Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 16

Capítulo 2: La Mansión del Barón

Parte 1

 

 

“Aquí Satou. Cuando viajaba al extranjero con un presupuesto reducido, a veces no podía alojarme en los hoteles que pensaba utilizar. Tampoco es que se pueda acampar en países poco seguros, así que acababa buscando desesperadamente un hotel.”

“No sabía que Nana tenía ocho hermanas.”

“Sí, nos encontramos con ellas cerca de la capital real.”

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Reconocí a la jefa de las cinco doncellas que habían sido destinadas a la mansión de la capital real del barón, pero no recordé su nombre hasta que apareció en la pantalla de AR.

“Como tenemos mucha más gente de la que había previsto, estábamos pensando en conseguir habitaciones en una posada.”

“¡¿Q-Quéééééé?!”

“¡Pero debe quedarse aquí, Sir Caballero!”

“¡Señora! Vamos a vaciar nuestra habitación. ¡Que se queden allí!”


En cuanto mencioné la posibilidad de conseguir un hotel, todas las sirvientas que estaban de pie contra la pared saltaron y empezaron a suplicar a la jefa de sirvientas.

“Seguro que eres popular aquí, Amo. No le has puesto la mano encima a las criadas,

¿verdad?”

“Por supuesto que no. No seas ridícula.”

Aparté la frente de Arisa cuando se inclinó hacia mí.

“Pero su habitación es un cuarto de servicio para seis personas, chicas. Sería de mala educación que nuestros invitados se quedaran allí, ¿y dónde dormirían ustedes mientras tanto?”

“¡Podemos dormir en el pasillo o en el cobertizo!” “¡O el suelo de la cocina o del comedor!”

“¡Así que por favor, señora! ¡Que Sir Caballero se quede aquí!”

Las sirvientas se acercaron a su jefa.

Incluso la severa jefa de sirvientas parecía sorprendida por su fervor.

“Sir Caballero,  Sir  Caballero…”  Me susurró Erina desde atrás. “Esas chicas están realmente tras tu cocina. Así que adelante, roba su habitación.”

“Estoy con la Sra. Erina.” Añadió la Sra. Novata. “Las criadas pueden quedarse con Pina y el resto de nosotras, si no te importa quedarte aquí.”

Sinceramente, hubiera preferido meterme en la cama sin cocinar nada después del largo día, pero no podía decepcionarlas cuando tenían tantas esperanzas.

“En ese caso aceptaré su amable oferta para esta noche.”

“¿De verdad? Entonces, por favor, espere un momento mientras preparamos la habitación.”

“Oh, y, señora…” Detuve a la jefa de la limpieza cuando empezaba a dar órdenes. “Si puedo obtener el permiso del jefe de cocina, me gustaría hacer algunos platos para la cena de esta noche. ¿Está bien?”

“““¡Sí, por favor!”””

Fue todo el personal de limpieza, no su jefa, la que respondió al unísono. “¡Iré a convencer al jefe de cocina!”

“¡Revisaré nuestros ingredientes!”

“Yo, umm, umm… iré a limpiar nuestra habitación.”

Antes de que la criada principal pudiera descargar su ira sobre ellas, las chicas salieron volando de la habitación.

“En serio, esas chicas…”

La jefa de la limpieza suspiró y nos mostró nuestras habitaciones, que eran bastante grandes.

“Si hay tres de estas grandes habitaciones, probablemente no necesitábamos echar a las criadas de las suyas.”

Las habitaciones, aparte de la mía, tenían cuatro camas cada una, lo que probablemente era suficiente para todos si juntábamos las camas.

Sería un poco estrecho, pero teniendo en cuenta todas las chicas pequeñas de mi grupo, podríamos caber en una habitación y que Nana y sus hermanas se quedaran en las otras dos.

“Es cierto. Ya he comprado una mansión en otro lugar de la capital real, así que podemos ir a verla mañana y trasladarnos allí si nos parece habitable.”

La esposa del virrey de Ciudad Laberinto me había ayudado a encontrar una casa en una zona pintoresca cerca de la frontera entre las zonas nobles de clase baja y media.

Era unas tres veces más grande que la mansión del barón, con un salón para invitar a otros nobles y un jardín lo suficientemente grande como para celebrar una fiesta de tamaño decente. En todo caso, probablemente estaba destinada a nobles de nivel medio con más influencia social que un noble de nivel inferior como yo.

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Tal vez sería mejor que cambiara de mansión con el Barón Muno. “Vaya, todo lo que puedes ver por la ventana es esta enorme pared.” “Es el tercer muro del castillo desde el exterior.”

La capital real era una ciudad que se había expandido hacia fuera de las murallas del castillo varias veces en su historia. Ahora, casi setecientos años después de su fundación, había siete murallas en círculos concéntricos, con el castillo real en el centro. Por supuesto, eso no incluía las diversas murallas del castillo dentro de la zona real.

Según la esposa del virrey de la Ciudad del Laberinto, Celivera, la esposa del Marqués Ashinen, que era de la capital real, la mayoría de las mansiones nobiliarias más grandes, como las que pertenecían a los señores feudales, vizcondes y superiores, estaban todas dentro de la muralla más interna que había sido originalmente la muralla de la ciudad cuando recién se construyó.

Así que, en realidad, como señor feudal con el control de un núcleo de ciudad, el barón Muno debería haber situado su mansión en esa zona.

Si se tratara de un problema de dinero, habría estado encantado de prestar apoyo, pero probablemente se trataba más bien de poder e influencia. Decidí mantenerme al margen y dejar que la astuta vizcondesa Nina hiciera lo suyo.

***

 

 

“¡Amo, la ropa interior de Nana es demasiado grande, informo!”

Poco después de instalarnos en nuestras habitaciones, oí fuertes pasos en el pasillo y Número 8 entró volando en la habitación.

Estaba prácticamente desnuda de cintura para arriba.

Aunque llevaba puesto uno de los sujetadores hechos a mano por Arisa, que al parecer pertenecía a Nana, no era ni de lejos de la talla adecuada, ni ocultaba con éxito ninguna de las partes que debía ocultar.

“¡Geh!”

“¡Lasciva!”

Arisa y Mia se levantaron alarmadas e inmediatamente se apresuraron a cubrir el pecho expuesto de Número 8 con una toalla.

“¡Amo! Antes todas éramos del mismo tamaño que Nana, pero ahora hay una gran diferencia, ¡protesto!”

“Amo, es injusto mejorar sólo a Nana con nuevos equipos, informo.” Número 6 y Número 5 también vinieron corriendo.

Ambas llevaban también sujetadores que eran un par de tallas más grandes. Dado que tenían menos de un año, no tenían ningún sentido de la vergüenza. “Amo, date la vuelta.”

“Estoy en eso.”

Ya estaba de espaldas cuando Arisa hizo su petición. Esperé a que las hermanas de Nana se vistieran.

“Amo, me disculpo porque Número 8 y las otras parecen haberle causado problemas.”

Número 1 entró detrás de las homúnculos más jóvenes para disculparse en nombre de sus hermanas.

Las demás estaban detrás de ella, también inclinando la cabeza. Se habían quitado la ropa de viaje y se habían puesto ropa informal prestada por Nana.

“Me aseguraré de regañarlas a fondo…” “No te preocupes por eso.”

“Gracias por su generosidad, Amo.”

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Las hermanas volvieron a inclinar la cabeza.

“Amo, Número 1 y las otros querían hablar con usted, informo.” “¡Nana!”

Nana asomó la cabeza por detrás de sus hermanas, que se giraron y la miraron. “Teníamos la intención de esperar el momento oportuno…”

“No, está bien. Ahora puedo hablar.”

Todavía había tiempo antes de que tuviera que preparar la cena, así que pensé que podría tener una charla con las hermanas de Nana y tal vez al mismo tiempo escuchar sus aventuras.

Como no cabíamos todos en ninguna de las habitaciones que nos habían dado, tomamos prestada la más grande, el comedor.

“Gracias a su increíble compasión, Amo, pudimos enterrar los recuerdos de nuestro antiguo amo en el lugar de la tumba de su esposa.”

Número 1 se sentó erguida e inclinó la cabeza con rigidez, y las demás siguieron su ejemplo.

Escuché con respeto. Ya lo habían dicho, pero quizá querían repetirlo formalmente. “Por favor, levanten la cabeza. Me alegro de que todas hayan vuelto sanas y salvas.”

“Eso también fue gracias a las Bolsas Mágicas y otros suministros de viaje que nos proporcionó, Amo.”

La Bolsa Mágica que les di a las hermanas era el mismo tipo de herramienta mágica que la Bolsa Garaje que había adquirido en el Valle de los Dragones.

Death March Volumen 16 Capítulo 2 Parte 1 Novela

 

Supuse que me enteraría de su viaje, pero por alguna razón, todas estaban sentadas y me miraban en silencio.

“¿Pasa algo?” Pregunté. “Erm, bueno…”

Número 1 se puso ligeramente rosada mientras dudaba.

¿De qué puede tratarse?

“Amo, Número 1 y las otras también quieren que les des nombres, pero tienen miedo de pedirlos, informo.”

“¡Número 7!”

“Me llamo Nana, me presento.”

Nana corrigió a sus hermanas con bastante suficiencia mientras le gritaban su antiguo nombre con indignación.

Pero tenía razón: cuando nos separamos de las hermanas, recuerdo haber prometido que les daría nombres al resto cuando nos volviéramos a encontrar.

“Amo, ¿cuál es mi nombre? Pregunto.” Número 8 acercó su cara a la mía.

Estaba tan cerca que corríamos el riesgo de besarnos accidentalmente. “¡H-Hey! ¡Estás demasiado cerca!”

“¡Mm, retrocede!”

La pareja de hierro de Arisa y Mia arrastró a Número 8 lejos de mí. “¡Número 8! Deberíamos proceder por orden de antigüedad.” “Número 1, es una práctica anticuada, protesto.”

“Tal vez deberíamos decidir con piedra-papel-tijera para que las cosas sean justas, propongo.”

“Como un partido a muerte súbita llevaría demasiado tiempo, Número 3 propone un formato de torneo.”

Las hermanas discutieron entre ellas sobre quién debía recibir un nombre primero.

Tenían personalidades sorprendentemente distintas: Número 2 observaba a sus hermanas en silencio, mientras que Número 5 parecía estar luchando por encontrar el momento adecuado para unirse, abriendo la boca sólo para cerrarla una y otra vez.

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“Amo, ¿tienes en mente nombres apropiados para ellas?” Susurró Arisa. “Por supuesto…”

“No les vas a poner nombres súper sencillos, como Ichiko o Ein para Número 1, ¿verdad?”

… ¿Cómo lo sabía?

“Ugh, en serio…” Arisa suspiró. “Aunque te bases en sus números, al menos escoge algo que les venga bien a cada una.”

Por eso iba a ir con Ichiko para Número 1, Futami para Número 2, y así sucesivamente…

No se me ocurría ningún nombre al estilo del Reino de Shiga, así que decidí hojear mis documentos en busca de nombres de personajes famosos, autores de libros de hechizos, etc., pero al abrir la carpeta, encontré algo más apropiado.

Entre los blocs de notas japoneses que había conseguido en la oscura subasta de la antigua capital había una lista de palabras japonesas y sus equivalentes en varios idiomas extranjeros. Estaba un poco fuera de lugar en comparación con el resto de las notas, pero no iba a quejarme, ya que parecía que iba a ser útil ahora.

Miré la lista de números, eligiendo palabras que no parecieran demasiado fuera de lugar como nombres de chicas.

“Lo siento, pero voy a ir en orden numérico.”

Detuve a las hermanas antes de que pudieran comenzar su torneo de piedra, papel y tijera. “Número 1… tu nombre es Adin.”

Al principio, iba a llamarla “Ann”, por la palabra francesa que significa “uno”, pero ya le había puesto ese nombre a una de las chicas alquimistas de la Compañía Echigoya; en su lugar, me decidí por la palabra rusa que significa “uno”.

“¡Muchas gracias, Amo! Yo, Adin, le juro mi eterna lealtad.”

La líder, que llevaba el cabello en un moño trenzado, Número 1, ahora Adin, sacó su escudo y su estoque de su Bolsa Garaje y me saludó como un soldado, para luego hacer una reverencia formal.

“Número 2… serás Ithnani.” “Gracias. Soy Ithnani.”

Número 2 —Ithnani—, que llevaba el cabello en una coleta trenzada, repitió su nombre en voz baja pero con orgullo. Siguiendo el ejemplo de Adin, sacó su martillo de guerra y se inclinó.

Por cierto, su nombre viene de “ithnan”, la palabra árabe para “dos”. Será mejor que tome nota de todo esto para que no se me olvide.

“Número 3… Tria.”

“Sí, Amo. Número 3… quiero decir, Tria se llama Tria.”

Número 3, que llevaba una coleta lateral suelta, se refería a sí misma en tercera persona.

Sacó su pica de mango largo de su Bolsa Garaje y, en el proceso, la clavó accidentalmente en el techo, y acabó dejando un largo corte en el techo en su prisa por desclavarla. Evidentemente, tenía un lado torpe.

Nana me había dicho que a Número 3 le gustaba cocinar; esperaba fervientemente que su torpeza no saliera a relucir en la cocina.

Tranquilicé a la compungida Tria, y luego pasé al nombre de la siguiente chica. “Número 4… Vier.”

“Nombre aceptado, Amo. Soy Vier.”

Número 4 —Vier—, que llevaba el cabello recogido en una coleta delante del pecho, colocó su espada en el suelo e hizo una reverencia.

Al igual que Número 2, utilizó pocas palabras. Sin embargo, a diferencia de las tres primeras, hubo pocos cambios en su expresión.

“Número 5… Fünf.”

“Gracias por el nombre, declaro. Fünf… Fünf… es un buen nombre, me jacto.”

Número 5, ahora Fünf, que llevaba el cabello despeinado hasta los hombros, habló de forma similar a Nana, con una completa falta de expresión.

Ahora que lo pienso, cuando nos separamos en la Cuna, Número 3 y Número 4 también seguían hablando como Nana, y de Número 1 a Número 3 no cambiaron mucho sus expresiones.

Seguro que en su viaje se relacionaron con personas muy expresivas y aprendieron por el camino.

“Gracias, Amo, declaro.”

Habiendo aprendido del error de Número 3, Número 5 no sacó su poleax de su Bolsa Garaje antes de inclinarse.


“Número 6… Six.

“Soy Six. Prometo mi gratitud y lealtad al Amo, declaro.”

Número 6 —Six—, que tenía dos moños laterales, hizo un gesto dramático con la lanza corta que había sacado de su Bolsa Garaje antes de hacer una pose.

Tria parecía frustrada cuando vio esto, así que probablemente estaba intentando hacer el mismo tipo de movimiento. ¿Tal vez podría hacer una actuación en un espacio más grande alguna vez?

“¡Amo, soy la siguiente, lo declaro!”





Número 8 saltó de un lado a otro, con sus cortas coletas rebotando.

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Su rostro era tan inexpresivo como el de Nana, pero se expresaba mucho con gestos.

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También era la única de las hermanas que no tenía un gran busto. “Número 8… tú serás Huit.”

“¡Huit! Me llamo Huit, ¡declaro! Adin, Ithnani, Tria, Vier, Fünf, Six, Nana, Huit…” Con su cimitarra en la cintura, Huit anunció con entusiasmo su nombre y luego enumeró los de sus hermanas. “… Sí, Huit es definitivamente la más guapa, ¡lo anuncio!”

“Eso es incorrecto, protesto.” Corearon varias voces. “Ithnani es la más fuerte.”

“Tria piensa que Tria es la mejor, insisto.”

La declaración de Huit desencadenó una acalorada discusión entre las hermanas, que insistieron en que su nombre era el mejor.

Eso estaba bien cuando era sólo verbal, pero una vez que empezaron a intentar agarrarse el cabello, intervine y puse fin a la situación.

“Todos son diferentes e igual de bonitos.”

Las palabras de Mia, que recuerdan a un poema infantil, acabaron por detener la pelea. “¿Te importaría contarme ahora tus viajes?”

“Sí, por favor, permítame.”

Adin comenzó a hablar en nombre del grupo.

Según la historia, después de que nos separáramos de ellas cerca de la Ciudad de Seiryuu, se dirigieron al oeste a través del Condado de Seiryuu, tomando una ruta diferente a la nuestra: Cruzaron las montañas por la ciudad minera y entraron en el Condado de Kuhanou, y luego se perdieron un poco antes de dirigirse a las montañas Fujisan.

No se habían topado con ningún monstruo excesivamente fuerte, pero aun así corrieron peligro varias veces.

“También exploramos algunas ruinas antiguas, declaro.”

“Con John, a quien conocimos en el valle de las arpías, informo.” “Mito estaba en las ruinas, declaro.”

Las hermanas de menor número hablaron una tras otra, aunque no estaba seguro de lo que estaban hablando.

“John y Mito me llamaron Hachiko, informo.”

… ¿Hachiko?

“¿Eran estas personas John y Mito reencarnados? ¿Transmigraciones o llegados de otros mundo?” Preguntó Arisa.

“No lo sé.” Respondió Adin. “Pero Mito usó una magia poderosa sin un canto.”

Eso me ha recordado: Zena, la soldado mágica del Condado de Seiryuu, me dijo que se encontró con las hermanas de Nana en su viaje, y también mencionó a esas dos.

Si recuerdo bien, Mito había derrotado a un demonio intermedio por su cuenta. “Vaya… ¿De qué color tenían el pelo?”

“John y Mito tienen el cabello negro.”

“¿Entonces fueron convocados, no renacieron? Pero puede que sólo llevasen una peluca como yo… Amo, no puede conseguir ninguna información sobre Mito y John, ¿verdad?”

Busqué el nombre “Mito” en mi mapa, a petición de Arisa, pero no obtuve ningún resultado. Aunque había algunos resultados para “John”, ninguno de ellos tenía habilidades únicas, o bien aparecía como “Habilidades Desconocidas”. Informé de los resultados a Arisa.

“Aww, qué pena… Bueno, no parecen ser mala gente. Sólo tenía curiosidad por conocerlos.”

“Estoy seguro de que algún día nos encontraremos con ellos.” Tranquilicé a la decepcionada Arisa, sin ningún fundamento en particular. Luego le pedí a Adin que continuara su relato.

“Después de reunirnos con Mito, nos encontramos con un ejército que luchaba contra demonios y monstruos en un campo y nos involucramos para salvar a una amiga de John. Afortunadamente, pudimos cumplir nuestros objetivos con la ayuda de magia de ataque y el apoyo de Mito. Luego, para conseguir más fondos para viajar, trabajamos en un pueblo llamado Fau en el Condado de Zetts—”

“¡Atendimos mesas con Mito en un restaurante, declaro!” Huit interrumpió emocionada a Adin.

Las otras chicas también parecían ansiosas por hablar: me hablaron de la ciudad de Fau, de un encuentro con un dragón y de otras historias.

“Mito rompió su promesa de guiarnos y desapareció, y John fue tras ella, por lo que reanudamos nuestro viaje una vez que habíamos ahorrado suficiente dinero para el camino.”

En el Condado de Kuhanou, se relacionaron con refugiados, fueron atacadas por bandidos y desertores, y se encontraron con otros problemas, pero ninguno de ellos era una amenaza seria, dado lo mucho que las hermanas habían subido de nivel en su viaje.

Como siempre, siguieron perdiéndose, pero en el camino…

“Salvé a Arañancio cuando estaba herido, y se encariñó conmigo, ¡informo![

Este Arañancio debe ser el nombre del cangrejo araña de patas largas que había domesticado como montura.

“Amo, Número 8 —es decir, Huit— adquirió la habilidad ‘Entrenamiento de Animales’.” Aclaró con suavidad Vier, que tenía la habilidad ‘Analizar’.

“Entonces una vez que Huit hizo a Arañancio su sirviente—” “Arañancio es mi amigo, corrijo.” Huit volvió a interrumpir a Adin.

Adin se corrigió a sí misma, y luego explicó que una vez que empezaron a viajar a lomos de Arañancio, pudieron cubrir más terreno mucho más rápidamente.

“Nos metimos en un pequeño lío cuando entramos en la Aldea de los Gigantes del Bosque, donde se encuentra la tumba, pero una vez que el jefe, el señor Lank, se dio cuenta de nuestro parecido con Nana, pudimos entrar sin problemas.”

Aparentemente la tumba de la esposa de Zen estaba en la Aldea de los Gigantes del Bosque en la Baronía de Muno.

Entonces probablemente podríamos haber viajado juntos, me di cuenta, pero no tenía sentido decirlo ahora, así que me lo guardé.

“Aun así, me sorprende que el Rey No Muerto haya sido capaz de hacer la tumba de su esposa en la Aldea de los Gigantes del Bosque.” Comentó Arisa.

“El amo tenía un Amuleto de la Humanidad, informo.” Respondió Nana.

Dejando de lado a los gigantes, las hadas de la aldea eran muy sensibles al miasma. Debe haber habido alguna otra razón por la que se le permitió entrar en la aldea, creo.

“¿Pero por qué eligió ubicar la tumba en la Aldea de los Gigantes del Bosque?”

“Nuestro antiguo amo dijo que era el único lugar donde no corría peligro de ser destruida.”

Como Zen era un enemigo del Marqués Muno, la tumba de su esposa podría haber sido destruida si estaba cerca de un asentamiento humano. Si no lo estaba, aún podría ser desenterrada por monstruos o animales, y si dejaba guardias no muertos en la tumba, su esposa también podría convertirse en no muerta.

“Una vez que completamos el entierro, volvimos a montar en Arañancio y cruzamos las montañas Fujisan, y nos reunimos con usted poco después, amo.”

Adin omitió sin problemas la parte en la que asustaron a una banda de mercaderes y provocaron un enorme atasco, con lo que concluyó el relato.

Bueno, de todos modos no había necesidad de repetir ese incidente. “¿Mew?”

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Tama, que había estado durmiendo plácidamente en mi regazo, levantó la vista de repente, moviendo las orejas.

Pochi también se despertó junto a ella y se frotó los ojos con sueño.

Poco después, llamaron a la puerta en silencio y una de las criadas se asomó a la habitación.

“Sir caballero, sólo he venido a decirle que la cocina está lista.”

De todos modos, Adin acababa de terminar su historia y la criada parecía muy emocionada, así que llevé conmigo a la cocina a Lulu y a Tria, la hermana de Nana a la que supuestamente le encantaba cocinar.

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