Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 8

Capítulo 3: Una Elección Apocalíptica — Supongamos Que El Líder Mundial Se Decide A Puñetazos

Parte 1

El Rito de la Montaña Sagrada, un torneo que se celebra cada cuatro años para decidir qué clan gobernará el Dominio Ascórbico. El líder del clan victorioso dirigiría el Dominio durante los siguientes cuatro años. A medida que transcurrieron las elecciones, fue a la vez retrógrada y apasionante.

El rito en sí duró meses. Una lotería imparcial dividió a los clanes en grupos, lo que dio como resultado que ocho clanes avanzaran al torneo final. Básicamente, lo mismo que la Copa del Mundo.

Las finales se llevaron a cabo en el escenario ritual en las faldas de la Montaña Sagrada, Keihi, a la que asistieron multitudes locales y extranjeras, nobleza, comerciantes y gente común por igual.

Y el formato de cada batalla individual… se determinó sacando pajitas.

Eso puede levantar algunas cejas, pero esto era parte de la diversión. Las batallas no eran solo de uno contra uno: podías obtener tres contra tres o batallas que requerían armas específicas o incluso elementos más extravagantes como una carrera de tres piernas. La gran variedad y el potencial de sorpresas mantuvieron la acción emocionante.

“Todo es como la Bestia Sagrada desea”, afirmaron. El rito tenía un fuerte ángulo religioso, y las batallas se ofrecían al dios de la Montaña Sagrada.

Hoy marcó el día de la batalla final.

El escenario fue bendecido con cielos despejados y una gran multitud se reunió en el santuario, que se construyó a casi una hora a pie de la base. De construcción tradicional de madera, estaba decorado con puertas de estilo torii, estados rocosos dispuestos geométricamente, salas de color rosa pálido hechas de la “comida favorita de la Bestia Sagrada”, las Frutas Mastema. Todo acompañado por el relajante aroma del incienso… Todas y cada una de estas cosas claramente tan religiosamente significativas que tocarlas parecía traer desgracias. Incluso aquellos de poca fe probablemente mantendrían sus manos quietas.

En el corazón de este santuario solemne, cubierto por el aire limpio de la montaña, estaba el lugar mismo, ubicado en la base de una hendidura circular. Habían sacado tierra de la base de la montaña, endureciéndola hasta formar una etapa, y esparciendo grava por todas partes.

Tenía toda la belleza austera de un jardín zen.

La multitud era menos turística que los dignatarios internacionales, los monjes y los miembros del clan aquí para apoyar a sus bandos, por lo que eran bastante serios por derecho propio.

Parecía menos una competencia de artes marciales que un ritual de purificación o cosecha. La espalda de Lloyd instintivamente se puso rígida cuando llegó.

“Nada como el Torneo Estudiantil de Hechicería”, señaló Riho, visiblemente incómoda. “Tantos VIP en la multitud… Estamos totalmente fuera de nuestro elemento, ¿eh?”

“Es como si hubiera entrado accidentalmente en la boda de un extraño”.

“¡Tienes razón, Lloyd!” dijo Marie. “Esas miradas sugieren que no creen que pertenecemos aquí”.

Como ni siquiera eran del Dominio Ascórbico, técnicamente no pertenecían aquí.

“No te preocupes por eso. Esto no habría sucedido si no hubieran usado ese veneno. Y siempre podemos hacerte parte formalmente del clan Kyounin una vez que esto termine, ¡heh-heh-heh!”

Phyllo ignoró deliberadamente la “broma” de Anzu.

“… No es solo hostilidad. Algunos… son curiosos.”

“Definitivamente se preguntan qué podemos hacer”, observó Lloyd, retomando lo mismo. “¡Todos los del Dominio están tan ansiosos por mejorarse a sí mismos!”

“No solo eso,” corrigió Anzu. “Comerciantes que buscan guardaespaldas, exploradores del gremio, hay muchas personas que están haciendo un balance de ti aquí”.

“Vaya, ¿exploradores? Esto es como una entrevista de trabajo de alta presión. ¡Estresante!” Riho exclamó, sin sonar para nada estresada.

“Estamos aquí como campanillas para los estudiantes de Kyounin derribados”. Selen asintió. “Naturalmente, quieren saber qué tan buenos somos. Lamentablemente, ya me he asegurado un puesto de por vida al lado de Sir Lloyd, por lo que explorarme no les servirá de nada”.

El tinte delirante habitual se encontró con las miradas heladas habituales del resto de las chicas, solo tómalo como un hecho.

“Señora, tal vez sea mejor no ser demasiado optimista. Tus rivales han estado dando grandes pasos— ¡Augh! ¡Por favor, no me aten con un lazo!”

Selen se había vuelto preocupantemente buena para sofocar las objeciones de Vritra.

Mientras tanto, Lloyd estaba más preocupado por estar a la altura de las expectativas de la audiencia. “No son solo Anzu y el clan Kyounin. Si fallamos, pensarán menos en todo el Reino de Azami. ¡Tenemos que evitar eso…!”

“No te permitas pensar esas cosas, Lloyd”, interrumpió Satán. “Has hecho grandes avances en muy poco tiempo. ¡Tienes el sello de aprobación de Satán! ¿No estás de acuerdo, Anzu?”

Anzu captó su mirada y asintió. “Sí, y el contenido de la batalla depende de la suerte del sorteo. No te preocupes; solo tendrás que luchar si el formato está de acuerdo contigo. Estoy bastante seguro de que podrías ganar sin importar el formato, pero…”

“Ah-ha-ha, ambos son demasiado amables”.

La baja autoestima de Lloyd fue suficiente para romper las barreras entre los señores demonio y los humanos; Satán y Anzu ahora estaban intercambiando miradas tristes como viejos amigos.

Phyllo estaba repasando la guía del torneo. “…… Empatamos para cada

partido, y es al mejor de cinco… ¿así que tres victorias para la victoria?”

“Correcto”, respondió Anzu. “¿Ves esa gran caja de madera vieja? Elegimos representantes basándonos en lo que está escrito allí y los enviamos a la batalla”.

“……  ¿Y  todos  están  de  acuerdo  con  eso?  ¿No  decide  esto  quién

gobierna?” “¿Está bien con eso? Quiero decir, es sagrado. Un festival para honrar a la Bestia Sagrada, que se lleva a cabo una vez cada cuatro años, y en algún momento, también terminó decidiendo quién está a cargo. Sacar popotes puede parecer una locura, pero casi todo es una pelea de algún tipo, así que… ¡debería ser divertido!”

“…… ¡Hmph!” Phyllo resopló, claramente lista para probar sus nuevos

movimientos en un combate real.

“Peleas, ¿eh?” Lloyd expresó. “¡Si tuvieran que cocinar o limpiar, definitivamente me gustaría eso!”

Esto le valió una ronda de sonrisas extremadamente agradables… y ese estado de ánimo fue destrozado por un guerrero Kyounin, que se acercó corriendo.

“¡Hahh… hahh…! ¡Señora Anzu…!”

“¿Qué? Pareces molesto.”

La guerrera estaba sin aliento y Anzu tuvo que darle palmaditas en la espalda hasta que se calmó.

“¡E-Extraños intrusos… en el campamento de Kyounin!” “¿Qué raro?”

El guerrero se estremeció, claramente no queriendo recordarlo. “Un hombre semidesnudo…”

Eso era todo lo que Anzu necesitaba oír. Ella ya estaba sacudiendo la cabeza, luciendo exhausta. “Caramba, ¿otro asesino enviado por Nexamic? Desesperado por ganar sin importar el costo, eh.”

“Pero si fuera Nexamic, se habría presentado como parte del clan Tiger”.

“Son problemas pase lo que pase, Marie. Pero si se pone demasiado malo, tendré que cortarlo”.

Anzu se alejó con una sonrisa indomable. La tripulación de Azami lo siguió.

En el salón fuera del santuario, encontraron una extraña asamblea. Mujeres soltando pequeños chillidos. Sacerdotes de seguridad echando humo. Y dos personas que todos en el grupo de Lloyd reconocieron: Merthophan y Micona.

El primero estaba, naturalmente, en taparrabos.

“¡Tú allí! ¿Qué significa esto? ¡Ponte la ropa!”

“¡Estoy usando ropa! ¡Cualquier granjero lo sabe! ¡Esta es la imagen tradicional de la imagen de la agricultura!”

“Así que no necesitas vestirte así ahora”.

El sacerdote tenía un punto excelente.

“¡Lo hago!” Merthophan insistió. “Estoy buscando a alguien. Señora, ¿ha visto a este chico?”

Merthophan se pasó la solapa delantera de su taparrabos y apareció una imagen de Lloyd. “Lo estamos buscando…”

El pequeño chillido se convirtió en uno grande. Una reacción natural a un hombre con la imagen de un niño lindo en la solapa de su taparrabos.

Micona se mantuvo al margen, sin hacer ningún esfuerzo por detener a su antiguo superior, simplemente dejando que sus propios deseos tomaran el acelerador. “¡Déjanos entrar ahora mismo! ¡Puedo oler el tentador olor de Marie desde adentro!”

Cualquier olor que emanara de Marie se debía enteramente a que había comido yakisoba en un puesto del festival.

“¿Olor? No huelo nada más que incienso. ¡Augh! ¡No hagas eso! ¡Detenteeeeee!”

“¡Déjame entrar, o este treant te destrozará!”

Sus deseos abrieron demasiado el acelerador, y las raíces de los árboles brotaron, atando al sacerdote. Los gritos se hicieron aún más largos. Ahora era un infierno.

“““…………”””

Encontrarse con un conocido haciendo un espectáculo de sí mismo siempre fue incómodo.

Anzu todavía estaba traumatizado por haber sido perseguido por todo Azami por la combinación de taparrabos y treant.

“¡Aughhhhh!” Y eso ahora fue revivido. Después de un rápido chillido, terminó enrollada como una cochinilla, mordiéndose el pulgar.

“¿Mmm? ¡Oh!” Merthophan la escuchó gritar y dejó escapar un grito amistoso una octava más alta, como un ama de casa que acaba de ver a un compañero de chismes en el camino.

“¡Señora Anzu! ¡Si no eres un espectáculo para los ojos doloridos!” “¡Oh, Lady An— y Marieee!”

La multitud se separó voluntariamente, como el mar ante Moisés, sin querer tener nada que ver con su transfiguración biológica. Un emotivo reencuentro.

“¡Ah, y Lloyd!” añadió Merthophan. “Me alegro de que finalmente nos hayamos puesto al día. Cuando llegamos a la sede del clan Kyounin, ¡ya te habías ido! ¡Nunca imaginé que estarías a mitad de camino de la Montaña Sagrada! Hace bastante frío aquí arriba.”

“Entonces ponte algo de ropa, ex-coronel Merthophan. Estás en el extranjero.”

“Prin-Ejem, Marie. Perdóname. Ciertamente, debería haber tenido en cuenta el clima local. Como asesor agrícola, considérenme avergonzado”.

“Eso no es lo vergonzoso, Merthophan”, recordó Riho.

Sin importar en qué país estuviera, el taparrabos era una molestia pública. Trate de evitar desnudarse hasta quedar en ropa interior durante las vacaciones, querido lector.

Selen nunca había visto a estos dos juntos. “¿Que está pasando aquí?” preguntó ella, frunciendo el ceño. “¿Por qué estás aquí? ¿Estáis confabulados?”

Micona logró contenerse, jadeando, a centímetros de Marie el tiempo suficiente para responder. “¡Buena pregunta, Selen Hemein! Obviamente, estoy aquí para ver a Marie”.

Una simple respuesta que silenció a todos. ¡La segunda vez hoy!

“Micona, ¿estabas tan desesperada por mi medicina que viniste hasta aquí?” preguntó Marie. Como siempre, ella era la única aquí que no sabía qué impulsaba la agresión de Micona. Tendría un costo severo en su relación si ella lo solucionaba, así que tal vez sea mejor dejar que ese perro durmiente se acueste.

Mientras tanto, el taparrabos Merthophan parecía bastante confundido.

“La verdad es que Micona Zol y la jefa Alka insistieron en que tenían que venir aquí. Dejo la razón a su imaginación, pero… no estaba seguro de qué más hacer.”

“…Sé lo que debes hacer. Ponte la ropa.” Phyllo lo miró fijamente hasta que comenzó a vestirse a regañadientes. Empezando por la parte superior. Pensarías que querrías cubrir esa entrepierna primero, pero no.

Marie, mientras tanto, se había despegado de Micona ante la mención de Alka.

“¡¿Gah, la abuela niña?! ¿La Maestra Alka está aquí? ¡¿Donde?! ¡¿Donde?!”

“Alka se fue con alguien con disfraz de conejita, luciendo sombría”.

“Ella… ¿Un disfraz de conejita? Estoy perdido. ¿Qué podría estar tramando? Me ha convertido en ranas e insectos pero… ¿un conejito? Quiero decir, eso sería lindo, pero… preferiría no…”

Dadas las tonterías habituales de Alka, Marie simplemente asumió que esto era un presagio.

Micona también estaba jadeando por eso, pero ella y el hombre del taparrabos habían estado montando una escena fuera del campamento de Kyounin, así que…

“¿Que es todo esto?” Se acercaba un grupo de Ascórbicos de aspecto importante.

“¿Eres… la policía de Ascórbico? ¿El Escuadrón de Sacerdotes?” preguntó Marie.

Llevaban vestimentas blancas y lanzas, blandiéndolas como… todos los policías hacen con los criminales. En el centro de ellos estaba un anciano sacerdote, mirando ferozmente a la multitud por encima de su bigote.

Al final de este circuito, encontró a Anzu acurrucada con el pulgar en la boca y se burló: “¿Conoces a estos rufianes, Lady Anzu? ¿Y te haces llamar gobernante en los terrenos sagrados protegidos por la Bestia Sagrada?”

Su despecho fue suficiente para que volviera a encajar en su personaje. “Jefe Sacerdote”, logró decir, convocando a su antigua seriedad una vez más. “Gracias por supervisar las batallas de hoy”.

Su labio peludo se curvó con desdén y resopló una vez. “¿Necesito recordarte de nuevo que el clan Kyounin no gobierna solo?”

Obteniendo una gran vibra de idiota de él, Selen se inclinó, susurrando en el oído de Marie.

“¿Qué es un Escuadrón de Sacerdotes? ¿Quién puede hablarle así a Lady Anzu?”

“Son una división del clero en el Dominio Ascórbico. Encargado de manejar problemas. Esencialmente la fuerza policial de Ascórbico. Es su trabajo hacer que eventos como este funcionen sin problemas, por lo que a veces tendrán más poder que el gobernante real. Dado que supervisan la Montaña Sagrada y el torneo asociado con ella y ayudan con la administración interna, están convencidos de que el Dominio está indefenso sin ellos”.

Así que eran una fuerza policial que también funcionaba como una burocracia.

Estás muy bien informada, Marie. Micona estaba bien metida en el modo nariz marrón.

El Jefe Sacerdote y Anzu todavía estaban en eso.

“Pareces nervioso. ¿La primera vez que defendiste tu título te agotó?”

“¡Difícilmente! Simplemente… han pasado muchas cosas.”

“Eso es lo que generalmente significa agotado”.

Anzu no podía discutir con eso.

“¡Todos están agotados en su primera vez!” exclamó, aprovechando su oportunidad. “¡No deshonres a nuestros predecesores! Asegúrate de que esto se haga bien. Esté atento a accidentes, incidentes y cualquier cosa innecesaria o irregular”. “Claro, claro”, dijo, dejando que la invadiera. Claramente, ella había tratado con él antes.

“¡Hay dignatarios visitantes de todo el continente, y debemos cumplir con el cronograma y completar este rito sin un solo contratiempo! Confío en que contamos con su cooperación.”

“Sí, sí.” “Tener un equipo compuesto principalmente por forasteros normalmente no es algo que permitiríamos, pero hay demasiados visitantes que esperan que el torneo termine en una pérdida declarada. ¡Está agradecido!”

“¡Oh! Lo estoy. Gracias, gracias.”

“Si hay un desastre bajo mi mando, se contará para las generaciones venideras de mi familia, y eso nunca funcionaría…”

“……Su verdadera motivación,” murmuró Phyllo.

Antes de que el Jefe Sacerdote pudiera quejarse más, Renge y Nexamic irrumpieron.

“¡Mwa-ha-ha! ¿Más problemas, Anzu? ¡Si necesitas relajarte, solo maneja mis isquiotibiales!”

“No has tomado suficiente té. Toda esa energía gastada reuniendo esta gentuza y ahora te estás desmoronando en el ascenso. Que poco elegante…”

Anzu respondió. “Gran charla de una alianza de conveniencia que ni siquiera se soportan”. Renge apuntó su taza de té a Anzu. “Ese problema se resolvió hace mucho tiempo. Permítame informarle que ya no hay ninguna posibilidad de que tenga éxito. ¿Verdad, señor Allan?”

Al oír su nombre, Allan salió, luciendo tan culpable como el día anterior. “Uh, sí… no realmente… solo quiero decir—”

Esta era su oportunidad. Su última oportunidad de escapar de ser golpeado frente a una multitud, confundido con un tonto que fue poseído por un señor demonio. Trató desesperadamente de comunicarse. “¡Si no puedes decir lo que piensas, dilo con fuerza! ¡Si alguno de ustedes tiene alguno! ¡Esta es la declaración de guerra de Allan!”

“No, no, estoy tratando de decir—”

Antes de que pudiera decir algo, Merthophan rugió: “¿Qué es esto, Allan? ¡¿Por qué estás de su lado?!”

“Gah, ¿ex-coronel Merthophan? ¡¿Y Micona también?!”

“¿Qué soy, un complemento? Claramente deseas que te rastrille sobre las brasas.”

Lloyd trató apresuradamente de informarlos. “¡No culpes a Allan! Ya ves, él…”

Les contó a ambos cómo Allan llegó a ser poseído por un señor demonio. Esto involucró un poco de especulación de su parte y en su mayoría fue un error.

Sus miradas de desprecio pronto se convirtieron en lástima.

“Yo… nunca había visto a ninguno de ustedes mirarme tan dulcemente…”

Eso solo era lamentable.

“Ya veo, Allan” se compadeció Merthophan. “Has sufrido el mismo destino que yo a manos de Abaddon”.

“Pensé que era extraño que me notara en segundo lugar, dados todos mis éxitos como líder del segundo año. Pero tu mente no es tuya, como la mía cuando los treants tomaron el control.

“¡No te dejes convencer tan fácilmente!” Allan rugió.

Ambos sufrieron a manos de ese poder vil… y aceptaron fácilmente la traición de Allan como un efecto secundario.

“Debemos permitir que Lloyd y Allan peleen. ¡Él es el único que puede levantar la maldición del señor demonio!”

“Odio que me hayas obligado a aceptar eso, pero… ¡Lloyd Belladonna! Eres el único que puede salvar a Allan Toin Lidocaine”, asintió Micona.

Aceptar el malentendido era una cosa, pero ahora estaban ocupados dando el golpe final. Lo último que Allan había querido era luchar contra Lloyd… A veces, las mejores intenciones conducen a los peores resultados.

Las dificultades de Micona y Merthophan a manos de esos otros señores demonios fueron muy convincentes; todos los que escuchaban ahora estaban seguros de que Lloyd era el chico para el trabajo.

“Si hubiera sido alguien que no fuera Lloyd… podría haber perdido el partido y decir: ‘¡Se ha levantado la maldición!’. Pero con él, no sé si puedo perder con mis extremidades unidas…”.

Las esperanzas de Allan se estaban evaporando como la niebla a la luz del sol.

“¡Fuiste un tonto, Allan!” se lamentó a sí mismo. “El ex coronel Merthophan y Micona nunca harían nada de la forma en que yo quiero que lo hagan. ¡Por supuesto que tratarían de ser amables por primera vez! Debería haber sabido. ¡Nací condenado!”

Habiéndose rendido a un nivel fatalista, se vio reducido a murmurar “¡No sirve de nada!” Bajo su respiración.

Ajeno a esto, el hacha en su cadera estaba acumulando calor gradualmente. “¡Satán de pelo puntiagudo! ¡Esta es una guerra de poder, bebé!”

“¡Ugh, eres tan molesto! ¡Pero aceptó el reto! Lloyd te enviará a empacar y liberará a Allan de tu control.”

“¡Nadie estaba ofreciendo un desafío! ¡Y estás rompiendo incluso más rápido que antes, Surtr!” Dijo Riho.

“Parece que su mente todavía está ahí”, comentó Selen. “…Él siempre fue duro. Aguanta ahí… ¡El Maestro te liberará!”

La tensión iba creciendo. Parecían listos para pelear en ese mismo momento, pero luego intervino el Jefe Sacerdote.

“¡Aquí no! Aquí no. ¡Nada de peleas fuera del ring! ¡No en mi guardia! ¡Hazlo después de que me jubile!”.

“…… Realmente no estás tratando de ocultar nada, ¿eh?”

“¡Jefe Sacerdote, no se preocupe!” Nexamic abordó al hombre mayor, los pectorales ondeando. “¡Esto es simplemente una demostración! ¡Parte de la actuación previa al encuentro! ¡Solo un poco de acción de corazón a corazón!”

A pesar de la redacción dudosa, el Jefe Sacerdote inmediatamente retrocedió. “Bien, entonces”, dijo. Claramente, solo le importa si las cosas dañaron su reputación.

“En otras palabras, puedes agregar a ese muchacho bronceado y a la chica con pectorales enormes a tu equipo, ¡pero no nos librará de la victoria inevitable! ¡No importa cuántas habichuelas tengas, los Isquiotibiales del Tigre prevalecerán!”

“Por supuesto. Agregar más terrones poco elegantes no representa ninguna amenaza para nosotros”.

Merthophan dio un paso adelante frente a sus burlas. “¿Habichuelas? ¡¿Te estás burlando de las habichuelas?!”

Algo incorrecto por lo que enojarse, pero… su mente se había ido a la granja hacía mucho tiempo, así que tal vez esto debería esperarse.

“¿Poco elegante? No me importa cómo me llames, pero ¿estás incluyendo a Marie en eso? ¡¿No tienes ojos?!” Micona también estaba predispuesta a enojarse con los insultos indirectos si afectaban al único que le importaba.

“¡Mwa-ha-ha! Si desea disputar el punto, ¡deje que los músculos hablen a los músculos en el próximo torneo! Lloyd, te daremos todo lo que tenemos, ¡así que asegúrate de dar lo mejor de ti!”.

“Incluso si te derroto, no te desanimes. ¡La verdadera elegancia exige que siempre mantengas la cabeza erguida!”

Ambos asumían que Lloyd era débil y proyectaban su yo pasado sobre él y, como resultado, lo apoyaban bastante.

“Eh, está bien. ¡Gracias! Pero no voy a perder. ¡Tengo que ganar y recuperar a Allan!”.

“¡Un toque de confianza, ya veo! Si tan solo tuvieras músculos, serías un hombre ideal”.

Excepto que Lloyd no solo ganó confianza; había dominado la habilidad de volar.

“Sí, sí solo tuvieras elegancia… Aun así, me temo que no nos vamos a dar por vencidos con Sir Allan. Incluso una vez que el rito ha terminado.”

Un poco de sus propios deseos se mezclaron allí.

“¿Q-Qué quieres decir?” Lloyd parpadeó hacia ella.

“Ya sabes”, susurró Renge. “Está la ceremonia y… no me hagas decirlo en voz alta, Lloyd”.

Claramente se estaba adelantando a sí misma… y claramente iba a ser un problema a largo plazo.

“Esa señora me recuerda a mí”, gruñó Selen.

“Estaba pensando lo mismo.”

“…… Mm.”

Riho y Phyllo olían el mismo problema en ambas chicas. Pero con todos los malentendidos en el aire, era más una sospecha que una confirmación.

Ajenos a sus miradas, Renge y Nexamic le ofrecieron a Lloyd más palabras de aliento, sin saber que esto ya lo había llevado a encontrarse con Satán y mejorar sus habilidades más allá de sus imaginaciones más salvajes.

“Son mejores maestros que Anzu…”

“Eh, ¡eso es duro! Pero, ¿qué hizo Lloyd para que ambos estuvieran tan…

atentos?”

Solo una larga serie de conceptos erróneos que los tenían proyectando su pasado sobre él. Con toda la charla sobre recuperarlo, Allan ahora estaba oficialmente en el papel de “damisela capturada”, lo que lo estaba haciendo llorar.

“¡L-Lloyd!”

“¡Incluso si tengo que pelear con Allan—!”

“¡L-Llooooooyd!” Allan había pasado de conmovido a aterrorizado en un abrir y cerrar de ojos. “¡Mwa-ha-ha! ¡Supongo que se acabó el tiempo (y se infla)! ¡Nos despedimos! ¡Venga, señor Allan!”

“¡La tiranía del clan Kyounin termina hoy! Adiós. Partamos, sir Allan, ponga su brazo en el mío.”

“¡Mwa-ha-ha! ¡Un candado de bíceps! ¡Qué festivo!” “N-No tire— ¡augh, voy a tener que pelear después de todo…!”

Renge y Nexamic en cada brazo, Allan fue arrastrado, sus gritos de angustia resonaron a su paso.

Merthophan y Micona observaron con miradas de lástima.

“¡Vaya, problemas a cada paso!” observó el Jefe Sacerdote. “Intenta no empeorar las cosas”.

Se dio la vuelta para irse, pero Anzu lo agarró del brazo. “Espere un segundo, Jefe. Tenemos dos nuevos participantes”.”

Como pedir otra cerveza, agregó a Merthophan y Micona a su lista. El Jefe Sacerdote hizo una mueca pero asintió y se fue.

Una hora después del incidente público del taparrabos, los nuevos participantes fueron procesados y listos para partir, y todos estaban sentados en su campamento, esperando que comenzara el torneo.

Se colocaron simples sillas de tela estirada y madera frente a los estandartes de su campamento, como los señores de la guerra de la era de los Reinos Combatientes antes de una batalla o los luchadores antes de un duelo de la era Edo.

Había toda una serie de rituales y oraciones que nunca se usaban en competencias ordinarias, lo que realmente se sumó a la sensación ceremonial. Anzu, Nexamic y Renge se comportaron de la mejor manera, luciendo lo más dignos posible.

El contingente de Azami estaba atrapado en el estado de ánimo, luciendo tenso…

“¡Ugh, tan rígido! Como Merthophan en la orientación. Recuerdo cómo dijo que fortalezcamos nuestros corazones, cuerpos y corazones fuertes. ¡Duplicando en los corazones! ¿Quién recuerda eso?”

“Estaba consumido por el odio hacia Jiou… Por favor, no me lo recuerdes”.

“Me consumía el amor por Lloyd y no escuchaba”.

“……Trescientos veintiuno… Trescientos veintidós…”

“Sé que estás aburrido, Phyllo Quinone. Pero esa no es razón para empezar a hacer flexiones. Aburrido como es, hay valor en el aburrimiento”.

“Micona, pareces más aburrida que nadie.”

“¿Te atreves a expresar una opinión sobre mí, Lloyd Belladonna? ¿Deseas reavivar nuestra batalla aquí y ahora?”

… Por supuesto que no tenían buen comportamiento. Todos eran tan inconscientes como excéntricos.

“Podrías llamarlo confianza, supongo,” murmuró Anzu. Marie se disculpó en nombre de todos ellos.

“……Micona…están a punto de explicar las reglas.”

Las oraciones finalmente terminaron y el Jefe Sacerdote subió al escenario. El ambiente solemne se desvaneció y la multitud comenzó a ponerse nerviosa. Usando un megáfono equipado con una piedra mágica amplificadora de voz, hizo una reverencia a la audiencia y comenzó a anunciar el primer partido.

“¡Y ahora el momento que todos han estado esperando! ¡Los ritos de guerra que ofrecemos a la Bestia Sagrada!”

“¿Ritos de guerra?” Murmuró Merthophan. “Esa es ciertamente una gran frase. ¿Todo parte del aspecto religioso?”

“¡Ambos clanes han hecho uso de su poder! ¡El que gane tres de cinco encuentros se ha ganado el derecho a una audiencia con la Bestia Sagrada y servirá como el gobernante exaltado del Dominio Ascórbico durante los próximos cuatro años! Estoy seguro de que todos tienen curiosidad por saber el formato de los partidos: ¡Eso estará determinado por el contenido de esta misma caja!”

El Jefe Sacerdote sostuvo en alto la antigua caja de madera, mostrándola a la multitud. Había algo escrito con una pluma de caligrafía, pero era demasiado viejo para ser legible.

“Está tratando de hacer que suene impresionante, pero solo estamos sorteando”, se quejó Riho. “¿No sería más rápido simplemente… sacar pajitas para decidir quién está a cargo?”

“Por favor, no,” gimió Anzu. “¿Qué pasa si nos quedamos atrapados con el espectáculo de monstruos musculosos o la mujer que no puede dejar de hablar de elegancia?”

“Uf. Heh, olvida que dije algo.”

Mientras el campamento de Kyounin charlaba entre ellos, los miembros de su campamento rival estaban entusiasmados.

“¡Les mostraré el poder de mis músculos! ¡El tiempo está aquí! Eso es todo.”

“Heh-heh-heh. Seré el gobernante más elegante y te superaré, Anzu.”

La sonrisa de Anzu se amplió y su agarre en la empuñadura se hizo más fuerte. “Gran charla para los cobardes traficantes de veneno. ¡Te mostrare! ¡Ya sea un duelo de espadas o una buena pelea a la antigua!”

Irradiando intensidad, ambos campos miraron al Jefe Sacerdote mientras hurgaba en la caja. “Ahora realizaré el sorteo con la dignidad solemne que se merece. La primera batalla es…” Miró la tarjeta de madera que había dibujado y la leyó en voz alta.

“¡Wow! ¡Batalla a caballito en trajes de baño! ¡¿Saldrá algo de las costuras?!”

La multitud que vitoreaba fue silenciada instantáneamente… como si alguien les hubiera arrojado un balde de agua.

“Ejem, entonces…” El Sacerdote Jefe miró hacia arriba, mordiéndose el labio como si supiera que realmente había cometido un desliz… como tu tío tratando de hacer un truco de magia en una recepción de bodas y nadie aplaudiendo.

“Uh, Lady Anzu… ¿dijiste que esto era algo sagrado? Y todos los combates serían… ¿peleas?” “……Esto del traje de baño no está bien.”

“Eso parece positivamente lascivo. ¡Como dama, me opongo!” “Señorita Selen… ¿Aquí es donde trazas la línea…?”

Todas las chicas de Azami expresaron su desaprobación. (Bueno, Riho en su mayoría tenía una espina que discutir con Selen). La propia Anzu parecía bastante desconcertada.

“Entonces, uh, por lo general son… ideas normales”.

Estaba tan incómoda con esto como ellos… Nadie quería salirse del traje de baño.

Nexamic, sin embargo, se reía a carcajadas. “¡Mwa-ha-ha! ¿Falta confianza en tu figura, Anzu?” “¿Que estas esperando? ¡Ponte tu traje de baño! ¿Estoy segura de que has traído uno?” Renge preguntó.

Anzu vio a todo el contingente de Tiger sosteniendo los trajes de baño en alto y maldijo por lo bajo. “Tch, vieron venir esto… Deben haber manipulado el sorteo. Apuesto a que sabían que nunca ganarían con un formato normal. Bien planeado.”

“¿Qué hacemos? ¿Plantear una objeción con el Jefe Sacerdote?” La sugerencia de Marie sonaba práctica, pero… “““¡La religión es increíble!”””

Había trajes de baño en la mente de todos, y la multitud se estaba volviendo loca. Hizo difícil decir que no.

El tenso anciano a cargo claramente había optado por insistir en que nada de lo que había hecho estaba mal. Se estaba moviendo directamente al siguiente paso. “¡Parece que la Bestia Sagrada desea un enfrentamiento en traje de baño! ¡Prepárense para la competencia más feroz!”

“““¡Te amamos, Bestia Sagrada!”””

Al ver a la multitud reunida bajo una sola causa, Satán se rio a carcajadas. “Los hombres nunca cambian, no importa el mundo. No puedo decir que soy diferente”.

Sus oponentes estaban ocupados preparándose… pero todos sus participantes eran machos del clan Tigre. Todos propensos a usar nada más que calzoncillos de todos modos… y todos luciendo listos para aparecer…

“¡Mwa-ha-ha! ¡El clan Tigre está acostumbrado a mostrar piel! Estarás desesperado por mantener tus trajes puestos, ¡pero estamos felices de aparecer en cualquier momento! ¡Ya hemos ganado! Sir Allan no necesita entrar, ¡esto es tan fácil que ni Renge ni yo participaremos! ¡Todo lo que se necesita es un giro de la entrepierna!”

Cada vez que se mencionaba la palabra entrepierna, era básicamente un cargo de acoso, pero Tiger Nexamic siempre fue tan bullicioso que no sonaba tan mal.

La multitud se estaba volviendo loca por su movimiento de cadera.

Renge tomó un sorbo lánguido de té. “Con elegante aplomo, estaré bebiendo té mientras exhibes tu traje de baño, Anzu”.

Anzu le lanzó una mirada feroz y luego centró su atención en elegir un equipo.

“Maldita sea, necesitaremos al menos tres. Dos forman la montura y uno se deja llevar.”

“¡Estoy fuera!” Dijo Riho. “De ninguna manera me pondré un traje de baño ante esta multitud”. Afortunadamente, alguien más estaba bastante interesado. “¡Para vergüenza! Como soldado de Azami y tu estudiante de último año, niego con la cabeza hacia ti, Riho Flavin”.

“En serio, ¿Micona?” ¿Quién más? Estaba haciendo que su estante se balanceara deliberadamente mientras se lanzaba a dar una conferencia sobre apoyo moral.

“¡Ayudamos a los necesitados, incluso si son de naciones extranjeras! ¡Ese es el punto!”

Esta lógica era tan sospechosa que Riho comenzó a sospechar motivos ocultos.

“Ella solo actúa por una razón. Lo que significa…”

“¿No es así, Marie? ¡Vamos a cambiarnos a nuestros trajes de baño!” “¿Eh? ¡¿Yo?!”

“¿Ves? Ella solo quiere tener a Marie en uno”.

Básicamente, todo lo que hizo Micona fue “Marie-a-holic”. Esto no era realmente apoyo moral o incluso moral en absoluto, y todos los de primer año le estaban dando miradas mordaces.

Marie no tenía idea de por qué Micona estaba tan empeñada en ponerle un traje de baño, así que animó alegremente a las otras chicas a unirse.

“Um, si fuera solo yo, sería bastante mortificante, pero si vamos todos juntos… Y tener más monturas es una ventaja”.

“¡¿Nos estás atando?!”“…… Ew.”” ¿Ha? ¡Estás bromeando!”

Micona tampoco los dejaría escapar. “Marie está dispuesta a ir, ¡así que estás obligado a unirte a ella! ¡Vamos! ¡Apúrate! Oh, Lloyd Belladonna y el ex coronel Merthophan, pueden quedarse aquí. Cualquier contacto fortuito con la carne desnuda de Marie me obligaría a asarte hasta que el carbón te atraviese por completo.”

“¿Reducido a cenizas? Mantén esos fuegos bajos, Micona”, gruñó Riho.

Su papel como tostadora residente no le dio mucho tiempo de inactividad.

Cuando la lujuria de Micona llegó al punto de ebullición, Merthophan sonrió. “¡Sí, Micona Zol! ¡Salvar a los extranjeros es parte del espíritu del ejército de Azami! Te observaré en acción. ¿Verdad, Lloyd?”

“¡Sí! ¡Voy a quemar el heroísmo de Micona en mis globos oculares!” Parecían estar en una competencia por el más sin tacto.

“Hmm, ¿quemar los trajes de baño en los globos oculares?” Satán murmuró. “Si dijera eso, el director Ishikura diría: ‘¡Entregue mañana un ensayo arrepintiéndose de su acoso!’”.

Al escuchar eso, Vritra desabrochó el cinturón maldito en dirección a Satán. “Um, joven Satán. ¿Acabas de decir Ishi-algo?”

“Uh-huh… ¿por qué preguntas, Vritra?”

“¿Puedo molestarte en repetirlo? ¡Gah! ¿Otra vez, señora?”

Selen estaba tirando de Vritra hacia atrás como un AD enrollando el cable de una cámara, de repente en modo ajetreo. ¿Qué pasaba con ella?

“¡Vritra! ¡No hay tiempo para charlas sin sentido! ¡Tenemos que saltar!” “S-Señora, ¿pensé que estaba en contra de la idea?”

“¡Eso fue antes de que sir Lloyd prometiera grabarme en sus retinas! ¡Ahora tengo que ponerme un traje de baño que provoque aneurismas y asegurarme de que nunca duerma por la noche! ¡De esta manera, Vritra! Y, Riho, necesitamos que nos ayudes a cargar”.

“¡E-Espera, Selen! Esto no es exactamente una playa; Yo no—”

La hebilla del cinturón se arrastraba tras ella, las fosas nasales dilatadas, Selen ni siquiera escuchó las débiles protestas de Riho. Pobrecita, cuanto más intentaba discutir, más rugía la multitud.

“¡Sin argumentos! ¡Lucha a cuestas! ¡Ven, Marie! Te conseguiré el traje perfecto.

“¡Miconaaaa! ¡¿Por qué todas las opciones son bikinis de tiras?!”

Phyllo estaba inspeccionando gravemente el estante de trajes. “… Si el traje hará sangrar la nariz del Maestro, es una opción viable”.