Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 5

Capitulo 9: El Rey No Muerto

 

 

“Grooooh… ¡Aaaaaaaagh!”

La espada ancha se precipitó hacia abajo, escupiendo fuego. Lyseria levantó su Bloody Sword para enfrentarse a ella.

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<<¡Seria, esquiva!>>

“… ¡!”

Lyseria retrocedió unos pasos. El lugar donde había estado hace un momento explotó de repente.

*¡Boooooooooom!*

La explosión rugió mientras el humo llenaba el aire, oscureciendo la visión de Lyseria. Las llamas ardían intensamente, arremolinándose en la brisa y formando un torbellino. Si Lyseria hubiera intentado bloquearla, habría quedado atrapada en la explosión.

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(¡¿Su Espada Sagrada tiene tanto poder…?!)

A fin de ganar los encuentros de entrenamiento entre pelotones, Lyseria había memorizado los datos de la Espada Sagrada de otros pelotones, y especialmente los de los miembros as.

La Espada Sagrada del León Ardiente, la Prominence Sword18, era un arma que había incinerado demasiados Void para contarlos. Sin embargo, hasta donde Lyseria sabía, nunca tuvo la fuerza para hacer estallar el suelo de esa manera.

<<Seria, consumió las Espadas Sagradas de sus compañeros>> Un orbe del Eye of the Witch apareció de entre el humo y habló con la voz de Elfine.

“¿Consumió… sus Espadas Sagradas?”

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<<Sí. Apenas puedo creerlo, pero…>>

Números y textos brillantes comenzaron a circular rápidamente por el orbe de Elfine. Estaba analizando la habilidad de la Espada Sagrada de Liat.

“Esa de hace un momento era [Flare Bomb]19, la habilidad de Gazetta, y la habilidad de Irma era…”

*¡Whoosh!*

La espada flamígera partió el aire y se acercó rápidamente a Lyseria. Ella la esquivó, con su cabello ondeando mientras se movía. El ataque había estado lo suficientemente cerca como para chamuscar las puntas de sus mechones. Esas llamas eran fatales. Un cuerpo no muerto podía recuperarse mientras tuviera mana, pero restaurar las quemaduras llevaría un tiempo considerable.

“¡Haaah!”

Lyseria acumuló mana en sus piernas y luego lo liberó, dirigiendo la punta de su espada hacia adelante. Sin embargo, Liat desvió el ataque.

(¡Es fuerte!) Pensó Lyseria mientras retrocedía rápidamente unos pasos.

Desde su infancia, Lyseria había estudiado los estilos de lucha con espada de los caballeros. Recientemente, había estado entrenando bajo la tutela del espadachín esquelético Amilas. Incluso después de todos sus esfuerzos, existía una diferencia palpable entre ella y Liat. Sakuya era probablemente la única que podía igualarle en habilidad bruta.

(Supongo que no tengo elección…)

Lyseria se cortó el brazo con su espada, dejando que las gotas de sangre gotearan en el suelo. El líquido rojo formó una espiral que envolvió rápidamente sus extremidades. Un momento después, un vestido carmesí se manifestó sobre su cuerpo.

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El Vestido del Verdadero Ancestro… una prenda única que sólo podía llevar una Reina Vampiro. Los mechones plateados de Lyseria brillaban con mana mientras el poder surgía en ella. Sin embargo, aunque el atuendo aumentaba explosivamente su destreza física, consumía cantidades significativas de energía mágica. Lyseria aún no había dominado adecuadamente su uso.

(Tengo diez segundos como mucho… ¡Debo terminar esto!)

Pateando el suelo, Lyseria se lanzó hacia adelante, soltando el ataque más rápido que pudo realizar contra la empuñadura del arma de Liat.

Sin inmutarse, Liat blandió su espada ancha hacia arriba, repeliendo el golpe.

“¡Kuh…!”

“¡Groooooooooh…!”

Con un aullido furioso, Liat bajó su Espada Sagrada.

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*¡Grrrnh! ¡Grrrrrk! ¡Grrrnnnh!*

El suelo tembló mientras sonaban explosiones intermitentes.

(¡La habilidad Flare Bomb…!)

Usando mana para saltar, Lyseria se abalanzó desde lo alto.

“¡Blood Chain!20

La sangre mezclada con mana formó anillos entrelazados que se enroscaron alrededor del León Ardiente.

“¡Hyaaaaaah!”

Lyseria apuntó su Bloody Sword a los brazos de Liat, con la esperanza de obligarle a soltar la Espada Demoníaca. No podía arriesgarse a matarlo. Su espada se hundió profundamente en el hombro del joven.

(¡Tengo que destruir esa Espada Demoníaca!)

Liberando su arma, Lyseria volvió a lanzar un tajo. Sin embargo…

*¡Whoooosh!*

… El cuerpo de Liat se incendió de repente.

“¡¿Qué…?!”

<<¡Seria, aléjate! ¡La Espada Demoníaca está…!>>

Por desgracia, la advertencia de Elfine no llegó a tiempo. El cuerpo de Lyseria quedó envuelto en llamas.

“¡Maldito seas, maldito seas! ¡Mi brazo, mi brazooooooo!” Zemein chilló, los gritos de dolor resonaron por toda la cámara subterránea. “Pagarás por esto, mocoso… Te cortaré los miembros y se los daré de comer a las Espadas Demoníacas”.

Las cinco extremidades restantes de Zemein que sobresalían de su espalda se deslizaron hacia Leonis como serpientes.

“Hmph. ¿Me menosprecias por mi aspecto? Veo que tu orgullo ha hecho estragos en tu intelecto”. Leonis espetó con una mueca.

“¡Desaparece…!” Gritó Zemein. Sus brazos retorcidos se abalanzaron sobre el chico.

“Aprende ya la lección, tonto sin remedio”.

*¡Slash, slash, slash!*

Hojas de oscuridad surgieron de la sombra a los pies de Leonis, cortando sin esfuerzo las extremidades.

“… Ugh… ¡Gyaaaaaaaah!”

Leonis miraba como Zemein bramaba en agonía. “Supongo que debería haber esperado lo mismo de ti”. Declaró con frialdad. “Lo único que te importaba era fusionar criaturas. Eras inútil en la batalla y empleabas métodos crueles e insensibles. Mi actual sirviente sólo tiene quince años, y ya es mucho más inteligente de lo que tú fuiste”.

“N-Nnngh… ¡¿Q-Qué…?! ¿Quién eres tú…?” Gritó Zemein, con miedo en sus ojos. Parecía que el anciano se había dado cuenta de que no se enfrentaba a un niño cualquiera.

“Supongo  que  aquí  es  donde  debo  dejar  de  jugar  contigo,  entonces…

¿Hmm?” Leonis se detuvo de repente.

Aprovechando la oportunidad, Zemein comenzó a recitar un hechizo. “¡Llamas de la oscuridad, traigan su tiranía y destruyan a mi enemigoooo!”

*¡Booooooom!*

Una explosión sacudió la caverna subterránea, llenándola de luz.

“¡Ki, hi… ki, hi, hi, hi…! Este es un hechizo de sexto orden, ¡magia más allá del alcance de cualquier cosa que un humano pueda lograr! Debería reducirle a nada…”

“Hmph. Un recitado tan largo y, ¿eso es lo mejor que puedes lograr?” “¡¿Q-Qué…?!”

El humo se disipó, revelando a Leonis de pie, sereno, detrás de una barrera de sombras. No había ni una mota de suciedad en su uniforme.

“Mel Ziora era un hechizo de mi propia creación. ¿Siempre fuiste tan débil?”

“¿C-Cómo…?” Zemein balbuceó, retrocediendo temerosamente. “¿Q-Qué…? ¿Qué es lo que…?”

“¿Todavía no te has dado cuenta? Dios mío. Realmente no tienes remedio”. Leonis se encogió de hombros y extrajo de su sombra el Báculo de los Pecados Sellados. “¿Esto es lo suficientemente claro para tu mente retardada?”

“No puede ser… ¡Ese báculo! ¡Pertenece a…!”

“Soy el Rey No Muerto que tanto querías resucitar”. Declaró Leonis, golpeando la parte inferior del Báculo de los Pecados Sellados contra el suelo.

“¡Mel Ziora!”

Una furiosa esfera de fuego pasó a toda velocidad junto a Zemein y explotó detrás de él.

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*¡Boooooooooooooooooooooooo!*

Toda el agua de la caverna se evaporó de golpe, dejando al descubierto las Colmenas del Vacío que habían quedado sumergidas. Las rodillas de Zemein se doblaron al contemplar el cráter recién hecho detrás de él, y se cayó.

“N-No puede ser… No puede… Pero entonces… Cómo…”

“¿Mm?”

“Esto está mal… ¡Se contradice con la profecía de la diosa!” Zemein gritó.

“¿Profecía?” Le preguntó Leonis con suspicacia.

“No, esto es un truco… ¡No puede ser…! ¡Mi señor está aquí, en Necrozoooooooooooa!”

El cuerpo marchito del anciano se hinchó mientras el miasma comenzaba a filtrarse por todos sus poros.

*¡Crack, crack, crack…!*

Se formaron fisuras por todas partes, con Zemein en su epicentro, y entonces… su cuerpo estalló de dentro hacia fuera.

*¡Whoooooooooooooooosh!*

Una gigantesca monstruosidad se abrió paso desde las fracturas del espacio.

“Hmph, así que tú también fuiste consumido por los Void. No, tú te has dejado consumir”.

Los temblores sacudieron la cámara y las rocas cayeron desde arriba. *¡Crack, crack, crack, crack, crack…!*

Todos los cristales del área comenzaron a abrirse, y una horda de Void se arrastró desde las cunas translúcidas.

“¡Seria…!” Gritó Elfine, pero su voz se vio opacada por una estruendosa explosión.

El cuerpo de Lyseria salió despedido por los aires, arqueándose mientras se estrellaba contra el suelo.

“¡Seria!”

Sin importarle el peligro, Elfine se apresuró a ir al lado de su amiga.

“… Ugh… Kuh…” La joven gimió de dolor. “Fine… -senpai… Huye…”

Ignorando la súplica de su amiga, Elfine agarró con fuerza las manos de Lyseria e intentó ayudarla a levantarse. Elfine se giró entonces y vio a Liat envuelto en fuego, pareciendo un demonio en todo el sentido de la palabra.

(Ese es el poder que robó de la Espada Sagrada de Irma…)

El arma de Irma envolvía el cuerpo del usuario en un poderoso y ondulante torbellino. Después de que la Espada Demoníaca de Liat la consumiera, el León Ardiente pasó a ser capaz de producir torbellinos ardientes. Liat se acercó lentamente a Elfine, pareciendo más un monstruo inhumano que el líder que había conocido. Curiosamente, no atacó.

(¡¿Está tratando de consumir la Espada Sagrada de Seria?!)

Elfine apretó los dientes. No podía dejar que lo hiciera. Lyseria había pasado por mucho para conseguir su Espada Sagrada. Elfine se negaba a dejar que la perdiera ahora.

“¡Liat!” Elfine se puso de pie, alejándose de Lyseria, y sacó un arma de mano que guardaba para la autodefensa. El arma estaba basada en Ray Hawk, una Reliquia Artificial. Rápidamente quitó el seguro y disparó. Sin embargo, la bala fue tragada por el fuego que se arremolinaba alrededor de Liat.

Elfine no esperaba que funcionara. Esta pobre imitación no podía hacer mucho daño a un enemigo tan poderoso. El disparo había pretendido llamar la atención de Liat. Apartó la vista de Lyseria y dirigió su mirada inquietantemente vacía a Elfine.

“Liat, ¿es este el tipo de poder que querías?” Le gritó mientras disparaba más balas con su arma.

La conflagración alrededor de Liat aumentó, mientras el calor abrasaba la piel de Elfine. Si ese fuego la engullera, perecería al instante. Aun sabiendo eso, Elfine mantuvo su pistola apuntando a Liat.

“¿Es este el tipo de Espada Sagrada que querías…?” “¡Yo…!” La figura demoníaca gimió.

“… ¡¿?!”

“Mi… Espada Sagrada… no pudo… ¡protegerlos…!»

No podía haber sido la voz natural del joven, ya que, ¿cómo podía hablar mientras estaba rodeado por un torrente de llamas? Uno de los orbes del Eye of the Witch que flotaban cerca había captado las palabras. La psique de Liat estaba gritando, consumida por su Espada Demoníaca.

“¡Sólo… quería… poder… para proteger… lo que me importaba…!” “¡Liat!”

El intenso fuego surgió, pintando de escarlata la oscuridad de la noche. Elfine estuvo a punto de retroceder, pero se mantuvo firme. Todo para poder escuchar sus lamentos. El hombre que cargaba con la culpa de la muerte de sus camaradas y aceptaba el poder de la Espada Demoníaca quería detener esto.

(¡Por eso me habló de la Espada Demoníaca y de la voz de la diosa!)

Los orbes del Eye of the Witch se reunieron alrededor de Elfine. Resonaron con el grito del alma de Liat y lo transmitieron a ella.

“¡Liat, estás…!”

“Cállate… ¡Cállateeeeeee…!”

*¡Whoosh!*

Liat bajó su espada abrasadora. El suelo se resquebrajó violentamente, lanzando a Elfine por los aires.

“¡Fine-senpai!” Lyseria gritó.

“… ¡!”

Tumbada en el suelo, los dedos de Elfine se clavaron en la tierra. La pesadilla que había recordado innumerables veces salió a la superficie desde los oscuros recovecos de su mente. Los recuerdos de aquel terrible día, de su mayor pesar.

(Pero ya no huiré).

Elfine se levantó para salvar el alma de Liat. Desechando su pistola, miró fijamente al monstruo que estaba entre las llamas incandescentes. Liat volvió a blandir su ardiente espada.

“¡Grooohhh! ¡Gaaaaaaaaaaaah!”

“Este no es el tipo de poder que buscabas”. Elfine estaba asustada. No se podía negar. Aun así, se mantuvo inamovible. Ella era la única que tenía una oportunidad de eliminar el vacío que comía el alma de Liat.

“Déjame mostrarte la verdadera fuerza que estabas buscando. El poder de una Espada Sagrada”.

Los orbes del Eye of the Witch reunidos alrededor de Elfine comenzaron a expulsar partículas de luz. Las motas convergieron, generando un intenso brillo.

“¡Eye of the Witch, Mode Shift! ¡Vorpal Ray!” Elfine extendió su brazo y emitió su orden final. “¡Fuego!”

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Un destello blanco y cegador barrió la zona. La intensa potencia de fuego que surgió de los orbes envolvió al demonio en llamas.

“¡Waaaaauuuuugh!” El grito de Liat resonó en los oídos de Elfine.

El intenso resplandor cubrió su enorme figura… y la ardiente Espada Demoníaca se hizo añicos.

“Todavía está vivo. Por favor, ¿puedes curarlo…?” Tras confirmar que Liat no estaba muerto, Elfine le pidió a gritos a Silesia que se acercara rápidamente.

“Sí, déjamelo a mí”. Silesia respondió.

“… Estoy bien, céntrate en Liat”. Lyseria gimió mientras se levantaba.

“¡¿Eh?! Ah, pero estabas tan malherida…” Comentó Elfine, sorprendida.

Lyseria había recibido un golpe directo de la Espada Demoníaca.

“E-El poder de mi Espada Sagrada debilitó un poco las llamas”. Explicó Lyseria.

“Ya… veo”. Elfine seguía sospechando un poco, pero como Lyseria estaba aparentemente bien, aceptó la excusa.

De repente, los orbes del Eye of the Witch que estaban por encima emitieron un sonido de advertencia.

“¡¿Qué?!” Elfine miró con desesperación a su alrededor. “¡Void…!”

Ojos carmesíes miraban con desprecio a las chicas en la oscuridad. Dos series, tres, cinco, siete… había más a cada segundo.

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“¡¿Han eclosionado…?!”

“¡Oh, no…!”

Los Void surgían del bosque sin aparentemente tener fin entre sus filas.

“… ¡¿Qué hacemos?!”

“Creo que nuestra única opción es cargar contra ellos”.

Lyseria se secó el sudor de la frente, agarrando su Espada Sagrada con la otra mano. Atravesar al enemigo era la única opción.

Sin embargo, el gran número de Void no iba a hacer que eso fuera una tarea fácil, y transportar al herido Liat les retrasaría aún más.

“… Déjenme atrás…” Liat jadeó, habiendo recuperado la conciencia.

“¡¿Liat?!” Elfine se volvió para mirarle.

“El quinto… pelotón… debe estar cerca de aquí… Ayúdalos…”

“¡¿Están bien?!”

“Robé sus… Espadas Sagradas… pero no… los maté…”

“Está bien. No necesitas decir nada más”. Elfine se puso de pie, y miró a los Void que los rodeaban.

“Apúrate… vete ya…” Le instó Liat.

Elfine negó con la cabeza. “No voy a dejar que otro camarada muera por mí”. Los orbes del Eye of the Witch se congregaron a su alrededor. “Esta vez, te salvaré”.

El [Vorpal Ray] se arremolinó.

*¡Vwoosh, vwoosh, vwoosh, vwoosh!*

La luz reunida en la Espada Sagrada de Elfine salió disparada hacia delante y barrió el ejército de Void, abriéndose paso.

“… Fine-senpai, ¡es increíble!” Dijo Lyseria, con los ojos muy abiertos.

“Voy a despejar el camino. ¡Vamos a salvar al quinto pelotón y a salir de aquí!”

“¡Ki, hi, hi, hi, morirás sintiendo mucho dolor, maldito! ¡Cómo te atreves a asumir el nombre de mi maestro…!”

El gigantesco monstruo balanceó sus tentáculos hacia Leonis.

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*¡Booooooooom!*

Las extremidades se estrellaron contra la pared rocosa, aplastando a un grupo de pequeños Void que habían tenido la fortuna de encontrarse en su camino.

“Hmph, pensar que te has convertido en un Lord del Vacío”.

Leonis se desplazó a través de las sombras y emergió en otro lado de la caverna. El cuerpo de Zemein se había convertido en un gigantesco monstruo de carne que se retorcía.

“Hay un toque de ironía en esto. Te pareces a las quimeras que tanto te empeñabas en crear…”

Cuando Leonis pensó en ello, se dio cuenta de que cuando había visto por primera vez a los Void, sus repugnantes formas le habían recordado a las creaciones de Zemein.

“Los Void son… ¡las formas de vida perfectas! ¡Encarnaciones de… las posibilidades ilimitadas de la evolución!”

Varias bocas se formaron por todo el cuerpo carnoso de Zemein y se abrieron, expulsando rayos de energía incandescente.

“¡Farga!”

El hechizo de Leonis chocó con los rayos de calor, creando una explosión que sacudió la caverna.

“Hechizo de Octavo-Orden… ¡Sharianos!” Leonis cantó.

Hojas de hielo se precipitaron hacia delante, cortando los tentáculos de Zemein. Sin embargo, las extremidades destrozadas se regeneraron con rapidez, emanando un miasma aceitoso.

“Esa regeneración… ¿Te has convertido en una quimera?”

“Ki, hi, hi… ki, hi, hi, hi. Buena observación. Pero esta forma es sólo una evolución parcial… Una vez que me fusione con los Seis Héroes y los Reyes Demonio, me convertiré en el dios de este mundo…”

“Ya veo. Eso suena como el tipo de plan insípido que se le ocurriría a un imbécil como tú”. Se burló Leonis.

Zemein había tramado revivir al Rey No Muerto sólo para absorberlo.

(Aunque fusionarse con un Rey Demonio probablemente sea imposible). Veira, el Rey Demonio Dragón; Rivaiz, el Rey Demonio de los Mares; Gazoth, el Rey Demonio de las Bestias; y Dizolf, el Rey Demonio de la Ira. Cada Rey Demonio se definía por su fuerza abrumadora como individuos. Eso era lo que los diferenciaba de los Seis Héroes, que habían necesitado fusionarse con dioses. Cualquiera que intentara fusionarse con un Rey Demonio simplemente sería superado a su vez.

*¡Crack, crack, crack!*

Innumerables Void salieron de sus Colmenas en el suelo del lago subterráneo, y comenzaron a retorcerse hacia Leonis.

“¡Flamis!”

El Rey No Muerto desató una ola de calor que incineró a las cosas monstruosas.

“Tch, son débiles, pero cuando hay tantos…”

Eso hizo que Leonis quisiera erradicar a Necrozoa aunque sólo fuera para librarse de las numerosas Colmenas que había en su interior. Desgraciadamente, Zemein no le daba la oportunidad de sacar la Dáinsleif.

(Por muy molesto que sea, tendré que eliminarlos a todos usando magia…)

De repente…

*¡Whoosh, whoosh, whoosh!*

… Un látigo sombrío cortó la avalancha de Void que se acercaban.

“¿Se encuentra bien, Leonis-sama?” La sirvienta asesina de Leonis apareció de la oscuridad, con su látigo en la mano.

“¿Qué estabas haciendo, Shirley?”

“Mis disculpas, estaba barriendo las alimañas que infestaron la bóveda del tesoro”.

Se levantó los bordes de su falda en una reverencia e inclinó la cabeza respetuosamente.

“Muy bien. Entonces ocúpate también de estas plagas”. Declaró Leonis.

“¡Entendido!”

Shirley saltó hacia el enjambre de Void, blandiendo su látigo sombrío.

“¡Oooooooough…!” Zemein volvió a desplegar sus tentáculos.

“Hechizo de Octavo-Orden… ¡Al Gu Belzelga!”

*¡Brrrrr…*

El hechizo de fuego más poderoso que existía quemaba todo a su paso.

“¡Nnghaaaaaah!” Zemein chilló.

“Arrástrate por el suelo como el insecto que eres. Te sienta mejor”.

Leonis levantó el Báculo de los Pecados Sellados y construyó un altar de huesos. De pie sobre él, miró a la supuesta forma de vida definitiva que se retorcía bajo él. Era tan patética y antiestética que Leonis no pudo evitar sentir lástima por ella.

(Qué decepción. Estaba tan emocionado cuando luché contra Veira, pero…) El hecho de pisotear a este repugnante insecto no despertó nada en Leonis.

“Un cretino como tú normalmente no justificaría desenfundar mi Espada Demoníaca, pero…”

Leonis torció la empuñadura de su báculo y desenfundó la Dáinsleif…

Tú eres la espada que salva el mundo, otorgada por los cielos.

Tú eres la espada que arruina al mundo, hecha para rebelarse contra los cielos.

Una Espada Sagrada, Santificada por los Dioses.

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Una Espada Demoníaca, Bendecida por la Diosa.

Tal era el malvado decreto de la Espada Demoníaca Dáinsleif.

“Cualquier alimaña que infeste mi reino será exterminada sin piedad”.





Afirmó Leonis con frialdad.

“No puede ser… Esa… Esa luz, es, ¡aaaaaah…!” Bramó Zemein.

*¡Whoooooosh!*

La enorme hoja de oscuridad se estrelló contra el centro de la Colmena del Vacío.

La luz destructiva de la Espada Demoníaca asesina de dioses llegó hasta el onceavo estrato del complejo subterráneo, aniquilando por completo la Colmena del Vacío. Contemplando la enorme grieta que se había abierto bajo él, Leonis envainó su espada en el báculo.

“Leonis-sama, el sinvergüenza todavía está vivo”. Le informó Shirley.

“Sí, lo sé. He fallado a propósito”.

Un bulto de carne hecha trizas se tambaleaba al borde del abismo, tratando de escapar desesperadamente.

“Ahora bien, Zemein. Tengo muchas preguntas para ti”. Dijo Leonis, pisando despiadadamente sobre el bulto.

“Aaaah… Leonis… -sama… Tenga… piedaaaaaad…”

“Hmph. Así que finalmente entiendes que soy el verdadero Rey No Muerto”. Leonis respondió con una mirada gélida. “Responde bien a mis preguntas y puede que considere perdonarte. ¿Qué dices?”

“Aaaah… Por favor, piedad…” Zemein suplicó patéticamente mientras trataba y fallaba repetidamente en regenerar su forma arruinada.

“Muy bien. La primera pregunta, entonces”. Leonis comenzó, golpeando su báculo contra el suelo. “¿Qué esperan conseguir tú y tus cómplices resucitando a los Reyes Demonio y a los Seis Héroes?”

“Sólo busco servirle a usted… ¡Leonis-sama! ¡Traté de revivirlo…!”

“Ya veo. Así que deseas morir”. Leonis espetó, produciendo una llama en la punta de su báculo y presionándola contra el montículo que se retorcía.

“¡Aiiiiyaaaahhhh! ¡Trabajamooooos para hacer realidad… la profecía de la diosaaaaaaa!”

“¿Su profecía? ¿De qué estás hablando…?”

Leonis sólo sabía de una cosa que podía ser. La predicción de que la Diosa de la Rebelión se reencarnaría después de mil años. ¿Quizás había otra predicción que él desconocía?

“… S-Sólo él conoce el contenido de la profecía… Nosotros actuamos en su nombre…”

“¿Él, dices? ¿Es tu nuevo maestro? ¿El Rey Demonio del Inframundo, Azra-Ael?”

“Azra-Ael… ¿Demonio del Inframundo…?” Murmuró Zemein, aparentemente sorprendido.

“Sí. Después de todo, era adepto a la diosa”.

“…”

“Hmm. Así que tenía razón. ¿Qué está tramando?” Presionó Leonis.

“N-No…” Zemein respondió abruptamente.

“¿Qué?”

“Aquel al que servimos… es en realidad…”

“¡Leonis-sama!” Shirley gritó desde atrás.

(… ¡¿?!)

Leonis se apartó de un salto cuando un rayo cayó repentinamente sobre el montón de carne que se retorcía.

“¡Gyaahaaaaaaaaaaaaaaaa!”

Numerosas esferas de plasma surgieron alrededor de Zemein. Dejando escapar un último grito de agonía, lo que quedaba del anciano fue reducido a cenizas.

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(¡¿Qué?!) Leonis siguió la trayectoria del rayo hasta su origen. Mirando desde un acantilado había una chica de cabello azul con una máscara blanca.

“Te has interpuesto en mi interrogatorio. ¿Quién eres tú?” Exigió Leonis. “…”

La chica enmascarada no se preocupó por responder. Con un aleteo de su larga vestimenta blanca, trazó una especie de signo en el aire.

*¡Crack…! ¡Crack…! ¡Crack…!*

Aparentemente en respuesta, las mismas fracturas que acompañaban a los Void comenzaron a formarse alrededor de la misteriosa joven.

“… ¡No puede escapar!” Shirley lanzó por reflejo una daga hacia la chica. Sin embargo, una de las fisuras consumió el proyectil y la joven se desvaneció en otra.

“¿Quién era ella, Leonis-sama…?” Preguntó Shirley.

“… Hmm, probablemente la enviaron a vigilar a Zemein”. Leonis se encogió de hombros y refunfuñó para sí mismo. “No puedo creer que no se me ocurriera que podría haber alguien más cerca para asegurarse de que Zemein no hablara. Evidentemente, era un peón desechable”.

Leonis miró entonces hacia abajo. En el lugar donde Zemein había encontrado su fin había un fragmento negro y triangular de piedra.

“¿Qué es esto…?” Se preguntó en voz alta.

“¿Un cristal de mana, quizás?” Shirley sugirió.

“No lo creo… Bueno, no importa. Lo investigaré más tarde”. Leonis se arrodilló, recogió el fragmento y lo arrojó con indiferencia a su sombra.

Un repentino cansancio se apoderó de Leonis, y sus piernas temblaron.

“Leonis-sama, ¿se encuentra bien?” Preguntó Shirley, preocupada.

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“No te preocupes. Es sólo el retroceso de usar la Espada Demoníaca. Sólo… dormiré aquí, un rato”. Respondió Leonis. El Rey Demonio se frotó entonces los ojos y se tumbó en el suelo de piedra de la caverna.

“L-Leonis-sama, ¿p-puedo ofrecer m-mi regazo como almohada?” Shirley tartamudeó, con las mejillas teñidas de rojo.

“¿Mm? No, tú… ve a vigilar a Lyseria…” Ordenó Leonis somnoliento.

“… Entendido”.

Mientras escuchaba la respuesta aparentemente decepcionada de Shirley, Leonis dejó que sus pesados párpados se cerraran.

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