Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: SS Diamantes del Atletismo

Parte 3

 

 

Pasó el tiempo…

—…hey, ¿Qué le hiciste a la presidenta del club?


La vicepresidenta había regresado de su viaje al paraíso vía express y ahora me estaba señalando con la mirada.

—¡No le hice nada! ¿Tú debes haberlo visto,

cierto?

—Vi como frotabas tu gruesa salchicha contra su mejilla. ¿Tú que crees? ¿Me vez cara de maldito binocular? Pervertido, hey—

—¡¡SOLO DI QUE NO LO VISTE Y YA!! Además, ¡¿Cómo puedes imaginar a tu tan adorada presidenta en una situación así?!

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—…ustedes dos, denme un respiro —Acero-san detuvo su rezó musulmán y sacudió la cabeza —Este es un problema que tengo que manejar por mi cuenta, así que no me hagan caso. ¡Lo siento~! Sí, todo está bien. ¡Lo siento~!

—¡No te vez para nada bien!


—Así es. ¿Es culpa del pervertido? ¿El hizo que te sintieras así?

—¡E~Estas equivocada! ¡Sigamos con el juego! ¡Una palabra más y no te daré palmadas en la cabeza sin importar donde aterrices!

—Awawa~ ¡Date prisa ya, pervertido¡, ¡Tira el dado ya!

—Bueno… si estás de acuerdo con esto, entonces supongo que está bien…

Decidí dejar de preocuparme por ellas e hice lo que me dijeron. Seguramente no lo saben, pero, de hecho, tengo una técnica infalible que me permitirá aterrizar en la zona de Tsukiko-chan.

El truco esta en no tirar el dado desde arriba.

Si sostienes el dado de modo que uno, dos y tres miren para arriba, y lo lanzas de costado con la cantidad apropiada de fuerza, aumenta las posibilidades de que cualquier número mayor a ese termine en la parte inferior. Esta es una técnica que Ponta me enseñó cuando jugábamos strip games. A juzgar por cómo ha estado actuando la vicepresidenta, es seguro asumir que no tiene experiencia en esta área. ¡Es una pena! ¡Supongo que le enseñaré a fondo!

—¡Ahí! —Tiré el dado en el momento que me pareció más agradable.

Después de un largo giro, el dado dio su veredicto —un unánime tres.

—¡Bien! —Avancé tres espacios y una vez más miré el tablero.

“Recibe las atrevidas bragas negras de Tsukiko y retrocede tres espacios”.

Estampe mi puño contra el suelo.

—¡Ahí está!

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De todos los espacios, acababa de terminar en ese. Si realmente recibiera algo así, en lugar de volver al principio, probablemente tendría que replantearme toda mi vida.

—B~Bueno, es solo un juego, así que no creo

que…

Acero-san sostenía su cabeza con incredulidad.

—…una mujer no se retractará de su palabra. Todo lo que esté escrito en el Sugoroku de este Rey es ley. Tomaré unas del armario de la casa…

—¡¿A~Algo así realmente existe?! ¡¿Por qué las compraría?!

—Afirmar algo como eso sería una violación a su privacidad, así que me quedare callada.

—¡No tienes ningún derecho a hablar de privacidad después de robarle una de esas a tu hermanita!

Esto es problema alarmante. ¡Mi imagen pura y honrada de Tsukiko-chan se estropeará! ¡Con que cara voy a decir que soy un experto en Tsutsukakushi después de esto!

Ante la desesperación, sacudí los hombros de Acero-san, mientras tanto—

—¿Huh? —La vicepresidenta miró de cerca el tablero, y levantó la voz de manera confusa —Hay algo más escrito aquí.

—¿Eh?

—¿Hm?

Los tres lo miramos más de cerca. Con una escritura muy pequeña, se había agregado algo a la orden.

“Recibe (cualquier cosa a excepción de) las atrevidas bragas negras

de Tsukiko y retrocede tres espacios”.

—¿Q~Qué dices…? —Acero-san parpadeó confundida —No recuerdo haber escrito esto.

—¡¿Entonces quién más agregó esto?! ¡No puedo perdonar una broma tan horrenda!… ¡Ah! ¡Tu!

—¿Por qué me miras, pervertido? Cierra la boca.

Es más, ni respires.

—¿Las cosas son así, Tsunderu-san? ¿O quizás te molesta que tenga la ropa interior de otra chica? ¿Me quieres solo para ti…—?

—Desgarra los seiscientos cincuenta músculos de tu cuerpo y vete a morir como un pedazo de mierda, maldito fetichista de la ropa interior.

—…

Traté de hacer otra broma, pero terminé recordando lo nocivas que pueden ser sus palabras, arrepintiéndome inmediatamente de todo lo que acababa de decir.

En fin….

Mientras la vicepresidenta y yo nos mirábamos, Acero-san volvió a sujetar su cabeza.

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—Grr… no sé qué pasó, pero las órdenes del “Sugoroku del Rey” son absolutas… no se puede evitar. Tendré que darte las mías…

— ¡¿Presidenta del C~Club?! ¿E~E~Estás segura?

—Me costó mucho hablar.

—¡No! ¡Usted no puede! —La vicepresidenta entró en pánico y se interpuso entre la presidenta del club y yo, negando con la cabeza.

Se levantó y fue a su propio casillero. Desde adentro, sacó una falda… no, un sostén… eso tampoco… era algo negro, al menos. Ella lo agarró con fuerza y vaciló por un segundo. Se mordió el labio.

—Toma esto, pervertido —Ella tomó una decisión y me entregó un par de… ¿Calcetines negros?

—…hay muchas cosas que me gustaría cuestionar aquí, pero para empezar… ¿Los calcetines cuentan como ropa interior?

—¿Las utilizas por fuera de tu ropa?

—No… ¿Supongo que no?

—Entonces cuentan como ropa interior. Esto debería ser suficiente para hacer cosquillas a tu fetichismo. A este paso, profanaras a la presidenta del club. Debería poder acostumbrarme a un poco de líquido blanco en mis calcetines. No es demasiado vergonzoso. Te daré tiempo para que hagas lo que vayas a hacer. Solo asegúrate de terminar rápido para que podamos continuar con el juego… no hay ningún otro significado… —Continuó hablando sin que se lo pidieran.

Sin mirarme a los ojos, regresó rápidamente a su asiento.

—…………

Solo pude mirar los calcetines en mis manos por un rato. Fue como un deja vu. Su boca dirá lo contrario, pero prácticamente me impuso su ropa interior… en la vez anterior había circunstancias ‘especiales’ de por medio, pero ahora, solo pude llegar a una conclusión equivocada—

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Básicamente, la vicepresidenta es una fetichista de la ropa interior, y una primeriza para rematar.

En lugar de quitársela a los demás, se excita dándole a otra persona su ropa interior.

Siento un aura muy pervertida que emana de ella y que incluso podría rivalizar con la mía.

—Mierda…

Me provoca escalofríos. Puedo sentirlos corriendo por mi espalda, como un samurái que se encuentra con alguien más fuerte que él. Al mismo tiempo, tenía un extraño deseo de conocerla mejor. Podría sacarle provecho de muchas maneras.

Sin darme cuenta siquiera, le di una sonrisa amable.

—…has cambiado —Dijo la vicepresidenta.

—¿…eh?

—No eras el tipo de persona que se alegraría tan abiertamente por conseguir unas bragas.

—¡¿Q~Que dices?! ¡No es como si yo—!

—Eres diferente del año pasado. Antes eras más apasionado y diligente con el Club de Atletismo. A pesar de que constantemente causabas discordia, especialmente entre la presidenta y los miembros del club, seguías siendo el lubricante que mantenía al club funcionando sin problemas. Como miembro del club, te respetaba.

—Eso es…

—No abras la boca. No quiero oír una palabra más de ti. Actualmente no eres más que un pervertido.

Bueno… hubo un tiempo en el que me vi obligado a sobrevivir sin una fachada. Imagino que ese cambio del que habla la vicepresidenta surgió naturalmente de ello… sin duda alguna es un buen cambio. Los buenos sentimientos honestos ganan contra una mala fachada…

¿Supongo? Por alguna razón, me duele el pecho.

—Vicepresidenta, yo…

—En serio, no puedo creer que te entusiasmaras tanto por llevarte uno de mis sostenes a tu casa para hacerle cosas raras durante la noche. ¿Qué planeas hacer con mis calcetines esta vez? ¿Qué tan indecentes son los límites de tu perversión? Solo imaginarlo me hace temblar los músculos de la espalda. Maldito pervertido.

—…………

—Solo pon los calcetines en tu bolsillo. Asegúrate de devolvérmelos mañana. No es necesario que los laves después.

Me dejo sin palabras…

—…um, Tsunderu-san, por casualidad… ¿Está disfrutando esto, verdad?

—Voy a girar las trescientas cincuenta articulaciones en tu cuerpo en su dirección opuesta como si fueras un muñeco, maldito pervertido de mierda. Como si quisiera. Imposible. Lo dudo. Quién sabe. Realmente ni me entiendo.

—¡Acabas de delatarte tú misma!

¡Malditos fetichistas de ropa interior!

—Cuando más pienso sobre el pasado, realmente te respeté durante el primer año… pero también es cierto que detesto a los lambiscones falsos y lameculos como tú. Comparando eso con mi impresión actual, igualmente no me agradas. Maldito pervertido

—La vicepresidenta habló sin remordimiento alguno.

—……..hm.

Por otro lado, Acero-san aparentemente se cansó de todas sus disculpas y nos miró con envidia.

—Sí, ustedes dos pueden llegar a ser amigables si realmente quieren serlo.

—¡De ningún modo!

—Imposible.

Nuestras voces se superpusieron de nuevo.

—…ya que la vicepresidenta se salta un turno, ahora es me toca a mí —Acero-san lanzó el dado —Si algo extraño aparece de nuevo… si me veo obligada a hacer algo horrible de nuevo… no creo tener la confianza para perdonarme a mí misma… —Ella gimió como una niña entrando en la pubertad.

Resulta que quien estaba recibiendo el mayor daño aquí fue la misma artífice del juego. Pero ahora que lo ha comenzado, tiene que quedarse hasta el amargo final, porque así se maneja la mafia.

El dado de Acero-san le dio un cinco.

—Uuu… ¿Qué dice esta vez? No quiero leerlo…

—Umm… “Besa a los demás participantes en la


boca y comparte tu amor”……… ¡¿Eh?!

Casi me muero de un ataque de tos.

¡¿Qué es esto?! ¡Acero-san debe haber estado loca de la cabeza cuando creó esto! ¡Sin mencionar que parece estar a punto de estallar en lágrimas por su propio juego!

—¿Q~Qué debo hacer…? No podré enfrentarme a él de nuevo… —Ella me miró, y luego comenzó a llorar de verdad.

…hey, eso duele…

—Hay algo más escrito aquí también —La vicepresidenta habló con tono venenoso —Dice “Mira la parte de atrás”.

—¿Atrás?

La letra se veía como la de la anterior penitencia. Quitamos nuestras fichas de jugador y le dimos la vuelta al papel. Fuimos recibidos con papel blanco puro, excepto por unas pocas palabras escritas en la esquina, que parecían ser una letra de niña.

[Primero: hay cosas que puedes hacer en un juego y cosas que definitivamente no deberías hacer. Segundo: las personas que obedecen ciegamente las reglas de este Sugoroku son raras. Tercero: ¿De verdad tienes tiempo para hacer estas cosas, hermana?]

—…….





—…….


—…….

Los tres nos limitamos a mirarnos.

—Suficiente juego por hoy…

—Sip…

—…si.

Llegamos a un consenso por esta vez y acordamos nunca volver hablar del asunto.

***

 

 

Escuchamos el timbre sonando fuera de la ventana. Marcó el comienzo del sexto período. Al final, terminamos saltándonos casi todas nuestras clases de la tarde.

—Permítanme analizar los resultados con detenimiento —Dijo Acero-san, mientras trabajaba en una disculpa para su hermanita —¿…podríamos decir que la operación “Diamantes del Atletismo” tuvo una tasa de éxito del 80%?

—¿¡Y donde quedo ese 80%!? —Me senté en una esquina de la sala del club, y la vicepresidenta se sentó en la esquina opuesta lo más lejos posible de mí.

Ambos estamos bastante agotados por la terrible experiencia. Lo que ganamos no tiene precio.

Fue un juego realmente horrible.

—Las personas simplemente tienen ciertas afinidades con otras personas. Incluso si la vicepresidenta no quiere llevarse bien conmigo, está bien, ya que eso no implica que le vaya ir mal al club. Por el contario, eso nos da la oportunidad de brillar por nuestra cuenta.

—Eso es imposible —Acero-san negó sin rodeos —La operación de Diamantes del Club de Atletismo no tenía como objetivo reforzar sus talentos, sino establecer una nueva pareja de diamantes. Necesitaba tu ayuda para eso.

—¿Huh?

—Se suponía que ustedes dos se convertirían en los dos lados de un diamante, y con dos parejas de diamantes, obtenemos cuatro lados. Lo que significa que, si agregáramos a tu hermano menor y a mí, podríamos tener una cita doble de diamantes…

—¡¿Eh?! —Golpeé mi cabeza contra la pared.

Debí imaginarlo. Debido a su naturaleza atrasada, ya debió llegar a la etapa juvenil donde le interesan estas cosas.

—…lo leí en una vieja revista que encontré dentro del almacén deportivo. Si tienes problemas para invitar a salir a alguien, puedes intentarlo bajo el pretexto de que acompañaras a una pareja en una salida y seria incomodo ir sola. Lo he estado pensando mucho.

Tu hermano menor siempre muestra una audaz indiferencia hacia mis invitaciones. Por eso quería pedirte ayuda a ti y a la vicepresidenta. Ustedes son los compañeros en quienes más confió, y me gustaría que me ayudasen para que las cosas funcionasen… tu sabes… con mi héroe… —Acero-san juntó las yemas de sus dedos y comenzó a sonrojarse.

La última parte la habló con un tono demasiado bajo como para ser oída. Ella de divertirse mucho.

Parece que incluso los héroes que ya no existen en mi mundo pueden formar parte del suyo.

—¿Cómo lo digo…? Bueno…

¡Me darán unas ganas enormes de abrazarte si sigues poniendo esa cara! No sucederá, pero en la posibilidad aleatoria de que mi hermano menor comience a salir con Acero-san, podría terminar malcriándome demasiado.

Sin embargo, alguien más hizo añicos mis fantasías.

—Ir a una cita con un pervertido es imposible —Comentó vicepresidenta.

—Bueno, no puedo decir que no esperaba esa respuesta.

—La cita doble se convertirá en una cita nocturna doble. Eso es lo que estabas imaginando. ¿Verdad, pervertido?

—No recuerdo haber dicho nada de eso.

—Es imposible. Una cita doble sería ridícula. Nunca. Preferiría morir. En realidad ¿Por qué tengo que morir yo? Muérete tu primero, pervertido. Muere y conviértete en flor. Si mueres, todo se acaba. No hay nada más duro que la muerte. Supongo que morir es la mejor opción.

—¿…Tsunderu-san?

—Sin embargo, si es el deseo de la presidenta del club, no se puede evitar. ¿Digan la fecha? —La vicepresidenta me miró y se encogió de hombros.

Como resultado de eso, la presidenta del club comenzó a trabajar a fondo en la segunda parte de la Operación “Diamantes del Atletismo”.

—¿Ehhh…?

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Me quedé pasmado.

Jeje, en realidad parece que no tengo la menor idea de lo que pasa por la cabeza de esta chica. Nunca la tuve y parece que eso continuara por un tiempo.

—¿Mmm…? ¿Por pasa? ¿Por qué esa cara? —Por alguna razón, esta Tsunderu-san comenzó a actuar como una Tsundere-san real.

Sin embargo, mientras me rascaba la mejilla, grité a todo pulmón (al menos dentro de mi cabeza), mi opinión sincera sobre este mundo cotidiano.

¡¡UNA FANTASÍA COMO ESTA NUNCA SUCEDERÁ!!

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