Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 1

Epilogo: La Hija del Dragón Rojo

Hube se arrastró fuera de las ruinas de la catedral, agitando la mirada de los curiosos que miraban con la mano, y se apresuró al castillo del rey.

“¡Por lo menos puedo conseguirlo!”, gruñó.

Sabía que la chica que tanto quería nunca volvería.

Pero al menos, no descansaría hasta que infligiera una muerte horrible a ese despreciable usurpador. Al abrir la puerta a la sala de audiencias, el deseo negro de venganza era lo único en su corazón.

Todavía era temprano para que el negocio real comenzara por el día, pero todo el mundo se había despertado a los sonidos de la catedral colapsando. El rey y todos los señores que actuaron como sus ministros ya estaban presentes.

“¡Su Alteza, tenemos una crisis!”, Dijo Hube.

“Hmm, una crisis de hecho”, respondió el rey Tortoise IV en seco, en contraste con el intento de Hube de hacer realidad la tragedia al máximo.

Su rostro no mostraba desconcierto ni miedo a pesar de la repentina destrucción de la catedral de la diosa. Casi parecía que ya sabía toda la situación.

“¿Su Alteza…?”, Comentó Hube.

“Entonces, obispo”, dijo el rey, mirando hacia un ministro, que se acercó a Hube. En la mano del ministro había un pergamino.

“¿Tiene alguna justificación para sus crímenes?”, Preguntó el rey.

“… ¿Qué?”

Hube puso una expresión estúpida, completamente incapaz de entender de qué estaba hablando el rey. Miró hacia el papel en sus manos. Se perdió por las palabras cuando vio lo que estaba escrito en él.

“¡Abuso sexual en la iglesia! ¡El obispo usa la posición de autoridad para acosar sexualmente a la héroe!”

Y debajo de él, había una imagen extrañamente bien dibujada de él con una cara lasciva, arrancando la ropa de Arian, que estaba rechazando sus avances.

Continuó diciendo que la diosa destruyó la catedral como castigo divino por las malas semillas del obispo.

“¿Qué es esto?”, Tartamudeó.

“Tenía la esperanza de preguntar lo mismo”, respondió el rey.

Sus ojos estaban fríos mientras miraba al obispo y su estado agitado.

Cuando el rey oyó los sonidos de la catedral colapsando, había enviado soldados para investigar, y todos habían regresado portando estos folletos. Estaban esparcidos en los jardines del castillo y por toda la ciudad.

“Según estos papeles, tú, el obispo, violaste a la héroe Arian, y la catedral fue destruida como resultado de tus pecados. Además de eso, Arian huyó del Reino Jabalí, incapaz de soportar lo que le hiciste pasar.”

“¡Su Alteza, no puede creer tales afirmaciones absurdas!”

“Bueno, ¿tienes otra explicación?”

“Eso… ¡Arian nos traicionó!”, gritó Hube en respuesta a la pregunta.

“¡El chico de pelo negro fingió ser su amigo, pero era realmente un agente de los demonios! ¡Desvió a Arian para que nos traicionara, y él atacó la catedral!”

Hube explicó que había intentado en vano luchar contra el chico. Había algunas mentiras y exageraciones mezcladas, pero en general, Hube dijo la verdad. Habló de una manera que mostró lo mortificado que estaba.

Sin embargo, la mirada fría del rey y sus ministros mostró que Hube no pudo agitar las mismas emociones en ellos.

“Qué historia tan interesante. ¿Qué prueba tienes para mostrarnos?”, preguntó el rey con frialdad.

“La prueba es…”

No había pruebas. Todos los que pudieron testificar en su nombre fueron enterrados bajo los escombros de la catedral. No sólo eso, sino que todos eran sacerdotes de la iglesia de Hube, lo que significa que la mayoría de la gente pensaría que simplemente estaban mintiendo para cubrir a su obispo.

“Sólo he hablado con Arian un puñado de veces, y ella no sólo es una excelente heroína, sino también es educada. Incluso si asumimos que fue violada, no es la clase de persona que cometería el gran pecado de destruir la catedral de una diosa”.

“……”

“Además, por desgracia no he conocido a este chico de pelo negro, pero ¿qué te hace estar tan seguro de que es un agente que trabaja para los demonios? Según los rumores entre mis soldados, ayudó a Arian a obtener una poderosa espada mágica que podría derrotar al Rey Demonio”.

“¡Eso fue sin duda una estratagema para conseguir unos favores! ¡Oh sí, casi lo olvido! ¡También era ese comerciante hereje con el plan vil de abrir el comercio con los demonios! ¡Es realmente un estratega al que hay que temer!”

“¿Ese comerciante? ¡Ja-ja-ha! Esto es bastante divertido”, dijo Tortoise IV burlándose de Hube por seguir escupiendo estas mentiras absurdas.

No fue sorprendente que no le creyeran. No sabían la verdad, y Hube no tenía pruebas.

“Obispo, consideré ser indulgente y perdonar sus crímenes si los admite. Pero esto es bastante desafortunado.”

“¡¿Su Alteza, usted creerá a este absurdo trozo de papel sobre mi palabra?!”, exigió Hube. Pero se dio cuenta de algo.

El rey y los ministros no habían tomado este mensaje escandaloso como verdad absoluta. Lo creyeron porque querían creerlo. Finalmente tuvieron la justificación necesaria para librarse del obispo arrogante y poderoso que siempre los había despreciado. Incluso si hubieran sabido la verdad, es probable que su decisión no hubiera cambiado.

“Obispo Hube, basándome en estos acontecimientos, me veo obligado a informar de esto a la Santa Sede”, dijo el rey, excediendo lo más cercano a una sentencia de muerte con su poder limitado bajo la iglesia de la Diosa y su naturaleza débil.

Una catedral de la iglesia había sido destruida, y un héroe prometedor había huido. Hube era tan bueno como muerto una vez que la noticia de sus inmensos fracasos llegara a la iglesia. Sería enviado a algún pueblo o encarcelado de por vida en lo más profundo de la catedral. A pesar de todo, no había manera de que pudiera esperar volver a ver el sol, y mucho menos avanzar a arzobispo.

“Eso… es ridículo…”

A pesar de que era un obispo y un héroe, no había manera de que pudiera cambiar el flujo de los acontecimientos ahora. Si anunciara que Arian era un medio dragón, decidirían que estaba mintiendo de nuevo.

Todos en la sala de audiencias casi gritaron de alivio mientras veían a Hube derrumbarse de rodillas.

¡La desesperación del obispo pedófilo hará que mi cena sepa mejor!

Bueno, no estaban tan enfermos o aburridos, pero deben haber sentido algo similar a las sonrisas triunfantes esparcidas por sus rostros.

***

“¡¿Aah, eso es lo que hiciste?!”, chilló Arian después de que Shinichi le contara sobre su estrategia de “Escándalo Fabricado” mientras caminaban hacia el castillo del Rey Demonio.

“Pensé que si destruía su reputación, detendría sus ataques contra los demonios, incluso en la posibilidad de que no te convenciera. Bastante eficaz, ¿verdad?”, Preguntó Shinichi.

“Uh-huh, eres diabólico, Shinichi…”, dijo Arian, su rostro pálido, mientras imaginaba el alboroto en el Reino Jabalí.

“Me pregunto si el obispo estará bien…”

Shinichi rompió en una pequeña sonrisa por su bondad. Ella todavía estaba preocupada por Hube después de todo lo que él la había puesto a través y a raíz de cortar lazos con él.

“Oye, puedes ver el castillo del Rey Demonio desde aquí”, dijo.

“Sí…”, murmuró Arian.

Las altas y seguras murallas del castillo del Rey Demonio se alejaron de la tierra salvaje e indómita en Dog Valley. Arian estaba increíblemente nerviosa cuando Shinichi la tomó de la mano y la llevó dentro del castillo.

Ella tenía al Asesor Retorcido para que respondiera por ella, pero ella había sido su enemigo en un momento, luchando contra ellos como un héroe. No sería sorprendente que la mataran.

Arian se preparaba para la posibilidad, pero la reacción real de los demonios fue todo lo contrario.

“¡Bienvenida, pequeña señorita Héroe!”

“Encantado de conocerla, Sra. Arian. Shinichi nos contó todo sobre ti.”

Cuando las puertas del castillo se abrieron, el rey demonio y Rino estaban allí, esperando su llegada con sonrisas cálidas.

“Esta es la chica que lastimó al Rey, ¿eh? Pequeña pero impresionante, oink.”

“Supongo que los humanos no están tan mal, moo.”

“¡Espero que lleguemos a conocernos!”

Los otros demonios también esperaban, con los ojos llenos de curiosidad, mientras se agolpaban alrededor de Arian para darle la bienvenida. Nadie le dijo que ella era a la vez un humano y el héroe que había luchado contra ellos. Respetaron su fuerza y parecían felices de tener un nuevo amigo.

“¿Uh, um? Pero yo…”, comentó Arian, confundida por sus reacciones.

“No te preocupes. Todo el mundo en este castillo es así.”

Shinichi le dio unas palmaditas en el hombro con calma.

Por supuesto, no todos los demonios eran tan cálidos y acogedores. Esta multitud había sido elegida específicamente para entrar en el mundo humano porque sus personalidades eran suaves y no causarían estragos en la humanidad. Todavía estaba sorprendida de que no pareciera haber odio en sus ojos hacia un humano como ella. Sólo había una cosa que usaban para medir a una persona: la fuerza.

“¡Oh, y por cierto, aquí!”, dijo Shinichi mientras le robaba la bufanda de Arian de su cuello.

“¡Ah!”, gritó Arian, en pánico y trato de cubrirse el cuello con las manos.

Pero era demasiado tarde.

La multitud ya había visto bien las escamas rojas y brillantes en su garganta, y esta imagen se quemó en sus mentes.

“Oh, así que realmente eres medio dragón.”

“¡Wow, las escamas son tan bonitas! ¡Son como pequeñas gemas!”

“Ya que son rojas, ¿significa eso que eres la hija del Dragón Rojo, oink?”

“Me pregunto cuál es más fuerte: el Dragón Rojo en el mundo humano o el Dragón Negro en el mundo de los demonios, moo!”

Los demonios se sorprendieron de esta rara vista, pero todo lo que dijeron fue positivo. De hecho, no la consideraban con miedo ni lanzaban odio ni burla.

“Um, ¿por qué…?”, Comentó Arian.

“Así son”, dijo Shinichi.

Aunque los humanos odiaban las escamas como un símbolo de un hereje, si la extensión de la desfiguración era sólo unas pocas escamas en el cuello, los demonios lo veían como una característica física única. Después de todo, estaban acostumbrados a ver a mujeres serpientes.

“¿Te alegras de haber venido?”, preguntó Shinichi.

Pasó un segundo para tomar una decisión en este momento antes de responder a su pregunta con una sonrisa brillante.

“… ¡Sí!”, dijo Arian.

“Shinichi, hemos aclarado parte de nuestro trabajo ocupado, pero debes saber que este no es el final”, dijo el Rey, cambiando de tema a medida que las introducciones comenzaron a morir.

“Soy muy consciente, Su Alteza”, respondió Shinichi asintiendo con la cabeza.

El Reino Jabalí había perdido a su héroe más fuerte y el obispo Hube su poder y posición. Probablemente no atacarían a los demonios pronto. Considerando la personalidad de la Tortoise IV, es posible que nada más provenga de ellos. Pero eso no significaba que la iglesia de la Diosa iba a dejarlos estar.

Tenían la creencia anormalmente firme de que los demonios eran sus enemigos mortales, a quienes debían atacar y eliminar por cualquier medio necesario. Todo esto se hizo para sostener las enseñanzas de la Diosa, el pilar de su fe. Respaldados por la fe y su control sobre el hechizo de resurrección, continuarían encontrando nuevos héroes y gozando de su autoridad sobre la gente. No había miedo en el corazón de Shinichi, a pesar de que sabía que podrían enfrentar a fanáticos de la iglesia.

“No importa las dificultades que nos encontremos, voy a abrir un camino hacia adelante con mi sabiduría”, afirmó Shinichi con un toque dramático mientras se volvía a poner la máscara.

Después de todo, le había hecho una promesa a Arian. Le había prometido que construirían un país lleno de alegría en algún lugar donde la gente no fuera perseguida por pequeñas cosas estúpidas, un lugar donde todos pudieran reír y pasar un buen rato.

Es por eso que Shinichi había sido traído a este mundo: ser el cerebro de estos demonios fuertes, divertidos y estúpidos y usar cualquier medio cobarde o retorcido requerido.

“Hmph, en ese caso. Shinichi, yo, Ludabite Krolow Semah, el Rey Demonio Azul, te manda”, decretó el Rey Demonio, diciendo a su asesor, “¡para dar a mi amada hija, Rino, toda la comida más deliciosa del mundo humano!”

“¿No te dije que fueras genial?”, gritó Shinichi.

¡Siempre se reduce a esto!

Su última réplica resonó en cada rincón del castillo.

Este era el chico al que le llamarían el mayor traidor de la raza humana en los libros de historia durante siglos.

Así fue como comenzó su historia.

-FIN DEL VOLUMEN 1-