Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 8

Capítulo 2: La Aventura Solo Comienza De Verdad Cuando Puedes Elegir El Destino Por Ti Mismo

Parte 2

Me dirigía a casa desde la escuela ese día.

Como era el primer día del semestre, la escuela terminó al mediodía y todos se quedaron en clase hablando durante unos minutos, luego se dirigieron a casa en un gran grupo. Yo ya estaba lo suficientemente acostumbrado a eso que incluso si no jugaba un papel protagónico, al menos podía defenderme sin sentirme demasiado incómodo. Así que eso no fue un problema, pero…

… Estaba nervioso por lo que venía después.

—¡Wow, no hemos caminado a casa juntos en mucho tiempo!

Me dirigía a casa desde Kitayono con Mimimi, que sonaba extremadamente alegre.

Sí, estaba con Mimimi, la misma chica con la que había pasado tanto durante el festival. Una vez caminamos juntos a casa después de la ceremonia de clausura y hablamos sobre querer que las cosas fueran lo más normales posible entre nosotros… pero era más fácil decirlo que hacerlo.

—Sí…

No pude evitar sentirme demasiado tímido.

Mimimi no debe haber estado nerviosa, o tal vez solo lo ocultó bien. Ella no estaba actuando particularmente antinatural y, como de costumbre, sacaba alegremente un tema tras otro.

—Entonces, ¿cómo estuvieron las vacaciones de invierno? Su voz alegre y enérgica se unió al viento frío de enero.

Eran las dos de la tarde. Los rayos oblicuos del sol solo parecían enfriar el aire, y metí mis dedos entumecidos en los bolsillos.

—Vacaciones de invierno…

Volví a pensar en ello, sin palabras. Quiero decir, todo en lo que podía pensar era en ir a un café con Kikuchi-san, ir al santuario con Kikuchi-san, todos los recuerdos involucraban a Kikuchi-san. Incluso yo sabía que este no era el momento para ser demasiado honesto acerca de mis pensamientos.

La Sabia Mimimi debe haber adivinado la verdad porque se rió alegremente para relajar el estado de ánimo.

—¡Oh, lo siento, lo siento! Fuka-chan, ¿verdad?

—Um…

—¡Te lo dije! ¡Se supone que debes actuar normal y no preocuparte por estas cosas!

—Cierto.

Supongo que eso no fue lo suficientemente seguro para ella porque gritó,

“¡¡Recomponteeee!!” y me golpeó el hombro.

—¡¡Ouch!!

Ella se rió. Yo reaccioné involuntariamente a su movimiento característico, que juro que ella realizó con más poder que nunca.

—¡¡Golpeaste demasiado fuerte!!

Me resistí a su tiranía con todas mis fuerzas, pero ella solo se rió y se negó a responder. ¡Que idiota!

—¡Has tenido las vacaciones de invierno para poder soportarlo! ¡Solo sé el de siempre ya! ¡Ya ni siquiera me importa!

—… ¿No te importa?; Pregunté, mirándola a la cara. Ella se rió de mi ansiedad. —¡Para nada!

Su sonrisa era tan completamente alegre que ni siquiera podía distinguirla de la Mimimi previa a la obra de teatro, y aunque sabía que lo estaba haciendo intencionalmente, no tuve más remedio que creerle.

Incluso si todavía se aferraba a varios sentimientos, quería que las cosas fueran normales. Lo que probablemente significaba que debía esforzarme tanto como pudiera para ser normal.

—¡Está bien, si insistes, te lo diré! ¡¡Desde el principio hasta el final, en detalle!!

—Oh, por cierto, Cerebro, ¿decidiste lo que vas a hacer después de la preparatoria?

—Cambiando el tema sobre mí, ¿eh?

Mimimi se rió de mi tonto acto.

—Sí. Ya he oído suficiente sobre las vacaciones de invierno.

—¿Qué demonios…?

Sonreí irónicamente. Ahora estaba recordando cómo ella siempre hacía las cosas a su manera. Aunque, ahora se sentía diez veces más a su manera que antes.

De todos modos, planes después de la preparatoria. Vaya, ella encontró mi punto débil.

—Aún lo estoy pensando.

Ella me dio una mirada sorprendida.

—¿En serio? ¿No vas a ir a la universidad como todos los demás?

—Oh, sí, eso es probablemente lo que haré, pero…

—¿Pero qué?

Aunque su voz era tranquila, detecté un brillo de ávido interés en la profundidad de sus ojos.

—Solo me pregunto si está bien decidir sin pensarlo bien primero.

—Hmm…; Ella lentamente se giró de mí hacia el camino frente a nosotros. —Eso suena como algo que dirías tú, Cerebro. O sea, no vas a tomar atajos. Vas a tomar esto en serio.

—¿Así lo ves? ¿Pero qué hay de ti?; Pregunté casualmente a cambio.

Me estaba acostumbrando cada vez más al flujo de conversación básico, por lo que ahora podía hacerlo sin pensar. Practicas el mismo combo una y otra vez en el modo de entrenamiento y luego lo usas en un juego real. Después de un tiempo, se convierte en puro reflejo. Los jugadores lo entenderán.

—¿Yo? Solo pensé que ser normal e ir a la universidad.

—Eh. Solo el hecho de que hayas decidido eso es asombroso. Yo todavía no estoy seguro de lo que quiero hacer.

A pesar de que sospechaba que finalmente terminaría yendo a la universidad, elegir un camino sin razón o base iba en contra de mi credo de jugador, por lo que aún no me había decidido por completo. “Cargando ahora…” fue probablemente la forma más precisa de describir mi estado actual.

—Interesante…; Dijo Mimimi, mirando al cielo con una cara seria. —En ese caso, en realidad soy peor que tú. Ya que acabo de decir que iría a la universidad sin pensarlo realmente.

Ella entrecerró los ojos ante la luz brillante.

Honestamente, hace unos meses, probablemente habría insistido en levantarle el ánimo y menospreciarme, pero…

—¿En serio? No creo que uno sea mejor que el otro.

… Ahora pude medir la distancia entre ella y yo, y decir honestamente que ambos teníamos nuestras ventajas y desventajas, lo que me parece una respuesta más sana.

—Me pregunto si es así.

—Es cierto. O al menos, yo creo que lo es.

Es por eso que pude creer en mí mismo lo suficiente como para impulsar mi punto. En el juego de la vida, el nivel de Mimimi aún era incuestionablemente más alto que el mío, pero a mi manera, pude expresar mi punto de vista con confianza sin ser servil.

—Bueno, entonces, déjame preguntarte, ¿de qué no estás seguro? ¿Qué hay de malo en ir a la universidad?

—Um, no estoy seguro de cómo decirlo.

Si le explicara mis valores de jugador en esos términos, ella podría tener dificultades para entender. Hacer un esfuerzo para alcanzar tu objetivo era el principio básico del juego, y ser franco, practicar o avanzar a la siguiente etapa sin saber lo que querías hacer no era un buen enfoque. Entonces, ¿cómo pongo eso en términos sencillos?

—Es como…… no sé qué camino tomar hasta que decido con seguridad lo que quiero.

Eso se sintió bien. Cuando quise encontrar una base para mi camino, lo que quería estaba primero.

—¿Lo que quieres?

—Sí.

Siendo ese el caso, la razón por la que no podía decidir qué hacer después de la preparatoria probablemente era porque todavía no había descubierto lo que quería hacer en la vida a largo plazo.

A diferencia de los juegos normales, los objetivos preestablecidos no existen en la vida. Todo este tema es decidir una dirección basada en lo que tú mismo quieres hacer.

Esencialmente, lo que Hinami llama mi “gran objetivo”.

—…Hmm, lo que quieres…; Mimimi repitió esas palabras, reflexionando sobre ellas.

¿Qué quería hacer? ¿Qué camino debo tomar?

Aquí estábamos, parados en una bifurcación en el camino de la vida cuando ni siquiera habíamos pensado realmente en el futuro.

Pero el tiempo no se detenía para nosotros. Estábamos siendo tragados por una ola imparable.

—Sí, esa es la cuestión. ¿Qué quiero?

Es el invierno de nuestro segundo año de preparatoria. Tenemos diecisiete años.

Todavía estamos muy lejos de la edad adulta, pero tampoco puedes llamarnos niños. Me di cuenta de que me cuesta algo de valor actuar como un experto en la vida, pero eso no viene al caso. Es una época enloquecedora, porque ni siquiera tenemos los medios para decidir cómo será nuestro día a día.

Pero sorprendentemente hay poco tiempo para pensar en lo que se avecina y tomar una decisión.

—Me pregunto qué estaremos haciendo todos dentro de diez años.

—… Diez años, ¿eh?

El comentario de Mimimi fue repentino y vago, y era difícil no pensarlo seriamente.

Diez años. Nuestra veintena estaría llegando a su fin y nuestros esfuerzos empezarían a dar sus frutos.

—Me pregunto qué tipo de trabajo estaré haciendo o si estaré casada para entonces.

—Sí…

No podía imaginar mi propio futuro en absoluto, así que traté de imaginarme el de Mimimi.

—Me imagino a ti… sacando a beber a un grupo de compañeros de trabajo más jóvenes, como

¡Vamos, solo una copa!

—Ah ja ja, ¿qué diablos? ¡Definitivamente sueno como una solterona!

—¡Es posible!

Ambos sonreímos.

—¡Una chica comienza a ponerse nerviosa si todavía está soltera a los veintisiete años! Eres muy grosero, ¿lo sabías?

—Ah ja ja, lo siento, lo siento.

Ambos reímos de nuevo. Sí, nos va muy bien con estos tontos intercambios.

—¿Y qué hay de mí, tu Cerebro…?

Por alguna razón, ella se veía un poco triste mientras se humedecía los labios pensativamente.

—Apuesto a que estarás muy lejos. En algún lugar que ni siquiera puedo imaginar; Dijo ella.

—Jajaja. ¿Qué significa eso?

Me reí casualmente. La tristeza aún estaba en los ojos de Mimimi, pero ella sonrió conmigo y asintió como si entendiera algo. En cierto modo, ella actuaba como si esta fuera su despedida y yo me marchaba.

—Quiero decir, realmente me siento así. Estarás como, ¡Quiero hacer esto! y saldrás corriendo, y ni siquiera te detendrás cuando la gente te diga que eres raro, y luego, un día, harás algo increíble y dirás, ¡Te lo dije!

—¡Wow, sueno increíble!

¿Fue así como ella me vio?

—¡Definitivamente! O tal vez te escapes y seas un gran fracasado.

—Un extremo o el otro, ¿eh?

Ella se rió burlonamente…….. Pero en serio, realmente creo que eso es lo que sucederá.

—… ¿Simplemente huyendo a algún lado?

Honestamente, no podía decir que estaba equivocada. Yo era el que se había obsesionado con jugar Atafami y terminó como el jugador con la mayor tasa de victorias en Japón, y en este momento, estaba tratando de descubrir qué quería en la vida. Cuando lo pensaba, podía encontrar mi vida futura tan fascinante como Atafami.

Cuando lo encuentre, estoy bastante seguro de que me mantendré firme sin importar lo que digan o quién lo diga. Está en la sangre de nanashi.

—Podrías tener razón.

—¡¿Cierto?!

Por alguna razón, se veía muy feliz de que yo hubiera estado de acuerdo con ella.

—¡Cuando lo pienso así, siento que podremos vivir nuestras propias vidas!; Ella continuó.

—Sí, quizás…

Vivir nuestras propias vidas.

Es un poco triste, pero también realista, y definitivamente sin sonar como un arrepentimiento.

Ambos caminábamos por las calles residenciales de Kitayono hacia nuestras propias casas, en un día todavía demasiado frío para decir que era el final del invierno.

—¿Qué quiero hacer…?

Era el invierno de mi segundo año de preparatoria. Yo tenía diecisiete

La preparatoria se sentía como si fuera a durar para siempre, pero ya estaba a más de la mitad. Sólo quedaba un año y unos pocos meses.

Tuve que elegir una cosa y dejar atrás las otras posibilidades, y todavía no tenía la razón o la motivación que necesitaba para tomar esa decisión.

¿Sería capaz de decidir?

—Esa es la pregunta.

Cuando llegamos a la esquina donde usualmente nos separamos, Mimimi y yo miramos en direcciones opuestas.

Finalmente, Mimimi murmuró algunas palabras, estoy segura de que más para sí misma que para mí.

—… Será mejor que lo piense un poco más.

No me sorprendió ver la misma mirada vagamente triste y solitaria en sus ojos.

—Espero que ambos lo averigüemos; Dije, girándome hacia ella.

Ella se volteó hacia mí y se detuvo por un segundo, pero luego asintió alegremente.

—¡Yo también! Bueno, ¡nos vemos, Cerebro!

—Okay, te veo mañana.

Con eso, cada uno partió en su propia dirección.