Nishino (NL)

Volumen 8

Capitulo 11: Experiencia Laboral 5

Ese mismo día, el problema se produjo de camino a casa tras el segundo día de entrenamiento.

Mientras todo el mundo se dirigía a su casa, la zona que rodea la entrada principal del hospital estaba abarrotada de gente. Lo que llamaba la atención era una hilera de grandes cámaras, que parecían ser de uso profesional. Estaban por todas partes, mezcladas con la multitud. Las cámaras no eran visibles. Pero estaban allí.

Cualquiera puede decir a simple vista que son miembros de la prensa.

—¿Eh? Qué demonios es eso…

—Vaya, vaya, ¿vienen muchas cámaras y demás?

Los primeros en levantar la voz fueron la presidenta y Risa-chan.

La expresión de Takeuchi-kun se nubla a su lado. Está familiarizado con la situación en el hospital y podría determinar fácilmente la razón por la que se instalaron las cámaras. Una palabra perturbadora que había escuchado inesperadamente justo anoche cruzó su mente.

Al mismo tiempo, recordó un extraño fenómeno que le ocurrió.

—… Lo siento. Oye, tengo cosas que hacer.

Murmurando brevemente, el apuesto hombre se giró sobre sus talones.

Se puso pálido y volvió corriendo por el pasillo del que había salido para escapar de las cámaras de los telediarios. Los presentes sólo ladeaban la cabeza. Para los curiosos, parecía que tenía un repentino dolor de estómago y se dirigía al baño.

Una voz de un tercero resuena contra ellos.

—”¿Es cierto que hubo víctimas por errores médicos?” “Dicen que fue causado por un error de la enfermera al administrar la medicación, pero ¿cuáles son los hechos?” “Según las acusaciones, fue una simple confusión. Por favor, envíe a un representante aquí.”

Las preguntas y respuestas, repetidas en rápida sucesión, son muy animadas.

La zona que rodea la entrada del hospital estaba repleta de gente.

El personal de seguridad uniformado se reunió frente a la prensa, atrincherando se de forma frenética. Pero los que llevaban cámaras no se quedaron atrás, acercándose a una distancia vertiginosa.

Los pacientes que estaban presentes estaban simplemente desconcertados.

—Error médico, ¿en serio?

El bromista, que había olvidado su naturaleza cómica, murmuró con auténtica sorpresa.

Naturalmente, se dio cuenta de la dirección que había tomado Takeuchi-kun.

La prensa llamaba a la gente que pasaba por la entrada al azar. Las cámaras parpadean aquí y allá.

No es difícil imaginar que también les llamarán si siguen su camino.

La presidenta de la clase fue uno de los más destacados entre los que reaccionaron.

—¡Eso, vo-voy a salir un rato!

Se dio la vuelta y salió corriendo con un vigoroso golpeteo.

Lo que le vino a la mente fue un incidente que había encontrado hoy a la hora de comer en un compartimento prohibido para todos. Un gamberro que le había sobado los pechos durante un ejercicio práctico estaba solo haciendo una llamada sospechosa. Esto le recordó esa escena.

—¡E-Espera, presidenta! ¿A dónde vas?

Es seguida por Risa-chan.

Los tres que quedan son Rose, Gabriella y Nishino. ¿Qué demonios está pasando? Nishino desapareció antes de la hora de la comida y no volvió a la sesión de entrenamiento después. Rose y Gabriella no están de buen humor por esto.

Y aquí llega el dispositivo agitándose en el bolsillo de la falda de Rose.

—Onee-sama, parece que va a ser difícil salir aquí…

—Lo siento, pero tengo algunos asuntos que atender.

—¿Onee-sama?

Rose murmuró, mirando la pantalla del dispositivo.

Hubo un anuncio sobre una llamada entrante y el nombre de Francisca. No podía ser una coincidencia. No podía simplemente ignorar esto y seguir adelante, ahora que también se había separado de Takeuchi-kun, el objetivo de su vigilancia.

—Te dejo aquí.

Nishino también se dirige en dirección contraria a la entrada y camina a paso ligero.

La figura desapareció al final del pasillo y pronto se perdió de vista.

Gracias a eso, Gabu-chan se queda sola.

—… Me estoy quedando atrás otra vez.

Últimamente está algo ensombrecida. Se mantiene cerca de Nishino y nunca deja de acercarse a él de ninguna manera. Nunca se olvida de mantener a raya a su rival Rose, y si intenta dar un paso adelante, ella no duda en usar sus habilidades contra ella.

Sin embargo, tal vez porque su interés amoroso ha adoptado una estrategia similar, su interacción con su hermana ha aumentado, pero su contacto con Nishino no. Su relación no ha cambiado desde el incidente del club. Se sintió frustrada por esto.

—E-Eso, Gabriella-san…

—¿Qué pasa?

El bromista se acercó a Gabriella con cara de preocupación.

Inesperadamente, se encuentra a solas con la chica popular de la clase de al lado. Nunca le ha dirigido la palabra durante sus prácticas, y esta es la primera vez que tiene la oportunidad de hablar con ella. El bromista también es un hombre, le gusta tener contacto con chicas guapas.

—Me temo que lo voy a pasar mal para salir de aquí, ¿po-por qué no preguntamos a la gente del hospital si se puede salir por la puerta de atrás? Si explicamos bien la situación, creo que podremos salir por la entrada de empleados…

—No quiero volver a casa sola.

—¿Eh?

—Voy a explorar un poco más, también.

Sin embargo, sus pensamientos de hacerlo fueron en vano, y ella se giró sobre sus talones.

Los pasos no se preocupan por el bromista. Se va con pasos ligeros hacia el fondo del piso, igual que se han ido los demás. En la entrada donde va y viene mucha gente, Gabriella se pierde pronto entre la multitud.

—…

El bromista que se quedó atrás decidió buscar la puerta trasera solo.

***

La presidenta salió de la entrada y se dirigió a la sala a pie.

Esta es la planta que alberga los pabellones donde ayer se realizó la práctica del pediluvio.

La persona que buscaba debía estar durmiendo y despertando en un pabellón cercano. Recordando el abominable incidente del otro día, hizo una conjetura y buscó. Y como Shimizu había supuesto, su objetivo estaba en la habitación del pabellón uno de al lado.

Al igual que otras habitaciones grandes, hay seis camas en un gran salón. Una de ellas parece ser donde fue ingresado. Tumbado en la cama, leyendo una revista que había comprado en una tienda. Era diestro con un brazo colgante.

—ts…

La visión del otro hombre provocó una oleada de irritación en la presidenta.

Naturalmente, sus pies se mueven hacia el trasero del hombre.

Si Risa-chan la hubiera seguido, la habría detenido aunque tuviera que agarrarle del brazo. Pensaba que era peligroso hacerlo. El otro hombre tiene un aspecto rudo a la vista. Pero desgraciadamente había perdido de vista a la presidenta en el camino.

La situación en el hospital da a Shimizu el valor para dar el primer paso.

Llamadas de enfermería en todo el centro.

Además, los ojos de los pacientes y otras partes interesadas están en todas partes.

La ventaja es suya, y avanza.

El sonido de sus mocasines golpeando el suelo resonó más fuerte que de costumbre. El enfado duradero de la presidenta también la impulsó a dar un paso. Finalmente, cuando sus pasos se movieron hacia el lado de la cama, ella también habló más fuerte.

—Oye, ¿podemos hablar?

—… Eres la chica de ayer.

Cuando el hombre levantó la vista de su revista, vio a Shimizu en sus ojos.

—Necesito hablar contigo, ¿puedes venir?

—¿Qué demonios, oye, quieres que te frote los pechos otra vez?

—…

El hombre sonríe con desprecio y mueve las manos en un movimiento de meneo. Su mirada se mueve constantemente a los pechos y muslos de la presidenta. El acoso sexual parecía formar parte de su vida diaria.

Esto puso la piel de gallina a la presidenta, pero continuó.

Un trozo de vinilo que recogió hoy a la hora del almuerzo en una sección del edificio que estaba fuera del alcance de todos. Lo sacó del bolsillo de su falda, donde lo había dejado, y lo sostuvo frente al hombre. Un pequeño paquete de plástico con un objeto parecido a un gotero.

—¿Te resulta familiar?

—…

El hombre reaccionó cuando vio el paquete que sostenía.

Mirando esto con expresión embobada.

Cuando pareció hacerlo, abrió la boca para enmendarlo a toda prisa.

—¿Jaa? ¿Qué demonios es eso? No sé, hombre, ¿es una basura?

—Lo tiraste. ¿No habrá una huella dactilar en él?

—Kook..

La cara del hombre se contorsiona con ira al escuchar las continuas quejas de la presidenta.

Después de comprobar una serie de reacciones, sintió una respuesta.

Sabía que este hombre masajeador era sospechoso.

Sin embargo, no sabe qué es exactamente lo sospechoso y cómo. ¿Qué es lo que tiene en la mano en primer lugar? ¿Está realmente relacionado con el disturbio en la entrada? Incluso en esta momento, la presidenta todavía tiene un sin fin de preguntas..

También era reacia a hablar del tema en la sala por este motivo. Hay varias camas más en la sala, que es una habitación grande, y muchos pacientes están mirando. En caso de que se equivocara, tenía miedo de levantar la voz en un lugar popular.

La sabia presidenta conoce la palabra difamación.

—¿Puedo hablar contigo?

—… Si tanto quieres hablar conmigo, sígueme.

El hombre se sentó en la cama.

Se pone las sandalias y empieza a dar vueltas.

El presidente le siguió la espalda sin preguntarle.

Se dirigieron a la escalera de incendios, una de las más impopulares del hospital y reservada para el personal pertinente. El último piso conduce al tejado, y en el extremo más alejado hay una puerta de acero que lleva al exterior. No puede ser abierta por los pacientes, por lo que es efectivamente un callejón sin salida.

De pie junto a la parte delantera, la presidenta estaba de cara al hombre.

—¿Qu-Qué estás haciendo, trayendo me hasta aquí?

—¿No eres tú la que ha dicho que tenemos que hablar?

—Aquí también estamos en un hospital, ¿sabes? Si intentas algo gracioso, gritaré tan fuerte que será mejor que estés preparado. Puedo llamar a la policía de inmediato, incluso con mi teléfono.

Después de un corto paseo, la presidenta de la clase se estaba volviendo temerosa en lugar de enfadada. El otro hombre tiene tatuajes por todo el cuerpo y numerosos agujeros perforados en las orejas, lo que le hace parecer un típico matón.

Mirarlo en el mismo lugar poco iluminado era un 30% más aterrador que mirarlo en una habitación de hospital.

Se había sentido vulnerable con un brazo colgando del cuerpo, pero cuando la popularidad de su entorno retrocedió, se dio cuenta de que aquello era bastante aterrador. Además, hoy no hay nadie que la proteja, equivalente a la Risa-chan del otro día. En el mejor de los casos, su propia castidad.

Por diversas razones, las palabras que pronunció parecían haber perdido fuerza.

—¿Hmm?

El hombre no parece molestarse por sus amenazas.

Sólo sonríe y ríe.

—Entonces, ¿cuál es la historia conmigo?

—… Es tu culpa que haya canales de televisión en la entrada y salida del hospital, ¿no?

—¿Jaa? ¿Por qué haría eso?

—Dijiste algo sobre un error médico, pe-pero, ¿no lo hiciste tú?

—…

El hospital es un lugar muy popular, e incluso si un hombre se metiera en problemas, alguien podría correr hacia él inmediatamente. La presidenta de la clase siguió al hombre con esto en mente. Incluso si el hombre comenzara a comportarse más violento, estaría segura en el hospital. Y tiene un brazo colgando.

Pero el hombre era más feroz de lo que ella pensaba.

—¡Hey, di algo!

—… Si es así, ¿qué dirás?

Al momento siguiente, su cuerpo se dirigió hacia la presidenta.

Su brazo pareció salir con fuerza y su mano agarró su muñeca. Shimizu apuntó rápidamente al objetivo dorado, pero no fue lo suficientemente potente porque estaban tan cerca que sus cuerpos estaban en contacto, y porque los muslos del otro eran musculosos.

La cara del hombre sólo se arrugó al sentir la incomodidad del roce de sus pelotas siendo golpeadas.

—¡Puta!

Un cabezazo lanzado inmediatamente después golpea con fuerza la frente de la presidenta.

—Iih..

—Guut..

El resultado fue un doloroso empate.

Angustia en ambas caras.

La presidenta tenía cara de piedra.

Ha descubierto otra arma en su arsenal.

—¡Su-Suéltame! Pervertido.

—¡Dame esa cosa!

—¡Tienes que estar bromeando! ¿Quién te lo va a dar?

Empiezan a pelear, haciendo mucho ruido. La rivalidad dura poco. Por un lado, está el hombre que está acostumbrado a la violencia, y por otro, está la chica del instituto, que depende de sus padres por dinero.

El primero, naturalmente, acorraló al segundo cuando le agarraron de los brazos.

La persona sentada, acorralada detrás de la pared de la escalera, fue empujada impotentemente al suelo. Una vez que el hombre se montó sobre su abdomen, ya no fue posible recuperarse.

Sin embargo, la frente del hombre está empapada de sudor grasiento, como si el brazo que se está tratando también le doliera. Este hecho apenas conecta con el espíritu competitivo de la presidenta. Se esfuerza por no perder, pensando que es difícil para ella, pero también para la otra parte.

—Pensé esto cuando te froté ayer, pero eres una niña grande.

—¿Crees que te va a salir gratis?

—Por supuesto que voy a huir, ¿no?

—¡No puedes hacer eso! No puedes hacer eso.

—No me rompí el brazo por ser un temerario o un borracho.

La rodilla del hombre se mueve y sujeta el brazo de la presidenta.

Una mano libre buscó el paquete de plástico en la mano de Shimizu.

Estira desesperadamente el brazo e intenta resistirse a que se lo lleven.

Esto ocurrió poco después.

Con un chirrido agudo, se abrió la puerta que conducía al techo.

Un viento frío entraba desde el exterior. Los dos, que habían estado luchando, desviaron su atención naturalmente hacia la puerta de hierro abierta. A la vista estaba la cerradura de la puerta, que de alguna manera se había cortado y caído, y la figura de la persona que estaba de pie más allá.

—Si vas a empujar a una mujer hacia abajo, ¿por qué no le consigues una cama suave?

Es Nishino.

El futsumen uniformado se puso de pie cómodamente y los miró.

Sus manos estaban siempre en los bolsillos del pantalón.

—¿Qu-Qué te pasa., niño..?

La expresión del hombre cambió a una de sorpresa ante la inesperada intrusión.

Debe haber sido en respuesta a un trozo de cerradura de puerta que cayó cerca. Su sección transversal es lisa como si hubiera sido cortada por una máquina de corte mecánico. Un corte que no es muy posible humanamente.

En respuesta, la presidenta sintió la piel de gallina en sus brazos.

Y todo por el diálogo disfrazado del futsumen.

—¡Ni-Nishino-kun! ¿Por qué estás aquí?

—Estuve persiguiendo al hombre, pero no pude conseguir las pruebas. No sabía qué hacer, cuando la presidenta apareció inesperadamente. El cuentagotas probablemente produzca algún tipo de reacción que lleve a ese error médico.

—No, no es por eso que te pregunté eso…

Grita al argumento de Nishino mientras se enoja.

El cuerpo reacciona por sí mismo, sin tener en cuenta su propia voluntad. Es como tener el corazón palpitando violentamente ante una determinada fuente de sonido por un problema de ruido en tu casa. La presidenta de la clase está siendo erosionada ahora por el cinismo de Nishino, más allá de su control.

—¿Entonces qué es?

—¡Estoy preguntando por qué estabas persiguiendo a este tipo!

Grita más mientras siente el calor corporal de las nalgas del hombre en su abdomen.

La salud mental de Shimizu está a punto de ser completa.

—… Me llegó una información de un conocido.

—¿Eh?

—¿Ya lo ha confirmado la presidenta? Hay una reunión de prensa abajo.

—No, cómo supo Nishino.. No, es suficiente

Recordando el alboroto en el viaje de graduación, la presidenta se abstuvo de continuar, pensando que algo así podría ocurrir. Fue una decisión interiormente solitaria que por mucho que preguntara, seguramente no le contaría.

De hecho, se cuenta que, tras el secuestro de la chica gyaru y Yanagida, un grupo de personas que querían vengarse por el secuestro dirigieron su atención al hospital en el que el padre de Takeuchi-kun era director. El rostro y la identidad del apuesto hombre fueron revelados por la revista para la que era modelo de la portada.

El resultado es un error médico artificial y un conjunto de contactos con la prensa.

Estos acontecimientos fueron transmitidos por Marquis a Nishino a partir del mediodía de hoy, lo que llevó al presente. Se conocía el rostro del culpable, y sólo faltaba declarar, lo que era una farsa. Pero al poco tiempo, fue recuperado por la presidenta de la clase.

—… ¿Por eso te fuiste esta tarde?

—Estaba buscando algo, pero no creí que la presidenta lo tuviera.

—…

La presidenta sólo pensó que era algo que se había ido porque estaba incómodo.

‘Me da un poco de pena.’

Por otro lado, el que levanta la voz en respuesta a dicho intercambio entre ambos es el hombre que está montado sobre Shimizu. Había sido acorralado, pero ahora ha recuperado repentinamente su impulso, y él no está contento con su actitud y arremete contra él.

—¡Cállense la boca!

Sacó una navaja del bolsillo y gritó.

La punta de la hoja apunta sin piedad al cuello de la presidenta.

La cuchilla, que sólo tocó ligeramente, rasgó la piel superficialmente y la embadurnó de rojo.

—Un niño más no es nada de lo qué preocuparse…

Las siguientes líneas no fueron pronunciadas hasta el final.

Se oyó un sonido seco y agudo, y entonces la hoja de la navaja se partió en la base y salió volando en dirección contraria. Chocó contra la pared y cayó al suelo, donde se deslizó y cayó por las escaleras hasta el piso con un sonido sordo.

—Lo siento, esa mujer no es lo suficientemente barata como para dártela.

El cinismo desborda de la boca de Nishino tanto como es posible.

Era un futsumen que no podía evitar actuar genial delante de la presidenta de la clase.

La piel de gallina sigue extendiéndose por los brazos de Shimizu.

—Qu-.. Qué demonios, oye..

El hombre estaba honestamente sorprendido por esto.

Puso los ojos en blanco.

No está claro qué causó la rotura de la hoja de la navaja.

Pero pudo entender que era un acto del chico que tenía delante.

Estas reacciones de la otra parte hacen que el futsumen se agite aún más.

—Presidenta, me gustaría que cerraras los ojos un momento.

—¡E-Espera un momento! ¿Qué vas a hacer?

—Será un espectáculo algo impactante.

—…

En respuesta a la frase de Nishino, que por supuesto es un poco exagerada, la piel de gallina de los brazos de la presidenta, que se había asentado en su segundo brazo, se expande espeluznantemente en alcance a su espalda. Al mismo tiempo, el hecho de que se haya salvado de una llamada cercana da alivio y alegría a su corazón.

Es una mentalidad extremadamente compleja para Shimizu.

‘¿Debo sentirme mal o debo estar agradecida?’

No era tan buena para agradecer mientras se sentía mal.

La presidenta es una mujer muy honesta.

***

En cambio, son Rose y Francisca.

La primera, que se había unido a la segunda de forma segura, se apresuraba a recorrer el hospital con ella. El objetivo es asegurar al venenoso Takeuchi-kun. Además, si la existencia de la habilidad diferente se filtra por su boca, también debe mantenerse en secreto.

—¡Maldita sea, por qué le dejas ir solo!

—No se puede evitar, se escapó por su cuenta. Para que conste, lo atrapé, ¿no? En primer lugar, no puedes hacer nada imprudente con las cámaras de la prensa alineadas cerca.

—¿En serio?

—Y para mí, ese insecto venenoso no es más que una fuente de ansiedad.

—… Bueno, está bien. Dejemos eso por ahora.

Las chicas registran cada planta del pabellón en busca de Takeuchi-kun.

Sin embargo, no es fácil de encontrar.

—Por cierto, ¿es realmente la causa de todo este revuelo?

—Eso aún se está investigando.

—¿Hmm?

Después de comprobar todos los lugares humillantes, dirigieron sus pasos hacia la escalera de incendios para subir un piso. Como en muchos hospitales, los ascensores del hospital están todos abarrotados. Las escaleras eran más rápidas de tomar.

Subiendo los escalones más allá de la puerta de incendios.

Mientras lo hacía, oyeron de repente la voz de alguien desde arriba.

—¡Su-Suéltame! Pervertido.

Era la voz de la presidenta.

Se detuvieron en seco al oír un eco familiar en sus oídos.

—Eso suena como una voz que he escuchado en algún lugar.

—No lo sabría.

—Realmente no eres una amiga que valga la pena tener, Rose-chan.

—¿No debería ser la prioridad asegurar el objetivo?

—Son compañeros de clase, podrían estar juntos, ¿no? Y aunque no lo estén, puede que sepa dónde está. No es tanta molestia, vamos a comprobarlo.

Francisca mira hacia lo alto de la interminable escalera y dice.

Rose, aparentemente reacia a hacerlo, también levantó la barbilla.

Entonces algo llovió desde arriba, apuntando a la frente de la rubia loli que miraba hacia arriba. Atravesó su frente con fuerza, más rápido de lo que pudo reaccionar. Inesperadamente, un fuerte dolor golpeó su cuerpo.

—¡¿Qu!?

La hoja de la navaja que Nishino había cortado fue un golpe directo a Rose.

Esto sorprendió incluso a Francisca.

Si hubiera estado un poco desviado, el golpe podría haberle alcanzado. La punta de la hoja estaba alojada en su cráneo, apoyada en su cara. Parecía que había sido atravesado por una flecha de dardo.

—Ro-Rose-chan..

—… ¿Qué intenta hacer esa mujer?

Con el rostro teñido de rojo por la sangre, Rose habla de forma diabólica.

En estos días, cuando Nishino intenta verse bien, Rose suele perder la cabeza.

—Sigamos adelante, ¿quieres? Esto no va a parar.

—E-Eeh, claro. Hagamos eso.

Rose sacó vigorosamente la hoja de la navaja de su frente.

Un chorro de sangre fresca tiñó de rojo la pared de la escalera. Una de las gotas manchó el traje de Francisca. Sin inmutarse por ello, la rubia loli comenzó a subir las escaleras, más rápido que nunca.

Al ver su expresión, Francisca no tuvo más remedio que asentir y seguir su ejemplo. Tragándose el reproche por haberse ensuciado el traje, siguió su camino. Es difícil manejar a Rose cuando esto sucede.

Luego subieron corriendo las escaleras.

Llegaron a una escalera que conducía a la azotea.

—¿Ara? ¿Por qué está [Normal] aquí?

—El cuchillo parece ser de ese hombre…

Mientras miran fijamente, Nishino da un paso hacia el hombre con aspecto de matón.

La presidenta de la clase grita con fuerza al verlo.

—¡E-Espera un momento! ¿Qué vas a hacer?

—Será un espectáculo un tanto impactante.

—…

Shimizu todavía tiene el paquete de plástico que contiene el gotero en la mano. Y un hombre de aspecto rudo se enfrenta a él, estirando los brazos frenéticamente. Nishino está de pie junto a ellos, mirándolos.

A pesar del breve intercambio, Rose y Francisca tenían alguna idea de cómo era la situación en la escena. No es difícil imaginar que la cabeza del hombre saldría volando en el siguiente instante. Pero eso era un problema para Francisca.

Todavía no tiene suficiente información sobre este caso. Aunque siga buscando a Takeuchi-kun, quería eliminar todas las incertidumbres posibles. Además, en algunos casos, la información obtenida aquí podría ayudarla a convencerlo.

—Oye, Francisca…

—Entiendo.

Además, a su lado hay una loli rubia sedienta de sangre. Sus ojos miran fijamente al hombre que probablemente es el dueño de la navaja. Aunque Nishino no la tocaba, era fácil ver lo que pasaría si lo dejaba solo.

Así que no tuvo más remedio que entrar en escena.

—Sí, sí, sí, por favor, déjalo así.

Una tia cascarrabias se interpuso entre el bien vestido Nishino y el consternado hombre.

Rose sigue al lado.

La inesperada voz hizo que todos los presentes volvieran su atención hacia los dos.

Nishino mira a Francisca, que ha interrumpido la conversación, y murmura.

—Llegas muy tarde.

—Tenemos nuestros problemas.

La presidenta rueda en el suelo y el hombre cayó debajo de ella. Entre ellas, Francisca y Rose se enfrentan a Nishino. Gracias a esto, Shimizu se siente avergonzada, pero es incapaz de retirarse de su oponente boca abajo por su propia fuerza, así que se conforma con el statu quo.

‘Hagan algo con este hombre si tienen tiempo de hablar con él’, es un grito no expresado. Sin embargo, como fue su propio pensamiento superficial lo que la llevó a esta situación, no puede reiterar su punto. Ahora es una mujer bastante sensata.

—Por cierto, tu, ¿qué te ha pasado en la cara?

Naturalmente, la atención del futsumen se dirigió a Rose.

La cara ensangrentada llamó innegablemente la atención de la gente. La sangre goteaba hasta la ropa, y el uniforme estaba rojo de arriba a abajo. Sin embargo, la autocuración ya había funcionado, y no había heridas que ver. Así que era difícil determinar si la sangre estaba herida o era sangre de otra persona.

—Esto debe haber caído de arriba.

En respuesta a una pregunta de Nishino, Rose levantó la hoja de la navaja que tenía en la mano.

Había sangre pegada a él, y tenía un aspecto muy desagradable. Naturalmente, era un objeto familiar para el futsumen. También era preocupante porque era la navaja del hombre que acababa de cortar.

—Oye, Nishino-kun, ¿sabes algo?

—…

No encuentra las palabras adecuadas para responder.

—¿Qué pasó? Nishino-kun.

Por el corte afilado de la hoja, la presencia de Nishino en la escena, y el hombre que sostiene la empuñadura que se convertió en la mitad de la hoja, Rose había adivinado la situación general. Y entonces decidió doblar de esta manera. Estaba decidida a asegurarse de hacer pequeñas contribuciones.

—… Lo siento.

—Tienes suerte de que haya sido yo quien haya sido golpeada… Si hubiera sido la vieja de al lado, creo que te habrías metido en un buen lío. Bueno, no tiene sentido continuar el tema, así que me debes una.

—…

En los últimos días, Nishino había estado acumulando deudas con Rose a un ritmo tremendo.

Mientras tanto, se alzó una voz desde el maton.

—¿Qué demonios son ustedes?

No le gusta que hayan dejado de lado su presencia y hayan empezado a intercambiar palabras sobre esto y aquello. Ladra más fuerte que nunca.

Sostuvo un cuchillo con la hoja rota contra el cuello de la presidenta y dijo.

—¿Importa lo que le pase a esta mujer?

La mayor parte se ha perdido, pero los trozos rotos son muy puntiagudos. Funcionaría mínimamente bien como para herir la piel humana. Como el cuello es solo músculo, es poco probable que tenga mucha dificultad para desgarrar los vasos sanguíneos.

—Te digo que no…

Pero la insistencia posterior fue interrumpida por Francisca.

Le dice al hombre, sacando una pistola del bolsillo.

—¿Qué tramas?

—ts…

Silenciador en la boca de la pistola sostenida contra la frente del oponente.

El hombre se quedó sin palabras cuando lo vio brillar en negro.

—Te digo que es real. No sé qué vas a hacer con ese cuchillo roto, pero ¿no crees que es mucho mejor negocio que te atrapen que escapar de este lugar?

—…

Al ver su intercambio, Nishino soltó.

—La potencia visible es muy útil en casos como éste.

—Ara, ¿lo quieres? Puedes decírmelo.

—… No gracias.

Respondió apartándose de Francisca, que sonrió.