Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: La Enfermedad Mortal

Parte 2

 

 

Treinta.

Ese fue el número de veces que golpeé mi cabeza contra el muro del edificio de la escuela mientras caminaba por la circunferencia exterior.


—Senpai, parece que te falta algo de sentido común. Es vital mirar al frente cuando caminas.

—Bueno, jajajajaja. Es que el mundo está tan deslumbrante hoy…

Sobretodo contigo mostrando tanta piel. ¿Cómo lo pongo? No puedo expresar con palabras cuánto lo aprecio. Por ejemplo, esto podría ser comparado con una amiga de la infancia que se casa con un nudista y luego te envía fotos de sus vacaciones. ¿Comprendes el significado de eso? Bueno, ni yo mismo lo entiendo, así que dudo que ustedes lo entiendas.

—…hoy estas un poco raro, senpai.

Descuidadamente con sus dedos, Tsutsukakushi se acomodó el traje de baño en la zona cerca de su trasero, y luego me miró —¿Por qué me miras como un per~… Príncipe…? ¿Hay algo en mi cara?


—No, nada en absoluto. ¡Todo está perfectamente bien! Perfectamente normal…

Todo es normal y, sin embargo, no puedo apartar los ojos de ella. Con ropa holgada puede parecer una llanura perfectamente nivelada, pero en realidad cuenta con un recorrido pequeño, pero bien definido.

—…qué príncipe más extraño —Susurró mientras se meneaba incómodamente.

¡Aquí no hay nada de lo qué avergonzarse! ¡Este es nuestro uniforme escolar habitual, después de todo! O eso dice la famosa teoría científica. En realidad, no se puede evitar, ya que ciertamente es nuestro uniforme curricular.

Cuando doblamos la esquina en el quinto edificio y llegamos al campo de deportes, otro paraíso se abrió ante mis ojos.

—Oh señor…

Para ser breve, Acero-san estaba haciendo sus estiramientos matutinos en traje de baño.

Hentai Ouji to Warawanai Volumen 3 Capitulo 2 Parte 2 Novela Ligera

 

En los campos deportivos de nuestra escuela se encontraban las ruinas de un antiguo palacio sagrado y una cúpula, así como arcos del triunfo. Si me preguntas por qué, solo puedo decir “Porque si”.

Acero-san se hallaba tendida dentro de las ruinas de un teatro, estirando las piernas. Cómo lo describo… Se veía increíble. Si su hermana pequeña tenía una pequeña ruta de senderismo, ella estaba equipada con montañas. El escarpado distrito montañoso se movía constantemente como un volcán. Si continuaba moviéndose de esa manera, los dos Everests azul marino no permitirían que nadie los desafiara.

—Esto está más loco de lo que imaginaba…

—…Príncipe-san. Oye, Príncipe-san.

La chica del curso de senderismo para principiantes me dio un ligero pellizco… bueno, en realidad dolía un poco… no, definitivamente dolía, pero como dijo una vez George Mallory:

“¿Por qué subir montañas? Porque están ahí”

Y lo mismo es cierto para mí. “Si la montaña está ahí ¿Por qué no mirarla?” No hay nada de lo que avergonzarse.

—Oooh, Yokodera. Justo acabo de finalizar mi práctica. La joven aspirante a miembro del club que nos enviaste está allí, aunque no estoy segura si podrá seguir tus pasos.

Cuando Acero-san se percató de mi presencia, paro sus ejercicios. Sus ojos transparentes, azul cielo, me sonreían. Su cola de caballo temblaba majestuosamente como la melena de un león. De verdad era la gobernante orgullosa del Club de Atletismo.

…le sucedieron muchas cosas, y le siguen sucediendo muchas cosas, pero en la escuela es la presidenta ideal del club, y su actitud confiada y dominante lo demuestra. Y ella es una belleza por encima de todo eso. También es algo blanda de muchas maneras. Sin embargo, me gustaría ejercer mi derecho a permanecer en silencio cuando se trata de más comentarios personales.

—Ella pidió el mismo plan de ejercicios que tú. Es una niña bastante ambiciosa. Estuvo dispuesta a meter su cabeza en el pozo sin fondo, así que yo tampoco me contuve.

Acero-san debe encontrarse en su periodo de recuperación, ya que pude ver algunas perlas de sudor cubriendo todo su cuerpo. Probablemente se ejercitó tomando su usual trote y carrera de larga distancia.

—Muchas gracias. Era el propio deseo de Emi… ¿Hm? ¿Dónde está Emi ahora?

—Youto… Onii-chan…

Escuché una voz débil, y después de mirar los alrededores por un momento, en el suelo marrón y sucio a mis pies, vi dos coletas que parecían trapos harapientos.

—¡¿Woah?! ¡¿Estás bien?!

Ella yacía allí sin signos de vida. Su cabello se hallaba revuelto, su ropa estaba sucia y su estómago convulsionaba como si la hubieran golpeado. Toda luz se había desvanecido de sus ojos, y gemidos fueron todo lo que salió de su boca. Se aferró con fuerza a mis brazos mientras la sostuve, como si acabara de regresar de una breve visita al infierno.

—¡Despierta! ¿Y los trajes de baño? ¿Te acercaste al secreto de los trajes de baño?

—No, solo llegué a una pequeña fracción de las enseñanzas secretas… —Emi se rio.

Como de costumbre, hizo una sonrisa al 100%. De acuerdo con Tsutsukakushi, para descubrir sus sentimientos honestos, solo tenía que mirar sus manos, pero por supuesto, las manos de Emi estaban rígidas. Luego rápidamente se subió a mis hombros… Espera, ¿qué?

—¡Estoy compartiendo este conocimiento ahora!

Desde mi izquierda y derecha, golpes de martillo cayeron sobre mi cabeza.

(—–¡No puedo creer que me hayas engañado así!

¡¡DIME DE ANTEMANO SI ME VAS A MANDAR AL INFIERNO!!)

Otra alucinación auditiva medio llorosa llegó a mis oídos. Dado que esa voz usaba palabras que la chica de la sonrisa 100% perfecta nunca diría en un millón de años, solo podía rogar porque la alucinación dejara de molestarme.

—Me  alegra  que  te  estuvieras  divirtiendo.

Practiquemos juntos en otro momento.

—¡Hurra! ¡Estoy deseando que llegue!

(—¡Quién desearía eso! Tú… Tú… ¡Calabaza de mierda!)

Levantándola mientras seguía siendo golpeado, tanto ella como yo nos reímos juntos. “—¿No parecemos hermanos ahora?” En el momento en que dije eso, los golpes de martillo cesaron. Quizás ella esté feliz.





—Tsukiko. Cuando veo esto, no puedo evitar pensar en el pasado. ¿Por qué no te cargo también, por los viejos tiempos?

—Preferiría que no.

—Ahí, ahí, Tsukiko. ¡Qué admirable! ¡Mira lo alta que estás!

—Si no me bajas de inmediato, la cena de esta noche serán frijoles enlatados recalentados. No lo diré de nuevo. Bájame ahora mismo.

Un poco más lejos, las hermanas Tsutsukakushi también estaban jugando. Qué pequeño círculo feliz es este. Pero olvidé algo que parecía una realidad.

En momentos como estos, el verdadero problema siempre se revela.

Emi continuó luchando en mi hombro, pero su mirada de repente se volvió aguda, pegada a algo.

—¿…qué es eso?

No estaba mirando a las hermanas Tsutsukakushi. Tampoco miraba a los miembros del club alrededor del circuito. En su lugar, Emi estaba concentrada en una esquina de la calle principal donde había árboles. Probablemente una persona creyó que había encontrado el escondite perfecto detrás de un árbol de platanus, pero en realidad, su trasero y cabello sobresalían a la distancia.

—Ahh, esa es una amiga. Su nombre es Azuki Azusa…

Fue la chica que continúo dándome dolores de cabeza…

***

 

 

Supongo que ya va siendo hora de explicar mi problema con Azuki Azusa. Dicho esto, en realidad no es tan grande como parece. Para ponerlo en términos simples, últimamente no he conseguido ponerme en contacto con ella. Por supuesto, sé la razón de ello. Es por lo que sucedió en la oficina gubernamental. Desde que vio el resultado del trágico malentendido entre Acero-san y yo, su dramaturgia no tardo en convertirse en una rutina cómica, y Azuki Azusa no se ha puesto en contacto conmigo desde entonces.

Solía llamarme tres veces al día, pero ese número se ha reducido a cero. Recibía hasta diez correos electrónicos por día, y ese número también se ha reducido a cero. Siempre que trato de contactarla, ella no responde. Es lo mismo en la escuela. No importa a dónde vaya, no importa dónde espere, ella huye a la velocidad de la luz. Niega cualquier comunicación conmigo, hasta tal punto que podría vencer a un miembro del Club de Atletismo. Al principio, pensé que la había hecho enojar.

“¡No creí que fueras el tipo de persona que hace esas cosas frente a otros!”

Percibí esas palabras como las protestas de todos en el mundo. Ahora bien, esto es verdaderamente un problema. Pero aquí es donde las cosas se complican aún más. Azuki Azusa no solo huía cada vez que se me acercaba. Siempre que Acero-san y yo nos juntábamos por cualquier motivo, aparecía de la nada. Ella se escondía en las sombras, observando desde la distancia como un perro medroso y callejero, pero de buen porte.

Esto tampoco era solo una metáfora. Realmente sentí como si ella me estuviera ladrando a lo lejos. Tanto es así que aluciné con ella meneando una cola, estremeciéndose desesperadamente de izquierda a derecha. Pero en realidad, ¿Qué quiere Azuki Azusa?

“¿Qué quiero yo? ¿¡Que quieres tú!? Me gustas, así que por favor préstame atención. ¡¡Espero que

entierres tu cabeza en tofu y mueras como el bastardo denso que eres!!”

Se sintió como una extraña mezcla de emociones.

Pero lo mismo de siempre, de cierta manera.

Sin embargo, las cosas son diferentes ahora. ¿Qué pasa si, por pequeñas que sean las posibilidades, ella de verdad siente algo por Yokodera-kun o Acero-san? Se habría sentido herida luego de ver esa escena decisiva. Si dejas de lado quién de los dos era más de su tipo, y yo mismo estaba algo preocupado por quién era más de su tipo… bueno, guardare esa imagen residual para el baño. El punto es que no quiero lastimar a uno de los pocos amigos que tengo. Por eso quería explicarle la verdad a Azuki Azusa. Quería explicarle todas las circunstancias y hablarle simplemente con la verdad. Que todo fue solo un malentendido de Acero-san. Que todavía quiero que seamos amigos como antes.

No creí que mis sentimientos lograrían transmitirse en un correo electrónico, así que le escribí una carta. La redacté con la letra más pulcra y ordenada que pude, y la reescribí innumerables veces hasta que el papel se tornó oscuro. Le puse un sello de shibainu21 y lo guardé en su casillero de zapatos.

Estoy bastante seguro de que Azuki Azusa debe haberla leído. Ella no es el tipo de persona que tiraría una carta sin leerla primero. Pero no hubo ningún cambio en su conducta posterior.

Siempre que me acercaba a ella, huía inmediatamente.

Si decido rendirme con ella, se me acerca.

Aunque debería conocer la verdad, mantiene una posición neutral, observando desde lejos. ¿Qué razón tiene ella para seguir haciendo eso? Piense en esto como un juego de citas. ¿Qué pasaría si uno de los supuestos objetivos románticos no hace ningún contacto con el protagonista? Ese tipo de escenario seria arrojado a la basura por el jugador y ella perdería su lugar por alguna nueva chica misteriosa. Naturalmente, aquí solo estamos hablando de un estereotípico videojuego.

Sin embargo, estas circunstancias actuales son una realidad, por lo que simplemente no puedo saltarme la ruta. Tengo que hablar con Azuki Azusa. De hecho, quiero hablar con ella. Pero no puedo.

  • Por lo que revise es una especie de sello en con el dibujo de un perro. No es un muy relevante que digamos, pero bueno… Tu sabes xD

Me destroza.

Y ese sería mi problema con Azuki Azusa.

Volvamos al presente.

Mientras observaba a Azuki Azusa, que estaba tratando desesperadamente de ocultar su cabeza y su trasero—– cuando en realidad no ocultaba nada en lo absoluto —–no sabía qué hacer. Hoy estaba siendo su distanciada yo habitual.

Pero había algo más.

—…¿Por qué está ella aquí?

Emi por lo general era ingenua e inocente, pero ahora tenía una expresión tensa. Sus labios estaban temblando, sus ojos se encontraban bien abiertos y todo el color se había desvanecido de su rostro, como si estuviera tratando de ejemplificar la palabra “aterrorizada” en un juego de charadas.

—¿Qué pasa? ¿Está pasando algo?

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—No… No es nada. Nada en absoluto —Ella sonrió como si hubiera recordado algo —Me voy a casa. Nos vemos luego, Youto-onii-chan.

Dejando solo estas palabras atrás, sin darme ninguna oportunidad de negarme, Emi se separó de mí. Comenzó a correr hacia la cúpula, tropezó y dio otro salto mortal. Como un torbellino, pasó la puerta y desapareció de los terrenos de la escuela. La prenda de una pieza que estaba usando pronto abandonó mi vista.

—¿Qué fue eso?

¿Quizás tenía que ir al baño? Supongo que se estuvo reteniendo todo este tiempo. Si este fuera uno de mis videos especiales, entonces ese sería el caso, de todos modos.

Como nota al margen, Emi definitivamente había regresado a casa ese día. Porque al día siguiente, cuando la llamé y le pregunté al respecto…

—¡Exactamente! ¡Eso es lo que ocurrió, Onii-chan! ¡Una súper calabaza! —Dijo con voz feliz, confirmando mis suposiciones. De todos modos, cualquiera hubiera determinado que solo eran las grescas sin sentido de una niña de primaria.

Volviendo de nuevo al presente, las hermanas Tsutsukakushi la miraron confundidas, mientras que Azuki Azusa seguía siendo Azuki Azusa, ahora asomando la cabeza por debajo de la sombra del árbol.

Sus ojos estaban parpadeando aturdidos, solo mirando en la dirección a la que Emi había corrido.

Ahora bien, esta es una buena oportunidad.

Traté de ser lo más sigiloso posible. Pasé la red de pelota y tomé el camino más largo para llegar a donde ella se encontraba. Corriendo por la pasarela principal, me deslicé entre los árboles de platanus y me acerqué a ella por detrás.

—¡Oye, Azuki Azusa! ¡Juguemos Luz Verde, Luz Roja!

—-¿¡…?!

La agarré por los hombros con tanta fuerza como pude. Su cabello esponjoso se puso de punta y su cola imaginaria quedo rígida. Sobresaltada, Azuki Azusa agito agresivamente sus brazos y piernas. ¡Pero no permitiría que ella escape!

—¡Espera un segundo, Azuki Azusa! ¡Por favor, escúchame!

—¡No! ¡Detente! ¡Déjame ir! ¡Me enojaré si eres rudo conmigo!

Sostuve las manos de Azuki Azusa, forzando sus dos piernas al suelo, pero para cuando contuve sus extremidades y lo pensé adecuadamente, a ninguno de nosotros le quedaban piernas para soportar nuestro peso, así que caímos al suelo. Nuestros brazos y piernas se enredaron de una manera incómoda, y ya ni siquiera sabía de dónde la estaba agarrando. Solo había una cosa que sabía con certeza. ¡Todavía quiero ser su amigo! ¡Quiero resolver este malentendido de una vez por todas…! ¿Espera, entonces no serían dos cosas en lugar de una?

—Mi oportunidad finalmente ha llegado. ¡No te dejaré escapar hoy!

—¡¿Q~Qué estás hablando?! ¿Q~Q~Q~Q~Q~Qué vas a hacer?

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—¡Quiero llegar hasta el final contigo, Azuki Azusa! ¡No puedo contenerme más! ¡Acepta todo mi amor!

—¡Noooooooo! ¡Pervertido! ¡Bestia! ¡Lobo de luna llena! ¡Mamá, Mamaaaaaa!

Como resultado de mi sincera confesión, Azuki Azusa protesto con más fuerza, esta vez inclinándose para insultarme. Eso me obligó a inmovilizarla aún más, permitiéndome finalmente respirar.

—Muy  bien…  escucha  con  atención,  Azuki Azusa.

Cuando volví a mirarla, vi los resultados de nuestro combate de lucha libre. El cuello de la querida Azuki Azusa-san estaba torcido, un botón de su blusa había desaparecido y el dobladillo de su falda casi revelaba lo que había debajo. Mi~mi. ¿Qué le pudo haber pasado a nuestra querida ojou-sama?

—¡Uuuuu…! ¡¿Quién te escucharía así…?!

Sé que me estoy repitiendo, pero Azuki Azusa era bastante hermosa. Dejando a un lado mis preferencias personales, era sin duda una de las chicas más bonitas de su grado. Si Tsutsukakushi poseía la habilidad de atraerte con sus ojos, entonces Azuki Azusa tenía piedras preciosas en la cara. De todos modos, esta misma niña ahora estaba tendida a la sombra de un gran árbol, con una apariencia que nunca esperarías que tuviera, husmeando y llorando. Además de eso, se encontraba retenida por un chico de su mismo año. ¿Qué pensarían los espectadores si vieran esto?

—¡Wahaha! Estás tan enérgico como siempre, Príncipe. Estoy celoso.

—Principe-kun es un alborotador. Asegúrate de llevarla a casa una vez que la escuela cierre, ¿De acuerdo?

El profesor de matemáticas, también conocido como Daruma con mostacho, y la maestra responsable del año estudiantil, Anteojos-sensei, dieron respuestas risueñas al pasar junto a nosotros en la calle principal. Esencialmente, nos ignoraron. Y eso tiene sentido. Soy Yokodera Ouji, un príncipe. Amado por todos los maestros.

—…príncipe-san. Prin…~ cipe… Príncipe-san.

—¿Hm?

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Alguien me estaba pinchando la espalda.

—¿Qué pasó entre tú y Azuki-san, Príncipe-san? Hacer algo como esto de la nada no es bueno. Tengo que expresar mi malestar —Una chica inexpresiva se encontraba a mi lado.

Y luego, aunque parecía que todavía estaba tratando de decir algo, empujó mi cuerpo con ambos brazos, liberando a Azuki Azusa de nuestra situación pegajosa. También se podría decir que estaba despegando mi mano de un área peligrosa que no voy a mencionar.

***

 

 

Al pie de la torre del reloj del séptimo edificio, cerca de la vía principal, había un viejo banco de madera. Utilizando ese banco, formamos una escuadra.

En términos más simples—

¡Uuuu… Uuuuu…!

Hicimos que Azuki Azusa se sentara en el banco, y ella gruñó disconforme.

—Ya veo. Ella está diciendo que el solo hecho de ser arrastrada de forma tan brusca a un callejón por ti, sin siquiera darle la oportunidad de procesarlo, no es algo bueno, y que definitivamente no lo vuelvas a hacer jamás.

Tsutsukakushi estaba intentando tranquilizarla mientras traducía sus palabras para mí.

—Te comprendo. Yokodera es un chico sincero, después de todo. Si pasas mucho tiempo cerca de él, su franqueza puede ser demasiado agobiante como para sobrellevarla. Si hay algo a lo que culpar, es su naturaleza, favorecida por los mismos dioses…

Acero-san asintió para sí misma, interpretando las cosas a su manera.

—Yo solo quería atraparte para hablar, lo siento. Me alegro de que sigas en la escuela. ¿Estás practicando para el festival deportivo?

Respondí, y Tsutsukakushi le transmitió mis palabras a Azuki Azusa… puede sonar extraño viniendo de mí, pero este ‘jueguito del teléfono’ tiene demasiados sentimientos involucrados. Se supone que los teléfonos solo tienen que ver con la transmisión de datos. Pero en el instante en que intentaba acercarme al banco y tener una conversación directa con Azuki Azusa, ella solo mostraba signos de huir. Antes de darme cuenta, terminamos repeliéndonos como los polos de algún imán. ¿A quién debo pedir ayuda para solucionar este problema?

—…espera, eso me recuerda. ¿Por qué no estás usando el uniforme de la escuela, Azuki Azusa?

Intenté hallar una manera de comenzar algún tipo de conversación, así que pregunté sobre eso. Desde el desafortunado incidente de hace unos momentos, Azuki Azusa había estado acobardada, protegiendo su cuerpo. Al igual que yo, ella vestía la ropa que usamos cuando venimos o regresamos a casa desde la escuela. ¿Acaso olvidó su traje de baño hoy? Qué lástima. Ese es el único sentimiento que lamente respecto al asunto, honestamente.

Pero en lugar de eso, Azuki Azusa abrazó sus hombros.

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—…no quise ponerme mi traje de baño —Ella lo dijo, con un tono de voz cortante.

—¿Por qué no?

—Porque me harían cosas raras.

—¿Quién?

—Un pervertido.

—¿Qué pervertido?

—Tú —Justo cuando finalmente comenzamos a tener una conversación medio decente, de repente me señaló y dijo esas cosas.

¿Un pervertido? ¿Quien? ¿Yo?

—Jajá, esa broma dolió un poco. No hay forma de que yo haga algo así. Solo pregúntale a todos los demás.

—Mientes —Respondió con voz firme.

La luz brillante desprendida por sus ojos esmeralda me traspaso como una cortina atravesada por la luz solar.

—Tu eres el tipo de pervertido al que se le ocurriría crear su propio diseño asqueroso de traje de baño. Eres la clase de pervertido que se sentiría mejor en un día de mierda siempre que alguien lleve un traje de baño. No puedes ver a una chica en traje de baño porque te vuelves loco, maldito pervertido. ¡¡Y AÚN CON ESAS NO QUISISTE VENIR A OKINAWA 22 !! ¡Llamarte pervertido es tan fácil como recordar que un panda es blanco y negro!

—¿Q~Que estás diciendo…?

Todas estas acusaciones me golpearon lo suficiente como para hacerme tambalear, y no de forma metafórica. ¡¿Qué pude hacerle para que pensara así de mí?!

—Príncipe…     Pervertido-san…     Príncipe-san…

Pervertido-san… un verdadero pervertido, sí.

La que había asumido era mi aliada, Tsutsukakushi, de repente comenzó a estar de acuerdo con ella. Como un gatito que finalmente encontró su manta desaparecida, se aferró a esa palabra especial y se volteo en mi contra. Al final, tanto Tsutsukakushi como Azuki Azusa terminaron hablando al mismo tiempo.

  • Para más información, leer el volumen 2 (en caso de que se hallan saltado volúmenes).

—¡Pervertido! ¡Yokodera es un pervertido! ¡Un pervertido de pies a cabeza!

—Él realmente era un pervertido. Claro que lo es.

En verdad es un pervertido.

—¡Así es! ¡Es un pervertido! ¡Un babuino degenerado, un orangután depravado, un lobo pervertido!


Y así fue como se desarrolló este singular juego de adjetivos, donde el tópico principal hacía referencia a mi supuesta indecencia… ahora en serio ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Qué hice yo para merecer esto? Soy un príncipe. Soy Yokodera Ouji—

Senpai es un pervertido después de todo — Tsutsukakushi murmuró, casi como si todo estuviera cronometrado en un intento de desequilibrarme.

Y si ese era el caso, déjenme decirles que tuvo éxito.

Con una voz tranquila y plana, rebosante de ternura, me dio la última pieza que necesitaba para armar este rompecabezas. Sentí escalofríos de satisfacción recorriendo todo mi cuerpo. Incluso yo me había estado preguntando qué se encontraba mal conmigo, pensando “Ah, incluso nuestro dichoso Yokodera-kun puede caer en la desgracia”.

Se**** *s un P******* ****ués De **do.

Senpai es un p******* después de todo.

¡¡SENPAI ES UN PERVERTIDO DESPUÉS DE TODO!!

Estas palabras mágicas se hundieron profundamente en mi pecho, despejando la bruma que nublaba mi interior. Me sentí como un idiota por seguir usando esta gorra de béisbol, así que con apuro me la quité sin que nadie se diera cuenta.

Yo soy Youto Yokodera, el «Príncipe Pervertido».

Ninguna chica me trataría con amabilidad.

Un montón de recuerdos que me implicaban siendo un degenerado volvieron a mi mente como la plaga.

Hombre, ha pasado un tiempo. ¿Te ha gustado este sueño? Bueno, eso se acabó. En su lugar, ahora acepte este puñetazo en el estómago.

—Hey, ¿Están bien? Se ven como el extraño sequito de alguna nueva secta muda.

Acero-san, que se había mantenido callado hasta ahora, me susurro al oído con una expresión súper seria.

Su expresión preocupada me dio una sensación de alivio. Ella era la única que nunca había tratado a Yokodera-kun como un pervertido. Si no supiera que ella ya tenía a una persona que amaba, podría haberme enamorado de ella hace tiempo. De todos modos, en cuanto al fundador de la iglesia religiosa de “Pervertido”, Azuki Azusa todavía se encontraba con sus actividades de iluminación. Qué chica tan apasionada. Se sentó en el banco, encogiéndose detrás del hombro de Tsutsukakushi.

Suspirando, la chica inexpresiva en traje de baño la miró.

—…oye Tsutsukakushi-san, ¿Por qué estás usando un traje de baño? Sabes, estamos en la escuela —Preguntó Azuki Azusa.

—Lo llevo puesto porque estamos en la escuela

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¿No…?

—Eso no es lo que quise decir. Esto es una escuela. Eso es un traje de baño. Este es un uniforme. ¿Comprendes lo que digo?

Después de que Azuki Azusa le dijo eso, Tsutsukakushi miró más de cerca a la chica; la falda y blusa que llevaba, para ser específicos. Luego miró su traje de baño. Entonces, con una expresión indiferente, tiró de la fina tela adosada alrededor de su pecho y la despego. Por alguna razón no paro de mirarme después de eso, pero ahora que Azuki Azusa lo había mencionado, parece que el hechizo vinculado al deseo se había desvanecido.

Determine que la acción más sensata seria animarla luego de pasar todo el día en ese ‘uniforme’.

—P~Pienso que te queda estupendo. Los trajes de baño hacen a la mujer, y en realidad te veías especialmente adorable mientras caminabas así por la escuela.

—………

—Ahora que lo pienso, esta fue la primera vez que pude deleitar mis ojos con tu glorioso cuerpo mientras usabas un traje de baño, Tsutsukakushi. No

pensé que se te vería tan bien. Jajaja…….





—………

Tsukiko Tsutsukakushi no podía hacer ninguna expresión, sin importar la situación. Ella permaneció tan impecable como siempre. Sin embargo, por solo un momento, pude sentir como palidecía, ya que lentamente, como si estuviera en cámara lenta, ella se derrumbó en el suelo.

—Mi plan perfecto del traje de baño… No aquí…

Ahora se encontraba acostada de lado, mientras temblaba. Parecía un boxeador que había entrenado arduamente por el título mundial, solo para ser apaleado en la calle por algún delincuente anónimo. Pero, ¿Por qué? Además, y esto no está relacionado en absoluto, ¿Cómo que plan secreto? Esas dos hermanas verdaderamente son iguales.

Justo cuando decidí que probablemente debería ayudarla a levantarse, Azuki Azusa se interpuso entre nosotros. Amenazándome con una mirada dura, tomó a Tsutsukakushi y la ayudó a entrar al edificio de la escuela. ¿Existe una tienda que me pueda ayudar a fijar la distancia entre dos imanes de una misma polaridad? Porque el problema entre Azuki Azusa y yo seguía ahí.

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