Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Una Elección Apocalíptica — Supongamos Que El Líder Mundial Se Decide A Puñetazos

Parte 5

“¡Mira, yo no hice nada! ¡Deja de dejar espacio para imaginar cosas, Renge! Y si no recuerdas lo que pasó, ¡no lo adivines!”.

Estaba haciendo todo lo posible para declararse inocente.

Pero todas las chicas de Azami lo miraban horrorizadas. Definitivamente estaba cayendo presa de la lógica de “protesta demasiado”.

“¿Enganchar a una chica y luego decirle que se lo imaginó? Wow, eso es tan asqueroso”.

“¡Eres la última persona de la que quiero escuchar esa palabra, Princesa del Cinturón!”

“…Escoria.”

“¡Eso no significa que lo quiera del resto de ustedes, Phyllo! ¡Golpea fuerte!”

Merthophan empezó a sermonear sobre su taparrabos. “El comportamiento de un soldado de Azami siempre debe ser impecable. Asume la responsabilidad aquí, Allan.

“¿Eh? ¡Esto no tiene sentido! ¡Tú atuendo es lo más alejado de lo impecable!”

Allan realmente se estaba desmoronando ahora, visiblemente tambaleándose. Si bien esa conversación salió muy mal, surgió otro problema.

“¿Ahora que…? ¡Hemos terminado demasiado pronto!”

El Sacerdote Jefe. Dado que Kyounin había ganado el rito en tres peleas seguidas, abriéndose camino hacia la victoria, había un montón de tiempo vacío por delante.

Y estaba tratando desesperadamente de pensar en una manera de llenarlo.

“Si la audiencia nos inunda con quejas de que terminó demasiado rápido, será mi reputación que— ¿Hmm?”

Sus oídos habían captado hábilmente las frases responsabilidad y casarse.

Rápidamente se acercó para confirmar.

“Damas y caballeros, ¿escuché que se van a casar?”

“¡Honestamente, me estás haciendo sonrojar, Jefe Sacerdote! Que hayas oído que todo es extremadamente… ¡elegante! Sir Allan y yo estábamos discutiendo nuestros planes de boda.”

“¡¿Así que estoy encerrado en esto ahora?!”

Ignoraron las protestas de Allan. Esto era exactamente lo que necesitaba el jefe.

“Tu amor me conmueve, ¿qué dices si hacemos la ceremonia aquí mismo?”

Esto fue un paso por delante de todos los demás y provocó un coro de gritos de sorpresa.

“¡Yo—yo soy el Jefe Sacerdote! ¡Y este es un sitio donde se realizan los ritos sagrados! Y hay un montón de invitados anhelando m— ¡Ejem! Quiero decir, esperando para celebrar tus votos.”

Todo lo que le importaba era mantener las cosas funcionando sin problemas, y había decidido que su matrimonio sería un gran relleno de tiempo. Un concepto que pondría a todas las novias y novios del mundo en su contra…

“¡Escuchamos! ¡Sabemos lo que realmente buscas!”

“¡No lo hiciste! ¡Juro que esto no tiene relación con el clan Kyounin que se abrió camino hacia la victoria y terminó el rito demasiado pronto!”

“… Este tipo ni siquiera puede mentir de manera convincente”.

Allan solo miraba horrorizado por todos lados.

“Por todos los medios”, dijo Renge. “¡Decisión rápida!”

“Eh, espera… ¿eh? ¿Estamos haciendo esto? ¿Qué pasa con la ropa? Necesitarías un vestido de novia… Espera, ¿nos vamos a casar? ¡¿Por qué?!” Allan ahora estaba profundamente confundido. Preocuparse por la ropa en lugar de su propia participación en el evento era prueba de que sus prioridades estaban confundidas.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Qué suerte tiene, señor Allan! Preparamos todo tipo de ropa, ¡no solo trajes de baño! ¡Y eso incluye esmóquines y vestidos de novia!”.

Nexamic señaló el perchero y, mezclado con los bikinis y los delantales, había una variedad de atuendos formales para todas las ocasiones. Solo Dios sabe qué otros eventos extravagantes pondrían en esa caja.

“¡¿Por qué tienes esos?!” Allan se lamentó.

“¡Gracias, Bestia Sagrada!” Renge lloró. “¡Nunca imaginé que los eventos de broma que organizamos para molestar a Anzu valdrían la pena de esta manera!”

“¡No creas que estás libre por eso, Renge!” Anzu gruñó, no complacida de que su engaño tuviera un resultado feliz.

Para bien o para mal, tenían básicamente todo lo que necesitaban para organizar una boda improvisada, y la mente de Allan estaba gritando: su corazón era lo único que no estaba listo.

“¡Sí, yo, el Jefe Sacerdote, estaba preparado para esta eventualidad! ¡Ven, hagamos de esta una boda para siempre! ¡Sin cargo!”

“¡Estupendo! ¡Ven, señor Allan! ¡No puedo esperar para decir nuestros votos! Lo siento, Anzu, tal vez otro día.”

“No tengo tanta prisa. Quiero decir, ¿estás seguro de esto? ¿Aquí, ahora, con Allan arrastrando los talones?”

“¡El día que deseas una boda elegante es el día en que debería ocurrir! Tendrás que esperar tu turno, Anzu, lo siento.”

“Si fuera tan fácil, ninguna mujer tendría que preocuparse… Además, deja de intentar hacer de esto un concurso”.

Anzu estaba tan irritada como preocupada, pero Renge tenía a Allan en una llave de brazo y ya estaba eligiendo un vestido. Ojos manga shojo totales.

“La agresión de Renge es una lección valiosa para todos nosotros”, declaró Selen.

“¡No aceptes consejos de ella!” Riho gritó.

Mientras tanto, el Jefe Sacerdote preparaba el escenario. Era un lugar ritual, por lo que solo tenían que sacar las cosas del almacenamiento, y en poco tiempo, tenían listo un arreglo de matrimonio simple.

“¿Ves? ¡Preparado a fondo! ¡Que comience la ceremonia sagrada!”

“La primera boda del mundo como relleno de agenda… ¡Es tan triste!” Marie negó con la cabeza.

Phyllo solo señaló a Renge. “… Difícil llamar a eso ‘triste’. Ella está totalmente metida en esto”.

Renge vestía un vestido de novia completo, el maquillaje impecable, del brazo de Allan vestido con esmoquin. Definitivamente no dejarlo ir.

“Sí, si celebras una ceremonia de boda frente a una multitud, es un hecho consumado. Será mejor que escriba eso… Está de acuerdo, ¿verdad, Sir Lloyd? Vamos a explorar algunos lugares pronto”.

“Um, yo no—”

“No le preguntes eso, y no sigas el ejemplo de Renge, Selen. ¡Sin seducir, tampoco!”

No se sabe cuándo la Princesa del Cinturón podría decidir que era hora de una boda sorpresa.

El contingente de Azami había perdido la oportunidad de intervenir y terminó simplemente de pie, observando cómo se desarrollaban los acontecimientos. El propio novio estaba en un estado similar.

“¿Es así como el Dominio Ascórbico hace las cosas?”

“… Siento que debo negar eso”. Anzu sonaba sombrío. “Pero honestamente… nadie me creería”.

Mientras tanto, el Jefe Sacerdote levantó el megáfono. “Y ahora celebraremos una boda sorpresa entre Renge Audoc del clan Audoc y Allan… ¿Qué fue? ¡Eh, señor Allan!”

Un revuelo recorrió la multitud.

El público había visto cómo se desarrollaba el montaje, pero estaba desconcertado en gran medida. Nadie había esperado que esto sucediera.

El novio nominal estaba en el mismo estado de ánimo. “Esta es una mala idea”, argumentó. “Mira, todo el ambiente ha cambiado. Renge, no deberíamos…”

“¡Yo también me di cuenta de eso! Sería mucho más elegante si ya tuviéramos tres hijos”.

“¡¿Tres?! Espera… estás empezando a recordarme a alguien…”

Su sordera selectiva realmente le estaba dando a Allan un déjà vu con el tema del cinturón.

“¡Ha-chu! Dios mío, ¿de dónde salió eso? ¿Tengo un resfriado?”

“…Creo que sé la causa. No te preocupes, no es un resfriado. Phyllo había estado leyendo los labios de Allan y Renge, y le dio a Selen una palmadita en la espalda comprensiva.

Es posible que la audiencia aún no se haya dado cuenta del concepto de la boda sorpresa, pero Renge había elegido bien su vestido, y cuando apareció, la multitud se quedó sin aliento.

“Vamos, señor Allan. ¡Escóltame! Esmeradamente.”

“¿E-Escolta—?”

Ella le dio un tirón, y él hizo lo que le dijo. Su torpeza solo vendió la vibra del joven novio y puso a todo el lugar de su lado.

Cuando comenzaron a caminar por el pasillo, los percusionistas comenzaron a golpear.

Una ceremonia sencilla, pero no por ello menos impresionante. La feliz (?) pareja llegó hasta el Jefe Sacerdote con un estruendoso aplauso. Esta audiencia se dio cuenta rápidamente.

El jefe se aclaró la garganta y pidió silencio. “Primero”, comenzó, levantando el amplificador de voz. “Me gustaría entregar algunas bendiciones. ¿Está aquí el jefe de Allan?”

“No, no, todavía no estamos en las bendiciones, ¡todo este asunto del matrimonio es una locura!”

Allan todavía estaba tratando de echarse atrás…

“¿Jefe? Supongo que eso me describe” gritó Merthophan, totalmente hablando por encima de él.

“¿Estás seguro de esto?”

“No temas, Riho Flavin. He pronunciado discursos como este antes”.

Me refiero a tu ropa.

Un taparrabos y una bandana: fue un salto incluso ver eso como “recién llegado del campo”, y Riho tenía mucho de qué quejarse.

“¡Se me olvidó!” Merthophan gritó. “¡Una ocasión como esta exige un empate! Agradezco el aviso, Riho Flavin”.

Sacó un paño de mano blanco de su taparrabos y lo enroscó alrededor de su cuello. Si intentaras insistir en que era una corbata en un restaurante con código de vestimenta, llamarían a la policía.

“¡Mwa-ha! ¡Hermano Merthophan! ¡Espero un discurso que me dejará temblando los isquiotibiales!”

“¿Por qué harían eso? Oh, ¿porque es tanto tiempo que se van a dormir?” Anzu dijo.

Nexamic la ignoró y le dio a Merthophan una palmada en la espalda.

Por lo tanto, un espectáculo extraño empujó a otro al escenario para actuar como el jefe de Allan.

Uno pensaría que un jefe de taparrabos haría que la multitud se estremeciera, pero parecían estar interesados. Lo más probable es que su estado como el actual campeón del Duelo de Drubbing Daikon lo haya hecho explosivamente popular.

Tomó el amplificador de voz de piedra mágica, enderezó la corbata de la toalla y se lanzó a un discurso. “Mi nombre es Merthophan Dextro, y anteriormente era el oficial al mando del novio. Allan, Renge, felicidades por su boda”.

Tomando toda la situación con calma, el jefe del taparrabos continuó divagando. Todo lo que Allan pudo hacer fue darle una mirada silenciosa de protesta.

“Allan es un hombre maravilloso y dedicado. Nunca lo he visto entrenar con menos del cien por ciento de compromiso. Puede que sea un poco demasiado serio; a veces me arrepiento de no haberle enseñado a tomar un descanso de vez en cuando”.

Era su plantilla clásica de discurso de boda: montones de elogios, la broma ocasional.

“¡Allan y yo usamos la misma ropa (militar) y compartimos los mismos objetivos! Somos camaradas en todo el sentido de la palabra. ¡Hemos cruzado las trincheras juntos!”.

Con ese taparrabos colgando, esto adquirió un significado completamente nuevo.

“¡Objeción!” gritó Allan. “¡Van a leer todo mal, ex coronel! ¡Termínelo!”

“Hngg, ¿me volví demasiado apasionado? ¡Bueno, todos, démosle un aplauso!”.

“¡Es la ropa! ¡Tuercen todas las palabras! ¡Esto es una boda! ¡Técnicamente!”

Los gritos de Allan sacaron a Merthophan del escenario. Nadie quería ser el “camarada” de un aficionado a los taparrabos.

Mientras tanto, Renge no había pestañeado ni una vez. “No me importa qué ropa interior prefiera, Sir Allan”.

“¡¿Vamos de nuevo, Renge?! ¡Por favor, dime que sabes que esto es una locura!”

Tan pronto como Merthophan abandonó el escenario…

“Yo… ¿qué…?”

Hubo un revuelo en la entrada. Un murmullo recorrió la multitud.

¿Qué era? Todos los ojos se volvieron…

“Hombre, ¡afinar Surtr me tomó una eternidad!”

Entró una chica. Parecía tener quince años y llevaba un casco con gafas protectoras, como un minero del carbón. Estaba actuando como si fuera la dueña del lugar, y la multitud estaba desconcertada.

Todo el contingente de Azami gritó, “““¡Dr. Eug!”””

Con sus predestinados rivales reunidos, Eug sonrió diabólicamente. “¡Heh! Sorprendido de verme aquí, ¿verdad?”

Una vez más, la respuesta fue un coro—

“““¡Nos olvidamos de ti!”””

Todos atrapados en la locura de la boda de Allan y Renge, todos habían olvidado por completo que el malvado autor intelectual todavía andaba suelto.

“¡¿Cómo me olvidas?! ¡No merezco burlas abiertas, imbéciles!”

No era forma de saludar a un viejo enemigo. Eug se mordió el labio, con lágrimas en los ojos, murmurando: “¡Los odio tanto!” Luego se secó los ojos rápidamente, volviendo al tema.

“Hah, pensé que ya habrías oído hablar de mí, todos ustedes viven para interponerse en mi camino”.

Casi había llevado a Azami al borde de la destrucción. Su llegada era una seria amenaza.

“¡Su intromisión en el rito es imperdonable, Dr. Eug!” Merthophan rugió, arruinando completamente el ambiente con su atuendo.

“¡Ponte algo de ropa! Maldita sea, este es un ritual sagrado; ¡No puedes tener un montón de extranjeros salvajes corriendo por ahí destrozando cosas! Toma asiento y observa cómo se desarrolla. Adelante, sin charlas. ¡Esto es algo religioso!”.

Parecía que el Dr. Eug pensaba que el Rito de la Montaña Sagrada todavía estaba en progreso.

Ya profundamente incómodo con todo el asunto de la boda, Allan saltó ante el escape que le proporcionó su entrada.

“¡Estoy a favor de destrozar cosas! ¡Tengamos un gran derribo y empecemos de nuevo! ¡Con menos locura!”

“¿Por qué tan ansioso?”

Eug podría ser un genio, pero la idea de que alguien intentara llenar el tiempo con una boda improvisada estaba más allá de ella, por lo que después de pensarlo un momento, llegó a la conclusión de que el rito había terminado y que se trataba de una especie de ceremonia de clausura. Como haría cualquiera en su sano juicio.

Dado que Nexamic y Renge parecían completamente complacidos consigo mismos, nunca dudó de su victoria. “Ah-ha. Todo este atuendo de novio es realmente raro, ¿este es uno de esos extraños disfraces locales que todo el asunto del borde cerrado inventó?”

En realidad, solo estaban celebrando una boda.

Eug nunca imaginó que sus aliados habían descubierto la verdad y estaban sonriendo felices, habiéndose unido sobre los músculos y dando un paso hacia el matrimonio. ¡Es por eso que ella todavía estaba sonriendo!

“¡Felicidades, Renge!” ella llamó. Renge interpretó que eso significaba “en su matrimonio”.

“¡G-Gracias! ¡Nunca pensé que nos ofrecería su bendición, Dr. Eug!” Esa fue una respuesta extraña.

Allan echó un vistazo a cada uno de ellos. “¿Por qué nos felicitaría?” él murmuró.

Eug estaba igual de desconcertado por esto. “¿Por qué no lo haría? ¡He estado planeando esto por mucho tiempo!”

“¡¿Estabas planeando esto?! ¡¿Este lío es tu culpa?! ¡¿No tienes nada mejor que hacer?!”

“¡¿Qué?! ¡¿Tienes idea de lo duro que he trabajado para esto?!”

“¡Dios mío! ¡Eres como la tía entrometida de alguien!”

Cada vez más frustrado, el Jefe Sacerdote empujó su remo.

“Erm, perdóname… Todo esto es solo una forma de matar el tiempo, pero no necesitamos más problemas, así que si pudiéramos continuar”.

“¿Matar el tiempo? Lo que sea, claro, adelante.”

“¡Aprecio tu cooperación!” él retumbó, inclinándose, y luego se lanzó a la siguiente fase de la ceremonia.

“¡Muy bien! ¡Usted puede ahora besar a la novia!”

“¡¿Qué diablos?! ¡¿Eh?! ¡Respaldo!”

Finalmente, al sentir que algo andaba mal, Eug corrió hacia Nexamic y exigió una sesión informativa.

“Yo, ¿qué demonios, Tiger Nexamic? Hemos ganado el rito, y esta es una ceremonia de coronación de un nuevo gobernante o lo que sea, ¿verdad?”

Sonriendo ampliamente, movió sus pectorales hacia ella. “¡No! ¡Me temo que perdimos el torneo en tres batallas seguidas y ahora estamos matando el tiempo con una boda!”

“¡¿Cómo funciona?! ¡Nadie se casa para matar el tiempo! ¿Y por qué te ves tan feliz si perdiste? ¡¿No te importa lo que le pase al Dominio?!”

Ambos le sonrieron.

“¡Perdóname! Acabo de llegar a un conocimiento valioso sobre el crecimiento muscular natural y…”

“¡Parece que todo el asunto de la traición fue un rumor! ¡Allan nos dijo la verdad! Es mejor hablar de estas cosas.”

“¡¿Cómo fue hoy tan mal?!” Lanzó su casco, haciéndolo girar en el suelo.

Eso le daría puntos de bonificación en el club de la comedia.

“¿Supongo que ella es la fuente de las mentiras?” preguntó Riho, observando la rabieta de Eug con los ojos entrecerrados.

“¡Argh, por qué mis peones siempre son así! ¡Siempre toman sus propias decisiones en el último segundo! Argh, qué bueno que tengo esto listo”.

Sus emociones eran toda una montaña rusa. De repente se quedó muy callada y se puso de pie, metiendo la mano en su bolsillo.

“……! ¡Está armada!” Phyllo se preparó.

Eug procedió a esparcir dispositivos de captura de Fruta Mastema, como un niño enojado. Se rompieron como huevos y salió humo… junto con pequeñas tortugas de fuego, de aproximadamente un metro de largo cada una. Sus conchas ásperas y rocosas estaban teñidas de rojo como un volcán.

“Por alguna razón, no pude averiguar cómo analizarlo, pero con este tamaño, ¡resultaron ser ideales para la producción en masa! ¡Convertí el fracaso en triunfo! ¡Soy perfecto!”

“Tantas Frutas Mastema”, comentó Anzu. “Los teníamos almacenados de forma segura hasta el robo hace unas décadas. ¿Eres el hijo del culpable? ¡¿Los has estado cultivando en secreto?!”

Eug le lanzó una sonrisa llena de dientes. “¿Y si lo fuera?”

“Es tu culpa que el clan Kyounin y la Bestia Sagrada… Vas a pagar por esto”.

Ni un poco intimidado, Eug se rio en voz alta. “¡Alegrate!” ella dijo. “Porque yo soy el que los robó. Créalo como quiera.”

El aura siniestra que la rodeaba era lo suficientemente fuerte como para que Anzu pusiera una mano en la empuñadura de su katana.

“¿Quién diablos es este chico? ¿Otro señor demonio?”

“Eso es algo que no necesitas saber. ¡En este momento, estamos a punto de recibir un espectáculo de fuego del señor demonio Surtr!”

Esta última parte fue gritada como el MC en una actuación al aire libre. Había docenas de monstruos tortugas rojas moviéndose ahora, y la tripulación de Azami estaba frente a ellos, tragando saliva.

“Oh querido. ¡Estas cosas son peligrosas!”

“Como las langostas en el partido de exhibición o en el festival del día de la fundación”.

Tanto Selen como Riho habían luchado antes contra clones señores demonio producidos en masa.

“Jefe Sacerdote”, gritó Anzu, “tenemos que evacuar. ¡Esto es una emergencia!”

Pero el Sr. Guardar las Apariencias estaba menos preocupado por evacuar que por evadir la responsabilidad.

“¡N-Nunca! No en mi guardia; no mientras me culpen…”

“¡Este no es el momento! ¡Saca al público antes de que entre en pánico! ¡Antes de que alguien muera!”

Mientras iba tras el jefe, los músculos de Nexamic se ondularon hacia Eug.

“Eug”, retumbó.

“¡Ha-ha! ¿Incluso tú estás sorprendido, Tiger Nexamic? Sí, estoy detrás…”

Lo que significa que ella estaba controlando a los señores demonios. Ella era la que amenazaba al Dominio. ¡Los había engañado a todos!

“¡Asombroso!” Tiger rugió. “¡¿Preparaste una exhibición como esta para la boda?! ¡Has hecho llorar a este Tiger!”

Parecía haber perdido por completo su punto.

“—todo… ¿qué?” Eug le dirigió una larga y escrutadora mirada.

Renge se unió a Nexamic. “¡Vaya, vaya, vaya, vaya! ¡Eug, no deberías haberlo hecho! Ni siquiera sé cómo te enteraste de que Sir Allan y yo nos casaríamos, lo siento, Anzu, ¡mucho menos tuvimos tiempo de preparar el entretenimiento! Solo hay una palabra para eso: elegante”.

Anzu los miró a los dos y suspiró. “¿Ninguno de ustedes ve algo malo aquí? Además, la broma de la disculpa pasó de moda muy rápido”.

Incluso si ella no tuviera prisa por casarse, o incluso considerando la posibilidad, te pondría nervioso.

Pero los dos tontos siguieron bromeando.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Los tigres simbolizaban mil años y las tortugas diez mil! ¡Perfecto para la ocasión! ¡Genio, Eug!”

“¡Eso es grullas! ¡Grullas volando!”

“Todos estiran la cabeza para ver mis isquiotibiales, pero ¿qué pasa con eso?”

“¡No necesitaba saberlo! ¡¿No puedes reaccionar como yo quiero una vez?!”

El Sacerdote Jefe estaba empezando a derretirse. “¿Invadida por monstruos tortuga? ¿Cómo puedo explicar eso…?”

Evacuar inmediatamente a las multitudes sería la elección correcta. Él lo sabía… pero se vio a sí mismo siendo acusado de falta de seguridad, permitiendo todas las trampas, obligado a disculparse en una conferencia de prensa y viviendo el resto de su vida avergonzado, y… estaba desesperado por evitar eso.

“Nexamic no deja de parlotear sobre cómo estas tortugas son un espectáculo de buena suerte, mm, ¡espera!”

La absurda confusión al alcance del oído le había dado su segunda idea loca.

La gente en la multitud susurraba, diciendo: “¿Son esos monstruos?”

Entonces el Sacerdote Jefe subió al escenario, aplaudiendo para llamar la atención. Se aclaró la garganta y el amplificador de voz chilló. Todos los ojos se volvieron hacia él, y habló a la herramienta mágica.

“¡Y entonces! ¡Ahora! Eug… ¿era eso? ¡Lo que sea! ¡Este individuo nos ha traído entretenimiento para la boda! ¡Una especie de tortuga llamada Surtr!”

“¡Maldita sea!” Eug rugió, furiosa porque sus años de investigación se estaban convirtiendo en un espectáculo secundario.

Ella corrió hacia él, protestando con vehemencia. “¡¿Eres completamente estúpido?! ¡¿En qué estás pensando?!”

Pero el Jefe Sacerdote tenía el timón girado hacia el “encubrimiento” y no lo soltaba.

“¡Sí, va a ser un verdadero espectáculo! ¡Me recuerda a mi segunda boda!” “¡Dios bueno! Espera, ¿segundo? ¡¿Dos personas se casaron contigo?!”

Dejando a un lado la historia personal, el Sacerdote Jefe estaba empeñado en convencer a todos de que todo esto era parte del plan.

Sin darles a Allan y Renge la oportunidad de actuar, se giró hacia ellos, atrayéndolos a su engaño. “¡Ven ahora! ¡Allan! ¡Renge! ¡Vamos a verlos trabajar juntos! ¡Saquen todas estas tortugas!”

Esta sugerencia contundente no convenció exactamente a Allan de que fuera posible.

“Se supone que traen buena suerte, pero ¿tenemos que eliminarlos? Si esto fuera realmente entretenimiento, ¿por qué estaríamos haciendo eso? ¡Es el señor demonio Surtr! Si vas a intentar cubrir…”

“Bien, ¿quién quiere una rebanada de Surtr?”

“¡No son el pastel de bodas! ¿Quién apuñala el símbolo de la longevidad? ¡Eso parece que será contraproducente a lo grande!

Esta no era una práctica habitual en las bodas, pero la propia Renge estaba muy interesada.

“¡Está bien, estamos en ello, Sacerdote Jefe! ¡Vamos, señor Allan!”

“¿Uh-huh? ¿Esto realmente funciona? ¿Es así como piensa la gente de este Dominio?”

Claramente, la multitud aún no había entrado en pánico, por lo que Allan decidió que sería mejor seguir la corriente.

“¡Está bien! ¡Vamos a cortar Surtr! ¡Tiempos de diversión típicos de Azami! ¡No pensé que podría hacer esto aquí! ¡Audiencia, simplemente relájense! ¡Mis amigos de Azami, y los otros clanes, van a pavonearse!”

Allan, el cazador de dragones, un hombre de muchas leyendas.

Momentos antes, había estado lanzando fuego como un señor demonio. Si

decía que no había problema…

“¿De verdad? ¿Esto es parte del espectáculo?”

“¡Me han dado bien!”

“¡Pensé totalmente que eran monstruos!”

…Las preocupaciones se convirtieron en aplausos.

“Entre el Jefe Sacerdote y Allan, se ha evitado el caos. Eso hace que sea más fácil luchar”.

“Por una vez, le daré crédito”.

“… Ahora… solo tenemos que vencerlos”.

“¡Sí, derrotemos estos asquerosos…símbolos de la suerte!”

Los clanes Audoc y Tiger claramente también cayeron en la mentira y se lanzaron alegremente al combate.

Sin embargo, a pesar de que la balanza se inclinaba en su contra, Eug confiaba en la victoria. “¿Qué, en realidad vas a pelear? ¿Contra los señores demonios? Tu carta más fuerte ni siquiera está aquí, ¡así que buena suerte con eso!”

“Espera”, dijo Marie, “¿te refieres a la Jefa Alka? ¿Qué le hiciste a ella?”

“Ha-ha-ha, ella también. ¿Ni siquiera te has dado cuenta? Pobre chica.”

En realidad, estaba hablando de Lloyd: lo había enviado a la batalla contra Satán y suponía que hacía mucho que estaba fuera de servicio. Sonriendo maliciosamente, señaló a cada uno de sus enemigos por turno.

“¡Me refiero al chico de siempre! Con él fuera, ¡realmente te espera! Apuesto a que solo estás esperando a que llegue aquí, pero…”

“¡Yo! ¿Quién falta? Solo escúpelo ya”, espetó Riho.

“¡¿No es obvio?!” Eug gritó. “¡Estoy hablando de Lloyd!”

“¿Llamaste?”

“¡¿Por qué estás aquiiiiiiiiiiiiiiiii?!”

Lloyd había aparecido entre la multitud con la mano levantada. Debe haber estado parado donde Eug no podía verlo, y su momento fue devastador.

“¡¿Ughhhh?! ¡Estás bromeando! ¡¿Cómo?!”

Ella había estado prácticamente gritando todo el día ahora. Su garganta podría no durar mucho más.

Toda su confianza se había ido, y sus brazos se agitaban como si se estuviera ahogando en tierra firme.

“Esto no tiene sentido. No puede ser”, murmuró, y luego volvió a centrar su irracional ira en Lloyd. “¡No puedes estar aquí! ¡No puedes estar de una pieza! ¡Deberías haberte escurrido como un trapo!”

“¿Eh? ¿Por qué?” Él sólo parpadeó hacia ella, la imagen de la salud.

“¡No te hagas el tonto! ¡Estabas luchando contra Satán! ¡¿Qué le pasó a Satán?!”

“¡Aquí estoy, Eug!”

“¡¿Por qué estás en su ladoooooo?!”

Tenía que estar saboreando la sangre en su boca ahora.

Como alguien que acaba de hacer una serie de números de screamo en el karaoke, Eug se agarró la garganta, tragó y luego señaló con un dedo tembloroso a Satán.

“¡Fingí que era un entrenamiento y te hice pelear! ¡Os estabais dando puñetazos el uno al otro! ¡¿Cómo están ambos ilesos?!”

“Ya veo, es por eso que tú… Puede que seas un genio, pero siempre tomaste atajos”, señaló Satán.

Eug estaba demasiado alterado para leer algo en eso, pero volvió a levantar la voz, tratando de sacudirse sus miedos.

“B-Bueno, es posible que tengas a Satán, ¡pero tengo a Surtr! ¡Ataque! Clones del señor demonio, ¡hagan que Satán se coma sus palabras! Eres el símbolo del fuego; ¡quema todo!”

A su orden, todas las tortugas abrieron la boca, que brilló en rojo, y luego salieron disparadas bolas de calor intenso. Eran bolas de fuego como lava fundida, tan fuertes que excavaron la tierra, infundiendo miedo en el corazón de todos.

“¡Vaya, un golpe directo acabaría contigo!” Anzu balbuceó. Definitivamente fue tan malo.

Eug vio su sorpresa y se rio, triunfante. “¡Ah-ha-ha-ha! ¡De ninguna manera vas a derrotar a un señor demonio! ¡Solo el propio Surtr conoce su punto débil!”

“Oh, es la gema en el vientre. Además, si les das la vuelta, no pueden disparar, así que…”

“¡¿Por qué Surtr posee ese hachaaaaaaaaaaaaaaa?!”

Iba a abrirse la garganta a este ritmo.

Primero Lloyd, luego Satán y ahora el verdadero Surtr. Y este último estaba ocupado explicando cómo derrotar a sus clones. Eug se sintió como un invitado en un programa de personificación de celebridades sorprendido cuando aparece el verdadero para dar la impresión.

“¡¿Por qué siempre resulta así?!”

Después de haber gritado a través de todos los pasos de una mordaza de tres partes, Eug se derrumbó sobre sus rodillas.

Satán se acercó, su expresión seria y preocupada, como si estuvieran en una reunión y se hubiera topado con un compañero de clase distanciado.