Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: Malestar Desatendido

Parte 3

—…ahhh, ¡suficiente, suficiente, SUFICIENTE! —Me abofeteé las mejillas.

Debo estar cansado de tanta fiesta. Tengo que recuperar algo de tensión. ¡En momentos como estos, es hora de molestar a Emi!

Tal como sugiere el nombre, apruebo la alegría de hacer lo que dicte mi corazón con la joven Emanuella Pollarola, atiborrándome de la mayor cantidad de placer y emoción posible en el proceso. Acariciar, tocar… ¡Todo es posible con la loli ilegal, la Angélica Emi! De hecho, el papá de Emi incluso me llamó antes de la fiesta.

—[¿Mi hija te está causando algún problema?]

Sonaba realmente interesado y preocupado por su hija, así que tengo que vigilarla cuidadosamente. Pero, y tengo que decir, realmente aprecié la consideración de su papá al llamarme. Además de eso…

—[También tengo que darte las gracias. ¿Hay algo que te gustaría?]. Dijo. —[Si te disgusta algo, avísame. ¿Cuándo es tu cumpleaños?]

Y así sucesivamente.

—[¿Qué signo eres? ¿Tu tipo de sangre? ¿Cuál es el hospital en el que naciste? ¿Cuál es el apellido de soltera de tu madre?]

Como una represa.

—[Oye, Yokodera-kun. Quiero llevarme bien contigo. Necesito llevarme bien contigo]. Comento, tomándome por sorpresa. —[La próxima vez, hablemos de algunas cosas con gran detalle… en un lugar tranquilo y aislado]

Y con eso, terminó la llamada. ¡Soy muy malo con los hombres que son demasiado pegajosos! ¿Qué tipo de mérito tendría para él realizar una búsqueda del tesoro con la información personal de Yokodera-kun como tesoro? ¿De qué estaremos hablando en una situación como esa? ¿Y qué forma de hablar usará? ¿Está actuando como un personaje sospechoso o algo así? ¿Cambia de personalidad dependiendo de si hay niños cerca? Esto suena extrañamente obsceno.

—Qué tipo tan raro. —Sacudí la cabeza y salí del ruidoso salón de banquetes.

No tarde en toparme con la hijita del tipejo raro—una alimaña espacial coletuda con cara de demonio. Llevaba una vestido de una pieza azul marino con un delantal blanco en la parte superior, junto con una katyusha ⁴ con cordones. A lo mejor pretendía verse como una sirvienta. Trato de excusarse de todas las formas que podrías imaginar, ya sea diciendo que era su traje especial para ayudar en la cocina, o que le ayudaba a combinar con el vestuario de las chicas del Club de Bienestar Infantil, o que lo obtuvo resultado de algún malentendido—y así podríamos seguir hasta nunca acabar. Pero sin duda se trataba de un disfraz de sirvienta.

• Ni idea a que se refiera. Según es una… ¿Canción rusa? ¿Un lanzacohetes ruso?! A menos que se refiera al arma anti-Yokodera, ¿será la diadema que lleva…?
  

No sé qué tipo de influencia es esta, pero no me importaría si continúa. Con solo mirarla desde atrás, esta ropa le queda genial. Una niña y una criada. Eso es doblemente delicioso. Además, dado que ella está sentada allí, es como si me estuviera pidiendo que la atacara, ¿verdad? En todo caso, ¿por qué cree que no la atacaría? ¡Legalmente hablando, todo lo que sigue después de esto es responsabilidad de Emi!

—¡Emanueeeeee~~~! —La llamé, saltando hacia adelante— ~~~¡La!

—¿¡Gunyaaaaa!?

La levanté por la cintura como si fuera a aplicarle un suplex en medio del ring, y la alimaña espacial dejó escapar un chillido que hizo sonrojar a los cielos. ¡Qué linda es su voz!

Trató de escapar, impulsándose lejos de mí, pero continúe haciéndole cosquillas en los costados. La joven sirvienta comenzó a temblar, lo que hizo que esto fuera aún más delicioso.

¡Uno más uno es 100!

—¡Gya, qué… detente! ¡Me estás haciendo cosquillas! ¡P-Por qué–phara! ¿¡Qué quieres!?

—Nada en particular.

—¡…ah, no me sueltes de repente! ¿¡Por qué de repente te calmaste así!?

—¿Oh? ¿De verdad querías que continuara?

—¡Bazooka de calabaza anti-pervertida de tipo Obliteración, versión dos⁵!

Recibí un impacto físico de la pistola de agua que tenía a su lado. De hecho, dolió mucho. ¿Realmente me lo merecía?

—¿¡Qué haces atacándome de la nada de esa manera!? ¡¿Eres un pervertido o algo así…?! Oh mierda, cierto…

• El “versión dos” vino en español.
  

—¿Una auto-réplica? ¡Genial! Eso fue divertido.

—¡No es gracioso! ¡Nadie se está riendo!

—Quiero decir, ¿qué estás haciendo ahora mismo, de todos modos? Juguemos a algo.

—Hmm… —Emi se mostró preocupada.

Cuando me senté en la entrada, tratando de identificar su mirada, me di cuenta de lo pequeña que era en realidad esta niña. Estamos bastante lejos en términos de edad, ¿no es así? Puede ser difícil encajar con este grupo de estudiantes de preparatoria que somos. Esta es la primera vez que pienso en las implicaciones de una diferencia de edad como esta. Aunque sigo llamándola niña, la trato como a una adulta. Inconscientemente, e incondicionalmente, la convertí en una igual. Este era el verdadero camino de una joven como ella.

—…tus ojos se ven asquerosos.

—¡Ni siquiera he dicho nada todavía!

—¡No es necesario que abras la boca para que uno se dé cuenta! ¡Puedo sentir tus ondas de radio nauseabundas a kilómetros de distancia!

—Hablando de ondas de radio, recibí una llamada de tu papá. Preguntó cómo estás y todo.

—¿…porque pasaste de las ondas de radio a Papá? —Emi me miró confundida.

Su padre es un hombre extrañamente cercano al cosplay, al que le encanta hablar como un extranjero. También es un profesor universitario de una edad que es difícil de adivinar.

—¿Tu Papi te va a recoger hoy? ¿O tu o-onii-tan debería acompañarte a casa?

—Papi está ocupado con el trabajo, pero a juzgar por las palabras que escogiste, probablemente sea mejor para mí rechazar tu oferta.

—Estás siendo tan amable al respecto, lo que hace que duela aún más. ¡Insúltame más! ¡Trátame como a un cerdo! ¡Vamos, vamos!

—¡Gyaaa! ¡Eres repugnante! ¡No te acerques

más!

—¡Sí! ¡¡JUSTO ASÍ–!! aguarda, ¿está trabajando? Pero si es sábado.

—Aparentemente encontró un tema de investigación interesante o lo que sea. Dijo “Fucking Straight Shot”, y luego se pasó toda la noche despierto.

—Qué obsceno. Pero ya que estamos, ¿por qué sigue cambiando la forma en que habla a pesar de que puede hablar bien?

—¿Eh? —Emi parpadeó. Ella me miró como si no tuviera idea de lo que yo acababa de decir. —¿Cómo que puede hablar bien?

—Quiero decir, ¿no puede? Justo ahora, él…

—Papá es malo con el japonés, así que no se puede evitar. ¡No le inventes mañas extrañas a los Papis de otras personas!

Acabaron regañándome. Para mí, esto suena a que la querida Emanuella-san ama a su Papi, aunque trata de ocultarlo. Entraré en más detalles sobre esto en mis notas de Yokodera, volumen cuatro, versión tres.

—Bueno, está bien de cualquier manera. ¿Deberíamos volver al salón de banquetes? Aunque sea difícil jugar con todos, no me importaría quedarme contigo.

—…onii Chan…

—¡¿Por qué no jugamos al médico juntos?! —Le ofrecí mi mano a la niña, quien la aceptó con una hermosa sonrisa. Por lo tanto, nos tomamos de las manos.

—¡Ejeje, Youto-oniichan!

—¡Fufu, Emanuella-chan!

—¡Nihihihi!

—¡¡AJAJAJAJA–!!

—¡Jugar al doctor y una mierda, maldito pervertido! ¡Entierra tu cabeza en una granja de calabazas y púdrete allí por toda la eternidad!

Antes de que empezáramos a bailar, apartó mi mano sin remordimiento. El Ángel Emi es incluso más poderoso que un ángel, hasta cuando su severo abuso verbal no coincide con su sonrisa. Siento que esto podría convertirse en un mal hábito para ciertas personas.

—…mierda. Mira, tampoco es que no quiera jugar contigo. Estaba pensando en algo. —Emi negó con la cabeza.

—¿Y qué es lo que pasa?

—Se trata de ti.

Por alguna razón, los redondos ojos de la niña me miraron directamente a la cara. Oye, ¿qué tipo de atmósfera seria es esta? ¿Finalmente se me va a confesar? Gracias al intenso entrenamiento de Tsutsukakushi, mis gustos podrían haber comenzado a cambiar, y felizmente, el happy end con Emi, podría suceder.

—…yo misma todavía no lo entiendo del todo, así que te lo diré una vez que tenga mis pensamientos en orden. —Emi miró hacia el jardín con sus piernas balanceándose suavemente en el aire.

***

El Agujero Negro Tsutsukakushi finalmente devoro toda la comida, y ahora era un poco más tarde en el día. Ni siquiera puedo decir si se trató de su almuerzo o ‘cena temprana’. Quizás sería mejor pensar en nombres para los momentos en que Tsutsukakushi no come.

Para la última parte del cronograma de hoy, todos le daremos regalos de cumpleaños.

—Esto es de mi parte. Lo vi en una juguetería y de inmediato supe que sería perfecto. —Le dije, entregándole un peluche con forma de gato negro. Su pelaje era tan suave como una alfombra y sus ojos eran lo suficientemente claros como para reflejar los suyos. También tenía rasgos faciales bastante hermosos y bigotes largos.

—Muchísimas gracias. Pensaré en esto como senpai y lo atesoraré. —Con estas palabras, Tsutsukakushi abrazó con fuerza al gatito. Por alguna razón, me sentí un poco oprimido al verla. ¿Por qué abraza al gatito envolviendo sus manos alrededor de su cuello? ¿Es esta una nueva forma de abrazar?

—¡Feliz cumpleaños! ¡Elegí esto con Papá! — Azuki Azusa le dio a Tsutsukakushi una película Blue-ray envuelta en papel de regalo. Puede que no lo parezca, pero en realidad Tsukiko-chan adora las películas de zombies. Especialmente esas donde se arrastran desde sus tumbas.

—Te daré algo que definitivamente necesitas, Tsuu-chan. —Emi le entregó la Bazooka Clase Obliteración Anti-Pervertidos Pumpkin Uno.

Leyeron el manual juntas y luego, por alguna razón, me miraron. Autodefensa infundada y excesiva, ya veo. Después de eso, todas las de primer año le dieron sus propios regalos, como ropa, libros, perfumes, dulces y todo ese tipo de cosas. La que tomó el lugar final no fue otra que Acero-san. Ella se veía muy segura de sí misma.

—Es el momento de la atracción principal. Haré que todos los demás regalos sean irrelevantes. — Hinchó el pecho y se paró frente a su hermanita. —Sólo espera y mira. Es exactamente lo que querías, Tsukiko.

Pude ver un papel a sus espaldas que decía:

“Ticket para hacerme lo que quieras por un día”.

¿Es tarde para suponer que el «Dios Gato» nos tomó el pelo y Acero-san siempre ha sido una estudiante de primaria?

—¿Lo que más quiero en este momento? — Tsutsukakushi probablemente recibe regalos como este todos los años, así que supongo que no está demasiado nerviosa por eso. —Entonces, ¿qué tal un aviso de que has aprobado el examen de ingreso a la universidad, Nee-san?

—¿…oh?

—Hurra~ Felicitaciones. Estoy muy feliz.

Aplauso, aplaudamos todos.

—Oh… um…

Tsukiko-chan giró con inexpresiva felicidad. Se vio como una muñeca mecánica. En respuesta, vi a Acero-san agarrar con fuerza—casi rompiendo—el boleto.

—Es broma. Por supuesto que estoy bromeando. —Tsukiko se detuvo en seco, hablando con bastante indiferencia.

—¡O-ahh! Tsukiko, esa broma fue mala para mi corazón, jajaja.

—Lo siento. Me provoco bromear un poco. Je,

je, je…

—Jajaja… —El sudor cubrió el rostro de Acero-

san.

Tsukiko se dio cuenta de eso y tuvo una reacción

similar.

—……

—……

Hubo un breve silencio.

Finalmente, la primera en moverse fue la hermana pequeña. Respiró hondo y ansiosamente.

—Por casualidad, ¿cuál fue el resultado de tu autoevaluación del Examen Central?

—Jajaja.

—Ven aquí, nee-san.

—¡Jajajajaja!

—Solo susúrrame el resultado en el oído.

—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA–!

Acero-san siguió riéndose frenéticamente y ella se acercó—no, más bien actuó como si fuera a acercarse a su hermanita, pero a la inversa, dado que retrocedió sin darse la vuelta en dirección a la salida. ¡Una demostración impecable del Moonwalk de Michael Jackson! Aparentemente, había despertado un nuevo talento en esa terrible situación.

—¡Yokodera! ¡Yokoderaaaa!

Después de escapar de Moon Child-chan, Moonwalker-san me hizo señas con su mano.

—¡Reunión de estrategia! ¡¡AHORA!!

Agitó la mano frenéticamente. El sudor de su rostro comenzó a mezclarse con las lágrimas que le corrían por los ojos.

—¡Apúrate! ¡Apúrate! ¡Gran problema! ¡Un problema muy grande!

—………

Todos a nuestro alrededor actuaron como si no pudieran escucharla, e incluso me hicieron señas para que me acercara. Qué amable de su parte. Supongo que la bondad hace que el mundo siga girando…

***

Después de cerrar la puerta corrediza detrás de mí, comenzó la Reunión de Estrategia del Frente de Acero.

—…Yokodera.

—Sí, presidenta del club.

—Este no es mi deseo personal. Es una opinión generalmente aceptada para que la sociedad logre un futuro mejor.

—Adelante.

Acero-san habló como el general de un ejército inexistente. Seguí su ejemplo y esperé sus próximas órdenes.

—¿No estás de acuerdo en que los estándares de los exámenes académicos dicen demasiado sobre tu propio valor personal? ¡¿Qué entiende un examen sobre una persona y sus habilidades?!

—Como mínimo, reflejan perfectamente el conocimiento académico del individuo.

—………

—Dicen mucho, pero personalmente, las preguntas y los problemas del Examen Central siempre están vinculados al año y piden un nivel de conocimiento mucho más fundamental. Dado que estamos en un punto de la vida en el que tenemos que priorizar nuestros propios estudios, hemos puesto fe en nuestro crecimiento para el mañana y seguir mejorando–

—¡¡Gaaah!! ¡¡TE LLAME A TI PORQUE NO QUERÍA ESCUCHAR UNA MALDITA RESPUESTA LÓGICA!! —Dijo entre gemidos.

Ouch.

—Ehhh…

—¡A quién le importa el mañana! ¡Estamos hablando del presente! —Acero-san levantó sus puños con lágrimas en los ojos. Temiendo que pudiera ponerse violenta conmigo, rápidamente cerré la boca. Pero sus puños solo continuaron golpeando el aire.

—¡Tengo un plan perfecto! —Proclamo con confianza.

—¿Cuál es?

—Será un poco complicado, Yokodera. Pero dicen que no existe un enfoque fácil para estudiar, ¿verdad?

—¡Sí, lo dicen!

—Si ese es el caso, entonces, pensando lógicamente, ¿no significa que no hay una distinción importante en este mundo?

—¿No lo hay?

—Básicamente, el mundo académico se basa en el republicanismo, y las elecciones normales son la prueba de que esa es la norma.

—¿Aja?

—Y las elecciones son injustas. No te obligan a desentrañar los misterios de antaño.

—……

—Después de todo, incluso si no utilizo la vía principal de estudio, puede haber–

—No.

—Sin embargo, puedo buscar una puerta tras–

—No puedes.

—Pensé que tal vez–

—No existe un camino fácil.

—Por favor, haré lo que sea.

—No pasará.

—¡No hay imposibles es este mundo–!

—Si los hay.

—De… verdad…? —Acero-san puso cara de abatida. Parecía una niña pequeña mientras colgaba de los hombros. Incluso su característica cola de caballo le colgaba sin vida por su espalda.

—Um, los resultados aún no se han publicado, así que ten fe en ti misma y estudia un poco más mientras estás en ello.

—Hm… tienes razón… tengo que trabajar duro hasta el final… —Acero-san asintió, sin ninguna fuerza. Caminó de un lado a otro del pasillo, pensando para sí misma. —Tengo que hacer algo… de alguna manera…

tal vez cambiar la universidad a la que apunto… pero, ¿qué debo decirle al joven hermano de Yokodera…?

—Mi hermano menor no importa en absoluto en este momento, pero creo que es una gran idea.

—Eso me recuerda que escuché que ciertas universidades llevan a cabo estas cosas llamadas ‘Seminarios’. Entonces, tal vez si le cuento a la gente sobre mi seminario, ¿no preguntarán sobre la universidad?

—Presidenta del club…

—¡Eso es! ¡Eso es todo! ¡Es hora de apuntar a un seminario!

¿Soy solo yo, o Acero-san es probablemente el mayor contendiente para convertirse en un ronin⁶?

—No pensemos en el futuro. En cambio, concéntrate en lo que le espera y en los próximos exámenes.

—No quiero pensar en el futuro, ¡ni siquiera soporto mirar estos exámenes! Solo quiero continuar viviendo feliz.

—¡¿Presidenta?!

Casi me había rendido en este punto. Incluso si trataba de corregirla, ella no mostró signos de estar dispuesta a cambiar.

—Qué voy a hacer con ella… —Dejé escapar un profundo suspiro. Como la había ayudado a prepararse para sus exámenes, esta vez sentí cierto grado de responsabilidad.

• Los Ronin eran samuráis sin amo. Un samurái podía no tener amo debido a la ruina, la caída de este último, o a que había perdido su favor.
  

No puedo dejar que ponga triste a Tsukiko-chan, ya que tiene grandes esperanzas en ella, y tampoco puedo abandonar a Acero-san. Tengo que hacer algo al respecto, ¿no? ¡Acero-san confía en mí, así que tengo que salvarla!

Hice un puño y sentí que la energía llenaba todo mi cuerpo. Escuché los sonidos de la brisa invernal sacudiendo las puertas del baño. Lo había olvidado por completo porque dentro de la Casa Tsutsukakushi todo era relativamente cálido, pero sucede que la noche estaba muy fría.

Mire a Tsutsukakushi y a las demás desde el exterior. Las ventanas negras reflejaron mi rostro. Debe haber sido por las luces a mi alrededor—pero pude verme esbozando una sonrisa bastante extraña.

***

Al igual que una historia siempre tiene que terminar, pronto cayó el telón sobre la agradable velada. De camino a casa, luego de la fiesta, el aire se sintió lo suficientemente frío como para lastimarme la piel. Después de cenar, escribí un poco en mi diario y luego recibí una llamada telefónica.

—[¿Cómo van las cosas por allá, tú? ¿Estás bien, tú? Tu onee-chan estaba muy preocupada porque otra vez decidiste quedarte, así que quise llamarte, tú]

Era mi mamá. Cuando la dejas sola se pone bastante habladora. En cierto sentido, eso es lo bueno de ella. Escuché que usó esto a su favor para desgastar las defensas de mi papá hasta que finalmente se casaron. Los Yokodera siempre hemos sido débiles para esa clase de coqueteos agresivos. Si alguien quiere usar esta información, no lo dude, ¿okay?

—[¿Nunca te sientes solo? Es que últimamente ya no pasamos mucho tiempo juntos… mira, tu onee-chan te quiere muchísimo. Por eso se preocupa. Comprendo que necesitas tu espacio y que con los exámenes ya no cuentas con demasiado tiempo libre, pero no quiero que las cosas vuelvan a ser como eran antes–]

Su voz sonaba lejana. Quizás la conexión no era la mejor en este momento. Apenas pude captar lo que estaba diciendo.

—Estoy completamente bien. No tienes que preocuparte. Sí. Sí… sí. Entonces, nos vemos pronto.

Colgué con prisa.

—Uff…

¿Verdad que los padres siempre se preocupan demasiado por sus hijos? Soy un estudiante de preparatoria, ¿sabes? Si estás tan preocupada, dame más dinero.

Cerré mi diario y revisé las puertas de la entrada y el balcón. Después de eso, me bañé, me lavé el cuerpo, me puse mi pijama, lavé la ropa, limpié la cocina, cepillé mis dientes, me preparé para las clases de mañana, le escribí un correo electrónico a mi hermana, encendí la calefacción y apagué las luces.

Mientras me acostaba en el sofá, la oscuridad y la tranquilidad me asaltaron. Se sentían eternas.

—…buenas noches…

Murmuré dentro de esta sala de estar vacía…