Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 16

Capítulo 2: Bestia Guardiana

Tuvimos un mes hasta que el Reino de Asura envió la noticia de que su rey había caído enfermo. En ese tiempo, tuve que trabajar con Ariel para convencer a Perugius de que se uniera a su bando. Para ello, necesitaba sonsacar a Sylphie todos los detalles que pudiera. Pero ella probablemente tenía la guardia alta gracias a la maldición de Orsted, así que tal vez no pudiera convencerla de que me metiera en los planes de Ariel. Me debatía entre confiar en ella y contarle toda la verdad, o renunciar a luchar contra la maldición de Orsted y evitar mencionarle por completo.

Pero primero, tenía otro objetivo que cumplir. En concreto, la razón por la que había aceptado trabajar bajo las órdenes de Orsted, para poder proteger a mi familia. Ahora que era su pequeño chico de los recados, estaría fuera de casa más a menudo. Necesitaba que alguien -o algo- ocupara mi lugar.

Por lo tanto, mi primera orden del día era convocar a esta Bestia Guardiana.

***

Todavía era de mañana cuando reuní a todos los miembros de mi casa en el jardín. Eso incluía a Aisha, Lilia y Zenith, que normalmente pasaban todo el tiempo dentro, así como a Eris, que se había unido recientemente a la familia. Roxy y Norn también estaban presentes, así como Dillo y Byt. Sylphie llevaba en brazos a Lucie, que acababa de aprender a ponerse de pie sujetándose a algo.

“En un momento, convocaré a la Bestia Guardiana que servirá a nuestra familia. Siéntanse libres de aplaudir”.

“¡Sí!”

Los aplausos sonaron desde la multitud. El fervor del público estaba llegando a su punto máximo. ¡El concierto de esta noche sería legendario!

Esperad, Dillo y Byt. ¿Por qué no están aplaudiendo ustedes dos? Esto no va a funcionar.

¿Qué? ¿Son mascotas así que no pueden aplaudir? Bueno, supongo que no se puede evitar.

“En cuanto a lo que voy a invocar exactamente, me temo que no lo sé con seguridad. Sin embargo, podemos esperar algo particularmente poderoso. Y esta criatura, sea lo que sea, mantendrá a nuestra familia a salvo y segura”.

“¿Estás seguro de que esto estará bien? ¿Que esta cosa no nos comerá a todos mientras tú no estás?” preguntó Sylphie, preocupada.

Es un pensamiento aterrador.

Dicho esto, recuerdo haber leído una historia como esa hace mucho tiempo. Algo sobre alguien que invocaba a una bestia que no podía controlar y ésta mataba a todos.

“Entiendo que estés preocupada, pero esto fue hecho por la meticulosa mano del Dios Dragón”.

“Que es precisamente por lo que estoy preocupado”.

Lógicamente, Orsted nunca usaría una forma tan indirecta para deshacerse de nosotros, pero Sylphie probablemente no estaba pensando bien gracias a su maldición.

Pero espera, ¿podría ser esta su manera de ponerme una correa en caso de que lo traicione? Por ejemplo, si le doy la espalda, ¿me amenazará? “Con un chasquido de mis dedos, esa bestia que reside en tu casa devorará a toda tu familia”.

Eso realmente no parecía probable.

“En cualquier caso, voy a invocarlo ahora. Si parece peligrosa, nos desharemos de ella juntos, y entonces podré darle una reprimenda a Orsted”.

“¡Me parece bien!” declaró Eris emocionada. Sacó una espada de su vaina con un majestuoso estruendo. Tenía dos en la cadera. En la derecha estaba Eminencia, una hoja mágica que el Dios de la Espada le había regalado. En la izquierda había una a la que le había cogido cariño y que había utilizado durante mucho tiempo.

¿No es incómodo llevar las dos al mismo tiempo?

“¡Cuando eso ocurra, todos nosotros podremos luchar juntos contra Orsted!”, declaró.

No vamos a luchar. Sólo vamos a presentar una queja, como un cliente insatisfecho normal.

Si intentáramos acabar con él, seríamos nosotros los que estiraríamos la pata.

Dicho esto, parecía muy feliz. No estaba buscando una excusa para pelearse con él, ¿verdad?

“No vamos a pelear con Orsted”, dije. “Pero tendremos muchas oportunidades de luchar juntos en el futuro. Espero que guardes tus fuerzas hasta entonces”.

Su cara se hundió, como si la idea la aburriera. Estaba bien si quería luchar con otras personas, pero Orsted estaba fuera de los límites. Nunca en mi vida quise luchar en otra batalla tan desesperada si podía evitarlo. Me mearía encima si tuviera que hacerlo por segunda vez.

“Aun así, ¿estás realmente seguro de que este círculo mágico es seguro? Tal vez sería una buena idea que alguien como Lord Perugius lo viera primero”, dijo Roxy. Al parecer, ella también desconfiaba de algo que había hecho Orsted.

Esa maldición que tiene es realmente poderosa.

Por muy absurdo que pareciera todo el sinsentido de la maldición, la intensidad de sus reacciones hacía imposible negar su existencia. Eso hizo que mi decisión fuera fácil, aunque decidí echar un segundo vistazo al pergamino antes de usarlo. No iría tan lejos como para que Perugius lo revisara, pero no estaría de más examinarlo una vez más yo mismo.

“Hm.”

Parecía un círculo de invocación normal. La parte que restringía las condiciones de la invocación tenía algunos símbolos con los que no estaba familiarizado, pero no había nada demasiado sospechoso, por lo que pude ver. ¿Tal vez podría hacer que Nanahoshi echara un vistazo? No, eso sería una grosería. Orsted sólo hizo esto para mí porque no sabía cómo hacerlo yo mismo. ¿De qué servía ser tan desconfiado?

“Estoy seguro de que está bien”, dije.

“Bueno, si tú lo dices. Te creo. Pero espera un segundo mientras cojo mi bastón”. Roxy, al parecer, no estaba del todo convencida. Dijo que confiaba en mí, pero aun así desapareció dentro de la casa para recuperar su arma en caso de que las cosas se pusieran feas.

“No tengo ni idea de por qué todos parecen estar tan en guardia, pero… ¿estás seguro de que esto no es peligroso, Gran Hermano?” Norn arrugó la frente.

Aisha dio una palmada en el hombro de Norn. “No seas estúpida. Si fuera tan peligroso, no lo activaría con nosotros cerca”.

Su confianza se sintió como una daga en el corazón. Sinceramente, no había confirmado si este círculo de invocación era seguro. ¿Realmente podía usarlo así? ¿Quizás debería esperar a que Perugius lo comprobara, para estar seguro?

Pero si lo hacía, la mirada afectuosa de Aisha se convertiría en decepción. Y ella sólo sospecharía de Orsted, después de eso.

“En caso de que ocurra lo peor, actuaré como escudo para todos. Por favor, hagan lo que necesiten”, dijo Lilia.

Bueno, eso suena siniestro.

No pensé que llegaría a eso, pero todos los demás estaban tan nerviosos que yo estaba de los nervios. ¿Realmente íbamos a estar bien?

¡No! Necesito tener fe en Orsted. Dijo que confiaba en mí.

“Muy bien entonces”, dije. “Voy a usarlo”.

Todos asintieron.

Puse el pergamino en una mesa que había levantado usando mi magia de tierra.

“Aquí va”.

Me armé de valor y puse las manos sobre el círculo. Me concentré, dejando que la magia fluyera por mis venas y se acumulara en las yemas de los dedos. Desde allí, la vertí en el círculo.

Seguí bombeando más y más maná. Esta criatura debía ser algo que protegiera a mi familia. Aunque me agotara, no sería suficiente a mis ojos. Con gusto tomaría hasta el último maná de Orsted también, si pudiera. Usar más maná no garantizaba necesariamente una Bestia Guardiana fuerte, pero aun así daría todo lo que tenía.

Orsted también dijo que era importante imaginar lo que quería.

Algo para proteger a mi familia…

Eso era muy vago.

Necesitaba algo increíblemente poderoso. Lo suficientemente poderoso como para que un oponente normal no tuviera ninguna oportunidad. Algo que fuera increíblemente leal y que nunca se opusiera a mí. Y ya que se suponía que protegían a mi familia, preferiblemente no algo burdo e indecente. Definitivamente no quería un monstruo con tentáculos cubierto de moco. Eso no sería bueno para mis hermanas pequeñas ni para Lucie. Esta Bestia Guardiana iba a ser el caballero de Lucie, así que necesitaba algo respetable.

Así es. Una criatura de alto carácter moral, que sea leal y fuerte. Bien, orden, ¡vamos!

“¡Sal, Bestia Guardiana!”

El círculo comenzó a emitir una luz brillante, no un blanco puro sino una mezcla de azul, rojo, amarillo y verde. Era todo un arco iris. Pero sentí como si la invocación se hubiera enganchado a algo, como si hubiera algo que la detuviera.

¿Qué podía ser?

Lo ignoré y seguí inyectando más maná. Lo que había estado bloqueando el hechizo se rompió.

“¡Aaaah!”

Una voz gimió, aunque no pude saber de dónde procedía el sonido. ¿Era la Bestia Guardiana que ahora protegería a mi familia? Sonaba bastante siniestro, como si la criatura estuviera sufriendo. Simplemente aumenté mi producción de maná, empujando a lo que fuera a través del círculo de invocación.

“¡Aaaaah!” Una voz sonó cuando el flujo de maná que había estado introduciendo en el círculo se cortó bruscamente.

La luz se desvaneció, y de su interior apareció…

“Khh…”

Un hombre con una máscara amarilla y un uniforme blanco, con una gran daga colgando a su lado. Estaba encaramado a la plataforma de tierra que había creado, arrodillado y con los brazos rodeados.

“¿Cómo puede ser esto…? ¿Cómo puede destruirse así mi contrato con Lord Perugius…?”

Permaneció en esa postura mientras levantaba la cabeza y miraba a su alrededor. La máscara oscurecía sus ojos, pero podría jurar que me miraba fijamente.

“¿Qué significa esto?”, exigió el enmascarado.

No, estaba mal llamarle así. Sabía exactamente de quién se trataba.

Arumanfi el Brillante.

La forma en que está posando me recuerda a un ángel caído. No es que esté tratando de hacer luz de él, lo juro. Nunca sería capaz de sostener una vela a su brillo. Está mucho más iluminado que yo. Sólo chico…

“Te pregunté, Rudeus Greyrat, ¿cuál es tu intención aquí?” Saltó de la mesa y trató de agarrarme por el cuello, sólo para congelarse a mitad de camino, con todo su cuerpo temblando.

Eris se puso inmediatamente en posición de combate, pero yo levanté una mano para detenerla.

Chica mala. Ve a tu corral, Eris.

En serio, ¿qué estaba pasando? Había convocado al brillante y noble Arumanfi, de entre toda la gente. ¿Era eso posible? Aunque, a pesar de su forma humana, en realidad era un espíritu. Tal vez esto no era tan sorprendente, después de todo. No es que eso lo explique todo. ¿Era todo esto una estratagema de Orsted? ¿Intentaba provocar a Perugius para que me matara a mí?

Oh, vamos, si vas a ir tan lejos, entonces haz el trabajo tú mismo.

“Uh, no, verás… Esto simplemente sucedió… Estaba activando un círculo mágico que me dio el señor Orsted, y como que… te convocó aquí por accidente”.

“¿El círculo mágico de Orsted, dices? ¿Qué es exactamente lo que intentabas convocar?”

“Una bestia guardiana para que vigile a mi familia”.

Arumanfi cogió el pergamino con el círculo mágico. Lo estudió antes de quedarse boquiabierto. “Estas son algunas condiciones molestas que ha puesto a la entidad invocada…”

“¿Qué condiciones son?”

“El que este círculo convoca debe ser absolutamente obediente a usted, y deben defender a su familia contra cualquier calamidad que pueda ocurrirles a perpetuidad. En otras palabras, deben servir para la eternidad”.

Vaya. ¿Así que este círculo mágico era básicamente un contrato de esclavitud?

Bueno, la buena noticia es que Orsted no me mintió. ¡Parece que es digno de confianza después de todo!

“¿Algo más?” Pregunté.

“El invocador será el que determine con precisión lo que se invoca”.

Así que, básicamente, yo podía decidir qué Bestia Guardiana recibía. Genial.

“Entonces me gustaría hacer un intercambio”.

“¿Un intercambio?”

“Sí, no quise convocarte, señor Arumanfi. Así que me gustaría cambiarte por otra persona”.

“Entonces date prisa y disuelve tu contrato conmigo. Soy el orgulloso sirviente de Lord Perugius, no el tuyo”.

“Eh, sí. Bien.”

Honestamente, no fue una terrible idea tener a Arumanfi para proteger a nuestra familia. Se movía a la velocidad de la luz, así que si ocurría algo imprevisto, sería la persona perfecta para transmitirme un mensaje.

Sí, pero Perugius lo valora demasiado. Si me lo llevara, podría causar discordia entre nosotros.

Fruncí el ceño. “Entonces, ¿cómo hago eso, exactamente?”

“Ordena que vuelva al lado de Lord Perugius inmediatamente. Dotbath de la Destrucción podrá romper el contrato”.

“De acuerdo.”

“Ordéname. Ahora”.

Debido a la cláusula de obediencia absoluta, necesitaba una orden directa de mi parte para irse.

“Bien, entonces por el poder de este círculo de invocación, te ordeno que vayas a ver a Lord Perugius y le pidas consejo sobre la mejor manera de invocar a una buena Bestia Guardiana”.

Arumanfi mantuvo el círculo mágico en sus manos mientras desaparecía en un destello de luz.

“Lo siento, parece que he metido la pata”, dije mientras miraba a mi familia.

Todos me miraban con la boca abierta.

***

Arumanfi volvió después de un rato. Antes entregó un mensaje de Perugius, siseando sobre cómo había dejado pasar esta transgresión, pero que era mejor que no volviera a ocurrir. Después de todo, Arumanfi estaba muy orgulloso de su condición de siervo de Perugius. Me sentía realmente culpable por haberle robado eso, aunque fuera temporalmente.

Al parecer, el círculo que Orsted me había dibujado perdió su poder cuando se anuló el contrato, así que Perugius me hizo uno nuevo. Era difícil de creer que me mostrara tanta amabilidad después de que le robara tan groseramente a uno de sus sirvientes. Realmente era tan magnánimo como decía Sylvaril.

La parte verdaderamente aterradora de toda la experiencia era el nivel de poder que el círculo de Orsted había alcanzado. ¿O tal vez fue mi propia magia la que tuvo la culpa? Tal vez ambas cosas. Cada una de ellas no era más que una chispa por sí sola, pero combinadas formaban una llama furiosa.

Dado que la invocación anterior no había agotado gran parte de mi maná, decidí reponerme y volver a intentarlo inmediatamente. Según Perugius, era mejor no imaginar conceptos vagos como majestuoso, omnisciente u omnipotente, sino un animal.

Si eso era todo, ojalá Orsted lo hubiera dicho simplemente. Pero conociéndole, probablemente me habría dicho que me quedara con Arumanfi, por muy loca que sonara esa idea.

“Bien, intentemos esto de nuevo”.

Observé la zona antes de poner las manos en el círculo mágico una vez más. Esta vez, iba a mantener una imagen concreta en mi mente. Quería un animal fuerte y orgulloso.

Un león.

No tenía ni idea de si existían aquí tal y como yo los conocía, pero la palabra existía en el idioma, así que seguro que había algo parecido. Quería el rey de las bestias, la criatura más fuerte que este mundo podía ofrecer. Aunque, si quería algo leal, me vendría mejor un canino, en lugar de un felino.

No, eso no importa. El círculo mágico requiere obediencia absoluta, así que sólo necesito centrarme en algo que sea fuerte. Quiero la bestia más noble que exista en este mundo.

Concentré toda la magia que tenía en cada rincón de mi cuerpo en mi mano derecha. Durante unos instantes, cerré los ojos, pero cuando las últimas gotas de maná abandonaron mi cuerpo y se vertieron en el círculo, los volví a abrir.

¡Vamos! ¡Traigan a casa lo mejor!

Aspiré mientras el círculo mágico emitía una luz deslumbrante. Era el mismo arco iris de colores que había visto antes, pero esta vez no experimenté la sensación de que el hechizo se enganchara en algo. Mi maná fluyó suavemente hacia el círculo, y lo que estaba en el otro extremo respondió a mi llamada. De hecho, sentí como si una mano se extendiera hacia mí, y todo lo que tenía que hacer era tomarla y tirar. Estaba seguro de que esta vez tendría éxito.

“¡Muy bien, salgan!” grité.

Un débil aullido resonó en el aire.

“¡Awoooo!”

Se hizo más y más fuerte, resonando en mis oídos.

¿Hay algo que debería decir en este momento mientras invoco a esta cosa? Supongo que no importa…

Mientras lo debatía, la luz desapareció. Lo que estaba ante mí era un león blanco de más de dos metros de altura. Supuse que era una hembra, ya que no tenía melena. Sin embargo, la forma en que se extendía su hocico me recordaba más a un perro que a un gato.

Espera, esto no es un león. Es un perro. Y a juzgar por lo cortas que son sus patas, es un cachorro.

De hecho, al mirarlo más de cerca, me di cuenta de que su pelaje no era blanco, sino plateado. Parecía un Shiba Inu bebé, pero mucho más grande.

Hmm… ¿Lo he vuelto a estropear?

“¡Es adorable!” exclamó Aisha.

“¿Pero realmente crees que esta cosa puede protegernos?”. Norn frunció el ceño.

“Bueno”, dijo Sylphie, “para ser un cachorro, parece seguro de sí mismo”.

Roxy asintió. “Al menos, parece demasiado inocente para que alguien sospeche que es una Bestia Guardiana”.

Las dos parecían aprobarlo lo suficiente.

“Sí parece inteligente”, comentó Lilia. Tenía una perfecta cara de póquer, así que era difícil saber lo que estaba pensando, pero al menos no fruncía las cejas ni fruncía el ceño.

Zenith estaba inexpresiva como siempre. No tenía ni idea de lo que Byt pensaba de nuestra nueva incorporación, pero Dillo ya estaba de espaldas, expresando sumisión hacia nuestra Bestia Guardiana.

No estaba tan mal en cuanto a las primeras impresiones.

Aunque, estoy bastante seguro de haber visto a este cachorro antes.

“Espera”, dijo Eris. “¿No es esta la Bestia Sagrada que estaba tan apegada a ti en la Aldea Doldia, Rudeus?”

¡Así es! Acabo de recordar. Eh, cómo eran las palabras en Lengua de Dios Bestia de nuevo…

Me aclaré la garganta y dije: “¿Eres quizás la Bestia Sagrada de Doldia?”

“Guau”. El gran perro movió la cabeza en respuesta antes de lamerme la cara.

Ugh, apesta. Maldita sea, ¿por qué me toma esta cosa? ¿Un trozo de carne?

Al menos, por fin sabía exactamente lo que había convocado.

“Ya veo”.

La Bestia Sagrada, ¿eh? La misma que la tribu Doldia atesoraba tanto que la encerraron en lo más profundo de su pueblo…

Mierda. Si se enteran de que la invoqué para que me sirviera de guardián personal, se pondrían furiosos, ¿verdad? Si me pusieran en su lista de buscados, sólo causaría más problemas. Ya tenía bastante con lo que tenía.

Supongo que tengo que cambiar esto también…

Aunque anular el contrato causaría más problemas a Perugius o a Orsted. Y no había ninguna garantía de que consiguiera algo mejor en el tercer intento.

Hmm…

Hablé en la Lengua del Dios Bestia. “Oh Bestia Sagrada, si puedo preguntar humildemente, ¿posees el poder de proteger a mi familia de cualquier calamidad que pueda ocurrirles?”

“¡Guau!”

Parecía decir: “¡Deja todo en mis manos!” Parecía bastante motivado, pero por otro lado, ya se había dejado secuestrar antes. ¿Podría realmente confiar en él para protegerlos? Orsted me aseguró que el Hombre-Dios probablemente ya no vendría a por mi familia, así que quizás no tenía nada de qué preocuparme, pero…

“¿Arf?”

Mientras me perdía en mis pensamientos, la Bestia Sagrada saltó de la mesa de invocación y apretó su cuerpo contra mí, lamiéndome de nuevo la cara.

Ahh, es tan suave… Definitivamente tienen que estar usando algún tipo de acondicionador en él. Y si es nuestra Bestia Guardiana, eso significa que podré disfrutar de su mullido pelaje todos los días.

“Sí, tengo que estar equivocado. Esta definitivamente no es la Bestia Sagrada”.

No. Esta no era la criatura sagrada que los beastfolk admiraban con tanta reverencia. Definitivamente no. No había manera de que su dios protector apareciera aquí de todos los lugares. Tenía que ser un imitador.

Así es. Esta cosa es un… un león, ¡eso es!

Era claramente un cachorro de león que había llamado aquí desde uno de los infinitos mundos alternativos. Al menos, esa fue la explicación que decidí en mi mente. Para mí era suficiente. Aunque esa excusa probablemente no serviría para protegerme de la ira de los Doldia.

Bueno, si las cosas empezaban a torcerse, siempre podría pedirle un favor a Lord Perugius y cambiar este cachorro de león por otra cosa. Hasta entonces, tendríamos una especie de período de prueba.

“Muy bien. A partir de hoy, tu nombre es Leo”. Proclamé, lanzando mi mano al aire.

La Bestia Sagrada me lamió los dedos antes de resoplar en respuesta. Entonces, de repente, levantó la cabeza como si se hubiera dado cuenta de algo. Su mirada se dirigió a Roxy. Leo trotó hacia ella antes de meter la cara en su falda.

“¡Ack! ¡Hey! ¿Qué estás haciendo?” gritó Roxy, golpeándolo con su bastón.

Nuestro pervertido canino se limitó a olfatear y lamer su pierna antes de rodearla con su enorme cuerpo.

“Um, Rudy… ¿Qué se supone que debo hacer con esto?” Nerviosa, miró hacia mí.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando exactamente, pero estaba claro que nuestro nuevo miembro de la familia estaba unido a Roxy.

“Leo, ahora que te he convocado aquí, eres mi sirviente”, dije en Lengua de Dios Bestia. “Tu deber es proteger a mi familia. ¿Entendido?”

“¡Guau!”, ladró alegremente.

No tenía ni idea de lo útil que sería un cachorro para vigilar a todo el mundo, pero como esto era lo que había convocado, iba a ser nuestra Bestia Guardiana en adelante.

Seguramente, demostrará su valía.

“Leo, permíteme explicarte un poco en qué consiste tu empleo aquí. Sé que estás acostumbrado a salirte con la tuya y a que la gente te mime, pero eso no va a funcionar aquí. Vas a tener que llevar un collar y vivir en una caseta de perro como un canino normal. Si aparece alguien sospechoso, le ladras, le muerdes y le dejas sin poder. Si son demasiado fuertes, tienes mi permiso para matarlos. Tendrás tres comidas al día aquí, y eres libre de tomar siestas cuando quieras. Si lo deseas, incluso te llevaremos a pasear cuando quieras. Si encuentras estas condiciones aceptables, por favor ladra una vez”.

“¡Guau!”

Genial, ese es el tipo de respuesta que me gusta escuchar. Y una cosa más…

“No hace falta decir que si te atreves a hacer algo que dañe a mi familia…”

“Arf…” Su garganta retumbó, como si se sintiera ofendido por la mera idea.

“Genial. Entonces nuestro contrato está sellado. Ahora vamos a estrecharlo”. Extendí mi mano y él rápidamente ofreció su pata.

Y con eso, nuestra familia tenía una nueva mascota.