Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 11

Capítulo 83: La Gran Salida

Parte 1

 

 

“Supongo que es hora. Ustedes dos, ¿están listas?”, preguntó Marcela.

Monika y Aureana asintieron en respuesta.


Sí, mañana sería su tan esperada graduación… al igual que su ingreso formal al Escuadrón Imperial de Guardias Femeninas de Élite.

Por la mañana tendrían su ceremonia de graduación en Eckland, y por la tarde, su ceremonia de iniciación. Esta sería una noche trascendental. La última noche que pasarían en los dormitorios de la Academia Eckland. Sus habitaciones ya habían sido casi totalmente limpiadas, excepto por los muebles que habían estado ahí en un principio. Marcela y Monika habían llevado la mayoría de sus artículos personales a las casas de sus familias durante el almuerzo. La mayoría de bienes baratos que Aureana había comprado durante los últimos tres años eran unos que ella había decidido usar y luego tirar desde un principio, así que le había dejado un montón de ellos a los plebeyos que vendrían a la Academia en próximos años, y envió el resto al vertedero. En lugar de pasar por los problemas que representaba llevar tales cosas de regreso a casa, sería más económico deshacerse de ellas aquí y comprar nuevas en la ciudad

cercana donde su familia vivía.

Y así, todo lo que quedaba ahora en las habitaciones de las chicas era un solo uniforme para la ceremonia del día siguiente, un único set de ropas personales, y cualquier otro equipaje que podían cargar en sus espaldas.

Por cierto, todas regresarían sus uniformes luego de la ceremonia de graduación. Sólo los habían prestado a la escuela en un principio. Cada año, había bastantes personas que deseaban comprar los suyos como un recuerdo, pero para preservar el suministro de uniformes, este tipo de solicitudes siempre eran denegadas. Esto, por supuesto, significaba que los dos uniformes que Adele se había llevado con ella representaban un ligero problema—pero dadas las circunstancias, el problema se dejó pasar. En realidad, era imposible recuperarlos, así que la escuela no tuvo más remedio que dejar las cosas como estaban.


Las tres habían discutido su plan una y otra vez. Ya no había espacio para objeciones. Se asintieron unas a las otras una vez más, y se dirigieron a sus respectivas habitaciones para una buena noche de sueño, en anticipación de los eventos del día siguiente.

Tendrían mucho tiempo para hablar de aquí en adelante.

Durante su largo viaje que comenzaría al día siguiente…

***

 

 

“¡Y ahora partiremos a un nuevo mundo!”.

“¡¡¡Adelante!!!”, gritó la multitud.

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Era una ceremonia de graduación promedio. Por supuesto, esta no era la ceremonia de graduación de la Academia Ardleigh, aquella para la realeza, nobles de clase alta, herederos de nobles de clase baja, e hijos de comerciantes adinerados, sino la de la Academia Eckland, escuela para los segundos hijos de nobles de clase baja, comerciantes de clase media, y plebeyos pobres con becas. Apenas había visitantes o guardianes asistiendo.

O mejor dicho, normalmente no los habría. Normalmente.

Sin embargo, este año, por alguna razón, los asientos para familia y visitantes estaban todos llenos.

¿Por qué pasó esto?

Quizás era porque la multitud en los asientos para visitantes incluía a Sus Majestades el Rey y la Reina, sus dos hijos, y demás ministros, representativos de familias nobles de clase alta, y demás.

Era por las chicas milagrosas, amigas de aquella chica¸ la chica bendecida por la Diosa.

Todas eran hermosas y habilidosas en magia de combate, amigas de la tercera princesa, y miembros fundadoras del Escuadrón de Guardias Imperiales Femeninos, una nueva unidad especial en fase de pruebas para proteger a la princesa. Además, una de ellas era de quien estaban enamorados ambos príncipes, una contendiente principal por el puesto de futura princesa de la corona.

Al escuchar que la familia real y demás figuras influyentes del país estarían presentes, sería imposible que las familias de las compañeras de clase de estas chicas no estuvieran presentes. La oportunidad de relacionarse con la clase alta, y quizás hablar con aquellas chicas luego, le interesaría a cualquiera. No existía noble o comerciante vivo que dejara pasar una oportunidad así.

La ceremonia procedió solemnemente y llegó a su fin. Sin incidentes,

justo como cualquier otro año…

***

 

 

“¡Hora de irnos!”.

“¡Bien!”.

Aunque los roles de representante de los estudiantes y oradora final habían sido dados a Marcela y Aureana, en comparación a en lo que estaban a punto de embarcarse, esto no fue estresante en lo absoluto. Todo lo que tuvieron que hacer fue actuar su parte, para ahora dirigirse a la ceremonia de ingreso.

Todavía no tenían sus uniformes de guardias imperiales; aquellos que se pondrían cuando se les fueran entregados en el palacio. Sus medidas ya habían sido tomadas, así que no recibirían uniformes que les quedaran demasiado grandes. Las demás guardias las ayudarían también a colocárselos. Aunque nunca había existido una unidad de guardias imperiales femenina, eso no significaba que guardias imperiales femeninas no existieran. Aunque eran pocas, ciertamente existían, y trabajaban junto a los guardias varones, por lo cual, casi no hubo problemas para la formación de esta nueva unidad. Las cosas no habrían salido tan bien si previamente hubiera sido un trabajo estrictamente para hombres.

Las chicas se cambiaron a sus propias ropas en sus respectivas habitaciones, colocando sus uniformes descartados sobre sus camas, ordenando sus mochilas, y rápidamente saliendo hacia el palacio. No había tiempo para almorzar. Mientras los visitantes y familias estaban ocupados codeándose durante el almuerzo, ellas debían prepararse y practicar para su ceremonia de ingreso. Por supuesto, muchas personas presentes en el almuerzo también estarían presentes en la ceremonia de ingreso.

Sin embargo, los padres de Marcela y Monika no asistirían al ingreso. Era de esperarse. Aunque una ceremonia de graduación escolar era una cosa, pensar en que tus padres asistan a tu ceremonia de ingreso en tu nuevo lugar de trabajo era inaguantable.

Los padres de Aureana tampoco habían asistido a la ceremonia de graduación. Simplemente no tenían el dinero para viajar hasta la capital desde el campo sólo para algo así. Este era el caso normal con la mayoría de granjeros rurales.

***

 

 

“¿Me pregunto si así estará bien…?”.

Con ayuda de las guardias femeninas, de alguna forma el trío logro colocarse sus uniformes. Hoy era día de ceremonia, así que en lugar de estar con armaduras para el campo de batalla, estaban vestidas con elegantes uniformes de señorita.

A su alrededor había otras chicas, compañeras conscriptas a la unidad. Eran todas hijas de nobles y oficiales militares de alto rango, entrenadas en artes marciales y mágicas desde temprana edad—o al menos con un curso apresurado de dichas artes, recibido apenas se escuchó sobre la creación de la unidad femenina. Al menos, todas tenían suficiente habilidad autodefensiva para proteger a Su Majestad y comprarle unos segundos hasta que los guardias varones llegaran… o mejor dicho, eso esperaban.

Además de sus uniformes y accesorios asociados, las miembros del trio tenían dos objetos: una espada y una daga.

Reina y Pauline, como cazadoras que se concentraban en magia, preferían báculos, un arma práctica que podían mover sin pensarlo tanto mientras se concentraban en sus conjuros. Dicho eso, no había nada peculiar en elegir una espada, algo más letal, para ocasiones de vida o muerte donde eliminar al enemigo era la única forma de defender la vida del cliente. Incluso si la hora de usar su espada casi nunca llegaba, y no era necesaria para proteger su propia vida, era buena tenerla para ciertas ocasiones. Si se concentraban solo en hechizos, y no terminaban de recitarlo a tiempo, o si se quedaban sin magia, significaría una muerte instantánea. Con una espada a la mano, probablemente podrían arreglárselas para atravesar al menos a un enemigo.

Cazadores, que luchaban casi a diario, y soldados típicos, que batallaban contra grandes multitudes de enemigos, priorizaban proteger sus propias vidas y seguridad, pero este no era el rol de un guardia imperial. El trabajo de un guardia imperial no era proteger su propia vida.

Ciertamente, sus cuerpos y vidas eran prescindibles, como un dardo arrojadizo de un solo uso, cuando se trataba de defender y preservar la vida de la persona siendo protegida. Así era el trabajo de un guardia.

La daga no era sino un arma secundaria, lista y en espera de ocasiones donde fuera demasiado difícil luchar con una espada larga, como en espacios cerrados o bajo el agua. Estas dagas eran más cortas que aquellas espadas cortas normalmente equipadas por espadachines normales cuando sus espadas principales se rompían, pero no tan corta como para llamarla cuchillo. Sin duda, eran del tamaño justo para Marcela y las chicas. Aunque las espadas eran claramente demasiado largas, casi a un punto ridículo.

Sin embargo, no había mucho que pudiera hacerse al respecto. Las demás mujeres estaban casi al final de su adolescencia, mientras que Wonder Trio apenas había cumplido trece. Todavía eran menores de edad.

“¡Bueno, hora de irnos!”.

Y así, con las guardias superiores dirigiendo, las nuevas conscriptas del escuadrón de guardias femeninas partieron hacia la ceremonia…

***

 

 

“¡Por fin terminó!”.

Luego de una deprimente ceremonia y sesión informativa, y tras hacer sus juramentos al Rey, al igual que a la tercera princesa, a quien servirían directamente, las tres chicas pudieron regresar a sus habitaciones a tomarse un respiro.

Aunque originalmente estas habitaciones habían sido para las sirvientas de la doncella, tres habían sido apartadas para las miembros del nuevo escuadrón, dividido en tres unidades de tres mujeres cada uno. Dado que estarían trabajando a su lado, tenía sentido que las guardias durmieran tan cerca de Su Majestad como pudieran, así que las sirvientas fueron puestas en un sitio ligeramente más alejado. Ya que era por seguridad de su Majestad, las sirvientas no se quejaron—o mejor dicho, no habrían tenido el valor de hacerlo.

Hoy era día de descanso, empezando mañana su entrenamiento básico y práctica.

O al menos, ese era el plan.

Había cierto dicho que todas conocían. Un dicho que su querida amiga, Adele, les había enseñado, una de las Palabras de Sabiduría de Adele que Monika había escrito con mucha diligencia:

Planes que todavía no lleguen, no tienen por qué cumplirse.

Sin duda, este plan no era más que eso—un plan. Ya que todavía no había empezado, no estaba fijo.

Knock knock.

Luego llegó otra cosa que no era parte de su plan oficial, pero en cuanto a las chicas, era exactamente según el plan. Alguien tocó a la puerta.

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***

 

 

“Ahora, como lo discutimos…”. Tras una corta explicación para ponerse al día, Morena, la tercera princesa, puso su atención en el asunto actual. Hasta ahora, había estado relajada, hablándole a Wonder Trio casualmente, pero ahora su rostro se había puesto rígido, y su tono serio. “Ahora les daré órdenes directas a ustedes tres, Equipo 3 de mi exclusivo Escuadrón de Guardias Imperiales Femeninas de Élite, también conocido como mi ‘Special Ops’. En nombre de Morena, tercera princesa de Brandel, les ordeno: determinarán el paradero de la heredera perdida de la casa Ascham, Adele von Ascham, y la regresarán a su tierra natal, nuestro reino de Brandel. ¡Vayan, y demuéstrenme su lealtad, mis fieles espadas! ¡Special Ops, nombre clave: ‘Wonder Trio’!”.

“¡Sí, señora!”.

Luego de que ella dejara la habitación, las chicas se quitaron sus uniformes de guardia y los dejaron sobre la cama, justo como habían hecho con sus uniformes escolares. De esa forma, las sirvientas podrían lavarlos y guardarlos en sus baúles. Luego se volvieron a poner sus ropas con las que habían llegado de la academia y alistaron su equipo.

Dejaron sus nuevas espadas en una esquina de la habitación. No había razón para llevar algo tan pesado e inconveniente con ellas. Ninguna de las tres podía usar bien una espada, y de aquí en adelante, su prioridad sería protegerse a sí mismas, así que las espadas serían un estorbo.

Las únicas armas que llevaron consigo fueron los tres báculos que hacían juego, que Morena les había comprado con fondos del escuadrón, y sus dagas. Las dagas podían ser usadas como armas de reserva, al igual que en lugar de machetes al viajar por el bosque, y como reemplazo para cuchillos de cocina, así que, por ahora, decidieron mantenerlos a la mano.

Obviamente, estas dagas también servirían como una especie de amuleto de buena suerte para protegerlas de cualquiera que tratara de molestarlas, dado que magos novatos eran a menudo vulnerables a ataques sorpresa y ataques en espacios cerrados. Con esto, al menos podrían disuadir a algunos rufianes, quienes pensarían que con esas dagas, las cuales podían sacar rápidamente en cualquier momento, podrían mostrar un decente nivel de resistencia.

Los báculos, por otro lado, simplemente eran equipo básico para cualquier mago cazador. Un báculo era un arma que podían blandir mientras se concentraban en recitar un hechizo, con relativamente bajo costo de recursos cerebrales, para golpear y alejar a cualquier atacante que tratara de acercarse a rango quemarropa. Adicionalmente, en manos de una jovencita, no daba la impresión de que pudieran dar un golpe particularmente fuerte a un enemigo, lo cual seguramente haría que sus oponentes las subestimaran. En el calor de la batalla, esta sería la forma más efectiva de agarrar a la diosa de la victoria por las mejillas para hacer que su sonrisa estuviera dirigida a ellas.

Con sus preparaciones completas, mochilas llenas, y cantimplora lista, Marcela declaró: “Nuestro objetivo es Adele von Ascham. ¡Wonder Trio, adelante!”.

“¡¡Muy bien!!”.

Fueron frases bastante cazador-escas—lo cual, por supuesto, tenía sentido, ya que ellas tres eran cazadoras.

Bueno, en papel, eran “guardias imperiales”, pero eso solo era en nombre. Prácticamente, estarían dejando de lado esa posición durante un tiempo.

Apenas medio día. Esa había sido toda la duración de su corto periodo

como soldados…

***

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Unos cuantos días después, las tres caminaban por la carretera a la luz de las estrellas, ya a una buena distancia de la capital. Su plan era caminar por la noche y encontrar una posada temprano al siguiente día.

Por el bien de esto, habían dormido bastante la noche anterior.

Con las familias de Marcela y Monika tan emocionadas de poder tener conexiones tan poderosas en la capital, probablemente tomaría unos días antes de que comenzaran a pensar que era extraño que sus hijas no se aparecieran por sus casas en lo absoluto. Incluso los civiles sabían cuan estricto era el entrenamiento para un nuevo guardia imperial.

La familia de Aureana, por otro lado, no pensaría que era extraño no ver a su hija por otro año más o menos.

Las chicas habían informado al gremio que, tras su graduación, servirían en el palacio. Normalmente, esto significaría retirarse como cazadoras, pero el gremio estuvo muy feliz de escuchar que estarían tomando misiones de vez en cuando, con la suficiente frecuencia para mantenerse en la lista de cazadores sin lapsos en su registro, lo cual significaría que podrían mantener su cualificación como cazadoras. Habían planificado esto meticulosamente, para asegurarse de que no perdieran su estatus como cazadoras.

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Adicionalmente, habían registrado a un miembro más en el gremio: una cazadora de rango F llamada Moren.

Ella usaba ropa de hombre, ocultaba su cabello con un sombrero, y a propósito ensuciaba su cara, manteniendo su cabeza baja para que su aspecto no pudiera ser visto claramente. Cuando fue hora de llenar sus formularios de registro, se dio la casualidad que olvidó escribir la última letra de su nombre. Así que todo salió bien.

Su cuerpo todavía no estaba tan desarrollado como para que fuera imposible ocultar el frente—ya fuera para bien o para mal…

De esta forma, Morena podía revisar el balance de Wonder Trio en el banco del gremio, y si descubría que se estaban quedando sin fondos, podía depositar más en la rama de la capital. Además, podrían contactarse entre ellas a través del correo del gremio. Obviamente, Morena no podía recibir cartas de Wonder Trio directamente en el palacio.

Por supuesto, era imposible que los trabajadores del gremio no se dieran cuenta de quién era esta nueva cazadora de rango F, Moren. En este punto, sería impensable que el Trio reclutara a un hombre para su equipo, y era demasiado antinatural emprender un viaje y dejar a un novato atrás. Además, no había nadie cerca que no supiera de la conexión de las chicas con la Princesa Morena, así que no podían esperar engañar en serio a nadie con ese seudónimo.

Sin embargo, ya que se había registrado bajo el nombre de Moren, información sobre esta cazadora no podría llegar al palacio. Si alguien del gremio filtrara información de este nuevo registro, sería básicamente el gremio vendiendo información sobre uno de sus miembros bajo órdenes del palacio, lo cual sería equivalente a abandonar los principios básicos del gremio sobre neutralidad e independencia. Este sería un grave pecado, uno que nadie del gremio en el mundo toleraría.

Por ello, el gremio jamás daría esta información por cuenta propia. No sin una razón excepcional.

Dicho todo esto, el Trio pensaba ganar sus fondos para apoyar su vida en el camino. Por la forma en que funcionaba el banco del gremio, sacar fondos de su cuenta en cualquier punto fuera de sus cuarteles generales simplemente tomaría demasiado tiempo como para serles útil. (Al menos si abrían una nueva cuenta en una rama diferente, siempre y cuando no la remitieran a los cuarteles generales, podrían sacar fondos en cualquier momento con relativo anonimato).

Además, pedir fondos de su cuenta principal significaría avisar sobre su posición actual a los miembros del gremio de ahí. Había cierta cantidad de fe que se podía tener en cuanto a cuánto valoraba el gremio la confidencialidad. Sin embargo, si era una solicitud directa de Su Majestad, en especial una solicitud particularmente fuerte, eso acarreaba considerable peso. En especial si no se trataba de la información individual de un miembro del gremio, sino simplemente del nombre de la rama a donde estaba siendo enviado el dinero, quién sabe lo que podría pasar. Y entonces, si no era el rey, sino la compañera de grupo “Moren” la que pedía la información al gremio, había aún más posibilidad de que dicha información fuera revelada.

Además, estaba el hecho de que, si pedían un depósito de su cuenta en la rama de la capital, tendrían que esperar en la misma ciudad unos días hasta que el dinero solicitado llegara, y en ese tiempo caballeros podían ser enviados por parte del rey o de la Princesa Morena, y podrían ser atrapadas.

Al menos, podían estar tranquilas de que, de encontrarse en problemas financieros, tenían una reserva de dónde sacar fondos. Nadie sabe cuándo alguien puede resultar herido, caer enfermo, o ser atacado por bandidos en el camino…

A su salida, las tres habían juntado el dinero que habían ganado durante su tiempo en la escuela. Habían tomado principalmente misiones para entrenar y mejorar su rango en el gremio, pero ya que todas esas misiones habían sido sobre escoltar hijas de poderosos nobles y comerciantes adinerados, habían ganado una cantidad decente, la cual dividieron entre las tres, cada una quedándose con su parte.

Marcela había depositado su parte en una cuenta individual en el Gremio de Cazadores, Monika había puesto el suyo en una cuenta del Gremio de Comerciantes, y Aureana había enviado toda su parte a su familia en el campo, lo cual significaba que ahora el único dinero presente en su previamente limpiada cuenta de grupo era el que Morena les había preparado.

En sus viajes, todas sus ganancias y gastos pasarían por esta cuenta de grupo. Para necesidades individuales, las tres sacarían la misma cantidad al mismo tiempo, según se necesitara. Cuando una necesitara dinero, todas recibirían la misma cantidad de fondos.

Sus salarios como guardias imperiales se depositarían semanalmente en las cuentas individuales de Monika y Marcela, mientras que la parte de Aureana sería enviada a su familia. Esto aliviaba bastante a Aureana, ya que sabía que la deuda que le debía a su familia sería pagada.

Si alguna moría durante el viaje, o desaparecía, sus familias recibirían una cantidad decente como pago por condolencia, al igual que como pago final por el servicio de sus hijas, y la obligación de Aureana de repagar su beca sería anulada. Además, las familias sabrían de su honor, sobre que murieron cumpliendo su deber, ofreciendo sus vidas para proteger la de Su Majestad. Si podían dejar al menos dinero y honor detrás, sería más fácil para sus familias aceptar la pérdida de una hija.

La noche era joven.

Aunque el amanecer llegara, continuarían caminando hasta la tarde. Luego, buscarían una posada cerca.

Habían esperado este día durante un año y ocho largos meses: el día cuando saldrían finalmente de aventura para buscar a su querida amiga Adele.

Sus corazones estaban llenos de tal emoción que meramente medio día de caminata no era suficiente para cansarlas.

“Por fin haremos esto”. “Luego de tanto tiempo”. “Sí, por fin…

“¡Vamos!”.

“¡Sí!”.

***

 

 

“¡Yo también quería ir! ¡Ugh! ¡No es justo, no es justo, no es justo, no

es justo, no es justo! ¡¡¡Quería ir con ellas!!!”.

Una chica yacía sola en cama, apretando sus sábanas mientras sufría. “Qué suerte tienen. Pueden ir en una divertida aventura. ¡Por otro lado, cuando todos descubran este plan, Madre y Padre, mis hermanos, los ministros y guardias, y todos los que me siguieron la corriente para que esas tres entraran al nuevo escuadrón de guardias me regañarán!

¡Luego, me van a castigar, y me van a bajar la mesada, y me harán estudiar más! ¡No es justo! ¡Yo me quedé con la peor parte! ¡¡¡Es absurdo!!!”, gritó Morena.

En realidad, sabía que esto pasaría cuando aceptó seguir el plan de Trio, así que no estaba en posición de quejarse. Sabía los riesgos de cruzar este puente, pero prosiguió con la esperanza de que Marcela y Adele fueran sus dos cuñadas algún día.

Ahora, solo restaba esperar los resultados.

Sabiendo esto, la tercera princesa, Morena, pasó su pacífico medio día hasta que sus planes fueron descubiertos.

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Ella no tenía idea de la gran traición que planeaba Wonder Trio…

***

 

 

“Esta es la capital de Tils, donde Miss Adele está registrada como

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cazadora activa. Vayamos al salón gremial de una vez”.

“Sí— ¡Andando!”, Monika y Aureana comenzaron con su respuesta de siempre, pero rápidamente se corrigieron.

Durante su tiempo como cazadoras, habían practicado un número de frases dichas normalmente por cazadores. Frente a oponentes con al menos cierto nivel de consciencia, era importante actuar de la misma forma con todos, sin importar el líder del grupo, para que el enemigo no descubriera quién estaba a cargo, jamás usando lenguaje formal con ningún empleado, excepto por realeza o nobles, y demás…

Personas como Mile y Marcela, por supuesto, no podían evitar hablar de manera formal con todos. Sin embargo, en ambos casos, podía dejarse pasar como una idiosincrasia personal.

Reina, sin embargo, era quizás demasiado brusca. Ella realmente debería pensar un poco más en la forma en que habla.

¡Ding-a-ling!

 Cuando esa tan típica campanilla del Gremio de Cazadores sonó, todos los ojos se centraron en la entrada. Luego, todos vieron a las nuevas una vez y… no regresaron a lo que estaban haciendo antes.

Silencio llenó la habitación.

Eran de unos doce o trece años, todas chicas.

De hecho, había varios grupos de sólo mujeres en esta ciudad, por la influencia de cierto grupo famoso… para el disgusto de aquellos jóvenes que deseaban cazadoras para sus propios grupos.

Por eso, no era inusual ver grupos que fueran sólo de mujeres aquí.

Sin embargo, un grupo como este, donde todas eran chicas menores de edad, y que sólo tenía tres miembros, siendo todas magas, sin una vanguardia en lo absoluto—simplemente no podía pasarse por alto. Ya era suficientemente malo que ya tuvieran tanto equipo listo. Claramente, esto significaba que no se iban a registrar como cazadoras justo ahora, sino que ya estaban registradas y trabajaban activamente.

Además, todas eran caras desconocidas, lo cual significaba que habían venido de otra ciudad… ¡Sólo tres niñas, solas!

Esto sólo podía significar una cosa.

“Somos Wonder Trio, y vamos a iniciar un viaje de entrenamiento”.

“¡¡¡¡¡Lo sabíamos!!!!!”.

Todos en el edificio soltaron la exclamación que habían estado aguantando.

En serio, esto probablemente fue inevitable…

Un grupo de sólo chicas, y de muy pocas. Especialistas en magia, sin una vanguardia. Los cazadores y trabajadores del gremio de esta ciudad tenían una idea de dónde podría uno inspirarse para formar tal grupo… Una idea demasiado clara, en realidad.

Todos pensaban:

¡¡¡Si hubiera dos, o peor, tres grupos así, no creo poder soportarlo!!!

De hecho, Wonder Trio era aún peor que aquellas otras chicas.

Ellas eran solo tres—todas magas, sin vanguardia. Y sin ninguna miembro que pudiera ser considerada adulta. Eran tres niñas, novatas, sin ninguna que pudiera considerarse astuta o valiente y perversa. Una chica parecía ser una noble, o al menos de alguna familia adinerada, pero las otras tres, sin importar como lo vieras, eran plebeyas, sus movimientos y andar dejando en claro que eran completas novatas que jamás durarían suficiente en una batalla, ya fuese marcial o mágica.

¡Van a morirse! ¡Van a morirse rápido! ¡¡¡O al menos serán engañadas en segundos y vendidas como esclavas!!!

La multitud reunida no pudo evitar llegar a esta conclusión. Estas chicas parecían tan inocentes que nadie siquiera pensaba en querer engañarlas o acercárseles con malas intenciones.

Un profundo silencio llenó el edificio.

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“¡Bien! Vamos a revisar la pizarra de misiones”, dijo Marcela.

“¡Sí, señora!”, respondieron las otras dos alegremente, y la siguieron a la pizarra.

Justo se les olvidó dar su respuesta más cazador-esca, pero bueno, no era demasiado problema en este punto.

Las tres miraron fijamente el tablero de misiones.

A diferencia de Adele, las miembros de Wonder Trio no eran tontas. Y por eso, sabían muy bien que eran inusualmente jóvenes para ser cazadoras de rango C, que tanto su número como balance de grupo era pobre, y que cualquier cazador o trabajador del gremio que no las conociera las vería con extrañeza, sin dudar en busca de pelea. Por eso, la atmosfera a su llegada al gremio no las sorprendió demasiado. O al menos, podían aceptar ese silencio incómodo…

Me pregunto cuánto tiempo se van a quedar todos así… pensaron las tres.

Sin embargo, estaban un poco nerviosas por lo dramática que había sido la reacción.

Las tres habían partido de la capital de Brandel en medio de la noche y se habían dirigido directo a la capital de Tils. Obviamente, durante su última visita, habían logrado que Adele revelara el nombre de la ciudad donde estaba registrada. Y por supuesto, tras dejar el palacio, se habían apresurado a llegar, sin detenerse para misiones de cazadores, caminando y durmiendo en posadas de pueblos—una y otra vez.

En el camino habían pasado por una ciudad grande para comprar trajes y armaduras más apropiadas para magas cazadoras, con la esperanza de no demostrar que era totales novatas. El dinero inicial que Morena les había proveído fue más que suficiente.

Sus dagas a juego eran un poco superfluas, pero no era extraño que ellas las tuvieran a la mano en lugar de cuchillos, o como un arma de corto alcance para emergencias. Además, simplemente podían decir que eran encantadores souvenirs comprados al juntar todo su dinero al formar el grupo, y justo decidieron comprar el set que hacía juego.

A decir verdad, esas dagas tenían el sello de la guardia imperial, y cada chica llevaba una carta de deber sobre su misión de buscar a su compañera compatriota, sellada personalmente por la familia real (es decir: Morena). Sin embargo, excepto por circunstancias extenuantes, no pretendían revelárselas a nadie.

De hacerlo, seguramente se volvería un gran problema, y además, significaría la posibilidad de revelar su locación actual a la Princesa Morena.

Sus armas principales, por supuesto, eran sus báculos, los cuales habían sido facturados por Morena como un gasto necesario.

Y así, a pesar del hecho de que eran un grupo completamente normal de novatas—aunque cuyos miembros eran demasiado jóvenes, sin suficiente gente y pobre balance—la atmosfera en el salón gremial era ofensivamente incomoda, por eso las tres decidieron seguir mirando la pizarra de misiones, sin atreverse a mirar a su alrededor…

Oigan, ¿hay algunos trabajos feos ahí todavía?

No, todos los de alta dificultad ya se los llevaron. No hay trabajos de marca roja como cazar lagartos rocosos o exterminación de wyverns. No hay trabajos particularmente difíciles o extraños ahí que algún grupo de rango C pueda tomar.

¡Bien!

Y esa fue la conversación secreta que tuvieron los empleados del gremio.

“No hay nada…”.

“Sep, ningún trabajo bueno”. “¿Hacemos algunas misiones diarias?”.

Su meta principal era encontrarse con Adele. Luego, tras trabajar juntas un poco, empezarían a viajar juntas. Después de todo, este sitio estaba demasiado cerca de su tierra natal.

Sin embargo, ya que no necesitaban buscar información sobre el paradero de Adele, sólo restaba una cosa por hacer: esperar hasta encontrársela naturalmente.

Las posibilidades de topársela en su primer intento, pasando por el gremio en un punto extraño del día, eran bastante bajas. Además, que un grupo de cazadoras extraño apareciera y comenzara de inmediato a buscar a otras cazadoras haría sospechar a los locales, lo cual seguramente les traería conflictos.

Podían preguntarle a los trabajadores sobre ella, pero por algún código o trato tácito, los trabajadores no compartían información de otros cazadores. Preguntar sobre ella sólo los pondría innecesariamente alertas. Y por eso, Wonder Trio tomaría misiones de exterminación de monstruos, ya que de todos modos necesitaban la práctica, y esperarían hasta topársela por casualidad.

Podrían pasar días hasta que la vieran, pero habían esperado casi dos años en este punto, así que unos cuantos días más no eran nada. Mientras tanto, pensaron que no sería mala idea tratar de matar orcos, algo que todavía no habían intentado.

Hasta ahora, su única experiencia real de caza eran goblins y kobolds, y lebrílopes, y sólo lo habían hecho unas cuantas veces en conjunto con otros grupos. En serio, era un poco vergonzoso para un grupo de rango C.

Dicho eso, seguían nerviosas cuando se trataba de cazar orcos siendo solo tres, así que jamás lo habían hecho antes. Normalmente, enfrentarse a un oponente de pura fuerza bruta sin una vanguardia sería lo mismo que un suicidio… Normalmente.

“… ¿Oh?”.

Marcela, cuya visión era más aguda por sus grandes ojos, notó a un grupo de cinco hombres jóvenes, más o menos al final de su adolescencia, que habían estado pasando cerca de la pizarra de misiones por un rato… O, más importante, notó la misión que uno llevaba en las manos.

“Disculpen, ¿podríamos ver eso que llevan?”. “¡C-C-C-Claro!”.

El chico, de unos dieciséis o diecisiete, se tensó, nervioso, y rápidamente mostró la hoja a Marcela.

Era bastante lamentable asumir tal actitud con una chica mucho más joven, pero considerando que era una hermosa chica que tenía toda la atención del gremio y un aura de “clase alta”, sugiriendo formar parte de la nobleza, él realmente no tenía elección más que entregar la hoja incondicionalmente. Ella tenía el tipo de gracia elegante que no tenía ninguna chica con las que él había crecido, además de que ella le estaba sonriendo al pedirle la hoja.

“Lo sabía. Es una solicitud para recolectar partes de orco. Justo pensé haber visto la palabra “orco” aquí. ¿Qué les parece, caballeros?

¿Aceptarían esta misión junto a nosotras? Apenas estamos empezando y no tenemos experiencia cazando orcos. Obviamente, aprenderíamos de ustedes durante la misión, así que no requeriríamos que nos pagaran. Sí, siempre y cuando nos permitan quedarnos con cuantas partes podamos cargar, eso sería suficiente”.

Siendo ellas solo tres, aunque derrotaran a un orco, sólo podrían cargar una pequeña porción de sus partes (carne, etc). Lo mismo iba para los jóvenes. Era imposible que con solo cinco hombres pudieran sacar un orco entero del bosque. En otras palabras, dejar que Wonder Trio se quedara con algunas partes no sería una pérdida para ellos. Por el contrario, tener tres magas a la mano sería bastante útil, en términos de que la felicidad mejoraría su fuerza en la batalla, de que no deberían preocuparse por agua potable o fuego para cocinar, y de que siempre tendrían curanderos si alguien se lastimaba. Cualquier grupo mataría por tener siquiera un mago.

Y… y… ellas eran chicas hermosas.

“¡¡¡Con gusto!!!”, todos los hombres gritaron.

¿Quién hubiera esperado una respuesta distinta?

Malditos suertudos…

Todos los demás jóvenes cazadores los miraron con celos.

¡¡¡Aunque se mueran, no pueden dejar que se lastime ni un solo cabello de la cabeza de esas chicas!!!

Las miradas de los cazadores mayores y de los trabajadores del gremio eran como dagas, pero probablemente era lo normal.

Con todos los ojos del gremio sobre ellas, Wonder Trio y el grupo de jóvenes, Crane’s Spray, se sentaron en una mesa para una pequeña reunión y así conocerse mejor.

“Somos Crane’s Spray, de rango C. Aunque, justo acabamos de subir a rango C. Tenemos un tanque pesado, uno ligero, un espadachín, un lancero, y un arquero-y-tanque-ligero, así que estábamos pensando que sería bueno conseguir un mago también…”, dijo el líder del grupo, mirando con avaricia a Wonder Trio. Él debería haber sospechado que su deseo era en parte en vano, ya que era muy probable que Trio estuviera en la ciudad a mitad de su viaje de entrenamiento y no pensaba quedarse por siempre.

Sin embargo, esta no era alguna ciudad en los campos, sino la capital real de Tils. No estaba tan fuera de cuestión que estas chicas decidieran que este sitio fuera su cuartel general. Adicionalmente, estaba claro que no podían continuar su grupo de solo tres magas por siempre. O se combinaban con otro grupo o se separaban y unían a otros individualmente. Había más que suficientes grupos que estarían felices de tener un mago.

Y no había razón para que el grupo por el que ellas se decidieran no fueran ellos, Crane’s Spray. Ninguna razón en lo más mínimo.

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“Nosotras somos Wonder Trio, también rango C. Empezamos como rango D al registrarnos gracias a nuestra habilidad mágica y ganamos puntos especializándonos en ser guardaespaldas secretas para jóvenes nobles, así que nuestra única experiencia en batalla es cazar kobolds y goblins y lebrílopes unas cuantas veces junto a otros grupos”, explicó Marcela.

“Ah…”.

Con esto, Crane’s Spray pareció comprender la situación. Los otros cazadores y trabajadores del gremio que habían estado escuchando también asintieron, llegando a la misma conclusión…

Y tan solo un segundo después, un grito de enojo hizo eco en el gremio.

“¡¡¡SI   PIENSAN   SALIR   EN   UN   VIAJE   ASÍ,   VAN   A   TERMINAR MUERTAAAAAS!!!”.

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