Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 10

Capítulo 80: Cazando al Dragón de tierra.

Parte 2

Tras ofrecer su tienda y camas a los niños, por primera vez en un buen tiempo, las miembros de Pacto Carmesí durmieron en simples tapetes de hierba cortada. Con Mithrils haciendo de vigías esta noche, ellas fueron capaces de dormir en paz. Mile estaba sobre su costado en la hierba, ojos cerrados como si estuviera durmiendo, mientras conversaba en silencio con las nanomáquinas.

Oigan, Nanos, quiero confirmar algo…

SI, ¿QUÉ NECESITA?

Antes, dijeron algo sobre “fortalecer el cuerpo de la señorita Mavis”,

¿verdad? ¿De qué se trataba eso?

A Mile le preocupaba ahora que el cuerpo de Mavis hubiera pasado por alguna especie de remodelación mágica.

AH, SIMPLEMENTE IMPLEMENTAMOS MEDIDAS DE APOYO, PARA RESPALDAR LA FUERZA EN EL BRAZO DE LA SEÑORITA MAVIS Y DISPERSAR LA CARGA ENÉRGICA EN SUS HUESOS, TENDONES, LIGAMENTOS Y MÚSCULOS… LA MAYORÍA DEL PODER ES MANEJADO POR OTRAS MEDIDAS, COMO LOS AMORTIGUADORES DE INERCIA, EL SISTEMA DE DISPERSIÓN DE ENERGÍA CINÉTICA, Y EL SISTEMA DE DIFUSIÓN HIPERESPACIAL, ASÍ QUE LO QUE MENCIONAMOS NO FUE MÁS QUE UN LIGERO AJUSTE.

ESTAS MEDIDAS SON ESTRICTAMENTE PARA PREVENIR LA DESTRUCCIÓN DEL CUERPO DE LA SEÑORITA MAVIS EN CASO DE UNA SOBRECARGA, NO PARA INGREMENTAR SU PODER O CAPACIDADES FÍSICAS. ELLA ESTÁ SIENDO APOYADA, PERO SU POTENCIA NO ESTÁ SIENDO INCREMENTADA. SIN EMBARGO…

¿Sin embargo?

ESTE APOYO TAMBIÉN ES PARA EVITAR LA DESTRUCCIÓN DEL CUERPO DE LA SEÑORITA MAVIS CADA VEZ QUE UTILIZA LAS MICROS, ASÍ QUE DE AQUÍ AN ADELANTE, DEBERÍA SER CAPAZ DE EVITAR

HERIRSE DE GRAVEDAD AL USARLAS…

¡¿Qué?! ¡Gracias! Eso me había estado preocupando. No sabía cuándo podía pasarle algo terrible a ella… Entonces, Mavis no se ha vuelto una súper humana, pero tampoco estará en peligro de morir una y otra vez por las Micros que le di.

¡Gracias, Nanos!

ES LO MENOS QUE PODÍAMOS HACER. USTED ES NUESTRA QUERIDA AMIGA, SEÑORITA MILE.

Aunque las nanomáquinas tenían un tono humilde, sus voces se elevaron ligeramente en tono, como si estuvieran felices de la emoción de Mile… o al menos así lo interpretó ella. Por supuesto, dado que esta conversación estaba tomando lugar a través de vibraciones directas en los oídos de Mile, era muy probable que esto hubiera sido completamente intencional.

Feliz de escuchar estas buenas nuevas, Mile se quedó dormida.

Ciertamente, las nanomáquinas habían tomado estas medidas porque pensaron que serían buenas para Mavis. Sin embargo, también había un motivo oculto.

¡MUY BIEN! ¡AHORA LA SEÑORITA MAVIS PUEDE USAR LAS MICROS MÁS A MENUDO! Y PODEMOS ACORTAR LA FILA DE NANOS ESPERANDO SU TURNO PARA ESTAR A CARGO MUCHO MÁS RÁPIDO. ESOS SUJETOS HAN ESTADO HACIENDO UN ALBOROTO, PREGUNTÁNDOSE CUÁNDO SERÁ SU TURNO…

Las nanomáquinas nunca dudaban de extraer la cantidad máxima posible de placer de la “vida”, dentro de los límites de autoridad que se les fueron dados y las ordenes que recibían. En lo absoluto…

***

“¡Niños tontos!”

A la mañana siguiente, cuando el grupo regresó al pueblo, los niños perdidos fueron reprimidos con fuerza por sus madres. Considerando la conmoción que se había formado la noche anterior, cuando se supo que los cuatro habían desaparecido, ni siquiera el peor de los regaños sería suficiente. Dadas las circunstancias, y el hecho de que los cuatro—un cuarteto de reconocidos mocosos—habían desaparecido juntos, era casi seguro que habían seguido a los cazadores. Pero saber esto no hacía que sus familias sintieran menos preocupación.

Obviando al dragón de tierra, habían muchas otras razones por las que un niño podría no regresar a casa jamás—como otros monstruos, animales salvajes, bandidos, accidentes, el acto de perderse, etcétera. Si los cazadores no los hubieran visto, era muy probable que los cuatro hubieran muerto.

No solo los cazadores habían logrado su objetivo, sino que habían cuidado a los niños, y de acuerdo a estos últimos, ellos habían arriesgado sus vidas por su bien. Como resultado, la entusiasta recepción que Pacto Carmesí y Roaring Mithrils recibieron de los pueblerinos era normal.

Los cazadores normales jamás habrían arriesgado sus vidas por unos niños que no conocían. Incluso entre los pueblerinos, no había nadie capaz de meterse entre un dragón y el hijo de algún extraño. Y sin embargo, los cazadores habían hecho eso mismo por estos niños.

Incluso así, los dos grupos se rehusaron con desesperación a los intentos de los pueblerinos de armar un festín, traer ingredientes de alta calidad y licor costoso que habían tenido guardado para una ocasión así. Ellos podían comer ese tipo de cosas cuando quisieran, así que sería inexcusable aprovecharse de los pueblerinos—además del hecho de que no podrían disfrutar de esas delicias de forma adecuada.

En su lugar, reportaron al anciano del pueblo que la criatura no había sido un dragón de tierra, sino uno terrestre, pero que probablemente no habría problemas por ese error, y el grupo rápidamente dejó el pueblo.

***

“Entonces, ¿qué harán ahora, señor Gren?”, preguntó Mile en el

camino de regreso a la capital.

“Ah, bueno, acabamos de llegar a la ciudad ayer. Es la capital del reino, así que probablemente nos quedemos un tiempo”, contestó Gren. “Después, seguiremos la ruta de nuestro viejo viaje de entrenamiento. Esa es la idea de este ajuste de cuentas, después de todo”.

Parecía que en un viaje así, era lo normal quedarse sólo un poco de tiempo en cada uno de los lugares en el itinerario, pero como la capital era una ciudad grande, ellos se quedarían ahí un poco más de tiempo.

“Nosotras probablemente continuemos nuestro viaje pronto. Nosotras las jóvenes debemos apresurarnos y seguir adelante— no podemos tomárnoslo con calma como los viejos retirados”.

“¡¿Cómo que retirado?!”.

Con este tipo de charla, el grupo pronto llegó a la capital y se dirigió al gremio.

“Terminamos la misión”, Gren reportó a la encargada, “pero hubo una discrepancia con la descripción. Hubo un error en el objetivo de la cacería, así que el nivel de peligro no fue calculado correctamente. Quiero hablar con el Maestro”.

“¡¿Qué?! ¡E-Esperen un momento!”. La encargada palideció y se levantó de golpe, corriendo hacia las escaleras. Todos los trabajadores cerca y el resto de cazadores comenzaron a murmurar con curiosidad.

Clasificar mal un objetivo de cacería era el peor tipo de error que un gremio podía cometer. Imagina que dijera que había un grupo de kobolds con los qué tratar, y en su lugar aparece una pandilla de orcos. O si un grupo de rango C fuera a encargarse de unos orcos, pero se toparan con tres ogros.

Tal desinformación sería fatal. Y si esto le ocurrió a un grupo de rango

A visitando desde un país diferente…

Los cazadores podrían apretar los dientes para calmar su vergüenza, pero los trabajadores del gremio ahora se veían casi enfermos.

“El Maestro gremial los verá pronto. Por favor, por aquí”, dijo la encargada, regresando rápidamente, antes de llevar a los dos grupos al segundo piso.

“Entonces, cuéntenme”, dijo el Maestro gremial, sin perder tiempo luego de que todos hubieran entrado por la puerta. Parecía bastante exhausto, lo cual era normal dadas las circunstancias.

Como representante del grupo, Gren explicó.

“No pretendemos hacer un alboroto por esto, asumiendo que tomen la misión como completada y reconozcan que no era un dragón de tierra, sino uno terrestre. Sabemos que el gremio hizo esto como un favor, y que la garantía que obtuvieron al respecto fue suficiente para no exigir la tarifa de manejo, y que no podían enviar trabajadores del gremio a confirmar. Digo, la única fuente real de credibilidad que tenían era que la misión vino al gremio de parte del jefe de un pueblo a través de un lord local, ¿verdad? Apuesto a que no tuvieron tiempo de ir a confirmar el asunto. Fue un error obvio de unos civiles que jamás habían visto a un dragón. No nos importa. Sólo queríamos asegurarnos de que no hubiera problema aquí por haber matado a un tipo de dragón diferente”.

Al escuchar esto, el Maestro gremial pareció claramente aliviado.

Era difícil imaginar que dos tipos diferentes de dragones aparecerían en el mismo lugar al mismo tiempo. Incluso con la baja probabilidad de que algo así pasara, todo lo que los pueblerinos debían hacer era enviar una nueva solicitud al gremio. El resultado sería el mismo al final—los cazadores que querían el dinero por vender las partes de dragón aceptarían la misión. Después de todo, la tarifa base no era mucha, ciertamente no suficiente como para dejar en bancarrota al lord, y de todos modos ambos objetivos habrían tenido que ser eliminados.

“Ya veo. Me alegra que un grupo tan comprensivo haya tomado esta misión. Lo que cazaron puede que no fuera lo listado en la solicitud, pero las probabilidades son muy bajas de que haya dos dragones diferentes en el mismo sitio. Permítannos recompensarlos con las veinte monedas de oro por cazar a un dragón. ¡Buen trabajo, chicos!”.

A pesar de que habían partido en busca de un objetivo diferente, la misión había sido completada, haciendo que Pacto Carmesí se ganara el título de “Destructoras de Dragones”. Sin embargo…

“Ya deberíamos ser ‘aniquiladoras de dragones’, ¿no?”, preguntó Reina.

“Bueno, no matamos a los dragones antiguos ni al wyvern. Así que esta fue nuestra primera vez aniquilando a un dragón, ¿no crees?”, respondió Mavis.

Mile y Pauline asintieron con énfasis.

Escuchando esto, Roaring Mithrils miraron con cansancio a Pacto Carmesí, preguntándose a sí mismos si las chicas en serio habían sido honestas sobre su encuentro con los dragones antiguos…

“Nos gustaría hacer unas ventas”.

Los dos grupos llegaron al cobertizo de almacenamiento y procesamiento detrás del salón gremial, Gren llamando al empleado. Un hombre de apariencia dura que parecía haber estado trabajando a una corta distancia se acercó.

“Si son cosas pequeñas, vayan al mostrador del edificio principal”.

Era obvio el por qué el hombre pensaría así. El grupo había aparecido con las manos vacías, exceptuando su equipo…

Las ventas pequeñas normalmente se manejaban dentro. Las únicas veces que un cazador venía directamente a esta área era si querían vender algo que causaría problemas si se dejara caer sobre el mostrador, como un orco entero, o un jabalí o ciervo completo. Obviamente, nadie podría meter normalmente un orco o ciervo entero por la entrada del salón gremial, la cual era angosta y con escalones, haciendo imposible que un carrito pasara a través. Era incluso posible que las entradas de los gremios hubieran sido construidas así a propósito para prevenir que los cazadores trataran de arrastrar dentro ítems así por capricho. Existen idiotas que se dejan llevar demasiado sin importar en qué mundo vivas…

“Ah, disculpe, esta chica tiene dónde guardar cosas. Puede guardar un montón, y traemos algo bastante grande”.

En este punto, la magia de almacenamiento de Mile no se había vuelto particularmente bien conocida desde su llegada a la ciudad. Mitrhils lo sabía, gracias a los rumores que escucharon en la rama gremial de Tils, pero los trabajadores del gremio de aquí todavía no sabían nada. Así que tenía sentido que el hombre aquí parado todavía no supiera. Adicionalmente, no sabía que Mithrils era un grupo de rango A. De haberlo sabido, su tono podría haber sido menos cortante… aunque no es como si a Gren y al resto les importase eso.

“Ya veo, disculpen… Aunque si en serio tienen una presa entera ahí, sería impresionante. Estoy seguro que terminarían siendo al menos de rango B en un futuro”.

Sin duda, había más méritos para los cazadores que sólo las batallas, como los monstruos que cazaban y las personas a las que protegían. Tener una gran capacidad de almacenamiento haría todo tipo de misiones más fáciles. Por eso, había grupos de rango B en el mundo que llegaron su posición no batallando, sino siendo expertos en solicitudes más especializadas.

Wonder Trio, que se había vuelto famoso por especializarse en proteger a las hijas de los nobles, podía considerarse uno de esos grupos expertos. Es por eso que ellas probablemente subirían a rango C pronto, a pesar de tener poca experiencia en batalla.

Incluso si individuos como ellas no eran habilidosas para pelear, seguramente serían acosadas con invitaciones de grupos de rango A y B que sí eran especialistas en combate, con la promesa de que sus vidas serían protegidas sin importar qué. Esa era la importancia, el valor, de un usuario de magia de almacenamiento, particularmente de uno que pudiera guardar grandes cantidades de objetos.

“Muy bien, sáquenlo”, dijo el hombre.

“Creo que no hay espacio suficiente aquí. ¿Podemos sacarlo allá atrás?”, preguntó Mile, apuntando al espacio abierto detrás de ellos.

“¿Hm? Claro, está bien, pero…”.

El hombre dudó un poco de esta niña que parecía empecinada a ignorar el espacio que él había ofrecido, el cual pensó que era suficientemente grande, pero puede que hubiera algún tipo de razón relacionada a la magia de almacenamiento por la que necesitaba hacerlo en otro lado. Cuando ella sacara la cosa, toda la sangre que había salido podría salir a borbotones, o podría haberse pegado a alguna otra presa que había metido antes, o quizás ya había comenzado a pudrirse y apestaría el lugar…

Considerando esto, el hombre decidió no pensarlo demasiado.

“Muy bien, sáquenlo. ¡Aquí vamos!”.

Shwooooom.

“¡¡¡¡Gaaaah!!!!”.

Un grito hizo eco en el cobertizo de procesamiento.

“Tienen que estar bromeando”, dijo el hombre con una mirada de enojo.

“Disculpe…”, dijeron las miembros de Pacto Carmesí.

Claramente, no habían estado bromeando, así que no había razón para que se disculpasen. Aun así, a juzgar por la tensión en el ambiente, era necesario algún tipo de reconocimiento de lo ocurrido. Pacto Carmesí podía entender al menos eso. Reina, sin embargo, no evitó lanzar una mirada de enojo a los miembros de Mithrils, quienes pretendieron que esto no era de su incumbencia. Por supuesto, Mithrils era un grupo de rango A con experiencia decente, así que probablemente no querían bajar la cabeza a un trabajador de un matadero por algo así. Por eso, no les importó que Pacto Carmesí actuara como representantes de este asunto. Ellos les iban a deber una, indicó Pauline con sus ojos.

Mile y Mavis hicieron una mueca.

“Bueno, digo, no es su culpa en serio… Aun así, existe algo llamado sentido común. ¡Sentido común!”.

Varios trabajadores dentro del cobertizo se habían desplomado, y quizás mojado un poco—¡solo un poquito!—Por lo tanto, el trabajo en el cobertizo de procesamiento se había detenido de golpe. Por supuesto, era imposible que alguien pudiera trabajar con algo como esto frente a ellos.

“No las había visto antes. ¿Vinieron de visita?”.

“Somos Pacto Carmesí, ¡rango C! Estamos en nuestro viaje de entrenamiento”.

“Y nosotros en un viaje de regreso—somos Roaring Mithrils, de rango A”.

Escuchando las introducciones de Reina y Gren, los ojos del hombre se abrieron de par en par.

“Pensé que todos eran del mismo grupo. Pero, ¿son dos grupos?

Señorita de la magia de almacenamiento, ¿estás con los de rango A?”. “Ah, no, soy de las de rango C. Somos un grupo de sólo chicas”.

El hombre guardó silencio y miró a Gren como si quisiera decirle algo, probablemente algo como: “Bueno, ¿y ustedes por qué se quedaron atrás?”.

Los dos grupos debían estar en buenos términos si aceptaron hacer la misión juntos, lo cual significaba que uno podría esperar que ambos se unieran, de forma que los de rango A incorporarían a este grupo de sólo chicas, quienes poseían un ganso que ponía huevos dorados, o mejor dicho, huevos incrustados con gemas. Eso era lo que un líder de grupo sensato trataría de hacer. No podía existir un grupo de novatos de rango C que rechazara una invitación de uno de rango A, y con su poderío en batalla combinado con esa absurda cantidad de almacenamiento, fácilmente podían hacer una fortuna… o eso se imaginaría uno.

Al parecer entendiendo el significado de la mirada del hombre, Gren dijo tranquilamente: “Les hicimos la oferta, pero se negaron”.

“Mis condolencias”, dijo el hombre con sinceridad, suponiendo lo que ocurría. “Como sea, no podremos pagarles todo hoy. Nos tomará toda la noche comprobar la condición de la piel y el tamaño y calidad de las otras partes. Puede que nos tome unos días antes de que podamos darles el dinero. En realidad, no creo que podamos pagar el precio si no recibimos un adelanto de alguno de nuestros contactos principales…”.

Obviamente, sería impensable que el gremio tuviera guardados fondos suficientes para comprar un dragón entero, así que no se podía hacer nada al respecto.

“Entendido”, dijo Gren. “Estoy seguro que veremos a la encargada bastantes veces, así que pueden pasarle la información a ella”.

Con eso, el grupo dejó el cobertizo de procesamiento, todos pretendiendo no escuchar las voces gritando detrás. “¡Vayan por el Maestro! ¡¿¡¿Por qué ese maldito no nos dijo nada antes y nos hizo ver como unos tontos frente a un grupo extranjero de rango A y esas lindas chicas?!?!”.

“Bueno, las vemos mañana”. “¡Nos vemos!”.

Mithrils y Pacto Carmesí se despidieron frente al salón gremial y partieron en direcciones distintas. Ya habían discutido sobre cómo dividirían la recompensa y las ganancias materiales. Considerando los números de su grupo, Mithrils se quedarían con menos, pero obviando las contribuciones a la batalla, el almacenamiento de Mile fue la única razón por la que pudieron llevar el dragón a casa. Sin ella, las inmensas ganancias que pronto podrían esperar ver habrían sido imposibles. Aunque las miembros de Pacto Carmesí se disculparon, Mithrils no podía quejarse.

Mientras Mithrils resumía la cantidad de oro que podían esperar recibir por la venta del dragón, incluso Pauline guardó silencio, sin quejarse ni una vez, aunque había una leve sonrisa espeluznante en su cara…

Viendo las figuras alejándose de las cuatro miembros de Pacto Carmesí, Roaring Mithrils se desplomó en el acto.

“Esas… ¿Esas son cazadoras de rango C?”.

“Aquí estamos, en nuestro gran viaje de retorno, y esas son cazadoras novatas en su primer viaje…”.

“Tienen una vanguardia con habilidades absurdas y magas con habilidades igualmente absurdas. Y son cuatro”.

“Nosotros somos rango A, ¿verdad? Somos… rango A…”.

Todavía les quedaba mucho viaje por delante, pero los espíritus del grupo ya se habían hundido hasta lo más profundo.

“Escuchen, no somos débiles”, dijo Gren, “esas chicas son anormales.

Así que no se preocupen. ¡Vamos, repitan conmigo!”,

“N-No somos débiles, e-esas chicas son anormales…”, llegó una sola y débil voz en respuesta.

“¡Más fuerte! ¡Vamos, juntos!”.

“N-No somos débiles, esas chicas son anormales”, dijeron dos voces esta vez.

“¡Más fuerte! ¡Todos!”.

“¡No somos débiles! ¡Esas chicas son anormales!”, dijeron los cinco ahora.

“¡De nuevo! ¡Más fuerte! ¡Todos juntos!”.

“¡No somos débiles! ¡¡¡Esas chicas son anormales!!!”.

Como líder de grupo, uno de los varios deberes de Gren era preservar la moral. Bajo estas circunstancias, ese era un trabajo increíblemente difícil…

***

“Vaya, los grupos de rango A sí que son asombrosos, ¿no creen?”, dijo Mavis.

“¡Sí! ¡Están en una liga totalmente diferente de todos los grupos de rango C con los que hemos trabajado antes!”, aceptó Pauline.

“Es verdad. Fueron tan calmados y confiables, y tan fuertes. Aparte de Gren, eran muy tranquilos con todo, y algo maduros… Incluso el lancero y espadachín que no resaltaban mucho, fueron tan valientes y galantes, tan sabios y decisivos en los momentos justos, lanzándose directo al dragón para rescatar a dos niños cada uno y llevarlos de regreso a la seguridad en el pequeño espacio que nuestros ataques les abrieron. Sólo puedes ver eso en un grupo de rango A”.

Todas estaban conmovidas. Incluso Reina, quien muy rara vez elogiaba a los extraños, estaba asombrada.

Que el grupo hubiera sido promovido a rango A significaba que no solo Gren, sino que la mayoría de miembros, también eran de rango A. Rango A, donde, si uno era un noble, sería llamado para servir como caballero… y esa era la meta de Mavis. Asimismo, el sueño más grande de Reina era llegar a rango A para consolidar los nombres de Crimson Lightning, sus una vez cuidadores, en la historia.

Sería una pared muy alta que escalar, y un muy, muy largo camino para llegar.

Las dos dejaron salir un profundo suspiro.

Por otro lado…

“Esos sujetos son geniales”, dijo Mile con inocencia, mientras Reina y Mavis la miraban.

Para ella eso no sería nada, pensó el par. Rango A, o incluso Rango S…

Sus hombros cayeron. Pauline las alcanzó, diciendo con una suave y reconfortante voz: “Ustedes dos no son débiles. Miley simplemente es anormal. Sí, Miley es anormal…”.

Y Mile, sin haber escuchado nada de esto, felizmente fue saltando por el camino, de regreso a la posada…