Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 8

Capítulo 1: Las Nuevas Historias Siempre Comienzan En El Primer Pueblo

Parte 4

Los cuatro caminábamos hacia la puerta que salía del santuario.

—Esta sí que es una combinación inusual…

Mirando alrededor de nuestro grupo, intencionalmente mencioné un nuevo tema.

—¡Ah, ja, ja, lo sé! ¡Siento que esta es la primera vez que realmente hablé con Fuka-chan! ¡No tuve muchas oportunidades de participar en la obra!

—Sí, estuviste metida todo el tiempo en el comité; Dijo Nakamura.

—¡Exactamente! ¡Espero que podamos salir más en el futuro, Fuka-chan!; Izumi le sonrió a Kikuchi-san, quien le devolvió la sonrisa.

—Yo también, Yuzu-chan.

—¡Hurra!

Se llevaban muy bien, y me conmovió el corazón escuchar a Kikuchi-san llamar a Izumi

“Yuzu-chan”. ¡Lo tienes!

—¿Por qué estás sonriendo como una niña?

—¿Eh?

Y Nakamura estaba burlándose de mi otra vez. Pero ya estaba acostumbrado. No creas que puedes salir impune, amigo.

—¿“Como una niña”? Solo estoy sonriendo.

—Lo que sea. Estoy preguntando por qué.

Una respuesta decente, pero me subestimó. De hecho, tenía una razón.

—Es genial ver que Izumi y Kikuchi-san se llevan bien.

—Oh, eso; Dijo, como si eso explicara todo……… Kikuchi luce diferente ahora.

—¿Qué quieres decir?; Pregunté, aunque me hizo sentir muy incómodo escuchar el nombre de Kikuchi-san sin el san.

Nakamura estaba mirando a las dos chicas. —Es más fácil hablar con ella ahora. O algo así.

—…Uh-Huh.

No pude evitar sonreír de oreja a oreja. Nakamura me miró.

—Vamos, en serio, ¿qué pasa con esa sonrisa femenina?

—Es una sonrisa completamente normal.

—¿Cuál es la diferencia?; Él soltó una leve risa y luego volvió a mirar frente a él. Kikuchi-san estaba hablando con Izumi con una atmosfera tranquilizadora.

—Supongo que eso es lo que sucede cuando una chica consigue un chico; Dijo Nakamura en tono burlón antes de sonreír.

—…Nope; No iba a darle este.

—¿Eh?

—No se trata tanto de conseguir un novio…

—¿Qué? Dilo claro.

Se lo dije directamente, tal como se me ocurrió. —Ella quería cambiar, así que cambió.

—… ¿Es así?

Él miró su teléfono y nos quedamos en silencio durante unos segundos. Luego se volteó hacia mí y me dio una sonrisa que afirmó su dominio.

—Bien; Dijo secamente, pero no podía decir si había emoción en su voz o no.

Como de costumbre, no dio señales de que esto lo hubiera afectado de alguna manera. Pero no pensé que quisiera hacer daño.

—Sí; Dije, coincidiendo con su desinterés casual. —Realmente es genial. Yo le sonreí, tratando lo más que pude de mostrar mi propio poder.

***

—Desee con entrar en la primera escuela que elija.

—¡Eso es tan típico, Shuji!

—¿Qué hay de malo con eso?

Los cuatro caminamos bajo la puerta torii, dejando los terrenos del Santuario Hikawa. De acuerdo, técnicamente hablando, los terrenos también cubren los pocos cientos de metros de camino fuera de la puerta, pero durante la mayor parte del año, es solo un camino común, por lo que no se siente como parte del santuario.

—Bueno, es temporada de exámenes; Dije, asintiendo.

Estábamos hablando de lo que habíamos deseado cuando rezamos en el santuario. Me estaba uniendo, aunque estaba nervioso por lo que diría cuando fuera mi turno.

—Si soy tan típico, ¿tú que deseaste, Yuzu?

—¿Quién? ¿Yo?

—Acabo de decir tu nombre, ¿con quién más estaría hablando?

—Um, no puedo recordar… ¿La paz mundial?

—Mentirosa.

Izumi se sonrojó un poco y obviamente estaba tratando de ocultar su verdadero deseo. Me pregunté por un segundo qué podría ser antes de darme cuenta de que incluso yo podía adivinarlo. Habían estado saliendo durante un par de meses y estaban completamente enamorados, además ella se había sonrojado cuando Nakamura le preguntó, lo que

probablemente significaba…

—¡Déjame en paz! ¡¿Qué hay de ti, Tomozaki?!

—¿Yo?

—¡Sí tú! Acabo de decir tu nombre, entonces, ¿con quién más estaría hablando?

—Esto suena familiar.

—¡Cállate!

Había demasiada presión para responder, y cedí. Ese tipo de fuerza emocional central es una característica normal.

—Eh, yo…

No estaba seguro de qué hacer. No es que no pudiera decir mi deseo, pero era totalmente aburrido…

—¡Dinos!

Izumi aumentó la presión sobre mí, a pesar de que solo se estaba quitando el foco de atención. muy astuta.

—P-Probablemente no estarías interesada. Nakamura parecía estar molesto por mi torpeza.

—A quién le importa, no es que esperemos mucho en primer lugar.

—B-Bueno…

—Cuanto más lo pospongas, más difícil será decirlo.

—Supongo que tienes razón…

Me vería obligado a decirlo de todos modos, así que cuanto antes mejor. Con toda esta extraña atención sobre mí, ya se estaba volviendo más difícil decirlo. Kikuchi-san estaba un poco expectante y no quería decepcionarla.

Así que decidí ser honesto sobre lo que había deseado en el santuario.

—Yo… deseé recuperar todo lo que puse. Nakamura e Izumi me miraron confundidos.

—¿Que se supone que significa eso?; Él preguntó.

—¿Eso cuenta como un deseo?; Ella preguntó.

—Em, bueno…

Ella tenía un punto. ¿Por qué tenía que ser tan práctico incluso cuando estaba rezando a los dioses? Quiero decir, era como desear resultados sin alguna intervención celestial. Si quieres decir que eso no tiene sentido, no puedo discutir contigo.

Pero como jugador, no puedo evitar pensar que mi progreso debe provenir de mi propio esfuerzo. No me gusta cuando alguien más interfiere, ya sea un dios o mi vecino de al lado. Pueden terminar mejorando mis resultados, pero no necesito mejoras que vienen de depender de otros.

—Incluso si mis oraciones me hicieran exitoso, no tendría sentido…

Traté de ponerlo en palabras simples, pero Nakamura solo me miró fijamente.

—…Hmph; Él resopló, antes de sonreír de repente agradablemente. —Eso suena como algo que dirías.

—¿Es así?

Incluso sonaba un poco amistoso. Como si estuviera empezando a entenderme un poco como persona. Me hizo feliz escuchar esas palabras salir de su boca.

—Sí, es un deseo muy parecido a ti, Tomozaki; Agregó Izumi.

—Estoy de acuerdo. Muy parecido.

—¿Tú también, Kikuchi- san…?

Tenía sentimientos encontrados acerca de que todos se unieran contra mí ahora. ¿Era tan fácil de entender?

—¡¿Y qué hay de ti, Fuka- chan?!

El flujo de la conversación cambió hacia Kikuchi-san. Esto era bueno, ya que me había estado preguntando sobre lo que deseó. Cuando estuvimos solos, ella esquivó la pregunta.

—¿M-Me estás preguntando…?

—Sí, yo también tengo curiosidad. Pareces del tipo que no quiere nada.

—¿Es así…?

Esto era raro, Nakamura y Kikuchi san teniendo una conversación genuina. Esperé a ver qué pasaba. Lo siento, pero solo por esta vez, estaba del lado de Nakamura.

—Te entiendo. Yo también me pregunto que deseó.

—¡¿T-Tomozaki- kun…?!

Kikuchi-san volteó su cabeza hacia mí, con los ojos húmedos. Oh, no, ¿debería volver a estar de su lado…?

—Uh…

—¿Qué? ¡Dinos!

—¿No puedo decir que es un s-secreto?

—¡Vamos, solo dinos!

—Em, bueno…

La persuasión alegre pero persistente de Izumi fue derribando gradualmente las defensas de Kikuchi-san. Y su cara estaba cada vez más roja… Um, ¿qué? ¿Más rojo? ¿Eso significa…?

Pensé en un par de minutos antes. Nakamura le preguntó a Izumi qué deseaba y ella se sonrojó como Kikuchi-san. Al final, ella no había revelado su deseo, pero probablemente tenía algo que ver con el romance. Como, deseo que Nakamura y yo bla, bla, bla. Al menos, esa era mi suposición.

Y ahora… al igual que Izumi, Kikuchi-san se sonrojaba ante la misma pregunta. ¿Mmm?

¿Hmmmm?

Oh, un segundo ahora, de ninguna manera…, decía mi mente lógica, pero de todos modos, mis instintos tenían una premonición innegable. Miré a Kikuchi-san. Su cara estaba roja como una remolacha, y tenía los ojos llorosos de una damisela verdaderamente en apuros. En el instante en que nuestros ojos se encontraron, miré hacia otro lado. ¿Qué está pasando?

—Fuka-chan…

Izumi estaba colgada del hombro de Kikuchi-san, como una especie de gato honesto y amigable. Dudo que alguien pudiera resistirse a ella por mucho tiempo.

—Uh, um…

—¿No me lo dirás? ¿Por favor?

—Um, bueno… está bien; Kikuchi-san había aceptado su destino.

—¡Oh! ¡Sabía que lo harías!

—Um, ¿estás seguro de que estás de acuerdo con eso…?; Yo le pregunté a ella.

Ella me dio una mirada determinada y asintió. —C-Creo que ya lo habrás adivinado, pero…

—Uh-Huh…

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. ¿E-En serio? Si mi corazonada era correcta, ¿estaba realmente bien decirlo aquí? Sería súper vergonzoso, pero supongo que ella estaba lista para eso. ¿En serio?

—E-En realidad…

—¡¿Qué?!

Izumi era el coro que avivaba la emoción. No había vuelta atras. Cerré los ojos con fuerza y me preparé para mantenerme firme sin importar lo que sucediera ahora.

—… ¡Ojalá que la novela que estoy escribiendo en este momento gane un premio! Un latido.

Mi corazón se desinfló, mientras Izumi y Nakamura se aferraban con ávido interés.

—¡Ooh, no sabía que eras tan ambiciosa!

—¿Kikuchi está escribiendo una novela? Bueno, eso no es una sorpresa, esa obra fue bastante buena.

—Ah… Ah-ja-ja, lo sabía…

Yo era el único que intentaba ansiosamente farolear. ¿Qué estaba pensando, “algo que ver con el romance”? Yo estaba muy lejos.

Con la esperanza de que mi mortificante error no fuera descubierto, fingí que ya lo había adivinado, pero Kikuchi-san solo me miró y se sonrojó aún más.

—E-Es tan vergonzoso; Susurró.

Sabía exactamente cómo se sentía. Pero no pensé que lo que dijo fuera vergonzoso en absoluto. Y tenía una buena razón para eso.

Así que esto fue lo que dije, con un nivel de confianza casi antinatural.

—Kikuchi-san, eso no es vergonzoso en absoluto.

—¿N-No lo es?

—No, definitivamente no.

¿Por qué? Porque yo estaba cien veces más avergonzado que ella en este momento.

***

Después de que los cuatro dejáramos el Santuario Hikawa, nos separamos en parejas. Kikuchi-san y yo nos dirigimos a un café en Omiya.

La cita doble con Nakamura e Izumi fue bastante divertida, pero ola tras ola de drama me había dejado exhausto. Fue un alivio sentarse juntos a beber una taza de té caliente.

—¡No me di cuenta de que estabas escribiendo algo para enviar a los premios de nuevos autores!

—Um… en realidad, sí, estoy escribiendo otra novela.

Ella miró tímidamente su plato de omurice. El gesto fue tan digno y conmovedor que apenas podía soportar mirarlo. (Además, a Kikuchi-san realmente le gusta el omurice).

—Estaba pensando… en enviarlo a algunos concursos.

—¡Genial!

Traté de reaccionar positivamente sin perder el ritmo, ya que sonaba más insegura. Apuesto a que estaba súper nerviosa por contarme sobre esto, y quería minimizar la cantidad de tiempo que tenía que pasar sintiéndose ansiosa.

—¿R-Realmente crees eso?

—Oh, sí, seguro. Es una gran idea.

—No estoy segura…

—Oh, definitivamente es genial. Um… sí, es genial.

Sentí que la estaba golpeando en la cabeza con la palabra genial ahora, pero no sabía qué más hacer. No tenía mucha fuerza dinámica en esta área, por lo que encontrar una razón por la cual fue genial fue demasiado difícil. A veces, mi hábito de decir lo que pienso me lleva a este problema.

—Hmm… es genial que pienses eso.

Sin embargo, Kikuchi-san pareció tomar mis palabras en serio, incluso se hizo eco de ellas. Nos entendíamos muy bien. Si me acostumbrara demasiado a esto, mi vocabulario podría hundirse. Pero cuando estaba con Kikuchi-san, estaba bien.

—Todavía estoy tratando de ver qué puedo hacer, así que no sé cómo resultará… pero haré lo mejor que pueda.

—¡Sí, adelante!

—Lo haré; Dijo ella, mirando hacia abajo. —Es como si yo…

—¿Qué?

Ella tocó ligeramente el pequeño collar de oro alrededor de su cuello. —Gracias a ti, he podido

probar muchas cosas nuevas… Me hace muy feliz.

—¿En serio…?; Dije, asintiendo y mirándola a los ojos. —Pero eso es todo gracias a tu propio esfuerzo.

—…Me pregunto si es así; Ella parecía vagamente preocupada. —Es como si tu tuvieras un extraño poder para motivarme.

—Ah-ja-ja, definitivamente no creo que eso sea gran cosa.

—Yo creo que lo es; Dijo ella un poco malhumorada, mirándome con una mirada herida.

Su expresión y sus ojos no eran ni siquiera un poco amenazantes. Sentí una ola de afecto por ella surgiendo dentro de mí.

—Ja ja. Bien, lo siento.

—… ¿Por qué te ríes?; Ella hizo un puchero.

Esta vez, su mirada era un poco tímida. Todavía no era amenazante en lo más mínimo, de hecho, su mirada deslumbrante parecía tan nueva para ella que estaba luchando por hacerlo.

Asentí con firmeza y sonreí. —Cuando esté terminado, espero que me dejes leerlo. Ella entonces dio una gran sonrisa. —¡Por supuesto!

Su forma de hablarme ahora era más natural. Éramos cada vez más cercanos.

Era extraño, la forma en que el nerviosismo coexistía con este cálido sentimiento si estuviera sentado en una parcela de sol.

Desde el fondo de mi corazón, estaba feliz de que ella fuera mi novia.