Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 12

Capítulo 86: Ventas

 

 

“Muy bien, ¡pongamos el negocio aquí!”.

Era el tercer día desde que la caravana entró en territorio imperial. Ya que no podrían obtener nueva información estando cerca de la frontera, hasta ahora habían estado avanzando hacia la capital, con unas cuantas paradas cortas en el camino. Por fin, en esta ciudad, decidieron que era hora de un poco de negocios.

Publicidad M-AR-1

Por supuesto, su meta no era hacer grandes negocios con comerciantes del Imperio. Eso significaría perder toda su mercancía en unas cuantas transacciones, y ya no tendrían razón para adentrarse más en el país, lo cual causaría sospechas. Cierto, se podía ganar un poco de dinero al transportar productos de una ciudad Albarniana a otra, pero esto no era algo que normalmente fuera rentable para comerciantes extranjeros.

Sería más lógico llevar tus productos a otro lado en lugar de quedarte en un lugar tan lúgubre como el Imperio.

Al fin y al cabo, la función de esta caravana era matar el tiempo haciendo unas ventas pequeñas a ciudadanos comunes, reuniendo información poco a poco en el camino. Sacarle información a los nobles o comerciantes adinerados era mejor dejárselo a los profesionales, y por ello no era algo que debieran hacer estos comerciantes en particular.

“Muy bien, conductores, desenganchen a los caballos y átenlos a los arboles de allá. Le quitaremos la lona a las carretas y comenzaremos a armar la tienda. Pacto Carmesí, mantengan los ojos abiertos por ladrones que esperen a que bajemos la guardia. Intenten no interferir en las preparaciones de la tienda. Se necesita un poco de habilidad para esto, así que no necesitamos que ustedes sean un est—digo, que desordenen— no, em, digo, que nos ayuden”.

El hombre dejó escuchar sus verdaderos pensamientos, pero era verdad que, si unas amateurs interferían, causarían problemas. A pesar de que los hombres sólo pretendían ser comerciantes, seguramente habían tenido algo de práctica, antes de partir, con comerciantes que les enseñaron una o dos cosas…

Publicidad M-M3

El diseño de las carretas estaba muy bien pensado. Algunos bienes para la venta se bajarían de la plataforma central y se colocarían en una lona puesta en el suelo. Sin embargo, podían también simplemente remover la lona de la carreta y mostrar bastantes productos puestos ya sobre la misma.

En realidad, Reina estaba familiarizada hasta cierto punto con este tipo de ‘carreta convertible’, pero sería un poco incómodo que de ellas cuatro sólo una ayudara, así que se mantuvo en silencio.

“Siempre y cuando estén cerca por si ocurre algún problema, pueden ir a dar algunas vueltas o tomar una siesta mientras trabajamos”, dijo el líder de los comerciantes. Por supuesto, Pacto Carmesí—Pauline en particular—ya tenía otra actividad en mente…

“¡Alistemos nuestra tienda móvil, Hogar de la Doncella

Santa, para los negocios!”. “¡¡Ho-ho-ho-HO!!”.

Esta vez, en lugar de sus respuestas normales de cazador, las otras miembros de Pacto Carmesí respondieron a la declaración de Pauline con una frase que conocieron por los cuentos de Mile, el eslogan de cierta djinn. ¡Un poderoso grito de guerra!

Mile entonces miró sus alrededores. Todavía era temprano, así que había pocas personas. Esperó hasta que no hubiera nadie mirándolas, y…

“¡Tadá!”.

¡Fwoom!

A un lado y un poco detrás de las tres carretas, una grande y familiar tienda apareció de repente. En el frente, conforme al arreglo de las carretas, había una mesa y sillas. Mile entró de inmediato a la tienda, probablemente para descargar toda la mercancía. Era mejor tomarse su tiempo y seleccionar con cuidado los bienes para la venta lejos de la mirada de los demás.

Los comerciantes no parecieron sorprendidos por este giro de los acontecimientos. Después de todo, ellos ya la habían visto en acción varias veces cuando acampaban.

Tras un rato, un montón de cajas de madera y sacos comenzaron a apilarse detrás de la mesa. Aunque les apenaba un poco, las demás dejaron que Mile lo transportara todo ella sola.

Después de todo, eran cosas pesadas, y aunque Mile podía cargarlas con facilidad, para el resto de ellas, ese tipo de carga repetida podría causarles dolores de espalda.

Y así, le dejaron la tarea a Mile—la única en verdad calificada para la tarea. Ya podrían ayudarla después con cosas que se le dieran mal, pensaron las chicas…

Mientras Mile se ocupaba cargando cosas, las demás alinearon las muestras de productos en la mesa larga. A diferencia de los objetos variados de los comerciantes—una gran variedad con poca cantidad de cada cosa—Pacto Carmesí se había decidido por grandes cantidades y un rango menor, pensando que sería mucha molestia memorizar los precios de tantas cosas, cosas que igualmente sería menos eficiente exhibir.

Por supuesto, no pretendían vender toda la cantidad de un producto en un lugar, sino que venderían una porción del total en cada sitio. Pensando de forma estratégica, planearon limitar las ventas a una cantidad que no fuera raro vender de una sentada—una cantidad que no fuera más de la mitad de una carreta. De esa forma, nadie notaría que lo que estaban cargando era inconsistente con la capacidad de carga de la caravana—aunque, por supuesto, pocas personas notarían ese tipo de cosas.

Además, también habían tenido la consideración de no llevar las mismas cosas que los comerciantes, apuntando a productos más baratos que podría usar la gente común del Imperio, en lugar de artículos de lujo. Por supuesto, llevaban algunos productos especiales—como la antes mencionada ‘aguardiente barato’—pero en su mayoría, su mercancía consistía en cosas como trigo, cebada, y sal. Esto significaba que sus ventas podían hacerse sin mucha conversación.

Después de todo, reunir información era trabajo de los comerciantes, no de Pacto Carmesí. Estas ventas serían una operación independiente por parte del grupo de cazadoras, y no era más que un extra positivo para los comerciantes si la presencia de las chicas ayudaba a atraer más compradores.

Por supuesto, a ellas les preocupaba si los comerciantes, quienes al fin y al cabo eran burócratas y especialistas en información, serían capaces de extraer rumores de sus clientes—sin embargo, debía haber una razón por la que justo ellos fueron elegidos para la misión. No todos los investigadores eran introvertidos, y muchas cosas debieron haber sido tomadas en cuenta al escoger a estos hombres.

“Muy bien, ¡preparaciones completas! ¡Abramos!”, gritó Pauline. La tienda de Pacto Carmesí abrió sus  puertas. Los comerciantes ya habían empezado a vender—sin tanta fanfarria.

Los clientes comenzaron a llegar, y a pesar de la supuesta mala economía y bajo poder adquisitivo de por aquí, una relativamente grande cantidad de personas llegaron a ver los productos de los comerciantes. Sin embargo, no hicieron más que ver. No hicieron preguntas, o trataron de regatear. Quizás no había nada que les pareciera una ganga según los estándares de precio de mercado en el área, o quizás sólo querían ver lo que había, disfrutando de los objetos inusuales. Dicho eso, era importante que los comerciantes valoraran hasta a los clientes que no compraban nada. Nunca sabías cuando puede alguien regresar a comprar.

Además, la meta real de estos “comerciantes” era hablarles a sus clientes de cosas diferentes a las ventas. Por lo tanto, los hombres no trataron de realizar ventas a propósito, sino que dejaron que la gente simplemente disfrutara charlando sobre las modas y rumores de esta tierra extranjera.

“Qué sorpresa…”.

“No me lo esperaba de ellos…”.

“Y pensar que serían tan buenos en servicio al cliente… Supongo que no podemos subestimar a los investigadores…”.

“Bueno, fueron elegidos específicamente para…”.

¡Thwonk, clunk!

“¡Auch!”.

Reina golpeó a Mile y a Pauline en sus cabezas con su báculo.

“¡¿Por qué me pegaste, Reina?!”, se quejó Mile. “¿No habíamos quedado en no hablar de eso?”. “Ah…”.

Efectivamente, habían establecido no discutir nada de eso, ni siquiera cuando estuvieran a solas. Aunque era casi seguro que nadie había escuchado esta conversación en particular, había bastante gente cerca. Aunque Reina y Mavis no habían dicho nada comprometedor, usar palabras como “investigadores” o “elegidos” estaba prohibido.

“¡Disculpa!”.

“¡No tuvimos suficiente cuidado!”.

Admitiendo sus propios errores con total prudencia, el par se disculpó.

Watashi Nouryoku Volumen 12 Capitulo 86 Novela Ligera

 

Al principio, Pacto Carmesí, que solo tenía muestras de productos ordinarios como trigo, sal, y alcohol sobre su mesa, no tenía clientes. Todos estaban en donde las carretas de los comerciantes, viendo su fascinante variedad de productos. Era algo obvio. Aún si eran una necesidad, cosas como la harina y la sal eran productos comunes. Aunque hubiera escases, no habían desaparecido por completo y podías obtenerlos con facilidad si ahorrabas algo de dinero. Además, si tomabas en cuenta el transporte y manejo, los productos tan pesados como estos tendían a ser caros, debido a los costos asociados con tantos días de viaje en tan pobres caminos.

El precio también debía tomar en cuenta tarifas de trabajo, salario de los guardias, mantenimiento de caballos y carretas, y la probabilidad de ser atacados por bandidos o monstruos en el camino. Una vez calculabas todo eso, los bienes importados tendían a ser mucho más caros de lo normal. Sin importar cuán barato pudieras conseguir algo al principio, un sobreprecio de cincuenta o sesenta por ciento rápidamente sobrepasa cualquier ahorro inicial.

Era obvio que los clientes ignoraran a Pacto Carmesí, yendo directo a ver si había algo interesante o inusual con los comerciantes.

Sin embargo, a las miembros de Pacto Carmesí esto no les afectaba. Si no vendían nada aquí, no importaba—todavía tenían más oportunidades. Simplemente meterían todo al inventario de Mile y lo venderían después en algún otro sitio por más de su precio inicial. Al menos, había momentos cuando una mala temporada producía una pobre cosecha, y las provisiones de guerra siempre eran algo en demanda.

El inventario de Mile, con su infinita capacidad y habilidad de preservar a la perfección su contenido… sin duda les daba una ventaja un poco injusta.

“¿Eh? ¡Qué barato!”, un sujeto de mediana edad jadeó con sorpresa. Habiendo terminado su escrutinio de los productos de los comerciantes, había pasado a la mesa de Pacto Carmesí.

“Trigo, cebada, sal, aguardiente… ¿y azúcar? Y lo trajeron todo hasta acá— ¡Si lo venden a este precio, quedarán en bancarrota!”.

El hombre no se equivocaba con respecto a los precios de Pacto Carmesí.

Pero, ¿Pauline no había dicho específicamente no vender a menos del precio de mercado, obviando el hecho de que podrían quedar en bancarrota?

Entonces, ¿por qué…?

Publicidad M-M1

“¡Es porque son de muy baja calidad!”.

“¿Eh?”.

Hubo un sonido de confusión colectiva por parte de la multitud. ¿La vendedora acababa de llamar a sus productos “de baja calidad”? Ningún comerciante haría algo así—excepto, por supuesto, si trataran de obtener una rebaja de la persona a la que le estaban comprando…

Aun así, no existía comerciante vivo que permitiera que su vendedora se refiriera a sus productos de esa forma. La regañarán, gritarían, y quizás incluso golpearían. Con esto en mente, los clientes vieron a los comerciantes, pero…

La chica debió haber hablado suficientemente fuerte como para que la escucharan, pero ellos no parecieron prestarle atención, simplemente continuando sus negocios y pláticas.

“¡Ah! Esta tienda es independiente de ellos. Nuestros precios no tienen nada que ver con los de ellos. Nosotras cuatro manejamos esta tienda, así que estamos a cargo de todo”, dijo la chica de cabello plateado con una sonrisa.

Las personas no podían ocultar su desconcierto.

Este grupo de chicas, de entre doce y dieciocho, ¿conocían a esos comerciantes y tenían su propia tienda? Eso por sí solo era impresionante—y aún más si tomabas en cuenta que de alguna forma estaban sacándole ganancia a estos precios. ¿Cómo rayos podían hacerlo…?

“Como dije antes, son productos de baja calidad. Los granos son pequeños, y al inspeccionar encontramos varios vacíos, grupos que ya habían comenzado a retoñar, algunos con humedad demasiado alta, otros que estuvieron guardados por un tiempo en áreas calientes, y demás. No podemos vender eso a precio normal. Pero los que comenzaron a retoñar todavía sirven siempre y cuando no seas demasiado exigente, y los que no se guardaron en un área apropiada no durarán mucho tiempo, pero deberían funcionar si se usan de inmediato. ¡No tienen nada de malo, en serio! Sn embargo, los precios eran mucho menores”.

“Básicamente, conseguimos estos ‘bienes especiales’ por una ganga, y los trajimos a un lugar donde poder venderlos a un precio justo. Así son todas las cosas de aquí— Si las usas de inmediato, servirán como se debe, pero los estirados de la capital los consideraban “inferiores” y no quisieron comprarlos. De todos modos, todo viene con fechas de expiración escritas y etiquetas de advertencia apropiadas. ¡Si hay alguien aquí al que no le importa eso, esto es una ganga!”.

“………”.

Los clientes quedaron sorprendidos por escuchar una explicación tan cándida y directa. Sin embargo, lo entendieron todo.

De hecho, su explicación había dejado completamente claro cómo las chicas podían vender estas cosas a tan bajo precio—y que no tenían la intención de engañar a sus clientes. Las personas dedujeron que esta era una estrategia de las chicas, sin duda para permitirles hacer negocios a pesar de su falta de capital.

Además, estos objetos eran caros aquí, debido a la escasez. Cada vez era más difícil para los pobres conseguirlos. Nunca tenían suficiente dinero extra para comprar estos suministros para guardarlos a largo plazo.

Todo esto significaba que, si podían comprar estos bienes, los cuales eran perfectamente utilizables a pesar de sus defectos, a un bajo precio, ¿no era una verdadera ganga? Los clientes se amontonaron para examinar las etiquetas de los varios productos.

Todo iba de acuerdo al plan…

En el fondo de sus corazones, las cuatro miembros de Pacto Carmesí sonrieron.

***

 

 

“Ustedes son asombrosas”, dijo uno de los comerciantes a Pacto Carmesí, estando todos sentados para cenar esa tarde en una posada.

Por lo general, los comerciantes pasaban sólo una noche en alguna posada de la ciudad que visitaban. Después de todo, el costo de las habitaciones, no solo de ellos sino de los conductores y guardias también, causaría bastantes gastos por cada noche, aunque fuera un viaje corto. Sería un error de novato que sólo el comerciante pasara la noche en una posada, dejando al resto de su grupo a la intemperie. Además, si considerabas la necesidad de encontrar una posada con un establo, un almacén suficientemente grande para las carretas, y alguien que cuidara los caballos y el cargo durante la noche, cualquier establecimiento barato estaba fuera de discusión, y además, la seguridad sería un problema en cualquier posada que tuviera clientela ruda.

Publicidad G-M3



Como resultado, los comerciantes por lo normal se quedaban en campamentos preparados en la carretera, sólo quedándose en una posada quizás una vez a la semana para reunir información para sus ventas, o para darles a sus cuerpos el descanso necesario por las condiciones en las que habían dormido. Incluso cuando se quedaban en una ciudad para negocios de varios días, a menudo ponían sus tiendas en algún campo abierto o en la plaza central.

Sin embargo, la meta de esta expedición no era ganar dinero. Como resultado, se quedarían en posadas casi a diario— y en posadas de las buenas.

Las posadas baratas se llenaban de cazadores de bajo nivel, quienes probablemente no tendrían información útil. Además, otros agentes—viajando bajo el disfraz de cazadores—ya habrían sido enviados a sacarle tanta información como pudieran a esos grupos. El trabajo que este grupo había recibido era sacarles información a los trabajadores de establecimientos lujosos, al igual que a personas influyentes que por lo general se quedaban en estos sitios.

Dicho esto, si veían algún comerciante o cazadores influénciales de rango alto armando un campamento en las afueras de la ciudad, el grupo podía cambiar de plan con la intención de entablar conversación con ellos. De hecho, sería mucho más fácil conversar con acampadores que con gente que se quedara en la misma posada que ellos. Al compartir la fabulosa cocina de Mile, podían iniciar comunicación y congraciarse con otros viajeros—y los comerciantes prometieron pagarle extra a Mile por servicios como estos.

“Es remarcable que estas chicas tengan tanta destreza para los negocios a su edad… Aunque los comerciantes normales eligen conseguir productos caros para ventas en sitios lejanos y así lograr sacar ganancias, aunque sea por un margen pequeño, estas chicas hacen un dineral vendiendo productos descartados a un precio un poco por debajo del precio de mercado… ¡Es asombroso!”.

Mile sonrió por estos elogios, aunque las otras tres tenían expresiones conflictivas.

En realidad, aunque un grupo común hubiera pensado en esta estrategia, sería difícil que lograran ponerla en acción sin las increíbles habilidades de “almacenamiento” de Mile. Además, conseguir grandes cantidades de estos productos no era tan simple. Casi todo lo que compraron era barato y de baja calidad, pero seguían siendo productos normales. (Por supuesto, Pauline había regateado bastante).

Eran capaces de sacarle ganancia porque habían comprado productos baratos en grandes cantidades… y los habían llevado a vender sin costo de transporte.

Cualquier miembro de Pacto Carmesí estaría feliz de ser reconocida por su sabiduría y esfuerzo, pero en este caso, ellas sabían que todo se lo debían a las habilidades de Mile. Ellas mismas no habían hecho nada por qué estar orgullosas, y no carecían de tanta vergüenza como para engrandecerse por algo que no habían logrado por sí mismas. En su lugar, hicieron pucheros, sin decir palabra alguna, dejando a Mile encargarse de la conversación con los comerciantes.

“Ustedes chicas fueron de gran ayuda. Gracias a ustedes, mucha gente vino a preguntar: ‘¿quiénes son esas chicas?’ y ‘¿ustedes venden cosas tan baratas como ellas?’. Hacer que la gente hable de cosas que no sean negocios sin hacerlos sospechar es de lo más difícil. No puedes obtener mucha información con conversaciones tipo: ‘¿Cuánto cuesta esto?’ y ‘Ten dos monedas de plata’. Es de mucha ayuda que ellos mismos sean los que empiecen diferentes temas… Qué lástima que ya se hayan quedado sin inventario”.

Los comerciantes asumieron que Pacto Carmesí, habiendo vendido ya varios kilos de productos, había llegado al límite de la capacidad de almacenamiento de Mile. Hasta ahora, Mile, con prudencia—sí, prudencia—no les había demostrado mucho de lo que era capaz.

Habían visto la tienda, por supuesto, y asumieron que esta era la que ocupaba el resto de su espacio de almacenamiento, junto con todos los implementos de cocina e ingredientes que Mile les había enseñado que llevaba. La capacidad de almacenamiento común estaba limitada por masa y volumen, así que sería inimaginable que alguien guardara una tienda vacía completamente construida…

Por supuesto, Pato Carmesí los había convencido de que esa tienda en realidad estaba llena de cosas, para evitar que información sobe la verdadera capacidad de almacenamiento de Mile llegara al palacio. No se imaginaban que lo poco que había revelado Mile era más que suficiente para picar el interés de cualquiera… Los hábitos realmente son de temer.

***

 

 

“¿Qué…?”.

Era su segundo día en la ciudad. Los comerciantes se quedaron sin palabras y con los ojos como platos al ver a Pacto Carmesí descargar una vez más una gran cantidad de productos de su tienda y apilarlos detrás de su mesa.

¿Si el inventario de Pacto Carmesí se acababa, justo como el día de ayer, ellas iban a sacar todavía más ítems de la tienda? Los comerciantes no podían creer que tal cosa fuera posible.

¡Nop! ¡nop nop nop nop nop nop nop nop!

“¡Ahora, que dé inicio una nueva batalla para nuestra tienda ambulante, Hogar de la Doncella Santa!”, gritó Pauline, llena de confianza.

“¡Muy bien!”, respondieron las otras miembros de Pacto Carmesí, y con eso, sus negocios del día comenzaron.

Sin duda, hasta donde sabían los comerciantes, el comercio era un campo de batalla, donde iban a la guerra contra los clientes, contra los demonios caprichosos conocidos como oportunidades, y contra ellos mismos.

Ya habían vendido casi todos los bienes dañados que habían promocionado el día anterior, lo cual significaba que todo lo que les quedaba para vender era de bajo nivel, pero en todo caso de calidad normal. Por lo tanto, si no se tomaban en serio sus ventas, no generarían ganancia. Aunque estaban vendiendo a un precio que podría ser caro para bienes de verdad dañados, era muy barato para ítems de calidad normal, aunque fueran de nivel bajo.

Estas duras condiciones, sin embargo, no hicieron sino emocionar a Pauline.





“¡Esta no es más que una prueba para utilizar el almacenamiento de Miley como herramienta de comercio! Podemos tomar nota, y usar lo aprendido para el futuro… Además, con las ventas que he predicho, ¡definitivamente no quedaremos en números rojos!”.

Publicidad G-M3



Al parecer, esta táctica de venta era una que había elegido a propósito, aun sabiendo que había métodos más eficientes. Al escuchar esta decisión, las otras tenían que preguntarse…

“¿Entonces planeas usar el almacenamiento de Mile para siempre? ¿Aun cuando te retires de ser cazadora y pases al mundo mercantil?”.

“Pauline, eso es un poco…”.

“¡¿Q-Q-Q-Qué?! ¡¡¡No dejaré que me usen como mula de carga por el resto de mi vida!!!”.

Reina, Mavis, y Mile tenían muchas cosas qué decir al respecto.

“¿Eh? ¡¿Qué?!”. Pauline parecía sorprendida por sus críticas.

Publicidad G-M2



“¿Por qué nos miras así? ¡¿Por qué pareces como si no entendieras nada de lo que decimos?! ¡Sólo decidimos hacer esto para ayudar a los pobres ciudadanos imperiales!”, gritó una exasperada Mile.

Las otras dos simplemente suspiraron.


Mile no era una mula de carga, y era obvio que la codicia de Pauline la había metido en problemas de nuevo.

“Pauline, tu objetivo es volverte una comerciante de primera, ¿verdad? ¿Te parece bien confiar en trucos baratos como las habilidades de Mile para ganar dinero?”.

¡Ah! Mile y Reina se congelaron.

Publicidad G-M2



Mavis acababa de cruzar la línea. Lo que decía no era erróneo, y si Reina y Mile hubieran sido quienes lo hubieran dicho, Pauline no habría podido responder. Sin embargo,

Mavis—de entre todas las personas…

“¡No quiero escuchar eso de la aspirante a caballero con un brazo mágico trucado!”. “¡Gwah!”.

Sep. Ahí vamos de nuevo…

Mile y Reina hicieron muecas por la respuesta de Pauline, viendo como Mavis caía al suelo por este fatal golpe.

Sin dudas, Mavis había escogido quedarse con el brazo mágico creado por Mile, pensando que esto la ayudaría a volverse caballero… así que, no estaba en posición de juzgar a Pauline por sus acciones.

Ignorando a Mavis, quien ya no era útil para nadie en este punto, las otras tres empezaron a trabajar. Los tres comerciantes (temporales) vieron la conversación, con miedo, desde su carreta cercana.

¡Las comerciantes reales dan miedo! Pensaron para sí mismos.

Aunque, por supuesto, Pauline no era más que la hija de un comerciante, no era una comerciante hecha y derecha todavía.

“Mile, ¡alcohol de baja calidad, por favor!”. “¡Voy!”.

Uno tras otro, los productos se vendían y reabastecían sin cesar del inventario de la tienda. Uno de los más vendidos parecía ser el licor, etiquetado como “dañado por la lluvia, y con poco tiempo de vida si se guarda”.

¿Cómo podía dañarse el alcohol por la lluvia? La respuesta no estaba clara.

Sin embargo, este no era un inconveniente para los clientes. De hecho, unos cuantos habían comprado un poco como muestra y lo habían abierto ahí mismo para probarlo. No era nada lujoso, pero ciertamente no tenía nada de malo—y con noticias así esparciéndose, las existencias restantes comenzaron a volar de los hipotéticos anaqueles.

Luego llegó el tercer día.

Aún más productos “defectuosos” fueron sacados de la tienda.

“Lo sabía…”.

En este punto, los tres comerciantes observadores ya se habían rendido.

“Dejaremos esta ciudad mañana”, anunció el líder de los comerciantes durante el almuerzo.

“Por lo general, nos quedaríamos por una semana, pero las personas aquí estaban mucho más dispuestas a hablar de lo que imaginamos, así que creo que hemos reunido toda la información de este lugar. Las ventas también ya comenzaron a bajar”.

En realidad, ese último punto era irrelevante, dado que ganar dinero no era su objetivo principal. Sin embargo, a pesar de sólo estar actuando como comerciantes, habían estado haciendo grandes ventas, y había empezado a ser divertido para ellos, como un juego. Ahora que comenzaban a percibir ganancias, era imposible no emocionarse un poco.

“No hay razón para quedarnos y tratar de sacar el cien por ciento de los rumores de esta ciudad. Si logramos extraer el setenta u ochenta por ciento, eso es suficiente. Después de todo, son solo rumores, no información cien por ciento confiable. Después, revisaremos todos los rumores recolectados en todas nuestras paradas y veremos las modas que podamos identificar: ¿cómo difieren los reportes basado en la distancia a la capital, qué diferencias y divergencias hay? Y usaremos todo eso para tratar de averiguar cómo se sienten las personas. Con eso en mente, sería mejor irnos que quedarnos durante mucho tiempo en un mismo sitio. Obviamente, algunas historias que escuchemos serán embellecidas al extremo, así que debemos obtener grandes cantidades de información para determinar la verdad”.

“Ya veo…”, dijo Pacto Carmesí.

Al final, entendieron por qué a estos hombres se les había asignado esta misión. Claramente, no eran trabajadores de oficina comunes y corrientes con una misión, sino verdaderos especialistas en el campo de la inteligencia.

No todos los especialistas en información serían como el famoso 007. La mayoría serían sujetos adultos comunes, con apariencia normal y sin ser particularmente guapos, impresionantes o fuertes.

Aunque este mundo estaba muy por detrás de la Tierra moderna en términos de conocimiento científico, en el campo del espionaje, estaban más o menos al mismo nivel. Después de todo, en la Tierra, en la época de los antiguos griegos, la humanidad ya había avanzado bastante en términos de filosofía, con varios pensadores que podían aventajar a muchos hombres y mujeres modernos.

Las personas en este mundo carecen de conocimiento científico y tecnológico; pero no son tontos. De hecho, estos agentes parecen bastante listos… pensó Mile, impresionada.

Las otras tres miembros de Pacto Carmesí parecían estar igualmente impresionadas por esta inesperada y astuta explicación de sus clientes, quienes en un principio no parecían más que unos ancianos ineptos. Mavis estaba especialmente impresionada desde un punto de vista estratégico, mientras que Pauline ya estaba pensando en cómo este análisis de información podía aplicarse a los negocios.

En raro contraste, Reina todavía no parecía entender su lógica. Pero no había problema con ello—este no era el tipo de pensamiento que causaría cambios en las acciones de una simple cazadora.

En todo caso, irse rápidamente era lo normal para Pacto Carmesí, así que tampoco había problemas en ese frente.

Publicidad G-AB



“Entendido. Nos alistaremos para irnos mañana”.

Todas las preparaciones para irse—informarle a la posada de su partida, reunir comida para los caballos y para los humanos, volver a poner las carretas en modo viaje, y demás detalles—eran responsabilidad de los empleadores de Pacto Carmesí, los supuestos comerciantes. Por lo tanto, Mavis sugirió que el grupo aprovechara esa tarde. “¿Qué tal si cerramos temprano y vamos a buscar especialidades locales, cosas que podamos vender en el camino, o cosas para llevarle como recuerdo a Lenny o a los huérfanos?”.

“¡De acuerdo!”.

Por lo general, los recuerdos se compraban de camino a casa, ya que tendían a ocupar espacio en el equipaje, pero ese no era problema para Pacto Carmesí… al igual que las fechas de caducidad, o capacidad de sus carretas, o tamaño y peso. Tenían a Mile para todo eso.

Además, si Pacto Carmesí podía vender lo que fuera que se llevaran de aquí por siquiera una moneda de cobre más, sería una verdadera ganancia. Después de todo, no tenían costos de transporte o protección. Las exasperadas miradas de los comerciantes eran inevitables… totalmente inevitables.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios