Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)
Volumen 1
Prologo: Frontera Salvaje
De vez en cuando, tengo este sueño.
Siempre es en alguna aula de clases en Japón, en una escuela en la que nunca he estado. Todo el mundo lleva diferentes uniformes. Hay estudiantes en chaquetas, suéteres, trajes de marinero… aunque los estilos de ropa varíen, por alguna razón, ninguno parece fuera de lugar. Cuando entro en el aula, todos dejan de hablar y me miran. El interior es cálido—no hay rastro de clamor o conflicto. Nadie lleva armas. Aparte de centrarse en sus estudios, todos son libres para gastar su tiempo como quieran. En el momento que los saludo, ellos me reciben con sonrisas amigables, mientras hablan de cosas sin importancia. Soy amiga de todos en la clase, sin embargo, solo existe una persona a la que puedo llamar ‘mi mejor amiga’. Las dos somos muy unidas. No hay secretos entre nosotras. Ver a mi amiga reír o sonreír es todo lo que necesito para sentirme feliz. Si yo soy feliz, entonces mi amiga también lo es. Conozco el trágico pasado de mi amiga, y es porque ella comprende mis más profundas aflicciones que podemos compartir este vínculo. Allí, platico con mi mejor amiga de nada en particular, mientras esperamos a que comience la clase.
Es un sueño ridículo, desde luego, y nunca podría comentárselo a nadie.
Pero es un sueño que tengo de vez en cuando.
***
El termino pasando la noche debajo de un puente de la ciudad luego de ser convocado a otro mundo.
—¡¡¿Por qué tengo que soportar todo esto?!!
Gritándole al sol de la madrugada y a un coro de pajaritos, Mitsuki no pudo contenerse ni un segundo más.
Justamente después de haberse probado su viejo uniforme de preparatoria en una picazón de nostalgia, fue transportado lejos de su hogar, y ya había pasado un día desde que fue convocado a este mundo. Y luego de ser conducido a una audiencia, el tipo que parecía ser el rey lo echo, alegando: “—Sí… nosotros ya no necesitamos de ti”.
Esas dos oraciones fueron más que suficiente para resumir esta absurda serie de eventos. ¡Sucedió tan rápido!
Sin ningún otro lugar adonde ir, Mitsuki acabó pasando toda la noche gimiendo con blandeza debajo de un puente.
—No puedo creer que ese rey… al menos pudo haberme arrojado unas monedas. Ngh… me muero de hambre…
Mitsuki lloriqueó a un lado del arroyo mientras balbuceaba.
—Supongo que la vida tampoco es fácil en un mundo de fantasía…
Después de una noche sin hogar, la realidad se estaba hundiendo profundamente en sus huesos.
De regreso al mundo real, él había estado viviendo encerrado, deprimido por su estúpida suerte luego de perderse todos los exámenes de ingreso al instituto por culpa de una fiebre severa que le obligó a tomarse un año sabático involuntario. Lógicamente, carecía de la iniciativa e imaginación para resolver su actual predicamento por sí mismo.
El estómago de Mitsuki gruñía, pero no tenía forma de alimentarse.
¿…me voy a morir de hambre en medio de la ciudad?
Su hambre avivo sus pensamientos sobre el peor de los escenarios, dirigiendo escalofríos por su espina dorsal.
—Me niego. Si así es como serán las cosas, ¡entonces tendré que robar…!
Mientras la desesperación nublaba su juicio, Mitsuki buscó en su cabeza una nueva forma de sobrevivir.
—¿Robo menor, huh…? si me atrapan, la policía se pondría en contacto con mis padres… espera, soy un idiota. Desearía que ese fuera el caso.
—Ey, tú. El de ahí.
—Este es un mundo totalmente diferente. Si las leyes y las costumbres no son las mismas que en Japón, podría ser peligroso cometer un crimen…
—Estoy hablado contigo. ¡Hey! ¿holaaaaa?
—¿Pero acaso tengo otra opción…? ¡Maldita sea! ¡Odio este lugar! ¡¿Por qué siempre tienen que pasarme cosas malas—?!
—¡Perdona! ¡¿PUEDES OÍRME?!
—¡¡¡Oh, uh, SÍ!!! ¡¡No hay nada que ver aquí, oficial!! —Espetó Mitsuki por los nervios, con su conciencia prácticamente saltando fuera de su piel.
Se dio la vuelta, encontrándose cara a cara con una joven despampanante.
Ciertamente se encontraba despierto.
—¿Qué? ¿Qué es lo que tanto miras?
Ella fijó su mirada en Mitsuki, observándolo exageradamente con un poco de sospecha.
Había algo de madurez en ella, pero debería tener más o menos la edad de Mitsuki, si no es que un poco más. Su pelo castaño claro era del color de la leche con una gota de café; estaba recogido en una cola de caballo con una gran cinta negra.
—No sé qué has estado tramando, pero te dejaré libre si tu no actúas en consecuencia. Nuestro Señor es generoso. ¡Con certeza, puedes cerciorarte de que yo actúo con la mano abierta de una sacerdotisa!
Concordando con sus declaraciones, ella llevaba un atuendo clerical y unas voluminosas escrituras en la mano izquierda. En general, sus ropas color índigo producían una impresión imponente, pero por alguna razón, la abertura de su falda le llegaba hasta el muslo derecho.
—¿Así que estoy en lo cierto si asumo que eres el desagradable vago que ha estado durmiendo bajo este puente?
—¿Vago? Ouch… pero sí, supongo que sí…
—Eso pensé. Hemos recibido reportes de los buenos ciudadanos de Los Comunes; el tercer rango de la jerarquía social. Han pedido que hagamos algo con ‘el vagabundo que no para de llorar bajo el puente pese a no parecer borracho ni nada’.
Mitsuki no pudo evitar mirar al cielo.
Justo cuando pensaba que por fin se le había acercado una preciosa chica en este mundo de fantasía…
—Este mundo alternativo apesta… ¿qué demonios? ¿Qué he hecho para merecer esto?
—¿Qué pasa? Ya has llorado toda la noche. ¿Por qué parece que estás a punto de romper en llanto otra vez? Alguien tiene mucha sal y agua de sobra. ¿Acaso sucedió algo terrible?
—Pues claro. Estoy quebrado.
Mitsuki no vio el punto en intentar ocultarlo.
Por supuesto, había muchas otras razones para su angustia, pero sus problemas monetarios fueron lo primero que le vino a la mente.
—Uh~huh. Sin techo y sin dinero. Apuesto a que te estafaron los ahorros de toda tu vida en cuanto ingresaste a la ciudad porque tenías la cabeza en las nubes. ¿Por qué no vuelves a casa con mami? ¿O duermes en el sofá de un amigo?
—Me encantaría ir a casa–si tuviera una.
Además, no conozco a nadie.
—¿Huh? Ya veo. No tienes amigos tampoco.
Asintió para sí misma, sacando conclusiones.
Sus rasgos faciales eran engañosamente maduros para todas las expresiones animadas que hacía. Ya sea intencionada o accidentalmente, sus comentarios siempre parecían ir directo al núcleo del asunto.
—Sin hogar, sin dinero y sin ningún lugar adonde ir… ¡ya sé! ¿Por qué no te quedas conmigo?
—¿Qué? ¿Por qué? —Su reacción instintiva fue permanecer cauteloso.
—¿No te das cuenta por mi ropa? —Ella deliberadamente sacudió el dobladillo de su túnica de sacerdotisa.
La audaz hendidura de su falda dejaba al descubierto su pierna derecha y sus botas de cordones. Mitsuki también vislumbró una liga de cuero enrollada alrededor de su muslo, lo que supuso una experiencia casi fatal para el joven chico.
—Soy una sacerdotisa de Las Fausto, el primer estado. Me llamo Menou. ¿No es el deber de los del clero ofrecer una mano amiga a las personas en necesidad?
La chica llamada Menou se echó la cola de caballo hacia atrás con orgullo.
Sin embargo, eso tenía poco significado para Mitsuki, que no sabía nada de este mundo.
—¿…es así como trabajan?
—Uh~huh. ¿Tienes algún tipo de identificación? Aunque nosotros seamos aliados de Los Comunes, no se nos puede ver tendiéndole una mano a los criminales. No podremos acogerte si no puedes demostrar quién eres y de dónde vienes.
—um… ¿yo provengo de otro mundo?
Mitsuki estaba tan exhausto que ya no le quedaban energías ni para ocultarlo. Estaba seguro de que ella dudaría de su cordura.
Sin embargo, los ojos de la chica se abrieron de par en par, sorprendidos.
—Oh. Así que eres un ‘Errante’.
—¿Un qué?
Mitsuki se sintió medio aliviado y medio sorprendido de que ella aceptara su explicación con tanta facilidad.
—Un término general con el que nos referimos a las personas que se tropiezan en este mundo. Dicen venir de algún país llamado ‘Japón’ en la ‘Tierra’ o algo así… hmm… ahora que lo mencionas, vas vestido de una manera extraña.
Ella examino su uniforme, asintiendo para sí misma.
—No me extraña que no tengas a dónde ir. Pero no tienes por qué preocuparte nunca más. ¡Cuidar de los corderos perdidos también es parte de nuestro deber!
—¡¿De verdad?! ¡Dinero, por favor!
—¿Perdón? Sigue soñando, vago. —Ella le sonrió, aunque pudo ver por su voz que no cedería ni una pulgada.
Mitsuki agachó la cabeza, inclinándose.
—¡Lo siento! Creo que me excedí un poco.
—Ya que has aprendido tu lección, vamos a llevarte a la iglesia. ¡No temas! Tenemos muchas conexiones. ¡Para mañana ya tendrás trabajo! ¡Y no habrá nada parecido a un terrible trabajo manual!
—¿Qué…? ¿No aceptan a las personas gratis?
—“El que no trabaja, no come”. ¿Lo has oído? Es una pepita de sabiduría en la forma de un antiguo proverbio.
—Ugh…
Mitsuki caminó penosamente tras ella, mirándose absolutamente derrotado.
Había bajado la guardia.
Aunque acababan de conocerse, sentía que podía seguir hablando con ella.
—Mmm… me pregunto para qué puesto serias adecuado. Recomiendo la construcción. Es un lugar de trabajo maravilloso que siempre tiene mucha demanda.
—No sé. Parece un mal lugar para empezar a buscar trabajo… ¿es que acaso no hay nadie que contrate aventureros o algo así?
—¿Hmm? Supongo que cada generación viene con temerarios pretendiendo aventurarse en la Frontera Salvaje. No puedo decir que lo recomiende. Sabes, hay una razón por la que renunciamos a establecernos allí. Mueres si no puedes valerte por ti mismo. En todo caso, yo diría que es un lugar terrible para empezar.
Eso parecía significar que los aventureros eran una cosa de aquí. Adecuado para un mundo de fantasía.
Mitsuki se halló impresionado mientras Menou continuaba su explicación.
—Ciertamente, puedes hacer una fortuna si te va bien, pero la mayoría de los aventureros son criminales que no tienen cabida en la sociedad. Es mucho más seguro en la ciudad, así que deberías agachar la cabeza y trabajar en la construcción. Ah, y ya que te encontraremos un trabajo, tendrás que donar el veinte por ciento de tus ganancias. ¡Uff! ¡A las justas, pero podremos sobrevivir el próximo mes!
—¿…esto es una iglesia o alguna agencia de empleo? Tú te llevas una gran parte de las ganancias.
—Oh, cállate. A diferencia de los nobles, nosotros no pedimos a las personas comunes que paguen impuestos. Apenas sobrevivimos con donaciones y contribuciones. ¡Especialmente en los lugares más pequeños!
A Mitsuki no le alegraron las condiciones que le ofreció, pero comprendía muy bien la difícil situación de no tener suficiente dinero.
—Lo entiendo… supongo que es duro y todo.
—Siempre que comprendas… ya es bastante duro simplemente salir adelante. —Parecía que Menou ya tenía cosas de las que preocuparse en su vida.
Pero Mitsuki tuvo un destello de inspiración.
—Espera. ¡¿No puedo sacar provecho y capitalizar mis ideas del otro mundo?! ¡Cómo enseñar a la gente está cosa nueva y loca llamada mayonesa!
—Creo que eso podría ser difícil. La mayonesa es deliciosa.
Menou le ofreció una sonrisa de compasión mientras echaba por tierra sus esperanzas.
—Los corderos perdidos llevan mucho tiempo viniendo a este mundo. Creo que hemos aprendido casi todo lo que hay que saber de ellos. ¿A menos que tengas algo más especializado que ofrecer?
—Ni hablar…
Al fin y al cabo, Mitsuki era básicamente un ermitaño al que le fue negada la opción de terminar la preparatoria. Por lo demás, era un chico común y corriente.
Luego de haberse sentido tan patético bajo ese puente la noche anterior, él no podía soportar la idea de quedarse atorado ahí.
Empezó a suplicar.
—¡Siento mucho ser un inútil! ¡Por favor, no me dejes aquí…!
—No te preocupes. —Menou se detuvo en seco, girando sobre sus talones para sonreírle. —¡Las sacerdotisas somos puras, propias… y muy poderosas! Nunca abandonaríamos a una persona necesitada.
Su respuesta fue más tranquilizadora de lo que él esperaba. Mientras ella hinchaba el pecho, su sonrisa se sintió más sincera y deslumbrante que cualquier otra que él hubiera visto.
Su corazón se aceleró de repente. Mitsuki se rascó la mejilla para encubrir su vergüenza.
—G~Genial. Pero ahora que lo pienso, ¿por qué me invocaron aquí en primer lugar?
—No me preguntes a mí. No tengo ni la menor idea de lo que pasa por la cabeza de La Nobleza.
—¿Hay un Lord Demonio o algo así? Por lo que sé, eso es un tropo común en este tipo de historias.
—Bueno, la Frontera Salvaje es vasta, pero nunca he oído hablar de tal cosa. Con el actual orden mundial, no ha habido guerras importantes. Doy gracias y alabanzas a nuestro Señor, quien es grande y generoso.
No conozco los detalles de ese llamado “orden mundial”, pero supongo que no hay grandes batallas que se estén librando en este momento.
—¿Podría ser que el rey este tramando algo? Quizás está alistando a jóvenes de otros mundos para una guerra expansionista.
—Creo que estás exagerando las cosas…
bueno, tomaré nota para mencionárselo a mis superiores más tarde. Dejaré los asuntos de La Nobleza a las jefas de Fausto. Yo tengo mi propia misión honorable: ayudar a la basura de la sociedad como tú.
—Entiendo. Supongo que estás hasta el fondo con los asuntos de Fausto si tienes que encargarte de sujetos como yo.
—Puede ser. Aunque podría abandonarte aquí justo ahora, vago.
—¡Oh, gran Menou-sama! ¡Sé que eres benévola de corazón! ¡Por favor ten piedad de mi alma!
—Mucho mejor. Ya veo que has aprendido tu lugar.
Menou asintió satisfecha una vez que Mitsuki hizo un giro de ciento ochenta grados.
—Acabo de recordar algo. Si eres un perdido, debes tener alguna habilidad especial. Intentemos pensar en algún trabajo para ti en donde puedas hacer uso de ella. Para ser honesta, aunque recomendé la construcción… —Evaluó su físico, frunciendo el ceño. —Eres tan delgado y pálido… mi imagen se vería manchada si terminaras desmayándote en el trabajo.
—¡Cállate!
Puede que no tenga mucha confianza para los trabajos físicos, pero no hace falta que lo expliques.
Que un hombre joven sea llamado débil por una chica linda puede ser duro, hasta para un chico como Mitsuki.
—Ya~ ya~. Eres un joven fornido. ¿Sabes qué habilidad tienes?
—¿Una habilidad, huh…?
Habían mencionado las habilidades especiales en el castillo donde fue invocado Mitsuki, pero recordar los acontecimientos le dejo un pésimo sabor de boca.
—No tengo ninguna. Dijeron… que mi poder es Nulo.
—¿Qué? —Menou se congelo. —No… eso no puede ser cierto.
Por solo un instante, ella se quedó inmóvil, pero había algo diferente en su voz cuando empezó a moverse de nuevo. Parecía que Mitsuki no había estado a la altura de sus expectativas, pero no podía ocultar la verdad.
—Eso es lo que me dijeron.
—Okay… ¿pero te hicieron pruebas?
—Sí, lo miraron con una bola de cristal. Y aparentemente les salió ‘Nulo’.
—¿Una bola de cristal que mide las habilidades…? si puede mostrar… la pureza… ¿están escondiendo un antiguo…? —Menou bajó la mirada, murmurando algo para sí misma.
—¿Qué?
—¿Hmm? Nada. Es extraño que te echaran a patadas cuando fueron ellos los que te invocaron. ¿Estás seguro de que no hiciste nada que les ofendiera?
—Me echaron antes de que pudiera decir algo. ¿Quizás sólo necesitaban a la chica que invocaron conmigo?
Los ojos de Menou brillaron.
—Otra persona, ¿huh?
—Sí. Superguapa, con unos pechos enormes.
Aunque sólo la vi de reojo.
—¿Y cuál es su habilidad?
—¿Quién sabe?
Mitsuki había sido expulsado en cuestión de segundos. Ocurrió tan rápido que sospechó que intentaban ocultarle a la chica, por lo que no sabía nada de ella.
—Pero apostaría a que era una habilidad locamente poderosa.
—¿Oh? ¿Y por qué piensas eso?
—Así funcionan estas cosas.
Por la forma en que sonaba Mitsuki, parecía estar un poco celoso de la chica que se quedó. Para matar el tiempo durante su año libre, había devorado wed novel´s que a menudo presentaban este tipo de trama, por lo que estaba convencido de que este era el caso.
—¿Sí? Pero sigo pensando que tú también tienes una habilidad especial.
—…déjalo, ya te he dicho que no la tengo.
No pudo evitar chasquearle la lengua a Menou y a sus palabras de consuelo. Acababa de ser traicionado por sus invocadores. Le resultaba difícil siquiera considerar la posibilidad de satisfacer sus expectativas.
Mientras Mitsuki se enfadaba, Menou miraba a lo lejos.
—De hecho, debes hacerlo. De lo contrario, las actividades de la iglesia podrían… —Murmuró de un modo que sonaba siniestro.
Menou se detuvo. Habían llegado a su destino.
—Aquí es. Yo dirijo esta iglesia.
—¿Hmm? H~Huh… ¿En serio?
—En serio.
Estampando una sonrisa falsa en su rostro, Menou coloco su mano en la puerta principal, que se abrió con un chirrido oxidado.
Nada bueno podía salir de esa iglesia. La puerta estaba destartalada, el jardín invadido por una jungla de malas hiervas, e incluso notó que faltaba una bisagra en la puerta cuando entraron.
—Uh… ¿realmente hay personas viviendo aquí…? porque a mí me podrías haber engañado… quiero decir, parece como si alguien hubiera intentado arreglar unas ruinas antiguas.
—Bueno, ya sabes lo que dicen, los mendigos no pueden elegir.
—Hombre, todo en este mundo parece empeorar cada minuto.
Como Mitsuki ya lo había sospechado debido a sus intercambios anteriores, no se sorprendió cuando Menou demostró estar igual de arruinada. El interior de la iglesia se encontraba en un estado tan terrible que hacía que su actitud alegre fuera casi deprimente.
—Vamos. Hay muchas habitaciones. Eres bienvenido a quedarte el tiempo que quieras.
—¿Es seguro…? No quiero despertarme por la mañana enterrado vivo bajo los escombros.
—Oh, es perfectamente seguro.
Mitsuki observó con nerviosismo las grietas de las paredes, provocadas presumiblemente por el desgaste de los años. Sin embargo, Menou lucía una sonrisa sospechosamente brillante.
—Mientras sus residentes tengan fe, la Santa Iglesia nunca se derrumbará. Quiero decir, mira el capítulo dos, versículo cinco: «Regocíjate, porque el muro que rodea a un piadoso rebaño de ovejas nunca se derrumbará». ¿Ves? ¡No hay manera de que se derrumbe!
—Eso suena como un vaticinio perfecto. Eso significa malas noticias. Deberías pedir a algunos trabajadores de la construcción que vengan aquí antes de contratarlos tú mismo. Creo que estaba más seguro pasando la noche bajo el puente.
—¡¡YA TE HE DICHO QUE NO TENGO DINERO!! —Menou hizo una pequeña rabieta.
El lamentable estado de la iglesia parecía ser un tema delicado para ella. Se puso furiosa y empezó a señalarla con el dedo.
—¡Escúchate, llorando todo el día porque te saltaste un par de comidas! ¡¡PUES ESO NO ES NADA!! ¡Intenta vivir con unos pocos granos de sal durante una semana! ¡Entonces sabrás realmente el verdadero significado del hambre! ¿Arreglar la iglesia? ¡Si tuviera dinero, daría prioridad a alimentar a los pobres diablos que tienen que alimentarse con sal!
A juzgar por las lágrimas en sus ojos, obviamente se refería a ella misma.
—¡Okay! ¡¡OKAY!! ¡Lo siento! Me equivoqué. ¡Vamos a calmarnos! ¿De acuerdo?
Menou detuvo su sollozo y se sonó la nariz.
—Si lo sientes, entonces prueba tus habilidades… no te preocupes. Un alma perdida debería ser capaz de usar de forma intuitiva la Fuerza Guía.
—Vale… pero no servirá… ¿y qué es eso?
—¡Cállate e inténtalo!
Ella seguía en su modo berrinche.
—¡Si eres un perdido, lo único que hace falta es concentrarse! Utiliza tus poderes superfuertes para hacerle cosas a esa estatua de ahí o algo así. ¡De todas formas está condenada a ir a la casa de empeños!
—¿Espera, qué? ¿Casa de empeño? ¿No eres una mujer santa?
Eso parecía totalmente inapropiado para una sacerdotisa, pero Mitsuki podía entender que estar sin un centavo le hacía todo tipo de cosas a la mente. No quiso insistir en el tema por miedo a hacerla sentir peor.
Mitsuki ni siquiera había oído hablar de esa Fuerza Guía, pero hizo lo que le dijeron y se concentró. Para su sorpresa, encontró un poder en su interior que le vino de forma tan natural que no supo por qué no lo había notado antes.
Fuerza Guía: conectar—
Confundido por la misteriosa sensación, Mitsuki trató de extraerla hacia afuera desde su interior.
Huh. De verdad que es intuitivo.
Él se concentró en la estatua, y una débil fosforescencia irradió de su cuerpo y envolvió su figura.
De repente, un anhelo irresistible germino de su alma.
S?T?¡?K???Pureza Conceptual [Nulo]—
El poder que surgió de su cuerpo siguió un curso bizarro. Emergió de la conciencia de Mitsuki, conectándolo con la energía del mundo en el límite de todo conocimiento e idea. Finalmente, un pedazo del mundo hallo su lugar dentro de él.
Conjurar [Eliminación]
Durante un instante, sintió una incomodidad y un disgusto indescriptibles. Y entonces jadeó, volviendo a sus sentidos.
La estatua había desaparecido.
—Ya… ya no está ahí. ¿Qué sucedió? ¡E~Espera! ¡¿No vas a usar ese poder en mí, o si?! ¡Um! ¡Venimos en son de paz! —Exclamó Menou, sonando completamente extraña.
—¡Claro que no!
Reprimiendo su risa, Mitsuki comprobó con más detenimiento su propia habilidad.
Comprendió de forma instintiva que el objeto desaparecido literalmente había sido reducido a la nada.
—Hombre, esto es una locura. Apuesto a que podría hacer mucho daño como un aventurero o algo así, ¿huh?
Menou mencionó que esa profesión era un trabajo peligroso pero gratificante. Mitsuki tenía más potencial para contribuir a esta iglesia en ruinas como aventurero que como trabajador de la construcción.
—Es cierto. Una habilidad como la tuya ciertamente podría ser bastante destructiva.
—¿Cierto?
Menou se deslizó detrás de él. Quizás todavía tenía miedo de su nueva habilidad.
Por primera vez desde que llegó, Mitsuki empezaba a sentirse con esperanzas. Con esto, seguramente podría darle una lección al rey. De hecho, si se volvían a encontrar, Mitsuki podría usarla para ‘eliminarlo’ por completo.
—Y la Fuerza Guía puede hacer que todo tu cuerpo sea más fuerte de forma temporal. Si aprendes a controlarla, podrás hacer aún más.
—¡Oh, genial! —Él estaba emocionado.
De pie, detrás de él, Menou utilizó la energía para aumentar su propia fuerza—en una técnica conocida como Incremento Guía, en la que el usuario extrae el poder de su alma para fortalecer su carne a voluntad.
Con su cuerpo bañado en el brillo fosforescente—Luz Guía—, la cual indicaba la activación del Incremento Guía, Menou introdujo su mano en la abertura de su falda. El cinturón de cuero que rodeaba su muslo derecho ocultaba una única daga.
—¡¿Un aventurero, huh?! Esto por fin empieza a sentirse como una fantasía de verdad. ¡Nulificare todo lo que se interponga en mi camino!
—Heh, estoy segura que sí.
Menou sonrió y asintió mientras Mitsuki, temblando de emoción, apretaba sus puños.
Su futuro comenzaba a verse brillante.
Sólo tengo que Nulificar todo lo que intente detenerme—o me estorbe o cuando las cosas no salgan bien.
Esta era la habilidad que había adquirido de la S?T?¡?K???Pureza Conceptual.
—Ja~Ja. Sí, eso es. Puedo reducir cualquier cosa a la nada. ¡Ahora si me estoy animando!
—Bueno, todo eso es debido a mis consejos.
Deberías agradecerme.
—¡Sí, es cierto!
Al fin y al cabo, se lo debía todo a Menou. Si ella no se lo hubiera contado, podría haber muerto en alguna zanja antes de darse cuenta de esta habilidad.
Menou era una aliada. No había necesidad de usar sus poderes contra ella.
Con gratitud y esperanza en el futuro, Mitsuki se giró hacia Menou con una sonrisa.
—Okay, Menou. Preséntame a tus contactos para que pueda convertirme en un aventu–
Su sonrisa se congeló en el momento en que una daga le atravesó la sien.
—¿Hbuh?
Un sonido inhumano salió de los labios de Mitsuki; tan extraño como bizarro.
La hoja destrozó la parte más fina de su cráneo, perforando su cerebro. La vida se le dreno por la herida. Fue un milagro que no muriera al instante. Mitsuki vio una última imagen antes de caer al suelo.
Era Menou, sosteniendo la daga clavada en su cabeza.
—¿Por… qué…?
El moriría en cuestión de segundos. Inundado por la desesperación ante esta traición, el poder emano violentamente de su interior.
Fuerza Guía: Conectar—S?T?¡?K???Pureza Conceptual [Nulo]—Conjurar [Que, no pued~ estar pasando, ~~ ~~rrible mor~~ así ~~iminare tod~ este mun~~. Me sen~~~ un poco m~mejor como pudist~ Menou!–]
La energía brotó de su alma, inundando el cuerpo de Mitsuki.
—¡Ah!
Menou se puso pálida, sintiendo que algo irregular estaba siendo conjurado por el chico moribundo.
Un destello de luz se manifestó de sus ojos, y ella se lanzó a un lado para esquivar, tumbándose sobre el suelo.
No hubo ningún estruendo, ni ningún sonido que indicara destrucción. De hecho, fue tan silencioso que uno podría pensar que no había sucedido nada.
Pero cuando Menou se levantó, sintió una suave brisa—sintió la luz del sol de la tarde sobre su piel.
A pesar de que se encontraban en el interior de una iglesia.
—…debería haber esperado esto de un Errante.
Habiendo esquivado por poco el encantamiento que el chico desató en sus últimos instantes de vida, Menou se tumbó en el suelo.
La parte de la iglesia en la que había estado hace solo unos momentos desapareció sin dejar rastro— desde el suelo hasta la pared e incluso el techo.
Ningún sonido se escuchó cuando el concepto de la ‘nada’ fue manifestado. El borde alrededor del área desaparecida era aterradoramente liso.
—Es impresionante que no hayas muerto de inmediato. Eras una auténtica bestia, incluso entre aquellos con poderes excepcionales otorgados por una Pureza Conceptual.
Ella se acercó con cautela al chico y le movió la cabeza para confirmar que estaba muerto. Impulsada por la fuerza del Incremento Guía, la hoja se había clavado en su cráneo y le robó la vida.
—¿Tus últimas palabras fueron “Por qué”, huh?
Comprobó sus pupilas en busca de alguna reacción.
—…estabas en lo cierto: Esta iglesia había estado abandonada desde hace años. Decidí utilizar sus restos para esta misión.
Ella ya no demostraba ninguna de las características animosas que había expresado antes.
En su lugar, habló con un tono tranquilo que encajaba mejor con sus rasgos maduros y tez pálida.
—Yo también estaba mintiendo sobre la posibilidad de buscarte un trabajo. Si es cierto que ofrecer ayuda es uno de los deberes de la iglesia, pero en este caso solo era un medio conveniente para ganarte. Quería conocer tu habilidad antes de matarte, así que tenía que encontrar una forma de interrogarte sin levantar sospechas.
No hay señales de movimiento en sus pupilas, respiración o pulso. Ningún signo de vida.
El chico en el suelo era sólo un cadáver.
—Después de todo, algunos de ustedes tienen habilidades que dificultan el matarlos por completo.
El poder de este chico era la Pureza Conceptual de lo Nulo.
Era un poder aterrador que podía reducir cualquier objetivo a la nada. Si el usuario crecía y profundizaba su comprensión de la Pureza Conceptual, incluso podría aprender a hacer cosas como Nulificar su propia muerte.
—Recibimos información de que los principales jugadores de La Nobleza estaban planeando invocar a un Errante. Y confirmamos signos de la ceremonia de invocación en la vena astral. Por eso enviaron a alguien como yo para que se encargara de ti.
En un inicio había planeado infiltrarse en el castillo, pero cuando vio salir primero a un joven con chaqueta de instituto, sospechó que podría ser una trampa. Ella lo monitoreo durante toda la noche antes de establecer contacto. Luego lo atrajo a la iglesia, su base de operaciones, y evaluó sus habilidades a través de su conversación.
No había necesidad de una mayor interacción.
En todo caso, sería una tontería darle el tiempo para concebir lo aterrador de sus habilidades. Tan pronto como las confirmara, era necesario deshacerse de él de inmediato.
Desde el principio, se había acercado con la intención de matarlo.
—No has hecho nada malo.
Tras confirmar que estaba muerto, Menou le cerró gentilmente los párpados.
—No es tu culpa. No has hecho nada que merezca la muerte. Yo soy la villana y tú eres la víctima.
El chico que hace unos instantes sonreía a un futuro con esperanza no volvería a levantarse. Menou le había robado aquella posibilidad.
—Y aun así…
Aunque sabía que había hecho lo imperdonable, Menou continuó con dulzura, como si ofreciera sus condolencias a los caídos.
—…la Espada de Sal que hundió al continente occidental en lo profundo del mar. El Pandemónium que devoró el archipiélago del sur. La Sociedad Mecánica que controla la Frontera Salvaje en el este. El Crepúsculo Estelar que dividió el centro del continente del norte y le dejo a la deriva.
Cada uno de estos títulos se refería a desastres legendarios ocurridos en este mundo.
Esas cuatro calamidades fueron provocadas por fuerzas sobrenaturales. Las enormes cicatrices dejadas a través de los continentes eran tan surrealistas, que sus vistas se grababan permanentemente en la psique de cualquiera que presenciara los restos. Y aunque los fenómenos que causaron cada uno de estos desastres eran de naturaleza diferente, todos compartían un mismo origen.
A pesar de tener la escala de un desastre natural, ninguno de estos eventos había ocurrido de forma natural.
Fueron provocados por Errores Humanos— calamidades provocadas por los Errantes.
—…los de tu clase simplemente han causado demasiado daño. —Explicó a sus restos, ahora silenciosos.
Errantes. Aunque algunos los veían como herramientas potenciales, sus poderes los hacían tan peligrosos que se convertían en objetivos de eliminación.
Por supuesto, Menou sentía cierta lástima por ellos, atrapados en las luchas de poder de un mundo que no era el suyo. Pero nunca dejaría que sus emociones le impidieran completar una misión.
Hacía tiempo había determinado que debía asumir el rol de una villana.
Por eso, aunque fingió ser amigable para acercarse al chico, nunca le pregunto su nombre.
—Los Errantes son entidades tabú que nosotros, como Verdugos, debemos exterminar.
Ellas servían como asesinas del Primer Estado, Fausto, y cazaban a estos peligros humanos por cualquier medio que sea necesario.
Siempre actúan ocultos bajo las sombras, y esta era la verdadera identidad de Menou.
—…si de verdad no hubieras tenido ninguna habilidad, no habría tenido que matarte.
Su silencioso murmullo cargaba consigo un genuino rastro de modestia ante la pérdida de esta esperanza.
Sin embargo, al final, el obtuvo una habilidad. Y lo que es más, en cuanto la activó, empezó a expresar abiertamente sus intenciones de Eliminar a los demás. Como efecto secundario de sus habilidades, la Pureza Conceptual comenzó a devorar su alma, arrastrando sus pensamientos hacia la idea de Nulificar. En poco tiempo, se habría apoderado de su alma por completo, y bien podría haber cometido actos que acabasen por generar otro de esos Errores Humanos.
Menou sacó la daga del cráneo del muchacho y le limpio la sangre.
Mientras contemplaba sus propios ojos con el reflejo de la hoja, recordó de repente el sueño que había tenido esa mañana.
El sueño era en un aula de Japón en una escuela en la que nunca había estado.
Todos llevaban uniformes diferentes. Había alumnos con chaquetas, suéteres, trajes de marinero…
aunque sus ropas desentonaban, nada parecía fuera de lugar, por alguna razón.
Cuando entró en el aula, todos dejaron de hablar y la miraron.
El espacio era cálido—silencioso y sin conflictos. Nadie llevaba armas. Aparte de estudiar, todos eran libres de pasar su tiempo como quisieran.
Cuando ella los saludó, la recibieron con sonrisas amistosas, charlando de nada en particular.
Era amiga de todos los de la clase, y entre ellos estaba su mejor amiga.
Eran muy unidas. No había secretos entre ellas. Le hacía feliz ver a su amiga animada o de buen humor. Se entendían porque ella conocía el trágico pasado de su amiga y su amiga era consciente de sus remordimientos.
Allí, platico con su mejor amiga de nada en particular mientras esperaban a que comenzase la clase.
Era un lugar que nunca había visto.
Un mundo que nunca podría tocar.
Sólo conocía ese lugar llamado Japón porque le habían inculcado el asesinar a su gente.
Ese sueño era la encarnación de sus pecados.
La próxima vez que lo tuviera, estaba segura de que habría otro miembro más en esa clase donde todos llevan uniformes diferentes: esta vez sería un chico con su chaqueta de instituto.
No había otro significado más allá de eso.
—En cuanto a esta otra chica…
Tengo que buscar a esa segunda Errante en el castillo y poner fin a su vida—
Así, la Verdugo comenzó a orquestar su siguiente movimiento, siempre consiente de sus pecados y aceptando su rol como la villana…
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