Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 6

Capítulo 4: La Manera Astuta De Seducir Al Ex-Héroe De Una Diosa

Parte: 2

 

 

Ella le miró a la cara. “…¿No dijiste que ibas a volver a la Tierra?” “Nunca dije eso. Creí que te había dicho que nunca volvería”.

“No te preocupes. No voy a ninguna parte”. Arian nunca olvidaría esas palabras que le había susurrado mientras la abrazaba con fuerza.

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“Pero acabas de decir: ‘Así que esto es una despedida’…”

“Ah.” Shinichi por fin ató cabos y le mostró el objeto que tenía en la palma de la mano derecha.

Era la extraña cajita que reproducía música y vídeos ──── un smartphone.

“Me estoy despidiendo de esto. Iba a enviarlo a la Tierra”.

“Pensé que sería una oportunidad perdida, ya que a Rino le gusta su… música y sus juegos, pero no podía detenerlo si eso era lo que quería”.

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Arian ladeó la cabeza, desconcertada. “…¿Por qué?”

“Quería asegurarme de que mis padres y amigos supieran que estaba bien en otro mundo”. Shinichi reprodujo el vídeo de sí mismo que acababa de grabar. “Hola mamá. Hola papá. Soy yo. Estoy en otro mundo ahora mismo, y ────” “Pensé que les resultaría más fácil de creer si les mostraba un vídeo”.

En la pantalla, Shinichi lanzó un hechizo e hizo aparecer una llama sobre su mano mientras explicaba su situación actual ──── principalmente que le iba bien.

“No quiero volver a la Tierra ahora, pero estoy seguro de que mis padres se han preocupado por mi desaparición y piensan que he muerto en una zanja o algo así”.

Shinichi se rascó la nariz con timidez y puso en pausa el vídeo.

“Según Su Majestad, puede enviar mi teléfono inteligente de vuelta al lugar donde fui convocado. Tendremos suerte si vuelve de una pieza, pero es mejor que no hacer nada ──── Uh ¿Qué pasa?”

Arian estaba pálida. Al momento siguiente, se puso muy roja, montando en cólera contra la criada.

“¡Celes, me has mentido! ¡Creí que mi corazón se iba a detener!”.

“Todo lo que dije fue que esta habitación con el círculo mágico había sido utilizada para convocar a Lord Shinichi. Nunca dije que fuera a irse”.

“¡Entonces por qué no me miras a los ojos!”

Mientras se culpaban mutuamente por sacar conclusiones precipitadas, Rino lloró de alegría.

“Waaah. Estoy tan aliviada…”

“Eres tan dramática. Sabes que nunca rompo las promesas”, dijo Shinichi.

“Sí. Dijiste que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe”.

“¡Espera! ¡¿Es eso lo que creo que significa?!” preguntó el Rey Demonio.

“Déjalo ya y acepta su relación”. Regina evitó que el padre helicóptero se abalanzara sobre Shinichi.

El chico humano sonrió ante el caótico desorden y levantó su teléfono. “¿Te importaría grabar un vídeo conmigo? Ayudará a mi caso a demostrar que estoy en otro mundo”.

“¡Suena divertido!”, exclamó Rino.

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“Es para tu madre, ¿verdad?… ¿No sería mejor mostrarle las caras de sus nietos?”, sugirió Arian.

“Nuestro héroe pervertido”, dijo Celes, “siempre con los pensamientos más lascivos”.

“Vamos, mi marido va a terminar pronto con el círculo mágico”, instó Regina.

“¡Shinichi, todavía no te he aceptado como mi yerno!” gruñó el Rey Demonio como un perro que se mantiene firme incluso después de haber perdido la pelea.

Dejó que Regina se encargara de todo lo demás, y Shinichi volvió a comprobar la cantidad de almacenamiento que le quedaba en su teléfono.

“Has estado en las buenas y en las malas, viejo amigo… Oh, ¿todavía tengo esto?”

“¿Qué es?”, preguntó Arian con curiosidad.

“Un chantaje para el caballero héroe”.

Arian miró el teléfono y Shinichi le mostró el asqueroso vídeo de los primeros héroes que derrotó. Quería atesorarlo como un recuerdo.

“…Bórralo”.

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“¿No sería divertidísimo que se hiciera viral en la Tierra?”.

“Qué sucio eres”, espetó Celes, y Shinichi borró el vídeo a regañadientes.

En ese momento, en una tierra muy lejana, el antiguo héroe y caballero Ruzal

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──── el primer enemigo de Shinichi ──── sintió de repente que se le quitaba un extraño peso de encima.

Shinichi dirigió la cámara del teléfono hacia las tres chicas más importantes para él que la Tierra. Quería dar una despedida adecuada a sus padres.

***

 

 

La madre de Shinichi Sotoyama, Youko Sotoyama, se hizo con este mismo teléfono, medio día después de su desaparición.

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Todo empezó por la mañana. Después de que Youko despidiera a su hijo y a su marido, terminara las tareas y se tomara un pequeño descanso, recibió una llamada de la escuela de Shinichi.

“Shinichi ha desaparecido del campus. ¿Sabe usted dónde está?”, preguntó la voz algo aterrada de la joven profesora de Shinichi.

“¿Desaparecido?” Youko ladeó la cabeza.

Al parecer, Shinichi había llegado a la escuela como siempre. Había saludado a sus amigos en clase, pero después nadie pudo encontrarlo. Pensaron que había ido al baño y no le dieron importancia. Excepto que todavía no había vuelto después de la clase o cuando empezaron la lección. El profesor pensó que era extraño y decidió ponerse en contacto con su madre.

“Shinichi tiene sus… manías… pero es un alumno muy serio. Nunca ha faltado a clase, así que me preocupa que haya pasado algo…”

“Uh-huh”

En comparación con su profesor de clase, la respuesta de su madre fue insípida. Sabía que su hijo era el tipo de persona que llamaba tranquilamente a una ambulancia con su brazo bueno incluso cuando el otro se había roto en un accidente de coche.

Sabía que no moriría sin luchar, aunque acabara en peligro.

“Ni siquiera es el aniversario del día en que murió Nozomi. ¿A dónde iba a ir como para dejar la escuela?”

Youko consiguió consolar al profesor de la clase antes de colgar. Pasó el resto del día holgazaneando y viendo películas, pero Shinichi no volvió a casa ni siquiera cuando oscureció. Recibió otra llamada de la profesora de la clase.

“Perdone que la moleste otra vez. ¿Ha llegado ya Shinichi a casa?” “Todavía no. Y supongo que tampoco ha vuelto a la escuela”.

“Lo siento… Pero se ha dejado algo”.

“De acuerdo, ahora iré a recogerlo”.

Youko subió al autobús, pensando en cómo esa profesora de clase siempre se disculpaba por todo, y se dirigió hacia el instituto.

Allí, le entregaron el smartphone de Shinichi.

“Esto era lo único que quedaba en su asiento”.

“Uh-huh…”


“¡¿No cree que fue secuestrado, verdad?!” La profesora de la clase comenzó a llorar.

“Imposible”, dijo Youko con firmeza. “Si ese chico fuera secuestrado, engatusaría al criminal para que se uniera a él en una empresa más lucrativa”.

“P-Por supuesto”. La profesora del aula pensó que Youko estaba haciendo una broma para animarla y ofreció una débil sonrisa.

Youko estaba hablando 100% en serio.

Cuando cogió el teléfono, tuvo la sensación de que algo estaba mal.

¿Siempre había estado tan sucio?

Se lo había comprado a Shinichi hacía apenas un año, y él había sido muy cuidadoso con él.

Ahora tenía un montón de arañazos por todas partes, y el puerto de carga estaba negro como si se hubiera quemado. La correa del teléfono que estaba segura de que había estado en él había desaparecido.

Es difícil imaginar que esté casi inoperable en sólo un día…

Youko optó por no decir nada, ya que eso sólo haría que su profesora se preocupara aún más, y salió del instituto. Volvió a casa y se encontró con que su marido ya había vuelto del trabajo. Le contó lo sucedido y conectó el teléfono a un puerto de carga.

Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa.

“¿Qué? ¿No está bloqueado?”

Shinichi era tan exigente con su intimidad que había instalado en su teléfono cerraduras de reconocimiento facial. Siempre se reía de que los más difíciles de descifrar eran los mejores para hackear. Probaba sus capacidades de reconocimiento intentando desbloquear su teléfono con fotografías y modelos 3D de sí mismo. Al final se quedaba con el mejor. No era normal que su ansioso hijo dejara su teléfono desbloqueado y su contenido a la vista de cualquiera.

“¿Puedo verlo?”

“Es su culpa por faltar a la escuela y hacernos preocupar. Está bien. Echemos un vistazo”, instó su marido.

Youko pasó el dedo por el teléfono y se dio cuenta de algo más extraño: La mayoría de las aplicaciones habían sido eliminadas de la página de inicio ──── los vídeos estaban en su lugar.

“Creo que significa que deberíamos ver esto”, adivinó Youko y le dio al play.

El vídeo estaba grabado en una habitación construida con piedra, como si estuviera en algún castillo, y mostraba el rostro de su hijo, aunque parecía más fuerte que antes.

“Hola mamá. Hola papá. Soy yo. Ahora mismo estoy en otro mundo… Perdónenme si los he hecho preocupar”.

“”…¿Qué?”” dijeron, con la boca abierta al escuchar el fantástico mensaje de su hijo.

Apenas podían creerlo cuando explicó que había sido convocado por un rey demonio a otro mundo hace un año. Pero su teléfono estaba tan abollado que parecía haber vivido un año de aventuras. Incluso su rostro parecía más maduro. “Hmm… Me pregunto si el tiempo fluye de manera diferente allí”.

“Youko, esa no es realmente la cuestión aquí”, dijo su marido, pero la suposición de Youko no estaba muy equivocada.

La Tierra y Obum estaban en universos diferentes, lo que significaba que su tiempo no estaba sincronizado.

Además, el Rey Demonio había utilizado un hechizo llamado Return Home, que devolvía algo al lugar en el que se encontraba cuando fue convocado originalmente ──── en el espacio y en el tiempo.

Después de desvanecerse durante un mero segundo en el aula, el teléfono inteligente había vuelto a su ubicación original ──── mientras que en Obum había pasado un año entero.

Por supuesto, Youko no tenía forma de saberlo. Además, ahora estaba ocurriendo algo más interesante en el vídeo.

“¡H-Hola, futura suegra! Es un placer conocerte. Me llamo Arian. Estoy muy unida a Shinichi, y ────”

“¡Aquí Rino! ¡Yo también estoy muy unida a él! ¡Nos bañamos juntos y dormimos en la misma cama!

“Mi nombre es Celestia, la criada de Lord Shinichi. Por favor, llámame Celes”.

Parecía que tres hermosas chicas ──── muy interesadas en su hijo ──── se esforzaban por causar una buena impresión a sus potenciales suegros. Youko no pudo evitar soltar una sonrisa, aunque seguía sin estar segura de todo el asunto.

“Puede que les haya engatusado. Me pregunto cuál es la que más le gusta”. “¡Míralo, maldita sea! Ojalá estuviera rodeado de mujeres jóvenes y atractivas”.

“……”

“¡E-Espera, cariño! ¡Esos chocolates de San Valentín eran totalmente sobras de las chicas de la oficina! ¡Y esa cena era sólo para los negocios! ¡Yo nunca te engaña ────Gaaaaah!”

Youko aplastó las pelotas de su marido con el pie y miró el vídeo, que parecía acercarse al final. Sonrió, suspirando entre dientes.

“¿Cómo puedes dejarnos a nuestra suerte en nuestra vejez…? Pero mientras seas feliz…”

Desde el día en que su amiga de la infancia se había ahogado en el océano, se había dado cuenta de que su hijo había cambiado, y que sólo mostraba a cualquiera una sonrisa falsa. Verlo con esas chicas de otro mundo, sonriendo de oreja a oreja como si fuera realmente feliz, no la dejaba quejarse.

***

 

 

Después de que Shinichi enviara su smartphone de vuelta a la Tierra, pidió al Rey Demonio y a Regina que borraran el círculo mágico. Se dirigió hacia arriba con las tres chicas.

“Siento que por fin me he quitado un peso de encima”. Miró al cielo azul y estiró la espalda.

El rostro de Arian se nubló. “¿Fue lo correcto?”

No es que no pudieran volver a dibujar el círculo mágico, pero borrarlo reduciría significativamente la tasa de éxito del Regreso a Casa. Eso significaba que Shinichi no iba a volver a la Tierra.

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Shinichi se volvió hacia las chicas que parecían tan preocupadas. Mostró una gran sonrisa. “Fue lo mejor”.

Al principio había sido convocado contra su voluntad y había aceptado el reto de enfrentarse a los héroes por diversión. Ahora había demasiadas cosas que apreciaba en este mundo. No tenía ningún deseo de volver a la Tierra. Con el último adiós a sus padres, estaba listo para que el círculo mágico desapareciera para cortar cualquier duda persistente.

Shinichi se lo explicó a las chicas y luego recordó algo. “Por cierto, ¿me necesitaban para algo?”

Habían llegado corriendo a la planta más baja del castillo, que normalmente estaba desocupada.

Sólo podía suponer que lo necesitaban a él o al Rey Demonio.

“Oh, umm…”

“Shinichi, ¿con cuál de los tres te vas a casar?” Rino preguntó sin rodeos.

“¡¿Rino?!” exclamó Arian casi en un grito.

La hija del Rey de los Demonios había entrado rápidamente en el tema.

Rino sonrió inocentemente. “Mamá está reteniendo a papá. Si vas a decirlo, tienes que hacerlo ahora”.

La única razón por la que Regina se había molestado en quedarse en el sótano era para ayudar a su hija; el Rey Demonio no tardaría tanto en borrar el círculo mágico por su cuenta.

“¡Rino, me estás asustando!” Arian empezó a temblar violentamente.

Celes le imploró. “Por favor, responde. ¿No era parte de la razón por la que enviaste tu smartphone a la Tierra?”

“Ah, me has descubierto”, admitió Shinichi, y luego se sinceró tímidamente sobre lo que había en su corazón.

“Siento haber pospuesto esto. Sabía lo que sentían por mí, pero me quedé callado porque no tenía la suficiente confianza. Lo siento”.

“Estoy segura de que sólo pensabas en el futuro. No tienes que disculparte”, le aseguró Arian.

Se alegró de que hubiera aguantado hasta que estuvieran en tiempos de paz, porque eso significaba que no buscaba sólo el placer físico, sino que amaba a la persona lo suficiente como para querer estar con ella para siempre.

Shinichi sonrió con desprecio, pensando que su evaluación de él era mucho mejor de lo que merecía. “Sólo soy un pollo asustado que no pudo decidirse hasta que eliminó todas las amenazas, preparó el escenario y se deshizo de las dudas persistentes”.

Shinichi fue finalmente consciente de por qué le faltaba confianza en sí mismo.

“Tenía miedo de volver a perder a alguien”.

A veces, la guadaña de la muerte se balanceaba entre dos personas, separándolas para siempre. Incluso si las amabas.

Este miedo irracional e inevitable lo había estado carcomiendo por dentro.

“Una parte de mí cree que no debería volver a amar a alguien…”

Shinichi volvió a sonreír con desprecio hacia sí mismo, mirando lentamente los rostros de las tres chicas.

Ya se habían convertido en algo muy importante para él. No quería perder a ninguna de ellas.

Por eso no había sido capaz de dar ese último paso, convirtiéndose en un completo cobarde.

“No quiero perder a ninguna de ustedes, así que voy a darles una respuesta ahora”.

Dio un paso hacia las agitadas chicas.

“Shinichi”, imploró el héroe medio dragón.

Ella era tan sencilla que a veces le preocupaba. Su personalidad era difícil ──── pero era la persona más honesta que había conocido, sin duda.

“Shinichi”, dijo la hija del Rey Demonio.

Últimamente había empezado a mostrar su lado más oscuro, pero su sonrisa iluminaba innumerables vidas como el sol.

“Lord Shinichi”, dijo la doncella elfa oscura.

Al principio se mostraba inexpresiva, yendo a por él con su lengua mordaz, pero con el tiempo, había empezado a mostrarle un lado más tierno.

Fue porque amaba a estas tres chicas que se adelantó y les dijo su elección.

“Arian, prometo hacerte feliz. ¿Seguirás apoyándome a mi lado?”

Tomó sus manos, que temblaban por los nervios, y las apretó con firmeza.

“…¿Estás seguro?”

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“Eres la única para mí”. Shinichi sonrió mientras Arian le miraba con incertidumbre. “Sabes que no soy más que un débil cobarde. Mi astucia es lo único que tengo a mi favor. Pero con tu apoyo, podría derrotar a un dios”.

Con la inteligencia de él y la fuerza de ella habían tomado este mundo en sus manos.

“Arian, dame tu todo”.

“Shinichi…”

Su confesión se instaló lentamente en su corazón. Las lágrimas fluyeron de sus ojos azules. Ella no las limpió, ofreciendo una sonrisa desordenada.

“Ya te lo he dicho. Te doy mi vida, mi corazón, mi todo”.

Tómalo, pareció instar, cerrando los ojos e inclinando la barbilla.

Shinichi le soltó las manos, y ella esperó que sus brazos la rodearan…

En lugar de eso, él pasó a su lado.

“…¿Eh?” Arian abrió los ojos de golpe para ver a Shinichi acunando las pequeñas manos de Rino.

“Rino, estaré contigo hasta que muera. ¿Serás mi guía en la vida para asegurarte de que nunca tome el camino equivocado?”

“Sí. También quiero que me digas si me equivoco, sin contenerte”. “Te lo prometo”.

“¡Primero, quiero que me digas cómo haces realmente los bebés!”

“…¿Cómo sabes que te he mentido?”

“¡He-hee, es un secreto! Soy tan mala”. Rino sonrió de forma tierna, como un pequeño imp.

Shinichi se sintió un poco asustado pero le acarició la cabeza suavemente.

“…¿Qué?” Arian estaba confundida mientras lo miraba, pero él ya estaba avanzando y tomando las manos de Celes.

“¡Celes, tenemos un futuro brillante como dúo cómico casado!”.

“¿Por qué bromeas?” Ella le arañó.

“¡Owww! Es que… me da vergüenza intentar decirte lo que siento de verdad…”

“En serio. ¿Qué piensas de mí?”

“La mejor criada que podría haber pedido”.

“…Eso es injusto”. A Celes le pilló desprevenida su seria confesión, y sus bronceadas mejillas se sonrojaron.

“……”

Arian se quedó mirando lo que sucedía, ya sin palabras. Shinichi sonrió incómodo, luego caminó directamente hacia ella y la agarró por los hombros.

“Y… um… no estoy seguro de cómo decir esto, pero… ¡eres la novia número uno!”

No podía vivir sin su hermana pequeña número uno ni sin su criada número uno. Estaba eligiendo tener su pastel y comerlo también.

Arian se enfrentó al autoproclamado débil cobarde, con los ojos dorados de la ira.

“¡Sucio bastardo!”

Le dio una bofetada en la mejilla con todas sus fuerzas.

“¡Gah!”

Megami no Yuusha Volumen 6 Capitulo 4 Parte 2 Novela Ligera

 

Shinichi salió disparado por los aires, con un impacto mayor que el de un coche. Arian se lanzó del suelo y saltó tras él.

“¡Pero aún te quiero!”

Se alegró de que la hubiera elegido como su número uno. Apretó sus labios contra los de él.

“¡¿Qué… aaah?!” Rino se sonrojó y se cubrió la cara con las manos, observando a los dos besarse entre sus dedos.

A su lado, Celes contuvo su decepción, dejando escapar un largo suspiro.

“Al menos es lo suficientemente estúpida como para estar a la altura de esta rata asquerosa”.

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Las dos observaron cómo Shinichi y Arian caían sobre la hierba, aún abrazados.

Miraron al cielo azul, radiantes, luego se miraron como si no hubiera nadie más en el mundo y comenzaron a besarse de nuevo.

 

-FIN DEL VOLUMEN 6-

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