Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 19

Capítulo 2: Emboscada

Parte 1

Poco tiempo antes de que Orphia regresara a la aldea espiritual, algunos invitados importantes estaban visitando la mansión de Rio en los terrenos del Castillo de Galarc.

“Ha pasado un tiempo, princesa Christina, princesa Flora”.

Eran la Primera y Segunda Princesa del Reino de Beltrum y las actuales líderes de la Restauración, Christina y Flora.

“Cuánto tiempo sin verte, profesora Celia”. “¡Es tan bueno verte de nuevo!”

Las dos saludaron a Celia felices.

“Tú también. Estoy tan feliz de verlos a ustedes dos de nuevo. Debe haber sido un viaje agotador hasta aquí.”

“Para nada. Gracias por acceder a vernos con tan poco tiempo de anticipación”, dijo Christina con una reverencia.

La Segunda Princesa Charlotte del Reino de Galarc también estaba allí, pero en ausencia de Rio, la relación de Celia con Christina y Flora la hizo más adecuada como anfitriona. Miharu y las otras chicas tampoco tenían experiencia en el trato con la clase noble, por lo que ella era la única opción además de Charlotte.

La caballero de Charlotte, Louise, y la caballero de Christina, Vanessa, estaban esperando con los otros guardias fuera de la habitación.

“Desafortunadamente, Haruto está ausente en este momento…”

“Me hubiera gustado expresar mi gratitud a Sir Amakawa, pero el propósito principal de mi visita de hoy le concierne a usted, profesora Celia”.

Celia parecía desconcertada. “¿Yo?”

“Sí. Ya le informé a la Princesa Charlotte, o más bien, el Reino de Galarc ya lo sabe, pero en un futuro cercano se llevará a cabo una reunión entre la Restauración y el Reino Beltrum principal”, dijo Christina con una mirada a Charlotte.

“Ese es…”

“Comenzando con su ceremonia de boda, el Duque Arbor ha tenido una serie de fallas que abordar. Charles y Alfred fueron hechos prisioneros, y pude escapar y unirme a la Restauración. Estoy seguro de que está bastante asustado al respecto, ya que se ha acercado a nosotros para negociar”.

“¿La familia Arbor acorazada finalmente comenzó a perder su poder?” “Parecería que sí”.

En la actualidad, más de mil nobles del Reino de Beltrum se habían unido a la Restauración, incluidos cónyuges e hijos. Pero eso seguía siendo una minoría en comparación con el número de nobles que la facción Arbor controlaba en Beltrum. Y en la política de la sociedad noble, el tamaño de la facción significaba todo. Por eso la facción del duque hugonote no pudo justificarse y perdió su lugar en la capital.

Sin embargo, el poder era una sustancia incierta en la sociedad noble. Esto se debió a que solo una pequeña fracción de los nobles en una facción estaban demasiado involucrados como para echarse atrás; la mayoría de los nobles en la facción podían cambiar de bando según su conveniencia a medida que cambiaban las circunstancias.

De hecho, muchos de los nobles de la facción del Duque Huguenot se habían unido al Duque Arbor cuando su territorio se perdió ante el Imperio Proxia.

“Entonces, no podemos dejar que esta oportunidad se nos escape de las manos”.

Los fracasos del Duque Arbor podrían usarse para recuperar a esos nobles a la deriva. Su distancia de la capital dificultaba el contacto físico con esos nobles, pero el poder del Duque Arbor definitivamente se estaba debilitando. Si él fuera el que se acercara para las negociaciones, podrían cambiar las cosas a su favor.

“Todavía estamos en medio de discutir nuestra agenda para las negociaciones, pero han solicitado el regreso de Charles y Alfred, así como la espada encantada de Alfred”.

Charles era el heredero del Duque Arbor y Alfred era el caballero más fuerte del país. La espada que usó, la Espada Ligera del Juicio, también era un tesoro nacional.

“Todas son cartas poderosas para la negociación”.

“Sí. Y todos nos los dio Sir Amakawa. Quería agradecerle una vez más por su ayuda, pero… Parece que las cosas están bastante serias aquí. Escuché que Sir Amakawa salió a rescatar a Lady Liselotte”.

Christina conocía a la propia Liselotte y, a veces, se mantenía en contacto con ella. Su expresión se nubló con preocupación.

“Sir Haruto definitivamente nos traerá a Liselotte de vuelta”, afirmó Charlotte con firmeza, su postura erguida y segura.

“Sí”, estuvo de acuerdo Celia.

“Eso es cierto. Si es Sir Amakawa…” Christina asintió, reprimiendo sus palabras. Ella había sido testigo de su talento y fuerza de cerca y en persona durante la batalla con Lucius en el Reino de Paladia, razón por la cual también creía en Rio.

“¡Así es! ¡Sir Haruto definitivamente puede hacerlo!” Flora dijo.

“No sé cuándo volverá, pero te enviaré un mensaje cuando lo haga”, dijo Celia alegremente a Christina, con la esperanza de borrar la expresión sombría de su rostro.

“Tal vez pueda visitarlo de nuevo cuando regrese con Lady Liselotte. Planeamos quedarnos en el Castillo de Galarc por un tiempo”.

“Ah, ¿de verdad?”

“Sí. Es casi seguro que la reunión con el Reino de Beltrum se llevará a cabo en el Castillo de Galarc, por lo que el plan es permanecer aquí hasta entonces.”

“En ese caso, deberíamos organizar una pequeña fiesta una vez que Sir Haruto regrese con Liselotte. Me aseguraré de invitarlos a los dos”, sugirió Charlotte después de escuchar su conversación.

“Oh, eso sería encantador. ¡Por favor, hazlo!” Flora inmediatamente aprovechó la oportunidad, pero—

“Flora.” Christina dejó escapar una advertencia exasperada como un recordatorio para contenerse en la residencia de un noble extranjero.

“Oh, pero solo si no es una molestia para ti…” Agregó Flora sonrojada, avergonzada de su comportamiento.

“Ni una fiesta de pijamas ni una cena serán una molestia, así que no te sientas reservada”, dijo Celia con una risita, mirándola con cariño.

Charlotte estuvo de acuerdo con una sonrisa descarada pero encantadora. “Por cierto. No tengo derecho a hablar como alguien que vive a medias en esta casa por la amabilidad de todos, pero por favor ven”.

Había logrado acompañar a Satsuki a la mansión de Rio en todas las ocasiones posibles hasta que prácticamente se había establecido allí, pero también actuaba como mensajera del rey Francois y el principal punto de contacto para los nobles que querían acercarse a Rio.

Siempre que se requería algo, Charlotte hacía los arreglos necesarios a la velocidad de la luz. Hacía todo su trabajo, a veces en lugares ocultos, y se había ganado la confianza de Rio lo suficiente como para que los residentes de la mansión la aceptaran. Incluso había una habitación para ella en la mansión.

“Muchísimas gracias. Entonces, si no te importa…” Christina hizo una reverencia, aceptando la oferta.

“Entonces está decidido. Todos estarán encantados de tenerte allí. Se preguntaban cómo les había ido a ustedes dos”, dijo Charlotte a Christina y Flora.

“Si todavía hay tiempo después de esto, podemos invitarlos a todos aquí”, dijo Celia.

Miharu y los demás estaban dentro de la mansión, pero se excusaron de la reunión cuando escucharon que la visita era por asuntos oficiales con Celia. Solo Orphia estaba en otro lugar afuera, pero también habría venido de inmediato si la hubieran invitado.

“Queríamos saludar a todos también, así que si no están demasiado ocupados… Casi hemos terminado con lo que queríamos de la profesora Celia también”.

“¿Todavía hay algo que necesitas de mí?”

“Sí, como una continuación de antes. Si las circunstancias te convienen,

¿estarías dispuesta a asistir a la reunión con el Reino de Beltrum? “¿Yo…?” Celia parpadeó.

“A cambio de devolver a Charles, estoy pensando en exigir varias condiciones que beneficiarían al Conde Claire y al resto de su familia”.

“¿Podría preguntar la razón por la que…?” Celia preguntó vacilante, sorprendida por la repentina propuesta.

“No se ha anunciado oficialmente al Reino de Beltrum, pero incluso ellos notaron que te uniste a la Restauración después de ser secuestrada de tu ceremonia de boda. También se sospechaba que el conde Claire me ayudó a escapar de la capital. Mientras tengamos a Charles, no se atreverán a tocar al Conde Claire, pero…”

Si la situación cambia, la familia Claire podría estar en peligro.

“En cualquier caso, no hay duda de que la familia Claire se ha llevado la peor parte de todos estos eventos. Los rangos superiores de la Restauración han acordado que sería apropiado compensarlo”.

Por eso no había nada de qué preocuparse, insinuó Christina.

Celia inclinó la cabeza con profunda sinceridad. “Gracias por considerar a mi familia”.

“Para nada”, dijo Christina, continuando la discusión. “Todavía estamos revisando qué tipo de condiciones se deben solicitar, pero…”

Fue en ese momento. Boom.

Una explosión rugió, sacudiendo la habitación.

“¿Qué fue eso? ¿Algún tipo de entrenamiento mágico?”

Celia inmediatamente fue a mirar por la ventana, seguida por los demás en la habitación. Los sonidos en auge continuaron incluso mientras se movían. La fuente del sonido parecía dispersarse en varias direcciones, algunas cercanas y otras lejanas.

“No, es demasiado fuerte para venir de los campos de entrenamiento del castillo. Creo que el sonido proviene del castillo o de algún lugar cercano”, supuso Charlotte sin desanimarse, mirando por la ventana.

Después de un corto tiempo, los sonidos se detuvieron. “Disculpe por entrar”.

La jefa de guardia de Charlotte, Louise, y la jefa de guardia de las hermanas Beltrum, Vanessa, entraron en la habitación. Ambos habían estado esperando afuera de la puerta, por lo que naturalmente también escucharon los ruidos. Ambos tenían las mismas expresiones sombrías.

“¿Puedes decir lo que está pasando?” Charlotte le preguntó a Louise.

“No. Tampoco he recibido ningún aviso de un evento que genere tales ruidos. La única opción que se me ocurre es el entrenamiento mágico, pero el sonido venía demasiado cerca para eso. También vi caer algo negro del cielo a través de la ventana. He enviado a mis subordinados para verificar la situación y regresarán tan pronto como sepan”.

“Ya veo. En ese caso, ¿nos quedaremos esperando en esta mansión?”

“Sí. Les pedí a los guardias que nos acompañaron a la mansión que se apostaran afuera. Pero por favor muévase a la habitación segura por si acaso”.

La habitación segura era un lugar para que las figuras importantes evacuaran en tiempos de emergencia. El nivel de refugio variaba según el tipo de emergencia que pudiera ocurrir, pero todos estaban hechos para estar seguros contra ataques externos.

Esta mansión estaba ubicada en los terrenos del castillo, por lo que el castillo servía como punto de evacuación en tiempos de verdadera emergencia. Por lo tanto, la habitación segura aquí era solo una simple.

“Está bien. Agrupémonos primero con Lady Satsuki y los demás”, decidió inmediatamente Charlotte.

“Vamos a entrar, Char.”

En ese momento, con Satsuki a la cabeza, ella, Miharu, Latifa, Sara y Alma entraron en la sala donde estaban celebrando su reunión. Debieron haber escuchado las explosiones antinaturales y sentido el aire anormal, ya que todos tenían miradas de preocupación en sus rostros. Sara y Alma incluso empuñaron sus armas por si acaso.

“¿Escuchaste ese ruido fuerte antes?” preguntó Satsuki.

“Sí. Normalmente no escuchamos algo así por aquí, así que nos sorprendió…”, respondió Miharu.

“Tampoco estamos seguros de la situación, pero íbamos a ir a la habitación segura por si acaso. Los caballeros han ido a comprobar las cosas.

¿Vendrás con nosotros?” “Ya veo… Y sí, por favor”.

Satsuki intercambió una mirada con Miharu y asintió. En este punto, todavía no había un peligro claro, por lo que aún no había un sentido real de urgencia, pero…

“¡R-Reportando!  ¡Un   grupo  de   criaturas  parecidas a monstruos ha descendido sobre el castillo!”

“Qué…”

Uno de los caballeros de Charlotte llegó corriendo presa del pánico, aumentando la tensión.

“Cálmate. ¿Qué quieres decir con criaturas parecidas a monstruos? ¿No son goblins u orcos?” Louise le preguntó a su subordinado con calma. Los monstruos poderosos como los minotauros habían sido comunes en la Guerra Divina que tuvo lugar hace mil años, pero los duendes y los orcos eran los únicos monstruos que quedaban en la era moderna. Hubo algunas excepciones a esa regla, pero ni siquiera los aventureros que trabajaron en la subyugación de monstruos las encontraron muy a menudo. La mayoría de ellos llegó a la jubilación sin haber visto nunca un tipo diferente de monstruo.

“Solo vi a los caballeros peleando desde lejos, pero sus movimientos eran mucho más rápidos que los de un goblin o un orco. Nunca antes había visto un monstruo así. Sus formas eran más bien humanoides, pero las feroces expresiones de sus rostros eran monstruosas. Algunos tenían la piel gris mientras que otros tenían la piel negra”, informó el caballero.

“¿Eh…?” Miharu parecía sorprendida y Satsuki se dio cuenta.

“Ya veo. ¿Alguna información sobre sus números y ubicaciones?”

“Lo siento, prioricé mi regreso a la mansión… Sin embargo, parecen haber caído por los terrenos. Hay batallas que tienen lugar en todas partes”.

Louise no parecía haber notado el cambio en Miharu, por lo que Satsuki esperó a que el subordinado terminara de hablar. “¿Qué pasa, Miharu?” preguntó, atrayendo la atención de todos hacia ella.

“Oh, mmm. Cuando vine por primera vez a este mundo, aparecieron unos extraños monstruos en las afueras de Amande. Haruto y Ai los exterminaron, pero no eran goblins ni orcos. ¿Tal vez son los mismos monstruos que aparecieron aquí?”

“Recuerdo haber visto los mismos monstruos durante el ataque a Amande. No eran tan fuertes como los minotauros, pero eran rápidos y poderosos”, recordó Celia con el ceño fruncido. “Se necesitaría al menos un caballero con habilidades físicas mejoradas para enfrentarse a ellos…”

“Estuve ahí también.” Flora procedió a dar su relato de lo que había presenciado cuando fue secuestrada por Lucius en Amande.

“Ya veo… No podemos decirlo con seguridad, pero es muy probable que sean los mismos monstruos. Afortunadamente, los caballeros los han interceptado, pero cualquier monstruo que pasen por alto podría colarse en esta mansión. Aseguraremos los alrededores, así que diríjase a la habitación segura de inmediato, Su Alteza”, instó Louise.

“Entiendo”, dijo Charlotte. Luego se volvió hacia el grupo. “Princesa Christina, Princesa Flora, por favor vengan conmigo. Lady Satsuki y todos los demás también.”

“Ayudaremos a los guardias afuera”, ofreció Sara. Actualmente, ella y Alma eran las más fuertes de la mansión, pero…

“Oh… Eso es…” Louise vaciló. Ella entrenaba con Sara y Alma a diario para conocer su fuerza de primera mano, pero las dos seguían siendo súbditos de su guardia.

“Alma y yo tenemos el papel de proteger a Miharu y a los demás en ausencia de Haruto. No es necesario incluirnos como sujetos de protección. Sería más fácil para nosotros movernos afuera que no tener información encerrada adentro”.

“Bueno, así es. No tienes que preocuparte por Sara y por mí.”

Sara y Alma estaban ambas tranquilas, como si estuvieran familiarizadas con este tipo de situaciones.

“…”

Satsuki parecía que estaba a punto de decir algo, pero se tragó sus palabras. Protegeré esta mansión también, esas fueron las palabras en la punta de su lengua, pero se puso inquieta. Entendía su posición como heroína y temía que su falta de experiencia en combate la convirtiera en un obstáculo.

Charlotte notó que Satsuki movía la boca y empujó a Louise a propósito sin mirar a Satsuki. “Entonces confiaremos en ti. No hay suficientes personas en esta mansión en este momento, y ustedes dos son probablemente los más fuertes con sus espadas encantadas”.

“Comprendido. Confiaremos en ustedes.” Louise inclinó la cabeza hacia Sara y Alma.

Sara se dio la vuelta. “Latifa, quédate con Satsuki y Miharu. Contamos contigo para protegerlos si surge la necesidad”.

“¡De acuerdo! ¡Déjamelo a mí!” Latifa asintió firmemente en acuerdo. “Umm, voy a ir con ellas dos”, dijo Celia.

“¿Eh?”

Todos la miraron sorprendidos.

“Los monstruos arrojan gemas encantadas y desaparecen cuando son derrotados, y necesitas a alguien de ese lado para confirmar que son los mismos monstruos que aparecieron en Amande la última vez. Puedo lanzar magia curativa si es necesario, y sería útil tener un hechicero en la línea de fondo. También he entrenado antes con Sara y Alma en peleas en equipo”, dijo Celia, explicándose para convencer a Christina y Charlotte más que a Sara y Alma.

“Si bien estaríamos muy agradecidos de tener un hechicero de su calibre en la línea de fondo… No hay necesidad de exponerse a un peligro como ese”. Charlotte le dirigió a Celia una mirada escrutadora como para confirmar la verdad de sus pensamientos. Los nobles que no seguían carreras militares aún pasaban por algún tipo de entrenamiento de combate, por lo que sabía que Celia tenía habilidades básicas de lucha.

Por eso, no era raro que se unieran al campo de batalla cuando era necesario; de hecho, se consideraba uno de los deberes de la clase noble. Sin embargo, dependía de la hora y el lugar. En la situación actual, solo había una pequeña posibilidad de que los caballeros pasaran por alto a un monstruo. Sería preferible mantener protegida a la hija de un conde en lugar de tener su pelea.

“Me gustaría hacer lo que pueda en ausencia de Haruto”, respondió Celia con calma y claridad. Sus intenciones eran evidentes en su rostro: que quería pelear, que no siempre tenía que estar protegida, que Haruto podía confiar en ella si lo necesitaba.

“Estamos familiarizados con las habilidades mágicas de Celia, y sería muy reconfortante contar con su apoyo”, agregó Sara en señal de aprobación.

“Ya veo… En ese caso, sería insensible de mi parte detenerte”, aceptó Charlotte en un tono ligeramente envidioso, mirando a Christina. Aunque Celia era actualmente la asistente de Rio, todavía era una noble de la Restauración. La opinión de Christina también importaba.

“Lo dejaré a su discreción, profesora”, dijo Christina, asintiendo. “Muchísimas gracias. Hagámoslo, Sara, Alma”.

“Claro.”

Sara y Alma eran ambas guerreras. Desde que comenzaron a vivir con Celia, entendieron bien sus intenciones, por lo que asintieron con firmeza.

A su lado, Louise discutía cómo proceder con Vanessa.

“Por favor, ve con las princesas y protege la habitación segura”. “Comprendido.”

“En ese caso, todos deberían dirigirse a través de esta puerta que está conectada a la habitación segura. Colocaré a varios caballeros en este salón por si acaso.”

Con los arreglos necesarios hechos, Louise señaló una puerta diferente a la salida. Había tres habitaciones seguras en la mansión, y una de ellas estaba ubicada en el salón para invitados importantes.

Así, los residentes de la mansión se dividieron en los que se refugiaban en la habitación segura y los que salían a montar guardia.

***

Casi al mismo tiempo, un hombre flotó en los cielos sobre la capital, mirando hacia los terrenos del castillo debajo de él. Fue el perpetrador detrás de la liberación de monstruos en los terrenos: el propio Reiss. Hace menos de una hora, había estado observando la feroz batalla entre Río y Santa Erica desde lejos, pero había usado un cristal de teletransportación desechable para trasladarse al Castillo Galarc en un instante.

En este momento, los no combatientes del castillo entraron en pánico mientras los caballeros luchaban contra los aparecidos en los terrenos del castillo.

El primer movimiento después de enviar mis preciosos orbes y aparecidos de sellado mágico. Con suerte, será suficiente para sacar a alguien… ¿Oh?

Reiss entrecerró los ojos. Su mirada se fijó en un solo punto desde muy arriba. Era la mansión que Rio le había regalado a Francois, y Celia, Sara y Alma acababan de salir por la puerta principal.

Habría sido problemático si se hubieran encerrado dentro del castillo, así que esto es perfecto. Pero es mejor no subestimar a esas chicas cuando están afuera. No retendré nada.

Una sombra de color negro azabache surgió de los pies de Reiss y se extendió por el cielo azul. Aparecieron cinco orbes negros de varios metros de diámetro.

Los cinco orbes llovieron sobre la mansión de Rio como meteoritos. Cada descenso fue acompañado por un rugido en auge, sacudiendo el edificio.

Esos son todos los aparecidos que tengo a mano. Pero me temo que no durarán mucho contra esas chicas, mejor llama a esos tipos lo más rápido posible.

Una vez que vio aterrizar los orbes, Reiss sacó un nuevo cristal de teletransportación y sonrió, elevándose aún más hacia el cielo.