Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 2

Capítulo 1: Un Día En La Vida De Los Demonios

Parte: 1

A lo largo de las orillas de un río que fluye, las aldeas agrícolas de todas las formas y tamaños se extienden a lo largo y ancho entre Dog Valley y el Reino. En una de esas aldeas, un jefe frunció el ceño, perplejo, mientras examinaba los rostros de sus peculiares clientes.

“Veinte cajas de papas, un animal de ganado y un poco de aceite de oliva… ¿Estás seguro de que quieres darme treinta monedas de oro por eso?”

“Sí, por supuesto”, se rió un comerciante, Manju, mientras asentía.

Era un hombre de estatura media y constitución promedio sin rasgos distintivos. Según lo prometido, le entregó el oro al jefe de la aldea.

Las pesadas manos del jefe fueron pesadas por las pesadas monedas, obligándolo a tambalearse. A pesar de que gobernaba un pueblo de cien residentes, esta era la primera vez que tenía una cantidad tan grande de efectivo en sus manos.

“Realmente me estás dando treinta piezas, ¿eh…? Ya sabes que podrías obtener estas cosas por la mitad del precio si fueras a la ciudad, ¿verdad?”, Preguntó, dudoso sobre el trato que era demasiado bueno para ser verdad.

Pero el comerciante solo sonrió gentilmente.

“Está perfectamente bien. Solo piense en ello como un consejo o una muestra de mi amistad. Espero que sigamos haciendo negocios en el futuro”.

“Si ese es el caso, supongo…”, dijo el jefe tímidamente.

A decir verdad, estaba preocupado de desagradar al comerciante al insistir en que era demasiado, lo que podría hacer que en realidad exigiera la devolución de su dinero. Con inquietud guardó las monedas en el bolsillo de su pecho sin decir nada más.

Mientras Manju observaba cómo el jefe le quitaba el oro, se rió para sí y llamó a la bella criada, que estaba jugando con los niños un poco lejos.

“Ya es hora de que empecemos”.

“Entendido”, respondió ella.

“Aw, señorita, ¿vendrá a visitarme de nuevo?”

“¡Oh, y por favor trae más dulces la próxima vez!”

“Mientras estén bien con eso”, respondió ella.

Los niños del pueblo ya la querían y estaban tristes de verla irse, especialmente cuando eso significaba que no recibirían más dulces, una rareza en su pequeña comunidad.

Mientras Manju observaba a los niños gritar adiós, continuó con su sonrisa genial, saltando a su carro tirado por caballos, que estaba repleto de productos. Partieron hacia el noroeste.

Cuando el jefe se dio cuenta de hacia dónde se dirigían, los llamó en pánico.

“Espera un segundo, no estás pensando en ir a Dog Valley, ¿verdad?”

“Sí, ¿hay algún problema?”

“¿Estás loco? ¡Esos demonios malvados están ahí!”, Hizo un llamamiento al comerciante descarado.

La sangre continuaba saliendo de su pálido rostro mientras contaba esta horrible historia.

“Escuchen. Hace aproximadamente un mes, algunos demonios aparecieron en un área abandonada e indómita llamada Dog Valley. Estas eran las mismas criaturas que la Diosa Divina sello en las entrañas de la tierra, las mismas bestias inmundas en las leyendas y los mitos. El Reino envió a seis mil de sus soldados para exterminar a estas alimañas desagradables, pero el ejército fue aniquilado casi de inmediato. Incluso los héroes de la Diosa huyeron por miedo a sus vidas. Te digo esto por tu propio bien. Tienes que tomar un camino diferente”, concluyó en un último esfuerzo para hacerlos reconsiderar.

Estaba insinuando que los harían pedazos sin guardias para escoltarlos a través de las tierras ocupadas.

Pero su cliente explotó sus preocupaciones y dejó escapar una fuerte carcajada.

“Ja, ja, ja, no hay necesidad de que te preocupes. Vinimos por Dog Valley en el camino hacia aquí, y no había un solo demonio malvado.”

“¡E-Estás mintiendo!”

“¡Es la verdad! El hecho de que estoy aquí es prueba suficiente. No hay demonios malos allí.”

“P-Pero…”, protestó.

El jefe de la aldea aún no estaba tan seguro. Después de todo, había visto a los soldados llevando a sus camaradas caídos con sus propios ojos.

El comerciante asumió que ese era el caso. No presionó más el punto.

“Pronto vendremos a comprarte más comida. Cuando lo hagamos, solo recuerde: es perfectamente seguro”, enfatizó, aunque no especificó qué era lo “seguro”.

El jefe se quedó estupefacto cuando los vio dirigirse hacia el noroeste.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para no ver más la aldea en la distancia, el comerciante y su criada finalmente deshicieron el hechizo de Ilusión.

“Oh hombre, esos estereotipos sobre demonios realmente son profundos”.

Se había transformado de un comerciante promedio a su forma original:

un chico de cabello negro. No era mal parecido, pero su cruda personalidad era de alguna manera clara en su rostro. Pero incluso mientras decía esto, Shinichi Sotoyama no parecía demasiado molesto, aunque dejó escapar un pequeño suspiro.

Junto a él, la doncella con el pelo azul también se fundió en su apariencia real: un demonio. Tenía la piel oscura, cabello plateado y, por último, pero no menos importante, orejas largas y puntiagudas.

“Sabía que se sentían así, pero no fue divertido escucharlos insultar a los demonios frente a mí”, comentó Celes, la doncella del Rey Demonio.

Su ceño se arrugó ligeramente con disgusto.

“Quiero decir, a pesar de que ellos fueron los que comenzaron una guerra, terminamos matando a la mitad de su ejército. Y eso es un hecho”, dijo Shinichi.

Bueno, para ser exactos, los soldados caídos resucitaron usando magia, lo que significa que el número de muertos llegó a un total de cero. Pero el que alguna vez murió albergaba algunos miedos e ira realmente intensos hacia ellos, y sabía que estos sentimientos no desaparecerían tan fácilmente.

Más importante aún, la Diosa Elazonia difundió el mensaje de que “todos los demonios son malvados”. Con sus enseñanzas religiosas en los corazones de muchos, no sería una tarea fácil superar estos estereotipos y prejuicios contra la raza demoníaca.

“Es por eso que nos queda mejorar la imagen poco a poco”, continuó.

Recorrerían un montón de aldeas para comprar cosas a diez veces el precio minorista. Construiría su reputación como un comerciante generoso y seguiría diciendo que en “Dog Valley no hay demonios malos” y “Realmente he hecho algunos negocios con los demonios sin ningún problema”. Con el tiempo, estos rumores se extenderían y cambiarían la percepción del público sobre ellos….

“La generación anterior es más obstinada, por lo que será más difícil para ellos darle la espalda a las enseñanzas de la Diosa. Para ellos, el prejuicio es sentido común. Pero los niños toman tiempo para desarrollar esa conciencia. Lo que significa que pueden ver a los demonios como realmente son”.

“Por eso me dijiste que diera dulces a los niños”, se dio cuenta Celes.

“Eres un cabrón sucio y podrido”, su cara se contorsionó de asco.

Sus ojos se abrieron de golpe. En sus interacciones cotidianas, ella siempre usaba una máscara inexpresiva, y esto era realmente una vista rara.

“¿Estás enojada porque me aproveche de los niños? Espera, Celes, ¿te gustan los niños?”

“¿Y si dijera que sí?”

“Diría que tienes un lado sorprendentemente gentil. Creo que serías una madre maravillosa”, bromeó Shinichi, burlándose de ella con esa pequeña sonrisa molesta.

En todas y cada una de las oportunidades, hizo todo lo posible para llegar al comentario más extraño que podía sacar de ella. Quería ver su expresión compuesta escaparse de su rostro con ira o vergüenza.

Pero ella no seguiría recibiendo los comentarios.

Inclinándose más cerca de su rostro, apretó sus grandes senos entre sus brazos mientras respiraba en su oído, “Quiero tener muchos hijos”.

“¡Agh!”, Shinichi farfulló.

No había esperado un golpe tan crítico. En su estado nervioso, tiró de las riendas de sus caballos, causando que relincharan molestos.

Mientras continuaba tosiendo y calmándose, Celes se apartó de él.

“Justo como pensaba”, comentó desapasionadamente.

“No puedes manejar este tipo de bromas”.

“¡Siempre lo llevas demasiado lejos!”

“Tu empezaste”, replicó ella distante. Su rostro todavía estaba abatido.

Mientras la miraba, algo hizo clic en el cerebro de Shinichi.

“Celes, ¿te hice sonrojar?”

“No me estoy sonrojando”.

“Está bien, claro, si tu cara no está roja, déjame verla”.

“No me sonroje”, negó obstinadamente.

Mientras continuaba buscando venganza y presionando a la elfa de piel oscura, sus labios temblaron en otra sonrisa sucia.

Su carro se acercó a Dog Valley, y los caballos relincharon como para decirles: ¡Consigan una habitación, ustedes dos!

***

Entre las laderas de dos cordilleras montañosas había un valle conocido por su suelo duro e infértil. Se obtendría poco de la entrega de sus tierras, y la cantidad de mano de obra requerida para desarrollarlas sería desproporcionada en beneficio. Tenía sentido por qué todos los países vecinos la habían abandonado.

Pero incluso en estas terribles condiciones, Dog Valley tenía una extensa parcela de tierra con tierra suave y recién labrada, un verdadero campo de cultivos (actualmente en construcción).

“Hey, todos realmente se están metiendo en eso”, comentó Shinichi mientras detenía el carrito.

En el campo, el orco con cabeza de cerdo y el minotauro con cabeza de toro empuñaban enormes azadas, haciéndolas caer con todas sus fuerzas. En medio de estos colosales demonios, una figura solitaria golpeaba el suelo con un arado, más rápido que nadie.

Cuando él saludó a la gente, ella corrió hacia él con una sonrisa.

“¡Shinichi, bienvenido de nuevo!”

Con un sombrero de paja resistente, parecía la imagen perfecta de la hija de un granjero. Esta era la ex-héroe Arian, apodada ‘Red’ por su cabello rojo.

“¡Estoy contento de estar de vuelta! Parece que has estado trabajando duro”, elogió Shinichi con una sonrisa irónica.

En el lapso de dos días, mientras iban y venían de regreso al pueblo, ella había logrado trabajar la tierra del valle tan lejos como podía verlo.

“Tee-hee-hee, me emocioné un poco, sabiendo que mi fuerza puede usarse para algo más que pelear”, admitió Arian.

Desde que podía recordar, había girado su espada involuntariamente para ganarse la vida, primero como una cazadora de monstruos y luego como una héroe. En su libro, un trabajo que no requería que lastimara a nadie era un trabajo que valía la pena y, aunque era difícil de imaginar, se estaba divirtiendo mucho trabajando en el campo.

“A veces ayudaba en las aldeas cuando viajaba con mi madre. Pero no pude quedarme mucho tiempo, así que…”

“Supongo que sería una visión aterradora ver a una niña haciendo surcos”.

Él le acarició el pelo en agradecimiento.

Una vez más, había visto un atisbo del dolor que había sufrido para ocultar que era medio dragón por miedo a ser perseguida.

“Nadie se quejará de eso aquí. Haz todo lo posible.”

“¡Lo haré!”

Para ser sincero, todos los demonios tenían músculos en vez de cerebro.

Solo les interesaba la fuerza. Así que ellos no discriminarían.

Es por eso que Arian, que asentía enérgicamente, ya no escondía las escamas en la base de su cuello con su bufanda. Sus escamas rojas brillaron y parpadearon cuando tomaron el sol. Eran la prueba física de ser mitad dragón.

Mientras continuaban hablando, los demonios se dieron cuenta y dejaron de trabajar para reunirse a su alrededor.

“¡Shinichi! ¡Celes! ¡Bienvenidos a casa, oink!”

“¿Esto es algo humano que podemos cultivar en los campos, muuuu?”

En su curiosidad, el orco y el minotauro Kalbi tomaron algunas papas del carro para inspeccionarlas.

“Sí, compré algunas papas porque son fáciles de cultivar”, explicó Shinichi.

Shinichi amaba las ciencias, particularmente la química, tanto que tenía algunas estructuras moleculares almacenadas en su cerebro. Desafortunadamente, el alcance de su conocimiento sobre la agricultura fue algo que recogió de los programas de televisión y manga.

Incluso si pudiera lanzar “Buscar” para recuperar algunos recuerdos olvidados, no podría recordar algo que ya no sabía, por supuesto. Lo que significa que no conocía los detalles del cultivo de trigo o arroz. Por eso recogió papas, ya que había plantado algunas en la escuela primaria.

“Estaba hablando con los aldeanos, y parece que es demasiado tarde para sembrarlas, pero, eh, probablemente estará bien”.

En este mundo, los agricultores sembraron cultivos a principios de primavera y los cosecharon en verano, y nuevamente en otoño e invierno: dos cosechas completas, como en la Tierra.

Era principios del verano y los días se estaban volviendo más cálidos. Los cultivos crecerían un poco más lentamente ya que se plantaron en el momento equivocado, pero era más importante adquirir experiencia en la siembra, el cuidado y la cosecha.

Arian sonrió en acuerdo a través de la explicación de Shinichi.

“He cultivado papas antes”, dijo radiante. “¡Tienes razón! ¡Son realmente fáciles de cuidar!”

“Ooh, ¿cómo lo haces, mu?”

“Umm, bueno, primero las pones al sol y esperas a que comiencen a brotar, luego los cortas en cuatro…”

Kalbi prestó toda su atención mientras Arian explicaba cuidadosamente el proceso en detalle. Shinichi sonrió aliviado de que parecían llevarse bien.

Detrás de él, una pequeña cabeza sobresalía de la enorme pila de papas.

“¡Umu!”

“Oh, me olvidé de este pequeño”.

El cerdo estaba ocupado llenándose la cara de papas. Tenía solo un pie de largo.

“Aw, ¡qué adorable!”, Gritó Arian mientras miraba al lindo cerdito con ojos brillantes.

“¡¿E-Es mi hermano, oink?!”, preguntó Sirloin, como si acabara de reunirse con un hermano perdido de hace mucho tiempo.

“No hay forma de que podamos hacer algo de cría de animales a gran escala ya que tenemos cero experiencia, pero pensé que podríamos intentar criar ganado con esto”.

“¡Oh, sí, un cerdo es uno de los animales más fáciles de criar como ganado!”, Agregó Arian.

“… ¿Uh, ganado?”, Dijo Sirloin. Su cara de cerdo estaba congelada en su lugar mientras escuchaba su animada discusión.

“¿Quieres decir que vas a comer a este bebé, oink?”

“Una vez que lo engordemos”.

“¡No puedes hacer eso, oink!”, Gritó Sirloin, envolviendo sus brazos alrededor del cerdito y protegiéndolo de Shinichi.

“¡No te dejaría comer a mi hermano! ¡Incluso bajo una orden de Su Alteza, oink!”

“¡Umm!”, Chilló el cerdito como si dijera: Sí, lo que dijo.

“Ah, sí, está bien.”, afirmó Shinichi con una sonrisa seca.

No se inmutó por esta razón. De hecho, esperaba que sucediera. Es como si los humanos no quisieran comer monos o chimpancés.

Vemos demasiado de nosotros mismos en ellos. Estaría cerca del canibalismo. Shinichi estaba pensando en algo con este sentido mientras trataba de encontrar una manera de persuadir a Sirloin.

Sin embargo, Kalbi intervino para asustarlo más.

“Sirloin, esta es una comida sagrada, una ofrenda a Su Alteza y Lady Rino, muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ¡No puedes ser tan egoísta, muuu!”

Kalbi sorbió mientras babeaba y chasqueó los labios, mirando hambriento al cochinillo.

“¡No intentes ser un buen hablador! ¡Solo quieres comértelo tú mismo!”

“¡E-Eso no es cierto, muuu! Además, ¡ya has comido jabalí! ¡Solo come cerdos también, muuuu!”

“¡Los jabalíes no son lo mismo que mis hermanos, oink!”

Celes observó a los dos graznando el uno al otro y murmuró para sí misma.

“Tal vez deberíamos ir a comprar un ternero después”.

“No digas eso”, advirtió Shinichi.

No era motivo de preocupación para el minotauro con cabeza de toro, solo que el ganado requería mucha más comida que los cerdos, lo que los hacía muy difíciles de criar.

“De todos modos”, aplacó, “si estás en contra de eso, no mataremos al cerdo”.

“¿En serio, oink?”

Los ojos de los dos cerdos brillaron de esperanza.

“Sí, de verdad”. Su sonrisa era cegadora.

“Simplemente tomaremos su carne sin matarlo”.

“… ¿Qué?”

“Bueno, si lo engordamos, podemos raspar un poco de su carne y curarlo antes de que muera. Entonces conseguiremos carne para siempre, ¿verdad? ¡Es el sistema de producción de carne perfecto, hecho posible con magia!”, Reveló Shinichi, eufórico e impresionado por su propia idea asombrosa.

Podría resolver por completo la escasez de alimentos en todo el mundo. Todos los demás, sin embargo, retrocedieron un paso de él, con el rostro pálido.

“Shinichi, eso es tan cruel…”

“No quiero comer eso. Eso es desagradable, muuu”.

“Si mi hermano pasara por ese infierno viviente, lo salvaría de su miseria con mis propias manos, oink…”

“¿Eres quizás la reencarnación del Dios Maligno?”

“¡¿Qué…?!”

Shinichi gritó con incredulidad.

Sacudió la cabeza, confundido acerca de cómo su plan totalmente sorprendente fue calificado tan bajo.

“Ugh, supongo que pensé que sería genial, ya que este mundo todavía no tiene carne cultivada o plantas de fabricación…”

“No se trata de “este mundo” o “ese mundo”. Hay algo mal con tu cerebro”, respondió Celes.

Ella tenía razón: enfrentaría un montón de reacciones violentas contra este plan en la Tierra, al menos en el siglo XXI.

“Además”, continuó, “curar heridas extensas requiere mucha magia, lo que significa que no muchos podrían hacerlo”.

“También está ese problema”.

No sería un problema si estuvieran hablando de un pequeño corte o dos. Pero requeriría tanto poder mágico para restaurar el músculo perdido, tanto que solo el Rey Demonio, Celes y Rino podrían lanzarla.

Es posible que necesiten su energía para defenderse. Claro, se hicieron amigos de Arian y derrotaron al obispo Hube, lo que significaba que el Reino Jabalí no planearía ningún ataque en el corto plazo, como mínimo. Pero la iglesia de la Diosa podría ir tras ellos en cualquier momento. Sería un verdadero problema si no pudieran defenderse porque habían desperdiciado toda su magia en la comida.

“Oh, bueno, supongo que cancelaré el plan “Carne ilimitada.””

“¡Yay, oink!”

Cuando Shinichi se rindió a regañadientes, los dos cerdos soltaron un gran suspiro de alivio, junto con Arian y los demás vigilando la escena.

“Pero si los cerdos y las vacas están fuera de discusión, creo que podemos criar… ¿gallinas?”, Comentó Shinichi.

“Lady Nugget, la Arpía puede objetar”, bromeó Celes.

“Está bien, entonces criemos caballos”.

“Sir Rumpsteak, el Centauro puede objetar”.

“Está bien, entonces solo comeremos limos”.

“Entendido”.

“¡Cualquier cosa menos eso!”, Gritó Arian, rechazando la sugerencia de Shinichi con una cara de color rojo brillante.

A decir verdad, estaba un poco traumatizada por los limos, desde que había sido tragada por un limo súper poderoso, disolviendo su ropa y exponiendo su cuerpo desnudo a Shinichi. Incluso si ese no hubiera sido el caso, como humana, ella dudaba mucho de comer un monstruo malvado.

“Hmm, pero apuesto a que los limos son un excelente ganado, ya que apuesto a que comerían lo que fuera y se multiplicarían rápidamente”.

“Shinichi, tú también eres humano, ¿verdad? ¿Cómo puedes estar de acuerdo con esto?”, Preguntó Arian.

“Eh, bueno, es bastante común comerse a tus enemigos derrotados en juegos de rol de fantasía”.

No era solo eso: era japonés. En Japón, no tuvieron problemas para devorar cangrejos y calamares, criaturas que alguna vez fueron vistas en Occidente como monstruos malvados. Incluso comerían ovarios de peces globos extremadamente tóxicos y los encurtirían.

“¿No quieres probar un poco de gelatina de limo hecha con oviductos de rana gigante?”

“Ugh…”

“¿Qué tal panqueques gigantes hechos con huevos?”

“¡Eso suena bien!”

Puede que nunca haya oído hablar del libro infantil japonés Gu i y Gu a, pero seguía siendo el tipo de chica que se emocionaría si mencionaras panqueques gigantes.

“¿Correcto? Y si lo piensas bien, los monstruos son solo animales, mutados porque han estado expuestos a la magia. Lo que significa que originalmente comenzaron como las vacas y los cerdos promedio, por lo que está muy bien comerlos.”

“Yo… ¿supongo?”

Su personalidad honesta la hizo crédula. Sin mencionar que estaba cegada por el amor. Ella tomó sus palabras al pie de la letra.

Mientras la criada de piel oscura observaba a esta inocente chica ser sacudida, se detuvo con un largo suspiro.

“¿Podrías dejar tu charla a un lado para que podamos descargar los productos en la bodega del castillo?”

“Oh sí. Arian, ¿tú también quieres venir?”, Preguntó Shinichi.

“¡Sí!”, Respondió ella, asintiendo alegremente y saltando para sentarse a su lado.

Sentado entre dos hermosas mujeres, Shinichi comenzó a mover el carro hacia el castillo, una criada tetona a un lado y una medio dragón de pecho plano por el otro.

Cuando el minotauro y otros demonios los vieron partir, de repente notaron que el cerdito corría alrededor de sus pies.

“Entonces, ¿qué vas a hacer con él, muuuu?”

“¡Criaré a mi hermano tan finamente como pueda, oink!”

“¡Umu!”, Gritó triunfante el joven cerdito.

Más tarde asumiría su posición como la mascota del castillo y su sistema de eliminación de desperdicios de comida.

***

El equipo dividió el montón de papas en dos grandes pilas. Llevaron las que pretendían ser semillas de papa a la bodega y la otra mitad a la cocina del castillo.

Con la montaña de papas frente a ellos, se pararon en la cocina agarrando sus cuchillos con los puños apretados.

“¡Ahora comenzaremos la primera competencia anual de pelado de papa! ¡Sí!”

“¡Haré lo mejor que pueda!”, Gritó Arian.

“Estás haciendo algo extraño otra vez…”

Celes observó a la pareja compartiendo un enérgico choque de palmas. No obstante, tenía una papa en la mano, lista para participar, a pesar de su irritación externa.

“Pero ¿por qué pasar por la molestia de quitar la piel? Podríamos comerlas tal como están.”

“¿Qué? ¡¿La comerías con la piel puesta?!”, preguntó Arian incrédula. Sus ojos se abrieron de sorpresa por el serio comentario de Celes.

Habían pasado unos días desde que Arian había venido a vivir al castillo del Rey Demonio. Pero ella todavía estaba lidiando con la gran diferencia en sentido común entre humanos y demonios, sin mencionar su conocimiento y costumbres de nivel base.

“Hay algunas formas de cocinarlas con la piel puesta, como las papas fritas, pero generalmente las pelas. ¿Recuerdas la sopa que tomamos en esa taberna? Tenía las papas peladas, ¿no?”, Preguntó.

“Ahora que lo mencionas, sí”, confirmó Celes, satisfecha con su explicación.

Acercó su cuchillo a la papa pero se detuvo e inclinó la cabeza confundida con una mirada seria en su rostro.

“¿Y cómo hago para pelar una?”

“Sip. Tenía la sensación de que ibas a decir eso.”

Shinichi asintió con la cabeza, encantado de que la mucama con múltiples talentos y cara de acero le recordara a una chica cursi, torpe y despistada.

No era que Celes fuera menos hábil que otros o una torpe tonta en la cocina.

Para empezar, no había forma de saber sobre comida en el mundo de los demonios, no por falta de conocimiento, sino porque los demonios eran catastróficamente asquerosos. Esto significaba que no había razón para que el demonio refinara sus habilidades culinarias.

Para un demonio que solo había aprendido a cortar, hervir y asar cosas de formas y tamaños aleatorios, la tarea de pelar papas era una tarea inimaginable e imposible.

“Muy bien, Chef Arian, por favor enséñale a Celes el truco secreto para pelar papas”.

“¡¿Ahhh?!”

“Casi siempre lo he hecho con un pelador de verduras. Supuse que sería mejor pelarlos con un cuchillo”.

“Supongo que estoy acostumbrada, pero no estoy segura si soy lo suficientemente buena como para enseñarle a alguien”, Arian gritó humildemente.

Ella comenzó a pelar la papa en su mano.

Debido a que había pasado mucho tiempo viajando sola y haciendo su propia comida, era una experta en quitar la piel. Sería ir demasiado lejos decir que ella era una experta culinaria entrenada, pero ella pelaba cuidadosamente la piel en cintas en diez segundos.

“Sí, así es como lo haces”, anunció.

“… Mis disculpas. ¿Podrías volver a comenzar? ¿Cuál fue el encantamiento o hechizo que usaste?”, Preguntó la sirvienta.

“Um, no, bueno, no usé magia”, se rió Arian con ironía.

Celes todavía parecía sorprendida, como un niño al que se le acaba de mostrar un truco de magia. Arian envolvió sus brazos alrededor de la criada desde atrás, guiando sus manos mientras intentaban pelar la papa.

“Está bien, no muevas el cuchillo. Gira la papa en su lugar…”

La mayor de las dos, Celes, comenzó a pelar nerviosamente la papa, mientras Arian la guiaba y animaba. Con esta maravillosa escena frente a él, la cara de Shinichi se iluminó con una sonrisa.

“Arian-Celes, ¿eh…? ¡Apoyo totalmente esto!”

“¿Qué gritaste de repente?”, Preguntó Arian.

“No le hagas caso. Siempre hace esa cara cuando tiene algo sucio en mente”, se burló Celes.

Shinichi sintió el hielo del resplandor de la doncella una vez que ella descubrió su motivo oculto. Él casi la ignoró mientras tomaba una papa.

“Está bien, ustedes dos solo pelen un tercio de las papas y las hierven.

Hornearemos y cocinaremos el resto de ellas después”.

Quería que todos los residentes del castillo probaran las papas y aprendieran con sus paladares lo deliciosa que podía ser su cosecha.

Después de delegar estas tareas, Shinichi puso una olla honda en el fuego y vertió aceite de oliva, el artículo más caro de su pequeño viaje. Luego, tomó papas y las cortó en tiras, con las pieles todavía.

“¿Qué estás haciendo?”, Preguntó Arian, mirando en su dirección, extremadamente interesada en este nuevo método de cocción.

Shinichi le devolvió la sonrisa cuando dejó caer las papas en forma de palo en el aceite.

“Debe ser un trabajo duro triturar y prensar aceitunas. Quiero decir, este aceite era más caro de lo que pensaba. No creo que haya suficiente para que todos las prueben, pero quería darle a nuestra princesita una muestra del mejor plato de papas”.

Pensó en todos los chefs del mundo, gritándole por otorgarle a la comida chatarra el título de “mejor plato”, pero sirvió las papas fritas y las terminó con un poco de sal.

“Tengo la impresión de que las papas fritas todavía no se han introducido en este mundo”, dijo Shinichi.

Una sonrisa malvada se dibujó en su rostro mientras calculaba cómo podría ganar un asesinato vendiendo esto.

Shinichi llevó el plato para una prueba de sabor a Rino, la hija seriamente angelical del Rey Demonio y la que había impulsado a los demonios a pisar el mundo humano.