Fushi no Kami (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: Trueno De Papel

Parte 3

“¿Qué tal si pasamos de la pequeña charla?” No tenía sentido escuchar mucho más de los comentarios infantiles del vizconde Yanga. Parecía extremadamente insatisfecho, aunque a este ritmo, lo más probable es que él siguiera perdiendo la cara. Era aún más inútil en los argumentos verbales que en los duelos de espadas.

“Su Excelencia, permítame hablar como representante de la región de Sacula. Ya no podemos hacer la vista gorda ante las repetidas actividades ilegales de la región de Yanga. Le exigimos que detenga sus agravios de inmediato y emita una disculpa pública”, declaré.

“¡Qué insolente! Si alguien necesita disculparse, ¡es de su parte! ¡Sé que secuestraste a los ciudadanos inocentes de nuestra región!” Aparentemente, así veía el vizconde Yanga a los refugiados que habían arriesgado sus vidas dejando atrás sus lugares de origen y huyendo a una región vecina donde no tenían ningún medio de sustento.

Dejé escapar un suspiro y confirmé sus intenciones con palabras simples y poco formales. “¿Estás seguro de que esta es la forma en que quieres hacerlo? No hay vuelta atrás si sigues adelante. Estoy seguro de que ya eres consciente de esto, pero un conflicto entre nuestras regiones podría atraer bandadas de demonios.” ¿Por qué tuve que amonestar a un mayor como él? ¿Porque yo era el civilizado? En este punto, no había duda de que era un salvaje.

El vizconde Yanga pareció tomar mis preocupaciones como una señal de debilidad. Sacó pecho y, en el proceso, empujó hacia adelante su barriga regordeta. “¡Ha! ¡Ni mis tropas ni yo tememos a los demonios! ¡Considera esta tu última oportunidad también!”

Ah, parece que no me comuniqué con él. Oré en silencio por los recursos y el trabajo que se desperdiciarían durante la guerra. Al mismo tiempo, el vizconde Yanga lanzó una mirada lasciva a Maika.

“Si quieres disculparte, tendrás que demostrar que lo dices en serio. ¿Eres realmente una joven noble? ¿Estás dispuesto a ofrecer tu cuerpo por el bien de tu pueblo?” El vómito verbal que salió de la boca retorcida del vizconde me hizo explotar, y mis modales suaves fueron consumidos por una explosión de ira.

Pero yo era una persona civilizada. A diferencia de un salvaje, no grité ni balanceé mi espada solo porque estaba enojado. A lo sumo, casualmente haría un poco de ruido para interrumpir al orador. Cuando golpeé ligeramente con mi puño la mesa de madera frente a mí, con la fuerza de aproximadamente una diezmilésima parte de mi ira, se hizo añicos con un estallido mucho más fuerte de lo previsto.

“Oops, mis disculpas. Tuve un pequeño ataque de tos”. Pero qué mesa tan frágil. Lo rompí en pedazos a pesar de que solo lo toqué ligeramente. “¿Dijiste algo justo ahora?” Pregunté con una sonrisa forzada. Te reto a que lo repitas. Voy a romper tu cuerpo como esta mesa.

El vizconde Yanga se sumió en el silencio con la expresión de un pollo estrangulado. ¿Qué ocurre? Hace unos momentos, estabas haciendo comentarios desagradables con ligereza. Parecía que podría haber creado cierta tensión en estas importantes conversaciones de paz. Sin embargo, no podía decir mucho para no ser acusado de entrometerme en los asuntos domésticos de Yanga, así que miré al convoy de caballeros de Yanga.

Tu señor no parece estar muy bien. ¿No deberías cuidarlo? Les comuniqué a través de una mirada extremadamente preocupada. Pero los dos guardias que lo vieron se quedaron en silencio con los rostros pálidos, como si les hubieran succionado la sangre de sus cuerpos. Supongo que no consideran esta situación motivo de alarma. Deben tener mucha fe en su amo.

Fijé mi mirada en el hombre en quien sus subordinados confiaban tanto. Mientras miraba con frialdad, ideé un plan para derribarlo si decía algo más fuera de lugar. Estaba ansioso por que causara tantos problemas como fuera posible. Atraídos por el fuerte ruido, la gente se había reunido fuera de la habitación. Sin embargo, seguí mirándolo antes de ofrecerle una última oportunidad.

“Disculparse.” En primer lugar, quería que se disculpara por su falta de respeto hacia mi Maika, pero también por su acoso a la región de Sacula y el hecho de que actualmente estaba respirando. Exigí una disculpa por toda su existencia. Si él era incapaz de eso, bien. Él podría tener su guerra. Ya estoy deseando ver qué cara pondrás. Imprudentemente, mis labios formaron una sonrisa.

“Tú— Arrg…” La espuma se derramó de la boca flácida del Vizconde Yanga. Y sus ojos se pusieron blancos.

“Oh mira. El cerdo resultó ser una rana… Lo siento, no quise insultar al vizconde. Claramente parece no estar bien”. No parecía que pudiéramos continuar nuestras conversaciones. De cualquier manera, sin un resultado claro, no podríamos irnos por un tiempo. Tsk, qué dolor. ¿No hay nadie que pueda negociar en su lugar?

“Ahora… dejando de lado al vizconde, ¿alguien más en la región de Yanga está ansioso por comenzar una guerra? Que no—”

“…” Una voz me llamó. ¿Quién o qué? No tenía ni idea. Pero algo me había llamado.

Mi cabeza se giró instintivamente hacia la ventana desde donde lo había oído. Parecía haber venido de la dirección del gran bosque en las Montañas del Dragón Rugiente. La región inexplorada parecía tranquila y oscura, sin ningún movimiento, pero estaba seguro de que me había llegado algún tipo de señal. Llegó sin previo aviso ni premonición, pero lo sentí en mi mente. Recordé haber experimentado el mismo sentimiento cuando conocí al hombre lobo y cuando luché contra los treants. Sus llegadas también habían estado acompañadas por esta señal.

“Ellos están viniendo.”

Podía escuchar las campanas de alarma sonar desde lejos. Sonaban diferentes a lo habitual. No fue solo una advertencia. Su timbre destructivo era como los gritos de un hombre que acababa de ver el fin del mundo. Me dio una premonición de muerte inminente, corroborada por mi misteriosa sensación. La señal o señales eran más fuertes que nunca.

“Maika, todos los demás, las negociaciones han terminado. Debemos regresar al fuerte lo más rápido posible.”

“No puedo discutir con eso. Con esas campanas sonando, claramente no es el momento de preocuparse por arreglar las cosas aquí”. Maika debe haber sentido el peso de la situación por sí misma. Corrió hacia afuera, ignorando tanto las negociaciones como al negociador jefe que estaba acostado boca arriba. “¡Escuchen! ¡Caballeros de Sacula, reúnanse! Ah, y dame nuestras armas, por favor.” Convocó a los caballeros que habían esperado fuera del salón y les dio las gracias mientras recuperaban nuestro equipo.

La Casa de Yanga se había sumido en el caos. Pero, de nuevo, habría sido una hazaña extraordinaria evitar cualquier conmoción con su maestro convertido en una rana espumosa. Como no odiaba la región de Yanga en su totalidad, le di algunos consejos a su gente mientras Maika estaba ocupada reuniendo a nuestros caballeros y preparando el equipo.

¿Supongo que has oído que la guerra entre humanos conduce a ataques de demonios? Y estoy seguro de que puedes imaginar lo que significa que las campanas de alarma están sonando desde la dirección de las Montañas del Dragón Rugiente. ¿El vizconde de allí? Es un cerdo que finge ser una rana que se parece a él, pero probablemente esté de nuevo jugando en la capital real. ¿No es más tranquilo sin él? Ahora, si entiendes, muévete. Ah, espera un momento. Recomiendo ir a Sacula si quieres huir. Esa fue la esencia del mensaje que di a los sirvientes, funcionarios civiles y militares que pasaban.

Acabé hablando sobre todo con los sirvientes, que corrían por el lugar inclinándose ansiosamente e informando a todos de los acontecimientos actuales. No tenía mucho sentido informar a los oficiales de mayor rango, sin importar si eran civiles o militares. En su mayoría simplemente me ignoraron o me insultaron. Supongo que es difícil para un cerdo entrenar personal capaz. No es que aprender sobre los asuntos personales de Yanga me ayudara de ninguna manera.

Evitamos la puerta oeste desde la que habían sonado las campanas y, en cambio, nos dirigimos a la puerta sur. Pero hizo poca diferencia. Incluso aquí, hubo gritos aterrorizados ahogados por feroces rugidos. Cualquier guerrero Sacula habría reconocido el rugido de ese demonio en un instante.

“¿Cómo entraron tan rápido?” Maika murmuró con el ceño fruncido.

“Los guardias probablemente no hicieron un gran trabajo. También eran bastante ineficientes cuando llegamos, y no parecía que hubiera ningún oficial superior estacionado en las puertas”, dijo uno de nuestros caballeros con una sonrisa irónica.

“¿Qué tan incompetente puedes ser?” Maika dejó escapar un suspiro, sacó su espada favorita y comenzó a dar órdenes. “Mantenga la lucha al mínimo y concéntrese en la autodefensa. Lo siento por los ciudadanos, pero es demasiado para que lo manejemos solos. Nuestra misión es proteger a los ciudadanos de Sacula, no a los de Yanga”. Maika hizo una pausa. Sus órdenes pueden haber ido en contra de la conciencia de la persona promedio, pero ella asumiría la responsabilidad. “Abandonen a todos excepto a sus aliados y regresen vivos a Sacula. ¡Te lo ordeno en nombre de Amanobe Sacula!”

Los caballeros reconocieron su mando al unísono. Deben haber estado profundamente agradecidos de servir a un líder tan competente y lindo.

En la puerta sur frente a nosotros, podíamos ver las bestias voluminosas y el desastre rojo que habían dejado atrás mientras masticaban a los soldados.

“¡Vamos! ¿No son solo uno o dos?” uno de los caballeros gritó con una expresión exasperada.

“Deberías saberlo mejor a tu edad. ¿No te dijeron tus padres que pelear atrae demonios?” el caballero a su lado respondió con una sonrisa en sus labios.

“La chica mayor de al lado mediaba cada vez que peleaba con mi hermano menor. Ya sabes que me gustan las mujeres bastante mayores.”

“¿Entonces estás diciendo que has estado comiéndote con los ojos a esta chica desde que eras un niño e ignoraste todas sus conferencias?” Todos soltamos una carcajada y cargamos contra la puerta bloqueada por hombres lobo.

Si bien es posible que hayan masticado su camino a través de los soldados, no se los habían comido. Podían morder y arrancar carne humana, pero nunca la tragaban, como lo demuestran los restos de aquellos que habían sido asesinados por hombres lobo. Lo mismo se aplicaba a los treants. No estaba claro por qué atacaron a los humanos en primer lugar si no era por comida.

De cualquier manera, dado que los hombres lobo no se distrajeron con la carne humana, instantáneamente sintieron nuestra aproximación y asumieron posiciones de batalla.

“¡Hay demasiados! ¡Atravesaremos todos de una vez!” Maika decidió. Como la vanguardia de nuestro grupo, se convirtió en su primer objetivo. Tres blandieron sus garras. Fue una vista horrible. Sus brazos del tamaño de un tronco ejercían una gran cantidad de fuerza centrífuga y sus patas feroces estaban equipadas con el equivalente a cinco dagas. Cuando dieron un golpe a su objetivo, la presión del viento por sí sola probablemente fue suficiente para destrozar a alguien.

“¡Ha!” Maika exclamó con calma mientras se zambullía ágilmente bajo sus ataques mortales. Incluso logró asestar un golpe en cada uno de sus brazos y rompió las posturas de los hombres lobo. Gracias a sus grandes y predecibles ataques oscilantes, su mortal fuerza hercúlea no supuso ningún problema para ella. La exquisita actuación de Maika fue de gran ayuda para los caballeros que la seguían; pasaron por los tres primeros demonios sin tener que detenerse una vez.

Después, nos encontramos con otra ola de dos, luego tres, seguidos de otros tres hombres lobo, pero ninguno cooperaba entre sí. Todos confiaban en su fuerza bruta innata y, por lo tanto, no eran rival para la princesa cazadora de cabezas. Dada su alta durabilidad y vitalidad, podría haber sido una pelea cerrada si Maika realmente hubiera intentado derrotarlos, especialmente si terminaron rodeándola, pero simplemente los esquivó y los atravesó, por lo que no tuvo ningún problema. Mientras tanto, una vez casi muero luchando contra un solo hombre lobo a pesar de que me había concentrado en la defensa.

“Está bien, empujemos a través de la puerta— ¡Waah!” Una sombra momentánea voló sobre la cabeza de Maika. Se arrojó a un lado, logrando esquivar el cadáver del soldado sin cabeza que había caído desde arriba de la puerta. Gracias a sus espectaculares reflejos, había podido evadirlo en un instante, pero también la había ralentizado. Con más de diez hombres lobo persiguiéndola, mostrando sus colmillos diabólicos, cualquier pérdida de tiempo era potencialmente letal.

“¡Todos, sigan corriendo!” Ordené a los guardias en el lugar de Maika. Reaccionaron con una mezcla de comprensión y descontento. Entendieron mi reacción ante el peligro de mi prometida, pero estaban descontentos con abandonarnos. En respuesta, traté de presumir un poco. “Ya era hora de que el fénix se levantara de nuevo”.

Pisé con firmeza el suelo y me di la vuelta. Observé los movimientos de Maika mientras corría hacia atrás. Aparentemente, había decidido quedarse y pelear porque los hombres lobo probablemente la alcanzarían si intentaba correr ahora. No fue una mala decisión. Como había demostrado antes, Maika era más que capaz de eludir los ataques de los hombres lobo.

Sin embargo, frente a los ataques de más de diez bestias, era difícil hacer poco más que evadir. Y dada la resistencia inagotable de los hombres lobo, probablemente llegarían a la cima si Maika siguiera defendiéndose. Así fue como perdí contra un solo espécimen.

Maika se deslizó más allá de las garras del hombre lobo al frente de la manada. Al pasar, su espada chisporroteó. Ella había cortado la nuca del demonio. Si su oponente fuera un humano, se habría terminado el juego. Si fuera un oso o una bestia de constitución similar, el golpe al menos habría causado una lesión grave. Desafortunadamente, ni siquiera dejó un rasguño en el hombre lobo cuyas defensas superaban las de cualquier armadura de metal de cuerpo completo.

Maika hizo una mueca. Pero su habilidad con la espada no vaciló, y ella no disminuyó la velocidad. Incluso después de evadir los ataques de más de diez hombres lobo e incluso después de que comenzaron a rodearla, los movimientos de Maika se mantuvieron en calma.

“Supongo que los hombres lobo siguen siendo lobos… Son geniales para rodear a sus presas… ¿Qué piensas, Ash?”

“No coordinan sus ataques individuales, pero sus movimientos generales parecen estar organizados. Siguen siendo una manada después de todo.” Antes de que rodearan por completo a Maika, me coloqué a su espalda y le conté lo que había aprendido al estudiar los innumerables registros de batalla en los archivos de la ciudad.

“Tiene sentido. Pero rodearse tan de cerca es difícil. Y mi espada ni siquiera puede arañarlos. Eso me tomó por sorpresa”.

“Sus ojos y bocas son suaves. Cualquier cosa cubierta de pieles es impenetrable. Incluso si logras apuñalar su cerebro a través del ojo o la boca, no mueren de inmediato. Ten cuidado.”

“Sí, recuerdo lo mal que te hirió ese hombre lobo. Que dolor de verdad.”

¡Y esta vez, había más de diez de ellos! Para ser sincero, nos habían llevado a un rincón. Pero incluso ellos eran débiles contra las armas cegadoras.

“Maika, a mi señal, cierra los ojos y los oídos”.

“¿Oh? ¿Vas por esa estrategia?” Maika sonrió.

Dada la personalidad del Vizconde Yanga, había anticipado un ataque luego de su eventual declaración de guerra. Así preparé granadas de destello. Sin embargo, no esperaba usarlos así. Además, estos eran los últimos modelos que usaban fulminato de mercurio como explosivo desencadenante, lo que significaba que no requerían encendido manual. Observé los movimientos de los hombres lobo, luego puse mi mano en el imperdible y—

¡No te muevas, hermano! Una voz resonó dentro de mi mente.

Sonaba incluso más claro que la voz que había escuchado después de mi lucha contra los treants. Momentos después, aparecieron los dragones. Cinco de ellos. Cada uno aplastó a un hombre lobo bajo sus garras mientras aterrizaban.

“No sé cómo reaccionar ante esto”. Este fue el primero. Qué extraño fenómeno en medio de un estado de emergencia. Como persona de sentido común, excedió mis habilidades de juicio. Como para ayudar a mis pensamientos, los dragones se comunicaron directamente con mi mente.

Hermano, nos disculpamos por nuestra llegada tardía.

Hermano, nos haremos cargo.

Hermano, aleja a los humanos.

Hermano, ya no podemos detener a nuestros hermanos.

Hermano, nuestros hermanos quieren ser puestos a dormir por tu mano.

Cada uno habló con una voz distinta y, sin embargo, todos se fusionaron hasta que finalmente proclamaron todos a la vez:

¡Hermano, protege a los humanos y cumple tu destino como el Resucitador, el que restaura la vida!

Espera un momento. ¿Por qué me dieron toda esta información aparentemente importante y secreta durante un momento de crisis como este? Sin saber lo que estaba pasando, agarré la mano de Maika y salí corriendo.

Parecía nerviosa cuando pasamos junto a los dragones, pero ni siquiera nos miraron. De hecho, nos estaban ayudando rugiendo a los hombres lobo, golpeando sus brazos contra ellos y enviándolos a volar con sus colas.

“Eh, ¿Ash? ¿Se sabe que los dragones ayudan a los humanos?”

De ninguna manera. Miré por encima del hombro y recordé la batalla, o más bien los registros de extinción. La civilización antigua de etapa tardía fue destruida principalmente por dragones; cada vez que los humanos se involucraban en la guerra, los dragones eran los primeros demonios en llegar volando.

“Los dragones son el mayor enemigo de la humanidad”, respondí. Al menos según los registros que yo había visto. No había rastros de ellos ayudando a los humanos, y mucho menos llegando a un entendimiento mutuo.

“Mi destino como Aquel que restaura la vida…” Era la primera vez que escuchaba esas palabras, y sin embargo me sonaban tan familiares. Como un fuego calmante dentro de mi cuerpo. Como si hubiera recuperado algo que había estado allí desde el principio. Algo que había sabido todo el tiempo. acababa de olvidar. Pero, ¿qué era ese ‘algo’?

Ese día, la capital de la región de Yanga fue aniquilada por el asalto de los dragones y los hombres lobo.

Perspectiva de Hermes

Parecía que las cosas habían ido mal. Esperaba que algo saliera mal cuando Ash y Maika se fueron a Yanga. Pero aun así, las cosas habían resultado excepcionalmente mal.

Justo cuando nos habíamos preparado para luchar contra el ejército de Yanga, su región se había invadido de demonios. Eso en sí mismo no era necesariamente un problema, pero lo más probable es que ahora también se dirigieran hacia nosotros.

La situación les estaba dando a todos un gran dolor de cabeza. Comenzando con el Conde Interino Lord Itsuki, todas las principales autoridades de Sacula estaban extremadamente ocupadas. Y aunque puede que no haya sido una autoridad destacada, era miembro del laboratorio afiliado a la Oficina de Promoción de la Reforma del Territorio, un departamento bajo el control directo del conde. Como tal, teníamos un papel importante que desempeñar.

“Reina, creo que tenemos que revisar el plan”. Hablé rápido cuando entré rápidamente a la oficina central. “Los ciudadanos de Yanga actualmente están huyendo de la región debido a los ataques de demonios, ¿verdad? Eso probablemente será un gran problema.”

“¿Tú también lo crees?” Con los codos sobre el escritorio, Reina usó una mano para mantener la cabeza erguida y dejó escapar un profundo suspiro. Sabía cómo se sentía. Es posible que aún no hayamos tenido mucha información detallada, pero se avecinaban días ocupados.

“Quiero decir, había más de cien demonios atacando. En la academia nos dijeron que es un número muy peligroso, y parece que ya han destruido varias ciudades en la región de Yanga. No pueblos, ciudades”.

Nuestro departamento de inteligencia había recogido esa información de la primera ola de refugiados que había abandonado la región antes que nadie. En otras palabras, esos no eran solo rumores vagos sino hechos bastante precisos.

“Así que deberíamos esperar que el número de refugiados de Yanga siga aumentando”, dije.

“Sí, probablemente”.

“¿Recuerdas cuando alojamos temporalmente a los aldeanos Ajole en Itsutsu después de que los treants destruyeran su aldea?”

“Eso fue duro.”

“La mayor parte del trabajo quedó en manos de la Oficina de Promoción de la Reforma del Territorio”.

“Recuerdo… Yo también ayudé…” Mientras seguía asintiendo, la cabeza de Reina aparentemente se había vuelto demasiado pesada para sostenerla con una sola mano, lo que la llevó a sostenerla con ambas. Sentí un poco de pena verla así, pero necesitaba que mirara hacia arriba y se ocupara del problema en cuestión antes de que el auto fuera de control se estrellara ante nuestros ojos.

“Cuando Ash regrese, definitivamente querrá que nos encarguemos de esos refugiados”.

“¿En serio? Supongo que eso no es una sorpresa. Lo sabía. Lo sabía, pero…”

Estábamos en la misma página. Reina también lo había esperado. Así era Ash. Había sido lo mismo con los refugiados de Ajole.

“Sería genial si pudiéramos ayudar. Pero desafortunadamente, la vida no es tan fácil, así que no podemos hacer nada”. Si bien la mayoría de la gente habría dicho algo así, Ash omitió el ‘pero’. En su caso fue: “Sería genial si pudiéramos ayudar. Así que lucharemos por la grandeza”. Lo dijo con una sonrisa, y no pudimos evitar amarlo por eso.

Y por lo tanto, yo también sonreí. “Es por eso que tenemos que prepararnos ahora, Reina. No podemos dejar que nuestra experiencia con los refugiados de Ajole se desperdicie”.

“¡Bien, bien! ¡Lo entiendo! ¿Por qué ambos son así? Ash es un bicho raro, ¡pero tú también!” La cara de Reina se puso roja y apretó los dientes.

“Así es. Ambos somos bichos raros. Pero esa es la única forma que conocemos de vivir, así es como pasamos la vida”. Perdón por ser un tonto que constantemente persigue sus sueños. Y por causarte problemas todo el tiempo. Creo que solo hay una forma en que puedo compensarte… “Te serviré todo el alcohol que quieras después de que terminemos, ¿podrías ayudarme, por favor? No puedo hacerlo sin ti.”

“¡Sí, sin duda! Al igual que Ash no es bueno sin Maika, ¡tú no eres bueno sin mí!” Reina aulló y me señaló con una mirada de entusiasmo en su rostro. “Es una promesa. Tanto alcohol como quiera. ¡Sin trucos!”

“Lo prometo. Sin doble trato”. Ese fue un precio barato por la ayuda de Reina.

“Está bien. En ese caso, arremanguémonos y comencemos a pensar”.

“Hm, el problema será la cantidad de refugiados”.

“Por supuesto. En este momento, realmente no podemos predecir los números, pero supongo que no se detendrá en uno o doscientos.”

“¿Uno o dos mil? ¿Quizás más? Mil ya es bastante difícil de imaginar…” Nuestra discusión estaba a punto de toparse con un obstáculo. Reina sintió lo mismo y cambió el enfoque.

“Primero, debemos pensar en lo que podemos hacer en el laboratorio. Dejando de lado nuestros deberes y las reglas por ahora, ¿qué puede hacer el personal del laboratorio para ayudar a los refugiados cuando lleguen a Sacula? ¿Cuál es nuestra área fuerte?”

“Bueno, básicamente somos un museo de tecnología de punta. ¿Qué tal proporcionar nuestros nuevos modelos de carros para el transporte? ¿Usar nuestros materiales de construcción para construir residencias?”

“Sí, los carruajes podrían ser útiles para el transporte. No solo para los propios refugiados, sino también para la entrega de alimentos. No sé sobre residencias. ¿Podemos producir suficientes ladrillos y hormigón para construir tantas casas?”.

“Estás bien. Construir casas para cientos de personas puede ser imposible… ¿Pero no necesitarían estufas para cocinar su comida?”

“Probablemente. No habrá suficiente madera para que todos puedan hacer fogatas afuera”. Reina sacó una hoja de papel y comenzó a escribir nuestras ideas.

“Hablando de cocinas y entregas, los refugiados necesitarán comida. Probablemente no podamos resolver ese problema por nosotros mismos, pero estoy seguro de que estarán felices por cualquier cosa que puedan obtener”.

“Deberíamos pedirle consejo a Suiren. Los alimentos en conserva que desarrollamos también deberían ayudar un poco”.

“Mejor que nada seguro. Además, es probable que haya muchas personas heridas entre los refugiados”.

“Además de nuestros soldados que lucharon contra los demonios. Necesitamos revisar nuestras reservas de medicamentos y recolectar reservas de toda la región. Probablemente también tengamos que depender de las importaciones de otras regiones”.

Cuando se trataba de importaciones, el laboratorio realmente no podía hacer mucho por sí mismo. Podríamos pedir ayuda a los estudiantes de intercambio, pero necesitábamos más suministros que eso.

“¿Deberíamos hacer que la Sra. Rihn solicite las importaciones de la administración?”

“Hm… no, creo que deberíamos ceñirnos a las cosas que podemos hacer en el laboratorio. De cualquier manera, no podremos manejar todo por nosotros mismos, así que solo le pediremos a Maika que lleve nuestras propuestas a la reunión de líderes. Por ahora, mantenemos nuestro hilo de pensamiento en marcha”.

“Cierto. Deberíamos hacer que nuestro superior hable con los superiores”. Hice una pausa y luego murmuré: “Espero que vuelvan pronto”. Reina se rio entre dientes. “¿Dije algo raro?”

“Sí, si lo piensas, es extraño”. Desconcertada, incliné la cabeza hacia un lado. Los hombros de Reina temblaban mientras seguía riéndose. “Quiero decir, no hemos tenido ningún informe de que Ash y Maika regresaron a salvo de la región de Yanga y, sin embargo, ni tú ni yo dudamos ni por un segundo de que estén bien. ¿No es extraño?”

¿Lo es? Sí, ¡supongo que es extraño! Sin embargo, solo cuando se aplica a alguien que no sea Ash y Maika. Cuando se trataba de estos dos, no era extraño en absoluto.

“Quiero decir, ¿no es obvio que están a salvo?”

“¡Sí lo es!” El acuerdo de Reina estuvo acompañado de una sonrisa encantadora. “E incluso si estamos bajo el ataque de una manada de más de cien demonios, confío en que Ash se encargará de ellos en Fuerte Fénix”.

“¿No es eso obvio también?”

“¡Sí lo es!”

Mientras los dos saboreábamos la naturaleza entretenida de la existencia de Ash, Rockel, uno de los miembros más importantes de nuestro personal, abrió la puerta de par en par.

“¡El idiota está dando un discurso en la cafetería!” Eso fue todo lo que dijo Rockel, pero inmediatamente supimos lo que estaba pasando. Justo cuando finalmente pudo reír y relajarse, Reina se enfrentó a un nuevo incidente que la hizo fruncir el ceño con desaprobación.

“¡Ha aparecido una gran manada de demonios! ¡Están amenazando la existencia misma de la región de Sacula! ¡Deberíamos unirnos y luchar! ¡Como nuestros ancestros que plantaron la bandera del Sacula en este suelo!”. Torey escupió su discurso con una voz inútilmente alta. Su elección de palabras fue tan teatral como siempre. “¡Aquellos que puedan luchar, tomen sus armas y vengan conmigo al frente! ¡Pongámonos de pie hombro con hombro con nuestros valientes soldados y pulvericemos juntos a la manada de demonios!”

En el pasado, la cacerola de Reina habría acallado la conmoción con un fuerte golpe, pero esa cacerola ya no estaba en el laboratorio. En su lugar, traté de decirles a todos que se callaran pateando ruidosamente la puerta. Parecía que el ruido había comunicado con éxito mis intenciones; la cafetería se había quedado en completo silencio.

“¿Qué es esta conmoción? ¿No tienes trabajo hoy?” Teniendo en cuenta cuántas personas se reunieron a pesar de que no era la hora del almuerzo, la mayoría de ellos deben haber estado holgazaneando. El jefe de laboratorio estaba pidiendo responsabilidad. Disculparse fue la elección inteligente.

“Jefa Reina, ahora no es el momento de preocuparse por el trabajo. ¡Deberías saber por ti mismo que los pasos de la perdición se acercan a Sacula!” Objetar con una actitud de sabelotodo fue una elección estúpida.

“Si te refieres a los informes de que han aparecido manadas de demonios en una región vecina, entonces sí, los escuché. Hemos estado enviando armas desde el laboratorio en respuesta. Por lo tanto, este no es momento para holgazanear”, explicó Reina, pero como era de esperar, Torey no pareció entender.

“¡Más importante aún, debemos enviar tantas personas como sea posible como refuerzos al frente! ¡De lo contrario, los demonios rodarán sobre Sacula como una avalancha y causarán sufrimiento a nuestros seres queridos y a los ciudadanos que juramos proteger!”

“Las tropas seleccionadas ya han sido estacionadas en el fuerte de primera línea según el plan. Es posible que hayan esperado luchar contra las tropas de Yanga, pero también anticiparon encontrarse con demonios. ¿No entiendes que cualquier refuerzo no planificado solo causaría problemas en esta etapa?”

“Por favor, perdóneme, pero usted es el que no entiende, Jefa Reina. No podemos contener una manada de más de cien demonios con un solo fuerte como ese. Tu miedo nubla tu juicio”. Torey sonaba arrepentido al subestimar las habilidades de Reina. Continuó: “¡A este ritmo, muchos de los soldados en el frente serán masacrados sin poder hacer nada! ¡Necesitamos reunir a personas valientes y apresurarnos a unirnos a la lucha en Fuerte Fénix, la fortaleza que lleva el nombre del famoso Sir Fénix! ¿Verdad, Hermes?”

No me engañes. No soy bueno para hablar con la gente en primer lugar. No quiero involucrarme con alguien tan difícil que canses a Reina después de una breve charla. Mostré abiertamente mi disgusto en mi rostro, y Reina levantó las cejas.

“¡Oye, esa no es forma de hablar con el Vicejefe Hermes!”

“No es propio de usted levantar la voz así de repente, Jefa Reina. Me imagino que estás confundido después de las muertes de Sir Fénix y Lady Maika, pero por favor, cálmate.”

En ese momento, mi expresión facial cambió por completo. Debo haber parecido una persona diferente. Por la misma razón que Reina se había quedado sin palabras.

“¿Qué demonios acabas de decir?” Le pregunté al idiota con una voz lo suficientemente aguda como para cortar metal. Ni siquiera debería decir eso como una broma. “¿Qué pasó con Ash y Maika?”

“Me imagino que tú también estás en estado de shock. Fuisteis juntos a la academia. Pero hay que aceptar la realidad. Lady Maika y Sir Fénix estaban en la región de Yanga cuando la gran manada de demonios atacó. No importa cómo lo mires, es difícil imaginar que todavía están vivos…”

“¿Anunciaste sus muertes frente a todos?” A juzgar por la mirada estúpida y despistada en el rostro de Torey, era seguro asumir que efectivamente lo había hecho. Una exploración de la cafetería confirmó mis sospechas. Todos los miembros del personal estaban dejando escapar suspiros más pesados que el plomo. “¿Cómo se puede declarar muerta a una de las figuras clave de nuestra región sin confirmación en medio de una crisis como esta? ¡¿Y Ash de todas las personas?!”

Maika puede tener un rango más alto, pero en la actualidad, proclamar en voz alta a Ash muerto es un problema mayor. Ash, el fénix. Ese nombre se había convertido en una leyenda viva entre las tropas de Sacula. Todos mis antiguos compañeros de clase que se habían unido al ejército lo decían. Incluso Glen, que normalmente no estaba al tanto de los rumores. Se decía que la presencia del fénix en el campo de batalla evitaba bajas.

Además, no era posible descartar esos rumores, porque sus logros pasados los respaldaban. Cuando el hombre lobo apareció fuera de la ciudad de Itsutsu, nadie, excepto el propio Ash, resultó herido. Asimismo, las tropas no sufrieron ninguna pérdida durante su lucha contra los treants en el pueblo de Ajole. Si bien algunos aldeanos de Ajole habían desaparecido antes de la llegada de Ash, el daño general causado por los treants había sido extremadamente limitado. Muchos consideraron esto un milagro en comparación con los enormes daños resultantes de los ataques demoníacos del pasado en la región de Sacula.

La reputación de Ash como un comandante divino era conocida en todo Sacula gracias a los soldados que habían luchado en la aldea de Ajole contando en voz alta sus historias en los bares y a los trovadores difundiendo la palabra aún más. Debido a su reputación como el fénix, desde que las tensiones con la región de Yanga aumentaron, se decidió que Ash iría al frente.

Ash era de hecho todavía un novato. Nacido campesino. Sin embargo, también tuvo una suerte milagrosa. Cualquiera con su suerte seguramente saldría adelante esta vez también. Esa creencia había dado confianza a los soldados que se dirigían al frente y aliviado las preocupaciones de la población. Incluso yo no entendí completamente cómo un nombre podría haber tenido un efecto tan grande.

Pero Torey había atacado estúpidamente esa reputación. Eso me molestó. Lo que me enojó aún más fue el hecho de que había declarado muerta a mi admirable amiga, mi compañera soñadora y, por extensión, la existencia continua de mi sueño.

“Está bien, escuchen todos. No hay forma de que Ash hubiera muerto por esto. No hay posibilidad en el infierno. Ni siquiera si el Árbol del Mundo se cayera.”

Estaba seguro de que pronto habría noticias de su repentino regreso. Por supuesto, junto con Maika y su escolta de caballeros. Estábamos hablando del fénix Ash. Si escuchó que estaba muerto, primero debe asumir que fueron noticias falsas o información errónea.

¿Alguna vez escuchaste la historia de su desaparición en Noscula? Cuando tenía nueve años, desapareció en el bosque durante tres días. Justo cuando el aldeano había comenzado su funeral, regresó de la nada. ¿Qué edad tenía ahora? Además, estaba con Maika. Incluso si desaparecieran en las Montañas del Dragón Rugiente durante un mes, sin duda regresarían ilesos.

Reina asintió profundamente en acuerdo, incluso si se basaba en mi intuición. “Tiene toda la razón. Si quisieras matar a Ash, tendrías que pedir prestado el poder del dios dragón, e incluso entonces, no estoy seguro de que puedas acabar con él.

Probablemente no. Tal vez los tres dioses juntos. Parecía que los ex prisioneros compartían mi opinión.

“No creo que ni siquiera el dios dragón pueda matarlo”.

“¿Puede incluso morir? ¿No volverá a la vida?”

“El fénix resucita después de morir. Entonces, técnicamente, moriría una vez”.

“Eso puede ser técnicamente correcto, pero si va a revivir de inmediato, ¿eso básicamente no niega la muerte?”

¡Así es como deberías estar hablando de Ash! No es el tipo de persona que se arrastra silenciosamente a su tumba. Incluso hipotéticamente. Y sin embargo, había alguien aquí que ya intentó enterrarlo.

“¡Estás soñando demasiado! ¡No importa cuán grande sea como comandante o espadachín, no hay forma de que pueda sobrevivir a un asedio demoníaco!”

“¿No estás también basando tu argumento en tus propios delirios? ¿O viste a Ash y Maika siendo asesinados por los demonios?”

“Quiero decir… no lo vi con mis propios ojos, pero si piensas en la situación…”

“Los ciudadanos de Yanga lograron escapar. Entonces, ¿por qué Ash y Maika, quienes están acompañados por guardias, no deberían poder escapar?” Si sigues insistiendo, te arrojaré a una máquina de vapor activa. Lo miré mientras me subía las mangas y Torey retrocedió.

“B-Bien. Admitiré que actué demasiado precipitadamente con respecto a Sir Fénix y Lady Maika.” No solo en ese sentido. La mayoría de tus acciones son demasiado precipitadas. Como cuando dejaste tu puesto y te tomaron como rehén durante el ataque al laboratorio. “¡Pero necesitamos apoyar las líneas del frente! ¡Tenemos mucho personal masculino aquí y gente que sabe cómo usar las nuevas armas! ¡Sé que será una pelea difícil y que la gente se lesionará y morirá! ¡Pero no podemos defender este suelo si nos encogemos de miedo!

“Más de tus delirios. La gente puede resultar herida, pero nadie va a morir. Nuestras tropas celebrarán una victoria completa. Después de todo, estamos desplegando las nuevas armas que fueron construidas para lidiar con más de cien demonios a la vez”.

Era un programa de defensa que Ash había desarrollado para un momento como este. Con el objetivo de cero bajas. Conociéndolo a él y su entusiasmo en ese momento, estaba completamente seguro de que funcionaría. Sin embargo, cualquiera que no conociera a Ash no lo entendería.

“¡No has tenido ningún sentido desde antes! Esos demonios han destruido ciudad tras ciudad en el pasado. ¡Son el desastre que borró la antigua civilización de la faz de la tierra! ¡Deja de soñar!”

“¿Qué estás diciendo? Seguiré soñando hasta el momento de mi muerte”. ¿Por qué tenía que explicar algo tan obvio? “Es casi como si no supieras dónde estás. Y no tienes idea de con qué tipo de locos estás trabajando.

Este era un garito lleno de locos que no podían dormir por la noche debido a los grandes que eran sus sueños. Había un loco que quería volar en el cielo, un loco que quería construir la locomotora más rápida posible, un loco que quería iluminar la noche con una luz eterna, un loco que quería curar todas las enfermedades mortales, un loco que quería para alimentar a todo el mundo, y podría seguir… En esencia, era un manicomio.

Se trataba de un grupo de personas excepcionalmente incómodas que no habían dejado de lado sus sueños a pesar de que les dijeron repetidamente que era inviable o imposible. Demasiado codiciosos para reducir nuestros grandes sueños. Y Ash nos sedujo con su horno de primera clase, brindándonos la oportunidad de trabajar para lograr nuestros grandes sueños tal como eran.

“Patear a unos míseros cien o doscientos demonios a la acera sin bajas es un pequeño sueño aquí. Un cobarde que ni siquiera se atreve a abordar una meta tan aburrida como esa no debería andar dando conferencias.” ¿No es así? Levanté la voz y me dirigí a mis compañeros soñadores locos. “¿Son las armas que creaste con tu sangre, sudor y lágrimas tan romas que ni siquiera pueden lidiar con cien demonios? ¿Tenías tanto tiempo libre que creaste algo inútil?”

No lo hice. No tenía ningún tiempo libre en absoluto. Si quería construir un avión y lograr mi sueño de volar por el cielo en mi vida, tenía que seguir avanzando sin mirar a la derecha ni a la izquierda. Sin embargo, decidí tomar un desvío cuando Ash se me acercó porque también estaba fascinado por su sueño.

“¡Solo dejamos de trabajar para lograr nuestros propios objetivos y construir esas armas porque respaldamos la visión de Ash de repeler fácilmente a esos demonios sin importar su número! ¿Dices que destruyeron la civilización antigua? ¡Eso es solo porque no nos tenían a nosotros ni a Ash en ese entonces!”

Fue gracias a nosotros y a nuestras armas que pudimos hacer retroceder a la manada de demonios. ¿No se sintió bien alardear un poco? Esa fue la razón por la que había interrumpido mi proyecto de avión para fabricar armas.

“¿No me digas que no tienes ninguna confianza en las cosas que creas? No sois unos perdedores, ¿verdad?” Mi pregunta encendió una chispa que encendió su combustible. Mis compañeros soñadores tontos lo negaron con voces que sugerían que sus propios motores estaban girando a toda velocidad. Miré a Torey, la única persona que no tenía un motor dentro de él. “Tienes que empezar a observar lo que estamos haciendo aquí. En este momento, eres un perdedor que no entiende nada”.