Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 1

Capítulo 3: Terrorismo en el tren desde la Capital Real

Parte 4

 

 

El atronar del metal contra el metal resonó hasta llegar al vagón donde se encontraba Menou.

En el momento en que pasó por el vagón comedor y entró en el vagón de los nobles, oyó violentas pisadas justo encima suya. El obvio clamor de la batalla consistía en algo más que el ordinario chocar de unas espadas. En su lugar, se oyó un sonido chirriante seguido del metal siendo raspado. Y poco después, una explosión. Seguida por la intrépida risa de alguien que obviamente se estaba divirtiendo, contrarrestada por una voz azucarada cargada de insultos.

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Esos sonidos, injustificables bajo el pretexto de un duelo de espadas, se prolongaron durante un rato sin atisbos de un final.

—Sinceramente…

Menou sólo pudo suspirar ante el hecho de que Momo estuviera librando una batalla innecesaria.

Había escuchado la mayor parte de su último intercambio desde abajo. Lo más probable es que Momo hubiera subido deliberadamente el volumen de la conversación para que Menou la escuchara.

La fiel ayudante de Menou se estaba enfrentando a nadie más que Ashuna, la Princesa Caballero de Grisarika. Se trataba de la hija menor de la familia Grisarika, así como una caballera itinerante. Como casi siempre intentaba mejorar la calidad de vida en los lugares por donde moraba, se hizo bastante popular entre Los Comunes.

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No había ninguna razón para luchar contra esta persona. Incluso si ella les echaba el ojo, resultaba más seguro saltar del tren antes que iniciar un combate con una figura tan conocida. Momo seguramente hubiera podido hacerlo con su Incremento sin sufrir el menor rasguño.

Pero la chica siempre fue rápida para recurrir a la violencia.

—Bueno, supongo que al menos se está conteniendo…

Por más alterada qué pudiera estar, lo cierto es que Momo no había perdido el control por completo.

De ser ese el caso, es seguro que Menou ni siquiera hubiera escuchado los sonidos de la cierra de afrontamiento.

Mientras Momo mantenía ocupada a la Princesa Caballero, Menou pasó por la sección de primera clase del tren.

Comprobó las habitaciones a su paso, pero no parecía haber ningún problema en los vagones de los nobles.

Ashuna ciertamente logro subyugar a los terroristas allí, pero todo indica que no les quitó la vida. La mayoría de ellos fueron atados o simplemente estaban inconscientes, mientras que unos pocos desgraciados yacían en el suelo gimiendo y medio despiertos. La princesa corto los tendones de muchos de sus miembros, implacable—pero sin restar precisión u eficacia.

A juzgar por las secuelas, Menou supuso que probablemente también se había ocupado de la sala de máquinas.

El tren pronto llegaría a su próxima parada. A lo mejor Ashuna se bajará allí para entregar a los terroristas. Menou sólo tenía que tener cuidado de que la inteligente princesa no la viera a ella ni a Akari.

No le preocupaba en lo más mínimo que Momo perdiera.

Quizá Ashuna fuera una prodigio entre los caballeros, pero Momo era una genio entre las Verdugos.

Tenía un talento tan natural que la Maestra que supervisaba el monasterio comentó, unánimemente: “No hay nada que pueda enseñarle”.

Decidiendo que podía confiarle a Momo la tarea de distraer a Ashuna, Menou se dirigió a la sala de máquinas.

La fuente de energía y el sistema de dirección estaban allí, así que pensó que lo mejor sería cerciorarse de que todo estaba bien.

—Oh, ¿una sacerdotisa?

La expresión tensa de los maquinistas se relajó al ver la túnica de sacerdotisa de Menou.

Los terroristas acababan de secuestrar el tren. Era natural que el personal se pusiera nervioso ante la entrada de extraños en la sala, pero la mayoría de las personas confiaba implícitamente en las sacerdotisas.

Menou sonrió con dulzura para calmar aún más los nervios de los hombres.

—Sí, casualmente estaba en el tren cuando ocurrió esto. ¿Todo está bien aquí?

—Sí, la mismísima Princesa Caballero se encargó de todo. Para ser una dama tan hermosa, ¡es realmente fuerte!

—Sí, así es nuestra princesa. Los derribó a todos en un abrir y cerrar de ojos. ¿Has oído hablar de ella, sacerdotisa? Su alteza Ashuna es famosa por su cruzada para reformar el mundo.

—Sí, he oído un par de cosas. Estoy un poco decepcionada por haber perdido la oportunidad de conocerla.

Por la forma en la que presumían sus hazañas, los hombres debían estar bastante orgullosos de su princesa.

Menou respondió amablemente mientras miraba a los terroristas capturados. Los tres fueron atados juntos. El olor de la sangre se debía probablemente a que les habían cortado los tendones de las extremidades, al igual que a los hombres del vagón de primera clase.

Como ella esperaba, no había problemas aquí. Lo más probable es que Momo terminara su batalla con Ashuna antes de que se detuvieran en la siguiente estación. Una vez que Menou terminara de hablar con los maquinistas, pensó, podría volver a los vagones traseros para decirle a Akari que todo estaba bien.

Fue entonces cuando sintió un encantamiento en el aire.

—Sí, ojalá hubieras podido ver la pelea de la princesa, sacerdoti–¿Huh? ¿Pasa algo?

—En absoluto…

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Menou miró más de cerca a uno de los terroristas atados. Había supuesto que los tres se encontraban noqueados, pero uno de ellos debía estar fingiendo.

Rastros de una Luz Guía roja emanaban del estómago del hombre.

—Tú, ahí. ¿Estás escondiendo algo en tu cuerpo, no es así?

—Heh-heh… ¿Con que nos atraparon, huh?

Uno de los terroristas debió ser un antiguo aventurero con conocimientos básicos en la conjuración. Todo indica que se tragó algún tipo de Recipiente Guía antes de abordar el tren.

Y ahora estaba a punto de intentar activarlo.

—¡Pero ya es demasiado tarde! Si no llegamos a Garm, nos colgarán de todos modos. ¡Todos en este tren nos acompañaran al infierno!

—No dejaré–¿Hrmm?

La formulación de su amenaza hacía pensar que el recipiente era para activar algún tipo de explosivo. Menou había estado tratando de determinar la naturaleza del objeto en el cuerpo del hombre desde el momento en que lo detectó, con la intención de suprimir la explosión, pero entonces sus ojos se abrieron de par en par.

—¿Una Piedra del Rojo Primario?

Pero eso debería ser imposible.

Menou consideraba que un Recipiente Guía era mucho más peligroso que cualquier arma. Naturalmente, son tabúes designados e infinitamente más difíciles de adquirir que las armas mencionadas. Sobre todo, porque requerían una capacidad de conjuración muy elevada para utilizarlos correctamente.

Y si se colocaban dentro de una persona y se activaban, el desafortunado humano que sirviera de combustible tendría un destino desagradable.

—¿Huh? No sé cómo se llama, pero… ¡Heh-heh! A juzgar por tu reacción, debe ser algo muy especial. Me lo tragué por si acaso–¿Abuhh?

Los alardeos del hombre fueron interrumpidos por el sonido de su piel desprendiéndose y la carne hundiéndose desde el interior.

Estaba claro que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Mientras la capa exterior de su cuerpo se abría paso a través de su garganta y hacia su estómago, todo lo que podía hacer era mirar el color rosa recién expuesto de su cuerpo sin comprender. La confusión cruda era palpable en sus ojos.

No hubo tiempo para que Menou lo detuviera.

En cuestión de segundos, el cuerpo del hombre se arrugó sobre sí mismo.

—¿¡PERO QUE DEMONNNNN–!?

Después de la piel vino la carne. El cuerpo del hombre estaba siendo arrastrado hacia la Piedra del Rojo Primario en su estómago, una capa a la vez.

El poder antinatural desgarró su fibra muscular, dobló sus huesos en direcciones grotescas e hizo que sus articulaciones se agitaran por todas partes.

Su figura humanoide sólo pudo resistir por unos pocos segundos más.

Y entonces, un sonido espantoso llenó la habitación.

Cuando la succión superó los límites del cuerpo humano, su carne fue comprimida y sus huesos aplastados. La piedra debió de tener implantado algún tipo de interruptor automático. Los hombres inconscientes que estaban atados con él sufrieron el mismo destino. Antes de que pudieran siquiera alcanzar a gritar, su piel comenzó a desprenderse y a comprimirse hasta llegar al mismo punto.

Pronto, la cuerda que había estado sujetando a los hombres cayó al suelo.

Incapaces de digerir lo grotesco de la escena que acababa de desarrollarse frente a sus ojos, los ingenieros vomitaron por la ventana.

Incluso después de que los cuerpos de los terroristas se convirtieran en una bola de carne, el extraño fenómeno no mostraba señales de detenerse. Los restos pastosos continuaron derrumbándose sobre sí mismos hasta licuarse en una masa pulposa. Pero ni una sola gota de sangre cayó al suelo—todo fue succionado hacia el interior de lo que alguna vez habían sido cuerpos humanos.

Una vez que los restos antes sólidos se convirtieron en un fluido, los ingredientes necesarios comenzaron a separarse.

La masa contorsionante de líquidos se elevó lentamente y eliminó los componentes innecesarios. Se deshacía de todo lo que no era del color requerido, en concordancia con el recipiente que fue activado.

Los restos viscosos cayeron al suelo con un simple splash.

Y la escena resultante fue realmente sorprendente.

Toda la sangre roja se desprendió del resto de sus cuerpos con sorprendente viveza.

No sólo el hombre que activó el recipiente corrió esta suerte. Los tres hombres fueron absorbidos por la Piedra del Rojo Primario y utilizados como combustible para su activación. Lo más probable es que a todos los demás terroristas en los vagones contiguos les haya pasado lo mismo, ya que más de ese intenso extracto carmesí comenzó a filtrarse en la sala de máquinas desde uno de los vagones de primera clase.

—¡Tch!

Si aplastaba ahora la Piedra del Rojo Primario, todo el rojo empezaría a moverse de forma independiente. En ese caso, sería más fácil deshacerse de los entes, pero se corría el riesgo de que las manchas rojas consuman a más pasajeros.

Para evitar esa posibilidad, en una fracción de segundo, Menou tomó la decisión de permitir que toda la masa se concentrará en un solo punto para así encargarse de ella de una sola vez.

Sin embargo, no esperaría con los brazos cruzados.

—¡Salgan de aquí! ¡Rápido!

—¡P-Pero no podemos dejar la sala de máquinas…!

El hombre estaba mirando el Motor Guía.

Era cierto que el tren seguía en marcha y, por si fuera poco, estaba a punto de llegar a una estación. No podían dejar la sala de máquinas—y por extensión, los controles y la fuente de energía del tren—sin personal.

No obstante, no era el momento de preocuparse por eso.

—Está bien. Si es necesario, tomaré el control yo misma.

—¡No puedes simplemente–!

—¡Puedo y lo haré! —Le gritó Menou al hombre de forma amenazante, y luego cambió a una sonrisa cortés. —Por favor, confíe en mí. Soy una sacerdotisa; una aliada de Los Comunes, ¿lo recuerda? Las sacerdotisas somos puras, propias y, sobretodo, muy poderosas.

Habló de la forma más tranquilizadora y persuasiva posible, manteniendo un tono animado. Los hombres se miraron entre sí, asintieron con la cabeza y salieron corriendo de la habitación.

Después de verlos irse, Menou miro a su oponente.

Aproximadamente dieciséis manchas de rojo convergían, fusionándose en un todo mayor. Una vez extraído el rojo de los dieciséis cuerpos, las Fuerzas Guías combinadas activaron el recipiente tabú—la Piedra del Rojo Primario.

Fuerza Guía—Fusión de Materiales—Piedra del Rojo Primario, Conjuración del Sello Interior—Conjurar [Rojo Primario, Caballero Blindado]

El rojo (que en este caso fue extraído de unos cuerpos humanos) era uno de los colores primarios que pintaban el mundo. Ahora la masa de rojo puro creó un único Soldado Sortílego. La forma en la que balanceaba su espada hacia Menou recordaba a un caballero de un cuento de hadas: una espada, un escudo y ningún hueco en su armadura de placas. Todos los componentes del nuevo enemigo eran de un rojo puro y oscuro.

—¿Así que se manifiesto como un caballero…? Bueno, supongo que es mejor que un ángel o un dragón.

Menou sacó su daga de la funda que llevaba en el muslo y se agachó en posición de combate.

Era más o menos lo que esperaba de los materiales de dieciséis personas, pero desde luego no era un enemigo al que hubiera que tomar a la ligera. Este Soldado Sortílego seguía teniendo la fuerza de al menos dieciséis hombres.

El Soldado Sortílego rojo blandió su espada.

—¡Ngh…!

Menou rechazó el primer golpe con su daga, gruñendo por el esfuerzo.

Era pesada.

Hizo una mueca tras recibir el peso de ese golpe, que la habría hecho volar por los aires si hubiera recibido un impacto directo, pero aun consiguió usar el impulso de su oponente para desviar el espadazo. La fuerza física del Soldado Sortílego rojo era muy superior a la de Menou, incluso con el Incremento. Sin embargo, sus habilidades dejaban bastante que desear. Aun así, en este reducido espacio, incluso arrasar a ciegas con la fuerza bruta era una amenaza en sí misma.

Cada vez que el Soldado Sortílego se movía, gastaba una enorme cantidad de Fuerza Guía y se ralentizaba en consecuencia. De preferencia, lo mejor sería emboscarlo en grupo o atacarlo desde la distancia hasta que sus fuerzas cesaran. Sin duda es un oponente formidable. Cualquier sacerdotisa normal necesitaría un grupo de al menos cinco personas para acabar con él.

Pero Menou, que solo necesito de un instante para calibrar las habilidades del Soldado Sortílego, simplemente exclamo con confianza:

—Pan comido.

La Piedra del Rojo Primario tenía una capacidad de conjuración aterradora, pero este soldado artificial no estaba utilizando ese potencial al máximo.

Los Soldados Sortílegos creados a partir de un Color Primario tenían una gran variedad de fortalezas. El más fuerte de ellos, en el mejor de los casos, requeriría las fuerzas de toda una nación para derribarlo, pero éste era de una calidad mucho menor. Lo más probable es que el objetivo principal del reciente no fuese crear al soldado, sino silenciar a los terroristas para que no filtraran información confidencial.

Menou siguió esquivando con calma los golpes sin vida de su espada.

A ese ritmo, posiblemente podría desgastarlo si prologaban el combate cuerpo a cuerpo. Aparte de eso, lo único de lo que tenía que preocuparse era de asegurar los equipos de la sala de máquinas. Si alguna se mostraba dañada, el resultado sería fatal.

Mientras se mantuviera con la cabeza fría, la victoria solo era cuestión de tiempo— lamentablemente no considero al objeto revoloteante que entro por la ventana.

Se trató de la sierra de afrontamiento de Momo.

Ella y Ashuna estaban luchando sobre el vagón. La sierra de afrontamiento es un arma ligera. Puede que Momo se la haya arrojado a Ashuna en su arremetida, o quizás la princesa encontró la manera de arrebatársela. Sea como sea, algo paso y el viento la arrastro hasta aquí.

Si se tratara de una sierra normal, habría sido inofensiva.

El problema era que Ancla y Oscilación seguían activos.

—¡Ah!

Menou intento sacarla fuera del vagón con su daga, pero el Soldado Sortílego se las arregló para blandir su espada contra ella en ese momento exacto. Menou se vio obligada a Retroceso, y la sierra de afrontamiento aterrizó en el suelo de la sala de máquinas.

En cuanto a la sierra que oscilaba a una velocidad increíble, empezó a rebotar por el vagón luego de chocar contra el suelo.

—¡Tch!

Menou chasqueó la lengua y utilizó su daga para repeler la sierra mientras volaba en su dirección.

La sierra daba saltos erráticos y, aunque golpeaba de vez en cuando al Soldado Sortílego, apenas le dejaba rasguños. Sin embargo, Menou prefería no ser golpeada por la hoja zumbante si era posible.

Evaluó la Fuerza Guía que quedaba en la sierra rebotante y rápidamente hizo algunos cálculos.

Treinta segundos, más o menos.

En ese corto espacio de tiempo, el Ancla y la Oscilación de la sierra deberían desaparecer.

La situación empeoro—a pesar de ello, no era lo suficientemente mala como para que Menou se desesperara.

Siguió luchando contra el Soldado Sortílego rojo, sin dejar de prestar atención a la sierra.

Justo cuando bloqueó un ataque frontal de la espada del Soldado Sortílego, la sierra de afrontamiento—que destrozaba trozos de suelo y techo con el simple contacto—se dirigió hacia ella desde atrás.

Maldiciendo su mala suerte, Menou cargó de energía la cresta cosida dentro de su túnica de sacerdotisa.

Fuerza Guía: conectar—Túnica de sacerdotisa, Cresta—Conjurar [Barrera]

La sierra de afrontamiento rebotó en la barrera defensiva que se formó a su espalda. De ahí voló hacia el techo, sin reducir su velocidad. Esta vez, la sierra golpeó la cabeza del Soldado Sortílego y rebotó hacia Menou desde su frente.

¡La Fuerza Guía debería agotársele en cualquier momento!, pensó, esquivándola.

Pero entonces el Soldado Sortílego blandió su espada en un contrataque innecesariamente dramático.

Al trazar su trayectoria, se dio cuenta de su error.

La propia Menou no estaba en peligro. Sería sencillo esquivar ese último golpe salvaje del Soldado Sortílego.

Pero la válvula de freno del motor estaba justo en la trayectoria de la espada roja.

—Sh–

Menou intentó precipitarse hacia delante, pero no pudo evitarlo. La fuerza del caballero era abrumadoramente superior. A menos que su postura fuera perfecta, no había forma de que pudiera bloquear ese golpe.

La espada roja atravesó la válvula de freno de la sala de máquinas.

—¡¡Jodida marioneta estúpida!!

Maldijo al soldado sin pensar.

Con la válvula de freno de la sala de máquinas rota, el tren perdió la capacidad de detenerse. Menou había estado luchando con cuidado para no dañar el motor, pero la sierra de afrontamiento la distrajo momentáneamente. Y el tamaño exagerado de los espadazos del Soldado Sortílego echaron por tierra sus cálculos—no, no podía poner excusas. Esto fue un gran fracaso de su parte.

Clank*

Demasiado tarde, la sierra de afrontamiento finalmente se quedó sin Fuerza Guía y cayó al suelo.

—¡Ah, maldita sea…!

Tragándose su frustración, Menou se obligó a pensar. Quejarse no arreglaría nada. Sus prioridades mentales pasaron del Soldado Sortílego a la seguridad del propio tren, buscando una solución.

Un tren que no podía desacelerar estaba en una situación horrible.

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Si seguía avanzando sin frenar, en el mejor de los casos acabaría descarrilando al tomar una curva demasiado rápido y, en el peor, podría incluso alcanzar a otro tren y chocar. En cualquier caso, los pasajeros no saldrían ilesos de ninguna de las dos situaciones.

Pero aún no era demasiado tarde.

Primero, tenía que llamar a Momo. No, en este punto, la idea de pedirle ayuda a Ashuna no sonaba tan descabellada. Ya no tenía el lujo de intentar ocultar su identidad. Con tres personas hábiles, habría muchas opciones para detener el tren.

Menou siguió luchando contra el Soldado Sortílego mientras trazaba su plan—

Fue ahí cuando vio por la ventana a Ashuna caerse del tren, y a Momo saltar tras ella.

—¿Por qué…?

¿Por qué precisamente ahora? pensó Menou al principio, pero era todo lo contrario.

Eso sucedió porque Menou estaba luchando en la sala de máquinas. Momo debió percatarse de su presencia y echó rápidamente a Ashuna del tren antes de que la pelea en la sala de máquinas pudiera llamar la atención de la princesa.

No fue una mala decisión por parte de Momo; de hecho, Menou tampoco había querido encontrarse con Ashuna cara a cara. Y era imposible que Momo supiera que el sistema de frenos del tren estaba averiado.

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Podría haber sido posible con la ayuda de Momo y de Ashuna, pero no había forma de que Menou pudiera detener el tren por sí sola.

Simplemente, no tenía suficiente Fuerza Guía. El suministro interno de Menou es superior a la media, pero no era tan alto como el de Momo o Ashuna.

¿Pedir ayuda a los ingenieros, entonces? No, no servirían de nada.

¿O era posible reparar la válvula de freno? No, no hay tiempo suficiente. ¿Qué otra cosa podía hacer? ¿Cómo podría detener el tren sin conjurar? ¿Podría al menos hacer bajar a los pasajeros de forma segura—?

Analizando cada una de las posibilidades y descartándolas sucesivamente, Menou se vio obligada a llegar a una terrible conclusión.

Es imposible.

No podía detener el tren. Salvo que ocurriera un milagro, el tren iba a chocar y las personas morirían.

La sonrisa de la niña que habían consolado en el andén pasó por su mente.

¿Acaso esa niña a la que Akari curó seguía también en algún lugar de este tren?

—……

Menou apretó los dientes frustrada por su propia impotencia.

Clack*

Hubo un sonido que, de alguna manera, no hizo temblar el aire.

Porque fue el sonido intrínseco del mundo convulsionando.

***

 

 

—¡Ja, ja, ja! ¡Nada mal, Momo!

Momo frunció el ceño ante la risa desdeñosa que la recibió cuando aterrizó tras saltar del tren.

Sacrifico su sierra con tal de distraer a Ashuna el tiempo suficiente y así sacarla de escena, pero Ashuna parecía estar en perfectas condiciones. Incluso sus ropas, aunque un poco sucias, no mostraban ni un solo rasguño.

La Princesa Caballero se reía, sin abandonar su posición de combate.

—¿Sigues ilesa incluso después de caerte de un treeeen? Eres demasiado extraaaaña… si sólo hubieras muerto.

—Heh-heh. Hará falta algo más que una pequeña caída para superar los resultados de mi entrenamiento. Lo mismo ocurre contigo, ¿eh, Momo? Muy impresionante.

—No me compares contigo, Princesita. ¡Me hace sentir muy mal conmigo misma! Eres tan espeluznante que se me revuelve el estómago. ¿Puedo irme ya?

La espada real de Ashuna mostraba algunas muescas, pero no había daños importantes. Momo sacó una segunda sierra del interior de su minifalda.

Fue entonces cuando algo llamo la atención de las jóvenes.

—¿Qué fue… esoooo?

—…extraño.

A ambas las asaltó una compulsión tan poderosa que consideraron más importante identificar el origen que seguir luchando. Les helo sangre, y ya después se percataron de que su oponente estaba experimentando la misma extraña sensación.

Lo que sintieron fue un extraño cambio en los sentidos, como si por un minio periodo de tiempo sus entrañas hubieran levitado dentro de sus cuerpos. Fue como si todo el espacio que les rodeaba se hubiera levantado solo para regresar a su sitio exacto al segundo siguiente. Y antes de que todo se asentara en su sitio, el cambio pareció sacudir sus mentes. Una sensación extrañamente imposible, y aún más difícil de describir con mayor precisión.

Sin embargo, nada en el mundo parecía haber cambiado de forma evidente.

Incluso las dos mujeres que habían estado sonriendo durante todo el combate mortal se mostraron ligeramente agitadas.

Ambas murmuraron las mismas palabras a la vez.

—Eso fue…

—…espeluznante.

El tren continuó por las vías, alejándose cada vez más de la dupla que interrumpió su combate. La Luz Guía emitida por la locomotora despidió chispas en todas direcciones.

Ni Momo ni Ashuna se percataron de que, entre todo ese fulgor, un resplandor ligeramente diferente se mezclaba con la luz producida por el motor.

***

 

 

Menou sintió la misma sensación de incomodidad dentro del cuarto de máquinas.

—¿Qué fue eso…?

Arrugó la frente mientras aun lidiaba con la espada del Soldado Sortílego.

Se sintió tan inquietante, como si un reloj dentro de la sala de una casa que hubiera funcionado bien toda la vida de pronto empezara Retroceso sus agujas por sí solo, y aunque se desmontara el reloj y se inspeccionara cada pieza cuidadosamente, no habría nada fuera de lugar, u alguna causa del macabro. Es la clase de fenómeno que resultaba tan imposible que con el tiempo uno lo asumiría como una jugarreta de la imaginación.

Así es como se sintió este cambio.

Pero en este caso, Menou no necesitaba ir a buscar la causa.

—¡Menou!

—¿Huh?

Sin tiempo para superar su incomodidad, Menou seguía luchando contra el caballero cuando escuchó una voz a sus espaldas.

Una chica solitaria corría hacia ella desde el vagón contiguo.





—¡¿Akari?! ¡¿Por qué?!

La chica de pelo negro que se acercaba corriendo, era inconfundiblemente Akari. Parecía estar sin aliento, pues al parecer corrió hasta aquí desde el último vagón.

Menou se paralizo un segundo por la sorpresa.

El Soldado Sortílego no desperdicio ese segundo.

Solo que en lugar de Menou, apuntó con su espada a la aparentemente indefensa Akari.

—¡¿Wah–?!

—¡¡FUERA DE AQUÍ!! —En el último segundo saltó Menou delante de Akari para protegerla.

A duras penas consiguió bloquear el tajo de la espada roja. Parando el poderoso golpe del oponente, Menou cargó con poder una de las crestas de su daga.

Fuerza Guía: conectar—Daga, Cresta—Conjurar [Vendaval]

Una ráfaga de viento salió de la daga y golpeó al Soldado Sortílego, haciéndolo Retroceso contra el muro del vagon.

Sin embargo, instantes después, el caballero se levantó como si no hubiera recibido ningún daño.

La verdad es que, en realidad, si se mostró deteriorado, aunque haya sido solo por un segundo; la verdadera fortaleza de los Soldados Sortílegos radicaba en su habilidad para regenerarse inmediatamente a menos que se destruya su núcleo.

—G-Gracias, Menou. Me alegro de que me hayas protegido. ¡Eres muy fuerte! ¡¿Pero qué es esta persona roja?!

—¡Olvídate de eso! ¡¿Qué haces aquí?!

¡Respóndeme! ¡¿Por qué?!

Menou no tenía tiempo para las preguntas distraídas de Akari. Sin pensarlo, le gritó con rabia.

Francamente, la presencia de alguien sin habilidades de combate, como Akari, no era más que un estorbo. No era un problema si ella presenciaba la batalla, pero tener que protegerla retrasaría a Menou.

—¡E-Es solo que los tipos que estaban atados de repente fueron aplastados, y una cosa roja y viscosa se dirigió a la parte delantera del tren…!

—¡¿Y tú para que la persigues?!

La visión de cuerpos humanos descomponiéndose en materiales rojos era ciertamente inusual, pero ver eso y decidir que lo mejor sería perseguir la mancha roja es una acción intrépida, en el mejor de los casos.

—¿¡Te dije que te comportaras y esperaras, no es así?! ¡¿No me escuchaste?! ¡¡Eres una niña mala!!

—¡¡Por supuesto que no!! ¡Soy una buena niña que estaba preocupada por ti! ¡¡Eso es todo!! ¡¿Porque no estas orgullosa de mi?!

—¡No seas irracional!

¡Esta es más descarada de lo que esperaba!, pensó Menou, con su frustración en aumento.

Las cosas no podían ir peor.

El soldado que tenían delante absorbió los materiales de múltiples cuerpos humanos, utilizando el poder acumulado como combustible. E incluso tenía la capacidad de reponer la energía que gastaba con su entorno. El rojo de los cuerpos humanos era una cosa, pero si absorbía la Fuerza Guía de una Pureza Conceptual como la de Akari, los resultados serían ignotos, tirando para lo catastrófico.

Con suerte anularía la habilidad de Akari. En el mejor de los casos, hasta no podría revivir más. Eso reduciría el trabajo de Menou en muchos niveles.

Pero si no tenía suerte, tendrían que enfrentarse a una máquina de matar sortílega imbuida con una habilidad para desgarrar el tiempo.

—¡Aaargh! ¡¿En serio, por qué has tenido que venir aquí?!

—¡L-Lo siento! ¡No llores, Menou!

—¡Oh, cállate!

La situación se le estaba yendo tanto de las manos que a Menou se le llenaban los ojos de lágrimas, pero no soportaría que la fuente de sus desgracias la consolara. Mientras intentaba desesperadamente encontrar una solución para el último desastre, el Soldado Sortílego no la dejaba en paz. Akari no paraba de gritar. No tenía forma de parar el tren—

La amenaza inminente combinada con la chica absurdamente optimista resultó ser demasiado para la pobre sacerdotisa.


Algo dentro de Menou se rompió.

—¡A la mierda contigo! ¡¡TOMA ESTO!!

En un arrebato de frustración, Menou lanzó su daga contra el Soldado Sortílego.

Fuerza Guía: conectar—Daga, Cresta—Doble Conjuración [Hilo Conductor, Vendaval]

Justo cuando la daga abandonó su mano, activó sus dos crestas. El hilo se formó alrededor del pomo de la daga, conectándolo a la mano de Menou. Al mismo tiempo, la fuerza del viento producida por la otra cresta aceleró la hoja, impulsándola hacia la armadura del Soldado Sortílego y atravesándola.

Ahora tenía la ruta que necesitaba.

No era el método ideal, pero la repentina aparición de Akari significaba que Menou ya no podía permitirse el lujo de tomarse su tiempo. Menou hizo fluir su propio poder por el hilo que se extendía desde su daga hasta su mano.

Fuerza Guía: Conectar (a través del [Hilo conductor])—Piedra del Rojo Primario, Caballero Blindado—Invasión Remota

El poder de Menou fluyó por medio de la daga, forzando su entrada a través del Soldado Sortílego. Los movimientos del Soldado Sortílego se congelaron por un momento.

Pero entonces una poderosa resistencia devolvió la energía hacia ella.

El artefacto sin alma había sido equipado con un mecanismo defensivo para responder a los intentos de invasión. Ahora lo estaba utilizando para desviar la Fuerza Guía de Menou.

Por supuesto, ella esperaba un poco de resistencia. Si tuviera refuerzos, podría haber confiado en ellos para que aplastaran el núcleo mientras el Soldado Sortílego estaba paralizado, pero evidentemente no podía pedirle a Akari que hiciera eso. En su lugar, continuó empujando su Fuerza Guía contra el Soldado Sortílego mientras también cargaba sus escrituras.

Fuerza Guía: Conectar—Escrituras, 10:9— Conjurar [«Mientras uno desee la buena fortuna, otro heredará su desgracia»].

La doble activación de las crestas y el encantamiento de la escritura se combinaron para alterar los mecanismos interiores del Soldado Sortílego.

Se trataba de una técnica muy avanzada, que utilizaba tres tipos de encantamientos completamente diferentes a la vez. Pero ni siquiera Menou, que presumía de un control excepcional de sus poderes, podía mantenerla con facilidad.

El rostro de Menou se retorció de dolor.

Su cerebro funcionaba al máximo de su capacidad, agitándose tan rápido que parecía que sus nervios iban a incendiarse. El sudor brotaba de todo su cuerpo por el esfuerzo de extraer y manipular tanto poder. Este tipo de hazaña no podía mantenerse durante periodos prolongados de tiempo. Si seguía así, su alma y su espíritu se agotarían.

Aun así, Menou apretó los dientes y siguió adelante con gran concentración.

—Huff… ¡Nnnngh!

Sentía que su tejido cerebral se estaba quemando.

Chocaba contra el torrente de poder que el Soldado Sortílego enviaba hacia ella. Intentaba atravesar el muro de fricción donde se encontraba con su propio poder. Si su escritura, que formaba una barrera protectora, fallaba, la energía inundaría el cuerpo y el espíritu de Menou hasta dejarla como un cascaron inerte.

Pero antes de que eso ocurriera, todo termino.

Alteración de Encantamiento—Orden [Autodestrucción]

Su orden se cumplió.

—¡SI!

El Soldado Sortílego, que se resistía violentamente, se derritió, perdiendo su forma. Menou no perdió tiempo en pisar la piedra roja que formaba su núcleo y aplastarla.

—¡Ahhh…!

Una victoria perfecta.

Sin embargo, Menou no lo celebró—se limitó a mirar a Akari.

Ella había querido guardar su energía para intentar detener el tren, pero debido a ese último choque de poderes, Menou había drenado más de la mitad de su energía restante.

—Akari, idiota… ¡Si no hubieras venido, no habría tenido que esforzarme tanto…!

—¡L-Lo siento! ¡Realmente no sé lo que hice, pero lo siento! Supongo que me metí en tus pla–¡Oof!

—¡¡Tú!! ¡Claro que sí! ¡¡LO HICISTE!!

Menou tiró de las mejillas de Akari con frustración.

—Pero tu reprimenda tendrá que esperar.

Ahora mismo estoy muy ocupada.

—¡¿Qué–?! ¡¿Además de tirar de mis mejillas?!

—¡Eso no fue ni la mitad!

Menou renunció a castigar a Akari por el momento y se centró en el motor. Aunque odiaba admitirlo, la intervención de Akari le había hecho ganar un poco más de tiempo.

Inspeccionando rápidamente el estado del motor, Menou se encogió de hombros.

—Lo sabía…

La válvula de freno estaba rota más allá de cualquier esperanza.

Con cara de confusión por el estado cabizbajo de Menou, Akari miró ansiosamente por encima de su hombro.

—Oye, Menou, ¿hay algún problema? Esa cosa parece estar bien rota.

—Sí, a decir verdad… ah.

Menou ya no podía aguantarlo más. Justo cuando ya empezaba a visualizar como contarle a Akari sobre el inminente accidente de tren, para que al menos se pudieran preparar, se dio cuenta de algo.

Levantó la cabeza y miró fijamente a Akari.

—¿Qué pasa, Menou? Hee-hee. No me mires así. ¡Me estás haciendo sonrojar! ¿Soy tan linda que no puedes apartar la mirada? Bueno, ¡yo también creo que eres hermosa!

Evidentemente, Akari se sentía nerviosa porque la miraban directamente, pero eso no importaba ahora. Menou ignoró sus balbuceos y consideró las habilidades especiales de Akari.

No tenía suficiente poder para obligar al tren a detenerse… pero, ¿qué hay de una Errante, quienes poseían una afinación excepcional para la conjuración?

—…Akari.

Su plan era insondablemente defectuoso.

Menou todavía dudaba de llevarlo a cabo.

—¿Confías en mí?

—Por supuesto.

La respuesta fue inmediata.

Ni siquiera le preguntó cuál fue la razón de la pregunta o algo así.

—No hace falta decirlo. Creo en ti, Menou.

Akari sonrió alegremente, con un nivel de fe que bordaba lo bizarro.

***

 

 

De pie en la parte superior del tren, Menou miró atentamente el paisaje que pasaba con rapidez mientras su cola de caballo se agitaba contra el viento.

Más adelante, podía ver la siguiente parada. Todavía era sólo una mancha en la distancia, pero se acercaban cada vez más a medida que avanzaban por los raíles. Normalmente, el tren habría disminuido su velocidad para mantener el horario de servicio, pero este tren no podía desacelerar en absoluto.

Pidió a los mecánicos que hicieran lo que pudieran, pero ahora que el tren había cogido tanta velocidad, sería bastante difícil detenerlo por completo sin frenos. Gracias al señor no se toparon con ninguna curva prolongada, pero como el tren no podía ajustar bien su velocidad, ya estaba empezando a alcanzar al tren que le precedía.

A este ritmo, chocarían con ese tren justo al llegar a la estación.

La única forma de sacar a todos los pasajeros con vida era forzar al tren a detenerse.

—¡¿M-M-M-Menou?!

Mientras Menou miraba seriamente a la distancia, las rodillas de Akari temblaban de miedo. Ella también estaba de pie en la parte superior del tren, con su cabello agitándose en el viento, apenas sosteniendo su falda con una mano.

—¡Esto da mucho miedo! ¡¿Por qué estamos encima del tren?!

Los ojos de Akari se llenaron de lágrimas.

Menou se encogió de hombros.

—Es la forma más fácil de ver lo que pasa más adelante.

—¡Pero, Menooou! ¡No creo que sea seguro subirse al techo de un tren sin barandillas ni nada! ¡¡Da mucho miedo!!

—Sí. Esto es una emergencia. Sé que tienes miedo, pero por favor, cálmate.

—¡No puedo! ¡Y tu cara también da miedo ahora mismo! Si me preguntas, ¡me gustas más cuando sonríes!

Menou no pudo evitar sonreír un poco por los gritos de Akari.

—Está bien. Toma, cógeme la mano. Así está un poco mejor, ¿no?

Menou sonrió servicialmente y le tendió la mano, y la cara de Akari pasó de una expresión de miedo a una sonrisa brillante.

—Hee-hee, lo sabía. Eres más guapa cuando sonríes, Menou.

—Gracias, supongo. Y tu sonrisa es impresionantemente vacía.

—¿Eh? ¿Es un cumplido?

—Sí, por supuesto.

El humor de Akari mejoró al instante cuando se cogieron de la mano, así que Menou le dedicó otra sonrisa y volvió a mirar el tren.

El tren era una masa de acero que podía transportar a cientos de personas. Tenían que detenerlo, y sin que nadie saliera herido.

Naturalmente, lograrlo solas sería increíblemente difícil. No era imposible si se contaba con los encantamientos indicados, pero el problema era que Menou no tenía la suficiente Fuerza Guía como para anular la energía cinética de un tren en movimiento.

Ahí es donde entraba Akari.

—Así que, como decía, tomaré prestada tu poder para activar un encantamiento con el cual detendré este tren.

—¡De acuerdo!

La idea de Menou era sacar los poderes de Akari y con eso cubrir lo que le faltaba.

Como una Errante, Akari tenía una increíble reserva de energía. Su calidad y cantidad deberían ser más que suficientes.

Sin embargo, no sería fácil.

Por un lado, Akari no podía controlar su Fuerza Guía de una forma tan minuciosa. Su uso de los encantamientos era prácticamente inconsciente, y la única forma en que podía controlarla era con su Pureza Conceptual del Tiempo.

Así que Menou sería la encargada de dirigir los encantamientos de Akari. Esa era parte de la razón por la que se había ofrecido a sostener la mano de la chica.

—…lo siento. Para que sepas, esto puede doler bastante.

Esta energía era producida por el alma, controlada por la voluntad, y se volvía una con el cuerpo.

Era relativamente fácil manipular algo como el Soldado Sortílego, que no tenía alma ni espíritu, pero incluso así, la resistencia lo hacía mucho más difícil.

En circunstancias normales, la mayoría de las personas no eran compatibles con el estado mental de otra persona. Su cuerpo, su alma y su espíritu se rebelarían contra la presencia de la Fuerza Guía de otra persona. Tanto el objetivo como el intruso experimentarían la misma resistencia natural.

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Por lo tanto, normalmente era imposible controlar la Fuerza Guía de otra persona.

La única manera de lograrlo sería romper el alma y el espíritu de una de las partes para así reducir su resistencia, o compartir una fuerte confianza mutua. Con el primer método, la resistencia del cuerpo seguiría existiendo, pero el segundo requería de un vínculo tan profundo como para confiar su yo a otra persona.

Desde luego, no era un método recomendable para personas que se habían conocido hace solo dos días.

Pero no era imposible.

Menou apostaba por la notable confianza inmerecida que le mostraba Akari.

Y para la propia Menou, no sería un problema.

Cuando toda su ciudad natal se volvió blanca y se desmoronó, Menou perdió casi todo de sí misma. Desde que la línea entre su propio yo y los que la rodeaban se difuminó hasta desaparecer, podía conectar fácilmente su energía con otras personas.

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Akari parecía un poco preocupada por la explicación de Menou, pero aun así asintió.

—No quiero sufrir, pero… estoy segura de que todo irá bien mientras esté contigo, Menou.

—Gracias. Es una ayuda enorme… de verdad.

Con eso, Menou cargó su escritura con poder.

Fuerza Guía: Conectar—Escrituras, 1:2— Conjurar [«He clavado una estaca para daros a conocer esta tierra»]

Un momento después, el poder pasó de la parte superior del tren al suelo e incluso por debajo, incrustando una cuña de energía en la vena terrenal bajo las vías.

El primer paso fue un éxito. Menou no necesitaba utilizar la energía de Akari todavía.

Apenas se tomó un momento para respirar, Menou continuó bobeando energía a través de la escritura.

Fuerza Guía: Conectar—Escrituras, 8:12— Conjuración Remota [«Arrodíllate ante la puerta, pues es el camino hacia el Señor»]

Una puerta de luz se materializo en las vías detrás del tren, por donde ya había pasado.

En lugar de usarse a sí misma como objetivo, Menou activo el encantamiento en la zona donde acababa de clavar la cuña en la vena terrenal.

Una vez que se formó rápidamente sobre la vía detrás del tren, la puerta de luz se abrió lentamente.

Esto creó un poderoso efecto que parecía atraer todo lo que estaba a su alcance hacia la puerta abierta.

La puerta de luz era una especie de encantamiento utilizado para capturar cosas. Al intentar atraer al tren, que fue designado como objetivo, el poder brillaba en forma de rayas de luz, arrastrando al tren en dirección a la puerta.

La atracción de la luz frenó ligeramente el tren. Sin embargo, el efecto era tan leve que apenas se percibía. La Fuerza Guía que le quedaba a Menou se drenaba mucho más rápido de lo que podría reducir la energía del tren desacelerando.

Pero incluso cuando la energía de su alma se secó, Menou mantuvo la calma.

—Es tu hora, Akari.

—¡Okay…!

Akari cerró los ojos, quizás preparándose para el dolor.

Con la mayor delicadeza posible, Menou dejó que los últimos restos de su Fuerza Guía entraran en Akari a través de sus manos enlazadas.

Fuerza Guía: Conectar—Akari Tokitou—

La resistencia fue casi nula.

Sorprendida por la fluidez de la conexión, Menou presionó desde el espíritu de Akari hasta su alma, y luego vino un estremecimiento.

Había algo allí.

Era algo extrañamente nostálgico, pero innegablemente diferente. En el interior de Akari se concentraba algo inmenso que debería ser omnipresente en este mundo, pero no dentro de una persona.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Menou.

El ‘algo’ antinatural que le helaba la sangre fue una Pureza Conceptual. Era tan vasto, profundo y aterrador que incluso rozarlo de esta manera dejaba claro que un humano nunca debería tocarlo.

Con la precaución de un funambulista, Menou aisló con delicadeza el poder que brotaba en la superficie del cuerpo de Akari, cuidándose de no tocar la Pureza Conceptual residiendo en su alma.

Extraer [Poder]—

—¡Ah…!

Los hombros de Akari se crisparon. Sus mejillas se sonrojaron y dejó escapar un cálido jadeo.

—Ah… Menou está… ngh. Dentro de mí…

—¿Te importaría no hacer las cosas tan raras…?

Las reacciones de Akari sonaron innecesariamente sexuales. Mientras Menou seguía sosteniendo el encantamiento a distancia, entrecerró los ojos hacia Akari, cuyo rubor no hizo más que aumentar.

—P-Peeeero… realmente… me hace cosquiiiillas…

—…bueno, me alegro de que no sea peor que eso.

A diferencia del habitual enfoque calculado de Momo, la voz de Akari tenía un tinte de seducción natural que Menou hizo lo posible por ignorar.

Normalmente, si uno intentaba controlar la energía de otra persona, no sería raro que ambas partes acabaran sufriendo un dolor extremo. Era un proceso que implicaba tocar no sólo el cuerpo, sino el espíritu, y a veces incluso el alma. Era natural reaccionar de forma desagradable al estar tan profundamente conectados, así que las reacciones extremas eran normales.

Mientras Menou estaba acostumbrada a que su propio cuerpo, alma y espíritu no opusieran resistencia, Akari aceptaba la intrusión del poder de Menou con una falta de resistencia aterradora.

Era una suerte que su reacción no fuera más que un ‘cosquilleo’, pero eso podría deberse a que la confianza de Akari en Menou era simplemente así de profunda.

Desde el fondo de su corazón y desde lo más recóndito de su alma—su confianza era tan grande que Menou literalmente podía usarla tanto en cuerpo como en espíritu.

En ese mismo momento, Menou pudo sentir por sí misma la fe de Akari.

No tenía ni idea de por qué esta chica confiaba tanto.

Pero como Verdugo, era natural que aprovechara esa confianza como pudiera. Menou se concentró aún más.

—Vía Menou—Fuerza Guía: Suplementar— Mantener Conjuración [«Arrodíllate ante la puerta, pues es el camino hacia el Señor»]

La puerta de luz que se había formado a sus espaldas se hizo mucho más grande.

Se había ido empequeñeciendo a medida que desaparecía en la distancia, pero ahora aumentó repentinamente de tamaño. La transformación fue tan rápida que dificultó la medición de la distancia, pero no fue sólo el repentino crecimiento de la puerta lo que había cambiado.

El tren disminuía su velocidad con tanta prisa como si hubieran utilizado los frenos de emergencia.

El retroceso lanzó sus cuerpos en la dirección opuesta al movimiento del tren. Menou recuperó rápidamente el equilibrio y tiró de Akari para evitar que la chica se cayera. Por supuesto, lo hizo sin perder la concentración ni interrumpir el encantamiento. Con la delicadeza de una araña que teje una delicada tela, utilizó el poder extraído de Akari para mantenerla.

Era difícil mantener a distancia un encantamiento creado mediante la vena terrenal. El encantamiento tenía que ser lo suficientemente inmenso como para anular la energía cinética del tren, pero también lo suficientemente delicado como para que no lo hiciera descarrilar. Y cuanto más lejos estuvieran de la zona en la que se había instalado el encantamiento, más difícil sería mantenerlo.

Menou sintió que su cuerpo podría partirse en dos. Aunque absorbía un poder muy superior a su nivel de tolerancia, lo controlaba con más precisión que nunca. El tira y afloja entre estas dos exigencias desgastó sin piedad su espíritu.

—Ah… nngh…

La presión sobre la voluntad de Menou era tan fuerte como la fuerza que detenía el tren. Incluso cuando sobrepasaba los límites de su capacidad para absorber energía, obligaba a su cuerpo a soportar el dolor.

El tren fue perdiendo velocidad poco a poco.

Ya casi está.

Mientras su conciencia amenazaba con desgarrarse, Menou miró hacia la parte delantera del tren sin mover nada más que los ojos. La estación estaba cerca. Podía ver el otro tren que ya estaba detenido allí. Menou se esforzó y reunió aún más energía. No iban a chocar, costara lo que costara. Apretó la mandíbula lo suficiente como para romperse los dientes. No había tiempo ni para respirar. Aunque muera tenía que seguir controlando el encantamiento.

Gradualmente, ¡gradualmente!, las ruedas se fueron deteniendo

…y finalmente, el tren se detuvo.

El temido impacto nunca llegó.

—¡Aaaah! —Menou jadeó.

Al soltar el hechizo, todo su cuerpo estaba empapado de sudor.

Comenzó a respirar de nuevo, ya que había dejado de hacerlo inconscientemente en algún punto del camino. Cada vez que inhalaba, sus pulmones se hinchaban. Su visión parpadeaba—debía de tener poco oxígeno.

Al estabilizar lentamente su respiración, su visión volvió a la normalidad.

Menou miró hacia delante.

Había menos de un vagón de distancia entre éste y el siguiente tren.

Desde el interior de los vagones se escucharon gritos de júbilo. ¿Eran de los pasajeros, de los maquinistas o de todos ellos? En cualquier caso, se habían salvado y sus gritos de celebración resonaban.

Los hombros de Menou se hundieron. Liberada de la tensión que la mantenía en pie, se desplomó y se encontró con el apoyo de alguien.

Era Akari.

—¡Lo hiciste, Menou!

Esta vez, era Akari quien sostenía a Menou, apretándola con fuerza.

—Sabía que podrías hacerlo. Salvaste a todos en el tren. ¡Eres la mejor sacerdotisa de la historia!

—…si tú lo dices…

Asintiendo distraídamente ante la excitación de Akari, Menou bajó la mirada y su expresión se suavizó. Los conductores y el personal del tren estaban confirmando que todos los pasajeros estaban a salvo, ayudándoles a bajar de los vagones y acompañándoles hacia la estación.

La niña que habían conocido en el andén estaba entre ellos. De alguna manera, se dio cuenta de que Menou estaba en el techo y la saludó con una sonrisa inocente.

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—¡Esa niña también está a salvo! ¡Todo gracias a ti, Menou!

—mmm, supongo…

Saludando con una sonrisa, Menou dejó entrever una pizca de timidez en su comportamiento mientras asentía.

—…después de todo, una sacerdotisa debe ser pura, propia y muy poderosa.

Aunque sólo fuera una actuación… Menou se alegraba de poder decir con orgullo que había salvado a estas personas.

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