Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 13

Epilogo: Regalo

Parte 2

“Lisette…”, gritó la tigryn que yacía en el suelo antes de que ella se presentara. Tenía un gran agujero en el pecho, por lo que estaba claro que ya no podía ser salvado.

Este hombre ha hecho muchas cosas malas.

A pesar de que solo había oído hablar de él de pasada, había sido suficiente para ella querer taparse los oídos. Pero aun así, él era alguien que la conocía.

“Me conoces, ¿verdad…?” preguntó tímidamente.

Habían dicho que Dexia y Aristella habían sido creadas por él.

Entonces, ¿eso me hace lo mismo…? ¿No soy humano?

Quizás eso era en realidad un asunto trivial para alguien que había vivido arrastrándose por los callejones. Con toda probabilidad, habría estado bien incluso si no fuera humana. Ella sólo quería una prueba de quién era.

“Eres… un huérfano… Yo recogí…”

Ella no esperaba esa respuesta.

“¿Un huérfano…?”

“Sí. Te pareces… mucho a… cierta chica… Por eso… te mantuve…a mi lado… Eso es todo…”

Su mano temblorosa se acercó a la mejilla de Lisette. Ella lo agarró y, por alguna razón, sintió que esto había sucedido antes.

No. En ese entonces, yo era quien le sostenía la mano.

¿No había resultado tan gravemente herida como él ahora, y sabiendo que había una posibilidad de salvarlo, había ofrecido una sugerencia terriblemente cruel? Pero su recuerdo desconocido terminó allí. No importa cuánto trató de desenterrar lo que había sucedido a continuación, no podía recordar.

“Lo siento”, dijo Lisette mientras una lágrima rodaba por su mejilla. “Se supone que debo conocerte… Se suponía que debía estar allí para ti… pero lo siento, no puedo recordarlo”.

Se suponía que debía amarlo con todo su corazón. Él fue directo, pero no podía quedarse solo, por lo que se suponía que ella debía darle todo lo que pudiera.

No sé. Nada de esto tiene sentido. Pero…

Pero se suponía que él era algo querido para ella. Lisette se cubrió la cara y comenzó a sollozar cuando ese pensamiento cruzó por su mente.

“Aunque te dije que te amaría… Aunque te dije que te detendría si cometías un error…”

Lisette no entendió el significado detrás de sus propias palabras, pero los ojos de Shere Khan se abrieron como platos.

“¿Por qué…?” murmuró, antes de suspirar en comprensión. “Ya veo… El paradero del alma… Así que… mantuviste tu… promesa…”

Luego, el tigryn mostró una sonrisa afectuosa y concluyó: “Tú… eres tú…Por favor… vive una vida feliz…”

La mano presionada contra la cara de Lisette cayó al suelo sin fuerzas. Su expresión de muerte era demasiado tranquila para un villano genocida.

***

Cuando Zagan regresó al Palacio del Archidemonio, era a la mañana siguiente. A pesar de que el daño a la ciudad se había mantenido al mínimo, el tráfico hacia y desde el exterior se había cerrado durante la batalla. Después de haber estado cortado del comercio durante tres días, los suministros, como los alimentos, se estaban agotando. Parecía que la ley marcial dañaba tanto a una ciudad por sí sola.

Los Caballeros Angelicales estaban más que ocupados, por lo que aún no había visto a Ginias ni a Stella. Cuando reunió a sus subordinados para darles las gracias, Nephy había regresado. No solo estuvo acompañada por Orias tampoco. Chastille también estaba con ella. Al final, Chastille se enteró de la situación de Nephteros y fue a salvarla. Sin embargo, las tres se veían tristes.

“Maestro Zagan…”

“Bienvenida de nuevo, Nephy”.

Pensándolo bien, tal vez esta fue la primera vez que Zagan le dio la bienvenida a Nephy. En su mayor parte, Nephy siempre iba directamente a la cocina después de regresar de la ciudad, mientras que Zagan solía ser el que salía. La bienvenida de Zagan había salido bastante incómoda, después de lo cual Nephy lo miró como si estuviera a punto de comenzar a llorar en cualquier momento.

“¿Q-Qué pasa, Nephy?” preguntó Zagan. “He arreglado todo en tres días, tal como prometí, ¿verdad?”

Después de decir eso, una lágrima solitaria finalmente corrió por la mejilla de Nephy.

“Lo siento mucho, Maestro Zagan… Nephteros… Nephteros está…”

Zagan parpadeó confundido antes de responder: “¿Nephteros? Ella se adelantó a ti.”

Zagan señaló hacia donde Nephteros estaba parada con torpeza. Acurrucado junto a ella estaba Richard, que se había despertado antes de que nadie se diera cuenta.

Así que la Espada Sagrada de Valjakka lo eligió… La hoja que faltaba ahora colgaba de su cintura. “Umm, he vuelto”, murmuró Nephteros. “¡Nephteros!” Nephy y Chastille gritaron al unísono. “¡¿Ep?! ¡Espera!”

Los dos abrazaron a Nephteros sin dudarlo. Las tres chicas cayeron al suelo cuando Nephteros comenzó a agitarse.

Poco después de que Zagan regresara al Palacio del Archidemonio, Nephteros también había regresado. Su cuerpo no era el de un homúnculo ahora, sino aparentemente el de un Nephilim.

Bifrons me supero… No, ¿tal vez ese maldito Alshiera los usó?

Zagan no estaba seguro de cuándo habían conspirado los dos, pero probablemente Alshiera conocía el plan de Bifrons de antemano. Por eso había hecho uso de eso para otorgarle a Nephteros un nuevo cuerpo. En cuanto al estado mental de Nephteros…

“Parece que ya no tenemos que preocuparnos por ella”, dijo Orias con una sonrisa irónica.

Su mirada encantada estaba fija en Nephteros siendo empujado por Nephy y Chastille, así como por Richard.

“¡E-Esperen, ustedes dos! ¡Déjenme ir!”

“¡No! ¡Nunca te dejaré ir de nuevo!”

“¡Así es! ¡¿Sabes lo preocupadas que estábamos?!”

“No, quiero decir, me estás asfixiando… Moriré. Richard, sálvame…”

Zagan luego notó el Emblema del Archidemonio brillando en la mano de Nephy.

“Lo siento… se lo di”, dijo Orias.

Honestamente, Zagan no aprobó eso, pero…

“Si no tienes otra opción, entonces no hay forma de evitarlo”.

No tenía intención de culparla si ese era el precio para salvar a Nephteros.

¿Exactamente cuántos Archidemonios fueron reemplazados en estos últimos días…?

El mismo Emblema brilló en la mano derecha de Shax, que corría tratando a los heridos, y Foll, que corría hacia Nephy.

“Nephy, es hora”, susurró Foll en voz baja mientras ayudaba a Nephteros a ponerse de pie.

“¡Oh, no! ¿Qué tengo que hacer? Todavía no he ido a recuperarlo…”

“Está bien. Tenemos un sustituto.”

“¿En serio?

“¿Eh? ¿De qué estás hablando?”

“Nephteros. Realmente…”

“¿Eh? Espera. No he preparado nada…”

El grupo continuó susurrando entre sí fuera del alcance del oído, luego se alinearon frente a Zagan. Incluso habían arrastrado a Lilith y Selphy.

“Vamos, Alshiera, tú también”, dijo Foll.

“… ¿Realmente tengo que hacerlo?”

“Solo ríndete y únete a nosotros ya”.

Por alguna razón, Alshiera ahora estaba de pie al frente y al centro.

“¿De qué trata esto?” preguntó Zagan.

“Mira, Zagan está confundido. Hazlo rápido”, dijo Foll, instando sin piedad a Alshiera.

Alshiera hizo una mueca como si la hubieran puesto en una crisis sin precedentes. Pero aun así, se resignó poco después y comenzó a susurrar con labios temblorosos, diciendo: “M-Mi Rey de Ojos— ¡¿Qué?!”

Foll empujó implacablemente su codo en la cintura de Alshiera.

¿No está herida allí?

Ella no moriría por eso, pero Zagan todavía simpatizaba con ella.

“¿Alshiera?” Foll dijo con lento énfasis.

“B-Bien… ¡Ya lo entiendo!” Alshiera gritó con lágrimas en los ojos, luego respiró hondo a pesar de no estar muerta. Y luego… “Zagan”.

Ella pronunció su nombre por primera vez. Luego continuó como si hubiera cometido el más grave de los pecados al decir: “Hoy… es tu cumpleaños…”

“¿En serio…?” Zagan preguntó con los ojos muy abiertos.

“Sí.”

Zagan se rascó la cabeza, sin tener idea de cómo reaccionar ante esa declaración.

“Esa es una confesión bastante repentina de tu parte…”, dijo.

“Tuve algunas circunstancias que me detuvieron…” dijo antes de abrazarlo tímidamente. “Feliz cumpleaños…”

Nephy seguramente había querido ser el primero en decir esas palabras. Al ver cómo le había entregado eso a Alshiera, podía suponer que ella también se había dado cuenta de la verdad.

En ese caso, no puedo actuar cruel…

Habiendo dicho eso, no sabía exactamente cómo responder.

“Ummm. Supongo… ¿Debería decir gracias?”

“Sí, por favor haz lo que quieras”.

“Ya veo. Entonces…” Zagan hizo una pausa, luego rozó la cabeza de Alshiera. “Gracias, Alshiera…”

“Um, Maestro Zagan”, comenzó Nephy vacilante. “Lady Alshiera es…”

“Ah… Bueno, sí. Lo sé.”

Honestamente, todo esto fue demasiado repentino, por lo que no tenía idea de cómo reaccionar. Sin embargo, desafortunadamente para él, había alguien aquí que no tenía idea de lo que estaba pasando y era incapaz de leer la atmósfera.

“¿Eh? Oye, ¿Lilith?”

“¡Shhh! ¿Qué pasa, Selphy?” Lilith susurró de vuelta.

“Oye, ¿la señorita Alshiera es quizás la madre del señor Zagan?” Selphy preguntó sin ninguna mala intención.

“¿Q-Q-Q-Q-Qué diablos estás diciendo? Eso no puede ser posible… ¿Eh?”

Lilith era la única que intentaba negarlo. Nephy se tapó la boca como si dijera: “Oh, como supuse”, mientras Orias observaba a todos con una mirada de complicidad y una sonrisa irónica. Foll miró a Alshiera con una mirada tibia, como si estuviera aliviado de que alguien finalmente lo hubiera dicho. Parecía que todos ya habían tenido una vaga idea.

“Hasta que nos volvamos a encontrar, amigo mío”.

Zagan recordó la promesa que le había hecho al padre que no era su padre, sino un amigo.

“Si es posible, por favor cuídala”.

Si no fuera por eso, él la habría rechazado. Aun así, mientras continuaba acariciando la cabeza de Alshiera, Nephy comenzó a juguetear inquietamente con su falda.

“Um, ¿Lady Alshiera…? ¿No es suficiente ya?”

¿Querer  monopolizarme en un momento como este? Nephy es tan malditamente linda…

Un latido extraordinario asaltó el pecho de Zagan, mientras que Alshiera saltó lejos de él con un sobresalto como si sintiera una amenaza inminente para su vida. Al darse cuenta de lo absurdo de su propio comportamiento, Nephy se cubrió la cara, pero aún se paró frente a Zagan con determinación.

“Feliz cumpleaños, Maestro Zagan. Pero, um… todavía no he recibido tu regalo…”

“Uhhh, bueno, en ese caso, hay una cosa que me gustaría. ¿Te importa?”

“¡Para nada! ¡Pídeme cualquier cosa!”

Nephy sonrió como una flor floreciente cuando Zagan la abrazó. Luego la besó en sus labios rosados. Los ojos de Nephy se abrieron de golpe en estado de shock, pero aun así ella envolvió fuertemente sus brazos alrededor de su espalda. El primer cumpleaños que experimentó fue una ocasión verdaderamente feliz y especial.

***

En los túneles más profundos de la mina ahora abandonada, dos hechiceros contemplaron el cadáver del hombre que alguna vez fue el Rey Tigre. Uno era un hombre que llevaba una máscara que revelaba un solo ojo, mientras que el otro era un anciano.

“Hee hee hee… Te he estado esperando. Aunque, sinceramente, nunca pensé que en realidad volverías.”

El viejo hechicero no respondió.

“Cielos, eres tan poco sociable como siempre. Bueno lo que sea. Aquí está su pedido.”

Con eso, el hechicero enmascarado le entregó un par de anteojos redondos. El anciano se los puso y, como resultado, su figura se volvió rápidamente juvenil.

“¿Cómo debería llamarte? ¿El Gran Anciano Marchosias? O tal vez…¿Marc, como en los buenos viejos tiempos?”

El ahora joven anciano no le dedicó al otro hechicero ni una sola mirada mientras ajustaba la posición de sus anteojos con su mano derecha, revelando un Emblema que brillaba con maná siniestro, el Emblema del Archidemonio que alguna vez había pertenecido al Rey Tigre.