Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Navidad, hula~ hula~, crisis

Parte 1

 

 

Hentai Ouji to Warawanai Volumen 7 Capitulo 1 Parte 1 Novela Ligera

SERVICIO. Maravillosa palabra con un sinfín de usos. Pero cuando alguien te la dice a secas sin un contexto aparente, ¿qué es lo primero que te viene a la mente—? No, no tienes que decírmelo. Ya lo sé. Lo sé totalmente. Cuando piensas en un ‘servicio’ te imaginas a una sirvienta atrapada en una posada decadente, los pasatiempos ocultos de una hermanita descarada, el dulce sonido del agua fluyendo por el punto ciego del escritorio de una profesora o a una mujer que es una esposa sumisa de día pero que se convierte en un personaje “Ufufufu” de noche— piensas en ese tipo de cosas, ¿no es así? ¡Oh por dios, qué indecente!





Sin embargo, concuerdo totalmente contigo. ¡Las mentes brillantes piensan igual!

Que una chica inexpresiva con cola de caballo me ‘sirva’ mientras me mira y se ruboriza manteniendo un semblante apagado… ese tipo de fantasías a menudo animan mis días lluviosos. Si utilizo el término extranjero ‘ennui’ para describir a la juventud de ahora, no es porque quiera dármelas de intelectual. Últimamente he escrito demasiadas cartas de disculpa, lo que me llevo a utilizar todo tipo de palabras nuevas.

De todos modos, cuando pienso en un ‘servicio’, siempre me llegan a la mente muchas imágenes positivas. Sin embargo, la realidad nunca es tan indulgente. El concepto de ‘servicio’ no se refiere únicamente a quien lo recibe.

Sólo alguien con la determinación para servir a otra persona puede imaginarse a sí mismo siendo atendido.

***

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—Phew…

Estaba contando los días que faltaban para el Año Nuevo mientras realizaba un trabajo de servicio comunitario en la calle principal frente a la estación de tren. Nos encontrábamos en la época del año donde la ciudad era gobernada por los colores rojo y verde. También había campanas por doquier que tintineaban y las típicas canciones navideñas que te lavan el cerebro.

Ahora bien, con todas las parejas caminando por la zona con sus abrigos de piel, ¿el joven Yokodera no habría de verse como una especie de Santa Claus? Si después de todo estoy arrastrando una bolsa gigante mientras recojo cosas del suelo.

Un pedazo de basura, dos pedazos de basura…

oh, pero que sorpresa, ¡otro pedazo de basura! ¡¡Y NO IMPORTA CUÁNTO RECOJA, SIGO VIENDO MÁS Y MÁS BASURA!!

—Je, así que esto es lo que llaman ‘ser poco productivo’…

Me veía como un alma en pena de camino al infierno. Mi espalda estaba encorvada y nadie intentó acercarse para ayudarme. La brisa que soplaba entre los edificios era fuerte. Se sentía como agujas pinchando mi piel. Cada vez que respiraba generaba una bocanada blanca y las puntas de mis dedos se encontraban igualmente blancas. Tampoco ayudó mucho que la bolsa de basura siguiera aumentando de peso con cada parada.

¿Qué paso con mi ‘Nochebuena’? ¿No se suponía que era el día en que celebramos el nacimiento de la superestrella en el establo y luego nos perdemos para pasar la noche con el sexo opuesto? ¿No se supone que debemos ser felices mientras celebramos bajo la estrella de Belén, plantando las nuevas semillas para Adán y Eva…? En cierto sentido, esa es la mayor bendición de todas, ¿no? ¿Quizás incluso se ajusta realmente al significado del día?

…bueno, no es que eso importe demasiado.

Me di cuenta de que recoger basura está haciendo estragos con mi psique. Me siento como un perdedor solitario en una ciudad llena de tortolos. Parece que no hay de otra—

—…waah, es demasiado grande…

…no tengo más remedio que sumergirme en el mundo de las fantasías.

—No va a encajar, mi barriga estallara…

Metí varias latas vacías en la bolsa de basura, haciendo que se viera como una barriga abultada mientras interpretaba los dos papeles en mi juego de rol: ‘La sirvienta tiene que tragarse toda la basura de su amo mientras llora’. El hecho de que la bolsa de basura escupiera una de las latas solo mejoro la inmersión.

—Se va a desbordar… no… no seas tan cruel…

Mientras un sentimiento de perversión llenaba mi cuerpo, como si estuviera forzando a la bolsa de basura para que me entendiera, me sentí aún más motivado. Una vez dije que, si tenía mis fantasías, podría enfrentarme al mundo entero. ¡Es hora de confirmarlo!

—Gujeje. ¿Te gusta esta botella de agua? Ahora trágatelo todo… porque soy tu maestro…

Quien diría que con los juegos de rol hasta una tarea tan decadente como la de recoger basura puede producir alegría. ¡El servicio es tan divertido! ¡Como adoro el servicio comunitario! ¡¡PERMÍTANME SERVIR AL MUN¿Oh?

—……

Justo cuando empezaba a excitarme un poco, las piernas de alguien aparecieron frente a mí. Cuando levanté la cabeza, pude ver su rostro. En cuanto a su uniforme, cargaba un abrigo largo que parecía una armadura, con sus guantes y bufanda complementando su estupenda defensa. Tenía el cabello recogido en una cola de caballo y me miraba con los ojos de un león. Por supuesto, no me tomo ni un segundo darme cuenta de que yo me hallaba en frente de la vicepresidenta del Club de Atletismo: Maimaki Mai.

—……

—……

La gravedad de su mirada fue tal que tuve que bajar la cabeza inmediatamente después.

—¡B-Bueno, no es lo que parece…!


—……

—…um, ya sabes…

—……

Sin pronunciar una sola palabra, Maimaki jugueteó con su smartphone. Pulsó un botón y reprodujo un archivo de audio con una voz familiar:

—[Gujeje. ¿Te gusta esta botella de agua? Ahora trágatelo todo…]

Oh por dios. ¿Qué clase de psicópata se vería en la necesidad de grabar a una persona con la que acaba de toparse—? ¡Ahhh, no envíes ese archivo a tus amigos!

Salté sobre ella para detenerla, pero Maimaki ni siquiera intentó esquivarme. Gracias a mi impulso, esto terminó pareciendo como que yo la empujé contra el suelo.

—¡Kyaa! —Dejó escapar un chillido y rápidamente continuó tomando fotografías, que más adelante titularía ‘El criminal del Club de Atletismo’.

Mai-chan, ¿acaso pretendes utilizar eso como prueba en la corte?

…esta chica lo haría.

A la velocidad de la luz, me aparté de ella, me postré y le juré lealtad eterna.

—…IM-BÉ-CIL~ —Maimaki esbozo una sonrisa satisfecha. Se sacudió la ropa y se puso de pie. —Ya es la hora. Suficiente por hoy. Ahora muéstrame una bonita pose. —Dijo y volvió a jugar con su smartphone.

Sin reparos me tomo otra foto sosteniendo la bolsa de basura. Esta vez, se trató de una fotografía seria que envió a la maestra como una prueba de que yo estaba trabajando muy duro.

Como habrás adivinado, ella es la persona que me supervisa y se asegura de que yo este expiando mis pecados.

***

 

 

Durante nuestra reciente excursión, que fue la última que tendríamos como estudiantes de preparatoria, hice una insignificante escenita. Traje a una chica desconocida en mi maleta, insulté a los profesores y provoqué muchos problemas.

Mia culpa y sólo mía.

Fui encontrado culpable, por lo que se me dio un castigo, y dicho castigo fue que sirviera a esta sociedad en cuerpo y mente. Todos los días después de clase fui obligado a recoger basura frente a la estación de tren entre las 03:00PM y las 06:00PM. No se me permitió asistir a las prácticas del club, ni se me dio tiempo libre durante ese período de tres horas.

La razón por la que Maimaki fue nombrada como mi supervisora es porque ella también fue una miembro del comité durante la excursión. Siempre me daba órdenes al azar durante ese intervalo y se lo comunicaba a los profesores. Debido a que ella claramente me odiaba hasta un grado que todos encontraban evidente, ni siquiera los profesores tuvieron problemas en hacerla mi supervisora.

Gracias a eso, en estas dos semanas, cada que me echaba un breve descansito, ella venía y tomaba fotos como las del juego de rol. Esta no es la primera ni la segunda vez que lo hace. Sin embargo, no creo que ella esté enviando esas fotos a los profesores. Porque esa es la clase de persona que es Maimaki Mai.

Este servicio comunitario debería terminar hoy.

La escuela ya había acabado y la ceremonia de fin de semestre termino también. Ya había entregado todas mis cartas de disculpa y me acostumbre a que mis compañeros me trataran con asco. Una vez que pasemos de año, probablemente se olvidarán de todos los rumores… como nota aparte, los japoneses a menudo decimos que los rumores desaparecen luego de setenta y cinco días, pero los ingleses dicen que eso sucede después de sólo nueve. ¡Esos tipos seguro tienen una mala memoria!

Creo que yo hubiera encajado bien de haber nacido allí…

De todos modos, ya sean nueve o setenta y cinco días, eventualmente todo pasara. No hay nada eterno en este mundo.

—Me relajaré mucho durante las vacaciones de invierno…

Miré hacia el cielo invernal que se estaba oscureciendo lenta, pero constantemente, mientras me estiraba. Las nubes colgaban en el cielo tal y como lo había predicho la onee-san del clima. ¡A lo mejor esta será una blanca Navidad!

—……

Maimaki me miró y dejó escapar un suspiro.

Incliné mi cabeza, confundido.

—¿Hmm? ¿Pasa algo?





—…nada. Es que nunca esperé que solo aceptaras en silencio tu castigo. ¿Quizás seas un buen recolector de basura cuando crezcas?

—¿Quizás? ¿Y lo que escuche de ti fue un elogio?

—Sí. Espero que dejes el Club de Atletismo para siempre.

—¡No metas al club en esto!

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—Únete al club de la basura, basura.

—¡Ahora me estás tratando como a una basura!

—Estoy hablando en serio. Luces como un saco basura.

—Si lo dices con ese tono tan serio, me duele aún más.

—¿Por qué será? Simplemente te ves como un pañuelo de papel usado. Eres como una montaña de pañuelos apestando a cierto fluido.

—¿A qué viene eso? ¡Es la primera vez que me comparan con ese tipo de cosas!

—Y, sin embargo, ustedes los chicos hacen ese tipo de cosas todo el tiempo, ¿verdad?

—¡Claro que no!

—¿De veras?

—¡De veras!

—¿De veras, de veritas?

—…de veras.

—¿De veras, de veritas, de verotas?

—……

—Eres un adolescente, así que gastas muchos pañuelos. Hasta yo sé eso. No empieces, que incluso compartimos cuerpos.

—Pero…

—Lo preguntare de nuevo. ¿Haces eso?

—Bueno… a veces…

—¿Huh?

—¿Eh?

—¿Qué estás diciendo de repente, pervertido asqueroso?

—¡…sí, ya lo veía venir! ¡Sólo querías llamarme pervertido! ¡¡Y ELEGISTE UNA FORMA TAN INDIRECTA DE HACERLO!!

—Tan solo admite que estas enfermo, pervertido lascivo.

Cada vez que hablo con ella, la conversación siempre se degrada lentamente hasta terminar de esta forma. Ese es el estilo MaiMai que me hace sentir como si estuviera en un puente colgante. Por un momento,

me pareció que Maimaki soltó una risita aliviada, pero…

—…hombre, eres bien idiota. —Dijo en un tono desinteresado, mientras su sonrisa desaparecía.

Cuando le pedí una explicación, dejó escapar otro suspiro. Fue un suspiro pesado, como si tuviera problemas para decir cuál era el inconveniente.

—No te hagas el tonto, basura… lo siento. ¡Es que eres tan Imbécil–!

—Definitivamente lo estás haciendo a propósito.

—Cierra la boca, basura.

—¡Incluso volviste al original! Y no es como que me esté haciendo el tonto ni nada por el estilo.

—…protegiste a alguien más y cargaste con toda la culpa.

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—……

—Pero la persona que protegiste sigue viviendo en silencio. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? — Maimaki murmuró en voz baja.

Ella dejó caer su mirada a sus pies y pateó el suelo con su talón de manera descontenta. Me siento mal por ese asfalto… a menos que sea masoquista; en ese caso, ¡bien por el asfalto!

—Entiendo que no confesara la verdad a los profesores después de todas las molestias que te tomaste, pero ella ni siquiera vino aquí a ayudarte. Y ahora, tu castigo termino y las cosas se quedarán así. Es ridículo. —Habló mientras me miraba fijamente, luchando por contener su rabia.

Ambos sabíamos que la chica no había hecho nada por lo que debieran suspenderla, pero puedo ver el porqué de su ira. Sería una de las múltiples maneras en las que se puede interpretar el final de la excursión.

Sin embargo…

—Eso no… no es eso… —Me encogí de hombros y mostré una amarga sonrisa.

No hice nada especial. Si fuera un verdadero héroe, la historia de Yokodera-kun hubiera tomado un rumbo diferente cuando inicio todo. Sólo hice lo que quería hacer. No protegí a nadie. Hice lo que hice porque me apeteció. No lo hice para que alguien me entendiera, sólo la salvé porque quise.

Además de eso, vi este periodo de servicio comunitario… como una forma apropiada de pensar las cosas.

No estuve simplemente ocupado recogiendo basura mientras divagaba sobre profanar bolsas de plástico. Estuve pensando seriamente sobre algunas cosas—sobre muchas, en realidad. Sobre mi futuro, acerca del tipo de relación que compartiré con aquella chica y con respecto a la chica por la que una vez sentí ‘algo’.

Y a pesar de tanta reflexión, aún no pude llegar a una decisión…

***

 

 

Llevé toda la basura que recogí al área de reuniones del ayuntamiento. Le comenté a Maimaki que podríamos salir ya que estaría libre luego de escuchar un último sermón de la profesora, pero ella me rechazo.

Al parecer, tenía otros asuntos que atender.

—Ya veo. Con que ‘asuntos’ de Nochebuena…

¿Es esto lo que creo que es? ¿Tiene que ser un novio, verdad? ¡Oh, por dios! ¡Tengo que decir que estoy muy interesado en esta caída hacia la impureza de nuestra preciosa vicepresidenta del club!

—…no me pongas esa cara, idiota. —Maimaki chasqueó la lengua y saco a la discusión el nombre de la presidenta del Club de Natación. —Voy a ir de compras con ella.

—Oh, con Amistosa-sama, ¿eh…?

Es la chica que formo parte de mi grupo durante la excursión. Siempre la veía con ojos soñolientos, ropa holgada y una voz amigable. Es divertido compararla con un mapache. Y ya que los dos tenemos un acuerdo no tácito donde nos llamamos por apodos, elegí ‘Amistosa-sama’ dada su naturaleza.

…aunque no sé si ella también sea amigable por dentro. Somos lo suficientemente cercanos como para mostrar tanto el cuerpo como el corazón, pero supongo que no importa lo cerca que estemos, existe una línea que probablemente nunca podré cruzar. Es algo así como un personaje que no puede ser conquistado en un juego de chicas.

—Asistiremos a una fiesta de Navidad. ¿Celoso? —Me miro de forma arrogante.

Después de pensarlo por un segundo, sacudí la cabeza.

—Creo que es genial y todo, pero no estoy celoso ni nada. Tengo mis propios planes para la Navidad.

—¿Hmm? —Maimaki resopló. —…muy bien entonces. —Miró al cielo y sonrió.

No sabía por qué reaccionó así, pero entender todo sobre una persona es imposible en primer lugar. Sin embargo, incluso si nuestras razones son diferentes, todavía puedo sonreír junto a ella.

Cuando Maimaki y yo intercambiamos nuestros cuerpos durante la excursión, me di cuenta de que llevarme bien con Amistosa-sama no estaba dentro de mis posibilidades. Cada uno tiene su propio territorio. Ella tiene sus propios amigos y yo tengo los míos.


Las relaciones humanas no podrían ser más complicadas, y el hecho de que nuestras vidas sean tan cortas no ayuda. Ya que no podemos llevarnos bien con todos en este mundo, deberíamos centrarnos en las personas que nos rodean. Tenemos que verter todo en las personas que son importantes para nosotros.

—Entonces, mándale un “hey” de mi parte a Amistosa-sama.

Maimaki me acompañó de camino hacia el ayuntamiento y nos separamos en la parada de autobuses.

—No hace falta que lo digas. Siempre le pasaré los saludos de mis amigos.

—Jaja, eso es genial.

Un autobús se nos acercó. La escuela está entrando en el periodo de vacaciones de invierno, así que no nos veremos por un tiempo. Miré las luces y lo pensé un poco.

—Feliz año nuevo también…

Dudé, pero aun así decidí decir lo siguiente:

—…espero que no nos arrepintamos de nada.

Nunca pensé que llegaría el día en que le diría algo así a la vicepresidenta.

—Sí, procurare no hacerlo. —Curiosamente, ella sólo asintió con la cabeza en respuesta.

Su cola de caballo se agitó y enterró su pequeña barbilla en su bufanda. Ese gesto me recordó a un niño pequeño. Finalmente, sus ojos me miraron como espejos que reflejan una imagen.

—Yokodera, tú también…

—¿Si?

—Te deseo suerte en estas dos semanas.

Parecía que quería decir algo, pero al final se detuvo y desvió la mirada.

Ya veo. ¡Aprecia mi trabajo! ¡Qué buena chica!

—Igualmente. Buen trabajo en estas dos semanas, MaiMai.

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—Sí, sí, igual–

—Sabes, me gustas mucho.

—¿¡…!?

Bang*

Escuché un fuerte sonido. Maimaki había estrellado su cabeza contra el poste de la parada de autobús.

—Oye. Hey… —Su cabeza se volteó en mí dirección. Ella me envió una mirada aguda.

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Su voz sonaba como si la hubieran empujado de las escaleras del cielo hasta las fosas ardientes del infierno. Y por extraño que parezca, su cara estaba roja como una remolacha.

—Tú… qué… ¿qué acabas de decir?

—¿Yo? ¿Diciendo algo raro? ¿¡Cómo se te ocurre!?

—¿Por qué…? Maldita sea, solo estás jugando conmigo… —Maimaki se dio cuenta de que estaba conteniendo mi risa y se mordió el labio.

Como si tratara de sacudirse la vergüenza, también sacudió su cabeza.

—…MaiMai. Ya veo. ¿Con que MaiMai, eh? Ese es el problema. ¿Con que derecho me llamas con ese apodo?

—Ah. ¿Ese es el problema?

—¿Qué otro problema habría? Me tomó por sorpresa porque de repente me llamaste así.

¿Fue eso realmente lo que la perturbo? Me pregunte a mí mismo.

—Amistosa-sama también te llama así, ¿no? Los apodos son importantes. El uso de apodos nos hace acortar la distancia entre nuestros corazones.

—Hm… hmm…

—¡Así que acortaremos la distancia entre nosotros y cosechemos los frutos de nuestro trabajo!

—Okay, púdrete en el infierno.

—¡Qué directa!

—¿Por qué necesitabas decir un chiste? ¿Porque siempre tienes que meter la pata después de decir algo bonito?

—¿Huh? ¿O sea que pensaste que fue algo bonito?

—…hay, no–

—¡Oh por dios! ¿Mis palabras realmente movieron tu corazón? ¿O es que estás en tus días? ¿Qué pasó, MaiMai? ¿Comiste algo raro?

—Eso, idiota. ¡Continua! Si yo soy MaiMai, entonces tú eres… —Desesperadamente, Maimaki busco una forma de cambiar de tema. —…entonces tú eres YoYou.

—…MaiMai, ¿no tienes tacto en lo absoluto, huh?

—¡Cállate, YoYou! Deja de quejarte, YoYou.

—Eso suena como una especie de mala canción de rap, si me preguntas. ¡Es bastante inesperado viniendo de ti, MaiMai!

—¡Que me lo diga YoYou es tan doloroso! Qué vergüenza, yo yo.

—¡¿Qué has dicho, MaiMai?!

—¿¡Buscas pelea, YoYou!?

—¡MaiMaai! ¡MaaaiMaaaaai!

—¡YouYouuu! ¡YouYouYou!

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—Hey hey, Maimaki MaiMai~

—¡Yo-Yo-Youto, eres tan lento, yo!

Caminamos en círculos mientras intercambiábamos un choque de palmas.

Todos, por favor, miren bien esto. Esta será la nueva tendencia. Esta es la mayor batalla de sumo de la década. No sé por qué, pero esto fue bastante divertido en sí mismo. Yo soy un imbécil y Maimaki es igual de idiota.

Al final, ambos somos imbéciles.

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