Dungeon ni Deai o Motomeru no wa Machigatteiru Daro ka Familia Chronicle (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: Alli y Los 8 Seguidores

Parte 8

 

 

Ellas finalmente vieron la fortaleza en la frontera tres días después de que partieron de Leodo. El paisaje de dunas de arena había desaparecido hacía mucho tiempo. El área alrededor de la frontera era una hamada rocosa. Era una región de un valle escarpado con rocas esparcidas por todas partes.

—¡Ahí está! ¡Ahí es donde está la fortaleza oculta!; Ali gritó desde su camello. Ella estaba señalando un montón de rocas que se elevaban en el aire como una montaña. Quizás porque había estado allí antes, una sonrisa de confianza llena de alegría al final de su viaje cruzó su rostro mientras miraba el lugar que a simple vista parecía un poco más que un montón de rocas.

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—…

Mientras tanto, Freya frunció el ceño. Su visión era excelente, más que capaz de distinguir los destellos de las almas individuales del último piso de Babel en Orario, y sus ojos plateados habían notado algo extraño.

—Alfrik.

—Sí, lo veo.

Respondiendo de inmediato a su llamada, el guerrero hobbit se materializó entre las

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sombras. Mientras Ali parecía en estado de shock, el hermano mayor de los Gulliver levantó la visera de su yelmo color arena, revelando sus ojos azules que se estrecharon mientras miraba a la distancia. los Hobbits tienen la mejor visión de todos los semihumanos y confirmó las sospechas de la diosa.

—Es tenue, pero hay rastros de partículas mágicas. Y hay un olor a sangre en el viento.

—… ¿Eh?

Inicialmente, una expresión de confusión cruzó el rostro de Ali mientras escuchaba a Alfrik. Pero al darse cuenta de lo que estaba insinuando, ella se puso pálida e instó a su camello a correr. Freya y Alfrik la siguieron.

Ella desmontó su camello al pie del imponente lecho de roca y subió corriendo la suave pendiente que parecía una trinchera. En el momento en que cruzó la entrada de la cueva y puso un pie en la fortaleza, fue recibida por el olor a carne quemada y la vista de innumerables cadáveres esparcidos por el suelo en un charco de sangre.

—No… ¡¿pero eso es—?!; Ali gritó.

El interior de la fortaleza era espantoso. Había signos de resistencia, pero todos los soldados de Shalzad habían sido masacrados sin piedad. Cortados por las espadas, atravesados por las lanzas, quemados por la magia. Los cadáveres blindados contaron una historia mortificante con sus heridas a la vista. Mesas, sillas, armas alineadas en la pared, todo había sido volcado y pisoteado.

—¡¿Aaaah, aaargh?! Douglas! ¡Esto no puede ser verdad! ¡Así no…!

Ali corrió hacia uno de los oficiales caídos, extendiendo una mano hacia su cuerpo, pero ya estaba frío. Sus ojos no se abrirían nunca más. Ali lloró mientras abrazaba el cadáver que había perdido un brazo y había sido atravesado por el pecho.

—El enemigo atacó con magia indiscriminadamente y luego embistió, aprovechando la confusión entre las fuerzas de la fortaleza… Tienen experiencia en la realización de ataques sorpresas. Parece claro que los perpetradores fueron las tropas de Warsa antes mencionadas; Dijo Alfrik, analizando con calma la cruel escena de la fortaleza mientras Ali se derrumbaba en lágrimas.

—¿Cuántas personas llevaron a cabo esto?; Preguntó Freya.

Aparecieron los tres hermanos hobbits restantes, que habían examinado inmediatamente los alrededores de la fortaleza.

—Probablemente alrededor de cincuenta. También estaban al acecho en el pasaje oculto en la parte trasera donde dispararon una andanada de flechas contra quienes intentaron huir; Informó Dvalinn.

—La mayoría de ellos eran gentuza, pero probablemente había al menos uno que era hábil; Agregó Berling.

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—Algunos de los restos mágicos son un poco más fuertes. Quizás alguien que haya subido de nivel; Dijo Grer, antes de agregar, —Además, dentro de la fortaleza… hay caracteres escritos con sangre.

Cuando Ali miró hacia arriba, las lágrimas aún corrían por su rostro, Freya le pidió a Grer para que la llevara a la habitación. El lugar al que la llevó fue probablemente el centro de mando. La bandera de Shalzad, una luna creciente y una corona de jazmín, colgaba de la pared, trágicamente desgarrada, y en su lugar, estaba escrito un mensaje con la sangre de uno de los soldados.

—Aparezca, príncipe Aram. Si no lo hace, Israfan será consumido por un mar de llamas…

Ali leyó las palabras escritas con sangre, tapándose la boca mientras luchaba por no vomitar ante el acto repulsivo. Quizás fue por el informe de un comerciante o quizás fue solo la aguda perspicacia de un dios, pero de cualquier manera Warsa aparentemente se había dado cuenta de que Aram se había dirigido a Israfan. Y—

—Leodo será el primer aviso …

Los ojos de Freya llegaron al pasaje final de sangre. Ella no había sido sacudida en absoluto por nada más, pero esa línea hizo que reprimiera sus emociones. Sus ojos congelados se entrecerraron mientras giraba sobre sus talones.

—Nos vamos.

—¿A… A-A dónde?

—Leodo, obviamente; Respondió Freya sin dudarlo.

Ali aún no se había recuperado del impacto de todos los soldados que habían muerto mientras intentaba entender la situación.

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—P-Pero el enemigo se fue de aquí hace mucho tiempo. Debemos habernos cruzado en algún lugar del camino. ¡Incluso si los perseguimos, no llegaremos a tiempo …!

—Eso es irrelevante; Dijo ella, haciendo caso omiso de las palabras que Ali luchó por pronunciar. Ella tomó la mano de Ali mientras se dirigía a la salida de la fortaleza. —Es lamentable, pero vamos a dejar los camellos aquí. Dile a Ottar que me lleve a mi y que Allen lleve a Ali.

—Ese gato estúpido probablemente se quejará de no querer que nadie más lo toque a parte de usted, Lady Freya.

—Dile que nunca volveré a montar en un chariot que no haga lo que yo digo.

—””””Entendido.””””

Se escucharon cuatro pares de pasos cuando los hermanos Gulliver reconocieron sus órdenes. Freya y Ali partirían de la fortaleza oculta sin demora.

***

 

 

El boaz que llevaba una diosa bajo el brazo, la persona gato con una expresión de fastidio en su rostro y una chica sobre su hombro derecho, y los otros aventureros de primer nivel que los acompañaban se movían a una velocidad extrema. Ellos corrieron a través de una distancia que les había llevado a los camellos tres días en solo unas pocas horas. Leodo apareció a la vista antes de que el sol comenzara a salir. A pesar de que se había estado quejando bastante fuerte de que la manejaban como equipaje, Ali no pudo ocultar su sorpresa por la rapidez con que llegaron.

Pero, aun así, ya era demasiado tarde.

—¡¿L-La ciudad…?!


Leodo estaba en llamas. Las llamas rojas y el humo bajo el cielo nocturno del desierto parecían una pira funeraria. Los lamentos de mujeres y niños llenaron el aire, y los gritos pidiendo clemencia probablemente eran los de los comerciantes.

Cuando llegaron a la puerta norte, Ali corrió hacia el centro de la ciudad. Freya y su familia la siguieron. En el camino, descubrieron que el bazar había sido destruido antes de ser incendiado. Los coloridos artículos que antes habían sido tan agradables a los ojos de Freya estaban esparcidos por todas partes, intercalados con los cadáveres por todas partes.

No había supervivientes a la vista, pero se podían escuchar gritos provenientes del centro de la ciudad. Ali no pudo evitar temblar al ver esa carnicería. Los resultados de sus acciones fueron presentados ante ella.

La gente de un país completamente ajeno fue atacada, todo por mi culpa. ¡Porque vine aquí!

Ella se desesperó, pero no se permitió desmoronarse allí. La diosa que atravesaba la ciudad mientras miraba a su alrededor no lo permitiría.

—Incluso el oasis…; Susurró Ali.

El gigante oasis azul esmeralda que aún estaba fresco en su mente ahora estaba con el color carmesí de la sangre. Freya y su procesión cruzaron el puente hacia la isla en el corazón del oasis. Había muchos vecinos del pueblo que habían quedado acorralados allí tras huir de los bazares en llamas. Y los inhumanos soldados de Warsa también estaban allí, después de perseguir a los residentes para divertirse. Ali se congeló en estado de shock por la horrible escena cuando una figura corrió hacia ellos.

—¡L-Lady Freyaaaaaaa!; Era el comerciante Bofman, con la ropa chamuscada aquí y allá. —

¡¿Ha vuelto?! ¡P-Por favor! ¡Por favor, sálvenos!

—”Infórmanos de la situación primero”. “Hazlo rápido.” “¿Qué hay de la propiedad de Lady Freya?”

Los hermanos Gulliver se pararon frente a la diosa, bloqueando el camino. Bofman retrocedió ante el recuerdo de su castigo y explicó la situación, impulsado por un miedo aún mayor que el que evocaban.

—¡L-Las fuerzas de Warsa atacaron repentinamente y atravesaron la defensa de la

ciudad! ¡Comenzaron a quemar la ciudad sin anunciar ninguna demanda ni aceptar ninguna negociación! ¡Simplemente saquearon todo, exigiendo saber dónde estaba el Príncipe Aram y matando a aquellos que no pudieron responderles…!; Bofman respondió con un torrente de palabras, sus hombros se agitaron mientras se arrodillaba en el suelo. Él tímidamente miró a la diosa, que no lo había mirado ni una sola vez, luchando por terminar su informe. —La propiedad de Lady Freya también… Warsa irrumpió en la mansión… los antiguos esclavos ya son…

Freya no escuchó el resto cuando terminó explicando que había estado huyendo con el resto de los empleados de la Compañía de Comercio Fazoul. Ella continuó por el camino hacia

la mansión oasis. Esparcidos por el camino había dos cuerpos. El niño y la niña a quienes ella había liberado del collar de esclavos, quienes habían pedido ser sus seguidores.

—…

Ellos estaban aferrados el uno al otro, acostados en un charco de sangre. Sus ojos estaban muy abiertos y lágrimas y sangre corrían por sus mejillas. Freya silenciosamente bajó una mano sobre sus rostros y cerró sus ojos, sin ninguna preocupación por ensuciarse la mano.

Claramente habían tratado de dejar escapar a los demás, ya que muchos otros colapsaron más adelante en el camino. Todos ellos eran antiguos esclavos que Freya había liberado. Y hasta el último de ellos había muerto. No había emoción en el rostro de la diosa.

—¡Detenganse… detenganseeeeeeeeeeee!; El grito de Ali resonó.

Las lágrimas corrían por su rostro mientras contemplaba la escena. Su grito se llenó de una rabia que abrasó su cuerpo mientras se rompía de dolor.

—¡¿Quién está ahí?!

Los atacantes notaron el grito de Ali, así como Ottar y los demás, que estaban armados y listos para la batalla. La gente que había incendiado la ciudad se reunió. Eran soldados con uniformes oficiales.

—¡Warsa…!; Ali gruñó con su voz llena de odio.

—Ojos morados… ¡¿Podría ser el Príncipe Aram?! ¡Ja, ja, ja, ese es Lord Resheph para ustedes! ¡Sus ojos realmente lo ven todo!; Un humano masculino que llevaba una capa se rió.

Él tenía una armadura de mayor calidad que los soldados promedio y empuñaba un bastón de mago. Probablemente era el hábil usuario mágico que había dirigido a las tropas que asaltaron la fortaleza que habían mencionado los hermanos Gulliver.

—¡Soy el guerrero Marzner que ha sido bendecido por el dios Resheph! ¡Ríndete, príncipe Aram! ¡Si no lo haces, yo, que he subido de nivel, quemaré todo lo que tengo delante! Solo mira mi nivel 2—

Mientras Marzner se jactaba altivamente de su fuerza, Ali lo atravesó con una mirada llena de ira, y Allen y los otros aventureros observaron con una mirada seca que ni siquiera se elevó al nivel de disgusto, una sola deidad dio un paso adelante. El cabello plateado de la diosa se balanceó.

—¡Lady Freya!

—¿…? Tú eres…

Allen y los demás trataron de advertirle que podría ser peligroso mientras Marzner la miraba dubitativo. Los ojos de Ali se agrandaron. Freya se detuvo justo entre ambos grupos. Ella atrajo los ojos de cada uno de los soldados de Warsa hacia ella con su belleza. A medida que más y más de ellos estaban encantados, sus ojos comenzaron a arrastrarse por su cuerpo, sus pensamientos vulgares eran obvios para todos. El comandante Marzner se humedeció los labios.

—¿Qué asunto tiene aquí, Diosa de la Belleza?

—Ustedes fueron los que hicieron esto, ¿no es así?

—En efecto. ¡Todo fue hecho de acuerdo con la voluntad divina de nuestro Señor Resheph!; Marzner mantuvo su pose arrogante, gesticulando exageradamente mientras hablaba. —¿Quizás está… disgustada? ¿Una justa indignación te quema como nosotros

quemamos esta ciudad?; Preguntó él en un tono burlón, sin darse cuenta de que su muerte se acercaba silenciosamente mientras agitaba la ira asesina de la Familia Freya.

Sin embargo, Freya rechazó su implicación sin ninguna indicación de interés.

—No hay nada extraño que haya niños entre las víctimas de una guerra. Si me enojara por eso o me lamentara por cada víctima, no tendría fin.

—¡¿Qu…?!; Ali fue sacudida por la respuesta de la diosa.

—Así es como funciona. No se puede hacer nada al respecto.

Y su sorpresa fue aún más fuerte porque, aunque solo había sido un viaje corto, ella podía decir por el tiempo que habían estado juntos que Freya quería decir hasta el último detalle de lo que estaba diciendo. Mientras tanto, Marzner se reía a carcajadas.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡Esa es una verdadera diosa para ustedes! ¡No hay necesidad de andar por las ramas! Entonces, ¿podría hacerse a un lado, por favor? Nuestro objetivo es el príncipe Aram, que está allí—

Sin embargo, ahí fue donde ella cortó la molesta voz del hombre.

—Pero, cuando se trata de lo que robaste, eso es un asunto diferente.

La voz de la diosa era como una hoja creciente, silenciando a todos a su alrededor. Los soldados y Ali sintieron un escalofrío mientras Freya continuaba.

—Yona, Haara; Ella comenzó a mencionar nombres.

—¿…?

—Anwar, Latifah, Murat, Hicham, Hazid, Sere, Khanna, Ohza, Nacer, Nadia, Leila, Ruqaiya, Zahir, Karathona—

Las tropas de Warsa, Marzner e incluso Ali se sorprendieron por lo elocuentemente al enumerar los nombres de tantas personas. Y, justo cuando Marzner estaba a punto de gritar algo, quizás irritado por la aparentemente interminable lista de la diosa, el tono de Freya cambió, llegando al final de su letanía. Por primera vez, Ali escuchó un intenso poder en su voz.

—Esos son los nombres de mis hijos que mataste. Una chispa atravesó el cuerpo de Ali.

—No me interesan las víctimas de la guerra. Pero aquellos que ponen una mano sobre mis hijos, en mi propiedad, son personas a las que nunca perdonaré.

Freya los había recordado. Los nombres de esos esclavos que había liberado. Los rostros de aquellos a quienes ella había salvado por capricho, que habían alabado su nombre. ¡Ella recordó hasta el último niño que había reclamado como suyo!

—¿Q-Qué…?

A nadie le gusta que le quiten algo, ¿verdad? Ya sea un objeto físico, recuerdos… o incluso vidas.

Quizás finalmente al darse cuenta de que algo extraño estaba sucediendo con Freya, Marzner se sintió abrumado. Él se echó hacia atrás frente a su fuerza y presencia sobrenatural.

—Así que tendré que exigir una recompensa equivalente.

Los ojos de Freya se abrieron de par en par. Su mirada plateada brillaba hechizantemente. Una misteriosa gravedad divina emanó de su cuerpo.

—¡Gh!

Allen y los demás fueron los primeros en reaccionar. Los aventureros más fuertes que no se inmutaron sin importar la situación o el enemigo se pusieron visiblemente nerviosos.

—¡Cierra tus ojos!; Allen gritó, sin prestar atención a las apariencias.

—¿Eh?; Ali no se movió.

La persona gato gruñó molesto mientras saltaba hacia ella y le tapaba los ojos y los oídos a la fuerza. Sin embargo, a pesar de que su visión y audición estaban tapadas, Ali aún podía sentir la majestad divina de Freya. Lo atravesó todo, como si tuviera su alma en su poder.

—Póstrate.

El corazón de cada mortal allí saltó. Todos los seres vivos allí temblaron. Ali sintió que su cuerpo se sacudía en respuesta. Las ondulantes llamas temblaron, la brisa del desierto se calmó y la luna se congeló en el cielo. Fue la palabra de Dios.

Sin embargo, con esa orden, Marzner y los otros soldados de Warsa cayeron al suelo, postrándose ante la diosa con una reacción bien entrenada.

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—¡Jaa-jaa-jaa—– !

Liberada de la protección de Allen, los ojos de Ali se agrandaron al ver la extraña escena de Marzner y los otros soldados arrodillados obedientemente en la arena. Había algo raro en todos ellos. Sus mejillas estaban enrojecidas, y la baba goteaba de las comisuras de sus bocas mientras miraban a la diosa tranquilamente parada ante ellos.

Ya no había pensamientos vulgares o lujuriosos acechando en sus ojos. No quedaba nada más que el deseo de complacer al ser que tenían ante ellos. Estaban completamente

cautivados. Era como si les hubieran quitado el alma.

—¿Quieren mi amor?

—¡S-Sí, mi lady! ¡Más que nada en este mundo! ¡Por favor, mi lady!

—Ya veo. Pero eso es un problema. Ya decidí que no les perdonaría. Si no exijo algún tipo de castigo, no estaré satisfecha. ¿Cómo podría amar a unos niños como ustedes?

—¿P-Pero …?

Marzner y los demás estaban siendo engañados por cada palabra de la diosa, golpeados por la tristeza y la desesperación. Ya había una sonrisa en el rostro de Freya mientras sus ojos plateados brillaban y las palabras de la bruja continuaron.

—Pero tengo una idea que podría funcionar. Si se matan y me esperan en el cielo, entonces tal vez …

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Al instante siguiente, el rostro de los soldados se torció en unas sonrisas maníacas mientras sacaban sus armas.

—¡Entendido! ¡La estaré esperando, amada diosa!

La tragedia terminó en un instante. Todos los soldados se degollaban con sus espadas o se clavaban las espadas en el pecho. Marzner hizo girar lo que sonaba como una oración ritual mientras presionaba su bastón contra su garganta y lanzaba su hechizo. Hubo un destello de luz y un estruendo atronador. Su cabeza sonriente voló en el aire, cayendo al suelo antes de llegar al cielo.

—…… ¿Que pasó…?; Ali susurró mientras temblaba ante la vista.

Hubo una salpicadura sincronizada de sangre y luego todos cayeron al suelo, formando una montaña de cadáveres. Sus ojos aún estaban extasiados mientras sus almas pasaban más allá del cielo del desierto y corrían hacia los cielos. En obediencia a la voluntad divina de Freya, todos se habían suicidado. Mientras Ali luchaba por permanecer de pie, la voz baja de Allen sonó detrás de ella.

—Ella los encantó.

—¿Qué…?

Ese es su encanto; Su rostro se contrajo mientras ocultaba el asombro que sentía hacia su diosa protectora.

—Lo que dijiste antes, sobre cómo todos estábamos cautivados por su belleza.

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—Eso no es cierto en absoluto.

—¡Claro que no!

—Ella no ha usado su encanto ni una sola vez desde que llegó a esta ciudad. Los hermanos Gulliver intervinieron en respuesta.

El tiempo se congeló para Ali cuando se dio cuenta de lo que estaban diciendo. ¿Freya no ha usado su poder para encantar a nadie en todo el tiempo que hemos estado juntas? Entonces,

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¿todos los que la vieron hasta ahora fueron simplemente cautivados por su belleza?

El fenómeno que acababa de sacudir el alma de Ali hasta el fondo, ese era el verdadero encanto de Freya—

—Si usara su encanto… ella pondría fin a todo.

—Incluso nosotros en su familia nos convertiríamos en nada más que títeres.

Los ojos de Hegni y Hedin se entrecerraron mientras miraban a la diosa frente a ellos.

Incluso los seguidores que llevaban el icor de Freya en la espalda se sintieron mareados por la fuerza de este. Y Ali, que se había resistido a la belleza de la diosa, se habría derrumbado si Allen no la hubiera protegido. Por cierto, Bofman había sido pateado en la parte posterior de la cabeza por Grer, y su cabeza estaba medio enterrada en el suelo mientras el resto de su cuerpo se retorcía. Un Bofman con gran deseo carnal logró evitar ser encantado gracias al dolor y al shock.

—Nosotros podemos aplastar diez mil ejércitos. Pero ella… ella puede tomar el control absoluto sobre esos mismos diez mil ejércitos; Finalizó Ottar.

La realidad de lo que estaba diciendo dejó a Ali completamente sin palabras. Si a Freya le apetecía, literalmente podría acabar con todo—robar un país, usurpar un trono, incluso gobernar todo el reino de los mortales. Su poder era abrumador, capaz incluso de afectar a seres del mismo nivel que ella. Y además de deidades y monstruos, ella podía cautivar a todos los seres del reino mortal en un instante. Fue una dominación absoluta. No una belleza cuyo rostro podría lanzar mil barcos, sino una bruja que gobernaría el mundo. Su dominio se extendía hasta donde su mirada y su voz podían llegar.

Pero a pesar de eso, la razón por la que Freya no trató de gobernar todo fue para divertirse. Y más que cualquier otra cosa, fue por respeto al reino mortal. Freya entendió que no había nada más vacío e insignificante que su habilidad. ¿Qué valor tenía adquirirlo todo sin esfuerzo? Si lo encandilara todo y moviera al mundo entero según sus caprichos, sería como si el mundo estuviera muerto. Por eso no usó su encanto en asuntos relacionados con el reino mortal. La única excepción fue cuando se incurrió en su ira divina.

—Entonces ella …

Lo que significa que el encanto de Freya era invencible. Y por todo lo que estaban diciendo, Ali se dio cuenta de que incluso lo que Freya había llevado a cabo en ese momento no era realmente serio, lo que provocó un estremecimiento imparable.

—Si alguna vez usara seriamente su encanto, todo no sería más que una farsa.

Ella finalmente entendió el verdadero significado de lo que Allen había dicho durante su viaje y por qué él se había enfurecido tanto con lo que ella había dicho. Habían jurado lealtad a Freya por su propia voluntad. No tenía nada que ver con estar encantados con ella. No eran marionetas esclavas de ella, sino seguidores que voluntariamente habían ofrecido todo por ella.

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—…

Recuperando la compostura, Ali miró a la diosa frente a ella, que estaba justo frente a una fuente de sangre y, sin embargo, no había sido estropeada por una sola gota. Los soldados estaban manchados de sangre, cada uno de ellos todavía sonriendo, todavía aferrándose a su fe en ella mientras se derrumbaban. Casi evocaba la imagen de un loto carmesí. La diosa de la belleza estaba en el medio de todo, sonriendo mientras sus almas comenzaban sus viajes hacia los cielos.

—Cuando vuelva a los cielos, si todavía puedo recordar este día, te concederé mi amor. Solo si lo recuerdo.

Su sonrisa era la de una reina que jugaba sin piedad con las almas de los demás.

Familia Chronicle Volumen 2 Capitulo 1 Parte 8 Novela Ligera