Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: El Asesino Da Su Consentimiento

Después de la fiesta de Naoise, regresamos al departamento del castillo que estaba prestado.

La sed de poder que Naoise había mostrado antes de colapsar pesaba mucho en mi mente. Si ese deseo alguna vez superó su orgullo, sería la oportunidad perfecta para que Mina salte.

Ella era un demonio, después de todo. Era concebible que tuviera una forma de otorgar fuerza a un humano.

Usé una red de comunicaciones clandestina para contactar a Maha y le pedí que preparara la vigilancia. Después, Tarte, Dia y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones para bañarnos y cambiarnos. Luego nos volvimos a reunir en la sala común. Intercambiamos charla ociosa por un rato.

“Este lugar es tan conveniente. Ojalá pudiéramos vivir aquí para siempre.

Nos brindan cualquier bien o servicio que solicitamos”, comentó Dia.

“Como sirviente, no he sabido qué hacer conmigo mismo. Siento que no tengo por qué estar aquí…”, confesó Tarte.

“Definitivamente es cómodo, pero me siento más a gusto en Tuatha Dé y prefiero la comida de Tarte”, respondí.

“Estoy feliz de escucharlo decir eso, mi señor”.

Los ojos de Dia se entrecerraron ligeramente. “Sabía que preferías el tipo doméstico, Lugh. Necesito aprender a cocinar. Mi mamá siempre decía que el camino al corazón de un hombre es a través de su estómago”.

“Ejem. De todos modos, hablemos de mañana. Además del evento de Naoise, había otra invitación entre el montón que recibí que no pude rechazar. “Me reuniré con el duque Romalung mañana… Me envió una invitación con la firma del rey. Eso significa que no hay forma de evitar esto. Quiere reunirse con nosotros directamente”.

La Casa Romalung era uno de los cuatro ducados principales, como la familia de Naoise. También tenía una profunda conexión con las operaciones secretas del clan Tuatha Dé.

Luchamos sólo por el bienestar de la nación. Como tal, operamos estrictamente bajo las órdenes de la familia real.

Sin embargo, nuestras órdenes no siempre venían directamente de la familia real. La Casa Romalung revisó las misiones primero para decidir si realmente eran lo mejor para el país, y luego se las pasó a la Casa Tuatha Dé. También manejaron las secuelas de nuestros asesinatos.

En otras palabras, eran los jefes del clan Tuatha Dé.

“Hmm, me pregunto si estaría bien que yo también vaya”, se preguntó Dia en voz alta.

“No lo creo. Dijeron en la carta que puedo llevar a un asistente y nadie más”, expliqué.

“¿Qué crees que pasaría si desobedecieras y yo viniera de todos modos?”

“El sello del rey está en esta misiva. El incumplimiento podría significar la muerte”.

“Yikes. Olvídalo entonces. Cuida de Lugh por mí, Tarte.”

“¡Sí, señora Dia! ¡Protegeré a Lord Lugh aunque me cueste la vida!” Tarte exclamó con gran entusiasmo.

“Aprecio el entusiasmo, pero asegúrate de cuidarte también. Eres importante para mí, Tarte, y me entristecería que te lastimaras” dije.

Las mejillas de Tarte se sonrojaron y se llevó las manos a la cara. “¡¿Qué?! Yo, importante…”

“Lugh, tienes un hábito real de dejar escapar cosas demasiado serias”, dijo Dia.

“Solo estoy haciendo un esfuerzo para decirle a la gente cuánto me preocupo por ellos. Especialmente tú, Tarte y Maha.”

Éramos un equipo. Quería el menor número posible de secretos entre nosotros. Es cierto que tuve que esconder mucho de ellos. Quizás de ahí vino mi deseo de ser más abierto.

Dia se cruzó de brazos. “Hmph. ¿Cómo crees que se siente cuando nos dices cosas así pero luego nos ignoras continuamente? Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos. Lugh ha estado pensando sin parar en su preciosa dama pechos últimamente. Parece que no somos suficientes para él. Necesitamos tu atractivo sexual, Tarte.”

“¿A-Atractivo sexual?” repitió Tarte.

“Sí, no tengo ningún problema contigo. Prefiero que satisfagas a Lugh a que una vieja bruja se lleve toda la atención.”

Dejé escapar un suspiro exasperado. “… ¿Cuántas veces necesito decírtelo? No veo a la condesa Granfelt de esa manera.”

“Lo sé. Te creo, Lugh. Piensas en ella como enemiga. Solo estaba bromeando. Voy a volver a mi habitación para terminar la magia que comencé hoy”, respondió Dia. “Además, quiero concentrarme hoy, así que me pondré tapones para los oídos. Cuando me concentro realmente en mi investigación, tiendo a olvidarme del mundo. Así que buena suerte”, agregó llamativamente antes de irse.

Miré a Tarte y sus mejillas se sonrojaron aún más. Luego abrió la boca para hablar, como si le costara un gran esfuerzo pronunciar las palabras. “Um, mi señor, ¿recuerda nuestra discusión sobre cómo podría servirle mejor si atrajera objetivos de asesinato con mi cuerpo?” preguntó tímidamente.

“Lo recuerdo. Le puse fin a eso”, respondí.

La seducción era definitivamente una herramienta poderosa para matar en secreto, y se había empleado desde la antigüedad. Tarte era hermosa, tenía un cuerpo muy atractivo y su comportamiento gentil era seductor por derecho propio.

Sin embargo, la personalidad de Tarte no estaba hecha para ese tipo de trabajo. Más importante aún, no quería que Tarte se involucrara en ese tipo de cosas.

“Recuerdo lo que me dijiste después de que dije que deseaba aprender a usar mi cuerpo no como un asesino, sino para servirte como sirvienta. Dejemos eso para otro día. No tengo ganas de acostarme con una chica que empezó a temblar solo porque un hombre la arrojó sobre la cama’”.

“Dije eso”.

Tarte de alguna manera recordó lo que había dicho palabra por palabra.

“¿Ese día podría ser hoy?”

“¿De dónde viene esto de repente?”

“¡No es repentino! Siempre he querido que me ames, pero he tenido un poco de miedo. He estado trabajando muy duro para superar mi miedo para que llegue el día que mencionaste. Me he estado conteniendo por un tiempo. Pero luego lo hiciste con Dia, y has estado mirando a esa mujer sexy sin parar… No puedo esperar más”.

Tarte me había parecido bien, pero debe haber estado molesta por el demonio serpiente y mi noche con Dia. Aun así, cualquier preocupación sobre lo primero era infundada.

“Tarte, vamos a calmarnos por ahora”, dije. Ella hizo una mueca como si el mundo se estuviera acabando. Parecía que había dicho algo incorrecto. “No es que no me gustaría acostarme contigo, pero probablemente todavía estés sintiendo los efectos de la Beastificación. Si tomas una decisión como esa cuando no tienes la cabeza clara, te arrepentirás”.

“¡Estoy completamente bien! ¡He estado pensando en esto durante mucho, mucho tiempo! ¡Y la única razón por la que puedo decir algo de esto en este momento es porque me siento superado por el deseo!”

La excitación debe haber estado afectando el habla de Tarte. Su proclamación me sobresaltó.

“Tuviste mucho miedo la última vez. ¿Estás segura de que estás de acuerdo con esto?

“¡He estado estudiando! ¡Y te deseo tanto que no tengo miedo en absoluto!”

“Estudiando, ¿eh? Así que por eso estabas pegando tu oído a la puerta y escuchándonos a mí y a Dia ayer”.

“¡¿EH?! D-De ninguna manera, ¿te diste cuenta de eso?”

“Por supuesto que me di cuenta. Soy un asesino.”

“Ah, uh, bueno, lo siento… simplemente no pude evitarlo”.

“Lo dejaré pasar esta vez. Pero no lo vuelvas a hacer. Si quieres escucharnos tanto, primero obtén el permiso de Dia”.

“¡Nunca lo volveré a hacer!” Tarte respondió de inmediato.

La atraje hacia mí con fuerza, la abracé y pasé una mano por su piel.

“Parece que realmente estás bien”.

La última vez, estaba temblando, y su cuerpo se puso rígido cuando la toqué, pero ahora estaba relajada. Tarte aceptó mi abrazo suavemente, incluso devolviéndome el apretón.

“Ya no tengo miedo, mi señor. Así que por favor.” “Puedo ver eso. ¿Vamos a mi habitación?” “Sí… Por favor, permíteme complacerte”.

Era muy propio de Tarte poner mis deseos antes de pedirme que fuera amable con ella. Ella siempre pensó en mí primero. Era una chica muy buena. Quería cuidarla bien y tratarla con cariño.

Esta era su primera vez, así que necesitaba asegurarme de que tuviera la mejor experiencia posible.