Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 19

Capítulo 3: Los Leones Celestiales

Parte 1

Los Leones Celestiales. Un grupo de mercenarios veteranos una vez dirigido por el difunto Lucius Orgueil.

En este momento, cincuenta mercenarios que vestían el uniforme del grupo volaban hacia el Castillo de Galarc. Descendieron rápidamente hasta alcanzar una altura de doscientos metros, donde comenzaron a disparar balas de luz hacia el suelo.

Cada bala de luz tenía unos pocos centímetros de diámetro. En realidad, eran balas de energía mágica, pero podían compararse con orbes duros de poco menos de un kilogramo de peso que se disparaban a una velocidad de trescientos kilómetros por hora. Tal ataque estaba siendo disparado rápidamente por cincuenta personas a la vez.

Las balas de luz se convirtieron en lluvia, acercándose al suelo en un instante. Sus objetivos eran Sara en el techo, Celia y los demás alrededor de la mansión, y los dos pelotones de caballeros aéreos que Francois había enviado. Se dividen en grupos proporcionales al número de objetivos.

“¡Haaah!”

Sara y Alma convocaron una enorme barrera de esencia mágica, bloqueando las balas para que no las alcanzaran. Sara se enfocó en minimizar el daño a la mansión, mientras Alma protegía a los que la rodeaban. Sus defensas funcionaron con éxito, pero los caballeros aéreos estaban indefensos ante los ataques desde arriba.

“¡¿Gah?!”

“¡Gwargh!”

Los caballeros y grifos soltaron gritos de dolor cuando fueron golpeados por el ataque.

Los caballeros que fueron golpeados críticamente perdieron el conocimiento, sus grifos se volvieron violentos por el dolor. Mientras tenían correas de seguridad, comenzaron a caerse de sus monturas uno por uno. Cuando los ataques cesaron, no quedaba nadie volando. Fue un pandemónium.

“Ngh…”

Sara y Alma no pudieron hacer otra cosa que observar. Los ataques eran incesantes, dejándolos sin otra opción que concentrarse en mantener su barrera. Durante ese tiempo, los asaltantes llegaron a una distancia de aterrizaje del suelo.

Tch, todos los objetivos de máxima prioridad están ilesos. El señor Reiss dijo que había muchas posibilidades de que bloquearan el primer ataque, pero al menos uno podría haber caído y habernos facilitado las cosas…

Uno de los mercenarios de los Leones Celestiales, Arein, chasqueó la lengua molesto. Pero inmediatamente cambió de marcha.

“¡Sigue el plan! ¡Lucci, tu escuadrón toma el exterior! ¡Ven, tu escuadrón se dirige al interior de la mansión! Mi escuadrón será la unidad de comando. Evitaremos que los caballeros del castillo se acerquen a pie.

¡Mudarse!” ordenó a sus camaradas a su alrededor. “¡Correcto!”

Los mercenarios se movieron rápidamente. Treinta de ellos continuaron el ataque desde arriba con Arein, mientras que los demás se dividieron en dos grupos para descender al suelo. Once mercenarios y Lucci aterrizaron cerca de las paredes de tierra que Celia había colocado antes, mientras que Ven y los siete restantes se acercaron a la puerta principal de la mansión.

“¡Ngh, los enemigos están entrando…!”

El número de asaltantes que disparaban balas desde arriba había disminuido, pero el feroz bombardeo aún continuaba. Sara no tuvo más remedio que seguir sosteniendo su barrera.

Me están ignorando por completo… ¡¿Están detrás de las princesas?! ¡Esto es malo!

Sara adivinó el objetivo de los mercenarios y llamó a los demás de abajo. “¡Voy a apoyar a los demás adentro! ¡Cuida el exterior!”

“¡Ve, Sara!” Celia respondió de inmediato. La lluvia de balas intentó impedir que Sara se moviera. Sin embargo…

Con sus fuerzas divididas, el enfoque en mí ha disminuido. ¡Si es así…!

Mientras mantenía su barrera, Sara invocó varias lanzas de hielo a su alrededor. Luego, los disparó a los lados, enviándolos al cielo en un arco curvo. Ella controló su trayectoria con artes espirituales, apuntando a los mercenarios que la atacaban.

“Tch”.

Los mercenarios que estaban siendo atacados dieron vueltas en el aire, evadiendo las lanzas. Al hacerlo, su ataque a Sara vaciló.

“¡Ahora!”

Sara vio esa estrecha abertura y aprovechó la oportunidad para saltar a la planta baja y entrar corriendo en la mansión a través de una ventana.

***

Mientras Sara regresaba a la mansión, los mercenarios bajo el mando de Lucci llegaron al suelo.

“¡Guh, están al otro lado de mi pared de tierra…!” Celia lloró de frustración.

El momento del aterrizaje fue una gran oportunidad para contraatacar, pero habían aterrizado fuera de la línea de visión de ella para evitar su magia. Su conocimiento de cómo manejar el terreno en la batalla, su estrategia de emboscada cuidadosamente planificada, estaba claro que eran un enemigo mucho más formidable que los aparecidos que habían atacado antes.

“Quattuor Magi: Magicae Displodo”.

Celia fijó su mirada en las dos paredes que había creado y cantó un hechizo de ataque. Magicae Displodo era un hechizo que disparaba un poderoso cañón mágico, haciéndolo extremadamente letal. La posibilidad de bajas cruzó por la mente de Celia.

… ¡Este no es el momento de contenerse!

Si dudaba aquí, alguien entre ellos definitivamente moriría. Manipuló su magia lo más rápido que pudo, dedicando tres segundos a crear cuatro círculos mágicos ante ella. Sin embargo, ella no los despidió de inmediato.

“¡Potentia Incantatio! ¡Superfondo!” ella gritó.

El resplandor de los círculos mágicos aumentó en luminosidad. Al momento siguiente, cuatro poderosos estallidos de luz fueron disparados desde los círculos como balas de cañón.

Por supuesto, estaban dirigidos a los dos gigantescos muros de tierra que Celia había creado. La punta de la luz chocó con una fuerte explosión. Al controlar la trayectoria de los hechizos, se aseguró de derribar las paredes por completo. En realidad, los enemigos del otro lado del muro quedaron enterrados vivos entre los escombros.

“¡Oh!” los caballeros vitorearon. Pero inmediatamente después… Boom.

Los escombros caídos fueron arrastrados con gran fuerza. “¡¿Qu… qué?!”

Un torrente de oscuridad vino del otro lado de la pared, tragando los cuatro estallidos mágicos de Celia en una violenta tormenta.

“¡Guh…!”

Todos retrocedieron ante la onda expansiva, excepto Alma. Movió la barrera que había colocado sobre sus cabezas hacia su frente, bloqueando el avance del viento. Los escombros voladores chocaron con la pared, pero se desintegró con el impacto.

El viento finalmente se detuvo, dejando una nube de polvo que obstruía su vista. Los mercenarios tampoco podrían verlos.

“¡Ha! ¡Ha! ¡Ha ha!” Desde el otro lado de donde había estado la pared había un hombre que cacareaba alegremente. Era el hombre más grande del grupo, Lucci.

“¡Maldita sea, esta espada es genial! ¡El recuerdo del comandante es asombroso!”

Miró la espada negra en su mano con una sonrisa, una mirada enloquecida en sus ojos.

“Ngh… Alma, voy a mantener al enemigo bajo control y asegurar una línea de visión. Derriba la barrera del frente.”

“¡Claro!”

“Vortex.” Celia usó un nuevo hechizo para despejar su visión y mantener a raya a los enemigos. Un torbellino arremolinado fue liberado del hechizo mágico, soplando la nube de polvo mientras avanzaba. Sin embargo—

“¡Sólo Pruébame!” Otra ola de choque de oscuridad los golpeó violentamente. Lucci había balanceado la espada en su mano, derribando la magia de torbellino que Celia había usado.

Al mismo tiempo, su visión se aclaró rápidamente. Para entonces, todos los escombros habían caído, por lo que los dos lados finalmente pudieron verse correctamente. El lado de Celia se encontró con la vista de doce mercenarios con uniformes de combate negros.

“¿Q-Qué fue eso…?” Celia tembló inquieta.

“¡Todos, saquen sus espadas! ¡Mejoren sus habilidades físicas!”

Louise desenvainó su espada e inmediatamente asumió la preparación para el combate. Ella cantó el hechizo para encantar su habilidad física, y sus seis subordinados hicieron lo mismo.

Fue un mal movimiento actuar sin tener idea de la posición del enemigo, pero ahora que la vista se había aclarado, la batalla podría comenzar en cualquier momento.

“Yo me haré cargo del lanzamiento de la barrera, Alma. Magicae Murum”, cantó Celia a toda prisa. Su barrera se superpuso con la de Alma desde el interior, creando un muro contra los ataques físicos y mágicos.

Mantener una barrera limitaba los movimientos del lanzador, por lo que era mejor para una hechicera como ella manejar el hechizo sobre la altamente móvil Alma.

Los ataques desde arriba habían cesado después de que Sara se deslizara dentro de la mansión, pero no se sabía cuándo podrían comenzar de nuevo. Tenía que mantener la barrera levantada por si acaso, eso era lo que significaba tener el control del aire.

“Por favor.” Alma asintió y canceló su propia barrera. Avanzó hacia adelante mientras miraba a Lucci y a los otros mercenarios con sus armas listas. Sin embargo, a pesar de la atmósfera críticamente tensa, Lucci se echó a reír sin motivo aparente.

“¡Ha ha ha!”

Fue tan espeluznante que Celia y los demás fruncieron el ceño en respuesta.

“Celia, ¿te has dado cuenta?” Alma susurró a Celia sin mover la mirada.

“¿Te diste cuenta de qué…?”

“Ese hombre con la espada negra es parte de la pandilla que nos atacó en el camino a Rodania con la princesa.” Alma lo había enfrentado ella misma, así que lo recordaba claramente.

“¡Ah…!” Celia jadeó.

“¡Ha! Parece que finalmente nos has pillado. Incluso vestimos nuestros uniformes de escuadrón para ponértelo más fácil. Oye, continuemos desde donde lo dejamos”.

Lucci apuntó su espada a Alma sin ningún intento de ocultar su identidad. Alma había ganado la última vez, pero su actitud altiva parecía implicar que pensaba que su victoria sería segura esta vez.

¿De qué reino es ese uniforme de caballero aéreo? ¿Podría ser un uniforme de escuadrón de mercenarios? De cualquier manera, ¿por qué atacarían nuestro castillo con uniformes claramente identificables…?

Sin saber nada de él, a Louise se le ocurrió su propia suposición. Al igual que los Caballeros de Galarc, este grupo de personas vestía un uniforme de combate del mismo diseño. Pero aparte de eso—

“Ese mocoso con la maza y el pequeño hechicero lanzando la barrera son nuestros objetivos, ¿verdad, Lucci?” preguntó un mercenario al lado de Lucci. No había nadie más entre ellos cuyo rostro reconocieran Alma y Celia.

“Sí, exactamente como la sesión informativa. Ustedes apunten al hechicero. Cuida también a los extras que la rodean. La mocosa que empuña la maza sería demasiado para ti, así que es mía.”

“Solo porque tienes la espada del comandante ahora…” murmuró una voz descontenta. Los otros mercenarios miraron la espada encantada negra de Lucci con descontento.

“Fui el único que coincidió en compatibilidad, ¿recuerdas?” Lucci dijo jactanciosamente. La espada encantada de color negro azabache que usó Lucius era poderosa. Acababan de presenciar su poder hace unos momentos. Era comprensible que Lucci estuviera emocionado por pelear, pero—

“Tch… No olvides que tomar como rehén a un solo objetivo es suficiente para cumplir la misión”, advirtió un hombre a Lucci, recordándole que no se olvide de cumplir con la tarea en su entusiasmo.

“Por supuesto. ¿Por qué más estamos aquí?”

Lucci miró al hombre con el ceño fruncido. Estaban aquí para vengarse del hombre que mató a su capitán.

“Terminemos esto antes de que lleguen los refuerzos enemigos. Siga mi ejemplo.”

Se recompuso y volvió su mirada a Alma, adoptando una postura de batalla.

“Celia”.

Al sentir los movimientos del enemigo, Alma llamó a Celia mientras se movía para pararse frente a ella. Planificaron una estrategia utilizando la menor cantidad de palabras posible.

“Lo sé.”

Celia tenía una barrera levantada en lo alto y al frente, pero quitó la que estaba al frente. Alma luego caminó hacia adelante.

Luego, Louise y los otros caballeros se pararon frente a Celia. Celia ajustó la forma de la barrera para crear una forma de cúpula con una abertura solo al frente de los caballeros.

Una vez que Alma vio eso, golpeó la cabeza de su maza contra el suelo. Un muro grueso se levantó del suelo detrás de ella, deteniéndose a una altura de un metro. Bloqueó parcialmente la sección de la barrera que Celia había dejado abierta ante los caballeros.

“…”

Ya habían confirmado que ambos bandos podían realizar ataques de gran alcance. Sería imprudente cargar hacia adelante, por lo que no tuvieron más remedio que mirarse con cautela el uno al otro.

Sin embargo, cuanto más tiempo pasara, más desventaja tendrían los atacantes. El silencio pronto se rompería.

“¡Vamos!”

“¡Ven a mí!”

Lucci y Alma gritaron al mismo tiempo. Lucci echó a correr hacia Alma, seguido por los otros mercenarios un segundo después.

Son rápidos…

Ese tipo de velocidad no se podía lograr solo con habilidades físicas mejoradas mágicamente: tenían que estar usando espadas encantadas que también podrían reforzar sus cuerpos físicos. Los movimientos de Lucci en particular fueron algo especial; era considerablemente más rápido que los demás.

Sin embargo, Alma también mejoró sus habilidades físicas y su cuerpo, por lo que pudo capturar sus movimientos iniciales con precisión.

Esta formación fue la elección correcta después de todo.

Los caballeros a su lado solo podían mejorar sus habilidades físicas, por lo que no habrían podido mantener esa velocidad. La última vez que se enfrentó a Lucci, Arein y Ven, los tres poseían espadas encantadas que podían mejorar sus cuerpos físicos. Temiendo que los otros mercenarios estuvieran en posesión de armas similares, les había pedido a los caballeros que retrocedieran.

“¡Ha!” Alma cargó directamente hacia adelante y, al momento siguiente, Lucci estaba a su alcance.

Sin embargo, lo contrario también se aplica a Lucci. Sus armas chocaron con un sonido chirriante. Alma intentó avanzar con su fuerza de enano, pero Lucci tenía más fuerza en los brazos de lo que esperaba. De hecho, era claramente más fuerte que la última vez que pelearon. Podía decir que tenía una poderosa mejora del cuerpo físico aplicada a través de la espada encantada de Lucius.

“Guh…”

“Maldita sea, ¿de dónde viene esa fuerza animal?”

La fuerza física de Alma ganó por un margen débil, empujando a Lucci hacia atrás. Sin embargo, no fue suficiente para hacerle perder el equilibrio, ya que inmediatamente cargó hacia adelante una vez más.

“¡Estás tardando demasiado, Lucci!” Mientras lo empujaban hacia atrás, dos mercenarios pasaron a cada lado de él, acuchillando a Alma.

“¡Oigan, ustedes dos! ¡Esa es mi presa!” Lucci gruñó.

No importa cuántos hay de ustedes. ¡Nadie me supera! Alma golpeó su maza contra el suelo, sin verse afectada por la cantidad de oponentes. El suelo se abrió, enviando una onda expansiva de piedras y guijarros volando.

“¡Gah!”

“¡Fuera de mi camino!”

Los dos mercenarios retrocedieron y Lucci cargó en su lugar.

“¡No te dejaré!” Alma golpeó su maza contra el suelo frente a ella, usando esencia mágica para crear picos de tierra, similares a los de un erizo.

“Oh, qué miedo”. Una oscuridad lúgubre fluyó de la espada de Lucci. Con un golpe hacia adelante, aplastó las puntas de tierra, luego, con otro golpe hacia atrás, golpeó a Alma, que ya no estaba obstruida.

“¡Ha!” Alma levantó su maza por reflejo, bloqueando la espada de Lucci.

“¡Esta mocosa es mi presa! ¡Todos ustedes atacan a los demás desde los lados!” Lucci gritó a los otros mercenarios.

“¡Tch!” Hubo algunos mercenarios que fruncieron el ceño con tristeza, pero se tragaron su orgullo y priorizaron la meta. Se separaron según lo ordenado, pasando por Alma para apuntar a Celia y los caballeros.

“¡Ahora!” “¡Ignis Iecit!”

“¡Fulgur Sphera!”

Por orden de Louise, dos de los caballeros lanzaron magia de ataque a través de la brecha en la pared frente a ellos. No eran hechiceros, por lo que su habilidad mágica era limitada, pero aún podían usar hechizos de grado inferior, y cuando se trataba de luchar con humanos, la magia de ataque de grado inferior era una amenaza más que suficiente.

Si bien la barrera los protegía de los ataques externos, no había forma de atacar desde el interior de la barrera. Por eso Celia había dejado abierta la parte delantera de la barrera a propósito y Alma había construido un muro bajo para que sirviera de obstrucción.

Así, Alma podía evitar que los enemigos avanzaran por el medio, mientras que Louise y los caballeros podían detener a los enemigos que intentaban moverse con hechizos estilo orbe. Este era el plan que Celia había ideado en el lugar antes. Sin embargo…

“Tch”.

Los hechizos de ataque estilo orbe tenían una alta letalidad incluso en los grados más bajos, pero la compensación por su poder era una velocidad de proyectil más lenta. Esto dificultaba apuntar a soldados experimentados con cuerpos impulsados por sus espadas encantadas. Los mercenarios retrocedieron y rodearon los puntos de impacto, negando los hechizos.

“¡Photon Projectilis!”

Otros dos caballeros apuntaron en el momento en que los mercenarios evadieron los hechizos. Las balas de fotones tenían menos poder que los hechizos estilo orbe, pero como hechizos estilo bala, tenían una velocidad de proyectil mucho más rápida. Las balas de tipo ligero eran las más rápidas de todas, pero…

“Que molesto.”

“No son los pusilánimes que esperaba. Eso es algo de habilidad.” “¡No subestimes a tus enemigos! Siguen siendo caballeros de élite.”

Los mercenarios continuaron evadiendo la magia con facilidad. Incluso tuvieron el tiempo de quejarse mientras saltaban.

Mientras tanto, la maza de Alma chocó con la espada de Lucci en una lucha a vida o muerte. “¡Toma eso!”

Evidentemente, Lucci era más fuerte que la última vez que pelearon. Sus técnicas básicas no habían mejorado, pero sus habilidades físicas habían aumentado dramáticamente. Alma tenía un poco más de fuerza física, pero estaban a la par en términos de velocidad. Además de eso, Lucci claramente tenía más experiencia en pelear contra otras personas. Toda su experiencia como mercenario no era solo para mostrar.

¡También estoy destinado a atraer a la mayoría de los enemigos! Alma apretó los dientes, frustrada porque solo pudo distraer a un solo enemigo. Eran momentos como este donde su falta de experiencia en combate la dejaba en desventaja.

“Ha. Veo que tus amigos se han centrado en ir a la defensiva para ganar tiempo. Pero no resistirán por mucho tiempo”, se burló Lucci, viendo a través del pánico en la expresión de Alma mientras blandía su espada.

“Guh…”

La situación no pintaba bien. Los asaltantes eran todos hábiles mercenarios de los renombrados Leones Celestiales. Aunque no podían avanzar con la barrera y el aluvión de hechizos obstruyéndolos, no estaban dispuestos a retirarse en silencio.

“Photon Projectilis”.

Los mercenarios comenzaron a contraatacar mientras se evadían. Su objetivo era, por supuesto, el frente desprotegido de la barrera.

El muro bajo que Alma había construido proporcionaba una buena protección contra los proyectiles, pero había huecos para que los caballeros expusieran las mitades superiores de sus cuerpos y lanzaran su magia. Las balas de fotones se deslizaron por esos huecos y rebotaron por el interior de la barrera.

“Ngh. Lady Celia, quédese abajo.”

“O-Okay”. Por orden de Louise, Celia se inclinó.

El factor más importante de un duelo mágico era la cobertura. El riesgo de ser golpeado se redujo por la cantidad de cobertura que tenían durante el lanzamiento.

“¡Mantén la cabeza baja y los hechizos vienen! ¡Lanza hasta que te quedes sin esencia mágica!”

“¡Sí, capitán!”

Los caballeros se agacharon y continuaron lanzando hechizos sobre la pared, pero su precisión naturalmente disminuyó con la cabeza tan baja. Eso facilitó el movimiento de los mercenarios.

“¡Muy bien, sortéalos!”

“¡Una barrera de este tamaño tiene que ser una carga para sostener!” “¡Rómpelo con tus ataques!”

Eventualmente,   los   mercenarios   los   rodearon   por   todos   lados y comenzaron a atacar la barrera.

“Ugh…” El pánico llenó el rostro de Celia mientras observaba a los asaltantes maliciosos atacar su barrera con su magia y armas.

No había duda de que su barrera era un poderoso método de defensa capaz de bloquear todos los ataques y mantener alejados a los intrusos, pero también consumía mucha esencia mágica. Solo tenerlo consumía esencia, pero bloquear ataques consumía aún más. El consumo de esencia aumentó exponencialmente a medida que aumentaba el área de la barrera, y la fuerza de la barrera se debilitaba a medida que quedaba menos esencia.

Si quería minimizar su consumo de esencia, tenía que encoger su barrera mientras la mantenía lo suficientemente resistente para resistir los ataques del enemigo, pero hacerlo no era una hazaña simple. La mayoría de las personas no tenían más remedio que usar toda su esencia mágica solo para hacer que la barrera fuera lo suficientemente grande. Es por eso que las barreras normalmente consumían mucha más esencia de la necesaria. No era práctico usar el hechizo en el campo de batalla a menos que el ataque fuera inevitable.

Celia tenía mucha más esencia que el hechicero promedio, pero incluso ella lucharía con más de diez mercenarios que rodeaban su barrera. Básicamente, estaban a bordo de un barco que se hunde en este momento, y en el momento en que se quedara sin esencia, los enemigos los eliminarían al instante.

E-Está bien… Tengo la esencia en la piedra espiritual que Rio me dio, y ya han causado tanto alboroto. Los refuerzos llegarán pronto. ¡Solo tengo que aguantar…!

Rio no estaba aquí en este momento… Ese hecho la pesaba mucho. Pero para demostrar que estaba bien sin él, tuvo que luchar. Celia agarró la piedra espiritual que recibió de Rio y frenéticamente se dijo a sí misma que estaría bien.

Alma pudo ver a Celia sosteniendo la piedra espiritual mientras luchaba y tomaba una decisión.

¡No hay otra opción…!

Todavía tenía un as bajo la manga, y esperaba mantenerlo oculto; no, su aldea le había ordenado que lo mantuviera oculto a toda costa. Pero si ella no lo usara aquí, la situación se volvería irredimible.

¡Ifritah!

Alma gritó el nombre de su espíritu de contrato de clase media en su corazón. Una bestia gigante con forma de león apareció de la nada.

Ifritah cargó inmediatamente contra los mercenarios que rodeaban la barrera.

***

Algún tiempo antes de que Alma convocara a Ifritah…

En los jardines colgantes del castillo, el rey Francois era consciente de que los asaltantes más nuevos eran humanos. De hecho, estaba observando con ira que las cosas sucedían desde lejos en el mismo presente.

Estaba claro que las batallas sobre el terreno no iban bien. Varias personas habían entrado en la mansión, y los jinetes de grifos enemigos estaban dando vueltas en los cielos, impidiendo que los refuerzos llegaran al área.

“El descaro de esta gente…”

Francois apretó los dientes para sofocar su ira y frustración. Perder la compostura no ayudaría a la situación y, sobre todo, tenía su dignidad de rey para no hacer algo tan impropio como desmoronarse y gritar ante sus vasallos.

Además, ya había dado órdenes para hacer frente a la situación. Los caballeros en el suelo todavía estaban en combate con los aparecidos, pero sus caballeros aéreos se dirigían a la mansión.

Sin embargo, los aparecidos que precedieron al ataque de los mercenarios habían creado mucho caos en el castillo, y los equipos de apoyo se concentraron en transportar a los heridos. Un tercio de los caballeros aéreos estaban estacionados en el castillo, pero de los seiscientos caballeros disponibles, solo cien podían ser enviados como refuerzos.

A pesar de eso, todavía había un número considerable de tropas volando hacia la mansión de Rio a la vez. Arein y sus subordinados no tuvieron más remedio que interceptarlos, salvando a Celia y los caballeros en tierra de un ataque aéreo. Pero ese fue el alcance de su efecto.

Había treinta mercenarios en el grupo de Arein, y varios de ellos habían descendido para evitar que los refuerzos se acercaran a pie. En términos de números, el lado del Reino de Galarc tenía una ventaja abrumadora, pero lo que era más oneroso era el fuego de apoyo que ocasionalmente caía sobre los caballeros aéreos desde muy arriba.

Además de eso, los mercenarios que habían descendido al suelo habían lanzado sus grifos hacia el cielo para ayudar a los demás. Debido a eso, el lado de Galarc aún no había asumido el control del aire.

Intercalados entre el fuego desde arriba y los ataques de los grifos desde abajo, los caballeros aéreos se vieron obligados a combatir con Arein y su escuadrón. Francois pudo ver que luchaban por hacer un avance adecuado.

“¡Su Majestad! ¡Los agresores han sido identificados! El emblema de sus uniformes es de un grupo mercenario llamado los Leones Celestiales”.

Un soldado corrió hacia donde Francois estaba siendo protegido por sus propios caballeros y hechiceros. Finalmente, la identidad de sus enemigos había sido revelada.

“¿Qué?” François frunció el ceño.

Eran un famoso grupo de mercenarios, por lo que no era que no hubiera oído hablar del nombre antes. Lo que realmente llamó su atención fue su líder, el hombre que fue asesinado por Rio por ser enemigo de sus padres. También fue el culpable del reciente secuestro de Christina y Flora.

“Mmm…”

En este momento, esos mercenarios estaban asaltando la mansión del asesino de su líder. Dentro de la mansión estaban las dos princesas que fueron secuestradas previamente.

Francois pensó mucho en por qué los Leones Celestiales lanzarían un ataque como este.