Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 4

Capitulo 20: El Asesino Toma En Consideración

Conseguimos alojamiento en Jombull al llegar, eligiendo prepararnos en la ciudad hasta que el demonio atacara. De esa manera, estaríamos listos cada vez que apareciera Liogel.

Estábamos celebrando una reunión de estrategia mientras comíamos.

“Mmm, la comida en esta ciudad es tan buena. Esto es tan nostálgico”, dijo Dia, tomando un bocado con una mirada de satisfacción en su rostro.

Estábamos comiendo meunière preparado con pescado de río salteado en mantequilla. Las cebollas salteadas ayudaron a diferenciar el plato de otros similares.

El sabor no era nada especial, pero debió recordarle a Dia su hogar. Esta ciudad estaba cerca de la frontera con el Reino de Soigelian, y su influencia se podía ver incluso en la comida.

“Um, Lady Nevan, ¿está bien que comas con nosotros?” preguntó Tarte tímidamente.

“Por supuesto. Como dije el otro día, cuando viajo contigo para luchar contra demonios, soy un compañero de equipo y de la misma posición que el resto de ustedes”, respondió la hija de la Casa Romalung.

Le di una condición a Nevan mientras viajaba con nosotros: tenía que aceptar ser simplemente una camarada en lugar de la descendiente de un duque.

El requisito no había nacido de un deseo de ser amigable con ella. Más bien, mantener la cadena de mando era una parte esencial de operar como equipo. Incluso en un escuadrón pequeño como este, la presencia de dos líderes obstaculizaría drásticamente la calidad de nuestro desempeño.

“Eso no cambia el hecho de que eres un noble de alto rango, Lady Nevan…”

“La modestia es sin duda una de tus mejores cualidades, Tarte, pero también es una debilidad. Así operan las fuerzas armadas. Incluso los hijos de los aristócratas de élite deben seguir órdenes absolutamente y no pueden recibir ningún trato especial. Si algunas tropas fueran tratadas de manera diferente a otras, todos morirían”, explicó Dia.

“Dia tiene razón. Traje a Nevan porque dijo que podía manejarlo” añadí.

“Y yo puedo. Entonces, Tarte, sigue el ejemplo de Dia y llámame por mi nombre”, insistió Nevan.

“O-Okay, N-Nevan”, tartamudeó Tarte, dejando caer nerviosamente el honorífico.

“Ahí tienes, eso es todo. Ah, ¿puedes pasarme la sal, Nevan?” pidió Dia. “Sí aquí está.”

De alguna manera, sentí que dejar el título respetuoso había sido demasiado fácil para Dia. Probablemente estaba acostumbrada a tratar con nobles eminentes.

“Recuerdas mi otra condición, ¿verdad?” cuestioné

“Sí, por supuesto. No debo contarle a nadie la información que aprendo aquí ni apropiarme indebidamente de su tecnología”, respondió Nevan.

“Así es. Poseemos tecnología y tácticas que no queremos que nadie sepa. Cuando luchamos contra un demonio, no podemos darnos el lujo de mantener ninguna de nuestras cartas oculta. Si no puede aceptar esa condición, haré todo lo que esté a mi alcance para evitar que me siga”.

Esa era otra cosa que habíamos acordado de antemano. Nevan juró nunca revelar los secretos de Gun Strike, Gungnir, Railgun o cualquiera de mis otras técnicas.

Era imposible para mí matar a un demonio sin los poderosos hechizos que había desarrollado. Además, una vez que decidí un plan que los usara, no podía comenzar la misión sin que todos mis compañeros de equipo entendieran cómo funcionaban.

“Cumpliré mi promesa. Si decidiera no hacerlo, ¿qué harías?”.

“Nada. Confirmaría que eres un enemigo en el que nunca más puedo confiar. Puedes hacer tantos agujeros en este acuerdo como quieras. Por ejemplo, podrías pedirle a un sirviente de toda la vida de la Casa Romalung que te acompañe y comparta lo que viste. Estoy eligiendo intencionalmente no obstruir ese tipo de escapatoria. Sin embargo, debes saber que te consideraré un enemigo si lo haces”, le advertí.

“Oh Dios, eso me rompería el corazón. Aun así, ¿estás seguro de que estás dispuesto a tratar a la Casa Romalung como hostil?”

“Sí. Has dejado claro lo bien que piensas de mis habilidades… Y matarte no sería un problema. Incluso si eres un Romalung.”

Revelé intencionalmente mi intención asesina a Nevan. Eso sirvió como amenaza y como muestra de mi determinación. Sus ojos se abrieron como platos y sostuvo sus manos para evitar que temblaran.

“Ha-ha-ha, definitivamente eres un asesino. Que mirada más fría. Pero me gusta eso. Por favor confía en mí. No haré nada para desagradarte. Eres mi importante futuro marido.”

“No recuerdo haber consentido nunca en esa última parte”. “¿Qué tiene que ver su consentimiento con eso?” Ella realmente era una Romalung.

“Ahora que hemos aclarado eso, terminemos nuestra comida. Después, discutiremos la estrategia” anuncié.

“Sí, disfrutemos de la comida de la gente común”, dijo Nevan.

“Esto es un festín” corrigió Tarte, mirando a Nevan con extrañeza.

Las dos tenían orígenes polares opuestos. Nevan nació la hija de un duque, y Tarte, en un pobre pueblo agrícola.

Era hora de dejar todo a un lado y comer. Necesitaba recuperarme del cansancio del largo viaje.

***

Al día siguiente, caminamos por el pueblo para conocer el terreno. Tenía un mapa de la ciudad, pero necesitaba verlo con mis propios ojos.

Tenía la sensación de que esta batalla podría convertirse en una guerra urbana. Eso era más probable que no.

El demonio tenía características felinas, e iba a aparecer justo afuera del pueblo con una manada de monstruos. Liogel era rápido y podía saltar distancias increíbles. Llegaría a la ciudad en un instante y saltaría las murallas de un salto. Algunos de los soldados de élite de la Casa Romalung vigilaban en todas direcciones, pero no había forma de mantener alejado al demonio.

Ayer dije que no podía usar Gungnir debido a la fragilidad de las defensas de Jombull, pero eso suponía que tuviéramos la suerte de interceptar al demonio fuera de los límites de la ciudad. Si lo usara dentro del asentamiento, aniquilaría todo.

“Parece que no podremos limitar el daño a la ciudad sin importar dónde luchemos”, se lamentó Tarte, mirando inquieto a su alrededor.

“Jombull es muy próspero. No hay nada que podamos hacer para evitar bajas. No somos dioses”, respondí.

“Lo sé, pero aun así es triste”.

Palmeé a Tarte en la cabeza. “Eres tan compasiva”.

A pesar de su aparente vergüenza, se inclinó felizmente ante mi gesto.

“Eso no es cierto. Simplemente no me gusta la idea de que la gente muera”.

“Tengo una sugerencia. Dado que estamos inspeccionando el diseño de la ciudad, también podemos buscar lugares que puedan usarse para nuestro beneficio”, propuso Nevan.

“La mejor manera de hacerlo podría ser colocar trampas. Eso definitivamente podría ser efectivo”, respondí.

Sabíamos que el demonio y sus monstruos venían con anticipación, por lo que tenía sentido que nos preparáramos para su llegada. Sin embargo, dado que nos enfrentábamos a un demonio, cualquier cosa que preparáramos necesitaría una gran cantidad de potencia de fuego. Una trampa con esa cantidad de fuerza volaría docenas de casas al activarse, y tendríamos que colocar varias de ellas.

Esa fue otra estrategia que requirió sacrificios. Sin embargo, iba a haber bajas a pesar de todo. Por lo tanto, pensé que era mejor atraer a la manada de demonios hacia donde colocamos las trampas y luego usarlas para mantener a nuestro enemigo confinado en un campo de batalla más pequeño. Eso podría ayudar a contener las muertes.

“Entonces hagámoslo”, instó Nevan.

“Hay muchos lugares donde quiero ponerlos, pero será difícil. Puedo encargarme de reunir los materiales para hacer las trampas, pero el problema es colocar las cosas. La gente los notará antes de que llegue el demonio”, dije.

“No tienes que preocuparte por eso. Pongamos las trampas dentro de las casas. Tiraré dinero en la cara de los residentes para comprar sus casas, para que podamos preparar tantas como queramos”.

Nadie se metería con los dispositivos si estuvieran dentro de casas compradas, por lo que ocultarlos sería fácil.

“¿Estás de acuerdo con eso? Va a costar mucho dinero” le advertí.

“Usar el dinero cuando lo necesitas es lo que le da valor”, respondió Nevan.

“Entonces te aceptaré”.

Si aumentaba nuestras posibilidades de éxito incluso un poco, estaba bien con confiar en la ayuda de Nevan.

***

Finalmente, compramos dieciséis casas y preparamos una trampa en cada una. Los hice para que pudieran ser activados remotamente.

“Esa fue una demostración ridícula de riqueza”, le dije a Nevan.

Sonriendo, ella respondió: “Gano mucho dinero”.

Una vez que apareciera el demonio, íbamos a enfrentarlo fuera de Jombull durante el mayor tiempo posible. Como tal, existía la posibilidad de que la batalla ni siquiera llegara a la ciudad. Aun así, eso no impidió que Nevan comprara los domicilios a casi el doble de su valor de mercado. Técnicamente, todavía había una posibilidad, aunque pequeña, de que Liogel ni siquiera apareciera.

Decidí disculparme de antemano. “Lo siento si eso resulta ser una pérdida de dinero”.

“No te preocupes por eso. ¿Crees que no me di cuenta de lo que estabas haciendo? Todos los edificios que compró estaban en sitios que serían fáciles de reutilizar o realizar negocios. Incluso habiéndolos comprado a casi el doble del valor de mercado, usted o yo podríamos recuperar fácilmente el gasto de cada terreno”, respondió Nevan.

“Estoy impresionado de que te hayas dado cuenta de eso. Busqué estructuras en buenas posiciones para las trampas y al mismo tiempo me aseguré de que nos permitieran recuperar nuestra inversión. No quería que perdieras dinero por esto” expliqué.

Ya sea que Nevan lo pensara o no, adquirir todos esos edificios fue un gran gasto. Como tal, quería pensar en qué sería de nuestras nuevas propiedades.

“Pero eso no fue todo, ¿verdad? Realmente piensas en todo… Si el área alrededor de cada una de las casas fuera aplanada durante la batalla, el valor de cada lugar aumentaría muchas veces. Serías un gran tiburón terrestre”, comentó Nevan.

“Vaya, se te ocurren las ideas más desagradables, Lugh. No puedo creer que compraras esos lugares prediciendo que la batalla los convertiría en terrenos baldíos”, agregó Dia.

“No hice esa parte para Nevan. Lo hice para poder apoyar a las personas que viven en esas áreas en caso de que llevemos la batalla a esos sitios”. Nevan y Dia inclinaron las cabezas confundidas, así que aclaré. “Si el valor de la tierra sube, se la compraré a un precio alto”.

“Ah, entiendo. ¡Aquellos que pierdan sus domicilios en esta batalla no lucharán por dinero o un lugar para vivir si les compras sus tierras!” exclamó Tarte.

Asentí. No importa dónde llevemos la pelea, habría muchos sacrificios. Por lo tanto, elegí tierras que aumentarían de valor si eran destruidas por la batalla para darles a los desplazados los fondos para comenzar de nuevo.

“Ah, eso es lo que estabas haciendo. Te preocupas demasiado por otras personas, Lugh. Todo ese estrés hará que te quedes calvo”, afirmó Dia.

“No me gusta cómo suena eso.” Solté una risa tensa. Lo que estaba haciendo era la máxima hipocresía, pero estaba en línea con los principios rectores que me había establecido después de renacer como Lugh Tuatha Dé.

No tenía intención de morir, y no haría nada que pudiera disminuir el éxito del asesinato. Sin embargo, deseaba hacer todo lo posible para ayudar a los ciudadanos de Jombull dentro de esas limitaciones. Este era el tipo de cosas que nunca hubiera considerado antes de mi reencarnación.

Terminé de poner la trampa en la última casa.

“…Esa es la última. Ahora, todo lo que nos queda por hacer es prepararnos. Nevan, hay algo que necesito decirte. Naoise probablemente aparecerá cuando luchemos contra el demonio. Ha renunciado a su humanidad para obtener poder. Tal comportamiento es imperdonable para un noble de Alvan.”

Durante el duelo, Naoise había hecho evidente su sed de fuerza, y Mina lo había recogido rápidamente como un juguete. También me había dicho que el demonio sería demasiado fuerte para mí y que alguien llegaría para brindarme ayuda.

Todo eso me hizo creer que Naoise aparecería.

“Wow, esa es otra información de la que no sabía nada. He estado tan preocupada por ese idiota de mi amigo.”

“¿Qué harás si ese amigo idiota se convierte en nuestro enemigo? Estoy listo para matarlo si es necesario.”

“Así que estás diciendo que le perdonarás la vida si es posible”.

“¿Siempre tienes que torcer mis palabras?”

“También quiero evitar matarlo si es posible… Ese chico solía ser tan lindo. Gritando ‘hermana mayor, hermana mayor’ todo el tiempo y persiguiéndome como un cachorro. ¿Dónde se equivocó?” Nevan sonrió. Una pizca de soledad apareció en su rostro. Se preocupaba por Naoise como un hermano.

Eso era algo que no esperaba. Nevan parecía pensar solo en el futuro de la Casa Romalung, y Naoise no tenía nada que ofrecerle a su familia.

“De todos modos, hemos terminado aquí. El demonio podría aparecer en cualquier momento, así que asegúrate de estar lista para la batalla”, instruí.

“Si mi señor. ¡Comeré y dormiré mucho!” respondió Tarte.

“Haré una última revisión de un nuevo hechizo que creé para esta batalla”, anunció Dia.

Reflexionando por un momento, Nevan dijo: “Entonces pensaré en cómo manejar las consecuencias”.

Habíamos hecho todo lo que podíamos. Ahora todo dependía de nuestro desempeño en la batalla.