Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: SS El Sinbad De La Iglesia

Parte 2

 

 

Las angelicales voces del coro reverberaron incluso fuera del convento. Cada nota estaba en perfecta armonía. Como si no hubiera una sola cosa que le faltara… como si no le faltara nadie.

—Um…





Ante esta situación, la niña de la bata sucia se mordió el labio y apartó su mirada de la iglesia. Solo se le quedo mirando fijamente a un matorral como si fuera el mayor descubrimiento científico de la década.

Por mi parte, no sabía que decirle…

—¿…debería hablar con la monja?

—¿Sobre qué?

—Que llegaste tarde porque ayudaste a Yaji-san. No creo que te hubieran regañado de la forma que lo hicieron sabiendo ello.

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—……… —La niña que se quedó fuera del coro

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no respondió.

Estrujo sus ojos, aunque no había suciedad en ellos. Solo los rastros visibles de sus lágrimas.

—Vamos juntos —Insistí.

Pero ella negó con la cabeza

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—¿Qué pasa? ¿No llorabas porque la monja se enojó contigo?

—No lo estaba.

—No, definitivamente estabas llorando.

—No estaba llorando.

—Si lo estabas.

—Nunca he llorado en toda mi vida.

—¿A pesar de que hace no más de dos minutos estabas llorando como una bebé con mocos saliendo de su nariz? Oh, ¿Te estás sonrojando? No hay necesidad de estar avergonza~ ¡Guho!

Para mi sorpresa, la niña me dio un golpe bastante impresionante en el estómago.

—Qué repugnante elección de palabras.

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—Si…

¿En qué tipo de cuadrilátero aprendió eso?

Su mano derecha dorada 23 temblaba con rencor, pero su mirada permaneció aburrida.

—…yo jamás lloraría. Y, de cualquier manera, no me importan las prácticas de ese estúpido coro. Los niños de la iglesia son como extraños para mí, e incluso si intentaras convencer a esa bruja de los pimientos, ella no escuchara. No le importo a nadie. A fin de cuentas, no necesito a nadie —Habló clara y sin rodeos, mientras miraba a la nada.

Lo más probable es que esas solo sean las excusas que se dice a sí misma. Básicamente, se dio por bencina bajo el pretexto de estar rodeada por enemigos imaginarios, a pesar de no ser más que una mocosa.

—Eso no es cierto…

—¿Y tú qué sabes de mí, huh?

—¡Lo suficiente! —Sacudí sus hombros.

—¿De… de veras?

Lentamente me dirigió la mirada.

  • Posiblemente una referencia a un personaje del Capitán Tsubasa.

—De veras. No digas que no tienes aliados. ¿Porque no le das una mano al caballero de confianza que tienes por delante? ¡Salgamos juntos de este sucio mundo y recorramos la pradera verde de la vida! ¡¡Llego la hora de la princesa!!

—En serio, eres tan repugnante…

Por un segundo, me lanzó una mirada asesina, pero todavía deseaba convertirme en un héroe. Cielos, la influencia de las novelas ligeras sí que es aterradora. Asegúrense de leerlas con moderación.

Sin embargo, ese súbito brote de gallardía Simbadiana sería la clave de mi desesperación.

—¿…siempre hablas así?

—¿Qué quieres decir?

—Como un bobo. Tus palabras suenan vacías.

—Uh… —Ella me miró como si estuviera completa y absolutamente disgustada.

Ahí fue cuando lo note.

Podrá ser una niña, pero definitivamente era mucho más perspicaz que yo.

—Solo quieres actuar genial ¿Verdad? Ni si quiera tienes lo que se necesita para convertirte en mi aliado. Seguramente te olvidaras de mí una vez que termine el día.

Había dado en el blanco…

—¡Y~Yo nunca haría eso!

Pero mi lengua traicionó mis verdaderos sentimientos.

Solo me estaba emborrachando con mis fantasías de heroísmo. Y es que al final de todo, solo soy un chico que únicamente sabe utilizar palabras prestadas.

—Mmm, ¿Eso dices? —La niña se encogió de hombros de una manera extrañamente adulta.

Aparentemente, ella no iba a presionar más.

Cuando me di cuenta de eso, suspiré de alivio.

—¿Me crees ahora?

…en todo caso, las comisuras de su boca se curvaron ligeramente en una sonrisa ofensiva.

—¿Sostendrías esto por un segundo? —Me entregó a Yaji-san.

Esa coneja estaba llena de todo el amor de Ponchi, y vaya que era pesada.

—Cierra los ojos.

—¿Mmm? ¿Por?

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—No… no me hagas decirlo en voz alta —Dijo con una voz insegura.

Inmediatamente, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

¡Ohhh! ¿Es esto lo que creo que es? ¡He leído sobre esto! ¡¡Un beso de gratitud de una chica!! ¡Me alegro de haber actuado como un héroe!

…pero en serio, ¿Quién podría culpar a un joven por cerrar los ojos en una situación como esa? Percibí la calidez de su rostro acercándose al mío. Incluso creí escuchar el sonido de un cinturón desabrochándose.

Clank*

Uff, las chicas de hoy en día sí que son agresivas.

—Inclínate un poco.

—Claro…

—Saca la lengua.

—Si…

—Ahora salta.

—Aja… ¿Saltar?

Hice lo que dijo, dando unos ligeros saltos en el

aire.

De repente, sentí como una brisa fría pasaba por mi mitad inferior. Como la sensación de libertad justo antes de meterse a la ducha.

Con una horrible premonición enviando escalofríos por mi columna, abrí lentamente los ojos y las pequeñas manos de la niña bajando mis jeans y mi ropa interior.

—……………………..¿Ah?

—Ahora, di queso.

Un clic resonó luego del flash de una cámara.

Cuando abrí los ojos, vi a la niña sosteniendo su teléfono. Incluso lo giro para que pudiera ver la pantalla

Me acababa de tomar una foto.

¿Y cómo salía yo en dicha fotografía, se preguntarán?

Agachado, con la lengua hacia afuera, los brazos extendidos… y completamente desnudo del ombligo para abajo…

¡Bienvenidos a la Savannah! ¡Aquí pueden ver un elefante africano—!

—¡¿Gyaaaaaa?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué estás haciendo?!

¡¿D~Detenteeeeee?!

Entré en un estado de pánico total y mis piernas cedieron. Caí al suelo. Como mis brazos estaban ocupados cargando a Yaji-san, tampoco pude subirme los pantalones. A mi elefante dormido le hizo cosquillas la hierba.

—¡Jejeje, idioooota!

Y lo peor de todo es que la niña ni siquiera tuvo piedad. Corrió alrededor de mi cuerpo y se convirtió en una fotógrafa profesional mientras sonreía de oreja a oreja. No dejo ningún lugar sin encuadrar e incluso tomo fotografías de lugares de mi cuerpo que ni yo conocía.

Oh Dios mío. El diablo se oculta bajo tu iglesia…

***

 

 

Todo parecía indicar que la misa del domingo había finalizado. Percibí el repique de múltiples pasos cruzando la acera. A eso le siguió el sonido de las bisagras en la vidriera cerrándose y los murmullos de las personas benevolentes regresando a sus casas. El mundo continuó girando sin mí. Y en lo que parecía ser el extremo opuesto de este mundo, yo yacía tirado en el pasto, ultrajado e humillado, luego de que se robaran mi dignidad. Toda la luz se había desvanecido de mis ojos, y parecía un cadáver viviente… como me gustaría decir que eso fue una hipérbole…

Al otro extremo de la moneda, la inescrupulosa niña permaneció sentada a mi lado con las piernas cruzadas. Contempló su nueva colección de fotografías como un paparazzi revisando su sustento.

—¿Entonces esto es lo de un chico, Huh…? Esta

lindo.

—Ya nunca poder casarme… —Me puse a llorar en silencio.

Se sintió como algo que sucedería después del acto. Y para aquellos que no comprendan los matices detrás del enunciado “después del acto”, pregúntenle a Mami o a Papi. Estoy muy seguro de que ellos lo entenderán.

—¿Ha? ¡Así que realmente puedes sentir vergüenza!

—¡¡Por supuesto!! ¡¿Que te crees que soy?!

Si existiera un pobre diablo que pudiera mantenerse tranquilo aún con los pantalones abajo, entonces ese sería un total pervertido. Sentí que había perdido algo precioso para mí como ser humano. ¡No quiero acostumbrarme a sentir apatía ante algo como esto!

—Dijiste que te convertirías en mi aliado, ¿Verdad?

La chica guardó su teléfono y me miró.

—Te vez como la clase de idiota… que olvidaría su promesa al día siguiente. Y pues, decidí que lo mejor sería obtener una garantía de tu lealtad.

—Así que básicamente…

—Si me traicionas, subiré estas fotos a Internet. Eres un estudiante de secundaria, ¿Verdad? Me pregunto cuántos de tus compañeros tienen redes sociales.

—¡…!

¿Cómo es posible que una persona tan atrevida pueda tener un carácter tan terrible?

Naturalmente, estaba hablando de mí mismo.

Me pregunto si llegará el día en que pueda dejar de balbucear tonterías en el fragor del momento. Incluso ahora en el presente, tengo problemas para responder a eso.

—Llámame Emi. ¿Cuál es tu nombre?

—…Yokodera. Youto Yokodera…

—¿You´to? Está bien. Yo si fuera tú, Youto, vendría aquí cada fin de semana a partir de ahora. Si te rehúsas, pues… hallare la manera de esparcir estas fotos. ¿Me has entendido, Youto?

—…………..

¿No está llevando las cosas demasiado lejos? Ceder al terrorismo ahora sería malo para la educación de esta niña. ¡Qué mierda, si es que el próximo año me convertiré en un estudiante de preparatoria! ¿Quién se cree ella, chantajeando así a un adulto?

—Entonces, ¿Cuál es tu respuesta, Youto?

—…………… —Ejercí mi derecho a permanecer

en silencio.

¡Esta es mi voluntad de resistencia determinada! ¡Soy un verdadero héroe! Simbad reencarnó ¿Porque yo no podría? Además, ¿Siquiera importan tanto unas fotos? Es su palabra contra la mía. Será un proceso largo, incómodo y hasta doloroso, pero solo tengo que soportarlo. Un héroe tiene que recibir una paliza a veces ¡Porque soy como Simbad!

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—Ah, ya veo. Así que ese es el juego que estamos jugando…

Emi cambio su cara amargada por una sonrisa confiada.

Ella se quitó su bata.

Debajo solo había una blusa blanca, y abrió algunos de los botones de esta blusa, dejando al descubierto sus hombros.

—Qué… qué estás haciendo…

—Kyaa, nooo, alguien, ayúdame~

—¡¿Eeeeeeh?!

—¡Ayúdenme por favor! ¡Este pervertido quiere violarme! ¡Incluso tengo unas fotos como prueba~!

—¡Gyaaaa! ¡Lo entiendo! ¡¡Lo entiendo!! ¡¡Lo hare!! ¡¡Así que por lo que más quieras, no llames a nadie!! —Dijo el estudiante de secundaria llorando mientras se postraba a los pies de una jovencita semidesnuda.

¿Simbad? Eso es solo ficción. ¡En la realidad los héroes no hacen más que sufrir!

—Entonces, Youto. ¿Qué vas a hacer el sábado de la semana que viene?

—¡Vendré corriendo aquí como si mi vida dependiera de ello!

—Jajaja. Buen chico~ buen chico~ —Emi soltó una risa terriblemente simpática.

Y así fue como conocí a esta niña del demonio.

Resulta que mi damisela en apuros no era una conejita inofensiva ni nada por el estilo.

En realidad, fue criada por un luchador profesional y tenía la terrible personalidad de un conejo asesino…

Hentai Ouji to Warawanai Volumen 4 Capitulo 3 Parte 2 Novela Ligera

 

***

 

 

…y ahí lo tienen… aunque dramaticé algunas cosas aquí y allá, la mayor parte de esta historia es verdad. Esos fueron los detalles de todos los problemas que me precedieron. Una tragedia que ha sacudido la vida ordinaria de este pobre estudiante de secundaria. Ya sea que hable, escriba o escuche sobre el hecho, de solo recordar me brotan las lágrimas. Desde ese día, efectúe mi rutina de visitar la iglesia… en realidad, han pasado tres meses desde ese fatídico mayo.

En otras palabras, durante los últimos noventa días, me he visto obligado a visitarla todos los sábados y domingos. Exámenes de ingreso, prácticas del club, juegos, amor, eroges, videos de chicas y hasta el solo derecho de jugar con otros niños; todas esas cosas le fueron quitadas al bueno de mí.

En su lugar, ahora tengo que gastar todo mi tiempo con una antipática niña de primaria…

Me pregunto si realmente puedes sondear las profundidades de esta dificultad que me ha estado atormentando. Quiero decir, inclusive el horario para visitarla estaba tallado en piedra.

El coro tiene práctica todo el día durante los sábados y la misa se da los domingos. Tres de cada cuatro veces, Emi iniciaría una pelea y saldría corriendo al patio trasero para quejarse en el jardín de lilas. En el caso de que no sucediera nada, igualmente caminaría por el jardín con una cara de pocos amigos. Y luego me vería obligado a seguirle el juego a ese demonio, a la vez que desesperadamente intentaba cumplir con sus caprichos—

Por ejemplo, escribir una carta.

~

—¿Acaso no tienes ninguna habilidad o talento especial? Tu sabes, algo por el estilo.

Mientras masajeaba los pequeños hombros de Emi como siempre, ella mencionó un tema al azar.

—¿Talento especial? Bueno, no es por presumir, pero soy bastante bueno haciendo sonreír a las chicas.

—Para ya con esa mierda repugnante, por favor.


—¡Quita el dedo del botón de “Enviar”, ¿De acuerdo?! ¡No tengo nada de eso! ¡Soy alguien que no podría convertirse en un héroe! ¡Un humilde miserable!

—Ya lo sé. Nadie te pidió que fueras un héroe. ¿Y qué hay de tus pasatiempos?

—Hm… leer libros, supongo. Me gusta la literatura.

—¿Literatura? Qué bicho raro. ¿Eres bueno escribiendo?

—No, escribir y leer son dos cosas completamente diferentes.

—Ya veo. Entonces, escribe una carta. Dirigida a mí.

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—¡¿Me estas escuchando?! ¡¿Y qué tipo de carta podrías querer?!

—¡No seas tan quisquilloso! ¡Una carta es una carta! Puedes preguntar cualquier cosa, cómo qué estoy haciendo ahora, como estoy o algo por el estilo.

—¿No te gustaría más un correo electrónico en su lugar?

—¡No! ¡Escribe una carta! ¡Quiero tener una!

—Huh…

Siempre que Emi hacía peticiones ridículas como esta, probablemente era porque estaba de mal humor luego de la práctica del coro.

Esta vez, debió haber visto a las demás niñas intercambiando cartas y se sintió molesta por ello.

Después de todo, si se escapa durante las prácticas, al final nadie vendrá a buscarla para jugar con ella.

Imagino que debe ser difícil no tener amigos para una niña de su edad…

—¿…aunque sea puedes esperar hasta mañana? Necesitaré un tiempo para pensar qué escribir.

—¡Si! ¡Si escribes una buena, incluso podría darte una recompensa! —Emi asintió con satisfacción mientras le masajeaba los hombros

—Sí, si…

Supongo que su actitud de mierda es solo su manera infantil de lidiar con el estrés.

Viéndolo de esa manera, quise apoyarla

¿Quién sabe? Tal vez solo sea el Síndrome de Estocolmo hablando por mí, pero por esta vez, sentí el heroico deseo de acompañarla en su crecimiento.

~

Al día siguiente.

Querida Emi

¿Recordaste limpiar tus dientecitos? ¿Te mantienes calentita por las noches? ¡¡Tu Onii-chan te extraña muchísimo…!!

A mitad de la lectura, Emi aplastó la carta entre sus manos y la convirtió en una bola.

—…oye.

—¿Si?

—¡¿En qué mundo me convertí en tu maldita hermanita?! ¡¿Por quién me tomas?! ¡¿Estás buscando pelea?!

—Bueno, hasta yo pensé que fue un trabajo penoso.

—¡¿Entonces por qué lo escribiste en primer lugar?! ¡¿Solo querías hacerlo, verdad?! ¡¡Eres una mierda!!

—O eso dices tú…

—¿Decir qué?

—…tu sabes. Por casualidad ¿Tu corazón no sintió nada cuando leíste la carta? Tal vez llegues a una nueva conclusión si lo meditas con calma.

—¡¡Muérete!! ¡Y no te desvíes por la tangente! ¡No hay manera de que sienta algo por ti, y definitivamente no quiero ser la hermanita de una cosa tan repugnante! —Sin remordimiento alguno, arrojó la postal arrugada directamente hacía los arbustos.

Después de eso, continuamente fui regañado y abusado por el resto del día. ¡Si tuviera cinco centavos por cada vez que me llamó repugnante, sería rico!… he, siempre quise soltar una línea como esa. ¿Ahora quién es el imbécil, Emi? ¡Incluso podría utilizar ese dinero para pagar los servicios una bien equipada Onee-san!

Y aunque esas fantasías ciertamente lograban consolar mi corazón torturado, aun no perdía las esperanzas de sentar cabeza entre todo este infierno.

¡Arriba la esperanza junto con las banderas!

~

Más tarde ese mismo día, me concienticé sobre la gravedad de tirar basura vergonzosa con mi nombre en un sector público, así que me dispuse a buscar la carta entre los arbustos, pero al final no pude encontrarla. Incluso tuve el menguado juicio de firmarla.

¿A qué se deberá este milagro? ¿Le crecieron piernas y se escapó?

Cuando le pregunte a Emi al respecto, solo me esquivo con una mirada seca.

—……….quizás fue arrastrada por el viento, o se

la trago la tierra. ¿Yo que se? ¿Porque alguien querría llevarse a su casa una cosa tan repugnante?

—Mmm… y si tal vez; solo tal vez, ¿Cierta niña maleducada la aprecio lo suficiente como para guardarla en su cofre de recuerdos—?


—¡¿C~Cómo se te ocurre una idea tan repugnante?! ¡Ve a ver a un médico, pedazo de mierda!

—No tienes que ser tan dura…

—¡Cállate! ¡Cállate! ¡¡CALLATE!! ¡Idiota de los pimientos! ¡Idiota~ idiota~ idiota~! —Una vez más, procedió a gritarme con dureza.

Ciertamente no se equivoca al llamarme idiota, pero tampoco es para exagerar. Hasta alguien como yo puede sentir dolor, ¿Saben?

¡Siente algo de pena por el pobre de Yokodera!

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