Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 9

Capítulo 2: Un Sudoroso Desconcertado — Supongamos Que Un Jefe Se Da Cuenta De Que Su Personal Es Amigo Del Director General Y Del Director De Operaciones Del Cliente En La Presentación De Ventas

Parte 6

Mientras tanto, salió el grupo de Lloyd, comprobando la hora. “Tenemos que encontrar esa estatua”.

“¿El de Profen?”

“Sí. Tú también mira, Merthophan. Y si ves a alguien sospechoso, podría ser este ladrón de Zalko disfrazado”.

“Entiendo. Le avisaré a Nexamic. ¡Ojalá hubiéramos podido mirar juntos por más tiempo!”.

“M-Merthophan, ¿quieres decir…?”

“Últimamente, soy lento en la aceptación de cualquier cosa que no sea agrícola. ¡Tus explicaciones son invaluables! Siento que si no estudio cosas no agrícolas, afectará mi desempeño en el campo”.

“Siento que hay otras cosas que deberías estudiar…” “¿Oh? ¿Por ejemplo?”

“Amo— bueno, si decírtelo funcionó, no estaría en este aprieto”. Se alejaron, felices a su manera.

“Lloyd, un momento”, gritó Vritra. Había pasado un tiempo desde que el cinturón le había hablado directamente, por lo que Lloyd inmediatamente pareció nervioso.

“Eh, ¿sí? ¿Puedo ayudarle?”

“Solo quería confirmar que fuiste tú quien quitó la Espada Sagrada”.

“¿Espada Sagrada? No, acabo de recoger una hoja vieja y oxidada que estaba atascada en la colina detrás de la Aldea de la Espada Sagrada.”

Esa es la Espada Sagrada, hermano. Vritra estuvo tentado de decírselo, pero decidió que la discusión que seguiría sería una distracción.

“Ah… y ese es el as bajo la manga”.

Lloyd no tenía idea de lo que eso significaba.

“Has crecido en confianza. Te he estado observando desde el lado de mi Ama, desde el lado de Selen. Puedo decir. Compárese con la primera vez que peleamos con usted ahora: se siente como si hubiera un núcleo sólido como una roca debajo de esa superficie”.

“G-Gracias”.

Cuida de Alka. Puede que ahora sea un duende lleno de lujuria, pero una vez fue tan sabia como se puede. Pase lo que pase en el futuro, te pedí que solo tú siguieras siendo su aliado—¡gah!”

Antes de que pudiera decir nada más, Selen le dio un fuerte tirón. “¡No me dejes fuera de esto, Vritra!”

“S-Selen… Señora, los hombres deben intercambiar palabras en privado a veces”.

“¡Eso suena tentador!”

En ese momento, un hombre grande con un vestido de sirvienta se deslizó en su visión.

“¡Ahí estás, Princesa del Cinturón! ¡Sabía que estarías con Lloyd!” “¡Blegh, Allan! ¡Cómo te atreves a ensuciar mi vista contigo mismo!”

“¡Tú eres el que salió de la tienda a la mitad del turno! ¡Ni siquiera te das cuenta de lo difícil que es para un hombre usar estas cosas!”

“He estado buscando la estatua con Sir Lloyd mientras exploraba otros puestos”.

“¿Oh? ¿Y tú próximo destino?

“En algún lugar oscuro, lejos de miradas indiscretas”. Él la miró. “Todos están enojados. Volver al trabajo.”

“Selen, yo me encargaré de la búsqueda”, se ofreció Lloyd.

“¡Muy bien! ¡Estaré esperando su regreso, Sir Lloyd! ¡Para siempre, si es necesario!”

Siempre dispuesta a hacer lo que él le pedía, ella corrió hacia el café… dejando atrás a dos hombres en el servicio de limpieza. Hubo un silencio incómodo.

“¿Tuviste suerte al encontrar la estatua o tu uniforme, Lloyd?”

“Revisé los objetos perdidos y encontrados, y dijeron que me avisarían si alguien los devolvía. ¿Cómo están las cosas en el cuartel general de búsqueda de estatuas?”

Alan negó con la cabeza. “Sin progreso. Rol se está poniendo de mal humor, ya que ni siquiera hemos encontrado una pista.

“Oh querido. Bueno, este ladrón es famoso por una razón. ¿Dónde podría haberlo escondido?”

“¡Es solo un humano! Dado el marco de tiempo, debe ser en el Distrito Central. ¡Y lo encontraremos!”

Felizmente inconscientes de que su amada Alka era la verdadera culpable, intercambiaron asentimientos varoniles.

“Voy a ir a comprobar en cualquier lugar que aún no lo haya hecho. Avísame si surge algo”.

“Entiendo. Yo me encargaré de la tienda… ¡gah!”

Soplo en la mitad del pecho, Allan miró horrorizado y se escondió detrás de un pilar.

“¿Mmm? ¿Allan?”

“¡Shhh! ¡Lloyd, shhh!” Se llevó desesperadamente el dedo a los labios. Curioso, Lloyd se dio la vuelta y vio…

“Qué bueno, Lloyd. No te he visto desde el rito.” La líder del Dominio Ascórbico, Anzu Kyounin.

Maestra de la espada, vestía el atuendo distintivo del Dominio y un gran tachi en la cadera. Como líder de su nación, había aparecido en innumerables revistas, e incluso en Azami, los transeúntes la reconocieron.

“E-Encantado de verte de nuevo, Lady Anzu”. Lloyd hizo una reverencia, las faldas de las doncellas se balanceaban. Le quedaban tan bien que Anzu reprimió una carcajada.

“No sé para qué puesto es eso, pero seguro que lo haces todo”.

“Ah-ha-ha, he estado escuchando eso mucho. ¿También estás aquí para ver al rey?”

Ella se rascó la cabeza. “Realmente no tenía negocios establecidos, pero… ella insistió”.

Anzu agitó su pulgar sobre su hombro. Una hermosa mujer de cabello negro con un vestido rojo estaba de pie detrás de ella.

“Encantado de verte, Lloyd”.

Ella se inclinó con elegancia. Esta era Renge Audoc, líder del clan Audoc del Dominio.

“¿Viniste tú también, Lady Renge?”

“Una llegada elegante, naturalmente… ¿Por qué ese atuendo?” “Um, tenemos un café. Ah-ha-ha.”

No pediré más. Supongo que es un entrenamiento para desarrollar tu confianza en… muchas cosas. Pero tanto esta mujer felizmente casada como esta triste solterona Anzu pueden dar fe de tu fuerza.

“Oh, todavía tengo mucho que aprender”, dijo Lloyd con desdén.

Anzu, mientras tanto, estaba mirando a Renge. “Puedo dar fe de su fuerza, seguro, pero ¿en serio? ¿Solterona triste? ¿Vamos allí?”

“Heh-heh. Puede que seas nuestra gobernante, pero puedo sentir la desesperación”.

“Siempre pensé que solo estabas impugnando mi regla para tener una ventaja sobre mí de alguna manera”.

“Esa es solo una de varias razones. Más importante…” Renge se volvió hacia Lloyd, su voz tranquila pero poderosa. “¿Dónde podría estar Allan?”

Tal vez una explicación está en orden. El Dominio Ascórbico celebró una competencia regular por el derecho a gobernar: el Rito de la Montaña Sagrada. Por una serie de razones, Allan había terminado del lado de Renge Audoc. Cuando el torneo terminó temprano, él accedió a ayudar a llenar el tiempo, y ella exigió su mano en matrimonio y llevó a cabo la ceremonia de inmediato. Ahora era legítimamente su esposa.

Habiendo aceptado a regañadientes su pedido de esperar hasta su graduación, se quedó soñando con la vida de recién casados por venir… y se había unido a Anzu como una excusa para verlo. Uno de esos “¡Estaba en el barrio!” escenarios.

Ajeno a todo esto, Lloyd estuvo a punto de decirle la ubicación de Allan, escondiéndose justo detrás de él. Pero…

“Hngg…” Cuando miró, los ojos del sirviente le rogaban que no lo hiciera. Así que fingió ignorancia.

“Um, buena pregunta… ¡lo siento!”

“No hay problema,” dijo Anzu. “Visita sorpresa y todo. Y Renge, incluso si lo ves hoy, tendrás que separarte de inmediato. ¿Eso no lo empeorará?”

“Cierto,” dijo Renge, desfalleciendo. “Un buen punto, Anzu. Es por eso que estoy aquí por otras razones”.

“¿Oh? La primera vez que lo oigo. ¿Cuáles serían estas razones?”

“Allan dijo que un certificado de matrimonio sería inapropiado mientras aún era estudiante”.

“Él lo hizo.”

“¡Entonces todo lo que tiene que hacer es abandonar la escuela y podemos vivir felices para siempre! Estoy aquí para plantear objeciones a su vida actual e intimidarlo para que la abandone”.

Ella no se anduvo con rodeos; incluso los auditores en una misión para reducir drásticamente los gastos de personal no fueron tan contundentes.

“Así que va a inventar una razón para arrastrar a Allan con ella”, dijo Anzu con un suspiro. “El amor nos vuelve locos, supongo”.

Detrás del pilar, Allan parecía aterrorizado. De repente se tambaleó en el precipicio del destino. Preocupado por el impacto en su vida y la búsqueda de la estatua, Allan le envió a Lloyd otra misiva secreta de contacto visual.

“¡Lloyd! ¡Si mencionas la estatua, Renge interrumpirá la búsqueda!

¡Mantenlo en secreto!”

“¡Ya veo! ¡Ambos son muy hábiles y crees que debería pedirles ayuda!” Lamentablemente, Lloyd no había leído el mensaje de Allan alto o claro. Allan dejó escapar un grito silencioso. No quedó sangre en su rostro. “¡Nooooooo! ¡No digas una palabraaaaaaa!”

Mientras tanto, el comportamiento de Lloyd despertaba sospechas… y estaba totalmente perdido, incapaz de descifrar las intenciones de Allan. Por un momento, se quedaron atascados así, luego un individuo de cuarenta y tantos volcó todo.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Hago un recorrido de suministro y escucho voces familiares!

¡Si no son mis eternos aliados Anzu y Renge!” “Ugh, Nexamic”.

“Poco elegante incluso en reinos extranjeros”.

Pero Tiger Nexamic no era un hombre al que le importara si era bienvenido.

Miró a cada uno por turno y saltó directamente. “¿Consultando sobre el caso?” preguntó. “¡Mwa-ha-ha! ¡No me dejes fuera! ¡Yo mismo escuché las noticias y ya estoy asistiendo!”

“¿Caso?” Dijo Renge.

Los músculos de Nexamic se hincharon, su lengua se movió. “¿No has oído? ¡La estatua de Profen fue robada! ¡Allan podría ser expulsado por eso!”

Allan. Renge saltó ante esa palabra. “Derrama los frijoles, Tiger”.

“¡Oh, Renge! ¡Tú acento está fallando!”

“¡Deja de andarte por las ramas y sigue con tu parloteo! ¡¿Allan podría ser qué?!”

Nexamic debió sentir un escalofrío, porque sus glúteos temblaban mucho, y rápidamente explicó todo.

Renge asintió lenta y firmemente. Entonces…

“¡Ya lo veo! ¡Así es como comienza nuestra vida juntos!” ella bramó. “¿Qué te pasa, Renge?”

“¡Si Allan es dado de alta, tendrá que mudarse conmigo! ¡Nuestro matrimonio realmente puede comenzar! Es ideal.”

“P-Pero… ¡piensa cómo se siente Allan!”

“Es una pena, Lloyd. Pero no voy a dejar que mi esposo se escape. Una vez que el polvo se haya asentado, ¡puede volver a alistarse si quiere!

¡Pero primero, encontraré esta maldita estatua, la romperé en pedazos y aseguraré mi felicidad conyugal con mis propias manos! ¡Whoo-hoo!”

No puedes simplemente entrar y salir del ejército como si fuera un trabajo de medio tiempo.

Renge estaba en pleno ajetreo, todo rastro de elegancia olvidado, lista para dejar que su lujuria la guiara, y le tocó a Lloyd convencerla.

“No puedes hacer eso. ¿Quieres que Allan pierda su trabajo?”

“¡Lloyd! El desempleo está de moda en estos días. ¡No puedo esperar a que dependa de mí! ¡La crisis de un esposo es la oportunidad de una esposa!”

Su acento de aburrimiento solo hizo que esto fuera aún más aterrador. No hace falta decir que esto era todo lo contrario de elegante.

“Te estás volviendo completa Selen aquí…”

¡Tres hurras por el nacimiento de una nueva yandere! … ¿Nadie? Bueno.”

Dicen que la culpa de un hombre es la lección de otro, y “Selen completo” definitivamente fue una falta lo suficientemente grande como para hacer que Renge volviera a la realidad.

“…… ¿Yo soy? ¿Así de mal?”

“Sí, y… lo del acento no está funcionando”. Incluso Nexamic estaba tratando de disuadirla.

“Yo—yo no puedo disculparme lo suficiente. Parece que los pensamientos sobre Allan me están distrayendo. Será mejor que tome un poco de té y me recupere.”

Sacó una tetera de… algún lugar y comenzó a verter té directamente en su boca. Eso fue más como negativo elegante…

“Renge”, insistió Lloyd, “Tengo ganas de estar con los que amas, ¡pero creo que hay límites!”

Los tres parecieron sorprendidos por la fuerza de su tono.

“¡Allan tiene un sueño propio! Quiere ser un gran soldado y enorgullecer a su padre. Deberías apoyar ese objetivo, Renge. ¿Qué clase de esposa arruina los sueños de su marido?”

Su sinceridad realmente estaba llegando a ella.

Ella se retorció un momento, luego sonrió. “Tienes mucha más confianza, Lloyd… y esa fue una conferencia muy elegante”.

“Puede que esté vestido así, pero soy el jefe de los de primer año”.

“Y la responsabilidad te hizo dar un paso adelante,” murmuró Anzu. “Como líder del Dominio, podría aprender una o dos cosas de ti”.

Ella sonrió como si su hermano pequeño hubiera crecido. Renge asintió con la cabeza.

Mientras tanto, Allan todavía estaba escondido detrás de ese pilar, con lágrimas en los ojos, probablemente solo complacido de que su autoproclamado “maestro” hablara tan bien de él.

Muy bien, Lloyd. Me conformaré con echarle un vistazo hoy y luego ayudaré elegantemente a buscar esta estatua”.

“¿Prometes que no intentarás que renuncie?”

Ella asintió. “Acepto que él tiene sus propias metas en la vida y haré mi parte para ayudar con ellas”.

Aliviado, Lloyd se volvió inmediatamente hacia la columna. “¿Escuchas eso, Allan?” él llamó.

“¿Qué? ¡¿Él está aquí?!”

Allan emergió tímidamente de su escondite. “Lo siento, Renge”. “Oh, Allan…” Ella jadeó.

“Sé que te he hecho mal”, dijo, dejando que sus sentimientos se derramaran. “Todo el asunto del matrimonio me hizo dar vueltas en la cabeza… y necesitaba tiempo. Y tenía tantas cosas que quería aprender aquí en Azami, al lado de Lloyd… ¿Puedes esperar un poco más? Lo juro, nunca he tenido un problema contigo.”

Estaba hablando muy en serio. Como una confesión romántica.

Y Renge… estaba frunciendo el ceño bastante fuerte.

“Te ves horrible”. “¡Ah!”

Se había olvidado por completo de que estaba disfrazado de sirvienta. Un error que no podía ser descartado como cómico. ¡Aquí estaba él, fuera de la vista en una tierra lejana, obligado a hacer Dios sabe qué! Eso le ganaría una o dos miradas de horror.

“Allan, no puedes quedarte aquí. Te están profanando”, escupió. Ella agarró su mano y trató de alejarlo.

“¡R-Renge! Espera un segundo…”

“¡No hay excusas! ¡Estás confinado al Dominio para una reeducación de la elegancia! ¡Veinticuatro horas de ejercicios de sentido común y baños de té!”

“E-Espera, ¿qué pasó con ayudarme? ¿Dejarme hacer lo que quiero?”

“Allan, eso significa que estuviste escuchando todo este tiempo. ¡Escuchar no es elegante! ¡¿Y lo que quieres es mala resistencia?! ¡Apartarte de esta mala influencia es la única solución!”

“Siempre ibas a llevarme de regreso al Dominio sin importar qué, ¿eh?

¡Mira, sé que este atuendo apesta! ¡Baja el hacha! ¡Augh, ayuda!”