Rakuin no Monshou (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: El Gladiador De Su Alteza Real

Parte 2

 

 

El baile fluyó. La princesa que acababa de llegar de otro país y el antiguo gladiador que había derrotado al general enemigo en la Fortaleza de Zaim; la atención se centró en los dos. La pasión los rodeaba, posiblemente amplificada por la actuación musical dada por los virtuosos.

Orba prestó atención discreta a sus pies. Nunca antes había experimentado este tipo de baile. Él grabó el ritmo del baile en su mente. Una simple pérdida del ritmo, y temía que todo el baile se desmoronara.

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Uno, dos, tres… uno, dos.

Debajo de su máscara, un sudor frío firmemente se suspendió en sus cejas. ¿Es este ritmo? No, espera, hay un retraso. Extiende tus manos, mira hacia otro lado, y luego otra vez, uno, dos, tres, uno…

— Orba.

— ¿Huh?

Aún más sorprendida, la voz de Orba resonó. Él estaba realmente nervioso.





Vileena soltó una risita y dijo:

— Gracias.

Orba no respondió ninguna palabra. Él mismo ni siquiera estaba seguro de por qué se había presentado voluntario ante la princesa.

La pasión matizó la noche, y en medio de la melodía del vals que fluía en los oídos, tomó la mano de la princesa y bailó una y otra vez. El viento de la noche se sentía refrescante contra su piel. Las ramas del bosque crujían y la fuente se bañaba en un atractivo dorado bajo las luces del fuego, mientras suaves sonrisas se extendían por las caras de los invitados viendo la escena desarrollarse ante ellos.

Esta noche. Esta escena. Orba no lo soñó.

En poco tiempo, la música se detuvo y los dos rápidamente levantaron las manos en el aire. Saludos y aplausos hicieron eco. El baile fue torpemente ejecutado, y sin embargo, de alguna manera tocó sus corazones. Sus manos entrelazadas se separaron y ambos se dieron una cortés reverencia, durante la cual Orba se sintió abrumado por una oleada de intensas emociones.

***

 

 

Tan pronto como el baile terminó, Orba se vio nuevamente rodeado de gente.

— Orba-dono, ¿nos permitirás escuchar los detalles de la vez que derrotaste a Ryucown?

— Ven aquí y vamos tomar unos tragos juntos.

— ¿Es verdad que la máscara es la maldición de un mago y no se puede quitar?

— ¿Qué hay con el rumor que oculto detrás de esa máscara, hay un noble de un país en ruinas?

No hay fin para ellos.

Orba resistió el impulso de gritar “¡Cállense!” Y se comportó respetuosamente. Entre ellos, muchas mujeres intentaron tocar su cuerpo, lo que provocó que saltara en respuesta, lo que a su vez invitó a la gente a reírse.

Luego, sintió una mirada penetrante de un grupo de personas en el extremo opuesto. Por casualidad, miró a Ineli y vio una expresión que no podía explicarse con palabras. No era enojo o tristeza, y aunque se acercaba a ser inexpresiva, su mirada enviaba fuertes sentimientos de hostilidad.

Cuando los ojos de Orba se encontraron con los suyos, la cara de Ineli se tiñó de rojo, y luego palideció lentamente, después de lo cual, desafiante, le dio la espalda e inmediatamente se alejó. Vio por el rabillo del ojo a Baton persiguiéndola como una ráfaga.

Por fin, llegó el final de la fiesta y Orba fue liberado de los persistentes y entrometidos invitados. Las parejas que se dispersaron tan rápido como se formaron, los que se dirigían a una fiesta diferente, los que habían bebido hasta la inconciencia y estaban siendo atendidos por sus sirvientes, los que discutían cómo querían ir a ver el festival de la ciudad, y entre toda esta gente presente, el objetivo, Noue, se había ido hace mucho tiempo.

Tch. ¿entonces cuál fue el punto de venir aquí?

Mientras pensaba en regresar, una mujer de edad avanzada salió del jardín y lo detuvo. Pensó que se trataba de otra persona que afirmaba ser fanático del gladiador, pero tras una inspección más cercana, encontró que la que se inclinaba ante él era la doncella principal de Vileena, Theresia.

— Por ayudar a salvar a la princesa, ofrezco mi más humilde gratitud.

— …¿Qué quieres decir?

— Jojo. Veo que Orba-dono es del tipo que salva a una doncella en apuros. Pareces muy versado en el código de un caballero Garberano.

— Soy un gladiador —Algo desconcertado, Orba negó con la cabeza—. Englobar a un gladiador junto con un caballero de Garbera, definitivamente harás que te tengan resentimiento. Siendo un antiguo esclavo y aun así tomando la mano de la princesa, en su lugar, debería pedir perdón.

La mitad de lo que él había dicho era para burlarse de él mismo, y la otra mitad por cinismo. Era posible que una persona de alto rango y un esclavo hablaran como iguales y se tomaran de las manos. Sin embargo, la diferencia entre eso y la realidad era tan grande como el cielo y la tierra.


Todo el tiempo, Theresia levantaba el rabillo del ojo.

— La princesa no es alguien que se preocupe por si una persona es esclava o no. Por supuesto, yo tampoco. La princesa incluso te despreciaría por humillarte. Por favor, ten eso en mente.

Eso es porque no conocen a un esclavo.

Estaba a punto de comenzar su reprimenda, pero notó el montón de copas de vino vacías que habían caído sobre la mesa donde Theresia estaba sentada. Mientras tanto, suspiró y bajó cortésmente la cabeza. Entonces, una preocupación repentina vino a su mente.

— ¿Has visto a la princesa?

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— Oh… —Theresia se encogió de hombros con expresión preocupada—. Ella declaró firmemente que quería dar un paseo por el jardín a solas. Bueno, la seguridad aquí es lo suficientemente estricta como para que ella esté bien incluso si está sola, pero como puedes ver, todavía no ha regresado y he estado esperando aquí todo este tiempo.

Ella le ofreció un vaso, como preguntando: “¿te unirías a mí?” pero él se negó con la mano.

— ¿Olvidaste algo?

Theresia preguntó, instigada por Orba, quien procedió a caminar hacia el jardín.

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— No.

Orba se fue después de decir esa palabra.

Deambuló por el jardín, y luego distinguió la figura de alguien posado en una colina ligeramente elevada y marchó hacia allí.

Era un lugar donde se podía ver el bosque situado entre el palacio. El palacio iluminado y en el extremo opuesto en un área de tierra parcialmente hundida, se podían ver las luces de la ciudad. La muchedumbre, que seguía creciendo, inundó de algarabía el festival, y si escuchaba con atención, se podía oír el bullicioso tumulto de la ciudad traído por el viento.

Vileena estaba allí. En la cima de la colina, sus manos se aferraban a una cerca de su altura mientras miraba hacia el paisaje urbano. Orba intentó gritar su nombre, pero ¿por qué su voz no salía?

Tan pequeña.

Así fue como la vio. El rostro de esta jovencita levemente iluminado por las luces de la ciudad era lo suficientemente hermoso como para llamar la atención de una persona de inmediato y, sin embargo, mostraba una inusual inmadurez. La princesa tenía catorce años. Era de esperar que pareciera pequeña, pero era la primera vez que Orba la veía de esta manera.

Se escuchó un leve zumbido. No era lo mismo que el sonido del vals Mephiano de antes. Sonaba como una melodía de Garbera. Incluso volando con una nave, ¿cuántos días tardaría en llegar a esa tierra distante desde aquí?

El zumbido continuó durante un tiempo, cuando Vileena se detuvo de repente y se dio la vuelta.

Un espadachín en silencio en la oscuridad de la noche, con el rostro oculto por una máscara y parado detrás de ella, ciertamente era espeluznante, pero Vileena no emitió ni un solo sonido, solo miró ligeramente sorprendida.

— Acerca de antes…

— No fue nada.

De nuevo, la interrumpió antes de que ella pudiera darle las gracias. Ella ahora no sabía qué más hablar con él. Y posiblemente habiéndolo encontrado, sonrió.

— Has sido único desde lo sucedido en la Fortaleza Zaim, ¿no? Que un héroe esté en este lugar solo no está bien. ¿Por qué no vas y haces un brindis con todos?

— Lo mismo vale para la princesa. Estar sola aquí es peligroso. Theresia-dono ha estado esperándola. Regresemos juntos.

— ¿Yo? Yo… cierto, asistiré a una cita a partir de ahora. Con un buen caballero, podría agregar.

Vileena se rió por la expresión de sorpresa que Orba hizo.

Ah-

Por alguna razón, Orba podía sentir su cara sonrojarse detrás de su máscara.

— Sería bueno si ese fuera el caso, pero… —Vileena tomó su pelo que brillaba en el viento de la noche, y una vez más miró hacia la distancia—. ¿Qué clase de persona es el príncipe heredero? ¿Alguna vez ha encontrado a alguien que ama y fueron capaces de encontrar la felicidad? Nunca me he enamorado. He llegado a conocer muchas personas en Garbera; existen aquellos a los que me he acercado, y aquellos que son estrictos conmigo y que sin embargo me guían, pero de ellos, aquellos que siento que puedo llamar verdaderos amigos en el sentido mismo de su significado son menos de los que puedo contar. Así es como es, incluso en la ciudad natal en la que nací y crecí. Y en cuanto a Mephius…

Vileena estaba inusualmente habladora, posiblemente debido a la oscuridad de la noche. Debido a que su cara no se podía ver, podría haber sentido que era permisible bajar la guardia por el momento.

— No importa qué tipo de lugar sea, pensé que podría continuar como siempre lo he hecho. El abuelo también me dijo lo mismo. Soy indudablemente Vileena Owell. Y no es como si hubiera cambiado de cómo era en el pasado. Sin embargo…

Vileena hablaba con una voz lejana que no se podía distinguir claramente. Por un corto tiempo, hubo silencio.

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— Orba. ¿Alguna vez has hablado con el príncipe? —le preguntó. Lo pensó un poco y respondió:

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— Sí.

Parecería extraño si no conociera al príncipe. Una vez hecho esto, Vileena le hizo una pregunta que lo presionó aún más.

— Para ti, ¿qué tipo de persona ves en el Príncipe Gil?

— Incluso si me pregunta qué tipo de persona es…

— Puede ser un poco vergonzoso, pero a pesar de que él es mi prometido, las veces que he hablado con ese hombre son menos de las que puedo contar. Incluso ahora, hay demasiadas cosas que no sé sobre él. Si pudiera entenderlo un poco más, podría luchar mejor en mi propia batalla, aquí en las tierras de este país.

Batalla.

Lo que Orba luchaba todos los días. Aquí en estas tierras, Vileena Owell también estaba luchando. Su actitud era extremadamente pesimista, naturalmente, pero no únicamente causada por Ineli y el ridículo ante los demás. Como estaba peleando, el alcance de sus esfuerzos, incluso esto no estaba más allá de la imaginación de Orba. Él mismo era así.

— Me retracto. Pregunté algo estúpido. Olvídalo, yo-

— Ese príncipe es… —dijo Orba mientras bajaba la cabeza—. Ese príncipe es infantil. Mucho más que usted. Mucho más. Extremadamente.

— …

— Incluso si actúa como si lo supiera todo, realmente, hay muchas cosas que no comprende. Es por eso… probablemente pueda adivinar esto sin que yo lo diga, cosas de este tipo, es mejor no esperar nada de él. Todos sus pensamientos, él los pronuncia sin medir consecuencias. Y por lo que no sabe, si no se le enseña, permanecerá siempre ignorante —Después de que su conversación rápida terminó, Orba gruñó—. Eso es todo. Por favor, discúlpeme. Soy un mal orador. En cuanto a lo que quiero decir, incluso yo…

— No, está bien… Ok, lo entiendo ahora— Vileena asintió con la cabeza—. Entonces intentaré expresarlo con mis propias palabras. Ciertamente, una vez que el tema se desvía de sí mismo, no sabe casi nada de los demás. Esto incluye a la gente de Mephius.

— Sí.

— Y- —Los labios de Vileena se abrieron—. Estoy de acuerdo en que el príncipe es infantil. Sigue una línea de pensamiento aparentemente honesta rivalizada por su simplicidad aparentemente prudente. Ocasionalmente, casi puedo imaginarlo como un bebé recién nacido.

— ¿¡Qué!?

— ¿Eh?

— Ah, no, desde muy lejos, creí escuchar algunas burlas dirigidas hacia mí.

Salió de la barandilla y se aclaró la garganta, mientras miraba hacia la distancia.

— Ya es hora de que regresemos. Theresia-dono está bebiendo demasiado.

— Estoy segura de que Theresia está bastante feliz de tener una razón para beber —Vileena mantuvo una sonrisa—. Bueno, entonces, vámonos. Theresia da miedo cuando está borracha.

Ella escondió su vergüenza ante su elección de palabras.

Los dos descendieron la pendiente y regresaron al jardín. Theresia levantó su copa de vino vacía en el aire. El que debería haber seguido su ejemplo, el paje sentado a la mesa, recostó su cabeza profundamente dormido.

— Ahora bien. Princesa, ¿deberíamos regresar a las habitaciones de las mujeres?

— No, lo siento Theresia, pero hay un lugar que quiero visitar.

— ¿Hm? La princesa esperaba mucho más del festival por venir, porque yo le compraba y le daba muchos globos de colores al día siguiente. Podía llevar un montón de ellos y, sobre todo, disfrutar corriendo con ellos afuera, ¿no?

— E-Eso fue cuando era niña— la cara de Vileena se enrojeció—. Estaba pensando que deberíamos ir a visitar al príncipe enfermo.

— ¿Huh?

Theresia y Orba dijeron en voz alta.

— Pero princesa. La noche ya casi termina. Incluso normalmente, el príncipe no es alguien que tenga la amabilidad de reunirse con usted.

— Incluso si en algún momento puede ser imposible, en este momento, no lo es. No importa si continúa negándoseme. Hasta que lo arranque desde sus raíces, planeo aparecer sin importar cuántas veces tarde.

— Princesa…

Theresia dijo profundamente conmovida, y junto a ella:

— E-Entonces, me despido. Recordé un asunto urgente. Ahh, no puedo dejarlo así.


Murmurando alguna excusa a medias, Orba rápidamente se fue antes que las dos.

Incluso en las carreteras, en medio de la conmoción del festival, los carruajes tirados por caballos no eran de ninguna manera accesibles. Sin alternativa, Orba corrió y corrió todo el camino de vuelta al palacio.

¡Mierda! ¿Qué quiere ella con el príncipe esta vez? Podría venir a pronunciar algún tipo de queja nuevamente.

Apresuró a Dinn para que lo ayudara rápidamente a cambiarse de ropa, y justo cuando se deslizaba en su cama, el sonido de la campana resonó.

— Déjales entrar.

Sorprendido por la orden de Orba, Dinn abrió la puerta y dejó que Vileena y Theresia entraran a la habitación.

— ¿Cómo te está yendo hoy? —cuestionó Vileena.

Ella se veía algo decepcionada. Tanto más cuanto ella había insistido obstinadamente en venir aquí sin previo aviso.

— Parece que me siento un poco mejor.

Orba dijo, fingió tener un ataque de tos. Theresia examinó cuidadosamente su rostro.

— Está sudando mucho. Su respiración es pesada, puedo ver que no está

absolutamente bien. Princesa, deberíamos acortar nuestra visita de hoy.

— N-No, está bien. Solo estaré aquí por un momento.

Se sentó en la silla que Dinn le ofreció, y miró al príncipe que yacía en la cama.

Sintiendo el ambiente algo insoportable:

— ¿Hay algo que quieras decir?

— Bueno, ¿por qué piensas eso?

— Esa es la impresión que tengo.

— Solo vine aquí para verte. Estaba pensando que podrías aburrirte, estando solo durante el festival y todo eso.

Orba se quedó en blanco ante su comportamiento algo inusual. No podía ver su comportamiento agresivo habitual que parecía cortés, mientras esperaba la oportunidad de atacar. Recordaba el aire intimidante que, normalmente, se producía en el momento en que ella lo confrontaba y que incluso lo hacía callar.

O la princesa cambió o…


— Hoy fue bastante duro para la princesa. Esa persona llamada a Ineli, sería bueno para el príncipe si tuviera cierta cautela hacia ella…

— Theresia. Para.

Al final, con solo dos o tres intercambios inofensivos, Vileena inmediatamente se levantó de su asiento.

— Bien entonces. Por favor, descansa. Si mañana tienes algo de apetito, traeré algo del festival.

— Y también algunos de los globos favoritos de la princesa.

— ¡The-re-si-a! ¡Hablas demasiado!

Mientras comprobaba que ella se iba, dio forma a sus impresiones.

No es ella.

Había elegido no ir a donde estaban Oubary o Zaat, sino al Moonlight Palace. Era innegable que había ido a encontrarse con Noue cara a cara, pero más que eso, quería encontrarse con Vileena y conocer sus sentimientos.

El mensajero enviado por Noue había dicho que eran indiferentes a su vida, pero eso también podría haber sido una estratagema diseñada para ganarse a Oubary, o tal vez la misma Vileena participaba en los planes de Garbera, sin saber que su vida estaba en el blanco, pero…

Ella no está tomando parte en eso. Está demasiado decidida a continuar su propia batalla en Mephius.

Ella había planteado el problema con Kaiser esa vez cuando regresó de la residencia de Saian, y absolutamente no lo aprobaba. Una prueba más de que había establecido a Mephius como su segundo hogar.

Si no es la princesa, es difícil imaginar que Garbera sea el que tira las cuerdas. ¿Es todo plan de Noue y Oubary?

Sin darse cuenta de sus extraños sentimientos de alivio, surgieron nuevos sentimientos de que los planes de Noue no debían fructificar.

Si sus motivos se expresaran en palabras, algunas cosas inmediatamente se le vinieron a la mente. Estaban sus sentimientos que no quería que las cosas fueran como Oubary quería, y también con la dirección proporcionada por War, finalmente había encontrado algunas pistas relacionadas con la Fortaleza Apta. Y, sin embargo, si este país cayera en el caos en este momento, tenía miedo de perder las pistas. Y, si Mephius se cayera en ruinas, perdería la autoridad conferida al príncipe, cuyo papel había seguido trabajando tan duro para interpretar, y al final, volvería a ser un gladiador sin poder. Entonces no sería capaz de realizar una sola de sus metas.

Sin embargo, en este momento, superando por mucho a todas esas razones,

Tirar tan fácilmente la vida de una princesa que tan desesperadamente se arrojó a un país desconocido y está peleando su batalla… ¿qué están tramando?

Ira.

Ira hacia aquellos que despreocupadamente intentan manipular las vidas, los destinos de los demás. La misma ira que albergaba cuando su aldea fue incendiada, que dio forma a emociones oscuras y viscosas.

Como si malditamente los fuera a dejar.

Como si fuera a dejar que una maldita cosa vaya de acuerdo a los deseos de esos bastardos.

Orba se levantó de su cama como nunca antes.

Lejos del edificio principal del palacio Mephiano, en el palacio exterior se encontraba una torre pequeña situada cerca del nivel del suelo. Allí estaban las habitaciones asignadas para que se alojaran los embajadores extranjeros.

Mirando hacia arriba desde las ventanas de una de estas habitaciones en el palacio, ahora iluminado en conmemoración del festival de la fundación, estaba el enviado de Garbera, Noue Salzantes. Comparado con los edificios de su país, el palacio Mephiano parecía casi rústico. Pero estaba acostumbrado. Había pasado más de cinco años como Representante en Jefe en la Fortaleza Apta la cual había robado a Mephius.

Esa fortaleza se encontraba actualmente en operaciones de restauración para preparar su transferencia a Mephius. Él estaba aquí bajo el pretexto de ofrecer felicitaciones por la boda al príncipe de Mephius y a la princesa de Garbera. Durante este período de tiempo tan agitado, se había esforzado para ofrecerse como voluntario para ser el embajador en el aniversario de la fundación de Mephius. Su país lo ha aceptado. Se le había confiado más que a otros ser el primero en dar seguimiento a la discusión de las tareas del enviado de felicitaciones.

— Por el momento, he tendido mi mano.

Noue lo había dicho en su habitación, ausente de personas, mientras estaba en pleno dominio de sus emociones. El semblante sonriente que había mostrado frente a Ineli y Orba había sido arrojado. Aunque inexpresivo, esa cara era aterradoramente hermosa.

Un cuerpo delgado y de piel clara. Encima de su bata holgada, su largo cabello ondeaba. Sin duda, su apariencia era la de un noble pródigo. Y sus gestos femeninos, ambos eran cosas que personalmente le habían gustado. Según los estándares de Garbera, era un dandy, y para ir aún más lejos, era simplemente descuidado y un hombre no apto para un país de caballeros.

Dejando de lado su comportamiento, Noue era reconocido por todos en el país por su genialidad. La Casa Salzantes había gobernado las tierras de Rhodes generación tras generación como señores feudales. También tenían grandes porciones de territorios y una fuerte influencia política en Garbera. Pero Noue rápidamente entregó el asiento como jefe de la familia a su hermano menor y renunció al puesto de vicegobernador electo de la capital real. “De esta manera puedo descansar tranquilo”, había afirmado que ese era el motivo de sus acciones, pero su verdadero motivo era ligeramente diferente. Con el territorio en su poder, tediosamente se vio obligado a realizar día tras día diversas tareas y quería tiempo para hacer lo que quisiera; hora de hacer el trabajo que él disfrutaba. Es decir:

Estrategia, guerra ingeniosa y conquista.

En el pasado, fue él quien ideó la estratagema para el ataque a la Fortaleza Apta donde el General Oubary estaba presente. Al principio solo hizo uso de caballería, y repitió incansablemente este método de asalto. Su empleo de una estrategia tan deficiente había provocado quejas de su propio ejército y permitió que la situación en Apta se volviera completamente en su contra. Y Noue, como si fuera evidente que dijera: “Oh, no, todo terminó”, hizo que su fuerza principal se batiera en retirada.

Pero en realidad, permanecían ocultos cerca de la fortaleza. Al mismo tiempo, desplazó una fuerza separada, previamente alistada, en un bosque cercano en el territorio de Mephius. Fueron descubiertos intencionalmente por un grupo de exploración, en ese momento la fuerza principal se movilizó, sugiriendo que su objetivo era la capital.

Y de acuerdo con sus predicciones, las fuerzas enemigas reunidas en Apta se dividieron con éxito. Noue, midió con precisión este momento, inmediatamente regresó con las fuerzas principales y lanzó un ataque total. Sin embargo, las fuerzas situadas en Apta que habían repelido el feroz asalto de caballería se habían vuelto arrogantes, y por esta razón, habían pedido refuerzos demasiado tarde. Noue desplegó una unidad aérea ilesa, que hasta entonces había estado en reserva, e hizo que los soldados acamparan cerca de la fortaleza, la cual cayó en un abrir y cerrar de ojos, y luego sitiaron el castillo. Se había apoderado con éxito de la fortaleza en menos de un mes.

Hace seis años.

Cierto. En ese momento, había conocido a Ryucown.

Mientras pensaba en el nombre de ese hombre, Noue levantó la vista, sin impresionarse, al palacio, sus ojos casi no mostraban ningún sentimiento.

Ryucown todavía era un aprendiz de caballero. Pero incluso en esos días se entusiasmó con su sueño. No se había esforzado por convertirse en el caballero ideal. No, quería que Garbera se convirtiera en el país ideal de los caballeros. Después de haber escuchado que él tenía esa gran ambición:

Qué tonto.

Noue se había burlado. No había más de cinco años de diferencia de edad entre ellos, pero Ryucown aún creía en sueños tan infantiles. Noue era realista. Si bien pensaba que el ingenio de las batallas era interesante, sabía que ni países enteros ni el mundo podían ser tan fácilmente influenciados por ellos. Noue era físicamente débil por naturaleza y detestaba a aquellos que confiaban solo en su poder armado y se jactaban de ello.

Solo el rostro y el nombre de Ryucown, quien mostró su osado valor en la Batalla de Apta, eran recordados.

Después de aproximadamente un año, Ryucown se convirtió en un caballero oficial por derrotar al rebelde Bateaux. A partir de ese momento, realizó numerosos servicios en la guerra contra Mephius, los cuales incluso ahora son dignos de alabanza. Varios de estos habían involucrado a Noue.

Antes de ir a la batalla, Ryucown, que había llegado a Apta, envió un mensajero a su casa en una aeronave, Noue había otorgado una propuesta escrita al suplicante hombre. Ryucown ya había comenzado a ganar la fama de un héroe. A pesar de que era un hombre de gran popularidad en todo el país, después de todo era, ante todo, un guerrero sorprendido por el conocimiento de Noue, y jugaba de acuerdo a las palabras enfermas de Noue. Y cada vez:

— Simplemente fascinante —Ryucown lo alababa con franqueza, con ojos llenos de asombro—. Estando aquí en Apta, ¿cómo puedes analizar con tanto detalle los movimientos del campo de batalla y los hombres que, como yo, se mueven por tierra? Es como si poseyeras clarividencia.

— El poder de la imaginación —Noue señalaba hacia su propia cabeza—. Aquellos que no pueden siquiera aprender, experimentar, no son más que brutos, Ryucown. Los hombres, a veces pueden recurrir al conocimiento que han acumulado y a las enseñanzas transmitidas por sus antepasados para cumplir sus deseos en este extenso mundo.

— Ya veo. Estás luchando literalmente con tu cabeza. De esta manera, contra Arion, contra Ende, no importa a qué país te estés enfrentando, será posible hacerlo con tus poderes de simulación. Por favor dime, qué es lo que Garbera necesita ahora para que pueda cumplir mi sueño de hacer de Garbera una potencia mundial.

 

— Jajajajajaja. Eres un simplón, Ryucown. Incluso yo no he pensado tanto. Pero eso no significa que esté completamente fuera de alcance. No hay necesidad del panorama general. Con suficientes fragmentos de información ensamblados, será posible extraer la imagen completa.

En reciprocidad con sus pensamientos, y para vergüenza de Noue, se dio cuenta de que él mismo también era un simplón. El hombre conocido como Ryucown era simple y franco y tenía un encanto peculiar. Incluso hombres en oposición quedaban encantados de forma natural.

— Entonces actuaré como los ojos y oídos de Lord Noue. Ya sea a caballo, ya sea en una compañía aérea, daré la vuelta al mundo y recogeré los fragmentos deseados del Señor Noue. Para que juntos podamos hacer que Garbera se eleve por encima de todos los demás, como un país galante.

Incluso cuando Noue se rió en voz alta.

Si es este hombre, puede ser posible.

Podía sentir este pensamiento surgiendo dentro de él. Grandes sueños daban paso a los contratiempos de los hombres. Esos contratiempos los devolvían a la realidad. Pero para Ryucown, ese sueño posiblemente podría llegar a ser. Esos ojos que parecían simples, libres de distracción, podrían obtener esos fragmentos.

Precisamente porque Ryucown tenía esos pensamientos, Noue había propuesto el compromiso de la princesa Vileena con Ryucown. Había señales de que las cosas comenzaban a moverse. Junto con Ryucown, mientras luchaban por su sueño día tras día, sin duda Noue se encontraría con nuevos fragmentos nunca antes experimentados.

Sin embargo.

Un sueño no es más que un sueño.

La metodología de Noue y los ideales de Ryucown eran incomparables a todos los demás. No pudieron dar a luz a sus sueños.

Mientras avanzaban las negociaciones de paz con Mephius, la princesa Vileena había sido comprometida con Mephius. Habiendo mirado solamente hacia su sueño, Ryucown fue golpeado mucho más duro que Noue. Incluso ese hombre tan afortunado no tuvo más opción que regresar a la realidad. Esa fue la cosa que Noue encontró más irritante.

Y-

Maldito seas, Ryucown. ¿Por qué no me llamaste siquiera una vez?

Ese hombre que siempre había adoptado la mentalidad de un muchacho joven no era alguien que pudiera caer de rodillas ante la realidad. Incapaz de estar de acuerdo con la forma en que su nación manejaba las cosas, se había levantado en contra de ella. Cuando Noue recibió aviso de esto, no pudo hacer nada. No importaba cuánto dependiera de sus poderes de imaginación, el futuro brillante de Ryucown no podía ser cambiado. Y otro suceso ocurrió fuera de su campo de imaginación.

Ryucown fue derrotado.

Sin embargo, ese nombre que no estaba en mis predicciones es:

Él era el príncipe de Mephius, Gil Mephius. El que según los rumores es un imbécil.

Este hombre, aparte de la diferencia en el tamaño de sus fuerzas, logró destrozar una fortaleza ocupada por Ryucown, y además, ¿en su primera campaña? …

Él los quería. Los fragmentos de información relacionados con este incidente. Es decir, por lo menos las partes para que él pudiera entender este hecho. Si no, no había manera de que pudiera pagarle a Ryucown por no poder conceder su sueño.


Por eso había venido aquí. El viento que entraba por la ventana soplaba contra el largo pelo de Noue. Era una vista impresionante.

Por supuesto, no me conformaré con esta información como un souvenir. No soy tan modesto. Hay varias cosas que deseo, preparativos hacia Ende, caos en Mephius y el príncipe heredero que mató a Ryucown.

Incluso si Noue no podía predecir todo, mientras se quedaba en Apta, avanzó en sus preparativos para poder abrir una brecha en Mephius en cualquier momento. El momento de usarla había llegado.

Traeré todo de vuelta conmigo.

Mientras su cabello negro se balanceaba, brilló como una espada desnuda.

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