Rakuin no Monshou (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: Festival De La Espada

Parte 2

 

 

su sueño, y que anidaban dentro de ella sentimientos maliciosos que buscaban tomar posesión del enmascarado gladiador, Orba.

Los rumores de la participación de Orba se extendieron por todo el palacio en muy poco tiempo. Aunque pudo haber sido un antiguo gladiador, era una situación sin precedentes en la que un miembro de los guardias imperiales participaba en los juegos. Las respuestas de las personas naturalmente fueron en ambos sentidos.

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— El príncipe ha estado cumpliendo con nuestras expectativas. Había aquellos que lo aprobaban de todo corazón.

— ¿Acaso el príncipe no solo está aprovechando la gloria de su primera campaña?

También hubo quienes lo criticaron a sus espaldas.

Una persona, Fedom Aulin, al darse cuenta de estos rumores estalló en un ataque de ira. Para él, el títere, Orba, por quien había hecho todo lo posible para ponerlo en su lugar, estaba poniendo su vida en peligro bajo su nariz. Sin embargo, Orba había apelado directamente al emperador y ya era algo que Fedom no podía revertir.

— Solo quedan dos o tres batallas.

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Orba, ocultando sus planes de atrapar a Noue y Oubary, habló en un tono despreocupado.

— Esto extraño. En este momento, en el mundo entero, uno pensaría que la persona que más se preocupa por mi vida es usted.

— Cállate la boca —la expresión de Fedom titubeó, como si estuviera a punto de desmayarse—. Escucha bien. No debes morir. Eso es obvio, pero tampoco debes lastimarte. Será sospechoso cuando vuelvas como el príncipe. Argh, ¡¡maldición!! Es mejor que te prepares. ¡Una vez que termine el festival, te encadenaré como cuando eras esclavo!

Y, por supuesto, ese rumor también había llegado a los oídos de Vileena Owell. Tan pronto como escuchó esto, se sacudió a Theresia, quien quería detenerla y se dirigió hacia donde estaba el príncipe.

En preparación para la aparición en el escenario de mañana, Orba salió de su habitación y se dirigió al estadio.

Su decisión de tomar parte en los juegos obviamente no fue porque la gente lo hubiera deseado. Lo pensó como un medio para contactar a Pashir a través de este torneo. Oubary había mencionado claramente el nombre de este esclavo gladiador. No había duda de que Pashir jugaba un papel importante en sus planes. Orba desbarataría esos planes de cualquier manera que pudiera.

— ¿Oh?

En ese momento, se cruzó con Vileena, que corrió en su dirección. Tenía los labios cerrados y los ojos curvados hacia arriba. Anoche, cuando fue a visitarlo, su actitud agresiva permaneció bien escondida. Ahora resurgió una vez más. Y era cada vez más directa. Era como si él fuera culpable de haber hecho algo que le valiera su desprecio.

— ¿Por qué?

Vileena comenzó su investigación.

— ¿Por qué, qué?

— Orba. ¿Por qué lo hiciste participar en los juegos?

— Oh. ¿Tiene algo que ver con la princesa?

— Él-

Vileena, que se había enfurecido, se encontró sin palabras. Orba caminó dejándola atrás por segunda vez. Nunca hubiera pensado que el asunto de la princesa era sobre sí mismo. Sabiendo esto, ya no tenía ganas de discutir con ella.

— Él es un querido amigo.

Cuando esas palabras lo desgarraron, sus pies se detuvieron al instante.

La princesa de catorce años fortaleció su mirada.

— … Es por eso que este es un asunto relacionado conmigo. Hasta ahora, ha vivido difíciles batallas, las ha vencido y finalmente ha sido liberado de esos vínculos y se ha convertido en un hombre libre. Estás forzándolo a pelear justo como lo hicieron cuando era un esclavo. ¿Y con qué fines?

— La princesa de Garbera no sabe de eso. Ves los juegos de gladiadores como un infierno en la tierra, pero es el mejor entretenimiento de Mephius. Que un gladiador bien conocido participe animará el ambiente del festival.

— ¿No te estás dejando llevar por el estado de ánimo del festival para que recibas la atención de todos? ¡Incluso si tienes que sacrificar la vida de Orba para hacerlo!

— No morirá —dijo Orba con cara pensativa.

Las mejillas de la princesa extranjera se sonrojaron y se acercó aún más a él. Su rostro era una reminiscencia de otro momento. Se parecía por completo al que tenía cuando se enfrentó al príncipe por no hacer un solo movimiento mientras procedían hacia la Fortaleza Zaim.

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— ¿Por qué lo dices?

— Eso es… porque él es Orba. Nunca ha perdido una sola vez. Como su querida amiga, debes confiar en sus habilidades.

— ¡Eso no es lo que estoy diciendo!

— Esto también es lo que Orba quiere. No hables más sobre esto, princesa.

No importaba cuanto trataba de suprimirla, su irritación continuaba acumulándose. La forma en que hablaba de sí mismo era como lo hacen los nobles mephianos.

— Aun así, pensar que eras su amiga —se burló Orba—. ¿Qué sabes sobre él? ¿Sabes cuántas vidas ha tomado? Alguien como tú y esos “orgullosos” nobles y los caballeros encuentran que las batallas son algo serio, honorables y significativas. Él no pelea por ninguna de esas razones, solo para que pueda sobrevivir. Se mancha con carne y sangre solo para que pueda sobrevivir.

— Eso es porque ustedes los nobles Mephianos-

— ¡¡CÁLLATE!!

Habiendo excedido su umbral, la ira de Orba corría desenfrenada en sus palabras.

— No te llames amiga de Orba otra vez. No hables con él. No actúes como si supieras todo solo porque eres de la realeza.

Vileena se enfureció al instante. Sin embargo, contrariamente a su apariencia, se quedó quieta y no pronunció una sola palabra.

Orba, perdido en sus emociones y sin saber qué hacer con ellas, abandonó rápidamente el lugar.

¿Quién soy?

Sus pesados pasos, junto con el latido de su corazón lo carcomían mientras cuestionaba su propio sentido identidad.

— Como gladiador, soy alguien que no puede convertirse en algo así como el amigo de la princesa.

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— Como esclavo, no puedo soportar cuando la princesa habla como si estuviera al tanto de las circunstancias de un esclavo.

— Como príncipe, no me importa incluso si Orba tiene que ser sacrificado para lograr mis objetivos.

— ¿Quién soy?

Mientras se cuestionaba repetidamente, rápidamente perdió toda conciencia del mundo exterior.

Este día, Orba se dirigió al estadio y llegó poco antes de que se pusiera el sol. Los juegos del día ya habían llegado a su fin, y no había rastros de personas en los asientos del estadio.

Los esclavos gladiadores aparecieron poco a poco en los terrenos del estadio. De los gladiadores que participaban en el torneo, todos los que tenían el estatus de esclavos eran mantenidos en un campo de detención equipado del estadio.

Allí, pasaban el día trabajando sus cuerpos en los terrenos del vasto estadio.

Preparándose para su encuentro al día siguiente.

Los guardias vigilaban el centro, donde los gladiadores balanceaban libremente sus espadas, practicaban el trabajo de pies y participaban en batallas simuladas uno a uno.

Entonces, el gladiador enmascarado apareció de repente. Naturalmente, le lanzaron miradas de todas partes. Probablemente habían escuchado historias de él hasta cierto punto, y aunque no parecían sorprendidos, ni lo llamaron ni se acercaron a él. En cambio, un asistente del estadio se le acercó.

— He escuchado historias de ti. Sin embargo, no es necesario que rompas tus hábitos para quedarte aquí. El día de tu batalla, enviaremos un guía a recogerte.

— Es una atmósfera que no he experimentado en mucho tiempo. Me gustaría acostumbrarme a eso.

El asistente quedó desconcertado, y luego sacó una espada para él. Orba comenzó sus estiramientos y luego procedió a balancear su espada. Y una vez más, los esclavos solo miraban. También podría decirse que no pudieron ignorarlo y despejar su interés en él.

Fingió hacer su rutina de ejercicios, dirigiendo su mirada hacia los esclavos innumerables veces, pero nunca encontró a Pashir entre ellos.

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Quedaban dos días en los juegos de gladiadores. Si Pashir tomaba parte en los planes de Noue, independientemente de cuál fuera su rol, probablemente haría su movimiento dentro de estos dos días. Tenía el estatus de esclavo y no podía moverse a su antojo. Esto significaba que los planes de Noue progresarían dentro del campo de detención.

Hasta entonces, necesitaba acercarse a Pashir y comprender la totalidad de sus planes.

Orba se sentía impaciente, pero también pensaba, que no podía apresurar las cosas.

Lo que estaba en juego era el futuro de Mephius, en otras palabras, la esperanza que finalmente había alcanzado, la posición del Príncipe Gil.

-La vida de la princesa, eh.

Giró su cuerpo y dio un paso hacia afuera mientras hacía un corte en diagonal con la espada.

***

 

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Al día siguiente.

A través de una pequeña ventana cincelada en una pared de piedra, Orba observaba el desarrollo de los juegos de gladiadores. Él estaba en la sala de espera para gladiadores. Ya que tenía el estatus de esclavo en esta situación, se le colocó en la misma antesala que los otros esclavos gladiadores, pero al ser un Guardia Imperial lo colocaron en una habitación estrecha pero especialmente preparada. Por supuesto, sus pies también estaban libres de cadenas.

Al igual que cuando había venido con Ineli y los demás anteriormente, se estaban llevando a cabo una gran cantidad de juegos simultáneamente. Y sin embargo, el encuentro más esperado era el de Orba, cuyo turno pronto iba comenzar.

— Por aquí, por favor.

Una esclava del estadio entró en la sala y le dejó su equipo. Él reconoció a esta chica. Ella era quien les había llevado el té cuando vino aquí con Ineli y compañía. Sus rasgos refrescantemente ordenados le habían dejado un recuerdo en su memoria.

Ayudó a Orba a ponerse la armadura de cuero. Insertó la espada como en los viejos tiempos en un escudo redondo, y vestía ropas y sandalias que también parecían de los tiempos antiguos.

— Estos son unos equipamientos bastante viejos.

— Llevan el símbolo de la época de Clovis. Probablemente no haya nadie que sepa realmente si los gladiadores de la antigüedad participaban con esta apariencia. Pero es cuestión de establecer un buen estado de ánimo.

Encontró algo humorístico en la forma en que se encogió de hombros. Algo intrigado, él le preguntó su nombre, y Orba escuchó “Mira” como respuesta. Y al hacerlo, se movió nerviosamente, como si hubiera algo que quisiera decir.

— Eres una persona que pertenece a la Guardia Imperial del príncipe, ¿verdad? Es grosero que alguien como yo te pida que transmitas un mensaje, pero si tuvieras la oportunidad, ¿podrías extender mi gratitud hacia el príncipe?

— ¿Gratitud?

— Por ofrecer su ayuda a Pashir-sama.

Con su cara ligeramente enrojecida, Mira salió de la habitación.

¿Oh?

Pashir parecía ser cabeza dura y del tipo que era increíblemente popular entre las mujeres.

Una vez que Orba estuvo solo, tal como lo había hecho en el pasado antes de un encuentro, se apoyó contra la pared y respiró hondo.





Así que estoy aquí otra vez.

Así que estoy aquí “otra vez”.

Aunque había planeado controlar sus pensamientos, sus emociones se habían desvanecido y habían dejado a Orba con apatía. Temprano en la mañana, Ineli y el resto, ante del Príncipe Gil, lo invitaron a observar el festival con ellos. Era para ver nada menos que los juegos de gladiadores, pero por supuesto, Orba los rechazó, alegando que sentía nublada la cabeza.

Ineli dijo que me vio en Ba Roux…

Ese sería el momento en que los Sozos se volvieron locos. Se sorprendió al descubrir que el príncipe también había ido. Eso significaba que todavía estaba vivo en ese momento.

¿Podría ser que el príncipe haya sido asesinado por Fedom? ¿Pensaba hacerme un doble desde el principio y ha estado esperando esta oportunidad?

Sus pensamientos estaban fragmentados, y no podía concentrarse en lo más mínimo. Entonces, el nombre de Pashir fue llamado repetidamente.

Orba vislumbró y vio que Pashir estaba en medio de una pelea uno a uno. Luchaba de una manera bien controlada, como la última vez que Orba lo había visto. Triunfó a través de tres encuentros ileso. Y antes de que tuviera tiempo de admirarlo, el turno de Orba estaba encima.

Su nombre fue pronunciado por el guardia y él salió de la habitación. Los otros esclavos estaban apiñados en una serie de antecámaras. Todos sus ojos siguieron a Orba. Desde el frente, desde los lados, desde la parte de atrás, las miradas lo atravesaban desde todas las direcciones.

Mientras continuaba caminando por el pasadizo, Pashir salió del escenario y se dirigió hacia allí desde el otro extremo. Con cabello y bigote de color negro oscuro, su estatura era un poco más alta que Orba, aunque poseía un cuerpo macizo. Viéndolo de nuevo, podría considerarse un cuerpo proporcionado e ideal.

Su respiración se elevó y sus ojos estaban inyectados de sangre inmediatamente después de la batalla. Se cruzó con Orba.

— … Maldito perro.

Pashir escupió eso al momento. Orba se dio la vuelta y vio la espalda del hombre voluminoso. Se podía ver una marca; la marca de una X con una línea recta hacia el centro. La espalda de Orba, del mismo modo, tenía la misma marca. La marca de un esclavo.

— Maldito perro Mephiano. Será mejor que no pierdas hasta que me enfrentes. Te haré pedazos con estas manos.

Pashir habló sin voltear atrás. Orba vio que esa marca ardía con su voluntad y pasión mientras se desvanecía en la distancia.

Entonces así es como es.

Pashir era un esclavo. Por supuesto, tenía sus propias circunstancias que lo llevaron a convertirse en uno, pero a juzgar por la forma en que hablaba, odiaba a Mephius. Y aparte de los Mephianos, odiaba al elogiado héroe, el que se había convertido en un Guardia Imperial.

Aunque era una discusión absurda, en este momento servía como grilletes de Orba. Sería difícil ganar la confianza de Pashir de esta manera. Y que se hubiera desviado de su camino para cruzarse con Orba provocó una cierta convicción dentro de él.

Si así es como “es”, hay varias maneras de enfrentar esto.

Justo antes de salir por la entrada en forma de arco, una luz brillante resplandeció sobre él y con cada paso que daba, la luz llenaba la gran arena, hasta que la arena en su totalidad estaba pintada de blanco.

— ¡Es Orba!

— ¡Es Iron Tiger!

Las ovaciones cayeron sobre él como un maremoto, abrumando a Orba desde todos los ángulos.

Incluso aquellos en la primera fila estaban situados tan lejos y por arriba de Orba, que su rostro parecía más pequeño que un grano de arroz, e incapaces de verlo, se amontonaron en los asientos en su celo para obtener una mejor vista.

Los recuerdos de los tiempos en que permanecía de pie al aire libre mientras se ponía a sudar luchando vívidamente volvieron a él. Cada vez que su corazón latía, sus músculos se hinchaban, como si cada nervio se uniera a esa única fibra.

— ¡Guardia Imperial Orba, avance!

El oponente de Orba era un hombre llamado Miguel Tes. Era un prometedor gladiador para el futuro, y según la impresión de Shique de su primer encuentro:

— Es un gladiador inteligente que se apega a lo básico. Eso parecía.

— Si vas a hacerlo, hazlo con determinación.

Orba recordó cómo el día anterior, Gowen repetidamente le había importunado con esto.

Primero se opuso a que Orba participara en el torneo.

— No has empuñado una espada por más de un mes. Debes saber que no será probable que ganes una serie de batallas en la arena —Gowen reprendió a Orba con un suspiro, muy consciente de su rasgo obstinado.

— No tomes a la ligera a tu oponente solo porque es el típico gladiador. Más bien, es porque es así que lo hace más fuertes en sus momentos finales. No importa qué tan fuerte seas, cuán grande te vuelvas, nunca olvides lo básico. Cada técnica, cada esquema, cada asesino que llama la atención se basa en lo básico. Y mantén tu compostura.

Gowen incluso se había entrometido en la habitación del príncipe y lo había molestado sin fin.

— Si haces eso, no morirás.

Sé eso.

Caminó hacia el centro de la arena de Solon y se encaró a Miguel Tes. Cabello rubio y ojos azules, de unos veinte años, era un hombre de hermosas facciones. Sus ojos azules miraban directamente a Orba y una leve sonrisa se podía ver en las comisuras de su boca. Su perfil actual en los juegos era de diez encuentros y diez victorias.

— Mis mejores deseos.

Miguel lo saludó sin una pizca de vacilación. Orba nunca respondía a los gladiadores que lo saludaban de esta manera. También permaneció en silencio esta vez.

— Ryucown debería ser el más fuerte de los caballeros de Garbera ¿no? —El joven  señaló  sin  rodeos,  y luego  continuó  hablando—.  También  es  el hombre al que Mephius más temía. Lo que significaría lo mismo contra cualquier caballero Garberano, cualquier soldado Mephiano, tú, que lo derrotaste serías aún más fuerte. No hay mejor pelea que pueda pedir.

Sonrió y reveló sus dientes blancos. Su compostura parecía indicar que ya había experimentado más de cincuenta batallas.

— Si él derrota a ese Miguel, su popularidad se disparará incluso fuera de Solon.

Hoy, Ineli también estaba sentada en la exclusiva área de asientos para nobles.

Ella se divertía en la primera fila cuando una esclava le sirvió té.

— Esa es una bonita expresión de él. Tiene cerebro, y estoy segura de que muchas mujeres quieren apoyarlo.

— No lo creo.

Dijo Baton Cadmos, que estaba sentado junto a ella. El gordo Troa estaba de pie en las gradas completamente absorto en la compra de alimentos.

— ¿Y? ¿Él es Orba? Eso creo, pero ¿no es bastante delgado? O más bien, ¿no es solo un niño? —espetó con arrogancia.

Su actitud hacia Ineli era claramente diferente de cuando Gil estaba cerca. Pero Ineli realmente no sentía la necesidad de criticarlo.

— ¿No es solo el regreso de un gladiador que viene lleno de arrogancia? Bueno, me gustaría ver cómo pasa a través de esto. Siempre he pensado que era imposible que no importara a dónde fuera y a quién se enfrentaba, siempre era el más fuerte. No hay forma de que una persona pueda ser tan ingeniosa.

— Pero, mató a un dragón ante mis propios ojos.

— Eso también es sospechoso. Es una estratagema para animar a la multitud, sin mencionar que el dragón también estaba drogado… ¡Ay!

Ineli pisó los pies de Baton tan fuerte como pudo, haciendo que saltara. Ineli lo miraba todo el tiempo.

— De verdad, ¡fui atacada! Sería diferente si no hubiera estado involucrada.

Ella lo sacudió con el movimiento de una mano, como si Baton lo estuviera pidiendo.

— Hmph. Bueno, ¿por qué no echo un vistazo a su habilidad? Las habilidades que Miguel mostró ayer fueron bastante buenas.

Ella era consciente de que la multitud ya estaba coreando el nombre de Miguel. Como había captado la atención de la gente de Solon en este escenario lleno de gladiadores, demostró que su habilidad era la verdadera.

Bueno, tendrás que verlo por ti mismo entonces.


Sus labios regordetes formaron una sonrisa. Los gritos que pronunciaban el nombre de Orba también eran estruendosos. Pero solo lo conocían de nombre. Un sentimiento de superioridad se apoderó de ella, sabiendo que este héroe la había salvado personalmente.

En el otro extremo, situado frente a la zona de asientos para los nobles Mephianos, había una zona de asientos para los invitados donde el mensajero de Garbera, Noue Salzantes, estaba presente. Miraba en medio del entusiasmo ardiente, manteniendo una apariencia refrescante y hermosa por la cual las mujeres morirían.

— Comiencen.

La pelea uno contra uno entre Orba y Miguel comenzó. Miguel intentó zambullirse de inmediato. Sin embargo, era una finta, y solo había desplazado la parte delantera de su pie. Orba rápidamente saltó hacia atrás. Miguel se encogió de hombros ante la respuesta excesiva e incitó la risa de los espectadores.

Solamente una persona.

¿Ves eso?

Ineli sonrió, como si lo supiera todo. Cuando Miguel intentó avanzar, Orba retrocedió. Con la espalda encorvada, continuó manteniendo una distancia que le permitía calibrar el movimiento de su oponente.

— Es como un gato —se rió Baton. Ineli lo ignoró.

Miguel entró corriendo con toda seriedad. Y Orba también saltó hacia atrás, esperando ganar distancia. Pero esta vez, Miguel no se detuvo. Demostró un excelente juego de pies que lo hacía parecer casi como si lo arrastraran a Orba, y siguió adelante.

Dos, tres veces, las cuchillas brillaban entre los dos. Orba parecía haber rechazado los golpes, pero Miguel acortaba constantemente su distancia. Los pies de Orba se detuvieron. El ataque de Miguel, disfrazado como una finta, finalmente había llegado a su máscara.

La multitud se sorprendió de cómo en ese instante, Orba estaba al alcance de la mano de Miguel. No era que la espada hubiera llegado a la máscara sino que Orba se había acercado, lo que provocó que la punta de la espada se empujara contra la máscara y se detuviera con fuerza.

A una distancia donde incluso sus empuñaduras estaban una al lado de la otra, el ligeramente sorprendido Miguel esperaba una competencia de fuerza bruta. En ese momento de esperanza, Orba una vez más saltó hacia atrás. Miguel habiendo ejercido su fuerza, tropezó hacia adelante. La espada de Orba cayó sobre él. La serie de maniobras corporales hábilmente empleadas dejó a Ineli con los ojos muy abiertos.

Al mismo tiempo, se escuchó el sonido estridente del metal. En un intento inmediato de defenderse, la espada de Miguel fue enviada volando en el aire. Cayó, manos y rodillas en el suelo. Cuando Orba agarró su espada de nuevo en un intento de poner fin a la batalla, Miguel arrojó sus puños al suelo por segunda vez. Esa era la señal de rendición.

— Oooh —Se escucharon gritos de desesperación y elogios desde los alrededores.

Orba miró a su alrededor.

En la arena, asumiendo una situación donde el encuentro se decidió y la vida del perdedor estaba intacta, el resultado de su vida quedaba a consideración de la audiencia. Si la mayoría ponía el pulgar hacia abajo, la vida del perdedor se tomaría sin piedad. Por el contrario, si la mayoría de la multitud lo levantara y agitara sus manos en coro, estaría por el momento exento de la muerte.

Hubo muchos casos en los que los gladiadores populares y los espadachines que mostraban una pelea brillante podían vivir.

Pero incluso si ese fuera el caso, si se sentía que la emoción del momento es particularmente deficiente, o si la audiencia no está satisfecha con la cantidad de carnicería, desearían un final brutal.

Por un golpe de suerte, Miguel recibió mucho apoyo y se salvó. Orba arrojó su espada y se alejó del perdedor. Orba había mostrado una abrumadora diferencia en su habilidad, pero la multitud estaba perpleja por la conclusión repentina.

— ¿Vieron eso? ¿Tú, Baton, Troa? ¡Su fuerza abrumadora! La única que gritaba de emoción era Ineli.

— Sí —respondió Baton, no muy feliz por eso.

Y Troa, que no tenía la menor idea de las reglas de la arena, simplemente asintió con la cabeza.

Lo que a Baton le pareció más desagradable era cómo sus ojos se humedecieron y sus mejillas se tiñeron de rojo. Sospechaba que no era resultado de la sed de sangre. Y, de hecho, Ineli estaba inusualmente emocionada. Mientras miraba la pelea de Orba, la escena que se desarrollaba en Ba Roux vívidamente regresó a ella.

Cuando el Sozos se acercó a ella, solo sintió miedo. La silueta del gladiador enmascarado después de salvarla, mientras ella se dejaba caer al suelo y lo miraba, quedó grabada para siempre en su memoria. Ella era una niña cansada de la vida cotidiana y siempre en busca de emociones. Pensando en esa escena, su corazón palpitaba y una sensación placentera llenaba su interior.

Sin embargo, mientras ella apoyaba al gladiador enmascarado, también lo odiaba. Él no le había dado ni una sola mirada y la dejó allí cuando la salvó del dragón. Y para agregar un insulto más, ofreció su mano a la princesa extranjera, justo cuando Ineli estaba solo a un paso de darle un golpe que la humillaría más allá de la redención. Ella no podía perdonarlo por eso.

Si vas a ganar, gana con un golpe. Quiero que todos te reconozcan como un héroe.

Y cuando mueras, muere como un perro. Entonces voy a arrancar esa máscara de tu cadáver.

Estos dos sentimientos conflictivos chocaban, provocando una tormenta de emociones, pero Ineli todavía podía sentir su cuerpo temblar por el dominio de una sensación agradable.

— Me pregunto si de alguna manera puede ser invitado a la fiesta de esta noche. Sería incorrecto si yo personalmente enviara un mensajero. Baton, ¿no puedes hacer algo al respecto?

Muchos gladiadores fueron invitados como huéspedes a las fiestas nocturnas celebradas en el palacio y en las salas residenciales de los nobles durante el festival. Y al invitar a los gladiadores muy populares, los nobles elevaban su posición.

— ¿No puedes pedirle al príncipe que lo haga? —Respondió Baton, sin el menor interés—. Él es el guardia imperial del príncipe.

— ¿No crees que lo sé? Estoy preguntando esto porque no puedo confiar en mi hermano — dijo Ineli con un puchero.

Troa sonrió con un kebab pegado a la cara.

— Se siente mal otra vez. Debe haber estado asustado por el campo de batalla.

— Ah, olvídalo. ¡Está bien! Quizás podría preguntarle a Fedom. Él es el director del gremio de gladiadores, ¿verdad? Me pregunto si podría negociar algo con él sobre Orba.

Mientras estaban hablando, salieron los siguientes gladiadores que procedieron a apostar sus vidas a su espada.

Después de eso, Orba luchó dos encuentros más. Era en una fosa contra un animal de pelo dorado, supuestamente transportado desde las tierras del este, del cual tomó su nombre, un tigre, y luego cruzó espadas contra gladiadores en un dos contra uno.

Ambos terminaron en una victoria satisfactoria. Esto era diferente de cuando estaba en el ambiente extraño que era el palacio. En una batalla donde tenía una espada en la mano, no tenía nada que temer.

Su inquebrantable despliegue de habilidad estuvo a la altura de las expectativas de los espectadores, pero la forma en que emprendió las batallas fue algo sencilla y dejó a los ciudadanos amantes de la arena de Solon ligeramente insatisfechos.

Los juegos de gladiadores terminaron antes del atardecer. Orba no regresó al palacio esta noche y solicitó al supervisor del campamento poder dormir en la misma habitación que los esclavos. Su razón era que regresar allí cada vez sería molesto.

Orba se unió a los esclavos en el comedor. Los hombres apenas vestidos sentados en los bancos de piedra entregaban los platos que las esclavas llenaban con las comidas pequeñas que tenían. Mientras comía con las manos desnudas, Orba pensó que no había experimentado esto en mucho tiempo, y le pareció extrañamente divertido cómo este ambiente evocaba una sensación de nostalgia.

Había poco o nada de habla. Eran todas personas enviadas por compañías de esclavos de varias regiones. Ciertamente, sería extraño verlos hablar alegremente cuando se verían obligados a matarse entre ellos al día siguiente, pero la atmósfera actual era de alguna manera diferente. Al igual que el día anterior, todos eran conscientes de Orba. Pero nadie lo llamó. Ellos solo continuaron en silencio.

Orba vislumbró a Pashir que estaba sentado frente a él. Una vez más estaba mirando en dirección a Orba. Cuando sus miradas se encontraron, inmediatamente levantó su copa vacía en el aire y Mira se apresuró a trotar llevando un jarrón y vertiendo agua en la copa.

El hombre que aparentemente supervisaba a los esclavos se presentó un momento, pero se fue sin decir una palabra. Justo cuando su comida estaba a punto de terminar, Pashir habló de repente.

— Que alguien como tú haya venido aquí es algo bueno.

Orba lo miró medio boquiabierto, sin idea de lo que Pashir estaba diciendo.

— El alcaide siempre nos saca, pero se contuvo por gente como tú, un Guardia Imperial estaba aquí. Gracias a eso, hemos tenido suficiente tiempo para comer.

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Pashir soltó una carcajada y todos intervinieron de manera similar.

Poco tiempo después se calmaron,

— ¿Por qué has venido aquí? Eres un héroe de Mephius. ¿Tienes tanta confianza en matar a otros?

— Me ordenaron venir. ¿Qué más podría ser? No hables como si tuviera los mismos gustos que un esclavo.

Orba negó deliberadamente sus afirmaciones y se levantó de su asiento. Él era el único sin cadenas en sus pies. Entonces, justo cuando estaba a punto de irse:

— No hay diferencia entre tú y nosotros. Incluso si tus pies no están envueltos en cadenas, si te ordenan matar, entonces eres lo mismo que un esclavo. Yo diría que eres una bestia encadenada para matar en público.

— Cállate.

Después de alzar la voz, se alejó con grandes zancadas.

Poco después de salir de en medio, los pies de Orba se detuvieron mientras se perdía en sus pensamientos. Caviló sobre el corto intercambio en este momento.


Pashir está resentido con Mephius. Lo odia.

Este plan, entonces, no serviría para beneficiar a los nobles mephianos.

¿Propusieron Oubary y Zaat este plan mientras mantienen sus nombres en secreto, o es este el plan de Noue para tomar represalias contra Mephius?

Mañana, Orba estaba listo para participar en un encuentro en la espalda de un dragón. Sería una pelea entre dos luchadores ensillados en un Baian de tamaño mediano.

Por supuesto, Orba no había puesto un pie aquí solo para matar a otros esclavos. Necesitaba hacer uso completo del poco tiempo que tenía.

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