Hentai Ouji to Warawanai (NL)

Volumen 2

Capítulo 2 ¡Por Favor, Mi Dios!

Parte 4

 

 

Con la intención asesina de una espada recién forjada, la puerta se abrió y ahí se encontraba el «Rey de Acero».

—¡¿C~C~C~C~C~Cuanto escuchaste~?!

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—Así que, forzaste a mi linda Tsukiko a leer esos grotescos títulos en voz alta. ¿Y a qué se debe este horrible desastre? Si no hubiera encontrado la nota que Tsukiko me dejó antes de apresurarse aquí, ¿A qué clase de emociones hubieras sucumbido?

—¡E~Esto es un malentendido! ¡No fue a propósito! ¡Se trata de una fuerza superior!

—Cállate. Mereces morir quemado. Tus pecados han traspasado el umbral de lo que está permitido en este mundo. Ni siquiera matar a todos los cuervos en la tierra sería suficiente ofrenda para tu salvación.

Sus ojos estaban hirviendo con una furia al borde de la locura, y lenta pero constante se acercó a mí. Su mano derecha era como un arma.

Me di la vuelta e hice un salto gigante.


Un golpe como un martillo rozó la parte posterior de mi cabeza, a un pelo de distancia. Me caí de lado sobre los libros y sobre las cortinas. El segundo y tercer puño llegaron después.

Squish*

Squish*

Squish*

Squish*

Estoy salvado —No, no lo estoy.

Los puños fallan por increíblemente poco. Girando como un tubo de cartón, logre esquivar los golpes que impactaban con el suelo, pero a este pasó realmente podría ser el día en que me entierren en la dichosa tumba ya preparada en esta casa poseída por un «Dios Gato»

Ahora que ha llegado el fin—

Rodeando los restos de mi casa tragada por el mundo, grité a todo pulmón.

—Woaaaah! ¡Hay un armario para ropa aquí! ¡E~Eso me recuerda que escuché que los roperos poseen ciertas propiedades especiales!

—¿Propiedades especiales? Wow, un pensamiento estimula mi corazón… no, es como una extraña resonancia.

—Sí, un ropero, ¡Aparentemente puedes ser enviado a otra dimensión! ¡Es un elemento importante que cualquier monomito necesita para iniciar!

—No me subestimes. ¿Pensaste que me engañarías con esa clase de tonterías? El ropero no te lleva a otra dimensión ¡Sino a un mundo gobernado por un León!42 Entonces este ropero es…

¡Mordió el anzuelo!

Aprovechando el lapsus dejado por la ingenuidad del «Rey de Acero», me zambullí en el ropero vacío. Apenas había espacio suficiente para entrar, pero cerré las puertas dobles.

Justo después de eso, el puño del «Rey de Acero» atravesó la puerta de madera —¡Bastardo! ¡¿Realmente planeas ir a Narnia?!

  • Sé que está un poco demás que lo diga, pero es una referencia a la saga de las “Crónicas de Narnia”; más específicamente al primer libro “El León, la Bruja y el Ropero”.

—S~Sí, eso es correcto. ¡Nos volveremos a ver, Rey!

—¡¡…!! —Pero por los sonidos que hacía, ella hablaba muy en serio.

Sintiendo un miedo inducido por el crujido de la puerta, retire el cartón colocado al fondo del armario.

Como la madre de la Casa Yokodera era el tipo de persona que cuida bien las cosas y las conserva durante largos periodos de tiempo, no se desharía de ellas incluso si tenían agujeros. Los repararía lo mejor que pudiera con cinta adhesiva o cartón, y este ropero tenía un agujero en la parte de atrás. Usando este agujero, escapé fuera del armario—

—Ah

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—¿Eh?

Solo para toparme con el Rey, que se había dirigido hacia el fondo del ropero.

—…¿Q~Qué pasó con la urdimbre…? —Su tono de voz bajó drásticamente.

Este Rey —no, esta niña, se veía como si hubiera sido traicionada.

Un silencio terriblemente doloroso llenó el almacén, siendo yo el primero en romperlo. tos* tos*, me aclaré la garganta.

—¡Presidenta del C~Club! ¡Lo siento! Parece que mi hermano menor hizo un desastre otra vez…

—¿Hm? Hmm? Eres… ¿El verdadero Yokodera?

Mirándome colapsada en el suelo, los ojos del «Rey de Acero» parpadearon varias veces. Naturalmente, incluso después de que ella abrió la puerta del armario detrás de mí, no había nadie adentro.

—U~Um… tal como lo prometí esta mañana durante la práctica, pensé en cómo acabar con mi hermano menor, pero él hizo un contraataque, y me atrapo dentro del almacén. El desgraciado también usó el poder del armario para escapar. Maldita sea…

—Choque mi puño contra el suelo en señal de derrota, sollozando de frustración.

¡Deleita tus ojos con la talentosa actuación de alguien que ha interpretado al multifacético «Árbol Aleatorio» en la obra de teatro anual de su escuela por seis años consecutivos!

—Mmm… no, pero… Mmm… —Ella se veía perdida en sus pensamientos como Sócrates. Eventualmente, me tocó el hombro con una expresión de alivio en su rostro —…no hay nada por lo que disculparse. No hiciste nada malo. Aun así, hay tantas cosas inexplicables en este mundo… así que este ropero es el umbral a Narnia… FufuFufu —Observó el ropero por un momento, y finalmente asintió en un gesto de admiración.

Las pupilas de sus ojos ahora brillaban con interés. Espero que mantenga esa chispa luego de acabar la preparatoria.

—…esto es preocupante en muchos sentidos.

Tanto para senpai como para mi hermana…





—Estoy de acuerdo contigo,  Tsutsukakushi.

Tienes que cuidar a tu hermana mayor.

—Sin embargo, eso fue solo la mitad de lo que quería decir.

La voz tranquila regreso a su tono habitual, y el único espectador de este drama de tercera se sentó en el suelo. Entonces Acero-san de repente se puso firmé.

—Hm? Espera un segundo. Note algo raro —Cuidadosamente inspecciono mi cuerpo.

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—¿Q~Qué es? ¡Soy inocente, sano y definitivamente odio a los pervertidos!

—Sí, no lo eres. Lo extraño era el hermano menor de Yokodera. Llevaba puesta la camiseta del Club de Atletismo… la que llevas exactamente ahora…

—¿¡A~A~A~A quién le importan pequeños detalles como ese cuando la magia está involucrada!?

—Creo que puedo hacer la vista gorda respecto a eso… pero algo me molesta. Es como si me ocultaran un gran secreto.

Urk… el Rey está tratando de abrir las puertas a la verdad. Quiero decir, todavía estoy sorprendido de haber logrado engañarla hasta este punto, pero ahora que hemos llegado a esto, tendré que usar mi as bajo la manga.

¡Sálvame, Tsukiko-chan!

—¿Por qué estás mirando a Tsukiko tan expectante? —Sin embargo, retomo su tono amenazante. Ella realmente solo es perceptiva cuando su hermanita está involucrada —Espera, ¿Tsukiko sabe algo sobre esto, por casualidad?

—¡No~no~no! Probablemente sea porque… Es la primera vez que veo a Tsuki~ ¡Tu hermana pequeña! Gusto en conocerte ¡Es tan adorable que tuve problemas para respirar!

—Eh… —Exclamo Tsutsukakushi.

—Ya veo, ¡Así es como es! ¡Tienes buen ojo, Yokodera!

Satisfecho con mi respuesta, el Rey me dio un firme apretón de manos. Tsukiko-chan debe tener algún tipo de poder loco. Ella hizo que el Rey se olvidara por completo del ropero de Narnia.

Pero, en cuanto a la Tsutsukakushi en cuestión, la cual claramente no pudo ser absorbida por el brusco cambio de tema, empezó a lanzarme una mirada tan apasionada que pude sentir como desgarraba mi piel.

Dicho esto, parar aquí no era una opción. Después de todo… —Pero elogiarla con sentimientos superficiales sería humillante para Tsukiko. Seguramente no planeas hacerlo, ¿Verdad?

—P~Por supuesto que no. Estoy profundamente conmovido por la belleza de tu hermana pequeña. ¡Es algo que incluso haría que la flor más magnífica sintiera vergüenza!

—¿Entonces, si tuvieras que definir estadísticamente la ternura de Tsukiko, que dirías?

—Si tomaras muestras aleatorias de las seis mil millones de personas que viven en la tierra y conduces una investigación a ciegas, ¡Ella encabezaría la lista con su ternura!

—¿Cómo respaldarías lógicamente su ternura?

—Si “Tu hermana pequeña es linda” se considera una verdad absoluta, entonces igualmente “Todas las chicas lindas del mundo son definitivamente hermanas pequeñas” es una declaración verdadera. ¡Si agrega una tautología a esta declaración, llegamos a la conclusión de que su hermana pequeña es linda!

—¿Y qué pasaría si explicaras su ternura en términos de atletismo?

—¡Te diría que si Ben Johnson es el hombre del hermoso cuerpo hermoso, ella sería la mujer del cuerpo increíble—!

……

………

Ella no paro de lanzarme preguntas y pruebas, hasta que luego de un determinado de tiempo, finalmente desistió satisfecha.

—…parece que somos un buen partido. Estoy totalmente de acuerdo. Tsukiko debería ser considerada un Tesoro Nacional.

—¡Deberíamos crear una página web para que todo el mundo pueda verla!

—Internet y tecnología, ¿Eh? No sé mucho sobre ese campo, así que te lo dejaré a ti. Comenzaré haciendo que el periódico local empiece a imprimir artículos y fotos sobre ella—

Y así…

Mientras los dos estábamos ocupados alabando a Tsutsukakushi por encima y más allá de todo sentido de la razón, la persona en cuestión escapó del almacén. Ella probablemente no pudo soportar ser elogiada así por más tiempo.

¡Logré ahuyentar a la persona que sabía la verdad! ¡Yo gano!

…pero se siente raro. ¿Por qué comencé a tratar a mi preciosa kouhai como si fuera un estorbo? Realmente no siento que haya ganado.

El «Rey de Acero» observó a Tsukiko irse, solo para inclinar su cabeza confundida —…Tsukiko de verdad no ha vuelto a la normalidad todavía. Maldita sea con ese «Gato de Piedra» ¿Cuándo aprenderá alguna vez? Entonces, um… ¿De qué estábamos hablando?

—Estaba diciendo que mi hermano menor es realmente un degenerado. ¡Estoy aquí porque me pediste que viniera para purgarlo de nuestras vidas!

—Ahh, es cierto… bueno, comencemos nuestra reunión de para planear Las Contramedidas Estratégicas Contra el Hermano Menor de Yokodera. Puedes venir a mi habitación.

—¿E~Estás segura?

—¿Por qué estás tan nervioso? Tener una conversación seria en un entorno como este no es factible. Las cosas se han vuelto caóticas aquí. Sin embargo, recuerdo que esto estaba mucho más limpio hace unos años.

—…¿Entonces llevas tiempo sin entrar a este almacén?

—Así parece. Odio este lugar —El rey solo se encogió de hombros y regresamos al piso principal.

Aunque no me sentía cómodo saliendo de mi casa— o más bien, de los contenidos de la misma — explicárselo solo haría las cosas más complicadas. Por lo tanto, la seguí como un bebé pato siguiendo a su madre, pero de repente me di cuenta de algo.

El Rey nunca miro a la estatua a los ojos. Ella siempre desvió la mirada. Como si estuviera tratando de ignorarla deliberadamente…

***

 

 

La habitación del Rey estaba ubicada en el lado este de la residencia, frente al patio trasero. Aparentemente, la habitación de Tsutsukakushi se hallaba justo al lado de esta, pero estaba cerrada herméticamente, por lo que no tuve oportunidad de ver el interior de su cuarto… de todas formas, la habitación del Rey no estaba para nada mal en cuanto a capacidad. Pero si hablamos sobre cómo estaba decorada…

—Una habitación al más puro estilo japonés…

Se sentía como si estuviera visitando a mi abuela en el campo. Al igual que todas las otras habitaciones que había visto antes en esta casa, el piso estaba cubierto de esteras de tatami, y la suave alfombra, la cual transmitía una sensación diferente a la de mi propia casa, me recordó tardíamente la diferencia económica entre nosotros.

—¿Qué estás mirando? No es como que haya algo extraño aquí, ¿Verdad?

—Todo el cuarto es extraño en sí.

—¿Es así? Eres la primera persona que invito a mi cuarto, así que no sabría decirte, fufufu —El «Rey de Acero» se detuvo en el centro de la habitación, dejando escapar una risita.

Hablando sinceramente, nada era particularmente extraño en esta habitación. Por otra parte, apenas y había algo en esa habitación. Un kohatsu, cojines en el suelo, un armario, un ventilador eléctrico y soportes para cuadros.

Eso fue todo.

Si me pongo conservador, podría decir que la habitación era simple… al igual que también podría decir que parecía una escena de crimen recién limpiada.

No puedo creer que así es como se ve normalmente la habitación de una chica… aunque no es como si en hubiera visto muchas en realidad. Es solo que no hay ni punto de comparación con los cuartos vistos en los programas de televisión… televisión legal, por supuesto.

—Espera, ¡¿Qué estás haciendo?!

Y antes de que se me ocurriera algo que decir, todo lo que supe fue que el «Rey de Acero» comenzó a quitarse la camiseta del Club de Atletismo, y sin la más mínima pizca de vacilación, reveló la blusa blanca debajo de su uniforme, dejando solo ese delgado pedazo de tela entre mí y los dos bultos debajo de él.

¿¡Así es como va a terminar!? Lo que sigue a continuación tendrá que depender exclusivamente de mi propia suerte y habilidad, ¡Ya que ningún libro sobre cómo conquistar mujeres me ayudará! ¡Todos en este planeta, por favor, denme su fuerza!

—Hm?     Ah,     no     te     preocupes     por     mí.

Simplemente olvidé cambiarme cuando llegué a casa.

—C~Cambiarte…! ya veo… ¡No, espera! ¡Incluso si dices “¡No te preocupes por mí”, no puedo solo ignorar esto! Estás delante de un chico, ¿Sabes?

—Jajá, no es como si me estuviera desnudando, aunque estar en ropa interior tampoco sería un gran problema, o…—

—¡Todavía suenas bastante relajada acerca de esto! Además, una vez que te quites esa camisa, ¡Básicamente solo quedará tu ropa interior!

—Es que incluso si solo estuviera usando ropa interior, no hay nadie aquí que pueda causar un inconveniente, ¿Verdad? —Dijo el «Rey de Acero», usando nada más que una simple camisa, mientras se daba la vuelta para abrir un armario cercano. Pude ver las seductoras líneas de sudor en su espalda.

¡Definitivamente hay alguien aquí que podría hacer algo extraño! Pero no es como si pudiera decir eso.

Ella deposita una cantidad ridícula de confianza en los miembros de su club. Es demasiado descuidada. A este pasó, ahora que es capaz de expresar más abiertamente sus emociones, no tardarán en llegar algunas intenciones perversas.

—Mira, me he cambiado. Ahora no puedes quejarte más.

—¡No creo que pueda quejarme! ¡Todo lo que siento es gratitud!

—Hm. A veces, realmente no entiendo lo que dices —Arrugo la frente, poniéndose una nueva camiseta exactamente igual a la anterior…

¡Me pregunto cuántas tiene!

—Las camisetas del club de atletismo tienen mucha elasticidad, durabilidad, impermeabilidad y son cómodas para usar durante los deportes, en casa y mientras se duerme. Son universales para usted y para mí. Si quieres puedo prestarte una de las mías.

—¡La quiero! Pero la razón es un poco dudosa, así que tendré que declinar.

—Hmm. Eres un hombre profundo a veces, Yokodera. Esa es una gran diferencia entre usted y su hermano menor… ahh, es cierto. Queríamos hablar de él.

—Antes de eso, ¿Podrías hacer algo con la ropa que te quitaste y que simplemente arrojaste a un lado?

—No te preocupes. Eventualmente llegarán a la lavadora.

—¿Por qué haces que parezca como que no es tu problema? ¿Va ir volando sola o qué?

—Si la dejo allí, Tsukiko se encargará —Dijo exudando confianza.

…¿Es enserio? ¿De nuevo, cuántos años tienes? Hoy en día incluso los estudiantes de primaria saben cómo cuidar su ropa. Limpien su habitación, ¡¿Okay?!

—¿Qué clase de cara es esa? Si deseas elogiar la devoción de Tsukiko, siéntete libre de hacerlo.

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—Antes que nada, prefiero culparte. Aunque en efecto, ¡Alabada sea tu hermanita!

—No te preocupes. Tsukiko está bien con esto.

Ha sido así desde que éramos jóvenes.

—Ya veo que solo te llego la mitad de mi comentario…

Qué gran habilidad tiene para ignorar por completo cualquier crítica positiva o constructiva. Quiero decir, no es que importe… o sea, yo tampoco soy un ser humano perfecto.

—Sé que Tsukiko también debe de haber pasado por algunos momentos difíciles, pero nunca se quejó. Ella realmente es una chica fuerte —El «Rey de Acero» se sentó en un cojín del piso.

Las palabras que escuché anteriormente volvieron a mi cabeza.

—…escuché que tu hermana pequeña no tiene muchos recuerdos de su padre.

—Lo supuse. Nuestro padre murió cuando ella tenía tres años, y nuestra madre le siguió cuando tenía cinco. Los abuelos por parte de nuestro padre fallecieron antes de eso también, y los familiares de mi madre ya de por si están lidiando con problemas en Europa. Aunque tenemos parientes que viven cerca, prácticamente siempre hemos sido Tsukiko y yo.

Lamentablemente, no pude ser madre ni padre para ella…

Ella sonrió con los ojos claros, como si se estuviera culpando a sí misma. La persona al otro lado de la mesa del té de repente parecía que estaba en un mundo diferente, por lo que quería que me frotara los ojos.

—Pero sin importar lo que diga, Tsukiko todavía limpia mi ropa, cocina y me da masajes… últimamente, me he estado preguntando si la he forzado demasiado.

—Entonces, ¿Por qué no comienzas cuidando tu propia ropa?

—Hm? No lo entiendo ¿Puedes explicarlo en términos más sencillos?

—¡Cuídate!

—Yo pienso que estoy trabajando duro, tanto por Tsukiko como por mi propio bien. Pero todo lo que puedo hacer por ahora es registrar su desarrollo.

—Siento que no nos estamos coordinando bien…

¿Y qué quieres decir con ‘registrar su desarrollo’? El «Rey de Acero» miró a través de una pequeña caja sobre la mesa, sacando un llavero plateado. Lo sacudió dos veces… no, tres veces, y luego volvió a cerrarlo.

—Esta es la llave de mi cuarto secreto. Ni una palabra de esto a Tsukiko, ¿De acuerdo?

—¿Una habitación secreta?

—En efecto. Sobre el techo de esta habitación hay un entrepiso para esconder personas. Según tengo entendido, fue colocado ahí durante la Segunda Guerra Mundial. El punto es que, si abres la puerta en la parte superior de mi armario, puedes acceder a ese cuarto secreto. Aunque Tsukiko limpia esta habitación, no debería saberlo. Ahí guardo mis ‘registros’.

—¿Por qué lo harías…?

—Tsukiko registra cada pequeño rincón de mi habitación siempre que es hora de limpiar, y probablemente lo quemaría todo si lo descubriera. Por ejemplo, cuando Tsukiko tenía cinco años tome un primer plano de su cara con ella babeando; ese es el tipo de cosas guardo ahí.

—Si no fueran hermanas, eso sería un crimen.

—También tengo fotos de ella en el baño.

—¡Eso es un crimen incluso cuando son hermanas!

—Está bien. ¡Si es por el bien de Tsukiko, no temo a la ley!

—¡Esa es la clase de lógica que usaría un criminal!

El «Rey de Acero» se veía como una fanática. Tsutsukakushi debe haberla pasado difícil. Sufrir este trato desde niña… ¿A lo mejor se volvió más tolerante con el tiempo? Tengo ganas de llorar.

—Un día reescribiré las leyes de Japón y te invitaré a mi ceremonia de matrimonio con Tsukiko, Yokodera. Tu trabajo será reproducir todos esos videos durante la ceremonia. La ternura de Tsukiko cruzará los límites de la civilización humana, creando empatía global.

—¡Solo puedo verlo causando pánico global! ¡Tu amor es demasiado pesado, presi!

—Hm… creo que en realidad es bastante ligero en estos momentos. Solo pienso en Tsukiko las veinticuatro horas de los siete días de la semana; eso es todo.

—¡Esos sentimientos pegajosos son exactamente lo que pesa!

—…… —Cerró la boca, mirándome con una cara

severa. Ahora que lo pienso, todo este tema era una mina terrestre.

A este ritmo, las cosas van a salir muy mal (principalmente para la vida del pobre Yokodera-kun).

—Si te soy honesta, tengo miedo…

Murmuró el rey.

Era una voz tranquila, apenas audible, por lo que hubo una gran demora entre su declaración y mi respuesta.

—¿…miedo?

—…miedo. Miedo de separarme de los demás. Miedo de que las otras personas puedan dejarme. Miedo de vivir sola en este lugar. Ya he perdido demasiado…

Con un movimiento como el de un niño, agarró el cuello de su camisa y tiró de él hacia arriba. Como si se sintiera avergonzada por sus propias palabras, se cubrió la mitad de la cara con la camisa mientras murmuraba.

—Es por eso que mi amor no es pesado en absoluto… no es pesado en absoluto…

Sus ojos, que apartó de mí y en su lugar desvió al suelo, eran azul cielo como los de su hermana pequeña; solo que precarios, como los restos de un charco luego de que la lluvia se despejó.

Como si estuviera a punto de desaparecer…

Casi me dieron ganas de darle unas palmaditas en la cabeza… no es que tuviera las agallas para hacer eso, así que solo me limite consolarla —Presidenta… he dicho demasiado. Hay muchos tipos diferentes de amor, así que anímese.

Aparentar con mis palabras como si entendiera es lo único en los que destaco.

Después de permanecer así por un momento, el «Rey de Acero» se rio y me miró.

—Fufú, pensar que estoy siendo consolada por Yokodera-kun.

—No, bueno, lo siento….

—Gracias. El día en que terminamos solas Tsukiko y yo, juré que me enfrentaría a todo con tal de asegurar su bienestar. Ya sea los demonios que siguen a esta familia o la propia Tsukiko, no perderé contra nada —Su fuerza y confianza habitual habían vuelto a su voz.

Como la melena de un león orgulloso, su cola de caballo se sacudió cuando se dio la vuelta.

—¡Entonces! ¡Tenemos que dar muerte a tu hermano menor que continúa contaminando a Tsukiko!

—Así que así es como volvemos al tema, ¿Eh?

—Primero, haremos que se siente en mil agujas. Después, lo desollaremos vivo. Y luego, un poco de agua hirviendo…—

—¡Eeeek!

Escucho algunos métodos de tortura realmente dolorosos en los que probablemente me moriré. ¿Cómo puede la gente ser tan cruel? Mi corazón se está poniendo arrítmico al pensarlo. ¡Literalmente vuela en mi pecho!

—Ya que el desgraciado siempre encuentra la manera de engatusarme con sus mentiras, creo que el mejor plan de acción seria destrozarle el cráneo con un martillo en el instante en que lo vea. Muy bien, eso será todo por hoy. Rezo por tu seguridad.

—¡E~Espera! ¡Espera un segundo! —Me aferré desesperadamente al Rey, que se había levantado para irse.

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—¿…qué? No pretendes cubrirlo tan tarde en el juego, ¿Verdad?


—¡P~Por supuesto que no! ¡Nunca en un millón de años! ¡Solo pienso que hay un agujero enorme en este plan!

—¿Oh? ¿Y cuál sería?

¡Que la persona en cuestión ya sabe que le van a partir la cabeza!

Pero, dado que el «Rey de Acero» ya me estaba mirando raro, no tuve más remedio que comenzar a inventar una excusa. Si no, pronto terminaría en su patio.

—¿C~Cómo se sentirá tu hermanita acerca de esto? No parece que realmente odie a mi hermano menor…

—…ella está siendo engañada por ese hombre.

Es mi deber llevarla de vuelta al camino correcto.

—¡Ese es el problema! Si mi hermano menor desapareciera así como así, los sentimientos que siente por él podrían volverse aún más fuertes, ¡Podría pensar que es una especie de héroe trágico!

—Héroe… eso no sería bueno. Es injusto.

—¡¿Verdad que sí?! Primero, tenemos que llevar sus sentimientos a una resolución. ¡Tal vez podamos hacer que ella rompa con él!

—Hm? Esta es la primera vez que escucho algo como esto. ¿Cuál es tu idea?

—Básicamente te acercas al objetivo, lo seduces y formas una brecha entre los dos. Una vez que se hayan distanciado el uno del otro, puedes ocuparte del resto. Despelléjalo; quémalo si quieres…


¡El punto es que mientras Tsukiko tenga sentimientos por él, solo lograrías crear un mártir!

—Aunque no sé mucho sobre como seducir…

—Um… cualquier cosa está bien, siempre y cuando lo toques mucho. ¡He oído que vestirse elegante y ser amable también es efectivo! Al menos así lo decía en la sinopsis de “¡Soy un ladrón de corazones listo para todo!”.

—…eso es interesante. Ya veo, ya veo —El «Rey de Acero» asintió con la cabeza en admiración. Incluso saco un cuaderno y empezó a tomar notas.

Me pregunto por qué no dirige esta clase de pasión hacia sus exámenes de ingreso… dicho esto, me gustaría felicitarme a mí mismo. Dudo que Tsutsukakushi se doblegue fácilmente, por lo que puedo ganar un tiempo importante. Si puedo hacer que parezca que mi hermano menor se ha ido de viaje al espacio, ¡Estaré a salvo! No puedo fallar en esto

—Entonces, presidenta, tomemos un descanso por hoy. Podemos hablar más sobre esto después.

—¿Hmm? No estoy cómoda con eso… pero lo entiendo. Trabajemos duro hasta que pueda eliminar de manera segura y efectiva a tu hermano menor de la faz de la tierra.

—¡Si! ¡Pero recuerda no golpearlo hasta la muerte, o ella estará aún más apegada a él! —Le hice hincapié en este punto por última vez cuando me puse de pie.

Mientras lo hacía, el «Rey de Acero» mantuvo sus ojos pegados a mí.

—Perdóname por preguntar… ¿Pero tienes experiencia con la muerte de alguien cercano?

—¿…Eh? No, todos en la Familia Yokodera están sanos y salvos.

—Ya veo. Lo siento. Lo hiciste sonar como si lo hubieras experimentado antes…

La miré mientras caminaba hacia un marco de fotos colocado en un tocador cercano. Era una imagen ordinaria que podrías encontrar en cualquier hogar.

Una mujer joven, una niña y un bebé descansando en un carruaje. Todos estaban sonriendo alegremente. Era el símbolo perfecto de la felicidad.


—…no siempre puedes sentir o llorar a los difuntos. Pero eso es más fácil decirlo que aceptarlo. Es difícil renunciar a los apegos emocionales hacia aquellos que has perdido…

Sin responderle, me puse de pie. Sabía que todavía estábamos hablando de que me matara a golpes… pero sus ojos celestes tenían un color tan tranquilo y transparente que no me atreví a bromear.

—Comprender los sentimientos de otra persona en su significado más genuino es demasiado difícil.

Muy difícil.

Alguien como yo, que solo aparenta, nunca podría comprender realmente cómo se sienten las hermanas Tsutsukakushi…

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