Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 4

Capítulo 5: El Asesino Hace Una Apuesta

Rostros que habían estado llenos de admiración esperanzada se contrajeron en desconcierto y enojo silencioso. La Orden Auguide no esperaba el rechazo de un Caballero Sagrado. Habían anticipado que les pediría que se unieran a mi lado mientras decían cuánto esperaba de todos ellos. Eso era lo que debería haber hecho si todo lo que me importaba era asegurarme de que todos se llevaran bien.

Sin embargo, no podía patrocinarlos. No quería que estos jóvenes, y especialmente mi amiga Naoise, murieran.

“Ha-ha-ha, Lugh tiene un sentido del humor tosco. Estoy seguro de que solo está tratando de entusiasmarnos”, dijo Naoise con una sonrisa, tratando de salvar la situación.

“No, en serio. Como alguien que realmente ha luchado contra demonios, sé que los luchadores con la habilidad adecuada solo me detendrían. Cuando luche contra una criatura tan poderosa, no tendré tiempo para protegerlos a todos”, dije con firmeza.

Recordé la batalla con el demonio escarabajo y cómo Tarte había luchado de cerca en ese momento.

Sus capacidades habían sido mejoradas por el poder de My Loyal Knights, su habilidad Beastification de Rango S e incluso la droga que había desarrollado. Sin embargo, a pesar de todos esos impulsos, le tomó todo lo que tenía para comprarme el tiempo que necesitaba.

Las habilidades de Rango S otorgaban un poder legendario y normalmente solo las poseía una de cada cien millones de personas. Tarte poseía dos de esas habilidades, y todavía no podía igualar la fuerza bruta de un demonio. Ese era el tipo de enemigo al que nos enfrentábamos.

Un demonio, sin duda, arrasaría con los guerreros comunes sin siquiera sudar.

“Si eso es cierto, ¿qué pasa con Dia y Tarte? Te los llevaste. Según el informe que envió, ambos contribuyeron en gran medida a su victoria. Sé lo talentosas que son esas dos, pero confío en que poseo una fuerza igual, no, superior a la de ellos. Y la Orden Auguide está compuesta en su totalidad por hombres valientes que se han ganado mi aprobación personal”, argumentó Naoise.

Si fuéramos por calificaciones de nuestro tiempo en la Real Academia, Naoise de hecho estaba clasificada más alta que Dia y Tarte. Sin embargo, no habían mostrado todo su poder en la escuela y se habían vuelto mucho más fuertes desde su cierre temporal.

“Permítame hacerle una pregunta, entonces. ¿Hay alguien aquí que pueda usar Demonkiller?” Yo consulté.

Demonkiller era un hechizo que Dia y yo habíamos creado, aunque hasta donde el público sabía, me lo había legado la diosa. Recientemente, se hizo pública la información sobre cómo usar Demonkiller.

No había forma de que la Orden Auguide, ansiosa por la gloria como estaba, no hubiera intentado lanzar esa magia.

Con los ojos bajos, Naoise admitió: “… No hay nadie en nuestra orden que pueda usarlo”.

“Entonces dime, ¿cómo vas a matar a un demonio? Si lees mi informe, seguramente sabrás que Tarte mantuvo al demonio en su lugar, Dia lanzó Demonkiller y yo lo acabé. En resumen, si no puedes usar Demonkiller, entonces no puedo aceptar tu ayuda.”

“Bueno, pero… ¿Qué pasa si ayudamos a contener a los demonios? A partir de la próxima misión, haremos el papel de Tarte. Eso tiene que ser más eficiente que hacerlo sola”, respondió Naoise.

Mientras sacudía la cabeza, respondí: “Te lo dije antes. Una lucha contra un demonio podría salir mal en cualquier momento. No podré protegerte.”

“¿Estás sugiriendo que Tarte es más capaz que todos mis caballeros y yo juntos?”

“Lo estoy.”

Como era de esperar, esa respuesta pareció herir el orgullo de Naoise.

Arrojó su guante a los pies de Tarte.

“…Si no rescinde esa declaración, entonces tengo que solicitar un duelo.

Mi orgullo exige satisfacción”, declaró Naoise.

“¿Eh? U-Um, ¿quieres pelear conmigo?” cuestionó una nerviosa Tarte.

“Si la gano en un duelo, entonces seguramente probará que lo que acabas de decir está mal. Mi victoria significa que nos uniremos a ustedes en la lucha contra los demonios”.

Totalmente perdida, Tarte me miró.

“No tenemos ninguna razón para aceptar”, respondí.

“Si pierdo, puedes pedirme cualquier cosa, siempre que sea algo que la Casa Gephis pueda otorgar”, respondió Naoise.

El poder de la casa de un duque, ¿eh?

La casa de un duque podía hacer casi cualquier cosa, pero aun así no encontré lo que estaba en juego muy tentador. Dicho esto, no vi otra forma de controlar esta situación.

“Tarte, por favor acepta el duelo. Y no te contengas.”

“S-Sí, mi señor. Haré mi mejor esfuerzo. Pero, ¿está realmente bien para mí hacer todo lo posible?”

Si Tarte iba a luchar con toda su fuerza, significaría usar Beastification. Le preocupaba que hacerlo pudiera causar que Naoise resultara gravemente herida. Su pregunta nació de la preocupación, pero a Naoise le pareció un insulto mordaz.

“… Tarta. Parece como si estuvieras subestimando severamente mi habilidad. Me duele saber qué piensas tan poco en mí.”

“Oh, um, lo siento. No lo quise decir de esa manera…”

“Está bien. No digas más. Probaré mi fuerza en nuestro duelo.”

Naoise lo dejó así y entró en un círculo en el patio. Uno de sus caballeros le entregó una espada de madera. Tarte parecía asustado y al borde de las lágrimas, pero después de que asentí con la cabeza, ella se unió a él.

Naoise la miró sin comprender.

“Mis disculpas. Fui desconsiderado. Seguramente no puedes pelear con esa ropa. Por favor, cambie antes de que comencemos”, solicitó.

Naoise vestía atuendo ceremonial, pero debido a que la Casa Gephis se enorgullecía de su destreza militar, las prendas se confeccionaron pensando en el combate. Tarte, sin embargo, vestía su traje de sirvienta.

“No, estoy bien. Mi señor me hizo esta ropa. Puede que no parezcan gran cosa, pero son más fuertes que la mayoría de las armaduras”, respondió Tarte.

Eso se aplicaba a todos los uniformes de Tarte. A menudo estaba a mi lado con atuendo de sirvienta y quería asegurarme de que siempre estuviera lista para el combate. Hice las prendas usando materiales de monstruos, luego reforcé la ropa con magia para asegurarme de que le proporcionara a Tarte tanto movilidad como fuerza defensiva.

El único problema era la falda. En Alvan se consideraba vulgar que las mujeres usaran pantalones en público. Por lo tanto, no tuve más remedio que intentar hacer una falda adecuada para el combate.

Los calcetines hasta la rodilla a prueba de cuchillas de Tarte significaban que no había necesidad de preocuparse por las lesiones en las piernas, pero cualquier movimiento intenso haría que su dobladillo se levantara.

No quería que nadie viera la ropa interior de Tarte, así que decidí protegerla controlando el viento sin que nadie se diera cuenta.

“Nunca hubiera pensado que ese uniforme ofreciera alguna protección. Eso significa que no tengo que contenerme”, dijo Naoise con un suspiro de alivio. Incluso después de sentirse insultado, todavía mostraba preocupación por Tarte. Sabiendo cómo era Naoise, eso no era demasiado sorprendente.

Había estado prendado de Tarte desde el principio. Lo que me interesó, sin embargo, fue que sus sentimientos no parecían ser románticos. Si tuviera que describirlo, diría que se parece más a un hijo que anhela una madre. Quizá la Tarte se parecía a la de Naoise.

“Tarte, ve con todo y acaba con él de un solo golpe”, le instruí.

“Sí, mi señor”, respondió ella.

“¿Hasta dónde planeas llevar este ridículo, Lugh?” preguntó Naoise, visiblemente ofendido.

“Verás si esto es ridículo o no después del duelo”.

Tarte cogió una lanza de madera. Respiró hondo y se concentró. “U-Um, Señor Naoise. En el momento en que comience el duelo, cerraré la distancia entre nosotros en un solo paso y me lanzaré hacia tu cintura horizontalmente justo dentro del alcance de mi lanza. Por favor bloquéalo… No quiero matarte.”

La ira cruzó el rostro de Naoise. La última declaración de Tarte realmente lo había llevado al límite. “… Dejemos de hablar. Tendré mi honor.” El joven preparó su espada. Era una postura ortodoxa que le dio una guardia perfecta.

Los dos combatientes se volvieron para mirarse.

Uno de los caballeros de Naoise se desempeñaba como juez. Levantó una bandera. El duelo comenzaría cuando lo bajara.

Tarte me miró y yo asentí con aprobación. En ese momento, aparecieron sus orejas y cola de zorro. Alguien en la multitud de espectadores comentó lo linda que era. Que una persona estuviera dispuesta a expresar ese sentimiento en esta situación decía mucho sobre cuán perfectamente las orejas y la cola de zorro complementaban la apariencia de Tarte.

A pesar de enfrentarse a Naoise, Tarte parecía totalmente tranquilo. Sus ojos normalmente tímidos habían adquirido el brillo sádico de un cazador. Los efectos secundarios de Beastification la empujaban a un estado de excitación.

Mi sirvienta normalmente dudaba y no podía ejercer toda su fuerza, pero Beastification le permitió no mostrar piedad. Estaba seguro de que ella atacaría rápido y duro.

“¡Empezar!”

La bandera bajó.

Inmediatamente, Tarte se desvaneció, seguido de un sonido retardado.

Cargó contra Naoise demasiado rápido para seguirla sin los ojos de Tuatha Dé, sus movimientos eran extremadamente precisos. Tal como había declarado, Tarte apuntó con su arma con un corte horizontal en la cintura de Naoise, y el joven noble apenas logró encontrarlo. Lo que hizo fue un testimonio de su habilidad, por supuesto, pero nunca hubiera podido si Tarte no le hubiera informado de su plan de ataque.

La espada de madera y la lanza de madera chocaron y se astillaron con el impacto, pero Tarte empujó y completó su golpe. Antes de que la lanza de madera se rompiera por completo, la espada de madera salió volando, y Naoise junto con ella.

Salió dando tumbos del ring y rebotó en el suelo varias veces antes de chocar con un almacén erigido en el borde del patio.

“Yo gano. ¡Mi señor, lo terminé de un solo golpe, tal como me dijo que lo hiciera!” Tarte exclamó con una voz alegre e inocente, moviendo su cola de zorro esponjosa.

Los caballeros se quedaron boquiabiertos con incredulidad que rápidamente se transformó en miedo. Naoise era el miembro más fuerte de su orden, y el joven acababa de ser derrotado cómodamente no por el Caballero Sagrado, sino por su sirviente.

Naoise caminó hacia nosotros mientras agarraba su costado y arrastraba sus pies. Algunas de sus costillas estaban rotas.

“Naoise, este es el nivel actual de fuerza de Tarte, e incluso ella fue abrumada por el demonio. Necesitó todo lo que tenía para mantenerlo quieto durante menos de un minuto, y si la pelea hubiera durado más, habría muerto. ¿Entiendes ahora?” Dije.

La desesperación se mostró en los rostros de los caballeros. Sabían que los demonios eran fuertes, pero habían subestimado la profundidad de ese poder. Esta manifestación había sido una llamada de atención. No había forma de que ninguno de ellos creyera que ganar la gloria al derrotar a un demonio todavía era posible.

Con una mirada hueca en sus ojos, Naoise regresó al ring y agarró la mano de Tarte. “¡Dígame! ¡Dime cómo obtuviste esa fuerza! Necesito… volverme más fuerte…”

Eso fue todo lo que logró antes de colapsar. “¡Alguien llame a un sanador!” “¡Envíe por un médico, rápido!” “¿Hay una camilla en alguna parte?”

Unos pocos miembros de la Orden Auguide fueron en busca de un mago que supiera magia curativa.

Tarte parecía asustado, a pesar de que Beastification todavía estaba activo. Así de terrible había sido la expresión de Naoise. Sus orejas y cola de zorro desaparecieron, y se apresuró a mi lado.

“Um, ¿estuvo bien lo que hicimos, mi señor?” ella preguntó.

“Sí, es mejor que entiendan la magnitud de la situación. Cualquier cosa menos podría dejar a Naoise y su grupo dispuestos a buscar un demonio por su cuenta”, respondí.

Era un método impactante, pero no había otra opción. Si Naoise hubiera perdido en un duelo contra mí, él y sus compañeros lo habrían descartado como debido a que yo era un Caballero Sagrado, y no los habría disuadido en absoluto. Sin embargo, fallar contra Tarte no dejó lugar a discusión.

Ojalá entiendan su lugar ahora.

“Me siento un poco mal por él”.

Eres una buena persona, Tarte.

Le di unas palmaditas en la cabeza y, aunque parecía un poco avergonzada, aceptó el gesto con gusto.

Era hora de que nos fuéramos. Tenía la sensación de que ya no éramos bienvenidos aquí. Podríamos seguir con Naoise más tarde, pero había un último asunto que tenía que resolver.

Mina estaba parada sola, luciendo aburrida. La multitud de caballeros que había estado a su alrededor se había desvanecido cuando Naoise se desmayó.

“¿Qué estás haciendo aquí?” exigí.

“Hmm, pensé que sería divertido. Encuentro a los jóvenes y su pasión mucho más estimulantes que los viejos grasientos que asisten a la mayoría de las fiestas… Y la última expresión de ese chico antes de desmayarse fue deliciosa. Parecía tan lleno de desesperación que podría llorar, pero aún rebosaba de ambición y una verdadera sed de fuerza. Me aceleró el corazón”, respondió Mina con malicia.

“Ese es mi amigo del que estás hablando. Si le pones una mano encima, será mejor que estés preparado para las consecuencias” le advertí.

“¿Por qué te enfadas? No voy a romper nuestro acuerdo. Y no le voy a hacer nada malo. Realmente no.”

“No eres la única que puede eludir violando nuestro contrato, ¿sabes?” “¿Oh? Hmm-hmm, ahora eso es emocionante”.

Necesitaré usar la red de información de Illig Balor para vigilar a Naoise por un tiempo. No puedo darle a este demonio serpiente la oportunidad de ir tras él.

También decidí que tomaría una precaución defensiva más. Agarrando a uno de los caballeros que había estado corriendo presa del pánico, le dije: “Después de que Naoise se despierte, dile que él y toda la Orden Auguide deben mantenerse alejados de la condesa Granfelt como su favor por perder el duelo”.

“Oye, eso no es justo”, protestó Mina.

“Tú eres el que empezó esto. Esto está más allá del alcance de nuestro acuerdo. No tienes derecho a interferir con ninguna promesa hecha entre Naoise y yo.”

“Aww, supongo que tienes razón. Eso es muy malo. Iba a divertirme mucho con él. Retrocederé… esta vez.”

Y con eso, logré el objetivo de proteger a Naoise y sus caballeros de los planes de Mina. No tenía ninguna duda de que Naoise mantendría su promesa de obedecer mi pedido.

“Tarte, Dia, vámonos”, dije.

Tarte asintió con la cabeza. “Si mi señor.”

“Hagamos una parada en algún lugar en el camino de regreso. No comí nada”, dijo Dia.

Los tres dejamos atrás la villa Gephis.

¿Adónde irán Naoise y sus caballeros desde aquí? Me preguntaba.

Me las arreglé para disuadirlos de unirse a mí en la lucha contra los demonios. Sin embargo, no había garantía de que no harían nada más imprudente.

Aun así, esto fue toda la ayuda que pude brindarles. Solo recé para que mi amigo no se desviara del camino.