Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 19

Interludio: Diario De Viaje

 

 

Hace algún tiempo, más o menos en el mismo momento en que Alma fue derrotada por Lucci…

Orphia se había teletransportado con Gouki y su gente a una montaña a pocos kilómetros de la capital de Galtuuk.

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“Démonos prisa, Lady Orphia. Por favor, muestre el camino”, instó Gouki de inmediato. Le habían informado de la situación antes de que llegaran.

Orphia había sido testigo de ominosas formas negras que caían del cielo un momento antes de abandonar la capital. Existía una gran posibilidad de que el castillo donde estaban Miharu y los demás estuviera en peligro, por lo que los había traído aquí con mucha prisa.

“Sí, pero Ariel solo puede llevar a ocho personas a la vez… No, si consideramos la posibilidad de una batalla aérea, sería mejor limitarla a cinco”. Si bien Aria podía volar sola, había demasiada gente de Gouki para cargar.

Estaba el representante de su grupo, Gouki; su esposa Kayoko; su hija Komomo; Sayo, que dejó su aldea para perseguir a Rio; y su hermano Shin, quien vino preocupado por su hermana pequeña. También estaban doce de los asistentes de Gouki, que habían estado sirviendo a su familia durante muchos años.

“En ese caso, podemos dividirnos en dos grupos. Tres de mi gente vendrán con Kayoko y conmigo”, dijo Gouki, decidiendo rápidamente qué miembros irían al castillo. “Aoi, Shin y Sayo… Quédense aquí con Komomo y los demás”.

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“Les levantaré aquí la casa de piedra”. Orphia instaló rápidamente la casa de piedra cercana para que las personas que se quedaban esperaran adentro. La única base para el mal presentimiento que tenía eran las formas negras que vio justo antes de teletransportarse. Si el castillo fuera realmente seguro, sus esfuerzos serían en vano, pero eso estaba bien para ella. Era mejor darse prisa por si acaso. Sin embargo, de camino a la capital, descubrieron que sus preocupaciones no eran infundadas.

“¿Qué es eso…?” La primera persona en notarlo fue Orphia, que volaba al frente. Estaba a una altura de aproximadamente quinientos metros sobre el suelo, pero había muchas formas cayendo rápidamente desde incluso más alto ante ella. Eran alrededor de cincuenta, y se acercaban a ellos a gran velocidad.


“¡P-Pueden ser semidragones de clase baja!” Orphia gritó, identificando las formas inmediatamente. Se parecían mucho a los lagartos alados que a menudo se ven en todo el desierto.

“Así que eso es un semi-dragón… Hmm”. Gouki los miró con curiosidad, nunca antes había visto uno.

“Lo más probable es que sean lagartijas aladas. Pero, ¿por qué están aquí en cantidades tan grandes…?”

Su territorio debería haber estado en el desierto. El extraño individuo vagaba por la región de Strahl de vez en cuando, y hubo reinos que intentaron atraparlos para criarlos y domesticarlos como grifos, pero no hubo ningún éxito. Eso era lo que Rio le había dicho antes, por lo que era extraño que estuvieran en el Castillo de Galarc en un número tan grande.

Sin embargo, había algo en ellos que era diferente a los lagartos alados que conocía Orphia. En primer lugar, el color de su piel era tan oscuro como un Wyvern Negro. En segundo lugar…

“¡¿Qué?!”

Cuando el lagarto alado abrió la boca, un soplo de fuego salió corriendo para matarlos.

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“¡Haaah!” Orphia voló hacia el lagarto alado, creando una barrera de viento para proteger a Ariel y a los pasajeros detrás de ella. El aliento fue redirigido limpiamente.

“¡Espléndido!” Gouki se rio en alabanza. “Parece que estas cosas nos impiden acercarnos al castillo. Deben estar relacionados con las formas negras que viste antes, Lady Orphia.”

No había ninguna base para su suposición, pero sus sentidos habían sido agudizados por muchos años de experiencia en combate, y eso era lo que sus sentidos le decían.

“¡Aquí vienen!” Orphia advirtió de repente.

Los lagartos alados se acercaron rápidamente para morder al grupo de Gouki.

“¡Parece que tendremos que eliminarlos!” Tan pronto como Gouki gritó eso, saltó de la espalda de Ariel, cayendo bajo la fuerza de la gravedad. “¡Ha ha! Que conveniente de verdad. Como se esperaba de Lord Dominic.”

Pateó el aire y comenzó a correr a través de él. El secreto de esta hazaña estaba en las botas que usaba. Eran un artefacto mágico creado por Dominic, capaz de crear diminutas barreras mágicas que sirvieran como puntos de apoyo para correr y saltar por el aire.

Sara y Alma podían hacer lo mismo con las artes espirituales, pero era una técnica que requería un delicado control de la esencia. Si Gouki aprendiera la técnica desde cero como humano, le llevaría bastante tiempo. Por eso, aunque eran un poco difíciles de usar, estas botas fueron diseñadas para apoyar sus artes espirituales.

Puede que no pueda volar libremente como Sir Rio y Lady Orphia, ¡pero al menos ahora puedo luchar en el aire! Gouki se regocijó. Esta iba a ser su primera batalla en el aire.

“¡Hmph!” Gouki cargó contra un lagarto alado desde el frente, desenvainando su espada mientras pasaba. El duro cuerpo del lagarto alado fue cortado limpiamente por la mitad.

“Ha ha, no podría estar más agradecido con Lord Dominic. Qué espada espléndida.”

La espada que llevaba se llamaba Kamaitachi. Había sido forjado por Dominic para Gouki después de que Gouki le contara sobre todas las armas y armaduras en la región de Yagumo. La espada tenía una compatibilidad perfecta con su portador, quien la había nombrado: Gouki se especializaba en las artes del espíritu del viento, y esta arma de primera clase podía vestirse con las artes del viento al igual que la de Rio.

Los lagartos alados se dispersaron como niebla en el aire, dejando gemas encantadas que cayeron al suelo.

¿Gemas monstruosas? ¿No son lagartijas aladas…?

Orphia estaba confundida al ver las gemas. No pudo recuperar las gemas encantadas durante la batalla, pero sería necesario un análisis.

Usó sus artes espirituales para crear varias bolas de rayos y luego las disparó a los lagartos con alas falsas a gran velocidad. Los orbes de rayos golpearon a varias de las criaturas.

“¡Gyaaah!” Los lagartos con alas falsas simplemente se tambalearon por el impacto y continuaron volando.

Parece que las artes tienen poco efecto sobre ellos, al igual que los lagartos alados reales.

Gracias a eso, ahora conocía sus fortalezas y debilidades. Parecía que eran básicamente lagartos alados que podían escupir fuego.

“Las artes que convierten la esencia mágica en energía tendrán poco efecto. ¡Si vas a atacar con artes espirituales, crea algo con sustancia física o impacto!” Orphia inmediatamente explicó a los demás.

“Ya veo. Comprendido. ¿Todos la escuchan?” Kayoko preguntó a los tres asistentes que permanecían con ella en la espalda de Ariel.

“¡Sí!”

“Entonces déjanos ir. No vinimos para ser equipaje. Demostremos nuestro valor”.

Con esas palabras, Kayoko saltó de la espalda de Ariel. Sus asistentes la siguieron. Eran élites que habían sido entrenados en combate por Gouki y Kayoko desde una edad temprana. Corrieron por el aire sin ningún miedo.

Por cierto, el arma que Kayoko sostenía en su mano era una kodachi. Incluso si pudiera correr por el aire, el alcance de su arma parecía insuficiente para enfrentarse a los lagartos alados. Sin embargo…

“¡¿Grah?!”

Un chorro de agua se extendía diez metros desde el final de su kodachi, envolviendo el cuerpo de un lagarto alado como un látigo. Con sus movimientos restringidos en el aire, el lagarto alado perdió el equilibrio.

“Hmm…” Kayoko atrajo al lagarto alado hacia ella, luego echó a correr. Luego sacó un kodachi más de su vaina y lo apuñaló en la cabeza de la criatura. El lagarto alado murió, dejando tras de sí una gema encantada.

Qué maravillosa espada de hecho. La piel de la criatura parecía bastante dura, pero…

El kodachi había perforado la cabeza del semi-dragón suavemente, como si no hubiera resistencia en absoluto. Los dos kodachi en las manos de Kayoko eran armas de primera clase forjadas por Dominic. Estaban optimizados para las artes espirituales del agua, en las que se especializó.

Si pueden ser asesinados con un solo golpe en la cabeza, entonces no hay necesidad de sujetarlos. Debería ser capaz de conservar mi esencia mágica. No se sabe cuán dura será la batalla una vez que lleguemos al castillo.

Mientras pensaba en esas cosas, el siguiente lagarto alado se acercó para morderla hasta matarla. Pero en el momento en que abrió la boca—

“Si abres tanto la mandíbula, obstruirás tu propia visión. Y son malos modales”, murmuró Kayoko. Esperó hasta el último momento antes de moverse. Las mandíbulas se cerraron alrededor de nada más que aire.

“¡¿Grr…?!”

Una fuerte presión desde arriba hizo que el cuerpo del lagarto alado cayera. Kayoko había saltado, usando el impulso de su caída para hundir su kodachi en su cráneo.

El lagarto alado hizo ademán de gritar, pero su visión ya era negra. Su cuerpo pronto se dispersó.

“Correcto. ¡Limpiemos esto rápido!”

Seirei Gensouki Volumen 19 Interludio

 

El mayor temor del combate en el aire era la posibilidad de que los enemigos vinieran de todas las direcciones, pero tanto Gouki como Kayoko se manejaron perfectamente en su primera batalla en el aire, cortando cada lagarto alado que se acercaba. Los tres asistentes de Gouki también trabajaron en equipo para manejar su parte de los enemigos sin ningún problema.

Son increíbles… No puedo pelear así, así que usaré mi hielo…

Orphia quedó impresionada, pero rápidamente activó sus artes espirituales para unirse a la refriega. Pensó que simplemente liberar su esencia en forma de aire frío no sería suficiente para congelarlos, por lo que optó por apuñalarlos con lanzas de hielo. Si Celia era una maestra en hacer fuertes fijos, Orphia era una maestra en hacer fuertes móviles. Simultáneamente lanzó sus artes espirituales voladoras con la creación de la lanza de hielo, contraatacando a todos los lagartos alados que se acercaban a ella.

“¡Kreee!” El espíritu del contrato de Orphia, Ariel, manipuló el viento para hacer retroceder a los lagartos alados, ajustando cuántos de ellos se acercaban a la vez.

Así, más de treinta lagartos alados fueron derrotados en cuestión de minutos. En ese momento, los enemigos restantes parecían reacios a acercarse solo para ser asesinados.

“¡Gyaaah!”

Detuvieron sus intentos de morder a favor de rodearlos desde la distancia. “Ugh, sus movimientos han cambiado. ¡Todos, retírense!” ordenó Gouki.

“Por favor, sube a la espalda de Ariel. Están a punto de exhalar su fuego”. A sugerencia de Orphia, los humanos que no podían volar regresaron a la espalda de Ariel.

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“¡Graaah!”

Como esperaba, los lagartos alados comenzaron a lanzar fuego. Sin embargo, Orphia y Ariel podían controlar el viento. No permitieron que las llamas los alcanzaran.

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“Los lagartos alados normalmente desafían a los enemigos sobre los que tienen ventaja…”

Los lagartos alados aquí eran claramente anormales. Eran monstruos que arrojaban gemas encantadas. Orphia frunció el ceño, dándose cuenta una vez más de que algo estaba raro.

“Mmm. Sus movimientos están extrañamente unificados. No veo a ningún líder específico del grupo… Su único objetivo parece ser detenernos”.

“Aunque ahora podemos correr por el aire, los enemigos que pueden volar libremente siguen siendo difíciles de enfrentar”.

“Por cierto. No se sabe qué está pasando en la mansión de Sir Rio, así que no deberíamos quedarnos aquí por más tiempo”.

Gouki miró a los lagartos alados con sospecha, mientras que Kayoko expresó su molestia por la prolongación de la batalla. Por lo tanto, a Orphia se le ocurrió una sugerencia.

“¿Qué tal si todos van con Ariel a revisar el castillo primero? Puedo encargarme del resto de ellos sola.”

“Mmm. ¿Está segura?”

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“Sí. Los números ya se han reducido mucho. La capital está justo delante de nosotros, y podría estar pasando algo allí. Ariel también sabe dónde se encuentra la mansión de Rio”.

Orphia recordó las formas negras que había visto antes de teletransportarse. Quería comprobar las cosas lo antes posible. Actualmente se encontraban a un kilómetro de la capital. Ariel podría hacer esa distancia en muy poco tiempo.

“Ciertamente… Está bien. Regresaremos de inmediato si todo está bien allí”.

El grupo de Gouki se especializó en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que estaban en desventaja desde el momento en que los lagartos alados comenzaron a mantener su distancia. Orphia era la más adecuada para el combate a larga distancia con sus artes espirituales, por lo que era la decisión más eficiente en este momento.

Los lagartos alados estaban lanzando fuego incluso en este momento, pero la barrera de viento de Orphia estaba bloqueando los ataques perfectamente. Ella no debería tener problemas para enfrentarse a ellos sola.

“Sí, y te seguiré tan pronto como termine. Terminé de preparar mi esencia mágica mientras hablábamos: voy a lanzar un arte a gran escala. Ariel despegará a mi señal.”

“Entendido”, asintió Gouki. “¡Vete, Ariel!”

“¡Kreee!”

A la señal de Orphia, Ariel emprendió el vuelo hacia la capital. Hasta ahora, Ariel había permanecido estacionario mediante el uso de las artes espirituales del viento, pero aceleró rápidamente en el momento en que batió sus alas.

“¡Graaah!”

Los lagartos alados redirigieron su fuego, pero Ariel había instalado una barrera contra el viento para desviar las llamas. Luego, una vez que Ariel había llegado a cierta distancia, Orphia comenzó su ataque.

“¡Soy tu oponente!” Un gran tornado apareció a su alrededor. “¡¿Grah?!”

Los lagartos alados fueron tragados por el tornado, perdiendo el equilibrio hasta el punto de que ya no podían volar. Sin embargo, el tornado en sí no les hizo ningún daño. Dejarlos caer al suelo era una forma de dañarlos, pero Orphia optó por enviarlos más alto en el aire. Luego apuntó a los tambaleantes lagartos alados y disparó sus lanzas de hielo.

“¡¿Griii?!”

Una lanza de hielo atravesó los cuerpos de los lagartos alados. Algunos sobrevivieron a la primera lanza, pero pronto fueron eliminados por el ataque de seguimiento.

“¡Está bien!”

Para cuando Orphia limpió las lagartijas aladas restantes, el grupo de Gouki acababa de llegar a los cielos sobre la mansión de Rio.


***

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Mientras tanto, Reiss se escondía muy por encima de las nubes después de enviar a los lagartos alados para detener al grupo de Orphia.

Un enjambre de cincuenta lagartos de alas oscuras fue eliminado tan fácilmente. Supuse que los semidragones serían el mejor enfrentamiento contra una hechicera y su espíritu de clase media, pero, por desgracia…

Había cometido un gran error de cálculo. No había esperado derrotarla por completo, pero pensó que ella lucharía más que esto. Debería haber sido suficiente para cumplir su objetivo de ganar algo de tiempo.

Los lagartos alados eran la variedad más débil de semidragones voladores, pero eso no los hacía débiles como monstruos. Su piel era dura y resistente a la esencia mágica, sus dientes eran afilados y podían volar libremente por el aire. Además de eso, los que Reiss liberó podían escupir fuego. No eran débiles de ninguna manera.

Lo que no había tenido en cuenta era cuán hábil era Orphia en las artes espirituales, incluso para un alto elfo.

El arte espiritual utilizado para volar en el aire estaba muy avanzado. Esa era la razón por la que la mayoría de los espíritus no podían lanzar artes a gran escala mientras volaban al mismo tiempo, pero parecía que Orphia era una excepción a esto.

Además, ha traído algunos refuerzos poderosos. Honestamente, de dónde vienen todas estas personas problemáticas…

Reiss se rio para sí mismo. Incluso él no sabía por qué se estaba riendo de una situación por la que uno normalmente estaría enojado.

Parece que estaba completamente preocupado por el Caballero Negro y su espíritu de contrato.

Había subestimado a la gente reunida alrededor de Río sin darse cuenta él mismo. Sabía que tenían algunas habilidades decentes, pero pensó que estaba bien dejarlos solos.

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Sin embargo, cuando todas estas personas capacitadas se reunieron, formaron una fuerza formidable igual a una nación importante.

Sin embargo, no hay duda de que el Caballero Negro es el más problemático. Debemos obtener un seguro contra él. Pero si no podemos asegurar un rehén, entonces… En el peor de los casos, deberíamos considerar reducir las fuerzas a su alrededor. Después de todo, se supone que el ataque esta vez es obra de los Leones Celestiales.

Si no pudieran asegurar un rehén, entonces dejarían de preocuparse por capturarlos vivos.

Si hacemos esto, se convencerán de que todavía estoy vivo, pero…

Pero valía la pena hacerlo de todos modos, decidió.

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