Seirei Tsukai no Blade Dance

Volumen 19

Capítulo 2: La Verdad de hace Veinte Años

Parte 1

Después de que el espíritu demoniaco Vlad Dracul apareciera, Kamito y compañía fueron a la oficina de la directora.

Con su cabello gris ondeando, Vlad Dracul era bastante linda.

Kamito había cruzado espadas con ella en su forma de elemental waffe en Dracunia—

“No puedo creer que haya un espíritu demoníaco con forma humana…”

Kamito habló en voz baja, fuera del alcance del oído de la chica que caminaba en frente.

“Ese es el espíritu mejor rankeado de todos los espíritus demoníacos, coronado con el título de ‘Duque’. Realmente impresionante como siempre, Bruja del Crepúsculo, para poder domar a un espíritu tan poderoso.”

“¿No me digas que la conoces?”

“Solo por su reputación. Después de todo, ella armó un alboroto durante la Guerra Espiritual…”

“Sí, Señorita Espada Espíritu de allí, he luchado contigo antes, sabes~” La chica miró hacia atrás y se rió, mostrando sus afilados dientes.

“Varios de los subordinados directos de cada Lord Elemental eran fuertes, pero esta niña salvaje Est era súper peligrosa. Para ser honesta, realmente no quiero ir contra ella de nuevo.”

“Est, ¿recuerdas algo de eso?” “No, Kamito.”

Al escuchar la pregunta de Kamito, la espada sagrada en su cintura brilló varias veces. Separada de su cuerpo principal, Est actualmente retiene solo fragmentos de sus recuerdos de la Guerra Espiritual.

“¿Qué~, no recuerdas~? Tsk.”

La chica espíritu demoníaco gruñó bastante decepcionada y medio saltaba subiendo las escaleras.

“Según el entendimiento de la Sociedad de Investigación Espiritual, es teóricamente imposible que humanos y espíritus demoníacos se comuniquen entre sí. Nunca esperé que existiera un espíritu como ella.”

Claire murmuró con curiosidad.

“Ustedes los elementalistas pueden pensar que saben todo acerca de los espíritus, pero todavía hay muchos más misterios en Astral Zero.”

“No puedo negar eso.”

Claire lo admitió honestamente encogiéndose de hombros.

Al llegar a la oficina de la directora, la chica espíritu demoníaco abrió la puerta sin llamar.

“Los traje aquí~, vieja bruja de mierda~”

“¿A quién crees que llamas vieja? Te aniquilaré, espíritu demoníaco.”

Sentada en el escritorio de la oficina, Greyworth invocó magia espiritual de vacío sin demora.

“¡Woah!”

Kamito esquivó apresuradamente. “Ehehe, que miedo—Woo ♪”

Saltando en el aire con un aleteo de su falda, el espíritu demoníaco Vlad esquivó espectacularmente el proyectil mágico.

El piso fue cavado con un enorme agujero en la pared de la oficina. “¿¡H-Hey, Greyworth!?”

“Estás en el camino, muchacho. Necesito enseñarle una lección a ese espíritu malo y desobediente.”

Aún con el dedo apuntando a la chica espíritu demoníaco, Greyworth habló con una actitud seria.

“¿Qué tiene de malo llamar a una vieja de mierda que es una vieja de mierda?”

“Cómo te atreves—” Vlad sacó su lengua.

“La vieja de mierda da miedo, Vlad va a jugar afuera ahora~”

Con un giro de su abrigo negro azabache, inmediatamente escapó de la vista.

“… Dios mío. Mi anterior espíritu contratado era mucho mejor, aunque ambas son espíritus demoníacos.”

“¿De dónde sacaste a este espíritu?”

Kamito preguntó mientras caminaba hacia la oficina.

“Un espíritu sellado mantenido en secreto por el ejército Ordesiano. Desenterrado de unas antiguas ruinas, pero nadie fue capaz de domarla. De acuerdo, por favor, siéntense…”

Greyworth se levantó e invitó a Kamito y compañía a sentarse en el sofá para invitados.

Inclinando a Est al lado, Kamito se sentó en el sofá.

Ocupando su izquierda y derecha estaban Claire y Restia respectivamente. Frente a Greyworth, que parecía tener la misma edad que ellos, Claire parecía un poco nerviosa.

Bueno, ¿quién podría culparla? Después de todo, la legendaria bruja registrada en los libros de texto de la Academia estaba ante ella, luciendo idéntica a la de los viejos tiempos.

“¿Te has recuperado?”

“Sí, bastante. Al menos puedo caminar.” Asintiendo, Kamito se encogió de hombros un poco.

“Ya veo. Lo siento por presionarte demasiado, muchacho.” Greyworth habló en voz baja con una mirada solemne.

“Qué está pasando, esto es totalmente diferente de ti.”

“Me convertí en el peón del Santo Reino y te lastimé. Primero debo disculparme por eso.”

Dicho eso, Greyworth inclinó lentamente su cabeza. “¿¡…!?”

Al ver eso, Claire abrió mucho sus ojos por la sorpresa. Kamito se quedó sin aliento también.

Pensar que la bruja inclinaría su cabeza. ¿Se hizo historia?

“¿Qué te sucedió en la capital imperial? No es que no me importe lo que sucedió hace veinticuatro años, pero quiero aclarar esto primero. Una elementalista de tu nivel, manipulada por otros, eso es impensable—”

“…Tienes razón.”

Levantando su monóculo, Greyworth miró fijamente a los ojos de Kamito. “¿Escuchaste de la princesa sobre el intento de asesinato del emperador?” “Sí…”

Se refería a cómo la Bloodstone en posesión de Fianna enloqueció y liberó un poderoso espíritu demoníaco durante la discusión del Consejo Imperial sobre cómo manejar el golpe de estado de la Teocracia.

“Fui etiquetada como una traidora al país y encarcelada en la torre infame de Guas Gibai. Todo fue planeado por el Santo Reino respaldando a Arneus.”

Guas Gibai. Comúnmente conocida como la “torre de tortura”, era una instalación de investigación militar utilizada durante la Guerra Ranbal para una serie de crueles experimentos humanos que involucraron sellos malditos de armamento y demás.

Mientras Kamito y compañía se estaban infiltrando en la capital imperial, la caballero agente especial de los Números, Virrey Branford había desaparecido allí durante su misión de rescatar a Greyworth.

“Escuché que las sacerdotisas guerreras del Santo Reino están implantadas con fe al Santo Lord usando magia mental—”

Apoyando su barbilla en su mano, Claire murmuró. “No fue magia mental.”

Greyworth negó con la cabeza en respuesta.

“Me costaría creer que a una elementalista como tú se le podría lavar el cerebro con magia mental, incluso habiendo perdido su poder máximo.”

Restia comentó mientras se acicalaba sus plumas negras.

“¿Oh? Nunca esperé recibir tanto elogio de ti, espíritu de oscuridad.”

“Cielos, no tengo más remedio que reconocer lo aterradora que eres. Después de todo, eres la bruja que se llevó a mi Kamito antes.”

Frente a la mirada combativa de Restia, Greyworth sonrió irónicamente a cambio.

(… Oh, bueno, no puedo imaginarme a esta bruja siéndole lavado el cerebro tampoco).

Además, tampoco explicaría por qué había recuperado su aspecto juvenil.

Al igual que la resurrección de los muertos, recuperar la juventud de uno no era algo que el poder de cualquier espíritu pudiera lograr.

Si hubiera una excepción, solo sería—

“El Santo Reino me hizo recordar mi pacto del pasado.” “¿Pacto?”

“En efecto. Hace veinticuatro años, hice un pacto con el Santo Lord.” Greyworth comenzó a narrar en un tono de voz tranquilo.

***

Hace veinticuatro años, el mes del león blanco…

Era el día en que Greyworth Ciel Mais había salido victoriosa en el Blade Dance como representante del Imperio.

Ella había ido al altar de los Lords Elementales a presentar su deseo de larga data.

En aquel entonces, el deseo que había pedido era la ingenua fantasía de una joven.

“… ¿Qué es lo que deseaste?”

Escuchando la pregunta de Kamito, Greyworth sonrió irónicamente en auto-burla.

“—Un mundo sin guerra.”

“Esa niña tonta deseaba que ese sueño se hiciera realidad.” “…”

Kamito no pudo evitar guardar silencio.

Un deseo tonto—Las palabras de la bruja eran excesivamente pesadas.

La Guerra Ranbal. Antes de que Kamito y sus compañeras nacieran, dos grandes guerras habían estallado en el continente.

Se decía que la guerra había comenzado debido a las disputas sobre los derechos mineros de los cristales espirituales, pero no había una narrativa definitiva de la verdadera razón.

Con todo el continente atrapado en la guerra, la bruja suprema se había aplicado al campo de batalla, ganándose el título de heroína en su tierra natal.

Sin embargo, lo que la chica conocida como la bruja buscaba no era fama o elogio.

En el campo de batalla donde numerosos camaradas y espíritus contratados perecían constantemente—

Con un único deseo de poner fin al conflicto armado, se sumergió en medio de la guerra.

Por lo tanto, ese fue el primer deseo que pidió la chica.

Precisamente por el bien de lograr ese deseo, la chica había ganado todas las peleas a lo largo de su torneo de Blade Dance.

Sin embargo, ese deseo—

Ese deseo puro era absolutamente imposible de lograr exactamente porque era demasiado puro.

Kamito ya lo sabía.

(… Hace quince años, hubo otra chica que pidió el mismo deseo.) Lurie Lizaldia—El deseo de esa chica no se hizo realidad.

“Los Lords Elementales dijeron que era un deseo más allá del poder de los milagros. En ese momento, me di cuenta por primera vez que los Lords Elementales no eran omnipotentes.”

Frente al altar de los Lords Elementales, la chica cayó al abismo de la decepción.

Desde el principio, ella no estaba interesada en ningún otro deseo.

Debería irme sin pedir ningún deseo, ella pensó.

Serviría como un pequeño “tomen eso” dirigido a los impotentes Lords Elementales—

Pero justo entonces…

“—Una voz apareció en mi mente y me habló.” “¿Fue el Santo Lord Alexandros…?”

Greyworth asintió en silencio cuando Kamito pronunció ese nombre.

Hace tres años, el Santo Lord estuvo ausente cuando a Kamito se le concedió una audiencia con los Lords Elementales.

¿Qué le había dicho el Santo Lord a Greyworth hace veinticuatro años? “El Santo Lord me propuso cierto trato.”

“…¿Un trato?”

“El Santo Lord me dijo esto. Puedo hacer que tu deseo se haga realidad. Puedo crear un mundo sin guerra, un mundo donde el conflicto entre las personas ya no exista…”

—Conviértete en mi brazo derecho para alcanzar ese mundo. “¿Fue ese el pacto? Entre el Santo Lord y tú—”

“…Así es.”

Los ojos grises de Greyworth se oscurecieron.

“Habiendo presenciado demasiada muerte, la pequeña muchacha recibió un serio golpe de desesperación. Creía en esas palabras que estaban llenas de esperanza. O, más bien, confió todo a esa pequeña esperanza—”

Por lo tanto, el Santo Lord y la Bruja establecieron un pacto.

El Santo Lord concedió una porción del poder de los milagros a la doncella. Completamente inconsciente de que la verdadera identidad del milagro era la oscuridad que corrompía a los Lords Elementales, la doncella aceptó el poder.

“Fue gracias al poder de los milagros compartido por el Santo Lord que mi apariencia se mantuvo sin cambios durante tantos años. Y también por eso, mi poder divino no se desvaneció hasta ahora—”

“Ya veo, así que eso es lo que pasó…”

Claire contuvo el aliento, incapaz de ocultar la sorpresa en su rostro.

(… Hablando de eso, Lurie Lizaldia también mantuvo su apariencia juvenil.)

Justo entonces, Kamito recordó eso.

Sin embargo, Lurie aparentemente tenía la capacidad de alterar su apariencia usando magia espiritual también.

“Ese día, me convertí en el brazo derecho del Santo Lord. Mientras servía a mi tierra natal Ordesia como la primera de los Números del Imperio, esperé el momento adecuado.”

“¿El momento adecuado?”

La aguda mirada de Greyworth se dirigió directamente a la cara de Kamito.

“Sí. Estaba esperando a que apareciera el que había heredado el poder del Rey Demonio.”

“…¿¡Qué!?”

Kamito abrió los ojos por la sorpresa.

El que había heredado el poder del Rey Demonio. En otras palabras… “Tú, Kazehaya Kamito.”

Greyworth exhaló gravemente.

“Todo este tiempo, estuve esperando que aparecieras, muchacho.”