extraño… ¿Cómo puede reprimirse frente al miembro del Club de Béisbol, pero en el momento que hablo, todos sus conocimientos pervertidos salen a borbotones?

—¿…hm? —El chico del acné miro de un lado a otro entre nosotros dos, como si estuviera tratando de averiguar nuestra relación.

—Oh, no te extrañes. Esto es normal.

—No metas a los de primer año en tus cochinadas, YouYou. Maldito bastardo del mega-taladro impotente.

—¡Claramente eres la pervertida más grande aquí! ¡¿Cuándo dije algo así?!

—Cuando empezaste con esa mierda de “apestas <3”

—Que… ¿¡c-cómo lo supiste!?

—Cualquiera podría saberlo. No creas que te perdonaremos solo porque no dices lo que piensas en voz alta–¿cómo? ¡¿Vas a dejarlo salir dentro del chico del Club de Béisbol?! Realmente tienes una lujuria ilimitada.

—¡No inventes cosas solo para justificar tu disgusto! Además, ¿cómo puedes ser tan grosera? ¡Lo estás involucrando en esto! ¡¡MIRA, ÉL POBRE SE CONFUNDIÓ!!

—¡Sí! ¡Usu, usu! —El chico sacudió sus hombros. No sabría decir si se estaba riendo o solo estaba preocupado. —¡Muchísimas gracias! —Tomó la pelota y se inclinó. Sus grandes ojos redondos parecidos a los de un koala hacían que pareciera que estaba sonriendo.

—Sí…

Esa cara se ve mucho mejor, pensé.

—¡¡LLEGAS TARDE, BASTARDO DE PRIMER AÑO!!

—Una voz rugiente y unos pasos fuertes se acercaron entonces.

Se trató de otro chico mucho más fornido sosteniendo un bate de béisbol. Si la cara del estudiante de primer año me recordaba a un koala, creo que puedo darme el lujo de comparar a este chico con un gorila que vi en un zoológico el otro día. En respuesta, el niño koala se enderezó.

—¡Usu! ¡Lo siento!

—¡No eches más leña al fuego! ¡Vuelve a tu práctica!

—¡Usu! ¡Comprendido!

—¡Vamos! ¡Corre más rápido! ¡¡Corre y consigue ese punto, idiota!!

Pude captar algunas de las palabras que estaba diciendo. Comunicarse con otras culturas—en este caso con el Club de Béisbol—es importante después de todo.

—¡Usu! ¡Lo siento!

—¡El punto! ¡¡EL PUNTO!!


—¡…osu! —El chico del acné corrió tan rápido como pudo.

Con eso, Gorila-senpai también empezó a largarse. Debe ser el próximo candidato en batear un jonrón.

—Espera. Todavía no he terminado.

MaiMai lo llamó.

—¿Eh?

—¿Pueden dejar de lanzar todas las bolas por aquí?

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—¿Huuuuh? —Gorila-senpai infló su pecho, luciendo tan sólido como un tambor.

—¿No se te ocurre una mejor práctica? Eso es todo lo que estoy pidiendo.

—¿Mejor práctica? ¿Quién eres tú? Habla inglés, idiota. —Soltó un bufido. A juzgar por sus reacciones y el estándar bilingüe del Club de Béisbol, parecía tener problemas para entender los conceptos básicos de lo que estaba diciendo MaiMai.

—¿Me estás llamando idiota? Adelante, entonces. No es que me importe…

—Que molesta. ¡Si tienes algo de qué quejarte, practica en otro momento, eh!

—¿Qué dijiste? Intenta decir eso una vez más.

—No me hagas repetirlo. Tengo mala memoria.

—¿Y porque golpeas tu pecho? Entiendo que pretendas hacer una declaración, pero vuelve a tu bosque, ¿quieres?

—¡¡LES ESTOY DICIENDO QUE SE CALLEN Y SE CONCENTREN EN SU PROPIA PRÁCTICA, CHICOS DE ATLETISMO!!

—…después de empujarnos a un rincón así… — MaiMai se mordió el labio con rabia.

Debe estar luchando por mantener una conversación civilizada. Sus hombros subían y bajaban. Entonces aquí es donde comienza la guerra, ¿eh? Pensé como un observador

***

 

 

El patio de nuestra escuela es bastante pequeño. Puede que no lo sea tanto como la frente de un gato, pero no es lo suficientemente grande para que todos los clubes deportivos practiquen después de clases. Por supuesto, esto significa que hay que regular los horarios de los distintos clubes deportivos, pero esa regla no está escrita y la escuela tampoco tiene un horario concreto. En otras palabras, se pide a los clubes deportivos que negocien entre ellos. No obstante, esto es lo que sucede cuando los consejeros no están. Al igual que durante la excursión, los estudiantes tienen demasiada libertad de elección. Para bien o para mal, claro está.

Sin embargo, el verdadero problema es que más de la mitad de los presidentes de los clubes deportivos son unos malditos testarudos, prepotentes y egoístas que no pueden hacer otra cosa más que pensar en sí mismos… sin ofender, Acero-san. De todos modos, al igual que siempre hay una dura batalla con la distribución de los salones deportivos en el edificio destinado a los clubes, lo mismo podría decirse aquí. A pesar de ello, nuestro Club de Atletismo nunca había tenido que librar una batalla tan concreta—dado que contábamos con el favor del invencible soberano de la Sabana.

Inigualable antes todos los cielos, y estricta con todos los entes, aplastaría a cualquier debilucho que se atreviera a objetarla. Cuando atacabas, te mandaba a volar, y cuando huías, ella te perseguía. ¿Decidiste ofrecer tu mejilla derecha para una bofetada? Ella te partirá la izquierda de una patada: esta era la percepción general que todos tenían del «Rey de Acero».

Eso no cambio ni siquiera cuando nuestra amada Tsutsukakushi Tsukushi finalmente empezó a sonreír y a mostrar afecto por los demás a finales del verano pasado. Puede que los otros miembros del club comenzaran a tratarla con relajo, pero por fuera, ella todavía seguía siendo la gobernante absoluta que los otros clubes temían. Ni el más rufián de los rufianes se atrevería a oponerse al «Rey de Acero», quien dictamino cómo se usarían los campos deportivos durante su mandato.

De esta forma, la paz estaba garantizada.

Sin embargo, ¿qué pasaría una vez que este rey se retire debido a sus estudios para el examen de ingreso? Por supuesto, la paz de la jungla fue anulada, y se reanudó la supervivencia del más apto.


***

 

 

Se supone que un conflicto se resuelve con argumentos lógicos. Y digo se supone, porque la batalla entre Gorila-senpai y Zorra-MaiMai, continuó por mucho más tiempo.

—¡Mira ese cielo azul y despejado! ¿Notas que ésta claro? Tenemos que aprovechar el tiempo para practicar. No podemos hacerlo con el piso todo lodoso y entre lluvias.

—¿Y eso que tiene que ver? En el Club de Atletismo tenemos el mismo problema.

—¿Huuuuh? ¡Todavía pueden lanzar sus jabalinas cuando está lloviendo! ¿¡Y no entiendo porque no pueden correr después de la escuela!?

—Eres libre de pensar lo que quieras, pero no pretendas venir de mandón. Estamos usando los campos deportivos porque se nos permite hacerlo.

—¡Solo cállate! ¡¡Escucha con cuidado!! ¡¡El cielo azul es nuestro dominio!! —Gorila-senpai levantó ambas manos para señalar el cielo.

Supongo que finalmente despertó a sus instintos animales. Además, sigo llamándolo Gorila-senpai, pero en realidad está en el mismo año que yo. No hay un significado más profundo para llamarlo así. Por otra parte, supongo que me estoy burlando de él.

—Que alguien lo detenga.

—Aterrador…

—¡Sí, lo siento!

—¡Sí, da miedo!

—Dios, me enoja tanto

Un grupo de personas se reunió alrededor de MaiMai y Gorila-senpai. Los miembros del Club de Béisbol rodearon a los pacíficos miembros del Club de Atletismo, creando una atmósfera acalorada.

Oigan, ¿puedo unirme yo también? ¿Por qué no se me permite participar?

—Si la presidenta del club estuviera aquí, esto no estaría sucediendo… —Algunos miembros del Club de Atletismo hablaron entre murmullos.

Tenían razón. Cuando el «Rey de Acero» estaba presente, situaciones como esta nunca sucedían. Empero, cuando la presidenta del club no estaba presente, todos dejaban ver sus colmillos. Los días en que el Club de Atletismo podía utilizar los campos deportivos también empezaron a cambiar constantemente, lo que provocaba el descontento de todos.

A este paso, MaiMai no tardaría en perder su puesto en una segunda revolución de octubre 7

bueno, aunque en estos momentos tampoco sería una gran revolución que digamos.

  • También conocida como Revolución Bolchevique, se trató de la segunda fase de la Revolución Rusa, con la cual los comunistas al mando de Lenin lograron tomar el control de Rusia.

Existían más posibilidades de que los clubes de atletismo y béisbol se masacraran antes de llegar a esa etapa.

—¡Oye! Si tienes alguna queja, ¡¿por qué no la

dices?!

Como para seguir los pasos de Gorila-senpai, otros miembros del Club de Béisbol se unieron, gruñendo. ¿Qué es esto? ¿Un concierto de leones marinos?

El cielo podría haber sido azul, pero de nuestro lado los vientos soplan con fuerza, lo que indicaba la gravedad de la situación. Para los pobres e inocentes miembros del Club de Atletismo, esta era una situación seria. Y lo que es peor, ¡no se me permite involucrarme de ninguna forma! ¿¡Realmente no soy más que un observador!? ¡¡No me importaría si un huracán soplara en mi dirección, saben!!

—¡…!

De repente, sentí una mirada contundente. Hasta ahora, MaiMai había hecho todo lo posible por ignorarme, pero finalmente me miró, aunque solo fuera por un breve segundo. Inmediatamente desvió la mirada de nuevo y se puso cara a cara con el Gorila-senpai, comenzando otra discusión. Me pregunto a qué se debió eso. Actué como si no me hubiera dado cuenta, pero…

—MaiMai está teniendo problemas~

—¿¡Ahiii!?

La sensación de una palma fría presiono mi cuello. Me levanté de un salto y encontré a Amistosa-sama detrás de mí. Sin que me diera cuenta, me había cubierto por detrás, tocando mi cuello con la mano. Si esto fuera una batalla, habría muerto al instante.

—Te he estado siguiendo desde que terminaron las clases~ ¿Qué estás haciendo aquí si no puedes participar en las prácticas del club?

—Observando… comprobando… ¿supongo? De todos modos, ¿por qué me seguiste?

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—El Club de Natación no tuvo práctica hoy~

—No veo la relación.

—Deja de concentrarte en lo que no es importante~ —El cabello de Amistosa-sama se agitó suavemente.

Su sonrisa era tan hermosa y encantadora como siempre. Sus ojos somnolientos me tentaron a bajar la guardia, y las delgadas yemas de los dedos que se extendían por sus mangas eran tan delicadas que sentía que ni siquiera podrían matar a una hormiga. ¡Qué chica más honesta!

—Pienso que la cara de enojo de MaiMai es genial y súper linda~, pero estoy empezando a sentirme mal por ella. —Agrego mientras afincaba la punta de su dedo sobre mi cuello. Estoy seguro de que solo es una coincidencia, ¿pero eso que está presionando es mi carótida? —Aww… si tan solo un sexi Príncipe Azul hiciera acto de presencia para salvar a nuestra querida princesa en apuros, yo podría… mimarlo un poco~

—¡…okey!

—Ohh, Ouji-kun. ¿Te motivas rápido, eh? — Amistosa-sama sacudió sus mangas largas, dándome un par de palmaditas en la espalda. Al fin y al cabo, no se puede discutir con el diablo.

Lo que sucedió después fue que el príncipe azul salvó a la princesa en un despliegue candente de gallardía, y vivieron felices para siempre—

O algo así…

—¡Oigan, todos ustedes! —Me levanté de la pequeña escalera, gritando con tanta fuerza en mi voz como pude reunir. —¡Todos los ojos puestos en mí!

—¿Usu?

—Um.

—¡Usu!

—Ah.

—¡Sí!

Los chicos del Club de Béisbol me fulminaron con la mirada.

—…..

Todos nos quedamos en silencio, como si alguien se hubiera parado sobre un escenario, y me encontré con las dudosas miradas de los miembros del Club de béisbol. Al mismo tiempo, los miembros del Club de Atletismo buscaban ayuda y me miraron como si fuera su mesías. ¡Soy la superestrella del Club de Atletismo! ¡Descendí desde el cielo para decirles lo que necesitan escuchar! ¡Amén!

—Entonces, todos, lo que quiero decir es…

Me aclaré la garganta y—

—Probablemente sea algo pervertido, ¿verdad?

—¿Qué más seria si no?

—Maldito pervertido.

—Bastardo pervertido.

—Príncipe Pervertido.

Estos bastardos destruyeron por completo mis buenas vibras con una dura ola de insultos. Sin embargo, lo que más dolió fue que todas las voces provinieron de los miembros del Club de Atletismo. A lo mejor en realidad no me estaban pidiendo ayuda. Tal vez solo querían que todos los presentes se callaran, incluido yo.

Bueno, no puedo culparlos. Gracias a la excursión, la valiente leyenda de Yokodera-kun se había extendido por toda la escuela. Supongo que la gente miraba al Club de Atletismo de manera extraña porque albergaban a un pervertido. Gracias a eso, todavía no se me permitió regresar. No es que estuviera jugando mientras todo eso sucedía. Había estado tratando de mejorar mi imagen limpiando los pasillos, pero como eso no funcionó tan bien, supuse que al menos podría observar las practicas del club a lo lejos. Normalmente me sentiría patético por esto, pero he perdido la vergüenza, ¿así que me siento muy bien?

—¡Los extraños deberían mantenerse fuera de

esto!

—¡Cierto! ¡Cierto!

—¡Largo!

—¡Osu8!

—¡Los pervertidos deben morir!

—¡Usu!

—¡Imbécil!

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—¡Sí!

—“¡Idiota!”, “¡Zaz!”, “¡Basura!” “¡Fuera!” “¡Largo!” “¡Largo!” “¡Largo!” “¡Largo!” “¡Largo!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!”“¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” “¡¡LARGO!!” (lo que sigue se omitió por motivos de espacio).

  • Welcome to Osu!

Estos chicos comenzaron a cantar y declarar que yo era un pervertido, lo que me hizo sentir como si de repente hubieran hecho una alianza en mi contra.

—…entonces, seguiré mi camino… —Di un paso atrás, con el rabo entre las patas. Luego de la desaparición del enemigo de la alianza, los integrantes de ambos clubes volvieron a sus respectivos entrenamientos.

Muy bien, la paz ha vuelto. Es importante tener un enemigo común, cierto. El enemigo público número uno, ¡sí!

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