Dungeon ni Deai o Motomeru no wa Machigatteiru Daro ka Familia Chronicle (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: ¡Aplastar al Grand Casino!

Parte 2

 

 

Al día siguiente, Ryuu estaba trabajando con su uniforme de camarera habitual cuando un solo cliente vino al restaurante y se sentó en una mesa de la esquina. El tiempo era por la tarde.

Esto solía ser cuando el balance de clientes cambiaba, dejando a pocos huéspedes normales en la taberna.

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Sorprendida de que ya había aparecido, Ryuu caminó hacia ella sosteniendo un menú.

  • ¿Qué te gustaría?

—Un té negro. Después de eso, ya que estoy sola, también me gustaría a alguien con quien hablar un poco.

La hermosa mujer con cabello y lentes color aguamarina se portaba con un comportamiento refinado.

Asfi Al Andromeda. Ella era una fuerza influyente en Orario que reclamaba neutralidad mientras manejaba una red de información con un alcance más amplio que cualquier otra persona. Ella también era la líder de la Familia Hermes.

El desvío que Ryuu había hecho la noche anterior fue una visita a la casa de la familia de Asfi. Había dejado dentro de la puerta herméticamente cerrada una carta que contenía una solicitud por escrito dirigida a Perseo. Lo había firmado con el nombre de Lion.

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Ryuu se retiró a la cocina con el pedido y rápidamente regresó con una taza humeante.

—No pensé que vendrías tan rápido. ¿Lo hiciste ya…?

—Sí, investigué la ubicación de esta Anna Kreiz de la que escribiste; Respondió Asfi, bebiendo su té con elegancia.

El contenido de la carta de Ryuu era una solicitud de información sobre Anna Kreiz, específicamente el paradero de la chica que había sido llevada al Mercado.

—Te lo debía. Al final del día, esto es todo porque Hermes estaba causando problemas; Asfi suspiró mientras se quejaba. —Un trabajo es un trabajo, y no me gusta deber a las personas. Esto es solo pagar una deuda, nada más, nada menos. Obviamente, tampoco necesito una recompensa.

Ella dejó clara su posición para que no hubiera malentendidos—su motivación era puramente comercial y no un gesto de buena voluntad.

—Gracias, Andrómeda.

—Vamos.

Asfi se cambió las gafas para ocultar su vergüenza ante el sincero agradecimiento incluso después de lo que acababa de decir.

 

—Tal como escribiste en tu carta, el Mercado, o más bien la corporación, se hizo cargo de Anna Kreiz. Sin embargo, cuando investigué, ella ya había sido vendida.

  • ¿Al Barrio del Placer?

El Mercado sirvió como una puerta de entrada a la red de distribución de la ciudad. Varios bienes pasaron por aquí en su camino dentro o fuera de Orario. La venta de personas al Barrio del Placer fue un secreto bien guardado, aunque sucedió con gran frecuencia. El Gremio hizo la vista gorda a estas prácticas.

La cara de Ryuu se tensó cuando Asfi respondió con una voz suave.

—No fue el Barrio del Placer. Lion, no sé en qué has metido la nariz, pero sería mejor que no te involucraras más.

—Estás andando por las ramas, Andrómeda. ¿Quién la compró?

Los ojos azules de Asfi se estrecharon detrás de sus gafas mientras el tono de Ryuu se endurecía.

—El que compró a Anna Kreiz fue de uno de los casinos.

—¡!

Ryuu se quedó con los ojos abiertos.

—… ¿Un casino en el distrito comercial? Eso no es cualquier sala de juego…

—Sí. Debido a la inversión de fuentes fuera de la ciudad e incluso más allá del país, ha crecido demasiado. El juego es la industria más grande de la ciudad después de los objetos de piedra mágica. El Gremio no tiene supervisión allí, por lo que es el único lugar en Orario que la ley no puede alcanzar.

En el pasado, a Orario, a menudo llamado el Centro del Mundo, le faltaba una cosa—el entretenimiento. Con el fin de satisfacer las demandas insistentes de las deidades, las autoridades de la ciudad acogieron con beneplácito el capital extranjero y los conocimientos técnicos de Mayrustra, el País de la Ópera; la Ciudad del Paraíso, Santorio Vega; Y otros países o ciudades famosas. Gracias a eso, se han construido innumerables opciones de entretenimiento en el distrito comercial. Los más destacados fueron el teatro y los casinos.

Dentro de Orario, donde se reunían personas y bienes de todo el mundo, esas instalaciones terminaron creciendo mucho más allá del control de la ciudad donde se establecieron. El negocio estaba en auge, y los lugares de entretenimiento estaban listos para superar a la industria de productos de piedra mágica de la que Orario estaba tan orgulloso. En este punto, el Gremio tuvo que caminar ligeramente alrededor de ellos. En consecuencia, las entidades extranjeras que originalmente habían proporcionado el capital de inversión tenían una supervisión completa. Era justo decir que estas áreas eran extraterritoriales.

—El casino del que estoy hablando cuenta con la cooperación del Gremio, y ha contratado a la Familia Ganesha para la seguridad.

—…

—La infiltración no es factible. E incluso si eso se pudiera hacer, definitivamente te atraparían. No es posible, Lion. Incluso para ti.

Este casino en particular era el lugar donde los aventureros de clase alta, los dioses y los ricos que visitaban desde fuera de la ciudad gastaban su dinero. Si algo les sucediera a los clientes más ricos, el prestigio y la reputación de la ciudad se verían afectados. Fueron empleados aventureros fuertes para mantener alejado a cualquier persona que no estuviera debidamente autorizada. La Familia Ganesha contaba con muchos aventureros de primera clase y fue una de las facciones más destacadas de Orario. Para un aventurero de segunda clase de nivel 4 como Ryuu, sería difícil evadir a sus guardias, y en caso de que fuera una pelea, no terminaría fácilmente.

Intercambiando miradas con Asfi, Ryuu se quedó en silencio por un momento.

—Antes que nada, considere que si ocurre un escándalo, incluso podría convertirse en un problema diplomático. Orario puede actuar como si estuviera seguro, pero… bueno, en ese momento puedes llamarlo el problema del Gremio…

—Hay sucursales de casinos de varios países en el distrito comercial. ¿Cuál la compró?

—El Dorado Resort— el más grande en Santorio Vega. Es conocido como el Gran Casino de Ciudad Paraiso.

La cara de Ryuu finalmente se arrugó en una mueca. El Dorado Resort era el casino más poderoso de Orario.

—El que compró a Anna Kreiz fue el propietario, un enano llamado Terry Cervantes. Parece que él fue el que tiró de las cuerdas detrás de la Corporación, así como también de los rudos de la calle.

En otras palabras, él fue quien primero vio a Anna y trabajó detrás de escena para evitar sospechas.

—El Dorado Resort… Terry Cervantes; Ryuu susurró los dos nombres.

—Un consejo, Lion. Es mejor que no te involucres.

Al terminar la conversación, Asfi dejó su pago en la mesa y salió del restaurante. Ryuu permaneció sentada, observando en silencio a Asfi alejarse.

—… Oye, Ahnya, ¿sabes de lo que Ryuu habló con ella?

—… Si nya… ¿Escuché algo sobre un casino, nya?

Syr observaba a Ryuu desde la entrada de la cocina. Estaba lavando platos con Ahnya, cuyas orejas de gato temblaban. Mirando levemente hacia el techo, Syr murmuró.

—Un casino, ¿hmm…?

***

 

 

Dos días después, Ryuu se perdió.

Sus pensamientos seguían andando en círculos mientras realizaba sus tareas en el restaurante. Pero no fue porque vacilaba en entrar al casino.

Podría abrirme paso en la parte trasera del edificio desde el lado del Barrio del Placer… No, eso no funcionará. Escuché que la seguridad se ha fortalecido después de que otra familia intentó ingresar. Desenterrar desde abajo tampoco es realista…

De hecho, era todo lo contrario. Ryuu estaba completamente comprometida a ayudar a este total desconocido. Para financiar su campaña, cambió las piedras mágicas y los objetos que había estado guardando a un intermediario, y había hecho un buen progreso en la recolección del equipo necesario. Ella no había pensado en lo que pasaría después de la ruptura.

—Deja de pensar en cosas complicadas; Ryuu estaba siendo fiel a los consejos de su vieja amiga.

Lo único que le preocupaba era la cuestión de dónde irrumpir en el casino.

Por la noche, después de la puesta de sol, estaba atravesando innumerables escenarios en su mente mientras llevaba los cubos apilados con basura al callejón detrás de la taberna.

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—¿…?

El sonido de personas hablando a la vuelta de la esquina en el callejón al lado de la taberna la alcanzó. Sorprendida de que reconociera una de las voces, Ryuu se asomó por la esquina.

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—Entonces tomaré esto…

—Si muchas gracias.

Vio a Syr inclinando la cabeza, agradeciendo a alguien. La otra persona había terminado su parte en la conversación y se había ido, lo suficientemente lejos como para que fuera difícil distinguir su forma en la penumbra. Todo lo que Ryuu podía ver era una cola delgada en el borde de su visión, probablemente de una persona con problemas de gatos.

  • ¿Syr?
  • ¡Oh, Ryuu!
  • ¿Qué estás haciendo aquí?
  • ¡Ryuu, mira esto!

Esquivando la pregunta, Syr levantó con entusiasmo una hoja de papel para que ella la viera. Era una carta con una hoja de oro llamativa sobre un fondo blanco. Parecía una invitación a un baile.

—Syr, ¿qué es eso?

  • ¡Una invitación de un casino! ¡Alguien me lo dio!

La siempre tranquila Ryuu no pudo evitar mostrar su sorpresa por un momento.

  • ¿¡Qué!? … ¿Qué quieres decir, Syr?

—Por casualidad escuché tu conversación el otro día. Pensé que probablemente sería inútil, pero traté de preguntarle a un conocido si es posible entrar. Y luego…

—… Increíble.

—Jajaja. Pero si tienes esto, puedes ir al casino, ¿verdad?

Ciertamente, si Ryuu tenía una carta de invitación con un pase, entonces ella podría ingresar al Grand Casino normalmente desde el frente sin forzar. Ryuu seguía mirando hacia atrás y adelante entre la letra y una sonriente Syr.

—Parece que si no eres rico, no puedes entrar… Mi conocido dijo “aparenta ser la persona a quien esto fue dirigido”. Aparentemente, es un conde de un país pequeño.

—… ¿Fue la persona animal de antes la que arregló esto? ¿Fue un hombre…?

—Eh-heh-heh. Trabajando en esta taberna, terminas haciendo amigos…

Originalmente, se suponía que la invitación había ido a un VIP en otro país. Sin embargo, cuando Ryuu intentó indagar más sobre quién lo había traído, Syr solo sonrió y eludió la pregunta.

¿Qué tan grande es el club de fans de esta chica?

El misterio que rodeaba a Syr volvió a profundizarse. Ryuu sabía que estaba bien conectada, y a menudo recibía críticas estelares de deidades masculinas que amaban su calidad sin pretensiones desde que comenzó a trabajar como recepcionista de la taberna.

—De todos modos… ¿está bien si voy contigo, Ryuu?

—¿¡Qué…!?

—¡Siempre quise ver cómo era un casino, solo una vez~~! En esa última bomba, Ryuu finalmente alzó la voz.

—Espera un minuto, Syr. Incluso si realmente quieres ir, ¡eso es solo…!

—Pero mira, la invitación dice “para el conde y su esposa, la condesa” allí. Si solo va una persona, parecerá sospechoso.

—…

Syr levantó la página y señaló dónde estaban escritos los nombres de los destinatarios. Ryuu respiró hondo, incapaz de discutir. Ella recordó lo que Chloe y Ahnya habían dicho antes.

—Ella parece normal, pero eso es una mentira. Syr es una bruja, nya.

Ryuu se vio obligada a aceptar. Syr supuestamente era solo una chica normal de ciudad, pero ella ya estaba dos pasos adelante.

—Muy bien. No puedo elegir mis métodos, asi que contaré contigo.

—¡Sí!

—Sin embargo, no te alejes de mi lado, no importa qué. Este va a ser un trabajo peligroso.

—¡Sí, señora!

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Se sintió enferma otra vez después de escuchar la respuesta encantada de Syr. Mirando de reojo a la chica alegre, comenzó a modificar su plan antes de darse cuenta de que había una palabra en la explicación de Syr que ella había pasado por alto.

—¡Espera un minuto! Syr, dijiste “y su esposa”. ¿No quieres decir que…?

Syr simplemente sonrió dulcemente mientras Ryuu parecía agitada por una vez.

***

 

 

El sol se había puesto detrás de una cadena montañosa distante mientras la noche se desplegaba desde el cielo oriental. En un abrir y cerrar de ojos, Orario se vio envuelto en el crepúsculo. Visto desde arriba, no se puede culpar a nadie por confundir la Ciudad Laberinto con un mar de estrellas. Iluminada por innumerables lámparas de piedra mágica, la ciudad se puso la máscara que llevaba por la noche.

Las chicas de la taberna se paraban frente a sus respectivas tiendas y pedían clientes, mientras que las esquinas de las calles se desbordaban con el sonido de los bardos cantando y tocando sus cuerdas o los vientos de madera. El olor de la carne a la parrilla se mezclaba con el humo que emana de los bares. Los aventureros regresaban del calabozo y los trabajadores que terminaron con el trabajo mezclado en la Calle Principal, bebiendo y divirtiéndose para cerrar sus días. Por encima de todo, las deidades excitables que amaban a sus hijos también estaban fuera de casa. La noche en Orario acababa de empezar.

En medio de eso, la Puerta Sur de la muralla de la ciudad se abrió. Una larga columna de carros y asistentes procedía desde la Calle Principal del Sur desde el exterior.

Los carros ricamente decorados que pasaron por el punto de inspección y entraron a la ciudad eran asombrosamente lujosos, y los semihumanos que salieron de ellos vestían ropa elegante. Los visitantes se dispersaron por los hoteles, los teatros, varios bares de clase alta y en otras partes del distrito comercial, todos y cada uno de ellos con elementos de riqueza extranjera.

Una vez a la semana, Orario abriría la Puerta Sur para dejar entrar a los ricos de todo el mundo. Esta fue la única política del actual líder del Gremio—invitar a personas adineradas de fuera de la ciudad, permitirles concentrarse a medida que gasten su dinero y luego cosechar los beneficios económicos. Por supuesto, hubo un estricto control de seguridad además de la tarjeta requerida para ingresar a la ciudad. Después de eso, los carruajes continuaron en Orario uno tras otro, llevando mercaderes, aristócratas o personas con riqueza y estatus.

Dentro del punto de control, un carruaje se unió a la Calle Principal desde un callejón trasero, convirtiéndose en otra parte más de la larga procesión. El carruaje pretendía venir desde afuera de la puerta, luciendo exactamente igual que el resto mientras esperaba su turno para avanzar hasta que finalmente se detuvo en una esquina en el distrito comercial.

Después de abrir la puerta, un elfo en un esmoquin se retiró, con su cabello de color verde claro perfectamente peinado de manera digna. Un gran parche en el ojo cubría su ojo izquierdo y la mitad de su cara, evocando la imagen de una cierta deidad de la forja. Incluso en medio del distrito comercial, donde varios aristócratas deambulaban, se destacó, exudando un encanto misterioso. Las damas fueron arrastradas mientras el hombre guapo, o más bien la elfo que llevaba ropa de hombre, tomó la mano del carruaje.


—Jee-Jee, gracias, querido.

—Por favor, deja de molestarme, Syr.

—Pero si no actuamos como un verdadero esposo y esposa, las otras personas podrían darse cuenta, ¿no?

Vestida con un vestido de noche, ella tomó la mano de Ryuu y se retiró. Syr sonrió como si se estuviera divirtiendo, para nada tímida por interpretar el papel de la joven novia por la noche. Por otro lado, Ryuu lamentó haber seguido el plan para hacerse pasar por el conde y la condesa.

—Más importante aún, ¿no es ese vestido un poco atrevido?

—¿Eso crees? Le pedí un favor a un comerciante y lo preparé en secreto, pero…

El precio del vestido largo de noche de Syr, combinado con el esmoquin de Ryuu, los había retrasado bastante en las tarifas de alquiler. No hace falta decir que su atuendo era especialmente revelador. Sus delgados hombros y espalda estaban desnudos, además de que su pecho estaba apenas cubierto. Normalmente, su escote no parecía tan grande, pero en ese vestido, todo estaba muy visible. A Syr no parecía importarle que todos la miraran, pero Ryuu estaba preocupada por las miradas lascivas. Syr se rió cuando los hombres se dispersaron en un instante bajo la aguda mirada de Ryuu.

—Como alguien que trabaja en un restaurante, nunca hubiera pensado que tendría la oportunidad de usar algo tan elegante.

La estola larga y delgada que colgaba entre sus codos se mecía con la brisa.

Syr había cambiado su peinado normal por uno más apropiado para una fiesta de la noche, cambiando el tocado blanco de su camarera por un costoso adorno para el cabello. Pero la persona debajo de todos los accesorios fue clave. Con solo un poco de maquillaje, cualquiera que no lo supiera mejor confundiría fácilmente a esta chica de al lado con una mujer noble. Syr estaba demasiado ocupada disfrutando de la atención como para darse cuenta de lo atractiva que parecía.

Si no la protejo… Ryuu por un momento pareció un caballero, y se preparó mentalmente para la tarea que se había propuesto.

  • ¡Mira esto, Ryuu! ¡También preparó este abanico para mí!

—No olvides para lo que estamos aquí, por favor.

Syr había sacado un vibrante abanico púrpura y parecía estar jugando, y Ryuu trató de recordarle su misión. La chica local sacó la lengua justo antes de disculparse. Lamentando su destino, Ryuu tomó el brazo de Syr, y entonces comenzaron a caminar. La entrada a su objetivo era una enorme puerta de entrada arqueada construida para enfrentar la Calle Principal.

—Veamos… Hoy, eres el conde Ariud Maximilian, y yo soy la condesa Siréne Maximilian, su esposa.

—Maximilian…

Ryuu repitió el nombre de manera aturdida junto a Syr, ya que sus alrededores se volvieron aún más animados con tanta gente alrededor. Había visitantes vestidos de forma extravagante que se pavoneaban en sus joyas y pieles, mientras que muchas personas animales de aspecto robusto y guardaespaldas enanos podían verse. Desde la Puerta Sur hasta el Parque Central, ubicado en el centro de la ciudad, los trabajadores del Gremio y los miembros de la Familia Ganesha se ubicaron alrededor de cada establecimiento principal a lo largo de la Calle Principal Sur.

Esa es Shakti… Entonces ella también está aquí. Ryuu había estado mirando casualmente a su alrededor cuando notó a una mujer hermosa y familiar de cabello azul que era la líder de la Familia Ganesha. Finalmente, Ryuu y Syr llegaron al arco.

  • ¿Podría por favor mostrarme su carta?

—Por supuesto. ¿Esto servirá, no?

Syr mostró la invitación al humano de uniforme en la puerta. El hombre miró los papeles y los saludó a ambos con una sonrisa.

—Es un placer darle la bienvenida, Señor Maximilian. Por favor, tenga una noche maravillosa.

Ellas pasaron junto al empleado, así como a la formación de miembros de la Familia Ganesha que miraban hacia afuera, mientras cruzaban el umbral del arco. Dentro de la gran plaza, había una fuente gigante rodeada por un grupo de edificios ornamentados que se destacaban con lámparas de piedra mágica multicolores.

Lejos del día a día, este era un paraíso para los jugadores. Ryuu y Syr se dirigieron hacia el resplandeciente casino.

***

 

 

En el sur de Orario, el Casino Strip del Distrito Comercial estaba lleno de lugares para apostar. Los diversos lugares establecidos por varios países y ciudades extranjeras también tenían hoteles adjuntos. Muchos edificios se añadieron para emular la estética de diferentes culturas y climas. Por ejemplo, había uno que se parecía a un oasis en un desierto. Edificios de más de tres pisos de altura se alzaban sobre la plaza elíptica en cada lado. Árboles Yashi del sur crecían aquí y allá. En el centro, una asombrosa fuente gigante lanzaba chorros de agua al aire casi como una ola gigante en el mar.

En el momento en que Ryuu y Syr atravesaron el arco gigante para ingresar a la Franja del Casino, un torrente de luz los recibió. Las piedras mágicas de la más alta calidad que la ciudad tenía para ofrecer brillaron en rojo, azul, púrpura y oro, iluminando a los casinos en la oscuridad. A diferencia del cuartel general del Gremio en el Panteón o Babel, incluso los exteriores brillaban con fuerza. Visto desde el cielo, no había duda de ello. A medida que el crepúsculo se asentaba en Ciudad Laberinto, Casino Strip era el lugar más brillante en kilómetros a la redonda, brillando como un castillo centelleante y sin luces, protegido por innumerables guardias. Este era un mundo diferente, apartado de los distritos normales de Orario, lleno de aventureros y ciudadanos comunes.

—Hay mucha gente, ¿no?

—Sí, todos ellos son clientes extremadamente ricos provenientes de fuera de la ciudad.

—Syr y Ryuu caminaron por el Casino Strip.

Después de explicarle la situación a Mia, la pareja apenas había logrado asegurar un día libre. Y ahora se estaban deslizando hacia una multitud de élite privilegiada que pavoneaban como si fueran los dueños del lugar. Con un esmoquin caro y un vestido de noche, respectivamente, se unieron los brazos bajo el pretexto de que eran una pareja noble extranjera.

En el fondo, Ryuu no pudo reprimir por completo su sorpresa y un poco de vergüenza cuando Syr se aferró a su brazo. Ella iba a tener problemas para mantener esta mascarada toda la noche. Era difícil saber si la chica de cabello platino se daba cuenta de lo que estaba haciendo, pero sus hombros parecían temblar de diversión.

—Entonces, ¿Dónde está Anna?

—En El Dorado Resort. Ese edificio de allí.

Susurrando, se enfrentaron a un edificio que sobresalía incluso en esta plaza. Su fachada suntuosa, hermosa y brillante podría engañarle uno para que piense que era un enorme montículo de oro. Parecía tener una habilidad mágica para elevar el espíritu de cualquiera que lo viera. Estatuas de deidades que simbolizaban la riqueza o el éxito se instalaron alrededor de la entrada, ya sea como una muestra de respeto o para compartir sus favores y bendiciones. Un cartel iluminado por lámparas de piedra mágica mostraba las palabras LA CIUDAD DE ORO en Koine, el lenguaje universal.

El Dorado Resort. Financiado y establecido por la Ciudad del Paraíso, Santorio Vega, este era el establecimiento de apuestas número uno de Orario, el Grand Casino.

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También la dirigía el hombre que había robado a la hija de Karen y Huey Kreiz, Anna.

—¡Wooow, increíble!

Al pasar por el vestíbulo, fueron recibidos por los empleados de El Dorado Resort y salieron a un enorme salón. Las mejillas de Syr se sonrojaron de emoción ante el espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos. Lo primero que apareció a la vista fue una araña mágica de piedra increíblemente grande, seguida rápidamente por la lujosa alfombra con dibujos elaborados, así como la variedad de mesas donde la gente jugaba todo tipo de juegos para atraer la atención.

Las tarjetas se deslizaban de las manos de los distribuidores como si se movieran a lo largo de un río que fluía. Coloridos dados bailaban por el aire mientras las ruedas de la ruleta giraban como locas, sus bolas rebotaban salvajemente. Empleados con uniformes elegantes e invitados con atuendos deslumbrantes se reunían alrededor de cada mesa como mariposas acudiendo a las flores. En cada juego, las pilas de fichas se construían, apostaban y devolvían. Alrededor de las mesas, suspiros de desesperación se mezclaron con vítores estridentes, combinándose en un estruendo interminable. El casino estaba en pleno apogeo.

—Has estado en lugares como este antes, ¿verdad, Ryuu?

—Me he deslizado en salas de juego innumerables veces, sí… pero es mi primera vez en uno tan grande.

La pareja miró a su alrededor, pasando a innumerables demi-humanos adinerados en el espacio estrecho mientras se movían por el pasillo. Los invitados que paseaban con montones de fichas probaban todos los juegos. Solo una de las fichas que apostaban era igual a la paga de un día completo para un trabajador normal en Orario, pero los jugadores podrían perder eso en una sola apuesta.

Era una escena que haría que alguien con problemas financieros se desmayara. Cantidades obscenas de dinero estaban siendo arrojadas como si nada. La aceleración del flujo libre de dinero en forma de enormes apuestas fue la razón de ser del casino y la fuente de sus enormes ganancias.

Para satisfacer los gustos de varias razas, había muchos juegos especiales que usaban cristales y joyas, peonzas u otras herramientas en lugar de cartas. Los elfos que prueban una cultura diferente y los enanos que corren sueltos encajan junto a las deidades. Un dios trató de guardar casualmente un puñado de fichas de otra persona, pero los vigilantes guardias de la Familia Ganesha detuvieron al culpable antes de llevarlo a una habitación trasera con una sonrisa. Con la ayuda de los aventureros de Orario, las medidas antifraude del establecimiento quedaron en plena vigencia.

Los dealers en cada mesa agregaron su propio estilo a los juegos. Una encantadora sinfonía se desarrolló mientras barajaban a la perfección y repartían las cartas, dividiendo instantáneamente las fichas antes de deslizarlas sobre la mesa, o en rollos de objetos hechos de cristal raro que solo se encuentran en el Calabozo. El desempeño hábil fue simplemente una de las muchas técnicas que los trabajadores del casino utilizaron para hipnotizar a los huéspedes. Los traficantes eran predominantemente mujeres, y todas eran hermosas. Ellos observaron con una sonrisa mientras los invitados se movían entre los extremos de alegría y tristeza.

Un rico hobbit gimió cuando su montaña de fichas fue quitada, mientras que las risas en auge de una Amazona que acababa de ganar grandes cantidades sonaron desde otra esquina.

—¿Crees que estaría bien llevarse una de esas fichas a casa? Chloe y el resto realmente querían ir al casino, así que podría ser un buen recuerdo…

—Syr… si lo trajeras de vuelta, creo que estarían más tristes por la pérdida de dinero.

Parecía estar disfrutando de la vibrante atmósfera en el casino, pero su mirada constante y los ojos abiertos no encajaban con su apariencia aristocrática en el traje formal de noche. A diferencia de ella, Ryuu miraba sigilosamente por el pasillo mientras mantenía la compostura con cuidado. Esa es la distribución del edificio, así como el número y la posición de los guardias en la sala.

—Por cierto, Ryuu… Entrar dentro es bueno y todo, pero ¿qué debemos hacer ahora?; Syr susurró mientras caminaban por la lujosa alfombra de todo el piso.

—Primero, necesitamos llamar la atención; Respondió Ryuu simplemente.

—¿?

—Haremos una demostración de que somos ricos. Una vez que las personas piensen que “este podría ser un buen cliente”, vendrán por su cuenta en poco tiempo.

La confianza de Ryuu vino de la experiencia que había adquirido durante su tiempo con la Familia Astrea. Los casinos siempre estaban buscando posibles clientes habituales. Un invitado que consistentemente apostaba montones de dinero si estaban ganando o perdiendo era seguramente rico. Cuando la gerencia se diera cuenta, le darían la bienvenida al invitado personalmente y, muy probablemente, se preguntarían: — ¿Te gustaría jugar un juego de apuestas más altas?

—Miré la carta, y esta era la primera vez que el conde y la condesa recibieron una invitación. Ser aristócratas rurales es conveniente para nosotros. Tomado de otra manera, significa que el casino no tiene mucha información sobre nosotros. Tenemos la ventaja.

Si un aristócrata rural tuviera más dinero del esperado y gastara más dinero del previsto, sería una agradable sorpresa para el casino. Era su mejor oportunidad de infiltración. Fingirían ser novatos divirtiéndose en el casino hasta que la gerencia los recibiera de todo corazón, invitando a la pareja a su círculo íntimo.

—Entonces, en otras palabras… ¿solo gastar mucho dinero y hacerte notar?

—Sí. Pero no hace falta decir que los fondos que tenemos son limitados. Sería mejor simplemente seguir ganando.

Al acumular un número suficientemente grande de fichas, podrían sorprender a las personas que los rodean, convirtiéndose en un punto focal de envidia y atención. Si luego intercambiaban esas fichas por bebidas, comida y servicios costosos, la administración no podría ignorarlos. Incluso si estuvieran gastando fichas que se habían ganado en el casino en lugar de divisas, los clientes con bolsas abiertas eran cruciales.

Nuestro objetivo actual es entrar por esa puerta.

Ryuu ya había hecho una nota mental. En la parte posterior de la sala principal, más allá de innumerables mesas, había un conjunto digno de puertas de roble firmemente cerradas. Sólo los invitados especiales podían entrar. Dos guardias robustos estaban de pie a cada lado de la puerta, como los guardianes.

La sala VIP. Cada casino tenía una. Un lugar reservado solo para juegos de apuestas altas y para jugadores que eran muy libres con sus apuestas.

—Eso me recuerda, ¿Cuánto dinero tienes, Ryuu? Traje todo lo que pude, pero…

—Alrededor de un millón de valis. Es un sencillo en comparación con todos los demás aquí. Si tuviera más, esto sería mucho más simple…

Combinando sus ahorros con lo que había reunido vendiendo sus herramientas y artículos durante los descansos en el trabajo, un millón de valis era lo máximo que podía recolectar para su cofre de guerra. Si no pudieran crecer en una cantidad significativamente mayor, ese sería el final. Para una persona normal como Syr, hacerse rico en una noche era solo un sueño, incluso en un paraíso de juego. Pero Ryuu no lo encontraría mucho más fácil, a pesar de la capacitación y la experiencia que tenía a su nombre. De cualquier manera, solo tenían que intentarlo. En el peor de los casos, todavía existía la opción de una extracción más violenta, pero ella intentaría la manera más simple primero. Se dirigió hacia una de las mesas para cambiar su dinero por fichas.

—¡Ooo, has ganado de nuevo! ¡Estás ardiendo hoy, Jefe del Gremio!

—¡Gah-ja-ja-ja! ¿Qué quieres decir? ¡La diosa de la suerte siempre me concede su bendición!

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¡Eso es porque me esfuerzo hasta los huesos día y noche por el bien de Orario!

En su camino para intercambiar fichas, escucharon una carcajada en un rincón de la sala.

—Ah, ese elfo, lo he visto antes.

—Royman Mardeel. Jefe actual del Gremio.

Ryuu frunció inconscientemente las cejas ante la risa vulgar y rugiente del hombre y su torso lastimoso y obeso.

Royman Mardeel. Era efectivamente la persona más poderosa en el Gremio. Corrupto, rotundo, que rezuma dinero y poder—era exactamente lo contrario del típico elfo, una raza famosa por su belleza física. Royman fue detestado por los otros elfos que vivían en Orario, lo que le valió el apodo de “El Cerdito del Gremio”. Los rumores de que se había revolcado en el libertinaje en el Distrito de Compras durante días seguían pareciendo ser ciertos. Incluso si solo era otra persona influyente que se relajaba al final del día, a Ryuu le resultaba difícil ver a un compañero elfo comportarse como él. Ella le dirigió una mirada de reojo cuando su barriga se tambaleó de risa antes de dirigirse en la otra dirección.

—Podría haber otras personas como el Jefe del Gremio que nos reconozcan. Dado que la gente normal no puede ingresar al casino, debemos ser cuidadosos para que no nos reconoz—

Mientras caminaban, Ryuu instaba a Syr a tener cuidado cuando una voz fuerte la interrumpió.

—¡Espera! ¡¡Por favor espera!! ¡Ya he tenido suficiente, así que por favor déjame ir! Oyeron la voz de un joven lamentable.

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—””……………””

Ryuu y Syr se miraron en silencio mientras escuchaban una voz que era extremadamente familiar. Ambas giraron lentamente sus cabezas. Inmediatamente se dieron cuenta de un humano de pelo blanco. Llevaba un traje formal preparado apresuradamente que era un par de niveles por debajo de los de Ryuu. Pelo tan blanco como la nieve virgen se balanceaban como orejas de conejo. Al borde de las lágrimas, estaba la imagen misma de un niño pequeño asustado. Al ver la cara del chico aparecer en la multitud, intercambiaron miradas de nuevo y asintieron. Dándose la vuelta, se maniobraron detrás de él mientras suplicaba a alguien.

  • ¡Como dije, no he terminado de mudarme todavía! ¡Y si mi diosa o los otros se enteran, yo… yo…!

—…Señor Cranell.

El chico, Bell Cranell, se sobresaltó cuando de repente escuchó la voz de Ryuu detrás de él. Sus hombros temblaron violentamente mientras se giraba lentamente, medio congelado. Sus ojos rubi se agrandaron cuando reconoció a Ryuu y Syr.

  • ¿¡Señorita R-Ryu-gmph!?

—Abstente de hacer cualquier cosa que pueda revelar nuestras identidades.

Ryuu rápidamente puso su mano sobre su boca mientras comenzaba a levantar la voz.

Bell pareció confundido por un momento ante su advertencia antes de volverse repentinamente rojo, luego asintió como si su vida dependiera de ello. Retirando los dedos de sus labios, Ryuu retrocedió un paso.

—Umm, señorita Ryuu, ¿verdad? Y la señorita Syr, también…

—Buenas noches, Bell. Qué coincidencia que nos encontremos en un lugar así. Realmente me sorprendiste.

—Señor Cranell, ¿por qué estás aquí?

—Yo… bueno… um, ¿cómo lo explico…?

Antes de que el chico completamente confundido pudiera comprender la situación o dar una respuesta, una profunda voz se interrumpió detrás de él.

—Oye, Little Rookie, ¿qué estás haciendo? Nuestra conversación aún no ha terminado.

—M-Mord…

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Siguiendo la mirada de Bell, vieron a un hombre humano con una cara de aspecto rudo que era claramente un aventurero. Un par de humanos lo acompañaron. Tanto Ryuu como Syr lo reconocieron como el aventurero llamado Mord. Había elegido una pelea en La Señora de la Abundancia una vez y había sido expulsado. En otra ocasión, había tendido una trampa a Bell en el piso 18 del Calabozo. Su atrevida túnica mal ajustada y su cuello abierto estaban irremediablemente fuera de lugar en este escenario. Con una apariencia como esa, los nobles y los clientes ricos en la sala solo verían a una persona de mala reputación desde el momento en que lo vieran. Dado que era un aventurero, esto no era una sorpresa.

Los otros dos hombres que se acercaron parecían ser sus amigos.

  • ¡No hables de irte después de todo el trabajo que hicimos para convencer al personal del casino de que te permita venir con nosotros!

—No, pero yo… ¡Todavía no he terminado de mudarme todavía…! ¡Y no tengo dinero! Y el depósito de estas ropas…

  • ¡No te preocupes, es mi regalo! ¡Gracias a ti, gané una tonelada apostando en el Juego de Guerra! Ja-Ja-Ja, te estoy devolviendo el pago, ¡así que acéptalo como un hombre!

Así que eso es lo que está pasando.

Ryuu podía adivinar la situación de Bell mientras observaba a Mord envolver su brazo alrededor del hombro del chico luchando. Probablemente se había topado con Mord por casualidad y había sido arrastrado aquí. Alguien tan tímido como Bell habría tenido problemas para rechazarlo. O tal vez lo habían traído aquí con falsos pretextos.

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