Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 2

Interludio 1: Interludio 1

Para cuando llegaron a zona segura, ella estaba cansada.

Cansada de los hastíos, de la falta de suministros, del aburrimiento, de la comida insípida, del siempre sentirse vulnerable, de las sonrisas postizas y de las caminatas interminables. Caminando por el camino desgastado, a Akari ya no le quedaban fuerzas. Dio todo de sí para caminar hasta desfallecer—y luego tuvieron que continuar caminando.

—¡Vamos, ya casi llegamos!

—… —Akari no levantó la cabeza, y apenas pudo dar una respuesta silenciosa entre gemidos.

La chica que caminaba a su lado intentaba animarla hablándole en un tono alegre, pero su corazón estaba tan agotado que ni siquiera se molestó en escuchar sus palabras.

Incluso la pulimentada pendiente de esta pequeña colina le resultaba frustrante. A estas alturas, estaba harta de casi todo lo que tuviera que ver con este maldito mundo.

—Akari. Mira.

Resignándose a la idea de que su compañera cerrara la boca, decidió levantar la cabeza.

Delante de ella se hallaba un mar azul resplandeciente, que brillaba bajo la luz del sol.

Ni siquiera se había dado cuenta del momento en que llegaron a la cima de la colina.

—¿Y bien? Se siente muy bien, ¿verdad?

¿Pretendía animarme con una pequeña sensación de logro?

—…… —Akari volvió a bajar la cabeza.

Sin mirar, pudo notar que la otra chica tenía una sonrisa tensa.

—…lo siento. Entiendo que esto ha de ser duro para ti. Te juro que podremos descansar en un par minutos.

—…ajá.

Akari se odiaba a sí misma por ser demasiado sombría para expresar sus sentimientos.

En retrospectiva, ella también había provocado nada más que problemas todo el trayecto hasta aquí.

Incluso en la primera ciudad, por su culpa llegaron demasiado tarde al abordaje del tren para el que tenían un boleto y acabaron teniendo que esperar más de medio día con el fin de tomar el siguiente.

A pesar de que la otra chica dijo que consiguieron evitar un desastre gracias a ella, Akari sabía que no era más que una carga.

Aparentemente poseía un supuesto poder llamado Pureza Conceptual, pero lo único que podía hacer era arreglar objetos y heridas.

Sin embargo, le dijeron que no debía de utilizar ese poder. Y como su compañera era una viajera experimentada, ni siquiera se requirieron los servicios de una curandera debilucha para empezar.

Akari quería ser más feliz, para corresponder a sus sentimientos.

Al menos, así se sentía cuando la otra chica intentaba animarla por cualquier medio.

En lugar de fijarse sólo en las cosas malas, quería ser el tipo de persona que pudiera disfrutar inocentemente de un viaje, aunque se encontrara morando por el más estéril de los desiertos o el más pútrido de los infiernos.

Y no dejo de anhelar aquella mentalidad ni cuando puso un pie en el puerto.

Como nota al margen, esta fue la primera ‘primera vez’ que Akari vislumbro la ciudad portuaria…