Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 19

Capítulo 2: Emboscada

Parte 2

Después de salir de la mansión, Sara caminó a lo largo de la pared exterior del edificio y se subió al techo para tener una mejor vista. Forzó la vista para observar el área, comprobando que no había monstruos cerca de la mansión.

“No hay monstruos acercándose a la mansión hasta el momento. Aunque hay algunas personas peleando aquí y allá…”

Descendió al suelo e informó lo que vio a Louise y sus caballeros, Celia y Alma.

“Gracias. Aunque me gustaría enviar ayuda a nuestros aliados, no podemos dejar nuestras estaciones. Prioricemos la protección de esta mansión.”

Mientras existiera la posibilidad de que los monstruos llegaran a la mansión, no podían permitirse el lujo de dejar a los guardias de la mansión sin personal. Fue una pena que solo pudieran ver a sus aliados luchar desde lejos, pero fue la decisión táctica correcta. Consideraron la opción de llevar a Miharu y a los demás al castillo, pero no sería prudente arriesgar la seguridad de tantos no combatientes mientras se desplazan.

“Seguiré vigilando desde el techo”. “Yo ayudaré”.

Con eso, Sara y Alma se fueron a subir al techo. Fue en ese momento que los orbes negros que Reiss había lanzado cayeron cerca. Las ondas de choque atronadoras surgieron sobre ellos, levantando una nube de tierra.

“¡¿Qué…?!”

Su visión fue repentinamente robada, dejándolos sin palabras. Mientras tanto, las superficies oscuras de los orbes que habían caído comenzaron a derretirse. Había un total de cinco orbes, y estaban a menos de cien metros de la mansión. Doce aparecidos saltaron de cada orbe.

“¡Kshaaah!”

Sesenta aparecidos comenzaron a correr hacia Sara y los demás frente a la mansión. Solo unos pocos podían defenderse de un ataque tan sorpresa.

“¡A-Alma y yo estaremos al frente!”

“¡Todos los demás, concéntrense en proteger a Celia y evitar que cualquier extraviado entre a la mansión!”

Las primeras en responder fueron Sara y Alma.

“Dúo Mago: ¡¡¡Maius Terra Murruz!!!” Mientras tanto, Celia lanzó un hechizo mientras tocaba el suelo con ambas manos. Menos de dos segundos después, dos muros de tierra aparecieron entre ellos y los aparecidos. Las paredes tenían cada una un metro de espesor, cinco metros de ancho y diez metros de alto. El propósito de colocar los obstáculos no era detener el acercamiento de los aparecidos, sino evitar una situación en la que se sintieran abrumados por la ventaja numérica del enemigo. Las paredes que creó Celia tenían un espacio de un metro en el medio. Esto redujo las opciones de los aparecidos para pasar por la brecha, recorrer el camino más largo o trepar por encima de las paredes.

Restringir la ruta de invasión del enemigo significaba que podían concentrar su potencia de fuego donde más se necesitaba. Ser capaz de reducir la cantidad de enemigos a los que enfrentarte a la vez también fue un gran beneficio.

“¡Sara, Alma!” gritó Celia. “¡Por favor, asuman una formación rodeándome!

¡Alma, toma el lado derecho!” “¡Entiendo!”

Sara y Alma entendieron las intenciones de Celia al instante y se dividieron a izquierda y derecha. Los aparecidos habían optado por no escalar las paredes, sino avanzar por el medio y por los lados. Como resultado…

“Tres Magi: ¡Ignis Iecit!” “¡Haaah!”

“¡Hmph!”

Los aparecidos que venían del centro, la izquierda y la derecha se encontraron con poderosos ataques de Celia, Sara y Alma, respectivamente.

“¡Grah!”

Tres círculos mágicos para hechizos de brujería aparecieron ante Celia. Uno de ellos lanzó una bola de fuego de un metro de ancho que hizo retroceder a varios de los aparecidos que venían del medio. Los otros dos círculos mágicos permanecieron en espera a su lado.

Una lanza de hielo salió disparada de la daga de Sara y atravesó varios cuerpos a la vez, mientras que la maza de Alma derribó a varios enemigos con un golpe.

“¡Son los mismos monstruos que vi en Amande! Su piel es dura y son muy tenaces, ¡así que ten cuidado! ¡Los negros se mueven más rápido que los grises!” Gritó Celia, advirtiendo a Sara y los demás sobre sus características. Como para probar sus palabras, los enemigos en el frente se tambalearon hacia atrás a pesar de que su piel ahora estaba medio derretida.

De los enemigos que Alma atacó, solo murió el que estaba en el frente; los otros detrás ya se estaban poniendo de pie. Los aparecidos atravesados en el abdomen por la lanza de hielo de Sara tampoco fueron asesinados solo por ese ataque, y se retorcieron para sacar la lanza.

“¡Así parece…!”

Sara invocó una larga hoja de hielo para envolver su daga, decapitando a los aparecidos que fueron empalados en la lanza de hielo. Finalmente murieron después de eso, los cuerpos desaparecieron y dejaron gemas encantadas.

“¡Qué problemático!” Alma hizo a un lado a un enemigo que se lanzó sobre ella y agitó su maza hacia los nuevos aparecidos que cargaban. Parecía que un golpe claro de su maza fue suficiente para matarlos, ya que el que salió volando pronto se desvaneció.

Celia también disparó el segundo y el tercer tiro de bola de fuego que tenía en espera desde su multidifusión, acabando con los aparecidos que falló la primera vez.

“…” Louise y los otros caballeros se quedaron sin palabras ante lo imperturbables que estaban Celia y los demás ante la repentina emboscada. Entendían los estilos de lucha de los demás y entrenaban juntos todos los días, así que no había nada más tranquilizador. Fue realmente espléndido.

En particular, el primer movimiento de Celia con el muro de tierra fue una buena táctica contra los aparecidos. Su habilidad para lanzar múltiples hechizos intermedios a gran velocidad y observar con calma los movimientos del enemigo en el calor del momento fue increíblemente impresionante.

Louise miró a Celia con asombro. “¡Defiende a Lady Celia para que su magia no sea obstruida! ¡No pases por alto ningún monstruo que corra hacia la mansión!”

Se recompuso y dio órdenes a sus subordinados. Solo seis o siete enemigos habían sido derrotados hasta el momento, los aparecidos todavía avanzaban hacia ellos.

“Sextus Magi: ¡Ictus Lancea!” Celia pareció tener una idea al observar las lanzas de hielo de Sara y usó su magia para crear treinta y seis lanzas de hielo a la vez. Vio cómo perforar una vez no era suficiente para matar y preparó múltiples para compensarlo.

El papel de un hechicero durante las batallas grupales era concentrar su potencia de fuego en los enemigos que se acercaban y reducir su número. Celia estaba tratando de cumplir ese papel, pero lanzar treinta y seis hechizos simultáneamente era un desafío incluso para un hechicero real. Aunque era magia básica, el hecho de que Celia hubiera logrado tal hazaña en medio de la batalla dejó atónitos a los caballeros que la rodeaban.

Ignorando la reacción de los caballeros, Celia disparó continuamente lanzas de hielo desde el círculo mágico sobre su cabeza. Ella impidió que los aparecidos se acercaran a través de la brecha entre las paredes uno tras otro.

Cálmate y observa atentamente… Un hechicero en la línea de fondo debe tener una visión amplia de los movimientos del enemigo y la capacidad de realizar movimientos preventivos.

Celia respiró hondo y se concentró en mantener la calma. Por supuesto, estaba nerviosa por pelear de verdad; de hecho, estaba aterrorizada.

Sin embargo, Celia sabía de primera mano lo que era ser una carga en el campo de batalla. La frustración de estar inmovilizado por el miedo. Recordó los acontecimientos que condujeron a su llegada a la Restauración.

En las muchas batallas que ocurrieron mientras escoltaba a Christina a Rodania, ella había observado mientras Rio, Sara, Alma y Orphia luchaban. A pesar de tener la capacidad de ayudar como hechicera, era más inútil en el campo de batalla de lo que jamás hubiera imaginado.

Por eso, desde que se unió a la Restauración, Celia había comenzado a aprender a usar su magia en batallas reales. Con la ayuda de los grupos de Sara y Gouki, comenzó a entrenar regularmente. El resultado de eso ahora estaba floreciendo ante todos aquí.

“La gente que rodea a Sir Amakawa es realmente increíble…” Louise murmuró con asombro. Los llamativos hechizos mágicos hicieron que el poder de Celia fuera fácil de identificar, pero los esfuerzos de Sara y Alma también fueron reveladores.

Sara estaba luchando tanto con la velocidad como con el número de sus golpes. Se movió rápida y acrobáticamente, confundiendo a los aparecidos con una mezcla de artes marciales y golpes de daga helada. Las dagas que sostenía en cada mano cortaron los cuerpos duros de los aparecidos más rápido de lo que el ojo podía seguir.

Mientras tanto, Alma luchó de manera impresionante. Era evidente que la mejora de su cuerpo físico era la fuente de su fuerza, pero era difícil creer que un cuerpo tan pequeño y delicado tuviera tanto poder físico en su interior. Balanceó su maza de aspecto pesado, matando a un aparecido con cada golpe.

Sus estilos de batalla eran diferentes, pero tanto Sara como Alma tenían formas estables de luchar. Estaban limpiamente manteniendo a raya a los aparecidos de ambos lados.

Solo un tercio de los enemigos habían sido derrotados hasta el momento, pero a este ritmo, el exterminio concluiría sin problemas. Eso es lo que pensaban Celia y los demás mientras luchaban.

***

El grupo que había evacuado a la habitación segura podía decir que la batalla había comenzado afuera. La habitación de dieciséis metros cuadrados, comunicada con el salón por una sola puerta, no tenía ventanas. Miharu, Satsuki, Latifa, Christina, Flora y Charlotte estaban dentro de la sala de seguridad, Vanessa estaba en el pasillo que conducía al salón y dos de los caballeros de Charlotte estaban en el salón.

Una vez que comenzaron a escuchar los sonidos de una feroz batalla, todos dejaron de hablar. El sonido de la magia de Celia y los chillidos de los aparecidos resonaron a través de las paredes de la mansión. Estaba claro que se estaba llevando a cabo una batalla que amenazaba la vida.

Todos están peleando afuera en este momento…

Afectado por la tensión en el aire, Satsuki se quedó en silencio con una mirada dócil. Estaba pensando en los que peleaban afuera, y…

Me estoy refugiando en una habitación segura. Aunque yo sea el héroe.

…en ella misma.

Sara y Alma eran más jóvenes que ella. Celia era mayor, pero tan delicada como una niña más joven. Sin embargo, los tres estaban peleando afuera mientras ella se refugiaba en la habitación segura.

¿Estoy realmente de acuerdo con eso? ¿No debería pelear yo también? Sara, Alma y Celia son todas mis preciosas amigas… Estoy en buenos términos con Louise y los caballeros también…

En este momento, Satsuki lamentaba no haberse ofrecido a hacer guardia afuera con los demás. No estaban seguros de que los monstruos se hubieran acercado antes, por lo que pensó que sería mejor quedarse al lado de Miharu, pero eso puede haber sido una excusa para su miedo.

Desde que llegó a este mundo, había estado trabajando duro en su entrenamiento con lanza. Recientemente había comenzado a entrenar con Sara y los demás, pero esos combates no fueron suficientes para prepararla para los duelos a muerte. Simplemente había participado con la misma mentalidad que si participara en un torneo deportivo.

Quizás sería más correcto decir que la seguridad del castillo había nublado su vista, haciéndole difícil sentir el peligro inminente. Aunque entendía que la guerra podía comenzar en cualquier momento, había desviado la mirada de lo que eso significaba, entrenando con la mente vacía.

Pero en este momento, Satsuki estaba muy consciente de las vidas en peligro afuera. Se preguntó si habría sido mejor para ella pelear también.

Mis amigos están peleando cerca, pero yo me estoy escondiendo en un refugio seguro… Aunque soy el que tiene los poderes de héroe. ¿Cómo puedo enfrentarlos a todos después de que termine la pelea? No tengo derecho a ser el héroe.

Le gustara o no, sus amigos cercanos estaban arriesgando sus vidas a su lado. En pocas palabras, la atmósfera bélica estaba afectando sus emociones.

La última vez que estuvo en una situación que puso en peligro su vida fue cuando se reunió con Miharu en el banquete y los invasores atacaron la reunión. La ayuda de Rio resolvió la situación en menos de un minuto, por lo que aunque dejó un mal sabor de boca, no había sentido la atmósfera tensa durante tanto tiempo como ahora.

Los sonidos de la lucha afuera todavía se podían escuchar incluso ahora. “¿Estás bien, Satsuki?”

Miharu había notado su expresión pálida. La llamó preocupada. “Dime, Miharu…” comenzó Satsuki, tomando una decisión. “Parece que quieres salir y unirte a la lucha”.

Charlotte adivinó primero, superando a Satsuki en el golpe. Parecía oponerse a dejar salir a Satsuki, ya que suspiraba profundamente mientras hablaba.

Fue en ese momento que los sonidos del exterior cesaron.

“¿Has descubierto algo nuevo?”

***

El rey Francois estaba en el puesto de mando provisional instalado en los jardines colgantes. Con todos los monstruos invadiendo los terrenos del castillo, el jardín de la azotea era el mejor lugar para observar la situación y dar órdenes.

Los jardines colgantes normalmente estaban fuera del alcance de todos, excepto de la familia real y sus invitados personales, pero actualmente estaba repleto de personal militar. Los caballeros aéreos patrullaban los cielos sobre grifos, atentos a cualquier tipo de ataque aéreo.

“Solo un tipo de monstruo descendió durante el ataque. Todos ellos poseen la fuerza de un caballero con sus habilidades físicas mejoradas”.

“Se estima que la cantidad de monstruos invasores es de unos pocos cientos”.

“La mayoría están en combate con los caballeros afuera, pero algunos se han colado en el castillo. Los que fueron detectados fueron eliminados, pero hemos asignado a algunas personas para que busquen en el interior para estar seguros”.

Varios caballeros estaban entregando sus informes de estado a Francois, quien estaba fuertemente protegido por varios guardias. Francois estaba asintiendo con los informes cuando cinco nuevos orbes negros cayeron del cielo, cayendo al suelo cerca de la mansión de Rio con un estruendo retumbante.

“¡¿Qué fue ese sonido?! ¡No me digas…!”

¿Habían aparecido más monstruos? Francois se volvió rápidamente en la dirección del sonido, pero no pudo ver la mansión de Rio desde su posición actual.

Poco después, uno de los grifos que había estado surcando los cielos descendió al jardín. El caballero aéreo que lo montaba dio su informe a toda prisa. “¡R-Reportando! ¡Ha aparecido una gran cantidad de monstruos cerca de la mansión de Sir Amakawa!”

“¿Qué? Eso no es bueno. Envíe dos pelotones de los caballeros aéreos de reserva a la vez. Dígales que brinden apoyo desde los cielos si es posible.

¡Protege a las figuras importantes dentro de la mansión! Para órdenes detalladas, haz lo que dice Charlotte, probablemente ella misma esté allí”, dijo Francois, dando órdenes apresuradas con una mirada a los caballeros aéreos en espera en los jardines colgantes.

Un pelotón constaba de cuatro caballeros, por lo que dos hacían ocho. En este momento, había cuarenta caballeros aéreos en espera en el jardín de la azotea como fuerzas de reserva, por lo que una quinta parte de ellos se estaría movilizando.

“¡De inmediato!” El caballero que hizo el reporte tiró de sus riendas, dirigiendo a su grifo hacia donde los caballeros aéreos estaban esperando.

¿Qué está pasando ahora mismo?

Francois miró a los cielos con una expresión sombría. Las nubes en el cielo azul parecían tan pacíficas como siempre. Los únicos otros objetos en el aire eran los grifos que llevaban a los caballeros aéreos.

Los caballeros en el aire habían estado buscando desde hace un tiempo. Los grifos sobre los que cabalgaban mantenían una altitud de diez a varias decenas de metros, similar a la de un pájaro normal visto en la vida cotidiana.

Si un grifo ascendiera todo lo que pudiera por sí mismo, su límite máximo rondaría los doscientos metros. En términos de la Tierra moderna, sería la altura de un edificio de sesenta pisos, y los caballeros aéreos que buscaban en los cielos naturalmente también buscaron hasta allí. Sin embargo, aún no habían encontrado nada sobre lo que informar.

Todo lo que sabían en este punto era que los monstruos habían sido sellados en una especie de orbe que cayó del cielo.

También se dijo que el ataque a Amande fue bastante extraño, pero nunca antes había oído hablar de monstruos atacando de esta forma. Los orbes negros que contenían a los monstruos… ¿Podrían ser algún tipo de artefacto mágico?

Si es así, eso significaría que había un humano detrás de este ataque. En otras palabras, había un objetivo claro detrás de los orbes negros que se enviaron a los terrenos del castillo.

Hay alguien demasiado alto para ser visto a simple vista, o escondido detrás de las nubes… ¿O tal vez dispararon los artefactos mágicos en los terrenos del castillo desde lejos? En cualquier caso, no hay nada que se pueda hacer sin ninguna prueba. Qué frustrante… pensó Francois con el ceño fruncido.

“Síganme.”

Quería ver la mansión de Rio con sus propios ojos. Los guardias que lo rodeaban lo siguieron mientras marchaba hacia algún lugar que pudiera pasar por alto la mansión.

***

Apenas dos o tres minutos después, al lado de la mansión de Rio…

“¡Haaah!” Sara creó lanzas de hielo del suelo, deteniendo a los aparecidos en seco. Luego se acercó a ellos más rápido de lo que el ojo podía seguir, pateándolos volando y cortándoles el cuello con sus dagas.

“¡Hmph! ¡Ha!” Al mismo tiempo, Alma balanceó su maza con una poderosa facilidad que era increíble para su pequeño cuerpo, enviando al enemigo por los aires. Se movió en saltos ligeros, eliminando limpiamente a todos los aparecidos que se precipitaban hacia ella.

Mientras tanto, Celia estaba disparando las lanzas mágicas de hielo que había preparado en el aire, matando a los monstruos que se deslizaban más allá de las paredes que había puesto como obstrucción.

Los sesenta aparecidos que cayeron originalmente ya se habían reducido a menos de diez. La forma de relieve que Celia había creado al principio jugó un papel importante en eso.

“¡Gaaah!”

Los ojos de los aparecidos brillaron con una luz espeluznante. No había ningún signo de racionalidad dentro de ellos mientras chillaban de ira, enfurecidos por cómo su ataque estaba siendo frustrado.

Sin embargo, no importa cuán apasionadamente gritaran, su número continuó disminuyendo. Sus fuerzas estaban claramente disminuyendo por segundo.

“¡Estoy casi al final!”

“¡Estoy en mi último enemigo ahora!”

“¡Tampoco hay más monstruos entre las paredes!”

Sin más monstruos apareciendo por los lados, Sara, Alma y Celia informaron cada una sobre su situación por turno. Las cosas transcurrieron sin problemas después de eso: Celia terminó primero con su grupo, seguida por Sara y Alma un breve momento después.

“Eso parece ser lo último…” Sara miró detrás de la pared e informó. Luego regresó a donde estaban Celia y los demás con Alma.

Louise los elogió agradecida. “No puedo creer que ustedes tres limpiaron tantos monstruos en tan poco tiempo. Fue un trabajo espléndido. Lamento que solo hayamos podido mirar…”

“No, fue muy reconfortante tener a los caballeros a nuestras espaldas”, respondió Sara con una sonrisa.

“También pude concentrarme en mi magia. Ah, por cierto, Alma.” Celia llamó a Alma como si acabara de recordar algo.

“¿Sí? ¿Qué es?” preguntó Alma, perpleja.

“¿Podrías derribar las paredes de tierra con tu maza?”

Aunque habían sido necesarios para bloquear el avance del enemigo, no podían dejarlos allí parados así. Celia miró en la dirección de donde habían venido los aparecidos. Los enormes muros de tierra que levantó al comienzo de la batalla se elevaban, bloqueando el castillo detrás de ellos.

Había usado una inmensa cantidad de esencia mágica para hacerlos lo más resistentes posible, y ahora que había pasado un tiempo desde que los colocó, la única forma de quitarlos era romperlos. Solo con las artes espirituales se podía manipular libremente el suelo para bajarlos.

Sin embargo, Celia había pedido específicamente la maza de Alma debido a la presencia de los caballeros. No sabían sobre las artes espirituales, por lo que el arma proporcionó la cobertura conveniente de una habilidad similar a una espada encantada que podía controlar el suelo.

“Sí, puedo. Arruinan la vista, así que la devolveré a como era ahora”. “Gracias. Lo siento por la molestia.”

“De nada. Hizo que la pelea fuera mucho más fácil”, dijo Alma, luego se acercó a las paredes.

“La batalla podría estar en curso en otras áreas, así que no bajes la guardia. Exploraré el área desde la azotea.”

“Por favor, hazlo.”

Sara saltó a la azotea a la ligera.

El mejor momento para lanzar un ataque sorpresa era cuando el oponente tenía la guardia baja. En otras palabras, el momento en que terminaba una batalla era el momento más fácil para hacer una emboscada exitosa. Sus acciones fueron hechas entendiendo esto.

Sin embargo, los mercenarios veteranos sabían muy bien que los soldados experimentados no bajaban la guardia fácilmente. Por eso planearon las estrategias más minuciosas y astutas, buscando el mejor momento para atacar y adaptándose a las situaciones cambiantes.

“Algunos caballeros se acercan por aquí en grifos”, gritó Sara desde arriba, señalando el cielo. La mirada del grupo siguió su mano.

Dos grupos de caballeros montados en grifos que exploraban la situación desde arriba habían estado dando vueltas en los cielos desde hace un tiempo, pero las tropas que se acercaban consistían en dos pequeños escuadrones, con un total de ocho personas. Su acercamiento en dirección a la mansión los hizo aún más llamativos.

“Deben ser los refuerzos. Ya era hora también”, respondió Louise en voz lo suficientemente alta para que Sara la escuchara, luego se volvió hacia una mujer caballero a su lado. “Oye, ve a darle una actualización a la princesa”.

La llegada de refuerzos hizo que sus defensas parecieran adecuadas, suavizando la tensión que flotaba en el aire. Pero entonces…

“Umm… ¿Ese escuadrón desciende rápidamente hacia allí también de nuestro lado? Hay muchos de ellos, y vienen desde una altitud bastante elevada…”

Sara señaló más arriba en el cielo con una mirada dudosa. Mientras los caballeros aéreos volaban desde una altura de varias decenas de metros más o menos, el nuevo escuadrón de grifos venía desde varios cientos de metros de altura.

Sin embargo, parecían estar en caída libre con la gravedad, ya que sus figuras distantes aumentaban rápidamente de tamaño. Sara solo los había visto temprano porque estaba usando una visión mejorada físicamente para ver si caían más orbes monstruosos.

“Qué extraño…” Louise miró fijamente a las tropas distantes en el cielo.

Había cincuenta grifos, que ascendían a tres escuadrones de caballeros aéreos, una fuerza considerablemente grande. ¿Por qué una cantidad tan grande de tropas caería a una velocidad a la que no podrían aterrizar de manera segura?

“Augendae Corporis. Eso es…”

Louise inmediatamente usó magia para mejorar su visión, forzando sus ojos para verlos claramente. Entonces, vio a los soldados vistiendo uniformes claramente diferentes a los de los caballeros aéreos del Reino de Galarc.

Los soldados desconocidos comenzaron a cantar algún tipo de hechizo en sus grifos. Círculos mágicos aparecieron uno tras otro ante ellos.

“¡No son aliados! ¡Esos caballeros aéreos no son de nuestro reino!” “¡Alma, prepárate para defender!”

Louise y Sara gritaron con miradas de horror. Al mismo tiempo, una andanada de balas de luz cayó sobre ellas.