Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 1

Capítulo 5: Sólo Los Perdedores Hablan Tonterías Sobre Los Cobardes

Parte: 3

 

 

Arian, la héroe de la Diosa, se despertó temprano.

El cielo empezaba a ser más brillante.

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Antes de que cualquiera de los otros huéspedes estuviera despierto, ella ya estaba fuera de la cama y vestida para el día.

“Bien. Es una hora decente para partir”, dijo, atando su bufanda alrededor del cuello.

Se había dormido accidentalmente hace unos días, pero no iba a repetir el mismo error. Después de suavizar sus sábanas, bajó a la taberna en el primer piso.

“Buenos días.”

“Ah, animada como de costumbre”, comentó el propietario mientras limpiaba una mesa.

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Con un solo movimiento fluido, Arian tomó una fregona y comenzó a limpiar el piso.

“Señorita, usted es un cliente. Sabes que no necesitas ayudar, ¿verdad?”

“¡Sí, pero soy una héroe!”

“Eso no responde a mi pregunta.”

Los dos compartían su habitual intercambio matutino mientras pulían el interior de la taberna.

“Aquí. Una muestra de mi agradecimiento”, dijo el propietario.

“¡Ah, muchas gracias!”, Dijo Arian con un pequeño grito de alegría mientras el propietario le daba un poco de pan oscuro, y ella comenzó a comer.

“Señorita, estoy seguro de que ganas un buen dinero. ¿Por qué te quedas aquí en mi pequeña posada cuando podrías comprar tu propia casa?”, preguntó el propietario.

Arian dio una sonrisa incómoda en respuesta.

“Siempre estoy fuera de la ciudad, luchando contra monstruos. Si comprara una casa, sólo se cubriría de polvo.”

“Ah, cierto. ¿Y si vivieras en la iglesia? Eres la héroe de la Diosa y todo eso. Estoy seguro de que a los sacerdotes les encantaría que lo hicieras.”

“Oh, no, no soy muy buena conviviendo con mucha otra gente…”

“Jaha, así que eres un poco tímida a pesar de que tienes tanta energía. Si continúas así, te das cuenta de que serás una solitaria por el resto de tu vida, ¿verdad?”

“Urgh…”

El pan oscuro se atascó en la garganta de Arian cuando el dueño le hablo.

“¡Lo siento, lo siento! Esto es mi culpa”, insistió, colocando una taza de cerveza delante de ella y se fue a terminar la sopa.

“Amigos, ¿eh…?”, murmuró Arian, sola en el mostrador.

Había bastantes personas que habían intentado hacerse amigos de ella en el pasado, como Ruzal, el caballero fugitivo. Siguió tratando de contactarla después de que ella lo golpeara con un larguero, pero ella nunca respondió….

“Bien, es hora de entrenar”, dijo, abofeteándose para ahuyentar sus pensamientos oscuros antes de salir de la taberna con su espada en la mano.

Se dirigió hacia las enormes murallas del castillo que rodean la ciudad.

“¡Buenos días!”, saludó a una cara familiar en las puertas.

“Ah, señorita Arian, veo que está trabajando duro de nuevo hoy”, respondió el guardia.

Intercambió saludos con un guardia con el que conocía bien mientras se deslizaba por la puerta. Fuera de las paredes, la tierra expansiva y su suelo fértil se dividieron en grandes parcelas para la agricultura. Pero la circunferencia de trescientos metros alrededor de las murallas de la ciudad estaba vacía ya que era utilizada para la guerra.

Aquí es donde Arian practicaba.

“¡Kya! ¡Ah!”

Su pelo rojo, pegado a sus mejillas con sudor, pero ella no pensó en ningún problema y continuó balanceando su espada.

Sus ataques eran más rápidos de lo que el ojo podía ver. Detuvo su espada cerca de su pecho, y las secuelas de sus movimientos engulleron la tierra con una presión de aire. Su espada mortal podría fácilmente dividir a un caballero completamente en dos.

A medida que rápidamente giró su espada, su rostro se mantuvo sombrío.

“… Esto no funcionará. Esto no es suficiente para ganar”, dijo débilmente, deteniéndose después de sólo diez mil golpes.

Aunque estos golpes podrían dividir el acero, ella no pudo poner un solo rasguño en el Rey Demonio Azul, haciendo que se retirara. Sabía que no sería rival para él aunque entrenara durante años.

“Pero, ¿qué debo hacer…?”

A pesar de que ella no podía verlo ella misma, no se podía negar que Arian era una genio de la lucha con espadas. Siempre peleaba sola y siempre ganaba, por lo que estaba en una depresión.

El Rey Demonio se alzaba sobre ella como una enorme pared, y no podía encontrar una manera de superarla. Fue el primer obstáculo que encontró, y ella no tenía un maestro espadachín para enseñarle ni compañeros de apoyo.

“¡No, para! ¡Sólo necesito seguir intentándolo!”

Tenía una tendencia a entrar en espiral en lugares oscuros y solitarios cuando estaba sola, pero enérgicamente se arrojó de nuevo a su práctica. Continuó hasta que el sol alcanzó su punto más alto antes de pensar en tomar un descanso.

“Arian, veo que estás trabajando duro de nuevo hoy”, dijo una voz familiar

“¡¿Obispo Hube?! ¿Por qué estás tan lejos de la ciudad?”

Arian se sorprendió al ver el rostro sereno del obispo Hube, la máxima autoridad de la iglesia en el Reino Jabalí.

“Estaba en el camino. Acabo de terminar de asistir al público de la mañana y estaba a punto de volver a la iglesia”, dijo.

Era cierto que sus deberes al lado del rey eran durante la mañana y que trabajaba en la iglesia después. Sin embargo, la iglesia estaba justo al lado del castillo, por lo que no había absolutamente ninguna necesidad de que saliera de las murallas de la ciudad.

“Aprecio tu consideración”, dijo con una sonrisa radiante.

No reveló que se había dado cuenta de la mentira.

“¿Cómo va tu práctica?”, Preguntó. Su sonrisa no tenía motivos subyacentes.

“Bueno…”

“Por lo que vi, parece que tomará algún tiempo antes de que puedas desafiar al Rey Demonio de nuevo”.

“… Lo siento”, se disculpó Arian, inclinando profundamente la cabeza.

“No te preocupes”, respondió Hube, acariciándola suavemente en el hombro.

“Si no puedes derrotarlo, nadie puede.”

“Pero eso…”

“Ten fe en ti misma, Arian. Te seleccioné, y tú eres la héroe más fuerte”.

Las palabras de Hube tuvieron un impacto en Arian, quien llevaba una expresión de confusión mezclada con humildad.

Arian había cazado muchos monstruos, que eran animales mutantes que habían absorbido grandes cantidades de magia, hasta hace un año. Viajando de un lugar a otro, finalmente llegó al Reino Jabalí. Fue entonces cuando conoció al obispo Hube, quien la convenció de aceptar la bendición de la diosa y convertirse en una magnífica héroe.

“Desde que eras cazadora, has sido siempre invicta, ¿verdad?”

Se podría decir que los cazadores mataron monstruos que atacaron a la gente. Sería más preciso, decir que muchos cazadores eran criminales, y la gente buena y honesta a menudo hablaba de ellos a sus espaldas.

Esto era cierto para Arian: Ella era una joven doncella que había masacrado a muchos monstruos y le temían al mismo tiempo por su fuerza anormal.

Sin embargo, todo eso cambió por completo cuando se convirtió en una heroína.

“Se te ha concedido la protección de nuestra Diosa Divina. Ya no puedes morir. Te has convertido en un guerrero santo que no conoce enemigos”.

Tenía el sello de aprobación de la gran defensora de toda la humanidad, Elazonia, la Diosa de la Luz, adorada por todos. Convertirse en una héroe fue una prueba de su carácter. Gracias a esto, Arian pasó de ser una persona que era temida a una venerada por muchos.

Y sin embargo…

“Obispo, yo estoy lejos de la gran existencia del gran guerrero santo”, dijo Arian, rechazando sus elogios al agarrar la bufanda roja alrededor de su cuello.

Hube vio el miedo de Arian.

“Me disculpo. No tengo ninguna intención de poner tal carga en usted.”

“¡Por favor! ¡No necesitas disculparte! Tú eres la razón por la que pude convertirme en una héroe…”

Arian negó con la cabeza y miró hacia abajo, nerviosa e incapaz de encontrar las palabras correctas.

Hube sonrió suavemente de nuevo a la figura desconcertada delante de él.

“Lo sé. De todos modos, tal vez deberíamos tomar algo para comer juntos y…”

“Ah, aquí estás”, vino una voz, interrumpiendo inesperadamente la Invitación del obispo.

Hube levantó la vista. Ante él había un niño con el pelo negro y los ojos negros, con armadura de cuero y con una espada en la cintura. Detrás de él estaba una hermosa mujer de pelo plateado. Por alguna razón, ella llevaba un traje de sirvienta, y él podía sentir fuertes poderes mágicos que emanaba de ella.

Hube tenía una extraña sensación de déja vu.

Antes de que pudiera recordar la fuente, el niño se puso delante de Arian, ignorando a Hube.

“Encantado de conocerte. Me llamo Shinichi”, dijo.

“Yo soy Celestia, pero por favor llámame Celes”, agregó la criada.

Arian respondió cortésmente a las presentaciones amistosas.

“Hola, me llamo Arian”, dijo.

“¿Y hay algo que podamos hacer por ti?”, Preguntó Hube, ocultando su irritación detrás de una sonrisa.

El niño no se molestó en mirar al obispo, sino que extendió su mano derecha hacia Arian.

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“Me siento bendecido de conocer a la héroe más fuerte del mundo”, dijo.

“Realmente no soy tan especial… Um, ¿qué pasa con la mano?”, preguntó Arian.

“Oh, lo siento. Es una costumbre de dónde vengo, llamada apretón de manos. Es un saludo amistoso, ya sabes. Dos personas se agarran las manos”, explicó el muchacho.

“¡Bien, vamos a hace un apretón de manos, entonces!”, exclamó Arian, incapaz de rechazar su petición y agarrando su mano.

“… Manos tan delgadas y hermosas”, observó.

“¡¿Huh?! ¡No, no lo son! Todo lo que hago es balancear una espada, ¡así que están sucias y cubiertas de callosidades!”

Volviéndose roja brillante, Arian contradijo el cumplido inesperado, pero el niño sonrió suavemente y acarició su mano.

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“No, son hermosas. Tienes manos suaves que muestran todo el esfuerzo que has puesto en salvar a la gente”.

“¡D-D-Detente, no te burles de mí!”

Arian retiró su mano, pero su rostro se volvió un tono más profundo de rojo, y todo su cuerpo temblaba de alegría, como un perro moviendo su cola.

La sonrisa de Hube se endureció ligeramente mientras veía su intercambio.

“¿Y qué es lo que podemos hacer por usted?”, Preguntó por segunda vez.

“Arian, te quiero hacer una petición”, dijo el muchacho, finalmente respondiendo a la pregunta, pero ignorando a Hube mientras miraba profundamente a los ojos de Arian.

“Déjame ayudarte a derrotar al Rey Demonio.”

“¿Huh?”

“En realidad, no. Lo que estoy tratando de decir es… acompáñame, y te dejaré derrotar al Rey Demonio”, dijo.

Su declaración corregida rezumaba con arrogancia.

“¡¿Qué….?!”, Arian gritó con sorpresa.

Antes de esto, todos los que había encontrado eran humildes y la habían tratado como su superior, como se esperaba. Obviamente era mucho más fuerte que cualquiera de ellos. Y sin embargo, este chico no hizo ningún intento de halagarla. De hecho, entregó esta petición como si fuera su superior.

“¿Estás hablando en serio?”, Preguntó Arian.

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Su corazón no estaba latiendo por incomodidad, sino por el shock de que alguien se había dirigido a ella de tal manera.

Humilde por naturaleza, Arian no estaba demasiada orgullosa de su fuerza, pero sí tenía confianza en sus habilidades y un buen ojo para evaluar el potencial de su oponente.

“No quiero ser grosero, pero no creo que pueda vencer al Rey Demonio trabajando con alguien más débil que yo”, dijo.

“Estoy de acuerdo. Aplaudo tu deseo de luchar contra los demonios, pero no hay nada que ganar por la imprudencia”, agregó Hube, riendo mientras miraba al niño.

“Usted no es un héroe de la Diosa, ¿verdad?”

“¿Y qué?”, Respondió el niño.


“Ja-ha, parece que no tiene sentido hablar, entonces”, dijo Hube.

Hube no se equivocó.

Había una gran diferencia en el estilo de lucha entre un héroe que siempre volvía a la vida y una persona normal que moría. Un héroe salió victorioso al derrotar a su enemigo, incluso si ellos mismos murieron o su cuerpo fue completamente destruido. Después de todo, eran inmortales. Los poderes divinos de la Diosa podrían teletransportarlo y reconstruir su forma corporal desde cero. Esto permitió a un héroe luchar en lava o usar magia autodestructiva.

Sin embargo, este no fue el caso para una persona normal.

Antes que nada, la victoria para una persona normal significaba llegar a casa con vida. En el peor de los casos, morirían si no tuvieran compañeros que pudieran traer su cadáver de vuelta a la civilización, incluso si su cuerpo estuviera intacto.

Todo esto condujo a una diferencia fundamental en la preparación mental, por eso Arian continuaba luchando sola.

Aunque esa no era la razón principal por la que era una héroe solitaria…

“Nunca recibirás la protección de la Diosa con tu actitud altiva. No desperdicies tu vida. Vete a casa”, dijo Hube.

Era sólo una versión más educada de “Sal de aquí, pequeño bastardo.”

Al chico no parecía importarle, sino que siguió sonriendo astutamente y haciendo una sugerencia.

“Bueno, al menos déjame probarme en un partido. Si anoto un punto, trabajaremos juntos. Si pierdo, puedes asarme, hornearme, hacer lo que quieras conmigo”.

“Bueno, bueno…”, Arian vaciló.

“¿No estás segura de que vas a ganar?”

“Hmph.”

Ella podría haber sido una héroe, pero incluso Arian se enfureció si alguien se burlaba de ella o implicaba que le faltaba valor.

“¡Bien! ¡Si pierdo, seré tu compañera o lo que sea!”

“Muy bien…. ¿Lo que sea, usted dice?”, Preguntó torpemente.

“Llevarla por la ciudad sin nada más que un collar y una correa es un nivel de depravación sin precedentes”, dijo la criada, abriendo la boca por primera vez.

“¡Eso no es lo que estoy diciendo!”, gritó el niño mientras sacaba su espada de la vaina en la cintura.

“Si mi espada toca alguna parte de ti, yo gano. Si te rindes, yo gano. ¿Te suena bien?”

“Sí, está bien”, respondió Arian mientras dibujaba lentamente su espada, sosteniéndola a la altura de los ojos.

“No me detendré sólo porque estamos peleando”, continuó, la sonrisa se desvaneció de su rostro como si el calor se alejara.

“No te enojes si te mato accidentalmente.”

Ella no era la chica brillante y alegre de antes. Era la heroína más fuerte de la humanidad, una maestra de la espada y la magia.

Frente a ella estaba el joven atrevido con un sudor frío en la frente.

“Esta bien”, dijo sonriendo sin miedo, como para decir que sería una buena experiencia morir una vez. Sin embargo, mantuvo su distancia.

“Uno de los deberes de un héroe es poner a los niños insensatos en su lugar. Yo me encargaré de las secuelas y limpiaré, así que siéntete libre”, dijo Hube.

En otras palabras, “mátalo, y lo resucitaré”.

Arian se sorprendió de que el obispo pudiera dar una orden tan violenta con una sonrisa en la cara, pero ella no quitó los ojos del niño.

“Puedes empezar cuando quieras”, dijo, con confianza dándole el primer movimiento.

No dudó en aceptar la oferta.

“Muy bien, te daré con todo lo que tengo.”

El niño levantó su espada en una mano, sosteniéndola directamente a la altura del pecho. Para aprovechar al máximo esta oportunidad, usó sus nuevos poderes mágicos para lanzar un hechizo fatal a Arian, quien había dejado de parpadear para ver cada uno de sus movimientos.

“Mi hoja diabólica, mi secreto más profundo: ¡La luz!”

Lanzó el hechizo más básico de los hechizos básicos.

Pero fue un golpe serio contra Arian, que había estado mirándolo con sus ojos bien abiertos.

“¡Mis ojos, mis ojos!”

“¡Una estratagema tan cobarde!”, gritó Hube con enojo, al ver a Arian se inclinó.

Ese no fue el final de sus trucos sucios.

Arian estaba tratando de usar su sentido del sonido, en lugar de la vista, para discernir la ubicación de su oponente, cuando oyó algo rodando hacia ella.

¿Una pelota?

En el momento en que empezó a preguntarse qué era — KABOOOOM— El rugido casi le partió los tímpanos y atravesó su cuerpo.

“¡Ah, gah…!”

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En comparación con esto, el enorme aullido del lobo negro parecía un zumbido silencioso de un mosquito, e hizo algo más que destruir su capacidad de oír.

Todo está girando… No…

El sonido había sido lo suficientemente fuerte como para destruir partes de su oído interno necesarias para controlar su equilibrio. Nunca había encontrado algo como esto mientras luchaba contra monstruos.

Incapaz de ponerse de rodillas, un segundo objeto similar a una bola rodó hacia ella y explotó.

PSHHHH.

En el momento en que se dio cuenta de que estaba rodeada de algún tipo de humo, fue superada por un ataque y un impulso extremo de vomitar.

“¡Ghah…!”

Las delicadas membranas de su garganta, nariz, ojos y lengua picaron, y sus lágrimas fluyeron incontrolablemente.

Cuatro de sus cinco sentidos —vista, olor, oído y gusto— fueron borrados, y la héroe más fuerte del mundo estaba tan indefensa como un bebé recién nacido.

El niño levantó suavemente su espada hacia Arian, que era completamente incapaz de sentir algo a su alrededor.

“Sanación completa.”

El momento antes de que cayera la huelga, todos los sentidos de Arian fueron completamente restaurados.

“¡¿Ah?!”

“Tch…”

El niño hizo clic con su lengua.

“¿No crees que es más cobarde que un segundo interfiera en un partido?”, acusó Shinichi, buscando por primera vez el obispo que había interrumpido su lucha.

“La Diosa no acepta victorias obtenidas a través de trucos poco entregados.”

Con una sonrisa cálida, Hube parecía estar casi regodeándose, pero Arian le torció las cejas cuando admitió haber echado el hechizo de curación.

“Obispo, él tiene razón. Por favor, no interfiera en un partido serio”.

“Eres una héroe elegida por la Diosa, y no hay necesidad de que le des a este chico cobarde una pelea justa”.

Arian redujo los ojos mientras miraba al obispo que intentaba evadir su comentario.

“Obispo, no hay tal cosa como la cobardía o la integridad en una pelea.

Luchas para ganar”, dijo.

“……”

“Ja-ha-ha, parece que la héroe sabe de lo que está hablando. Nuestro honorable obispo aquí sólo pasa su tiempo pateando sus pies en la iglesia”, dijo el niño con una sonrisa maliciosa al silencioso Hube.

“Hermosas ideas como la integridad y la virtud no tienen lugar en un partido a muerte. El ganador vive, el perdedor muere… aunque me sorprende que un héroe eterno sepa algo acerca de morir.”

“He estado luchando desde antes de ser una héroe”, dijo Arian.

“… Me disculpo.”

El chico ofreció una disculpa sincera. Y luego volvió a coger su espada.

“La cobardía no tiene lugar en una pelea, así que no diré que estás descalificada por hacer trampa. Pero no seré tan amable la próxima vez”, declaró Shinichi.

“Sí, si vuelve a pasar, pierdo”, coincidió Arian.

“….”

La sonrisa de Hube se endurecieron aún más, pero los dos se enfrentaron de nuevo, sin darse cuenta.

“Para que lo sepas, no volveré a caer en eso”, dijo Arian.

Pero una vez más, dejó que el niño hiciera el primer movimiento, sintiéndose incompetente por requerir la ayuda del obispo.

“Lo sé”, respondió él, su sonrisa se ensanchaba ante la estúpida honestidad de la chica.

¿Va a hacer más ruido o a liberar humo?

Obviamente no había manera de que Arian supiera sobre granadas o gases lacrimógenos, pero ella había adivinado que usó algunas herramientas mágicas. Ella se preparó, observando la situación para evitar cualquier peligro inminente.

El niño saco algo diferente. Era un frasco de vidrio.

“Predigo que querrás rendirte cuando abra esto.”

El chico hizo una pose extraña y apuntó a Arian, pero no movió un músculo.

¿Es una poción hechizante o encantadora?

El cuerpo de Arian estaba protegido por enormes cantidades de poder mágico, dándole una fuerte resistencia a los hechizos mágicos. No tenía inmunidad contra fenómenos físicos, como sus ataques previos con luz, sonidos y olores, pero estaba segura de que podía desviar la magia ejerciendo control psicológico, sin importar lo poderosa que fuera.

Como si hubiera leído su mente, el niño sonrió mientras colocaba su mano en la tapa del vial.

“Voy a explicar. ¡Usted puede ser capaz de soportar el dolor, pero no se puede resistir al placer!”, declaró, abriendo el vial y liberando su contenido.

Con la ayuda de algo de magia, había creado su contenido, soltando su aroma más potente: el olor de algo delicioso.

“¡¿Es, es dulce?!”

A pesar de la distancia entre ellos, Arian podría olerlo inmediatamente, la más dulce de las fragancias dulces. Su olor casi derritió a Arian, quien nunca había comido caramelos.

Esta fragancia no existía en ningún otro lugar del mundo.

El niño mostró triunfalmente el líquido en el vial. Se llamaba esencia de vainilla.

“Hmm, realmente huele bien. ¿Quieres probar un poco?”, preguntó.

“¡Sí!”

El niño se detuvo un momento después de que Arian asintió con la cabeza sin dudarlo, y luego sonrió.

“Entonces di que te rindes.”

“Ah, yo…”

“¿Qué estás esperando? Si pierdes, trabajaremos juntos, y podremos disolvernos si realmente lo odias. Eres la más fuerte, así que puedes tirarme cuando quieras”.

“Yo…”

El estómago de Arian dio un lindo sonido mientras se esforzaba mucho por resistir. Era casi el mediodía, y había hecho más de diez mil movimientos de práctica. Se moría de hambre. Era difícil para su cuerpo cansado y desnutrido resistir este aroma dulce y tentador.

“Sólo di que te rindes. Hazlo, y todo esto es tuyo.”

“A-augh… ¡No, no puedo hacer eso!”, exclamó Arian, alejando entre lágrimas la malvada tentación.

“Bueno, supongo que no necesitamos esto, entonces”, dijo el niño, de repente lanzando el frasco al suelo.

“¡Aaaaaaah….!”

La tierra absorbió el olor dulce, el líquido diabólicamente penetrante.

Arian gritó y enfrento al niño.





“¿Por qué hiciste eso?”


“Usted dijo que no lo necesitaba.”

“¡Eso no significaba que usted tuviera que tirarlo a la basura!”

“Estoy de acuerdo. ¡Tirando a mi maravillosa esencia de vainilla! ¿Debería quemarte hasta morir?”, amenazó a la criada.

“Celes, ¡¿Tú también?! ¡Te deje probar un poco cuando lo hice!”, protestó el niño, se alejó de la criada que también estaba enojada y metió su mano izquierda en la bolsa de la cadera.

“Oye, cálmate. Tengo más.”

“Oh, bueno…”, dijo Arian, dejando salir un suspiro de alivio cuando vio el frasco.

El niño miró a la héroe, no es diferente de una chica normal, y sonrió mientras hablaba.

“Por cierto, ¿puedo decir algo?”

“¿Qué?”, Preguntó.

“Un punto. Yo gano.”

“… ¿Qué?”

Sonriendo torpemente, el niño sostuvo el frasco en una mano y su espada en la otra.

Y su espada definitivamente tocaba el torso de Arian.

“¡Aah…!”

“¿Qué tal eso? Incluso un débil puede ganar con un poco de creatividad”, dijo a la sorprendida Arian al soltar su espada y ofreció su mano derecha.

“Con mi intelecto, me aseguraré de que ganes. Entonces, ¿trabajaremos juntos?”

No pidió trabajar con ella ni para que ella trabajara con él. En cambio, pidió trabajar juntos. No sólo se había probado a sí mismo, sino que había formulado su petición de tal manera que el perdedor, Arian, sólo tenía una respuesta posible.

“Sí, vamos a trabajar juntos.”

Mientras agarraba la mano del niño, su rostro era una mezcla de incertidumbre y vergüenza.

“Muy bien, ten esto como símbolo de nuestra nueva alianza.”

“¡Ah, gracias!”

Arian abrió con entusiasmo la tapa del frasco tan esperado. Ella tomó en una respiración profunda para respirar el olor dulce, su corazón latió en anticipación mientras llevaba el vial a sus labios y….

“…. ¿ngh?!”

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“Es admirable que seas honesta, pero debes tener cuidado de que no te engañen. Esta lección es el mejor regalo, ¿no?”, preguntó el niño.

Superada con una amargura y un picante horribles, lejos del atractivo aroma del líquido, Arian gritó sin sonido al niño que le mandó una sonrisa torcida.

Desde lejos, el obispo Hube observó a los dos mientras comenzaban a discutir como viejos amigos.

“……”

Para bien o para mal, nadie podía oír el sonido de rejilla de sus dientes.

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