Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 3

Capitulo 2: Encuentro De Entrenamiento.

 

 

<<… El enemigo se oculta en su base en lo profundo del campo forestal. Tengan cuidado>>

“Recibido. Vamos a adentrarnos, pero nos mantendremos alerta”. Lyseria se dio la vuelta, respondiendo a la llamada de Elfine a través de su terminal de comunicación. “Vamos, Leo-kun”.

“De acuerdo”.

Ambos avanzaron a través del bosque. El campo de combate elegido para este combate de entrenamiento era una réplica de un bosque boreal. Y si era necesario, podía cambiarse para ajustarse a cualquier terreno o entorno. Lo que más sorprendió a Leonis fue que este cambio de terreno pudiera hacerse en tan solo dieciséis horas.

(… La tecnología humana realmente ha avanzado mucho).

Leonis se maravilló al contemplar el entorno artificial, pero realista, del bosque. La luz del sol se filtraba entre la vegetación. En términos de tamaño, el área no era mucho mayor que la arena de Necrozoa. Leonis solía enfrentar allí a ogros, trolls y otros monstruos de este tipo.

Sin embargo, si Leonis hubiera querido batallas navales en aquellos días, habría sido necesario canalizar el agua de los lagos y ríos cercanos. De igual forma, los campos de batalla desérticos requerían el transporte de grandes cargas de arena. En ese aspecto, esta instalación era mucho más sofisticada y estaba mejor equipada.

Mientras Leonis pensaba en tales cosas, Lyseria se detuvo repentinamente en medio de un pequeño claro del bosque. Su mirada estaba fija al frente.

“Creo que hay una trampa delante”.

Gracias a la investigación preliminar, Leonis y Lyseria ya sabían que uno de los portadores de Espada Sagrada del equipo enemigo tenía el poder para crear trampas y otras artimañas. Y este lugar, con su buena visibilidad, era un sitio perfecto para tender una trampa.

“Elfine, ¿podrías comprobar si hay enemigos adel…?” <<Hay un francotirador junto a la bandera>> “…” Lyseria consideró eso por un momento.

Leonis mantuvo sus labios sellados, sin ofrecerle ninguna ayuda. Sin embargo, Lyseria comprendió por qué. Era algo más que el mero hecho de que Leonis estuviera midiendo sus habilidades. Todo lo que ocurría en este combate era transmitido, por lo que no quería exponer demasiado sus poderes.

(… ¿Cómo va a superar esto?)

Las reglas del encuentro eran bastante sencillas. Derrotar a un miembro del equipo contrario te hacía ganar puntos en función del grado de ese estudiante. Además, cada equipo tenía una base instalada en algún lugar del campo, y capturar la bandera del equipo enemigo desde esa base también daba puntos. Cada encuentro tenía un límite de puntuación, y el primer grupo que lo alcanzaba o lo superaba ganaba.

Sakuya se encontraba en ese momento asaltando la base del equipo rival. Tenía el récord de asesinato de Void en solitario, lo que significaba que el oponente probablemente se mostraría muy cauteloso con ella. El equipo rival había organizado sus defensas para hacer frente al ataque de Sakuya. Fenris lo lideraba.

En cambio, Lyseria apenas había conseguido su Espada Sagrada, y Leonis parecía un niño de diez años. No eran vistos como una amenaza significativa. Aprovechando eso, ambos se desplazaron sigilosamente, con la intención de flanquear al enemigo.

No había muchos puntos por los que pudieran atacar por su cuenta, pero Lyseria apuntaba a derribar una de las bases menos defendidas del equipo contrario.

(De cualquier manera, la velocidad es esencial aquí).

Elfine y Regina se habían quedado atrás para proteger su propia bandera. La Espada Sagrada de Elfine era significativamente más débil de lo que había sido antes, y ahora se especializaba en la exploración y la recopilación de información. Por lo tanto, el único miembro defensor eficaz era Regina. Dejarle la tarea de salvaguardar la base exclusivamente a ella fue una decisión audaz. Aunque Regina era indudablemente hábil, un francotirador que operara sin un compañero que lo protegiera estaba pidiendo ser atacado por el enemigo.

No obstante, podría arrasar el bosque con mi Drag Howl. Regina había hecho una sugerencia peligrosa.

A pesar de tan premonitoria declaración, el cañón de aniquilación anti-void de Regina, Drag Howl, tenía en realidad su poder significativamente inhibido durante el encuentro.

Todas las Espadas Sagradas antipersona debían limitar su fuerza para el combate. En otras palabras, era como asestar golpes con el lado sin filo de una espada.

Sin embargo, las Espadas Sagradas tenían todo tipo de formas. Aquellos que no podían contener su poder adecuadamente tenían prohibido participar en estos combates.

(Tenemos que atacar y derribar la base enemiga mientras Sakuya tiene su atención).

Las opciones de Leonis y Lyseria eran o bien rodear este claro o seguir de frente. Y no tenían mucho tiempo para reflexionar sobre su elección.

“… Vamos a rodear. Por aquí”. Decidió Lyseria, adentrándose en los arbustos cercanos con su Bloody Sword04 en la mano.

(Por eso eres digna de ser mi mano derecha). Leonis aplaudió en silencio.

Cualquier General de un Rey Demonio habría cargado hacia adelante sabiendo que iba a aplastar cualquier trampa astuta con pura fuerza. Tal era la práctica establecida y despiadada, y al hacerlo mostraba el poder del Rey Demonio y cortaba la moral del oponente. Un Rey Demonio debía burlarse de cualquier truco insignificante.

Sin embargo…

(Esa forma de pensar llevó a la caída de los ejércitos de los Reyes Demonio).

Leonis también prefería cargar contra sus enemigos de frente y aplastarlos bajo sus pies. Y por ello apreciaba el hecho de que su mano derecha fuera lo suficientemente cautelosa como para evitar una trampa.

La elección de Lyseria era digna de elogio para Leonis. Aunque, si hubiera elegido cargar contra la trampa, probablemente la habría felicitado por mostrar el valor esperado del sirviente de un Rey Demonio. Era relativamente fácil deducir que Leonis sentía una cierta debilidad por su sirviente favorito.

“Mmm. Lo están haciendo bastante bien”. Dijo la instructora Diglasse sobre el Decimoctavo Pelotón desde un asiento en el campo de deportes de la academia.

Cuando Leonis había ingresado por primera vez a la academia, ella había supervisado su duelo con el alumno de curso superior, Muselle. El combate en cuestión estaba siendo proyectado en un enorme monitor en las instalaciones de la academia. Tanto los estudiantes como los civiles podían acceder a los terrenos de la academia para presenciar el combate.

Dicho esto, no había muchos espectadores ahora mismo. Parte de la razón era que se trataba de un encuentro matutino. La cuestión más relevante era que el Decimoctavo Pelotón no inspiraba mucho interés. Además, se enfrentaban al Dormitorio Fafnir, uno de los mejores de la Academia Excalibur. Muchos habían decidido el resultado del encuentro incluso antes de que empezara.

Aparentemente, algunos de los estudiantes estaban haciendo apuestas extraoficiales, pero decidieron que este no era un encuentro en el que valiera la pena apostar. Sakuya era una hábil espadachina, sin duda, pero no funcionaba bien en equipo. La Espada Sagrada de Elfine había perdido su poder original, y el punto fuerte de Regina… su gran cañón… era inutilizable en este encuentro.

Esto dejaba a la líder, Lyseria, quien recientemente había despertado su Espada Sagrada. Había vencido a Muselle en la batalla de hace poco, pero muchos creían que había ganado por medio del elemento sorpresa, ya que era la primera vez que mostraba su Espada Sagrada.

Y, por último, estaba la nueva incorporación del Decimoctavo Pelotón… el niño de diez años. Era visto como equipaje que sólo pesaría en su equipo.

(Me pregunto cómo terminará esto…)

Dos sombras corrían entre la espesura, sin tener en cuenta el mal estado del terreno. Lyseria cargó sus pies con mana y pateó de árbol en árbol mientras corría como el viento.

“Leo-kun, ¿puedes seguir el ritmo?”

“… Sí, estoy bien”. Respondió el Rey Demonio, elevándose justo detrás de ella.

(¿Por quién me tomas, mujer?)

Leonis había utilizado el hechizo [Desplazamiento de las Sombras], que le permitía moverse siguiendo la sombra de Lyseria. Mientras esta magia estuviera en efecto, se fundía con las sombras y era capaz de atravesar los árboles. Shirley le había enseñado a Leonis este hechizo, y le había resultado bastante útil a lo largo de los años.

De repente, Leonis oyó un silbido en el aire. Un agudo rayo de luz pasó rozando la mejilla de Lyseria y desapareció entre los arbustos detrás de ellos.

“Un arquero…” Susurró Lyseria.

Los arcos eran un tipo estándar de Espada Sagrada a distancia. Si Lyseria hubiera elegido una ruta con menos cobertura, el arquero le habría disparado. Afortunadamente, este camino indirecto, lleno de curvas y árboles, había resultado problemático para el enemigo. No habían sido capaces de conseguir un tiro limpio.

“¿Esperabas que el francotirador nos apuntara?” Preguntó Leonis.

“No, fue sólo intuición. Tuve la sensación de que tomar esa ruta sería peligroso”.

(Intuición, ¿hmm? Maravilloso). Leonis pensó.

*¡Thwp, thwp, thwp!*

Tres rayos más surcaron el aire. Lyseria pateó el suelo, con sus ojos azul hielo brillando en carmesí por el mana. Esprintó a través de los densos árboles y blandió su espada, detectando con precisión otro proyectil que se acercaba a gran velocidad y cortándolo en pleno vuelo.

“Veo que te estás acostumbrando a usar tu visión vampírica”. Comentó Leonis.

“Es gracias a tu entrenamiento”. Respondió Lyseria.

Los progresos de la joven no se limitaban sólo a un creciente dominio de sus habilidades físicas no-muertas. La práctica contra los esqueletos de Leonis también había mejorado mucho su destreza con la espada.

(Ver el crecimiento de este sirviente mío es fascinante).

Posiblemente desesperado, el arquero disparó otra ráfaga de rayos, los cuales

llovieron sobre Leonis y Lyseria. Sin embargo…

“¡Dimud!” Leonis disparó el sencillo hechizo [Torbellino demoníaco] para desviar los proyectiles.

“¡Aaaaaaaaaaaaah!” Lyseria cargó hacia adelante, cortando los árboles en su camino.

Más allá del follaje cerrado, ella y Leonis encontraron un lugar abierto al pie de una colina. Mirando hacia la cima del montículo, vieron a una chica que sostenía una Espada Sagrada de Tipo-Ballesta. Estaba situada justo al lado de una bandera de punta.

“… ¡¿Cómo ha llegado aquí tan rápido?!” La sorpresa era evidente en el rostro de la francotiradora. Se apresuró a lanzar otro rayo, pero…

“¡Te tengo!”

Lyseria liberó el mana acumulado en sus piernas y saltó en el aire. Aterrizó suavemente en lo alto de la colina y se acercó a la chica de la ballesta. En una batalla cuerpo a cuerpo, Lyseria tenía una clara ventaja.

Desgraciadamente…

“¡Grrrrrrrrr!”

Dos lobos hechos de hielo aparecieron de detrás de las rocas y se abalanzaron sobre Lyseria.

“… ¡¿Seria-san?!” Gritó Leonis, volando hacia la cima de la colina un momento después de ella.

Por reflejo, Lyseria levantó una mano para proteger sus órganos vitales. Uno de los [Frost Wolves]05 le clavó los colmillos en el brazo, congelándolo en el acto

“Heh. Sabía que vendrías aquí, Lyseria Christaria. Y su criado, también”.

En lo alto de las rocas había una chica de ojos azules y cabello rubio platinado… la Capitana del Onceavo Pelotón, Fenris Edelritz.

“… ¡¿Qué haces aquí, Fenris?!” Lyseria alzó la voz sorprendida mientras saltaba hacia atrás para tomar distancia.

Fenris debía estar ocupada con Sakuya, quien estaba cargando contra la base desde una posición más adelantada.

“Naturalmente, he venido a ajustar cuentas contigo”. Respondió Fenris, enroscando un mechón de cabello alrededor de su dedo.

Cinco Frost Wolves se formaron y rodearon a Lyseria.

“No, me refiero a qué sucedió con Sakuya…”

“Heh, heh. Esa chica es bastante fuerte con la espada, pero débil a las distracciones. Creo que algunas de mis mascotas están jugando con ella ahora mismo”.

(… La atrajeron hacia el bosque).

Fenris se había escabullido aquí mientras mantenía a Sakuya abrumada con los Frost Wolves autónomos de su Espada Sagrada. Al permanecer bajo la cobertura de las copas de los árboles, donde habría sido difícil de detectar, utilizó a los lobos para eludir el rastreo de Elfine.

“El bosque es mi escenario preferido para la batalla”. Fenris sonrió con confianza. “Dos de los atacantes más fuertes de mi pelotón deberían estar asaltando tu base mientras hablamos. Elfine-san y tu sirvienta no serán rivales para ellos. La victoria es nuestra”.

“… ¡!”

Era cierto que custodiar la bandera sería difícil para esas dos en solitario. Sin

embargo…

“Sakuya me dijo una vez que una batalla puede decidirse siempre reclamando la cabeza del comandante”. Dijo Lyseria, mirando fijamente a Fenris.

“… ¿Qué estás insinuando, exactamente?”

“¡Que sólo necesito derrotarte antes de que tu equipo gane!” Gritó Lyseria, liberando el mana de su cuerpo. El hielo alrededor de su brazo izquierdo se rompió con un sonido claro y estridente.

“Oh, ¿es ese el pelotón mixto?”

“¿En serio? Tienen un niño con ellos. Deberían saber que esto no es un juego”.

Los estudiantes que pasaban por los asientos de los espectadores se reían mientras veían el encuentro en el monitor. Fue entonces cuando una chica sentada en primera fila se levantó bruscamente.

“… ¡L-Leo definitivamente va a ganar!” Gritó a los espectadores burlones.

(¿Hmm?) Diglasse se encontró sonriendo con curiosidad.

Quien había hablado era una adorable niña de siete… o quizás ocho años de cabello negro hasta los hombros. A juzgar por su atuendo, era una refugiada.

“… ¿Huh? ¿Quién eres tú?” Los estudiantes miraron a la niña con evidente desagrado. Sin embargo, ella no se retractó.

“¡Tessera tiene razón! ¡Leo y Lyseria salvaron nuestro orfanato!” Otra chica, de cabello color nuez, se colocó frente a la niña de cabello negro, como si quisiera protegerla.

“¡M-Millet…!” Un chico con gafas tiró ansiosamente de su brazo.

“¿Qué, son sus amigos o algo así?” Un estudiante masculino se encogió de hombros y volvió a mirar a la pantalla. “Bueno, tengo malas noticias para ustedes. No hay forma de que ganen”.

“Sí. No contra Fenris y el onceavo pelotón”. Otro chico asintió, agitando su mano con desprecio.

Pero entonces…

“Yo diría que estas niñas tienen mejor ojo para esto que cualquiera de ustedes”. Una voz encantadora intervino.

“… ¿?”

Todo el mundo se giró para ver a una chica vestida de sirvienta que ocupaba uno de los asientos de los espectadores y mordisqueaba una rosquilla.

(… ¡¿Cuándo ha llegado aquí?!) Diglasse estaba sorprendida. No había percibido en absoluto la llegada de la chica.

“¡Hmph! ¡Una fracasada como tú no puede esperar ganar contra mí!”

“¡Grrrrrrrrr!”

A la orden de Fenris, los cinco Frost Wolves se abalanzaron sobre Lyseria.

“¡Hyaaah!” Lyseria se agachó y blandió la Bloody Sword. Atravesó una de las construcciones congeladas y, girando en su sitio, estrelló la empuñadura de su arma contra otra. En un movimiento fluido, volvió a adoptar una postura defensiva.

“¿Qué?” Los ojos de Fenris se abrieron con sorpresa ante el rápido y preciso manejo de espada de Lyseria.

(… Tiene experiencia combatiendo con grupos de enemigos después de entrenar contra mis bestias esqueléticas).

“¡Ya no soy un fracaso!” El mana brotó de las piernas de Lyseria mientras se lanzaba hacia adelante.

“… ¡No te dejaré!” La chica de la ballesta, que había estado oculta tras las rocas, disparó un rayo de luz contra Lyseria.

“Qué grosera”. Susurró Leonis, y golpeó su Báculo de los Pecados Sellados contra el suelo. En un abrir y cerrar de ojos, las sombras se deslizaron como serpientes y engulleron el proyectil.

“… ¡¿Huh?!”

[Serpiente Oculta] era un hechizo elemental de un mago de las sombras. Las serpientes sombrías chillaron mientras se enroscaban rápidamente alrededor de la arquera.

“N-Noooo… ¡Mmmg, nnng!”

La chica de la ballesta soltó un grito que rápidamente se redujo a gemidos apagados. Las serpientes de ébano se enroscaron a su alrededor, y se convirtieron en un capullo negro. Con la arquera prácticamente abatida, Leonis dirigió su atención a Lyseria.

Ella había saltado hasta el borde y estaba haciendo caer su Espada Sagrada sobre Fenris.

“¡Aaaaaaaaaaah!”

Lyseria golpeó con el lado sin filo de su espada, lo que significaba que un

golpe directo dejaría inconsciente a Fenris. Sin embargo…

“… ¡Sigues siendo igual de ingenua, Lyseria!” Gritó Fenris, dando un paso atrás para evadir el ataque. Dos Frost Wolves saltaron al lado de Fenris para protegerla.

Lyseria dio otro paso más, pero en ese momento, Fenris lanzó sus manos hacia adelante y gritó: “¡Espada sagrada, Mode Shift! ¡Freezing Knuckles!06

Los dos Frost Wolves se convirtieron en espirales de hielo y aire que envolvieron los puños de Fenris. Al igual que el Drag Howl de Regina, la Espada Sagrada de Fenris era capaz de transformarse en otra arma. Los Frost Wolves de Fenris gruñeron mientras se colocaban sobre sus manos cerradas y bloqueaban el tajo de Lyseria.

“¡Oh, no!” Exclamó Lyseria.

Fenris atrapó la espada de la otra chica con una mano, y lanzó un puñetazo con la otra.

(… A pesar de su aspecto, parece ser una pugilista). Leonis observó. “Kah… ¡Nng…!”

El cuerpo de Lyseria salió volando y luego aterrizó en el suelo con un rebote antes de dar unas cuantas volteretas. No obstante, el agarre sobre su Espada Sagrada no se aflojó… prueba del orgullo de la joven.

A pesar de que Lyseria había sido derribada, Fenris se negó a ceder, lanzándose hacia adelante. “¡Aún no he terminado!”

“… ¡!” Lyseria se puso de pie e intentó retroceder, pero… “… ¡¿Mi pierna…?!”

Un Frost Wolf había mordido una de sus piernas, manteniéndola en su lugar.

“¡Ha, este combate ha terminado!” Exclamó victoriosa Fenris, acercándose a Lyseria mientras blandía sus Freezing Knuckles.

(… Supongo que un poco de ayuda no hará daño).

Leonis, siempre tan blando cuando se trata de su sirviente, comenzó a recitar

un hechizo de magia de las sombras. Sin embargo, antes de completarlo… “… perder…”

Los ojos azules como el hielo de Lyseria parpadearon de color carmesí. Un torbellino de mana se agitó alrededor de su cuerpo.

“… No… puedo perder… aquí”.

Dio un pisotón, aplastando la cabeza de la frígida criatura que mordía su extremidad. Acto seguido, utilizó su fuerza sobrehumana para levantarse de un salto. Lyseria lanzó unos cuantos tajos rápidos y redujo a los otros Frost Wolves a polvo.

“¿Q-Qué…? ¿Qué es esto…?” Exclamó Fenris en shock. Plumas de aire gélido surgieron de sus Freezing Knuckles mientras cerraban posiciones. Sin embargo, la espada de Lyseria desvió hábilmente los puñetazos.

“Siempre… te he admirado. Siempre me esforcé por estar a tu altura…” “… ¡¿?!”

La Bloody Sword de Lyseria empezó a brillar con un tono carmesí. Por mucho tiempo, ella había sido la chica que había fallado en ser un Espadachín Sagrado. Había anhelado durante años ser un Caballero y proteger a aquellos que lo necesitaban, pero nunca había despertado el poder de una Espada Sagrada. Sin embargo, todo eso había cambiado recientemente.

Ahora, Lyseria era un Espadachín Sagrado, persiguiendo a su rival a mayores alturas. Si bien nadie esperaba nada de ella, nunca dejó de intentarlo. A pesar de las burlas y los comentarios mordaces, Lyseria perseveró.

(Mis expectativas para ella no estaban equivocadas). Leonis asintió con confianza para sí mismo.

Una Reina Vampiro era el miembro de más alto rango en la jerarquía de los no-muertos. Aunque eso era importante, era erróneo atribuir la victoria de hoy únicamente a ella. La verdadera fuente de la fuerza de Lyseria era su voluntad de hierro.

La Bloody Sword de Lyseria destrozó los Freezing Knuckles de Fenris.

“Ella es mi sirviente. Mi mano derecha”. Murmuró Leonis con orgullo.

“Seria ojou-sama, ¡estuvo tan, pero tan increíble! ¡Hemos vencido al onceavo pelotón! Es el mayor acontecimiento en la historia de la academia desde… ¡desde que se fundó!”

El Decimoctavo Pelotón estaba reunido en el pasillo de una enorme instalación construida junto al campo de entrenamiento. Regina había envuelto a Lyseria en un abrazo y celebraba con emoción.

“No lo he hecho sola. Hemos ganado como equipo”. Lyseria le devolvió el abrazo a Regina con una suave sonrisa en su rostro.

Tomar la bandera del equipo contrario y noquear a su líder, Fenris, le había dado al Decimoctavo Pelotón los puntos suficientes para ganar el encuentro de entrenamiento. Este fue un momento cumbre para Lyseria y los demás.

La siguiente batalla ya estaba empezando en el campo, así que el grupo se dirigió a la Casa de Baños Undine para relajarse y celebrar su victoria.

“Además, no debemos dejar que esta victoria se nos suba a la cabeza. Si Fenris no se hubiera obsesionado tanto con vencerme y se hubiera quedado en su posición original, no habríamos ganado”.

“Es usted tan responsable, Seria ojou-sama…” Dijo Regina, liberando finalmente a su amiga de otro abrazo. “Pero realmente, esta es una gran victoria para nosotros. Tal vez instalen un jacuzzi en nuestro dormitorio”.

“Antes de que hagan eso, me gustaría que arreglaran el aire acondicionado de la sala de estar”. Lyseria respondió encogiéndose de hombros.

“Lo siento, todo el mundo. Fui directo a la trampa del enemigo”. Murmuró una chica de cabello azul, con sus hombros caídos en señal de disculpa. Era Sakuya Sieglinde. Llevaba el traje tradicional de la Orquídea Sakura sobre su uniforme de la Academia Excalibur.

“No, Sakuya, lo has hecho bien”. Respondió Lyseria.

“Es verdad. Puede que te hayan atraído al bosque, pero has vencido a su especialista en trampas tú sola”. Una chica algo mayor, de cabello negro, que caminaba junto a ellas, añadió animadamente. Se trataba de Elfine Phillet, la operadora del Decimoctavo Pelotón y la confiable Onee-san del equipo.

“Eso fue sólo una casualidad. Estaba cazando a los lobos de Fenris cuando me encontré con ella. Tuve suerte”.

“No, si acaso, ella fue desafortunada al toparse contigo”. Corrigió Elfine.

Cuando se trataba de combate cuerpo a cuerpo, pocos estudiantes podían enfrentarse a Sakuya. “Aww,  me  hubiera  gustado  tener  la  oportunidad  de  brillar  también”.

Refunfuñó Regina.

“Si me preguntas, tu mera presencia en nuestra base fue un gran elemento disuasorio. Los atacantes del otro bando tuvieron que actuar con cautela”. Dijo Lyseria.

“Bueno, si hubieran intentado algo, estoy segura de que habría sido capaz de abatirlos”.

“Y tú venciste a la arquera, Leo-kun”. Lyseria se giró entonces para mirar a Leonis. “Felicitaciones por tu primera victoria en un encuentro de entrenamiento”.

“Sólo lo conseguí porque la tenías distraída, Seria-san”. Leonis se encogió de hombros y negó con la cabeza. “Todo lo que hice fue tomar ventaja de la apertura que hiciste para mí”.

(Honestamente, no había planeado derrotar a ninguno de ellos).

Aun así, Leonis no había podido resistirse a presumir delante de su sirviente favorito… una mala costumbre de sus días como Rey Demonio.

“Maaa. Me habría encantado ver luchar a Leo”. Dijo Regina con envidia. “Elfine-senpai, ¿puedes mostrarme la grabación del Eye of the Witch más tarde?”

“No hay problema. ¿Oh? En realidad, espera un segundo”. Respondió Elfine, su expresión se volvió seria por un momento mientras activaba su terminal de comunicación. “Lo siento, mi gato me llama. Me reuniré contigo más tarde, ¿de acuerdo?” Elfine juntó las palmas de sus manos en señal de disculpa y se fue corriendo por el pasillo.

“… ¿Un gato?” Leonis ladeó su cabeza.

“Sí, Elfine cuida de un gato”. Dijo Lyseria. “Aparentemente, se siente solo con bastante frecuencia, por lo que cuidar de él ha sido difícil”.

“Sin embargo, no he visto ningún felino en los alrededores del dormitorio”.

Comentó Leonis.

“Se pasea por las instalaciones de la academia. Elfine le permite vagar libremente la mayor parte del tiempo”. Explicó Lyseria.

“Oh, eso me recuerda, he oído que has empezado a criar un perro callejero recientemente, Sakuya”. Intervino Regina.

“No, no estoy cuidando a Fluffymaru el Negro…”

Fue entonces cuando Leonis sintió un tirón en su manga.

“Ven aquí, chico”. Le indicó Regina.

“… ¿Huh?” El Rey Demonio logró superar su sorpresa.

“Veamos, todavía tienes sólo diez años, ¿no?” Dijo Regina, señalando con su pulgar en dirección al baño de mujeres. “El reglamento de la Academia dice que los niños menores de diez años tienen que bañarse con sus tutores”.

“¡E-Espera, yo…!” Leonis trató de protestar.

“Tiene razón, Leo-kun”. Añadió Lyseria. “Me preocupa que te bañes solo.

Podrías romper algo en la bañera”.

“¡No lo haré!” A pesar de sus protestas, Leonis había roto una vez la ducha por no saber cómo usarla.

“Además, siempre te enjuagas rápido cuando te bañas solo. Hoy tienes el cabello lleno de arena, así que quiero asegurarme de que lo laves todo”.

“¿H-Huh? ¡E-Espera, Seria-san, yo…!”

“Está bien, niño, no más berrinches”. Regina se rió maliciosamente mientras empujaba a Leonis hacia Lyseria.

“¡Grrr…!” Refunfuñó Leonis mientras era prácticamente arrastrado al baño de mujeres.

Una capa de vapor blanco flotaba en el interior de la Casa de Baños Undine. Era una estructura elíptica equipada con múltiples instalaciones, que incluían una sauna, un baño frío y una sala de vapor. La pared de azulejos pulidos tenía un diseño que representaba paisajes naturales de antes de la invasión del Vacío.

Y en una esquina de este auténtico paraíso… “¡Tu piel es tan clara, chico!” “¡Leo-kun, deja de forcejear!” (¡¿Cómo ha llegado mi vida a esto?!)

Habiendo sido desnudado por Lyseria y Regina, Leonis estaba sentado en un taburete de baño, absolutamente al límite de su paciencia.

El calor de sus mejillas se debía a algo más que al agua caliente.

“No podemos lavarte si estás encorvado así, chico. Bien, ¡arriba!” Regina, que se había desatado sus coletas para soltarse el cabello, agarró los brazos de Leonis y los levantó.

“… ¡¿?!” El Rey Demonio pudo sentir la piel húmeda presionando su espalda. Un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando Regina le levantó los brazos.

“Hee, hee. ¿Qué pasa, chico? ¿Avergonzado?”

“R-Regina-san, puedo… Puedo lavarme por mí cuenta…” Leonis se esforzó por responder, pero su voz era tan dócil y aturdida que el sonido producido por el agua que corría la ahogó.

(Yo… soy un Rey Demonio… ¡Un Rey Demonio que dirigía legiones de no muertos, conformadas por diez mil soldados!) Leonis intentó hacer acopio de su fuerza de voluntad, recordando desesperadamente su poderoso estatus.

*Frotar, frotar. Frotar, frotar, frotar*

Una esponja frotó suavemente la piel, cubriendo su cuerpo con burbujas de jabón.

“Regina, su cuerpo ya está limpio”. Dijo Lyseria.

“De acuerdo, de acuerdo. Entendido, Seria ojou-sama”. Respondió Regina. Finalmente se apartó de Leonis, quien dio un gran suspiro de alivio. Por desgracia, el alivio duró poco.

“Leo-kun, cierra los ojos. No querrás que te entre shampoo en ellos”.

Esta vez, los delicados dedos de Lyseria comenzaron a enjuagar su cabello. Las yemas de sus dedos se sentían extrañamente frías, probablemente porque era un vampiro.

“Erm… Escucha, puedo hacerlo yo mismo…”

“No”. Lyseria lo rechazó rotundamente. “No eres lo suficientemente minucioso”.

“Ugh…”

En la época en la que Leonis era el Rey No Muerto, nunca se había bañado. En su lugar, se limitaba a dormir en un ataúd. Por lo tanto, había olvidado cómo lavarse.

“Tu cabello está un poco encrespado, Leo-kun”. Susurró Lyseria, claramente divirtiéndose mientras esparcía el shampoo espumoso y lo frotaba en su cabeza. “Dime si hay algún lugar que te pique, ¿de acuerdo?”

“Estoy… bien…” Leonis respondió, mientras tragaba con nerviosismo.

(Odio admitirlo, pero esta limpieza se siente agradable). Era un dulce adormecimiento que arrullaba a Leonis en un sueño tranquilo.

“Sakuya, déjame lavarte la espalda…” Regina, que se había quedado sin nada que hacer, se puso detrás de Sakuya.

“No, p-puedo arreglármelas sola…”

Sakuya, que normalmente se mostraba despreocupada e indiferente, rechazó su sugerencia con una inusual timidez.

“… ¿? Oh, Sakuya…” Regina sonrió maliciosamente. “¿Tu…?”

Y entonces…

“¡¿Aaaaah?!”

Regina agarró los pechos de Sakuya por detrás.

“Lo sabía. Volvieron a crecer un poco más. Mis ojos de halcón no mienten, chica”.

“… Aaaah, eso no es… R-Regina, ¡idiota!” Sakuya, con el rostro enrojecido, lanzó una lluvia de golpes juguetones sobre Regina.

“¿No estás de acuerdo, Leo?” Preguntó Regina.

“¿Huh?”

Ante la pregunta, Leonis levantó su rostro, sacudiéndose de su siesta. Antes de saber lo que estaba pasando, vio los pechos de Sakuya ocultos tras una fina capa de jabón.

“… ¡!” Sakuya dejó escapar un grito ahogado. Rápidamente se cubrió el frente con una toalla de baño, con el rostro enrojecido.

Seiken Gakuin no Maken Tsukai Volumen 3 Capitulo 2 Novela Ligera

 

“¡L-Lo siento!”

“… E-El… v-vio… mis… pechos…”

“No, es solo que, erm… Eres… muy bonita, así que…”

“… ¡Tú!” Haciendo un mohín con sus encantadores labios, Sakuya miró a Leonis con reproche. Rápidamente cogió una toalla de la parte superior de un estante y la envolvió alrededor de los ojos de Leonis.

“S-Sakuya-san, ¿qué estás…?”

“Puede que seas un niño, pero esto es… ¡Esto sigue siendo demasiado indecente!” Sakuya recuperó la compostura y ató la tela con fuerza alrededor de la cabeza de Leonis.

“Sakuya,  no  tienes  que  preocuparte.  Sólo  es  Leo-kun.  No  pasa  nada.

¿Verdad, Leo-kun?” Presionó Lyseria, dirigiéndole una pesada pregunta.

“¡N-No me importa! Cubre mis ojos, por favor”. Leonis asintió con desesperación.

Un ángel con alas tan negras como la noche se elevó, para después descender a una oscuridad rodeada de innumerables rejillas.

Era la cuasi-red producida por las partículas de mana… Astral Garden07.

Este espacio virtual que unía los Assault Gardens fue creado hace sesenta y cuatro años por el Proyecto de Integración Humana. Inicialmente era un secreto militar altamente clasificado, pero había sido revelado a las Academias en años recientes.

De todos los lugares de este mundo moribundo, Astral Garden era el único fuera del alcance de los Void. Y en este mundo definido por una red de luz, ella podía moverse libremente. Llevaba un sensual vestido con un pronunciado escote en V. Cualquiera que conociera su conducta recatada habitual se quedaría sin palabras si la viera ahora.

Era la Reina de la Noche… Elfine Phillet. Este era su otro yo, la cara que nunca mostró en la academia. Disfrutando de la sensación de libertad, aterrizó en una de las rejillas.

“Ven, Cait Sith”. Llamó.

Un gato negro apareció ante ella y maulló en señal de saludo. Esta criatura, Cait Sith, era el Elemental Artificial personal de Elfine, uno que existía en la red. Elfine lo había creado refinando uno de los orbes de su Espada Sagrada, Eye of the Witch.

Fue este gato Elemental Artificial quien le había llamado antes. Aparentemente, la sede de la Compañía Phillet en la Capital Imperial había descubierto algunos datos sospechosos en la red.

La Compañía Phillet era la principal autoridad en la producción de dispositivos mágicos, así como en la investigación y producción de Elementales Artificiales.

(El espíritu utilizado en el ataque terrorista era una de las creaciones de la Compañía Phillet).

Normalmente, la única que podía controlar el espíritu del Hyperion era la princesa Altiria. Pero el espíritu que los portadores de Espada Demoníaca habían traído a bordo consiguió hacerse con el control de la nave. Regina, que poseía la sangre de la Familia Real, se las había arreglado para recuperar el control de la nave, pero si no lo hubiera hecho, el Hyperion habría cargado directamente contra un Arrecife del Vacío.

(Si esos usuarios de Espada Demoníaca están conectados de alguna manera con la casa del Duque Phillet…)

Elfine había investigado el asunto estos últimos días y había descubierto algunos movimientos de fondos poco claros dentro de la Compañía Phillet. Sin embargo, no había sido capaz de averiguar nada más preciso que eso. Una poderosa barrera custodiaba el sector central, de carácter ultra-secreto.

Cait Sith le maulló a Elfine, y un cubo negro se manifestó frente a ella.

“¿Esos son los datos sospechosos?” Elfine se inclinó hacia delante y pinchó con cuidado la superficie del cubo. El objeto se deshizo en un patrón geométrico, y la información condensada dentro de la forma fluyó en la mente de Elfine. Dentro de ese torrente de datos, encontró un nombre de archivo asegurado y bloqueado.

“… ¿Proyecto D?” Elfine leyó con duda.

Proyecto D. ¿Qué significaba la D?

(Tengo un terrible presentimiento sobre esto…)

De repente, una alarma estridente sonó en la cabeza de Elfine.

(… ¿Una llamada urgente? ¿En un momento como éste…?)

Elfine se apresuró a cortar su conexión con el Astral Garden.

“…”

Se quitó el pequeño accesorio que había colocado sobre su cabeza y dejó que su elegante cabello negro fluyera detrás de ella. Usando sus dedos para cepillar sus mechones desordenados, Elfine soltó un pequeño suspiro. Se encontraba en la Sala de Control de Información de la Academia Excalibur, una instalación única que utilizaba una gran terminal de datos de grado militar.

La escuela registraba todos los accesos a la red, pero el Eye of the Witch le permitía a Elfine ocultar fácilmente sus actividades.

(¿Un contacto urgente de la oficina de administrativa? ¿A qué viene todo esto?)

Frunciendo el ceño con desconfianza, Elfine miró el terminal que había sobre la mesa. Inmediatamente, sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa.

“… ¡¿Qué?!”

*Frotar, frotar. Frotar, frotar*

“No tienes que estar tan tieso, Leo-kun”. Dijo Lyseria con una sonrisa irónica desde su lugar detrás del Rey Demonio.

“… ¡!” Leonis pensó que el hecho de tener los ojos vendados lo haría sentirse más tranquilo, pero pronto se dio cuenta de lo grave que era ese error.

El sonido de la respiración le hizo cosquillas en sus oídos. La sensación de las suaves yemas de los dedos contra su cuerpo hizo que sacudidas de placer recorrieran sus nervios.

“Khh… Ahh…” Exhaló en duros jadeos muy a su pesar.

Tener la visión bloqueada hizo que sus otros sentidos fueran mucho más agudos.

“¿Estás bien, Leo-kun? ¿Te duele en algún lugar?” Preguntó Lyseria. “E-Estoy… Estoy bien…”

“Hee, hee. ¿Qué, está tan oscuro que tu imaginación está trabajando horas extras, chico?” Regina se rió y sopló en el oído de Leonis.

Seiken Gakuin no Maken Tsukai Volumen 3 Capitulo 2 Novela Ligera

 

*Boing, boing*

Leonis también sintió que algo marcadamente suave presionaba contra su antebrazo.

“R-Regina-san, deja de burlarte… Haaah… Ahh…” “Ah, acabas de gemir como una chica. Qué lindo”. (¡Lo estás haciendo a propósito, maldita sirvienta!) Leonis gimió, atrapado en el ébano de la ceguera. “Ahora, voy a lavarte la parte delantera, Leo-kun”.

“¡¿S-S-Seria-san?!” Leonis se puso rígido como si le acabaran de echar una maldición de petrificación.

Sin embargo, antes de que sucediera algo más, un terminal de comunicación empezó a sonar. Era uno de los dispositivos en forma de pendientes que llevaba Lyseria.

“¿Un llamado urgente de la oficina administrativa? ¿Qué ha pasado?” Susurró Lyseria, deteniendo sus dedos a lo largo de la espalda de Leonis.

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