Megami no Yuusha wo Taosu Gesu na Houhou (LN)

Volumen 1

Capítulo 1: La Batalla Sin Sentido

Parte: 1

De repente se dio cuenta de que no sabía dónde estaba.

Pero Shinichi Sotoyama no es fácilmente sacudido por eventos extraños. Tenía diecisiete años y estaba en su segundo año de escuela secundaria, donde no era miembro de ningún club. Lo hacía bien en las ciencias y bien en las demás asignaturas. Era perfectamente normal.

Bueno, eso no era del todo cierto: era normal en todas las cosas, excepto en su coraje. A diferencia de la mayoría de la gente, siempre podía mantener su compostura. De hecho, cuando un coche lo atropelló en cuarto grado, Shinichi no parecía molesto en absoluto por su brazo izquierdo roto. Los vigilantes gritaban, pero él sacó tranquilamente su celular con la mano derecha para llamar a la policía y una ambulancia.

Justificadamente exasperado, su padre le había preguntado: “Tienes unos tornillos sueltos, ¿no?”

Aquí estaba la explicación de su última situación: Había estado montando el tren, sólo para teletransportarse (la única explicación probable) a un lugar fantástico.

Ahora estaba en una enorme sala tallada en piedra, con un círculo mágico dibujado en el suelo.

Pero Shinichi había tomado este fenómeno absurdo con bastante calma.

No hay forma de que algo como un manga suceda en la vida real, ¿verdad?

Ahora, sin embargo, tenía una expresión inusualmente fría, y a diferencia de su yo fresco habitual, estaba sudando un montón.

“¡…!”

Estaba tan concentrado en evitar temblar, que olvidó parpadear. Sólo se fijó en lo que tenía hacia adelante.

Una figura colosal se alzó sobre él.

Shinichi rápidamente estimó que la cosa era de más de diez pies de altura, el doble de su propia altura, con brazos y piernas más gruesos que los troncos de los árboles. Sus músculos centrales se envolvían alrededor de su cuerpo como la armadura de un tanque, y como para sugerir arrogantemente que cualquier armadura real era innecesaria, llevaba sólo un taparrabos y una capa. Todo esto dio al espécimen imponente la apariencia de un antiguo guerrero espartano o la manifestación física de la fuerza.

Frente a frente, deben haber parecido un estudiante de primaria siendo atacado por un oso pardo.

Eso por sí solo habría sido suficiente para darle una pausa al pensamiento de Shinichi, pero la extrañeza no se detuvo allí.

Este gigante tenía una piel azul profunda y dos cuernos enormes brotando de su cabeza. Era claramente una especie de monstruo, y definitivamente no era humano.

No había absolutamente ninguna manera de que Shinichi pudiera derrotarlo.

Además de todo, el estudiante estaba aterrorizado hasta el núcleo mismo de su ser por una fuerza invisible a su alrededor.

“Hmm…”

Como para examinar algo, el gigante se inclinó hacia Shinichi. El aire alrededor de Shinichi temblaba antes de golpearlo, oleada tras ola, como si estuviera en una tormenta en el mar. Podría haber sido la réplica de los poderes mágicos o sobrenaturales de la criatura, y Shinichi se dio cuenta de que este hombre monstruoso y masivo no era simplemente una bestia de increíble fuerza física: era un arma de destrucción masiva en forma humanoide, una colección de masiva energía, abrumando a su entorno en un corto aliento.

No hay manera. Estoy muerto.

No había nada que pudiera hacer. Claramente nunca había estado en una pelea antes y obviamente estaba en desventaja en términos de fuerza, así que el combate estaba fuera de cuestión. Si le diera la espalda para escapar, este monstruo seguramente se abalanzaría sobre él.

Todo lo que Shinichi podía hacer era suspirar, sabiendo que su vida había terminado.

Morir a los diecisiete años. Bueno, supongo que no fue una mala vida, pero desearía no morir virgen.

Shinichi estaba demasiado asustado para suplicar por su vida. En cambio, comenzó a preguntarse qué pensaba el gigante de él: sólo parado allí, en silencio y mirando hacia atrás.

La figura gigantesca lentamente se acercó a él y giró sus brazos como un villano para su movimiento final…

Luego se agachó tanto delante de Shinichi que el suelo retumbaba.

“¡Por favor, sálvanos, joven!”, Suplicó el gigante con ardiente desesperación.

“Uh… ¿qué?”, Respondió Shinichi.

“¡Por favor! ¡Puedo concederte lo que tu corazón desee! ¡Por favor, usa tu sabiduría para hacer algo!”

“¿Um? ¿Uh?”

“Esos humanos asquerosos siguen aprovechándose de la bondad de mi hija.”

“¡….! ¡Espera! ¡Cálmate!”, Gritó Shinichi.

Los aullidos enojados del monstruo salieron de su boca abierta como un tifón, obligando a Shinichi a aferrarse al suelo para evitar que saliera volando.

“Oh, ¡cuántas veces he considerado simplemente masacrar a todos! ¡Espera! No es demasiado tarde…”

“Papá, por favor cálmate.”

Una voz similar a una campana sonó detrás del épico titán justo cuando las manos de Shinichi estaban a punto de temblar.

Al instante, el viento se apagó. El aire se quedó tan quieto que era difícil de creer que había soplado con tal intensidad un momento antes. Era lo mismo con el rostro de la criatura: ya no estaba contorsionado en rabia y se suavizaba para dejar salir una sonrisa desbordante de alegría.

“¡Oh, mi amada Rino! ¡Sigues siendo tan deslumbrante como el sol!”, exclamó el gigante.

Una joven se asomó por detrás de él. Parecía sólo de unos diez años de edad, aunque llevaba un vestido exquisito y extravagante. Todo sobre ella era encantador: su cabello era de un brillante negro azabache, su piel tan blanca como la nieve, sus ojos del color del rubí. De hecho, ella era tan hechizante, Shinichi se encontró mirándola, a pesar de que no tenía ninguna predisposición hacia las niñas.

“Papá, este no es el momento para eso”, le dijo al gigante (que aparentemente era su padre, a pesar de no tener semejanza).

La sostuvo en un gran abrazo de oso, acunando su pequeño cuerpo contra su mejilla.

Ella lo apartó.

“¿Qué…? ¡¿Odias a tu papá?!”

El monstruo reaccionó en shock, pero la chica no parecía darse cuenta, ni le importaba. Se acercó a Shinichi y recogió delicadamente su falda para hacer una elegante reverencia.

“Me alegro de conocerte. Mi nombre es Rinoladell Krolow Petrara, pero por favor llámame Rino”, dijo.

“Es un placer conocerte. Mi nombre es Shinichi Sotoyama: nombre, Shinichi, apellido, Sotoyama.”

“Shinichi… Eso suena un poco raro. Realmente debes ser de otro mundo…”, comentó Rino, reflexionando.

Ella le sonrió dulcemente, incitándolo por un momento, pero su padre irradiaba una rabia tan asesina que él a toda prisa armó una expresión severa.

“¿Así que esto realmente no es la Tierra?”, Preguntó.

“No sé dónde está esta “Tierra”, pero este mundo se llama Obum”, aclaró.

“¿Y usted utilizó algún tipo de magia para convocarme aquí?”

“¡Sí, eso es correcto! Papá esperaba que pudieras ayudarnos”, explicó la chica, asintiendo mientras respondía a sus preguntas.

Se volvió con su padre.

“Papá, es grosero si no te presentas.”

“…. ¡Bastardo, ignorándome mientras te ingratificas con mi hija! Te juro

que te voy a incinerar, y a quemarte en cenizas…”, gruñó el gigante.

“¡Papá! ¡Realmente no me gusta cuando la gente ni siquiera puede presentarse!”

“¡Sí! ¡Bienvenido, sabio de otro mundo! ¡Yo soy el grande y terrible Rey Demonio Azul, Ludabite Krolow Semah!”, entrego su nombre con orgullo real y pomposidad.

La gran revelación cayó un poco plana, sin embargo, sólo lo hizo para evitar molestar a su hija.

“… Gracias, Rey Demonio. Soy Shinichi Sotoyama”, dijo Shinichi, haciendo todo lo posible para dar una respuesta aceptable.

Ya no temía a la muerte inminente. Estaba más perturbado por la extraña situación frente a él.

El Rey Demonio asintió cuando Shinichi se inclinó.

“¡Mira eso! El chico conoce sus modales. También es muy listo. Eres completamente diferente del insecto patético anterior”.

“¿Anterior?”, Preguntó Shinichi sin pensar.

“Sí”, respondió Rino con una mirada dolorida en su rostro.

“En realidad eres la segunda persona que convocamos de otro mundo. El primero no fue, bueno, tan tranquilo como tú…”

“Se mojó en el momento en que me vio, comenzó a llorar, gritó sin sentido, se retorció y se retorció por su cuenta, y luego murió”, interrumpió el Rey Demonio.

El pobre probablemente tuvo un ataque al corazón. Una mirada al Rey Demonio podría tener ese efecto. Teniendo en cuenta todas las cosas, no fue sorprendente que terminara así.

“Esa persona…. No, ¿sabes qué? No importa”, dijo Shinichi.

Iba a preguntar qué le pasó al cadáver. Cuando se dio cuenta de que podrían decir que se deleitaron con su cuerpo para que no se desperdiciara, se puso nervioso y cerró la boca.

Rino parecía leer los pensamientos de Shinichi y comenzó a explicar.

“Shinichi, por favor no malinterpretes. El primer chico…”

“Perdone la interrupción, Su Alteza, Lady Rino.”

A medida que la enorme puerta crujía, una voz se inmiscuyó. Una sola criada con piel marrón oscuro y pelo de plata entró. Sus orejas eran largas y puntiagudas, que se asemejaban a las de un elfo oscuro, pero ella era sin duda hermosa.

“… Celestia, ¿qué es?”

El Rey Demonio estaba impaciente, pero sintió que necesitaba lidiar con un asunto urgente.

Bajo la mirada visiblemente molesta del rey, la criada informó con calma:

“Están aquí de nuevo”.

“¡Una vez más, esos gusanos asquerosos están aquí!”, Gritó, dejando salir una voz que lastimaba los oídos.

Una abrasadora explosión de aire azoto, calentado por la furia del Rey.

“¡Ya terminé con ellos! He llamado al sabio por esto, pero todo fue en vano, ya que usaré mis propias manos para matarlos…”

“¡Papá! ¡Por favor, cálmate! ¡Por favor, no hagas nada horrible!”

Rino lloró en un intento de calmar a su padre enfurecido. Intentó envolver sus brazos alrededor de una de sus piernas, pero era demasiado grueso. Sin embargo, cuando ella se aferró a él, la sanguinaria rabia parpadeó de sus ojos, y él acarició con ternura el cabello de su hija.

“Tienes razón. Soy el hombre más afortunado del mundo de los demonios en tener a la niña más maravillosa del mundo, mi amada Rino”.

“Y estoy muy contenta de ser la hija de un papá tan amable”, respondió con dulzura.

El Rey Demonio se rió.

“¡Oh, no me halagues así! ¡Papá podría emocionarme tanto que podría destruir al mismísimo sol!”

“….”

Shinichi se aburrió de ver su excesiva muestra de afecto, pero la criada parecía acostumbrada a sus interacciones y llamó al Rey.

“Su Alteza, lamento perturbar un momento tan hermoso, pero debe prepararse para ir a las tierras del sur.”

“Oh, por supuesto. ¡Haré que esos gusanos paguen por arruinar este tierno intercambio entre padre e hija!”, dijo mientras colocaba una mano inimaginablemente masiva en el hombro de Shinichi.

“El momento es perfecto. Si fueras tan amable de acompañarme, te mostraré la razón por la que te he convocado.”

“¿Qué? ¿Cuál es esa razón….?”, trató Shinichi hablar, pero una sensación

desorientadora y flotante lo abrumó antes de que pudiera hablar más.

Antes de que pudiera parpadear, se mudaron de la gran sala a un campo de hierba entre algunas montañas.

“¿Nos teletransportamos? Increíble…”, dijo Shinichi.

Habiendo venido a este mundo usando la teletransportación, se sintió un poco tonto comentando sobre ello ahora, pero no pudo evitarlo. Estaba asombrado por estos fenómenos mágicos. Pero pronto se daría cuenta de que no tenía mucho tiempo para pensar en todo eso.

“¡Las llamas abrasadoras se encienden! ¡Bola de fuego!”

Justo cuando Shinichi oyó la voz de una mujer llamar a lo lejos, sus oídos comenzaron a doler por el sonido de una explosión.

“¿Qué…?”

Su campo de visión se llenó repentinamente con un destello de luz carmesí, seguido de la sensación de vientos calientes, llevando el olor nauseabundo de la carne quemada y haciéndole querer vomitar.

Una sensación de temor lo llenó, pero miró reflexivamente hacia la fuente.

“¿Es eso… un minotauro?”

Vio al humanoide cabeza de toro de pie a unos cientos de metros de ellos. El minotauro parecía haber sufrido daños por la explosión. Todo su cuerpo fue quemado y quedo rojo, el humo blanco se levantó de su cuerpo mientras se derrumbaba en el suelo.

“¡Todavía puedo luchar, moo…!”

La bestia de cabeza de toro intentó ponerse de pie. Era un misterio cómo todavía vivía a pesar de sus heridas.

Pero antes de que pudiera ponerse de pie, una espada se agazó y cortó la cabeza de su cuerpo.

“Maldición, ese era testarudo”, maldijo un hombre completamente cubierto de una placa completa mientras la sangre goteaba de su espada.

Tenía la apariencia de un caballero humano. Detrás de él, Shinichi podía ver que había un guerrero varón empuñando un hacha, un Arquero macho que llevaba un arco, una sacerdotisa balanceando un bastón y una hechicera sosteniendo una varita retorcida.

“Estos son…”, comentó Shinichi.

“Estos son los gusanos que han echado a perder a mi pueblo”, el Rey Demonio terminó rencorosamente antes de desaparecer del lado de Shinichi y reaparecer frente al caballero y su grupo.

“Vienen una y otra vez y se niegan a rendirse, gusanos. Asumo que están preparados para lo que está por venir.”

“¡Ah, vamos con todo!”, grito el caballero.

Por un breve momento, parecía mostrar miedo bajo el resplandor de la muerte del Rey Demonio, pero inmediatamente recuperó su compostura.

Los cinco atacaron a la vez.

“¡Slicing Gale Blade! ¡Hyah!”

“¡Destrucción ax!”

“¡Ráfaga!”

“¡Diosa divina, concédeme un martillo de hierro de justicia contra el mal!”

“¡Las llamas abrasadoras se encienden! ¡Bola de fuego!”

Por un momento, el cuerpo del Rey Demonio desapareció bajo el rápido movimiento de las espadas cortantes, hachas oscilantes, tres flechas, una fuerza invisible y una esfera de llamas desplegadas por el grupo de batalla.

“¡Sí! ¡Lo tenemos!”

Una sonrisa satisfecha apareció en la cara del caballero, ya que estaba seguro de que no había manera de que el Rey Demonio pudiera haber sobrevivido por todos esos ataques poderosos y seguir de pie.

Pero desde su posición, Shinichi podía ver lo contrario. El caballero habló demasiado pronto. Para el Todopoderoso Rey, sus ataques fueron tan ineficaces como una picadura de mosquito.

“¿Eso es todo?”, Las llamas se comenzaron a despejar.

El humo explotó para revelar su rostro, con una expresión muy superior a la ira, y con su cuerpo completamente ileso.

“Y pensar que en realidad me tenías… ¡Ya mueran, patéticas plagas!”

Levantó la mano derecha y la cerró en un puño como para aplastar una manzana.

En ese momento, el cuerpo del Arquero estalló en pedazos.

“¡Gaah…!”

Su sangre, tendones y tejidos cerebrales se rociaron en una exhibición asquerosamente deslumbrante de fuegos artificiales.

Shinichi se espantó por la vista, pero los enemigos del Rey Demonio no parecían sacudidos por la muerte de su compañero.

“¡Preparen sus ataques! ¡No dejen que use su magia!”

“¡Hyah!”, rugió el guerrero a continuación mientras giraba su hacha en la figura colosal y finalmente aterrizó un golpe. Pero para el Rey Demonio, el ataque fue tan suave como la mano de un bebé extendiéndose para abofetearlo en la cara. Después de todo, su cuerpo era músculo puro, reforzado aún más con una cantidad excesiva de poder mágico.

“Eso ni siquiera pica”, dijo con sorbatura mientras el hacha se desviaba de su pecho muscular. Lo golpeó con las manos.

El marco sustancial de seis pies y medio del guerrero se aplanaba hasta el grosor de un tablón.

“Ha-ha-ha, ¿esto es una caricatura de este mundo…?”

Shinichi estaba tan horrorizado por esta exhibición excesiva de violencia que sólo podía reírse. Lejos, el caballero se negó a correr, continuando lanzando ataques contra el Rey Demonio.

“¡No flaqueen! ¡Carguen!”

“Hyah!”

“¡Bola de fuego!”

“… Gusanos.”

Apático, el Rey Demonio no intentó esquivar sus movimientos.

El grupo estaba lleno de sujetos de una sola habilidad usando los mismos ataques. Los entretuvo un poco al soportar todos ellos, luego giró la mano derecha para activar su primer hechizo en batalla.

“Llamas que parpadean en el corazón del mundo, ¡eliminen esta inmundicia! ¡Blue Raging Flare!”

Más caliente que las llamas rojas, más luminosa que el fuego del infierno, el azul blanco estalló del suelo. Era tan brillante que casi cegó a Shinichi y quemó indiscriminadamente todo el campo de batalla.

“¿Estás tratando de matarme?”, Gritó Shinichi.

Aunque estaba lejos, el aire estaba lo suficientemente caliente como para quemar su piel, y se preparaba para la muerte de nuevo.

Una pared de luz apareció de repente delante de él, bloqueando el vendaval abrasador.

“¿Una barrera…?”, Susurró con asombro.

“Realmente son tontos”, comentó la doncella de piel oscura y pelo plateado, de pie al lado de Shinichi, quien estaba rígido por el miedo.

“Uh, Celestia, ¿verdad?”, Preguntó.

“Puedes llamarme Celes, Lord Shinichi”, respondió ella.

“Oh, está bien. Gracias por salvarme, Celes”, dijo Shinichi, expresando vacilantemente su gratitud y extendiendo su mano. Celes lo miró sospechosamente.

“¿Qué crees que estás haciendo? ¿Pretendes tocarme el culo y usar ese recuerdo para complacerte más tarde? Es repugnante”, escupió.

“¡Es más repugnante que asumieras que haría eso!”

Shinichi protestó antes de darse cuenta del malentendido.

¿No es costumbre estrechar la mano aquí? Bueno, supongo que estamos en un mundo diferente. Quiero decir, ni siquiera es humana.

Shinichi se retractó de su mano, consciente una vez más de que estaba en un mundo completamente extranjero. Con eso, la “matanza” —sería un error llamarla una “batalla”— había terminado, y el Rey Demonio regreso, luciendo un poco triunfante.

“Celestia, te dejo el resto a ti. Voy a volver al castillo.”

“Entendido, Su Alteza.”

Celes se inclinó profundamente antes de avanzar en el campo, eludiendo la tierra que se había derretido en vidrio bajo el calor extremo.

Shinichi finalmente fue lo suficientemente compuesto como para mirar a su alrededor. Se dio cuenta de una serie de cadáveres esparcidos por todo el campo: el grupo del caballero había matado a demasiados monstruos.

“Así es como es una batalla… Matar o ser asesinado.”

No había justicia ni moral. El más fuerte era el que quedaba en pie. La única regla era la supervivencia del más apto. Al darse cuenta de esto, Shinichi no sintió miedo ni repulsión. Tal vez fue porque la realidad de la situación aún no lo había golpeado

Él, todavía no podía procesar ser convocado a otro mundo o ver la exhibición de poder absurdamente sobreabundante del Rey.

Y sin embargo, cinco extraños estaban muertos. Esa era la única certeza que conocía.

El Rey Demonio soltó un suspiro de aburrimiento cuando vio la expresión preocupada de Shinichi.

“Humph, llamar a esto una “batalla” es una ofensa al nombre del Rey Demonio Azul. Se acabó el tiempo de juego”, se quejó.

“¿Eso fue jugar para ti…?”

Si este gigante desatara completamente su poder, el suelo sin duda se rompería en dos, y el cielo seguramente se dividiría. Incluso podría parecerse a esas pinturas del Día del Juicio Cuando se desataría el infierno.

Esta fue la razón por la que la pregunta de Shinichi surgió de nuevo.

“¿Por qué me convocaste a mí de todas las personas?”, Preguntó.

No podía entender por qué esta bestia tremendamente aterradora necesitaría la ayuda de un pequeño chico de secundaria.

Pero el Rey Demonio simplemente agitó la pregunta de Shinichi.

“Estoy cansado hoy. Hablaremos más mañana”.

Los que tienen poder, ciertamente carecían de responsabilidad.

“Guau, y pensar que eres el Rey…”

“¡Silencio! ¡Hoy puedo bañarme con mi hija y leerle un libro antes de acostarme!”

“¡Espera, ¿no es eso un crimen?! ¡Rino es demasiada grande para eso!”

“¡Cállate, cállate! ¡Siempre decía que se iba a casar con papá! ¡Sí, está bien!”

“¡¿Hace cuántos años fue que dijo eso?!”

Ante un apego paterno tan insalubre, Shinichi olvidó la formalidad y arremetió contra el Rey Demonio con una réplica descortés.

El Rey Demonio no respondió. En su lugar, puso sus manos sobre los hombros de Shinichi y activó su magia de teletransportación. En esa fracción de segundo, mientras se teletransportaban fuera del campo de batalla empapado de sangre, Shinichi de repente sintió que algo estaba apagado.

Espera. ¿Faltaban dos de los cuerpos de los hombres?

Los cuerpos de los dos primeros muertos —el Arquero y el guerrero— habían desaparecido del campo de batalla. Shinichi se preguntó si habían sido borrados por las llamas azules, pero no se detuvo demasiado en pensarlo y rápidamente se olvidó de todo.