Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 1

Capítulo 6: La Historia Del Cuento Es La Peor

Parte: 2

El cerebro a menudo se aferraba a la información residual de recuerdos distantes y olvidados durante mucho tiempo. En circunstancias normales, no serías capaz de encontrarlos en el mar de otros recuerdos, pero su hechizo buscó la información que necesitaba.

“Augh… Lo conseguí”, dijo Shinichi, riéndose a través de la inmensa carga física y psicológica que el hechizo le puso en el cerebro.

Sus mayores armas fueron sus pensamientos retorcidos y el vasto conocimiento de un ciudadano japonés del siglo XXI.

Fortaleció la imagen en su mente, y la magia le dio vida.

Shinichi agarró la bolsa en su cintura, vertiendo todo su poder mágico en ella.

“¡(C3H3NaO2), trágalo todo, devora todo! ¡Conversión de elementos!”

Toda la comida y la medicina de la bolsa se convirtieron en partículas transparentes, que Shinichi arrojó al Slime. La bolsa fue sin contemplaciones chupada por la gran pila de baba.

Pero su cuerpo líquido se encogió rápidamente cuando las partículas claras lo tocaron.

“¡Ugh… gah, gah…!”

Arian estaba repentinamente libre, tosiendo su líquido transparente mientras lo veía cada vez más pequeño, finalmente endureciendo en una consistencia arcillosa.

“Es el material utilizado en los pañales, un polímero absorbente, capaz de absorber miles de veces más agua que su propia masa, no es algo que usted entendería”, explicó Shinichi engreído al bajar su espada a la baba.

Perdió su suavidad, lo que lo había hecho impermeable a los ataques físicos, y era incapaz de soportar un golpe de una hoja parcialmente derretida. Su cuerpo quebradizo se desmoronó y no se movió más.

“Increíble: pensar que había tal manera de derrotarlo”, aplaudió el Rey.

“Nunca pensé que llegaría el día en que derrotaría a un Slime con pañales.”

Shinichi dio una sonrisa irónica en respuesta a la alabanza del rey mientras miraba sus restos.

“No pensé que sería tan eficaz, sin embargo. ¿Puedo hacer objetos hechos por magia mejorada gracias a mi conocimiento?”

La fruta era más dulce de lo imaginable. Las granadas de aturdimiento y gas lacrimógeno que había usado para derrotar a Arian, así como la esencia de vainilla, eran todas más efectivas que sus contrapartes de la vida real, tal vez se debió a la imaginación y el poder mágico de Shinichi.

“Odio decir esto después de todo eso, pero la magia da un poco de miedo…”, confió en su cabeza.

“No estás acostumbrado a usarlo.”

“Eso estaría bien si es… Ah, mierda.”

Shinichi había quedado atrapado hablando con el Rey que se había olvidado de correr hacia Arian.

“¿Estás bien?”

“Gah… Sí, gracias, Shinichi. Te debo mi vida”, respondió ella, mirándolo con una sonrisa feliz, incluso cuando fue apoderada por ataques de toser y lágrimas brotando de sus ojos.

Shinichi sonrió.

“No, gracias.”

“¿Huh? … Ah”, dijo Arian, al darse cuenta de que Shinichi era muy feliz, mirando su cuerpo.

El Slime pervertido había disuelto la mayor parte de su ropa y más de la mitad de su ropa interior. Estaba casi completamente desnuda.

“¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!”

Arian de repente dejó salir un grito de desaliento mientras trataba de cubrirse.

Se acurrucó como una pelota y usó ambas manos para cubrir su cuerpo.

Ella se cubrió….

¿Hmm? ¿Qué fue eso…?

No trató de cubrirse el pecho o la ingle, lo que atrajo la atención fue otra cosa.

Shinichi había visto brevemente algo inexplicable y usó el hechizo De búsqueda para reproducir la imagen de nuevo en su mente. Después, inclinó la cabeza hacia un lado.

“Arian, um…”

“¡No mires!”, exclamó Arian, llorando y gritando como un niño ante los intentos de Shinichi de hablar con ella.

“Esto es malo. Permítame….”, comento.

“…. ¿vas a morir para expiar tus pecados?”, llegó una voz repentina

directamente detrás de Shinichi, sorprendiéndolo.

Su tono era tan frío que su entorno podía congelarse.

“¡Ah! ¿C-Celes?”, Preguntó Shinichi.

Detrás de él estaba la criada que se suponía que debía esperar junto a la puerta de piedra. Su rostro normalmente sin expresión fue reemplazado por una sonrisa maravillosa mientras miraba al nervioso Shinichi y a Arian desnuda.

“Usted estaba tomándose su tiempo, y oí un grito. Naturalmente, estaba preocupada y vine a ver cómo estabas. Pero parece que he interrumpido tu diversión.”

“¡No, puedo explicarlo! No he hecho una sola cosa inapropiada, ¿verdad?”

Shinichi suplicó desesperadamente a Arian detrás de él y el Rey en su mente para ayudarle a escapar de la criada asesina.

“Me vio. Lo vio, ¿no…?”, Susurró Arian repetidamente.

“Bueno, tengo que volver a casa para leer a Rino un libro de imágenes.”

La víctima sólo fue capaz de soltar un lloriqueo en voz suave, y su testigo lo abandonó cruelmente.

“¡Oye! ¡Espera un minuto!”

Quería gritarle al Rey: ¡Fue tu idea usar al Slime! Pero la criada sin piedad cavó sus uñas en su hombro.

“¿Tienes algo que te gustaría decir?”, Preguntó.

“… Sólo una cosa, si no sería demasiado problema”, dijo Celes.

“Adelante.”

Ella lo miró expectante con una sonrisa fría.

Shinichi la agarró por los hombros mientras él le proclamó con una expresión seria: “Realmente prefiero las tetas grandes”.

“Lo sé, enfermo”, dijo, levantando la rodilla para patearlo directamente en las pelotas. No fue lo suficientemente duro para aplastarlas, pero lo suficientemente doloroso como para que no fuera capaz de hacer un sonido en respuesta.

El chico no tenía tanta experiencia como masoquista así que no pudo agradecerle a su dominatriz.

***

Finalmente, Shinichi fue capaz de aclarar los malentendidos de Celes, y los tres tomaron la espada mágica de vuelta al Reino Jabalí.

“Ah, estoy muy golpeado”, dijo Shinichi después de finalmente volver a su habitación en la posada.

Estaba más agotado mentalmente que físicamente, y se arrojó a la cama.

Su mente se alejó para pensar en Arian, que parecía tener miedo de hablar con él desde el incidente del Slime.

“No creo que me odie, pero…”

Habían chocado con algunas barricadas inesperadas, pero su “estrategia” tuvo éxito. De hecho, en el momento después de que él había sacado a Arian del Slime, ella había mostrado gratitud y parecía aficionada a él. El problema era que la había visto desnuda. Era normal avergonzarse, pero era un poco extraño que siguiera negándose a hablar con él.

La razón por la que llevaba una expresión oscura y fría era…

Golpe, golpe.

“Shinichi, ¿tienes un minuto?”

Hablando del rey de Roma.

Arian vino justo cuando pensaba en ella, haciéndole saltar de la cama para abrir la puerta.

“Claro, adelante.”

“Bien, gracias…”, dijo Arian, avergonzada unos momentos antes de entrar lentamente.

Su rostro mostraba determinación, como si fuera un soldado normal enfrentándose con el Rey Demonio.

“No hay sillas, pero ponte cómoda en la cama”, invitó Shinichi.

“Muy bien”

Arian se sentó en la cama como se indicó. Shinichi se sentó junto a ella.

Ella estaba en una situación en la que él básicamente podía empujarse encima de ella y ella estaba completamente indefensa, pero ella no tenía la capacidad mental para darse cuenta.

“Um, Shinichi.”

“¿Sí?”

“Ya sabes, mis… Las viste, ¿verdad?”

No podía decir lo que era. Ella se aferraba a la pequeña esperanza de que él no las había visto, y ella sólo respondía con una broma sobre cómo él había mirado su cuerpo desnudo.

Shinichi podía ver todas sus emociones. Con esto en mente, decidió decírselo de una manera directa, en lugar de ser indeciso.

“Vi esas cosas en la base de tu cuello”, dijo, señalándola, oculta por su bufanda roja.

Su rostro se puso pálido, y empezó a temblar como un prisionero que acababa de recibir una sentencia de muerte. Su expresión fue de rendición, ya que deshizo de su bufanda.

Basándose en la blancura y la esbeltez de su cuello, uno nunca habría sido capaz de adivinar que era capaz de herir al Rey Demonio. Justo en el medio, cerca de la ubicación de la manzana de Adán de un hombre, había fragmentos en pentágonos ordenados con la vitalidad carmesí de la sangre.

Había escamas en su garganta.

“Siento haberte engañado. Esta es mi verdadera forma.”

“¿Son esas escamas de dragón?”, preguntó Shinichi.

Ella asintió con la cabeza, al borde de las lágrimas, disculpándose.

“Soy un humano con sangre de dragón. Me dijeron que soy medio dragón”, dijo con incertidumbre.

Nunca había conocido a su padre. Sus primeros recuerdos incluían ser criada por su madre, viajar de pueblo en pueblo, y vivir la vida en la carretera.

“Si alguien sospechaba o se enteraba de mis escamas, ya no podíamos vivir allí. Siempre estábamos viajando, pero le costó a mi madre, y hace tres años…”

Su propia madre había estado firmemente en contra de recibir tratamiento o solicitar la resurrección de la iglesia de la diosa. No tenían el dinero de todos modos, pero parecía haber una razón personal mayor. Incluso ahora, le dolía el corazón a Arian porque su madre se negaba a decirle por qué.

“Ya veo”, dijo Shinichi.

Debido a que también entendía lo difícil que era perder a alguien, todo lo que podía hacer era asentir.

“Asumí el trabajo de luchar contra monstruos para mantenerme. Mi cuerpo es bastante fuerte debido a la sangre del dragón”, relató Arian, rompiendo en una sonrisa débil.

No hace falta decir que esta tarea no era segura para una niña de doce o trece años en ese momento.

“Todo el mundo estaba feliz cuando derroté a un monstruo. Me daban las gracias, los niños me daban flores, y las ancianas me daban sopa”.

“Parece que le gustas a los niños y a los ancianos”, dijo Shinichi.

Arian sonrió brevemente de nuevo, pero la expresión en su rostro fue rápidamente reemplazada por una mirada oscura.

“Había tantas personas que me temían.”

Debe haber sido un infierno que ella escuchara a otros ridiculizarla por ser desalmada. Todo esto se debía a que Arian podía acabar fácilmente con monstruos contra los que una persona normal no tenía ninguna oportunidad. ¿Qué les pasaría si volviera su espada contra ellos? Incluso un niño podría adivinar el resultado.

“Es por eso que no pude vivir en un solo lugar por mucho tiempo, y simplemente seguí viajando”.

Ella estaba en problemas si alguien se enterara de su verdadera forma, y su fuente de ingresos desapareció una vez que derrotó a los monstruos en la zona.

“Y luego, hace un año, vine al Reino Jabalí, donde el obispo se me acercó.”

Y le preguntó si quería convertirse en la heroína de la Diosa.

Al principio, ella se negó inmediatamente. Pensó que no había manera de que la Diosa le diera su bendición a un medio dragón, un monstruo de raza mixta. Pero….

“Pensé que si me convertía en un héroe, incluso alguien como yo podría ser aceptada por todos y vivir aquí…”

De hecho, cuando se convirtió en una heroína, el número de personas que la miraron terriblemente disminuyó. Fue para mostrar el poder absoluto de su nuevo estatus y la bendición de la venerada Diosa.

“Pero al final, sigo siendo un monstruo. Lo había olvidado, me dejé llevar cuando me convertí en parte de un equipo, cuando hice amigos… Lo siento”, se disculpó Arian, derribando su cabeza con remordimientos.

Su alegría normal era sólo bravuconería vacía para cubrir sus debilidades. Su fuerte sentido de la justicia era una expresión de su deseo adolescente de ser aceptada por alguien, por cualquiera.

Cuando Shinichi vio su verdadero carácter, dijo…

“Es curioso que también tengas la costumbre de inclinar la cabeza cuando te disculpas. Qué extraña coincidencia.”, algo tan trivial como eso.

“… ¿Qué?”, Preguntó Arian, sin entender realmente lo que acababa de decir. Shinichi inclinó la cabeza en confusión.

“Entiendo toda esa historia que te llevo a convertirte en un héroe, pero ¿por qué suenas como si estuvieras aquí para despedirte?”

“Uh, como dije, soy medio dragón y…”

“No lo entiendo”, dijo Shinichi, cortando a Arian, mientras ella comenzó frenéticamente a decir lo mismo de nuevo.

“¡Imagina ser un héroe con sangre de dragón! ¡Eso es super-duper fantástico!”

Habló estas palabras desde el fondo de su corazón, pero por alguna razón, el aire en la habitación se enfrió.

“… ¿Estás siendo serio?”, preguntó Arian, incapaz de creer lo que acaba de decir.

Su rostro estaba teñido de ira, no de exasperación.

“Sí. ¡Un héroe y un dragón, una existencia que une los poderes del bien y del mal! ¡Hombre, no hay nada más poético que eso!”

Sí, este fuera un tropo clásico, y podría haber sido ridiculizado por ser un friki, pero era un clásico de generaciones trascendentes. Lo que es genial fue genial. No podrías discutir con eso.

Arian no podía evitar gritarle a Shinichi.

“¡Usted es un mentiroso! ¡Tengo las escamas de un dragón malvado! Soy una bestia, no diferente de los monstruos o demonios. ¡Soy asquerosa!”

“Oh, eso es correcto”, dijo Shinichi, finalmente recordando la conversación que había tenido en la iglesia al ver a Arian crecer cada vez más terca y enojada.

La sacerdotisa había dicho que los dragones eran criaturas malvadas por matar a los dioses. Eran temidos y odiados tanto como los demonios, si no más. Era probable que una persona con sangre de dragón fuera vista de la misma manera. Pero este fue uno de los muchos casos en los que la sensibilidad de Shinichi no parecía coincidir con su visión del mundo.

“¿Ves? Estás pensando que soy repugnante, ¿no?”, exigió Arian con lágrimas en los ojos.

“No, en absoluto”, Shinichi negó con la cabeza en respuesta.

Miró su cuello de nuevo. Sentía que algo estaba fuera de lugar, sólo porque no estaba acostumbrado a verlo. Pero no sintió asco. Nació en Japón, la capital del porno del mundo, donde las mujeres serpientes y las mujeres araña eran vistas con deseo sexual. Fue insultante insinuar que retrocedería en disgusto de algo tan minúsculo como unas pocas escamas.

“Sí, quiero decir, definitivamente son escamas. Pero no tienen un gran resalto para ellas ni nada. Con toda honestidad, son como pequeñas joyas centelleantes. Son un poco bonitas.”

“¡¿B-bonitas?! ¡Ni siquiera bromes con algo así!”

“Hablo en serio. Sólo he estado diciendo la verdad”, dijo Shinichi.

Bueno, él era un estafador, cómodo con mentir casualmente para lograr sus metas, pero no era tan cruel como para mentirle a una chica sobre una preocupación genuina de ella. Además, no tenía las habilidades para manipular a las mujeres de esa forma.

Aunque todo eso era cierto, Arian se negó obstinadamente a creerle.

“Si realmente piensas eso, ¡entonces adelante! ¡Tócalas!”, dijo Arian, pensando que estaba llamando a un farol y las encontraría demasiado asquerosas. Pero casi de inmediato, se demostró que estaba equivocada.

“Uh, ¿realmente puedo?”, Preguntó Shinichi con curiosidad obvia.

Su rostro estaba coloreado con deleite mientras estiraba su mano para tocar su cuello, y acariciaba suavemente las escamas rojas, duras y lisas y un poco más frías que la piel que los rodeaba.

“Son realmente diferentes de las escamas de una serpiente o un pez, ¿no? No se sienten asquerosas o viscosas en absoluto.”

“Ah…”

“Me pregunto si están hechas de piel como las uñas. O tal vez de esmalte como los dientes…. Fascinante.”

“¡Ngh… aahh!”

Las mejillas de Arian se enrojecieron, y soltó un pequeño y sofocado grito.

Shinichi finalmente se dio cuenta de que se había dejado llevar por su curiosidad y estaba corriendo sus dedos sobre sus escamas.

“Lo siento. ¿Te lastimé?”, preguntó.

“N-no, estoy bien.”

Arian recuperó su compostura cuando le quitó la mano, pero sus ojos perseguían sus dedos con nostalgia.

“De todos modos, me crees ahora, ¿verdad?”

A Shinichi no le importaba que fuera un medio dragón. Esperaba que sus acciones lo hubieran demostrado, pero Arian sacudió la cabeza descontenta.

“No, probablemente podrías soportar todo esto…”, dijo.

“Entonces, ¿qué debo hacer para probarlo?”

“… Lámelas.”

“¿Qué?”

“… Lame mis escamas con la lengua.”

Básicamente le decía que le besara el cuello.

“¿Estás hablando en serio?”, preguntó Shinichi.

Sus ojos se abrieron de par en par en shock ante su repentina petición, pero Arian parecía haber asumido lo peor, ya que su rostro se nublaba de nuevo.

“No puedes hacerlo. Realmente crees que son asquerosas…”

“No, eso no es”, dijo Shinichi, todavía confundido.

“¡Entonces sólo lámelas!”, suplicó.

Las lágrimas empezaron a bofetearse en las esquinas de sus ojos.

De alguna manera, esta situación era casi demasiado buena para ser verdad, pero la cabeza de Shinichi no estaba llena de emoción. Estaba llena de confusión.

¿Qué…? ¿Tienen alguna misteriosa costumbre de lamer cuellos para probarse a sí mismos?

No había ninguna costumbre como esa.

De hecho, ella lo propuso por alegría que Shinichi tocara sus escamas, el símbolo del linaje del dragón detestable y la causa de su tormento psicológico. Al mismo tiempo, lo dijo por terquedad y frustración hacia Shinichi por tratar su dolor y trauma tan a la ligera.

Vamos. Madura… Shinichi suspiró internamente.

Sopesó su propio sentido de la vergüenza contra los diversos problemas que podrían surgir si se negaba. Luchó consigo mismo un poco antes de dibujar a Arian en un marco más cerca del suyo.

“Ah…”

“Eres mucho más difícil de lo que esperaba”, dijo antes de chuparle el cuello como un vampiro sediento de sangre.

“¡Ah, ahhh!”

El cuerpo de Arian tembló como si fuera golpeado por una descarga eléctrica en el momento en que la lengua de Shinichi atropelló sus duras escamas. Shinichi pensó que no había vuelta atrás ahora y se obligó a seguir adelante, mientras su lengua bailaba sobre su cuello.

Velta, lappa, shuupa.

“… ¡gh!”

“… Un poco salado”, dijo Shinichi, quitando sus labios cuando Arian comenzó a temblar en convulsiones más grandes.

“Ahh, ahh…”

Mientras Arian miraba a Shinichi con ojos de rocío, sus mejillas se enrojecían, y respiraba fuertemente. No había rastro de una niña y su entusiasmo infantil habitual. En su lugar, estaba el rostro de una joven apasionada.

“Shinichi…”

Cuando dijo su nombre, su voz era más dulce que los dulces que había conjurado con magia. Se descompuso el cerebro y sofocó cualquier semblanza de pensamiento racional.

“……”

Shinichi la empujó hacia abajo en la cama sin decir una palabra, y ella se quedó en silencio mientras cerraba los ojos. Sus rostros se acercaron, y esta vez, sus labios se movieron de sus escamas a…

Golpe, golpe.

“Señor Shinichi, ¿tienes un momento?”

“¡¿Ah?!”

Justo antes de que sus rostros se tocaran, fueron interrumpidos por una visita de la criada.

“¿Qué debemos hacer?”, exclamó Arian, histérica.

“C-Calma, no estábamos haciendo nada inapropiado… Ah no, sí, estábamos”, dijo Shinichi en pánico.

“¿Hola? Estás haciendo mucho ruido. ¿Asumo que puedo entrar?”, llamó Celes desde fuera de la puerta.

Los dos saltaron el uno del otro en un comienzo, y el pomo de la puerta se volvió lentamente como si los respaldara en una esquina.

“Ah, uh… ¡Lo siento!”, dijo Arian mientras de repente abrió la ventana.

Antes de que Shinichi pudiera detenerla, saltó.

“¡Espera! ¡Estamos en el segundo piso!”

“¡Lo sientoooo!”

Parecía que sus preocupaciones eran para nada. El héroe de la Diosa atascó el rellano perfectamente y se fue corriendo más rápido que un caballo, ya que soltó un grito lo suficientemente fuerte como para despertar a todo el vecindario.

“No tenías que huir así…”

“¿Es eso lo que llaman “el corazón sensible de una joven doncella”?”

Una mano se tendió para cerrar la ventana.

Pertenecía a Celes, que había logrado entrar en la habitación en algún momento.

Se dio la vuelta para cerrar la puerta y cantó un hechizo de silencio, una contramedida insonorizada para cubrir el suelo y las paredes, haciendo que la habitación fuera totalmente segura. También significaba que no se oían gritos de ayuda fuera de la habitación, independientemente de sus métodos de tortura.

“Usted sabe lo que me gustaría decir, ¿verdad?”, preguntó Celes.

Sus ojos dorados eran más duros y fríos que el acero, y su expresión dijo que ella sabía todo acerca de su pequeña relación amorosa con Arian. No aceptaría mentiras ni engaños.

“Usted estaba mirando con un hechizo de clarividencia, ¿no es así…?”

“Por supuesto. Es mi deber vigilar y protegerte.”

Tenía sentido, ya que había una pequeña posibilidad de que Arian lastimara a Shinichi para evitar que su secreto saliera.

“Pero no es parte de mi deber ser forzada a verte a ti y a esa mujer copular. Esto es acoso sexual”.

“Espera un segundo, no íbamos a copular ni nada.”

“¿Realmente puedes, decir que no iba a suceder?”

“….”

Shinichi evitó sus ojos, sin decir nada.

“Ahh ¿Su Alteza y Lady Rino realmente tienen que confiar en este perro asqueroso en celo…?”

“¿Ahora me estás tratando como a un animal?”

Sabiendo que sería una pérdida de tiempo, Celes se tragó su respuesta de que todos los hombres eran lobos.

“Bueno, se podría decir que me fui un poco por la borda, y tal vez debería haber sido más cuidadoso, pero conseguí que Arian…”, comentó Shinichi de nuevo.

“Es todo para el plan, ¿verdad? Soy muy consciente”, dijo Celes, cortando sus excusas.

“Por eso no estoy enojada por eso. No me importa un poco si te pones algo pervertido, como por ejemplo: lamiendo el cuello de alguna mujer.”

Su voz monótona no era diferente de lo normal, pero ella era extrañamente contundente en su respuesta. Shinichi sabía muy bien que estaba a punto de pisar una mina terrestre, pero lo dijo de todos modos.

“Celes, ¿estas…. celosa?”

Esperaba que ella escupiera un insulto sobre que él era narcisista y repugnante, mientras lo golpeaba con un hechizo de ataque lo suficientemente débil como para mantenerlo con vida.

Pero después de un breve momento de silencio, Celes echó los ojos hacia abajo y habló de una manera completamente contraria a sus predicciones.

“… Dijiste que te gustaba”, dijo con dulzura.

“¡¿Qué?!”

“Oh, es tan fácil engañar a los hombres, ¿verdad?”

Su timidez previa se disolvió de su rostro, como Celes estalló en una amplia sonrisa. Shinichi se maldijo a sí mismo por ser tan tonto como para enamorarse de su acto.

“Bien, suficiente humor por ahora”, dijo Celes, recuperando la compostura.

“Celes, nunca hubiera imaginado que te gustaba la comedia pero lo haces, ¿no?”

Ella no respondió a su pregunta, en cambio dijo: “No tengo ningún problema en que hagas que la héroe se enamore de ti. Pero, ¿estás seguro de que no te estás enamorando de ella?”

“Uh…”

Celes asomó un lugar dolorido, y Shinichi no pudo encontrar las palabras correctas. Se dio cuenta de que podría ser el atrapado en una trampa que él mismo había puesto.

“Para ser honesto, no pensé que Arian fuera este tipo de persona.”

Se suponía que era un héroe elegido por la Diosa, trabajando duro para derrotar al malvado Rey Demonio. A primera vista, parecía que un héroe de cuento de hadas cobraba vida.

“Amar la justicia, odiar el mal, ser honesta, pura, fuerte, o si fuera: inmadura, terca y violenta. Si fuera el primer o segundo caso, no me sentiría mal por destruirla”.

Pero la verdadera Arian era completamente diferente. Había vivido toda su vida detestándose a sí misma por ser mitad dragón. Cuando comenzó a luchar para alimentarse, la gente le agradeció y la aceptó…

Era sólo una chica lamentable que sólo era capaz de aceptarse a sí misma cuando se convirtió en una heroína.

“Probablemente se enojaría conmigo y me dijera que no me compadezca de ella, pero no puedo evitar eso. Me encontré pensando que me gustaría ayudarla si pudiera.”

“Porque ella es una chica linda, ¿verdad?”

“¡Bueno, por supuesto! ¡Eso es lo más importante!”, afirmó Shinichi en respuesta a la broma de Celes.

Todos sabían que no era un santo. Estaba enfermo, retorcido y aceptado por los demonios. Era el tipo de persona que no tenía ninguna necesidad de salvar a la humanidad. Pero fue fiel a su deseo narcisista de ayudar a sus pocos favorecidos.

“Además, me recuerda a alguien que conocía”.

“….”

Celes no preguntó quién era. Vio una mirada en sus ojos que nunca había visto antes. Tenía cierta soledad, sugiriendo que esa persona ya no estaba cerca, ni siquiera en la Tierra.

“Por eso quiero ayudar a Arian.”

No quería que sufriera por algo tan trivial como ser medio dragón.

“Realmente eres….”, comentó Celes antes de cerrar su boca.

Sería molesto si viera la sonrisa suave en su cara.

“¿Celes?”, Preguntó Shinichi sospechosamente.

“Comprendo perfectamente la situación”, dijo, volviendo a su expresión normal.

“Sin embargo, no debes olvidar tu misión original de someter al enemigo.”

“No, no planeo perder de vista eso”, dijo Shinichi, asintiendo con la cabeza profundamente para mostrarle que no necesitaba recordarle.

“Ya tenemos lo que necesitamos si vamos a aplastar a Arian”.

Podían decirle a todo el país que era medio dragón. Shinichi no se preocupaba por su verdadera forma, y sus conocidos cercanos, como el dueño de la taberna, probablemente también serían indiferentes. Pero no sería así con la gran mayoría de la población.

“Empezarán a tratarla con prejuicios, basados en las enseñanzas y la creencia de la Diosa de que los dragones son inherentemente inmorales”.

En la raíz de todo esto había un miedo universal de los más fuertes que tú, los celos de los más exitosos que tú, y la repulsión de los diferentes de ti, como un medio dragón. Además, cuando la persona en cuestión es una chica linda, estas emociones negativas se manifiestan en las formas de misoginia de los hombres y la envidia de otras mujeres.

“Ver a una persona infeliz es como una droga. A la gente le encanta destrozar a los demás en nombre de la justicia”, continuó Shinichi.

Desafortunadamente, los prejuicios y la injusticia seguían siendo desenfrenados en la Tierra del siglo XXI. Probablemente todavía estarían allí en un futuro lejano, incluso cuando los humanos viajan a través del universo.

“Simplemente no entiendo. Es la más fuerte, lo que significa que tiene razón. ¿No es eso lo único que importa?”

“Me gusta que la lógica de los demonios sea tan directa, pero no”, dijo Shinichi, sonriendo secamente a Celes atormentando su cerebro para entenderlo. Continuó hablando.

“De todos modos, es posible eliminar a Arian diciéndole a todos que es medio dragón. Probablemente estaría molesta, lo que también significa que sería fácil consolarla y acercarse más a ella.”

“¿Pero, deseas encontrar otra manera?”

“Sí”, dijo Shinichi, asintiendo en respuesta a la pregunta de Celes, y luego se quedó callado.

Cuando estaba listo para hablar, dijo: “Quiero hablar con el Rey”.

“Como quieras”, respondió Celes, enviando una comunicación telepática en dirección al castillo de su amo.

Sin embargo, la voz que Shinichi escuchó en su cabeza era la de una chica linda.

“Shinichi, ¿qué haces tan tarde en la noche?”, Preguntó.

“¿Rino? ¿Está el Rey fuera?”

“Está aquí a mi lado. Me estaba leyendo una historia”.

“¿Pasa algo, Shinichi?”, Llegó la voz del Rey.

“No, no hay nada malo pero…”, respondió Shinichi vacilante.

Se sorprendió de estar conectado con Rino, como un entusiasta de la radio aficionado tratando de encontrar una señal. Le preocupaba que pusieran algo de magia para evitar que sus conversaciones fueran escuchadas.

Pero no tuvo tiempo en este momento para preocuparse por los detalles más pequeños.

“Supongo que es conveniente. Escucha atentamente, Rino.”

Sería un error ir en contra de sus deseos. Rino y su deseo de comer cocina del mundo humano fueron el catalizador de las acciones del Rey, para convocar a Shinichi, por este mismo momento. Con esto en mente, le dijo al Rey y a Rino sus propios pensamientos y sentimientos, sin dejar nada fuera. Explicó lo improbable que era que su plan tuviera éxito, lo que saldría mal si fallaba y su plan de respaldo.

Los dos se quedaron en silencio mientras escuchaban. El Rey fue el primero en hablar, y su respuesta fue simple: “Shinichi, te confié esto. Haz lo que creas conveniente.”

Un rey necesitaba aceptar los fracasos y éxitos de sus inferiores, y habló con confianza sin vacilar.

“… Realmente eres el Rey Demonio”, dijo Shinichi, sonriendo ampliamente e inclinando la cabeza con reverencia, a pesar de que sabía que la telepatía no la transmitiría.

Shinichi pensó muy bien del Rey Demonio: Podría ser una cabeza de musculo, pero su fuerza y generosidad eran indiscutiblemente la de un líder.

Siguiendo a su padre, su pequeña hija abrió la boca para hablar también.

“Shinichi, tu estrategia es demasiado difícil de entender para mí”.

Rino era una intelectual rara en el mundo de los demonios, pero su aparición sugería que sólo tenía diez años. Sería cruel esperar que entienda las complejidades de la sociedad humana y el plan enfermo de Shinichi para abusar de ella. Pero…

“Quiero ayudar a la señorita Arian, también. Ser una solitaria es tan triste”.

Al escuchar su historia, Rino simpatizó con una chica que nunca había conocido y quería extender una mano amiga.

“… Rino, en serio eres un ángel”, dijo Shinichi.

“¿Huh? ¿Qué es un ángel?”

“Oh, así que hay una diosa en este mundo pero no ángeles… Bueno, significa que eres super linda”.

“¡¿Queee…..?!”

A través de su comunicación telepática, Shinichi no pudo ver a Rino que se puso de color rojo brillante, pero sonrió mientras lo imaginaba. Y antes de que su padre pudiera hablar en el borde, Shinichi colgó y recuperó su compostura.

“Bien, ahora no tengo nada que me detenga”, dijo.

Ahora que había recibido la bendición del Rey y Rino, todo lo que quedaba era ejecutar su plan. Si fuera bien, Arian no pelearía por convertirse en un aliado de los demonios. Incluso si fallara miserablemente, el plan que puso en marcha aún salvaría al héroe, incluso si muriera.

Pase lo que pase, Shinichi estaba cumpliendo con sus responsabilidades con el Rey y Rino. Iba a confiar en su propio egoísmo y poner su dinero en una apuesta con malas probabilidades.

“Puedo estar renegociando el mazo, pero ellos son los que recogen las cartas descartadas.”