Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 3

Capítulo 5: Surgimiento Del Dios Malvado

Parte: 4

 

 

“¡Nunca he oído hablar de Elazok!”

“El nombre se parece un poco a Elazonia. ¿Hay alguna conexión?”

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“Espera, ¿ese es el Dios Malvado que Lady Elazonia selló…?”

“¿Qué, eso significa que el Dios malvado ha regresado?”

En pánico, los héroes tomaron esta enorme mentira al pie de la letra, divirtiendo a Shinichi hasta el punto de que tuvo que contener la risa detrás de su máscara.

“Je, je, je. Tal como dicen: “El que cree en la existencia de Dios no duda de la existencia del mal”. Increíble.”

“¿Es este realmente un momento apropiado para reír?”, Celes empujó a Shinichi desde atrás, moviendo su cabeza hacia Hube.

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“¡Eres un hereje! ¡Detén tus patéticos chistes e intentos de engañarnos!”

Hube se negó a creerle.

Pero eso no impidió que los héroes se agitaran, completamente desconcertados, la apariencia de Shinichi era horrible e infernal, y no estaban dispuestos a arriesgarse y dejar que esa confusión disminuyera.

Él presentó su próximo movimiento.

“Je, je, je, ¿no me crees? Bueno, entonces, ¿qué tal si te muestro el poder de Elazok?”

Celes recitó un encantamiento.

“Aparece ante nosotros, “Apport”.”

Fue un hechizo de nivel bajo que teletransportaba algo a su ubicación.

“¿Q-Qué es eso?”

El espacio frente a los héroes se partió en dos, y dejó que una silueta colosal apareciera lentamente.

Era inconfundible. Era el monstruo más poderoso, el asesino de dioses.

“¡¿Un dragón negro?!”, los héroes emitieron gritos de terror.

El dragón, burlonamente, dejó escapar un rugido devastador, mientras dos tubos sobresalían de su espalda. Los hombres no tenían forma de decir que Shinichi estaba detrás de todo esto, modificando su voz con magia.

“¡Esto es una locura! ¿El Dragón Malvado ha sido traído a la vida…?”

“Je, je, je. Desafortunadamente, este pequeño no es nuestro señor, el Dragón Negro.”

“¡¿Qué?!”

El ejército dejó escapar otro grito por enésima vez.

Shinichi explicó con un toque dramático.

“Este es uno de los cuatro dragones impíos que responden al Dragón Negro, ¡conozcan al Dragón de Roca Negra, Hellsaur!”

“¡¿Dragón de Roca Negra, Hellsaur?!”

Su nombre era infantil. La discreción merecía ser el blanco de algunos chistes, pero la creatividad en este mundo podría necesitar un poco más de trabajo.

“Heh-heh-heh, Hellsaur es el más pequeño de los Cuatro Dragones Profanos, pero es suficiente para matarlos, junto con el Rey Demonio.”

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“¿Qué—? ¿Matar al Rey Demonio?”, ellos preguntaron. Incluso Hube tenía los ojos saltones esta vez.

“Sí. Mis órdenes son eliminar al enemigo jurado de Elazok y al Rey Demonio, Ludabite.”

“¿Qué quieres decir? ¡¿No son los demonios súbditos del Dios Malvado?!”

“No tengo idea de lo que estás hablando. Elazok y los demonios nunca han trabajado juntos.”

“¿Eso significa que el libro sagrado es una mentira…?”

“¿Q-Qué demonios…?”

Los héroes estaban completamente desconcertados.

Hube trató de disipar su confusión gritando.

“¡No puedes engañarnos con tus mentiras sin sentido, idólatra!”

Bueno, tenía razón en eso. Elazok no era más que un producto de la imaginación de Shinichi. Pero los hombres de Hube ya sospechaban tanto de él que dudaron de su proclamación.

“Je, je, je. Hube, lo has hecho muy bien. No es necesario que actúes por más tiempo.”

“¡¿Qué estás diciendo?!”, Hube grito.

“¿Qué quiere decir? ¿El cardenal Hube está del lado de él?”

Shinichi dijo una mentira aún más poderosa para confundirlos.

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“Je, je, je, fue un simple truco. ¡Hube es otro sacerdote de Elazok!”

“““¡¿Qué?!”””

“¡Los convirtió en héroes falsos y los arrastró hasta aquí para que se sacrificaran y debilitaran al Rey Demonio!”

““““¡¿Qué?!””””

Los héroes estaban tan desorientados por esta noticia que ya no podían responder. Sus mandíbulas se aflojaron en estado de shock, abiertas como si fueran espantapájaros.

Hube negó las afirmaciones de Shinichi.

“¡No acepten esas afirmaciones absurdas! ¡Este poder me lo otorgo la Diosa Elazonia!”

“Ya lo sabemos. Ese fue tu papel. Pero realmente ya no hay necesidad de ocultarlo, Hube. Tus héroes falsos han cumplido con tu propósito.”

“¡Bastardo! ¿Qué más harás…? Escuchen, todos. ¡No pueden dejarse engañar por las mentiras de este hereje!”

Pero sus acciones hasta ahora habían sido demasiado sospechosas para permitirle convencerlos de su inocencia ahora.

“Pensé que era extraño que se eligiera un criminal como la segunda venida del Papa Eument, ya sabes, como el mesías.”

“¿Y lo que les hizo a esos tipos sin emociones? La Diosa nunca aprobaría eso.”

“Todo fue para engañarnos. ¡Imperdonable!”

Pero también había algunos que dudaban.

“E-Espera. Pero somos héroes, ¿no?”

“¡Sí, solo la Diosa puede otorgar el don de la resurrección infinita!”

Un héroe levantó la mano para mostrar el símbolo de la Diosa, prueba de que Hube no podía ser un agente del mal.

Shinichi había predicho que surgiría esta discusión.

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“Je, je, je, ¿realmente crees que Elazok no podría imitar ese símbolo?”

“¡¿Qué?!”

“Claro, esto marca sus estatus como héroes. Si mueres, serás resucitado en una iglesia cercana. Funcionará una vez, tal vez dos veces. Pero, ¿la tercera vez? ¿La cuarta?”

“¿Qué, entonces es realmente cierto que somos héroes falsos…?”, Incluso los más dudosos del grupo comenzaron a vacilar ante su convicción.

“¡¿Cuánto tiempo van a estar allí parados?! ¡Rápido! ¡Maten al hereje!”

Pero las desesperadas instrucciones de Hube fundamentaron sus sospechas aún más.

Si alguien hubiera considerado la situación de manera más racional, se habrían dado cuenta de algunos agujeros en las afirmaciones y acciones de Shinichi: si su objetivo real fuera la derrota del Rey Demonio, más los héroes, ¿no habría sido mejor para él esperar más? ¿Antes de aparecer cuando ambos lados estuvieran considerablemente debilitados? ¿Y era necesario revelar la naturaleza “verdadera” de Hube si estuvieran trabajando en equipo?

Un susurro diabólico atravesó la multitud, impidiéndoles pensar más sobre eso.

“—Es un traidor.”

Una voz zumbó en sus oídos, una voz que no reconocieron.

“—Un mesías falso.”

Fue Shinichi. Había alterado su voz, y Celes usó su magia para hacer que llegara a la multitud.

“—Un agente del mal.”

Era una estrategia bastante pobre. Se podía ver lo improvisada que era, si solo uno lo pensaba detenidamente.

“—No podemos perdonarlo.”

Pero estos supuestos héroes eran cobardes que temían a la muerte.

“—Mátenlo.”

“¡Traidor!”, grito un héroe, e inmediatamente se lanzó contra Hube.

“— ¡Guh!”

Hube instantáneamente levantó su mano y lanzó un hechizo. Gracias al poder dado por la Diosa, su hechizo de contraataque fue invisible y mucho más fuerte de lo habitual. Este hechizo mortal desgarro el cuerpo del héroe rápidamente.

“Ah…”

Y al mismo tiempo, Hube se dio cuenta de su error, pero ya era tarde.

Tan pronto como el cadáver del héroe desapareció, los héroes restantes se apresuraron a atacarlo con la intención de matarlo.

“¡Este traidor nos mintió!”

Con los ojos inyectados en sangre por la ira, blandieron sus armas. Estaban en el punto de no retorno. Las palabras no serían suficientes para aplacarlos.

Hube dio una orden a sus fieles muñecas sin voluntad.

“¡Ustedes, atáquenlos!”

“……”

Sin palabras, los ex-prisioneros avanzaron, enfrentando a los héroes que se acercaban de frente. Después de ver por un momento, Hube comenzó a correr.

“¡No huyas, traidor!”

“¡Tu! ¡Maldito hereje!”

Mientras los héroes lo perseguían por detrás, Hube levantó la vista y escupió maldiciones al chico que observaba la escena desde el cielo. Con su magia restante, Hube usó un encantamiento físico para fortalecer su cuerpo mientras corría.

Mientras Shinichi miraba la escena patética, sonrió detrás de su máscara.

“Qué idiota. Podría haber demostrado su inocencia sacrificándose, o podría haberme ignorado y continuar atacando. Había tantas maneras en que podría haber desglosado mi plan.”

Pero no lo hizo. Eso fue porque Hube tenía una fobia secreta, cicatrizando la parte posterior de su corazón. Ni siquiera se dio cuenta de lo que había allí, un miedo a Shinichi.

Estaba tan aterrorizado que nunca ganaría contra este chico diabólico. Ese chico le había robado todo. La ira de Hube era otra forma de proyectar su miedo a Shinichi en lugar de enfrentarlo de frente.

“Je, je, je.”

“Estas enfermo”, escupió Celes.

Shinichi esbozó su sonrisa característica.

“¿De qué estás hablando? Recién estamos comenzando.”

Diciendo eso, aterrizaron en la cabeza del Dragon. Bueno, en realidad era un golem en forma de dragón que los enanos habían construido. Shinichi abrió la escotilla sobre su cabeza, que conducía a la cabina y a la sección del motor donde estaba el conductor mágico, las Lágrimas de Matteral, brillando intensamente.

“¿Vienes, Celes?”

“No estoy particularmente interesada en alcanzar el clímax en un golem.”

“Que buen humor”, señaló.

Los héroes acababan de eliminar a los ex-prisioneros.

“¡Ha-ha-hah, tontos! No permitiré que persigan a mi compañero, Hube. ¡Ustedes mueren aquí!”

Cuando Shinichi grito, Celes consiguió que el Dragón se moviera usando la magia en las Lágrimas de Matteral.

Mientras los héroes miraban confundidos, los dos tubos de la espalda del dragón se nivelaron sobre ellos: dos cañones tallados en obsidiana y fortalecidos con un hechizo de Protección. Entonces…

“¡Fuego!”

Con un rugido penetrante, cada cañón arrojó dos mil pequeñas bolas de hierro, de no más de media pulgada de diámetro cada una.

La pólvora había sido empaquetada en este cañón para este mismo momento. Juntos, los cañones lanzaron cuatro mil balas. La lluvia de hierro —las balas— convirtió a doscientos héroes en carne picada de un solo golpe.

“¿Q-Qué demonios fue ese sonido?”

“¡No sentí ninguna magia! ¿Cómo hicieron eso?”

Los héroes sucumbieron al pánico una vez más.

Shinichi le dio a Celes su orden.

“Hazlo.”

“Entendido”, respondió ella.

“El Dragón Negro que gobierna debajo de la superficie, la encarnación de la fuerza, concédeme un poco de tu aliento, quema a tus enemigos hasta que no queden cenizas…”

Ella conjuró la imagen más grande y poderosa a la capacidad de su mente, aprovechando la magia de decenas de miles de personas almacenadas en el conductor mágico. Con eso, modificó la realidad para que coincida con su imaginación, presionándola con un encantamiento.

“— ¡False Dragon Breath!”

Sus manos estaban posicionadas para que pareciera como si las llamas negras surgieran de la boca de un dragón, arrasando amplias extensiones de tierra en una explosión mortal. La yerba se despegó de la tierra; trozos de montañas desaparecieron; los cuerpos humanos fueron destrozados hasta sus mismos átomos.

Para cuando el torrente de llamas negras disminuyó, el ejército de 4.700 héroes se había reducido a la mitad.

“Wow…”

A pesar de que él había sido quien lo ordenó, un sudor frío corrió por la frente de Shinichi ante la horrible visión.

No hay palabras para describir la desesperación absoluta que sintieron los héroes al presenciar tal poder destructivo.

“Se acabó… No podemos ganar, incluso si no podemos morir, incluso si seguimos peleando para siempre…”

Sus espadas cayeron de sus manos temblorosas y sus rodillas cedieron.

No importaba si su cuerpo corpóreo no moriría: un cuerpo con un alma aplastada no era diferente de una muñeca de trapo.

Pero el sacerdote impío continuó sin piedad su ataque contra los héroes, que prácticamente eran cadáveres vivos en este momento.

“Recarga”, ordenó Shinichi.

“Sí señor. “Apport”.”

Con eso, los cañones se cargaron. Una vez que fueron recargados, ella los apuntó a los hombres.

“Fuego.”

El horrible sonido rasgó el aire nuevamente, y cuatro mil balas zumbaron hacia los héroes, pero…

“Fortaleza”, canto el Rey Demonio.

Justo a tiempo, un muro de luz apareció frente a los héroes, protegiéndolos de las balas de hierro.

“¿Por qué…?”, comentó uno de los héroes.

“Caray, gusanos. Ni siquiera valen la pena matarlos. ¡¿Y aun así se hacen llamar héroes?!”, grito, reprendiendo al atónito grupo con todo el alcance de su ira. “¿Por qué no pelean? ¿Por qué no están luchando por vivir? Reúnan su coraje y enfrenten a su enemigos sin importar su fuerza… ¡¿No es eso lo que es un héroe?!”

“¡¿Ngh?!”

Cuando fueron reprendidos por su enemigo, levantaron la cabeza, como si les hubieran abierto los ojos por primera vez.

Pero todavía les faltaba la energía para ponerse de pie.

“Pero no somos rivales para—”

“¡No se rindan!”

Una voz enérgica de repente sonó en el campo de batalla, cortando la desesperación.

Los héroes se sorprendieron al ver una figura con el cabello tan rojo como el sol naciente, y con una bufanda carmesí que ondeaba con el viento. La encarnación física de la justicia. Su nombre era—

“¡¿Arian?!”

“Escuché que había desaparecido después de que Hube la acosara sexualmente. ¡¿Pero ella que está haciendo aquí?!”, preguntó uno de los héroes.

“¡Espera, ella no está sola!”

Detrás de ella se asomó una chica con la túnica de una sacerdotisa, que cantó una oración de piedad por los héroes.

“Por favor, cura sus heridas, “Curación”.”

Una cálida luz mágica cayó sobre ellos, cubriéndolos y curando sus heridas. Era como si levantara sus espíritus rotos.

“¡Esa es la Santa!”

“¿Por qué está ella aquí?”

Hubo algunos rumores que circulaban por aquí y por allá de que la Santa se había involucrado con una joven cantante, lo que la llevó por mal camino y la hizo traicionar a la iglesia. Con esta información, los héroes no estaban seguros de qué hacer con esta serie de eventos.

Pero Arian gritó a través del campo, apartando sus últimas dudas restantes.

“Es posible que hayan escuchado historias de que había desaparecido o que Sanctina traicionó a la iglesia. Pero todas fueron mentiras para engañar al enemigo… ¡Así es, fue todo para derrotar a ese peón del Dios Maligno!”

“¡¿Q-Qué?!”

Con un toque extra dramático, puso todo en su actuación, y la multitud le creyó al instante.

“Y en este mismo momento, les pido que reúnan el coraje y se pongan de pie”, dijo Sanctina.

“¡Lady Sanctina!”

Los héroes fueron conmovidos por esta escena y se levantaron con sus piernas temblorosas ante sus palabras.

Megami no Yuusha Volumen 3 Capitulo 5 Parte 4 Novela Ligera

 

Arian les sonrió mientras caminaba lentamente hacia el Rey Demonio.

“No somos aliados. Pero en este momento, creo que tenemos un enemigo aún mayor frente a nosotros.”

“Lo sé.”


Asintiendo, el Rey Demonio y Arian levantaron la vista hacia el enorme dragón que se alzaba sobre ellos.

Mientras los otros presenciaban al todopoderoso Rey Demonio parado al lado de una héroe, esbozaron una sonrisa, con rostros radiantes de optimismo, el polo opuesto de sus expresiones conmocionadas de hace un momento.

“¡Podemos ganar! ¡Podemos vencerlo!”, los hombres comenzaron a cantar hechizos para enfrentar a su enemigo.

Dentro de la cabeza del Dragón, Shinichi contuvo el aliento y trató desesperadamente de no reírse de la escena que se desarrollaba como un manga cursi para niños pequeños.

“Je, je, je. ¡Oh, esto es gracioso…!”, jadeó entre risas.

“No me puedo reír de esto. Los héroes son demasiado lamentables”, espetó Celes, cuestionando si Shinichi era realmente un sacerdote impío. A pesar de tomar parte en sus planes clandestinos, ella estaba empezando a sentirle un poco de miedo.

Este gran plan que se desarrollaba ante los ojos de todos fue llamado, “¡El enemigo de mi enemigo es mi amigo!”

“Todo es gracias a su descontento y desconfianza hacia Hube. ¡Incluso si el mal ha echado raíces, la justicia ganará al final!”, Shinichi se rio.

“¿Exactamente qué parte de este plan hace “justicia”?”, preguntó Celes.

“Bueno, podría ser malvado, ¡pero todo esto es por Rino, así que también es algo bueno!”

Debajo de su máscara, la sonrisa de Shinichi era tan diabólica que no se podría decir que hiciera esto por Rino.

Como director de esta gran obra, agregó los toques finales.

“¡Ha-ha-ha! ¡No son rivales para el poder de Elazok! ¡Hellsaur, acaba con ellos!”

El sonido espeluznante estalló por tercera vez, pero el Rey Demonio y Sanctina usaron “Fortaleza” para repeler la lluvia de balas de hierro. Arian desenvainó su espada mágica mientras corría hacia el dragón.

“¡Toma, Shinichi, eh, quiero decir, sacerdote impío!”

Ella corrió por el suelo más rápido que el viento, cortando la gruesa pierna del dragón.

“¡Hyah!”

La sonrisa de Shinichi se amplió ante el maravilloso ataque.

“Así se hace, Arian. ¡Muy bien, es hora de nuestro contraataque!”

“Imposible”, dijo Celes.

“… ¿Disculpa?”


“No tenemos forma de atacar el suelo.”

“Uh, somos gigantes. ¿No podemos simplemente pisotear o barrerlos con nuestra cola?”

“No podemos movernos porque todo esto es demasiado pesado. De hecho, si nos movemos demasiado, lo destruiremos.”

“¡¿Me estás tomando el pelo?!”, grito Shinichi en estado de shock, pero debería haber sido obvio desde el primer momento.

El Dragon era solo un golem, hecho de tierra.

“¡Guh! Está bien, entonces, tendrás que usar magia para…”, comentó Shinichi.

“Eso también es imposible”, interrumpió Celes.

“… ¿QUÉ?”

“Casi no me queda magia.”

Ella señaló la “Lágrimas de Matteral” detrás de ellos. Eso había estado actuando como su principal fuente de magia. Su rostro mostraba signos visibles de fatiga.

El conductor mágico masivo debería haber sido brillante, lleno de la magia de decenas de miles de personas. A estas alturas, se había vuelto oscuro y nublado: un pequeño fragmento de luz parpadeaba como una vela en el viento.

“Gasté más de mi magia de lo que esperaba, manteniendo unido el gran cuerpo del golem y reduciendo el retroceso cuando disparamos los cañones.”

“Todavía siento que fue demasiado rápido…”

“Oh, tal vez es porque lancé “False Dragon Breath”, que usa el 90 por ciento de mi magia.”

“¡Esa es obviamente la única razón!”

“Nunca he usado tanta magia a la vez. Fue divertido.”

Ella lanzó una sonrisa.

“Entonces… que linda… quiero decir, ¡deja de joderme!”, continuaron bromeando.

Mientras tanto, a sus pies…

“¡Urgh, de repente me siento enferma por alguna razón!”

Con la intuición de mujer alertándola de que Shinichi estaba coqueteando con Celes, Arian dejó escapar su ira cortando los pies del Dragón.

La vista de repente trajo de vuelta el espíritu de los héroes.

“¡Mira! ¡El dragón ya no se mueve!”

“No sé por qué, ¡pero esta es nuestra oportunidad! ¡Vamos también!”

“Sí, ¡no olvidemos que también somos héroes!”

Rodeando al Dragon, pusieron lo último de su fuerza restante en sus espadas y magia. Individualmente, eran débiles, pero colectivamente, comenzaron a romper el cuerpo titánico.

“No podremos durar mucho más”, advirtió Celes.

“¡Bastardos… esos bastardos…!”, gritó Shinichi, dejando escapar el grito de un pequeño animal arrinconado.

Esa fue la señal para poner fin a la farsa.

“¡Héroes, retrocedan!”, retumbó el Rey Demonio, mientras oleadas de poderosa magia salían de su cuerpo.

“¡Todos retrocedan!”, ordenó Arian.

“¡Oh, sí!”

Se apresuraron a alejarse de la bestia medio destruida.

Las comisuras de la boca del Rey Demonio se movieron hacia arriba cuando se enfrentó al golem.

““False Dragon Breath”, ¿hmm?… Algo que no he visto en mucho tiempo.”

Era el mismo hechizo que había lanzado su esposa y su mayor rival, la Princesa Azul de la Guerra, Regina.

Por eso necesitaba responder con un hechizo igualmente poderoso.

“Las llamas azules que brillan bajo tierra, la luz salvadora que creó nuestro mundo de demonios, muestren un momento de su poder destructivo, conviertan a mis enemigos en cenizas…”

Había usado esto una vez antes contra el grupo de Ruzal, pero a diferencia de esa vez, no estaba acortando el encantamiento ni conteniéndose un poco.

Vertió toda su magia restante en el hechizo y creó el sol del mundo de los demonios sobre la superficie.

“¡“Llamarada furiosa azul”!”





Un brillante orbe de fuego bañó el mundo de azul mientras se precipitaba hacia al Dragon.

“¡¿Estás tratando de matarnos?!”, gritó Shinichi.

““Volar”.”

En el último segundo, Celes lo agarró y salieron del Dragon. Shinichi miró hacia abajo mientras el Dragon era tragado por la tempestad ardiente, sin dejar rastro de su existencia.

Una violenta tormenta de viento caliente raspó la superficie del mundo.

“¡Agh!”, Arian, Sanctina y el ejército de héroes se alejaron de las llamas, pero fueron derribados.

El único en pie era el Rey Demonio, inmóvil y sin inmutarse por el viento. Levantó la vista hacia la nube en forma de hongo que florecía sobre el sitio de la explosión, y su mirada mostro insatisfacción.

“Incluso si los héroes me desgastaron un poco, no es excusa para haber hecho solo esta pequeña explosión.”

Él reflexionó que necesitaba reponerse y volver a entrenar si alguna vez quería mostrarle su rostro a su esposa nuevamente.

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Cubiertos de escombros y mugre, el ejército de héroes solo pudo suspirar.

“Él es realmente increíble…”, reflexionó también Arian.

“De ninguna manera podríamos haber ganado contra él…”, comentó Sanctina.

Detrás de ellas, el resto de los héroes seguían conmocionados por la explosión.

“Ha-ha-ha. Una impresionante muestra de poder. Felicitaciones al Rey Demonio por enfrentarse a las fuerzas de Elazok. Por respeto a tu buena pelea, te dejaré, por ahora.”

“No importa cómo lo mires, fuimos completamente derrotados”, murmuró Celes, pero Shinichi decidió ignorar su comentario.

“Pero no cometas el error de creer que esto es todo lo que hay del poder de Elazok. ¡Prepárate! ¡Ha-ha-ha!”

“… Pido disculpas por las molestias, pero cada vez es más difícil mantener el hechizo de volar.”

“¡Solo un poco más, Celes!”, susurró cuando su control sobre la magia comenzó a flaquear.

Shinichi, también conocido como el sacerdote impío, desapareció en el cielo.

Arian los vio irse antes de avanzar lentamente hacia el Rey Demonio.

“No creo que nos conozcamos lo suficiente como para ser amigos. Pero ha aparecido un enemigo mayor. ¿No crees que deberíamos detener nuestra lucha por el momento?”

Ella le ofreció una mano pequeña y pálida, que el Rey Demonio envolvió en su masiva mano azul.

“Nunca hemos deseado la guerra con los humanos. Todo está bien siempre que pueda alimentar a mi querida hija con algunas delicias.”

Las dos especies se dieron un fuerte apretón de manos.

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Siguiendo el ejemplo de Sanctina, los otros héroes comenzaron a aplaudir. Los sonidos de los aplausos llovieron sobre los dos. Arian y el Rey Demonio se dieron una sonrisa irónica mientras continuaban con su apretón de manos.

“Pensé que esto sería vergonzoso, pero estoy empezando a sentirme realmente culpable”, admitió Arian.

“Je, supongo que tienes razón”, respondió.

En el futuro, este momento sería recordado como el “Día de la amistad entre humanos y demonios”. Pero los autores intelectuales detrás de la historia sabían que no era más que una farsa incómoda.

De todos modos, así fue como la lucha sin sentido entre los demonios en Dog Valley y los héroes eternos se detuvo temporalmente.

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